viernes, 3 de marzo de 2023

¿Qué nos explica el Espiritismo?

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-Amalia Domingo Soler, una laboriosa figura del Espiritismo

2.-Pluralidad de mundos habitados

3.- En casa (Psicografía por Emmanuel)

4.-¿ Qué explica el Espiritismo?

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AMALIA DOMINGO SOLER

 UNA LABORIOSA FIGURA DEL ESPIRITISMO 

     Nació en Sevilla en 1835 y desde siempre fue una mujer débil de salud y con graves problemas de visión, hasta el punto que no se quedó ciega por muy poco. En cambio siempre fue una mujer de carácter fuerte que luchó por sus creencias hasta el punto de enfrentarse a los personajes más representativos de la Iglesia del S. XIX.

   Amalia era una mujer inteligente. Aprendió a leer muy pronto y, aunque solo realizó estudios primarios, rápidamente destacó como poeta. Escribió sus primeros versos a los 10 años y a los 23 ya publicó algunos de ellos en la revista Museo literario (Sevilla).

    Tras la muerte de su madre en 1860, Amalia cayó en una depresión que  la llevó a salir de Sevilla para instalarse en las Canarias donde vivió durante tres años. Luego volvió a su ciudad para dedicarse profesionalmente a la costura aunque no fue por mucho tiempo. Luego se fue a Madrid buscando mejores oportunidades laborales. Allí empezó a colaborar en diversas revistas publicando textos muy distintos de los que posteriormente la hicieron famosa.

    El tiempo que vivió en Madrid compaginaba sus labores literarias con la costura y fue en este periodo que casi se quedó ciega. Entonces empezó a visitar a médicos y más médicos para encontrar un remedio a su enfermedad. Viendo que cada vez perdía más visión y sin nadie que le pudiera ayudar, Amalia recayó en la depresión. Se sentía tan mal que hasta llegó a pensar en suicidarse.

    Sin medios económicos para subsistir terminó por recurrir a la caridad a través de una sociedad filantrópica. A partir de entonces su vida  empezó a cambiar. Descubrió la revista espiritista “El Criterio” (creada por el ministro de la Guerra, Joaquín Bassols) y quedó fascinada por lo que allí se contaba. Le gustó tanto que escribió un poema y lo envió a la revista. Su director, el vizconde Antonio Torres de Solanot, le respondió con una carta de agradecimiento y un ejemplar de su libro “Preliminares al estudio del espiritismo”. A partir de ese momento, empezó a colaborar de forma periódica en la revista.

    El primer artículo espiritista de Amalia Domingo apareció en la revista “el Criterio” en el año 1872. Desde entonces y hasta 1903, publicó más de 2000 textos con la misma temática. Pero volvió a tener problemas de salud y tuvo que marcharse de Madrid por prescripción médica aunque regresó al poco tiempo, en febrero de 1876. Pero su estancia en la capital fue muy corta ya que en junio del mismo año se instaló definitivamente en Barcelona a petición del presidente del Círculo Espiritista “La Buena Nueva”, Lluís Llach, para trabajar en periódicos de esta índole.

    Al llegar a Barcelona, Amalia se instaló en el domicilio de la familia Llach en el barrio de Gracia y esa fue su residencia el resto de su vida. Desde allí dirigió varias revistas sobre espiritismo y trabajó como redactora de otras tantas.

    Nuestra querida Amalia en su manuscrito dictado desde el espacio por mediación de la médium Maria, nos decía a la humanidad que la redención del hombre es muy sencilla. Solo consiste en amar al prójimo como a sí mismo.

Cuando el hombre desciende a la tierra a esa “Naturaleza Divina” llamada Dios que ya nunca volverá más a caer, si la promesa es enérgica y firme, para pasar del “mal” al bien le envuelven unas fuerzas superiores a las suyas y encarna desconocedor de todo cuanto ha prometido, pero entre la promesa y el yo, se constituye una ley, y esa ley es la que rige durante nuestro paso por la tierra. Y así empieza para el Espíritu una existencia de lucha y de progreso. Y como en nuestro planeta todo se ignora y lo achacamos a la casualidad, vamos viviendo dentro de la oscuridad y la ignorancia, sin conocer esa ley que nuestro arrepentimiento ha creado y que es la que nos conduce al puerto de salvación.

