jueves, 26 de noviembre de 2009

Espíritu y materia

La materia existe en estado que el hombre ignora.

1. Más allá de la ciencia, que es la fuente de los conocimientos que el hombre pude adquirir con el propio esfuerzo, aplicando la inteligencia, a lógica de los raciocinios y el método experimental, tiene en la revelación otra importante fuente de adquisición de conocimientos. Dios permite que la revelación le sea hecha por intermedio de Espíritus Superiores en el dominio exclusivo de la ciencia pura, esto es, sin cualquier objetivo utilitarista, aplicación práctica o tecnológica.

2. La Ciencia terrenal se limitó hasta hoy a considerar como únicas realidades existentes la materia y la energía. Profundizándose, no en tanto, en el estudio de esos dos elementos, el hombre llegó a la conclusión de que ellos están de tal modo y tan estrechamente relacionados que representan, en verdad, dos expresiones de una sola y misma realidad, no siendo la materia más que energía condensada o concentrada, limitada en su fuerza y dinamismo propios, verdaderamente esclavizada, encerrada, en ámbitos restrictos para formar las masas densas de los cuerpos materiales.

3. inversamente, en determinadas condiciones, la materia es obtenida en su masa, desconcentrándose, descondensandose, desintegrándose y liberando energía en radiaciones diversas de naturaleza corpuscular. Así, hay, siempre, lado a lado en el Universo, materia densa y energía libre en interacciones reciprocas, que condicionan los dos procesos inversos de condensación y de liberación de energía. Es ya enorme el acervo de conocimientos que sobre ese aspecto del Universo la ciencia y la tecnología permitieron al hombre acumular, más que, evidentemente, escapa a los objetivos de este resumen.

4. Es importante, no en tanto, asimilar que la Ciencia no considera, en la constitución del Universo, sino el elemento material, quiera en su estado denso, quiera en sus manifestaciones energéticas. La revelación no procedió así y fue más allá, al enseñar que existen fundamentalmente dos elementos generales en el Universo: el elemento material y el elemento espiritual. Es mas: el elemento material no abraza solamente las formas densas, visibles y tangibles, dotadas de masa y ponderabilidad, extensión e impenetrabilidad, más también estados sutiles, inaccesibles a nuestros sentidos, en que desaparecen la tangibilidad y la ponderabilidad, y surge la característica penetrabilidad, con relación a la masa densa.

5. Al tratar del asunto, en respuesta a la pregunta formulada por Allan kardec, a los espíritus Superiores esclarecieron que la materia existe en estados que el hombre ignora y puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil que ninguna impresión cause a los sentidos. Definiéndola, ellos dijeron: “La materia es el lazo que prende al Espíritu; es el instrumento del que este se sirve y sobre el cual, al mismo tiempo, ejerce su acción”. (L. E, ítem 22)

Materia y espíritu son elementos generales del Universo.

6. Conforme la enseñanza que los Espíritus transmitieron en aquella oportunidad, dos serian los elementos generales del Universo: la materia y el espíritu, y por encima de todo, Dios, el Creador, el Padre de todas las cosas. Dios, espíritu y materia constituyen, por tanto, el principio de todo lo que existe, la trinidad universal. Más – recuerdan los inmortales – al elemento material es preciso juntar el fluido universal, que desempeña el papel de intermediario entre el espíritu y la materia propiamente dicha, que es por demás gruesa para que el espíritu pueda ejercer acción sobre ella.

7. Aunque sea licito clasificarlo como elemento material, el fluido universal de el se distingue por propiedades especiales. El está colocado entre el espíritu y la materia. Es fluido, como la materia es materia, es susceptible, por sus innumerables combinaciones con la materia, de producir bajo la acción del espíritu la infinita variedad de las cosas de que solamente conocemos una mínima parte. El fluido universal, también llamado fluido cósmico, primitivo o elemental, es no solo el agente del que el espíritu se utiliza, más también es el principio sin el cual la materia estaría en estado de división y no adquiriría las cualidades que la gravedad le da.