    Todas las religiones dan un plazo corto para la reconciliación y el hombre tienen una eternidad; el hombre ha sido, el hombre es, y el hombre será y los dardos y desengaños que recibe en las diversas existencias le van enseñando el camino de su propia regeneración. Así cuando el hombre cansado de sufrir, el peso de sus culpas, que conscientemente o inconscientemente pesa en su conciencia dice ¡no puedo más! Entonces sin que nadie le recrimine, sin que nadie le juzgue, sin que nadie le castigue, el solo invoca su redención. Cuando el acto de contrición es puramente verdadero, entonces es cuando el Espíritu ya no puede retroceder de lo que ha prometido.

    El hombre no puede bautizar al hombre; el hombre no puede redimir al hombre; el hombre solo se bautiza cuando retira el velo del orgullo que lo domina; entonces ve la verdad y es cuando se redime por el sufrimiento que sus mismas pequeñeces le han proporcionado. Por el llanto que brota de su alma, se redime y se bautiza y ese trabajo es propiamente suyo.

    Entonces es cuando se prepara una nueva existencia, dando a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es de Cesar. Cuando un Espíritu de verdad se ha redimido, no le importa a su paso por la Tierra, el escarnio ni la mofa de los humanos, porque ha descendido prometiendo sufrir y vencer: justo es que quien ha hecho sufrir y llorar se encuentre luego en las mismas condiciones.

    El hombre debe trabajar para redimirse a sí mismo y cuando esté limpio de pecado podrá empezar a conocer a Dios. Todos los que niegan a Dios y su existencia, tienen razón son almas pequeñas que aun no han comprendido de donde emana esa inspiración que los alienta y los guía por el destierro, de la vida, y por lo tanto si no se conocen ellos mismos ¿Cómo van a conocer a Dios?

    Al Espíritu le es imposible llegar a la felicidad cuando los placeres materiales absorben todos sus pensamientos. Es triste y amargo describir lo que le sucede a un alma cuando en un momento dado, pasa por delante de sus ojos, como una visión cinematográfica, tantas y tantas costumbres, tan variadas posiciones sociales, tantas y tan diferentes formas de pensar, siendo todo, en conjunto obra de uno mismo.

    ¡Cuan grande es Dios! ¡Que grande es su obra, su amor, y misericordia! ¡Dando al hombre la eternidad para que vaya poquito a poco, limando la cadena de sus imperfecciones. La tierra es un vergel de flores. Solo en sus troncos guarda las espinas y esos troncos y esas espinas no son confeccionados por Dios, sino que es la obra de la imperfección del hombre. Cuando el hombre quiera ser feliz, lo será: su felicidad consiste en el sagrado cumplimiento de sus deberes. El Espíritu, en sus principios, es un tosco trozo de hierro. Este trozo de hierro, para convertirse en un objeto artístico, tiene necesariamente que pasar por la fundición, donde, después de mil tormentos, completamente purificado, convertido en un objeto de arte, es la admiración de los que lo contemplan. Pues lo mismo sucede con los Espíritus. Todos absolutamente todos, “sienten la necesidad” de pasar a la Gran Fundición, dejando en ella, a costa de sus justos tormentos, las imperfecciones adheridas a su Espíritu, purificándose con el fuego de los sufrimientos.

    El hombre con el Espiritismo aprende a caminar, a conocer; nada es hijo del azar, que todo es obra de uno mismo y que cuanto más se sufra y llore, más cerca se está de la felicidad. En todos los días borrascosos que el hombre encuentre  en el camino de la vida, debe bendecir a Dios, porque teniendo fuerzas y resignación, si en vez de revelarse se domina como un niño dócil, la hiel no le será tan amarga, pues será endulzado, si tiene la resignación debida para llevar el peso de la cruz.

    El siglo en que estamos, aun al hombre no le esta concedido el contemplar de cerca las maravillas. Para realizar  ese deseo tiene antes que purificarse por medio del sufrimiento. ¡Benditos los justos! ¡Dichosos los humildes y limpios de corazón! Para ellos será la felicidad eterna…

   Todos los que se consagran al ideal espirita no deben aspirar a ningún provecho material, como puede ser las consideraciones de la sociedad que los componen y que toman parte en su propaganda porque ¿Quiénes son? La mayoría pertenecen a las primeras clases sociales y con títulos, abogados, escritores, ingenieros, médicos de renombre. Estos hombres no han conocido la pobreza ignoran que entre los pobres hay almas sedientas de luz y que tienen intuiciones maravillosas.

    El ser Espirita no nos obliga a salir de la esfera en que siempre hemos vivido, por eso entre muchos espiritas no existe entendimiento porque está la barrera de la distinta posición social. No desdeñan con intención, es que no hay atracción entre los grandes y los pequeños. Entre los verdaderos Espiritas el progreso moral tiene más valor que el intelectual, el valor bien entendido es valorar al sabio por su ciencia y al humilde ignorante por su sentimiento. En el campo espiritista todos tenemos la obligación de sembrar la semilla de la observación y del adelanto. 

    La humanidad se regenera, el trabajo la ennoblece, la vida cambia de forma y lentamente el progreso sale de su crisálida para convertirse en mariposa como el humilde gusano, o en polen fecundante que deja el fruto en todas las regiones de la Tierra, en el fondo de los mares, en el seno de la montañas, en el espacio, en los talleres, en las fabricas, en las escuelas y principalmente en la cámara oscura del pensamiento.

    Hoy el hombre expone sus ideas sin ser castigado como fueron los Sacerdotes, Cristo, Galileo y todos los hombres que han iniciado algo nuevo. Desaparecieron las hogueras y las semillas que ellos sembraron (mártires de la tierra) nos han dado abundantes cosechas. Un Espíritu Superior infiltró en las almas de doce hombres, el germen de la civilización, estos cruzaron la Tierra, repitieron las parábolas de Cristo y su Santa Doctrina, a través de 19 siglos( hoy 21), se conserva latente en una gran parte de la humanidad.

   Desgraciadamente muy manipuladas por la humanidad y distintas religiones, muchas fracciones de la sociedad ignoran lo que Cristo fue; edifican casas en la arena de la playa y no en la montaña de la Eternidad, pero los obreros que dependen de esos Maestros de obras, los creyentes automáticos que creen porque ven creer, maquinas humanas que obedecen sin replicar, no son tan responsables de la debilidad de sus actos como lo es el pastor que guarda y conduce el rebaño.

El que no tiene inteligencia para analizar y comparar, y obra por instinto de imitación y que no tienen conciencia de sus actos, el Padre los mira con la compasión que se mira a un niño cuando da sus primeros pasos en la senda de la vida.

    Es bueno compadecer a las falanges de los fieles de todas las religiones positivas, que van hacia Dios, pero por un camino largo. Cristo dio la libertad de la razón al hombre y el Universo por templo, sin altares, ni ritos, ni ceremonias clericales; dejo al hombre por herencia el espacio y el tiempo y por ejemplo a imitar su modo de morir.

¡Cuan pocos comprendieron a Cristo!

¡Como hemos empequeñecido su memoria!

¡A la sombra de su gran figura cuantos crímenes se han cometido!...

   Cristo que fue la humildad personificada, que sufrió resignado la befa y el escarnio, hecho un día a los mercaderes del templo a latigazos. Pues para nosotros los Espiritas nuestro templo deberá ser todo lugar, todo paraje, todo sitio donde se rinda culto a la civilización, debemos unirnos todos los espiritas de este globo y decir por medio de la palabra, el libro, el periódico, de los cuadros, de las estatuas, de todos los objetos y artefactos que el hombre no puede hacer, que el Espíritu no es juglar de oficio. Que no posee con las comunicaciones de ultratumba el oráculo de Napoleón. Que lo único que ha conseguido es convencerse de sus pasadas existencias y conformarse, resignarse con sus penalidades presentes. Que el verdadero espírita solo se ocupa del díptico del templo de Belfos “conócete a ti mismo” y el conocimiento de nuestra niñez nos hace mucho más indulgentes con los demás.