8. Todo en el Universo, como vemos, procede de Dios, que creó el fluido universal que llena el espacio infinito y es, verdaderamente, el elemento primitivo a partir del cual se forma lo que en el Universo es material, como los planetas y los seres. Más Dios creo también el espíritu, elemento inteligente, que es sometido a la larga elaboración a través de los diversos reinos de la Naturaleza. En el contacto con los minerales, vegetales y animales, el principio inteligente recibe impresiones que, por la repetición, se van fijando, dando origen a automatismos, reflejos, memoria, instintos y hábitos que acaban por integrarse en individualidades conscientes, dotadas de razón y voluntad, libre albedrío y responsabilidad, destinadas a progresar hasta que adquieran pureza y perfección que las aproximan a la Inteligencia Suprema.

9. La idea creadora procede, por tanto, de Dios y puede surgir en espíritu, de lo que se concluye que solo el espíritu puede concebir ideas; la materia, no. La idea toma forma por la acción de la voluntad divina o del espíritu sobre el fluido universal que, por su naturaleza intermediaria entre espíritu y materia, está apto para recibir influencia de aquel, transmitiéndola a esta.

El fluido universal es el principio elemental de todas las cosas.

10. En síntesis, Kardec consigna en su obra los siguientes enseñamientos acerca del fluido universal: 1º. El fluido universal es una creación divina, no una emanación del Creador. 2º Elemento universal, es el principio elemental de todas las cosas. 3º. Para encontrarlo en su simplicidad absoluta, es preciso ascender a los espíritus puros, porque en nuestro mundo el está más o menos modificado, para formar la materia compacta que nos rodea. 4º. El, es el elemento del fluido eléctrico, es el estado que más se aproxima a su simplicidad absoluta es lo que llamamos el fluido magnético animal. El fluido universal es imponderable.

11. Con relación a la materia, enseña el espiritismo: 1º. La materia de un solo elemento primitivo; los cuerpos considerados simples son, en verdad, transformaciones de la materia primitiva. 2º. Las propiedades de la materia transcurren de las modificaciones que las moléculas elementales sufren, en ciertas circunstancias, por efecto de su unión. 3º. La materia elemental es susceptible de experimentar todas las modificaciones y de adquirir todas las propiedades. 4º. Es acertada la opinión de los que dicen que hay en la materia apenas dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento. Las demás propiedades no pasan de efectos secundarios que varían conforme la intensidad de la fuerza, la dirección del movimiento y la disposición de las moléculas. 5º. Las moléculas tienen forma, que es constante en las moléculas elementales primitivas y variables en las moléculas secundarias, que nada más son que aglomeraciones de las primeras. 6º. Lo que llamamos molécula está, no en tanto, muy lejos de la molécula elemntal.

12. Las enseñanzas espiritas con relación a la materia constituyen una admirable anticipación de las verdades sobre la discontinuidad de la materia y su unicidad. La primera ya fue probada experimentalmente por la Ciencia;: la segunda es admitida hoy como enteramente probable.

13. Con efecto, sin embargo se consideran actualmente, en base de la constitución de la materia, más allá de las moléculas y de los átomos, numerosas otras partículas, como los hadrón ([1]) y los leptón ([2]), en el tiempo de Kardec las partículas consideradas como las menores porciones de las sustancias se llamaban moléculas. Kardec no podía, por tanto, emplear en su época otro término sino moléculas para designar esas partículas, tanto las que representan la materia densa como los estados sutiles de la materia derivados directamente del fluido universal. La idea es, sin embargo, la misma, o sea, la materia es una y, a pesar de su aparente diversidad, todas las modalidades de sustancias no son nada más que modificaciones de la materia cósmica o sustancia elemental primitiva, de la cual deriva todo lo que es materia en el universo.