    El Espiritismo es grande por sí solo, no necesita de pequeños accesorios ¡Espíritas! No nos asemejemos al siervo que guardó el talento que su señor le dio. Seamos como su compañero  que le dieron cinco y devolvió diez. No tengamos la Luz debajo del celemín. La unión es el símbolo de la fuerza moral y material, demostremos que el Espiritismo no es un arte de hacer fortuna, es sencillamente el arte de “Conócete a ti mismo"

   Aquellos que estudian en los libros de la Codificación no caminan a ciegas, porque no importunaran a los sabios con preguntas insignificantes aunque para ellos sean importantes y en las reuniones familiares, donde el vocabulario es sencillo, no sentirán la sed de no encontrar lo que buscan. El estudio del Espiritismo no nos hace libres, nos hace honrados, despertando en nosotros los más nobles y elevados sentimientos, porque nos demuestra que prácticamente somos desgraciados porque queremos serlo, y solo seremos felices cuando sembremos con nuestras virtudes las semillas de la felicidad.

  Sin excluir de esta ley, al monarca poderoso y al infeliz mendigo: ambos pueden trabajar en su progreso, los dos pueden aspirar a ser amados, los dos son miembros útiles del gran cuerpo social; Con el estudio del Espiritismo desaparecen las castas degradadas y los hijos desheredados, lo mismo que las razas privilegiadas, y los seres elegidos. Todos los Espíritus con el don de la inteligencia, la aspiración eterna del progreso y el patrimonio del tiempo; tiempo que no concluye, el alma vive siempre y siempre está en vías de perfeccionamiento.

  Nuestra gran Amalia ese Espíritu de luz nos decía que las comunicaciones con los Espíritus había que mirarlas con profundo respeto y evitar el engaño. La impaciencia en el Espiritismo es el mayor escollo que podríamos poner en nuestro camino los médiums. Ella huía de preferir las comunicaciones firmadas con nombres celebres, en la religión y en la ciencia. Para ella estaban demás las santidades de unos y la sabiduría de los otros. Creía en que los Espíritus debían estar en relación directa con el grupo formado para escucharlos, por eso en una reunión familiar compuesta de mujeres humildes y en su mayoría ignorante ella no aceptaba como buenas las comunicaciones de sabios doctores de la iglesia, ni de santos ilustres como Teresa de Jesús. Decía que en la tierra las mujeres honradas, modestas, educadas, no acuden en las horas de asueto a las tabernas. Van al teatro, de paseo, a las reuniones buscando amigas afines, con sus sentimientos y costumbres. La juventud no busca para su esparcimiento a los viejos. Buscan a los jóvenes. Los hombres rudos del campo no buscan a los sabios o académicos, cada cual se suele mantener dentro de su esfera de acción.

  Los Espíritus de igual manera, por ley natural ven más claro que los encarnados, cuando se dan cuenta de la continuidad de su vida no acuden a los centros donde no tienen el menor lazo de atracción. Podrán acudir de vez en cuando, por ejemplo como acuden los catedráticos a las escuelas para ver el estado de adelanto de los alumnos, pero estar a disposición de los niños jamás.

    La comunicación de los Espíritus es innegable, en ciertas ocasiones se obtiene el nombre pero esto es porque la aproximación de un alma querida nos produce todas las sensaciones conocidas y otras muchas de las que no tenemos idea.

   Amalia sintió un placer que nunca había sentido, al escuchar hablar a Miguel Vives. Mientras el médium hablaba, ¡ella sentía el calor de la vida! Calor que luego no volvía a sentir ¡ Ella sintió a su madre y fue tal la sensación y sentimiento que no pudo dudar de que realmente su madre estaba allí y era realmente la que le estaba hablando.

   En otras ocasiones otros médiums, por consolarla y animarla le decían: “tu madre está aquí” ella agradecía la buena intención de esos médiums que para consolarla lo decían, pero ella por dentro sabía que su madre no estaba allí.

   En la sesión de  Tarrasa que es la que hemos mencionado, la comunicación  fue espontánea, con lenguaje sencillo lleno del más puro sentimiento, la hizo creer que era su madre el Espíritu que hablaba. Ella se preguntaba a si misma ¿es ella? Ella sintió un alivio muy grande al sentirse amparada por el Espíritu de su madre que la hacía no sentirse sola en brazos de la adversidad.

   Todos los médiums tienen una labor que hacer y cuando llega su tiempo,  todos notan algo diferente, algo que no es natural (lo de todos los días) y es entonces cuando deben dichos médiums tomar decisiones y si estas son acertadas reafirmarse y entregarse a ellas porque si no lo hacen pasará como cuando a Jesús cuando le preguntaron por la venida de Elías y El contestó que había venido y no lo habían reconocido, pobres ciegos que por su terquedad y pereza, por su desmesurado orgullo reniegan y dan de lado los lazos que tienen la espiritualidad para que vean la verdad de la vida, no la que espantada por el fanatismo, hecha para fines e intereses mundanos y que a ningún sitio verdadero llevan, pero a nadie hay que  obligar ni empujar. Cada uno por si solo debe procurarse su gloria o su infierno, somos hacedores de todo cuanto nos acontece.

    Amalia al igual que Cervantes, sentía gran pesar al ver que el fruto de sus trabajos  iba a quedar sin quien le apadrinase y sin duda alguna, por este motivo resolvió dictar su  prólogo desde el Espacio para que su obra fuera completa.

    Estuvo en lo cierto porque nadie mejor que ella podía hacerlo: Mas como Espíritu  en estado desencarnado ve, observa y comprende las cosas con la amplitud de conocimientos que no le es posible en estado encarnado, por estar sujeto a las condiciones de la evolución de la materia con quien, temporalmente, está asociado para su  manifestación, de aquí que lo que el Espíritu de nuestra querida Amalia dictó, más que un prólogo, resulta ser una obra completa de educación moral y progresiva al hacer la  síntesis de su progreso con el relato de las varias manifestaciones materiales de su Espíritu  en la Tierra. Que es cierto lo que digo, lo podéis observar, ¡Lectores hermanos! Cuando en el principio de su prólogo nos dice: Que nos lo da para que aprendamos a regenerarnos.

    Es de notar  la diferencia que existe entre los conceptos emitidos por Amalia en lo  que de su puño y letra escribió en su última fase de la vida y lo que su Espíritu dictó desde el Espacio: En toda su obra lo que más resplandece es la sinceridad que es la lógica más  contundente para llevar el convencimiento a los ánimos, que sin prejuicios, estudien y  mediten sobre todos y cada uno de los pasajes de que hace mención en su última encarnación.

    El presentimiento de nuestra Amalia, por no decir la clarividencia de su Espíritu, de  la misión a cumplir en la Tierra, hizo que se presentase entre nosotros escueta como la  Verdad, sin temor a ser falseada y sin necesitar del subterfugio de las falsas apariencias para  abrirse camino entre los abrojos del desamparo, ingratitudes y desengaños, que al parecer,  amenazaban desgarrar con sus afiladas púas, lo que en ella era invulnerable y estaba  escudado por su inquebrantable fe.

   La fragancia de esta violeta de los bosques neutralizaba el ponzoñoso hálito de los  orgullos y su radiante túnica de la caridad le ponía a cubierto de las asechanzas que sus detractores fraguaban en la oscuridad de su egoísmo y maléficos celos.

   En sus Memorias no se sabe qué admirar  más, si la sencillez en la exposición de los hechos, o la sublimidad de conceptos que en sí encierran; recomendándonos tan noble señora, que  el faro que la alumbro a ella, “El Espiritismo” nos alumbre también a nosotros los espiritas actuales,  para que el fango de las pasiones no nos lleve a cometer los deslices que hasta ahora seguimos cometiendo, el Espiritismo es la brújula que norteada por Jesús podrá llevarnos al puerto de nuestra redención y salvación.

TRABAJO REALIZADO POR Merchita

Extraído de diversos libros de Amalia, en especial el de sus "memorias"

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Pluralidad de mundos habitados