Respuestas a las cuestiones propuestas

1. ¿Que es lo que hoy la Ciencia entiende por materia?
R: Materia no es sino energía condensada o concentrada, limitada en su fuerza y dinamismo propios, verdaderamente esclavizada, encerrada, en ámbitos restrictos para formar las masas de los cuerpos materiales.

2. ¿Como define el espiritismo la materia?
R: Según la doctrina Espirita, la materia existe en estado que el hombre ignora y puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil que ninguna impresión causa a los sentidos. Definiéndola, dice el espiritismo: “la materia es el lazo que prende al Espíritu; es el instrumento de que se sirve y sobre el cual al mismo tiempo, ejerce su acción” (El Libro de los Espíritu, ítem 22).

3. ¿Cuantos elementos generales hay en el Universo?
R: Dos son, según el espiritismo, los elementos generales del Universo: la materia y el espíritu, y por encima de todo, Dios, el Creador, el Padre de todas las cosas. Más – recuerdan los inmortales – al elemento material es preciso unir el fluido universal, que desempeña el papel intermediario entre espíritu y la materia propiamente dicha, que es por demás grueso para que el espíritu pueda ejercer acción sobre ella.

4. ¿Que informaciones nos da el Espiritismo con relación al fluido universal?
R: aunque sea lícito calcificarlo como elemento material, el fluido universal se distingue por propiedades especiales. El está colocado entre el espíritu y la materia. Es fluido, como la materia es materia, es susceptible, por sus innumerables combinaciones con la materia, de producir bajo la acción del espíritu la infinita variedad de las cosas de que solamente conocemos una mínima parte. El fluido universal, también llamado fluido cósmico, primitivo o elemental, es no solo el agente del que el espíritu se sirve, más también el principio sin el cual la materia estaría en perpetuo estado de división y no adquiriría las cualidades que la gravedad le da. En síntesis, enseña el espiritismo acerca de ese tema: 1º. El fluido universal es una creación divina, no una emanación del creador. 2º. Elemento universal, es el principio elemental de todas las cosas. 3º. Para encontrarlo en su simplicidad absoluta, es preciso ascender a los espíritus puros, porque en nuestro mundo el está más o menos modificado, para formar la materia compacta que nos rodea. 4º. Es el elemento del fluido eléctrico, es el estado que más se aproxima a su simplicidad absoluta es lo que llamamos fluido magnético animal. 5º. El fluido universal es imponderable.

5. ¿Qué nos enseña la Doctrina espirita, con relación a la materia?
R: Con relación a la materia, el Espiritismo enseña: 1ª. La materia es formada de un solo elemento primitivo; los cuerpos considerados simples son, en verdad, transformaciones de la materia primitiva. 2º. Las propiedades de la materia provienen de las modificaciones que las moléculas elementales sufren, en ciertas circunstancias, por efecto de su unión. 4º. Es acertada la opinión de los que dicen que hay en la materia apenas dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento. Las demás propiedades no pasan de efectos secundarios que varían conforme a la intensidad de la fuerza. La dirección del movimiento y la disposición de las moléculas. 5º. Las moléculas tienen forma, que es constante en las moléculas elementales primitivas y variables en las moléculas secundarias, que nada más son aglomeraciones de las primeras. 6º. Lo que llamamos molécula está, no en tanto, muy lejos de la molécula elemental.


Bibliografia:

El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, ítems 17 a 34.

El Libro de los Mediúms, de Allan kardec, ítem 74.

Ciencia Fisicas y Biologicas, de José Coimbra Duarte, 26ª. Edición, pags. 17 a 19.



[1] Hadrón: designación genérica de partículas que sufren interacciones fuertes, y de la cual se conocen dos tipos: los barions, formados por tres quarks, y los mesons, formados por un quark y un antiquak.


[2] Leptón: Fermión que no sufre interacción fuerte con otras partículas a través de interacciones débiles, electromagnéticas o gravitaciones. Son leptón: el electrón, el muon, el tau, y los neutrinos asociados a cada una de esas partículas. El número de leptón se conserva en las interacciones entre partículas. Para cada lépton existe una partícula equivalente.