                    Camille Flammarión (Astrónomo)
      ¿Quién no se ha preguntado alguna vez, al mirar el cielo, si hay otros planetas como la Tierra? ¿Si hay otros seres inteligentes como los terrícolas? ¿Desde cuándo lleva el hombre haciéndose estas preguntas? Desde los tiempos más remotos, siempre,  todas las civilizaciones y culturas, celtas, egipcios, griegos… tenemos grandes filósofos, pensadores, religiosos y grandes personas de genio que respaldan la teoría de la pluralidad de mundos habitados. Esta idea se basa en la existencia de otros mundos y seres, además de nuestro planeta y sus habitantes; esta creencia íntima nos muestra en el universo un vasto imperio en dónde la vida se desarrolla bajo las formas más variadas.
Repasando los estudios astronómicos vemos cómo con la evolución de la tecnología, esta teoría ha ido adquiriendo cada vez más peso. Ya en el siglo XVI Copérnico lanzó la hipótesis del sistema heliocéntrico «La Tierra, los planetas y satélites de nuestro sistema Solar giran alrededor del Sol», idea que le ocasionó grandes problemas con la Inquisición. Será Galileo, constructor del primer telescopio en 1609, quien acepta abiertamente este sistema, razón por la que fue perseguido y encarcelado hasta la muerte, por la Iglesia.
Newton estableció las leyes de gravitación universal, a través de las cuales nuestra estrella (Sol) dirige y sostiene estos ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, formando nuestro sistema solar. En la actualidad, La Unión Astronómica Internacional (UAI) excluyó en Praga a Plutón como un planeta de pleno derecho del Sistema Solar, tras largas e intensas controversias sobre esta resolución.
Ya con los telescopios modernos, se sabe que en nuestra galaxia (Vía Láctea) hay entre cien mil millones y cuarenta billones de estrellas, encontrando en el Universo cien millones de galaxias. Quiero hacer mención al ejemplo comparativo del astrónomo inglés James Jeans, ya que desde esta perspectiva es más fácil hacerse una idea de las dimensiones de la Vía Láctea. Asignamos a la órbita de la Tierra el tamaño de la cabeza de un alfiler, a la órbita de los astros de nuestro sistema solar, el de una moneda de veinte céntimos y nuestra galaxia sería la distancia comprendida entre América del Norte y América del Sur, como dice el gráfico inglés. Hoy en día se envían satélites teleguiados en busca de la periferia de la moneda, permaneciendo el resto desconocido. También se sabe que hay estrellas tan grandes como nuestro sistema solar. A continuación, plantearemos tres hipótesis que Divaldo Pereira Franco escribió en su libro En el borde del infinito:
Partiremos de la base de que cada estrella de la Vía Láctea puede tener sus propios planetas, tomando como ejemplo el Sol, que tiene asignado ocho planetas conocidos.
1ª.- Asignando dos planetas al resto de soles de nuestra galaxia, tendremos un total de doscientos mil millones de planetas.
2ª.- Supondremos que sólo un uno por cien de estos planetas tienen las mismas características y edad que tiene la Tierra, teniendo ya dos mil millones de planetas parecidos al nuestro.
3ª.- Digamos que tan sólo un uno por cien de estos planetas tienen las mismas condiciones de vida que la Tierra, con lo que tendríamos una cifra de veinte millones de planetas iguales al nuestro en nuestra galaxia. Desde un punto de vista científico y aplicando la lógica y la estadística, con la grandeza que nos rodea ¿Cómo podemos atrevernos a pensar que sólo en la Tierra existe vida inteligente?
«Estamos en un mundo desconocido, sin saber dónde estamos, ni quiénes somos, ni adónde vamos» (Camille Flammarion, 1842-1925, astrónomo)
En El Libro de los Espíritus, Allan Kardec también se ocupó de la pluralidad de mundos habitados, en las preguntas 55, 56 y 57, que transcribimos a continuación:
«P. 55 ¿Están habitados todos los globos que giran en el espacio? R. Sí, y el hombre de la Tierra está muy lejos de ser el primero en inteligencia, en bondad y perfección como él presume. Sin embargo, hay hombres soberbios que se creen que este pequeño globo es el único que tiene el privilegio de ser habitado por seres racionales. ¡Qué orgullo y qué vanidad! Creen que Dios ha creado el universo para ellos solos.
P.56 ¿Es una misma la constitución física de los diferentes globos?
R. No, no se asemejan en nada.
P.57 ¿No siendo una misma para todos la constitución de los mundos, dedúcese que los seres que los habitan tendrán diferente organización?
R. Sin duda alguna, como en el vuestro, los peces están hechos para vivir en el agua y las aves en el aire" 1
Jesús también nos habla de ello en el Evangelio. Nos dijo: «Hay muchas moradas en la casa de mi padre», con ello se estaba refriendo al principio de la pluralidad de mundos habitados y Dios, que no hace nada inútil, en los planetas donde no se desarrolla la vida material (física), permite que haya vida espiritual.                                                                                                                                                                              Todo tiene una función, todo progresa y evoluciona, nada es por acaso y, si observamos lo que nos rodea, podemos contemplar la grandeza de Dios y de su Obra.                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Jesús legó al mundo un estatuto de vida moral capaz de elevar a los hombres a la cima de la evolución planetaria, practicándolo, haremos de este planeta un mundo mejor.
Javier Gargallo
1 Las preguntas son hechas por Allan Kardec a través de diferentes médiums a los espíritus superiores, verdaderos autores del libro.
Art. tomado de la Revista de la FEE Diciembre 2003
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             EN CASA
                          Emmanuel ( Psicografía)