El Consolador

Revista Semanal de Divulgación Espírita

viernes, 20 de noviembre de 2009

EL CODIFICADOR DEL ESPIRITISMO


Hippolyte Léon Denizard Rivail, más conocido hoy bajo el seudónimo de «Allan Kardec», nació en Lyon, Francia, en 1804. Su padre, un distinguido jurista y juez local, quería darle la mejor educación posible, de modo que a los 10 años lo envió al Instituto Yverdon en Suiza, fundado y dirigido por J.H. Pestalozzi (1746-1827), el hombre que logró revolucionar la educación europea.Convencido de que la intuición es la fuente de todo conocimiento, Pestalozzi estimulaba a sus discípulos para que se desarrollaran como individuos, al tiempo que les sometía a un programa extensísimo que comprendía 10 horas diarias de lecciones sobre todos los aspectos de las artes y de las ciencias. Aquellos que, como Rivail, procedían de familias católicas, recibían también instrucción religiosa.Rivail permaneció seis años en Yverdon y esta estancia influenció profundamente el curso de su vida. Pronto decidió convertirse en profesor, para difundir los trabajos de Pestalozzi en Francia, y abrió su propia escuela en París en 1826. Para entonces ya había publicado el primero de lo que sería un total de 22 libros de texto sobre gramática francesa, matemáticas y reforma educativa. También inició una serie de cursos gratuitos sobre ciencias, que mantuvo durante 10 años.

Unos Comienzos Modestos

J.H. Pestalozzi , educador revolucionario influenció profundamente en los primeros años de Rivail, imponiéndole actitudes progresistas. Fue uno de los primeros en animar a los niños para que desarrollaran su personalidad, al tiempo que ampliaba sus mentes con lecciones sobre los temas más diversos.

Obligado a cerrar su escuela en 1834 por motivos económicos, Rivail tuvo que trabajar como contable para mantener a su familia, aunque continuó dando clases particulares gratuitas en su casa, y, a principios de la década de 1850, durante la que su carrera sufriría un cambio radical, era un educador conocido, progresista y librepensador. Anna Blackwell, que tradujo algunos de sus libros al inglés, le recordaba «más parecido a un alemán que a un francés». Era, decía, un hombre enérgico y perseverante, pero frío y cerebral, incrédulo por naturaleza y por formación, y un razonador agudo y lógico. Llevaba una vida tranquila y modesta y era muy trabajador; nadie veía en él al futuro fundador de una nueva filosofía religiosa.

Pero en 1848, en los Estados Unidos, habían sucedido unos hechos que iban a cambiar toda la filosofía de Rivail y a influenciar la de millones de otras personas. En el hogar de la familia Fox, en Hydesville, Nueva York, las mesas se movían solas y se oían misteriosos golpecitos, que aparentemente provenían de los «espíritus» de los muertos. Esto significó el surgimiento del movimiento espiritualista, que iba a hacer furor en París, así como en otras ciudades europeas. Al cabo de poco tiempo, y en palabras de un periodista de la época, no hubo ninguna mesa entre Montmartre y los Campos Elíseos que no se hubiera puesto patas arriba.Rivail, a pesar de que sentía interés por todos los temas, se mostró al principio muy escéptico. En unos de sus primeros libros había escrito: «Si se han estudiado las ciencias, hay que reírse ante la credulidad supersticiosa de los ignorantes y no es posible creer en fantasmas», y cuando, en 1854, un amigo le dijo que las mesas no sólo saltaban, sino que transmitían mensajes de los muertos, Rivail replicó: «Sólo lo creeré cuando lo vea.»No parece que estuviera ansioso por verlo, porque hasta el año siguiente no asistió a una sesión, donde presenció una demostración de «escritura en cesta», una forma primitiva de escritura automática, en la que las manos de los asistentes se colocaban dentro de una cesta, a través de la cual era conducido un lápiz. «Pude darme cuenta -recordó más adelante-, de que había algo serio tras aquella aparente trivialidad..., como la revelación de una nueva ley, que decidí investigar a fondo.»