Nadie huye a la ley de la reencarnación.
Ayer, atrajimos la confianza de un compañero, induciéndolo al colapso moral.
Hoy, lo tenemos en la condición del pariente difícil, que nos pide incesantes sacrificios.

Ayer, abandonamos a la joven que nos amaba, inclinándola a caminar en las lagunas del vicio.

Hoy, la tenemos de regreso como hija incomprensiva, necesitada de nuestro amor.

Ayer, colocamos el orgullo y la vanidad en el pecho de un hermano que seguía nuestros ejemplos menos felices.

Hoy, compartimos con él, la característica del esposo despótico o del hijo-problema, el cáliz amargo de la redención.

Ayer, olvidamos los compromisos venerables, arrastrando a alguien al suicidio.

Hoy, reencontramos a ese mismo alguien en la persona de un hijito, portador de molestia irreversible, tutelándole, a expensas de lágrimas, o trabajo de reajuste.

Ayer, abandonamos a la compañera inexperta, a la mengua de todo auxilio, situándola en las garras de la delincuencia.

Hoy, la hallamos a nuestro lado, en la presencia de la esposa conturbada y enferma, para exigirnos la permanencia en el curso infatigable de la tolerancia.

Hoy, moramos en el espinar en forma de hogar, cargando fardos de angustia, a fin de aprender a plantar cariño y fidelidad.

Frente a cualquier dificultad y a toda prueba, bendícela siempre y haz lo mejor que puedas.

Ayuda a los que comparten la experiencia, mira por los que te persiguen, sonríe a los que te hieren y disculpa a todos aquellos que te injurian…

La humildad es la llave de nuestra liberación.

Y, sean cuales sean los obstáculos en la familia, es preciso reconocer que toda construcción moral del Reino de Dios, ante el mundo, comienza en los cimientos invisibles de la lucha en casa.
(Psicografia de Francisco Cándido Xavier, del libro LUZ EN EL HOGAR. FEB.)

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 ¿Qué explica el Espiritismo?   
La Doctrina Espírita sí cumple con su cometido de auxilio para el progreso de la Humanidad, por medio del entendimiento correcto de lo que ocurre con el espíritu después de la muerte.

Data de 1861 la más completa y grandiosa publicación realizada sobre el fenómeno mediúmnico, El Libro de los Médiums.

Esta obra corregida, revisada, modificada y aprobada por los espíritus superiores a través de la psicografía, es un verdadero tratado   experimental sobre la mediumnidad.

Presenta:

⦁ la teoría;
⦁ los detalles y aspectos de todos los géneros de manifestaciones;
⦁ los medios para comunicarse con lo invisible;
⦁ el desarrollo de la facultad mediúmnica;
⦁ las dificultades y engaños que se pueden encontrar en su práctica;
⦁ orientan el empleo de la mediumnidad para un fin útil;
⦁ los motivos por los cuales no debe ser profesionalizada.

Médiums psicógrafos:

Los médiums psicógrafos están clasificados en tres grupos de acuerdo con el grado de trance mediúmnico que alcancen y de la forma como captan el mensaje: mecánicos, semi-mecánicos e intuitivos.
Los recados recibidos por ellos pueden ser más o menos extensos, según el grado de la facultad mediadora.
Este libro es un acervo imperecedero que sirve de itinerario seguro y ofrece cultura doctrinaria para aquel que desee profundizar en ese tema.
Ahondar en la especificidad mediúmnica no es el tema que nos trae hoy, sin embargo, recomendamos el esmerado estudio de este libro.

El espiritismo es pródigo al informarnos de que la muerte no existe, hecho que nos alegra enormemente porque somos lo que siempre hemos querido ser, inmortales.
Las voces del Más Allá nos enseñan que la vida obedece a un proceso cíclico, estamos encarnados de forma pasajera en una condición de aprendiz en la gran escuela terrena.
En algún momento, dejaremos esta vida liberando el espíritu que está temporalmente sujeto a la materia para seguir viviendo en otra dimensión.
Recorriendo los innúmeros relatos espirituales y agrupando los hechos descritos, obtenemos medios de investigación y análisis de las circunstancias que siguen a la muerte.

Los hermanos espirituales nos brindan ejemplos de ello en el libro “El Cielo y el Infierno” que trae como meta última, elucidar el destino del hombre en el Más Allá.
Nos enseña que el cielo y el infierno son estados psíquicos íntimos e individuales que proporcionan la sensación de bienestar o de sufrimiento de acuerdo con la conciencia de cada uno frente a la Providencia.
Se aclaran además importantes cuestiones teológicas, que tanto han preocupado a las generaciones durante siglos, y que han llevado a una falsa concepción de la Divinidad y particularmente, de su propio rumbo espiritual.
Nos hacen una verdadera autopsia espiritual de la cual dilucidamos las consecuencias a las que quizás convendría prestar atención.

En tales páginas de luz podemos percibir los procederes de los espíritus y qué han hecho durante la vida física para llegar a disfrutar del estado de bienestar o sufrimiento en el Más Allá, pues narran las impresiones sufridas y las causas de las penas y goces.

Los mentores espirituales se pronunciaron dictando cómo es ese nuevo mundo, explicándonos que está lleno de movimiento, de color, de música, de palpitante vida y de sentimientos reales, revelándonos detalles de las comunidades espirituales y características de sus habitantes.

Extraemos de esos informes los lazos que unen estrechamente la vida cotidiana con la vida después de la muerte.

Los motivos para que una persona no acepte a la desencarnación pueden ser muy variados, es difícil generalizar basándose solo en una causa, no obstante, haremos algunas consideraciones como tentativas de entender un poco más tan intrigante problemática:

No se acepta la muerte:
por rebeldía frente a Dios por considerarla injusta
⦁ por la creencia en que no existe nada después
⦁ por el miedo a las consecuencias que el espíritu podría padecer por los propios actos en el Más Allá
⦁ por el miedo a perder el disfrute de los vicios a los cuales está vinculado,
⦁ por el apego, por el orgullo y por el egoísmo en ocupar una condición socio-económica, son ejemplos de ello.

Tales actitudes normalmente generan sentimientos de inquietud e inseguridad en aquellos que las defienden y les propicia un apego a la materia.
Existen aquellas personas para quienes la muerte es algo indiferente, viven de espaldas a este hecho irremediable disfrutando de lo material sin ninguna creencia en el porvenir, hecho que les genera un gran vacío existencial.
No obstante, otras tienen ideas diametralmente opuestas: aceptan la muerte, comprenden los mensajes espirituales y trabajan para su propio perfeccionamiento.
En ese caso las comunicaciones y el conocimiento del mundo mayor incrementan la seguridad, en consecuencia les procura un bien.
Sin embargo, hay otro hecho que puede preocupar a las personas, la confianza en la vida futura no excluye los temores de la transición, muchas personas no temen la muerte en sí misma, sino la transición al nuevo hábitat.
Les atormenta la punzante incertidumbre de la duda de lo que va a pasar.
Observamos que las sensaciones experimentadas en el momento de la iniciación a la vida espiritual, o sea, el momento de la muerte, no siempre son iguales. En ese punto tanto la religión como la ciencia guardan silencio.
Eso ocurre porque les falta el conocimiento de las leyes que rigen las relaciones del espíritu con la materia.

Estaba reservado al espiritismo ofrecer la explicación más racional y grandiosa a todos esos temas, y al mismo tiempo, la más consoladora para la humanidad trazando la línea de unión entre ambos conceptos: fe y razón.

- Claudia Bernaldes de Carvalho-

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