Lo hizo sin perder tiempo, y pronto observó que, mientras los mensajes recibidos en las sesiones eran a menudo frívolos, invariablemente adquirían un tono serio cuando se dirigían a él personalmente. Su amigo, el autor teatral Victorien Sardou, le pidió que revisase unos libros de notas tomadas por el grupo con el que él había estudiado los fenómenos espiritualistas durante cinco años. Rivail quedó impresionado por «la sabiduría y la caridad que emanaban de las comunicaciones serias», y emprendió una intensa serie de sesiones con una medium llamada Japhet, en las que propuso una serie de preguntas para que los espíritus las contestaran, cosa que hicieron.El año siguiente, publicó más de 500 preguntas, respuestas y comentarios personales bajo el título de Le livre des esprits (El libro de los espíritus), que revisó y aumentó tres años más tarde. Se publicó bajo el nombre de Allan Kardec, un nombre tomado de la ascendencia bretona de Rivail, y que al parecer fue elegido por los propios espíritus. Así, Rivail se convirtió en Kardec, y cuando murió en 1869 había escrito o, como él prefería decir, había «compilado y ordenado», cinco libros y dos monografías, insistiendo en que el contenido principal no provenía de su trabajo, sino del de numerosos espíritus «avanzados» que se comunicaban a través de diferentes mediums.Sus obras principales fueron: El libro de los espíritus (1857 y 1860), El libro de los mediums (1861), El Evangelio según el espiritismo (1864) -publicado en España en 1978-, Cielo e infierno (1865) y Génesis (1867). También fundó, editó y escribió gran parte de la revista Revue Spirite, hasta su muerte en 1869.A pesar de su fe inconmovible en la comunicación con los espíritus de los muertos, la filosofía de Kardec no formaba parte de la corriente espiritualista sino que era, según sus palabras, espiritista. La diferencia era crucial para los seguidores de ambas filosofías, y les condujo por caminos muy distintos.

Lo Visible Y Lo Invisible

El momento cumbre de una sesión decimonónica: la mesa levita misteriosamente. Rivail contemplaba estos fenómenos -y las pretendidas comunicaciones de los espíritus-con prevención, pero llegó a creer que había un propósito serio bajo los mensajes frívolos y triviales que se recibían normalmente.

La premisa básica del espiritismo es que hay dos mundos: el visible y el invisible, que contienen seres materiales e «incorpóreos», respectivamente.
El espíritu es una sustancia formada por materia «quintaesenciada» que está fuera del alcance de nuestros cinco sentidos normales, que se une con el cuerpo físico mediante un cuerpo intermedio, semimaterial, llamado «periespíritu».
Al nacer, tomamos formas temporales, materiales, y cuando éstas son destruidas por la muerte física, el espíritu permanece, para reaparecer quizá en otra reencarnación.
Nuestro propósito es evolucionar hacia la perfección, y nos reencarnamos tan a menudo como sea necesario para lograrlo.
Todos somos la suma de aquello que hemos sido, lo que hemos hecho o pensado en vidas anteriores, y todo el proceso, según Kardec, no es milagroso ni sobrenatural, sino que es el resultado de leyes naturales e inmutables.
Mientras que el espiritualismo, tal como lo veía Kardec, simplemente manifestaba una creencia en algo más allá de la materia, el espiritismo trataba de la «relación del mundo material con los espíritus», entidades reales que están siempre en contacto con nosotros.
Kardec nunca pretendió que fuese una nueva religión, sino una filosofía racional basada en hechos demostrados repetidamente que recuperaba el sentido original de todas las religiones. No pretendía, como alegaban sus críticos, sustituir al cristianismo. «La moral del espiritismo no es diferente de la de Jesús», escribió, añadiendo que, tal como la enseñanza de Jesús recuperó las de Moisés, el espiritismo era una recuperación de principios cristianos básicos que habían sido abandonados por la mayoría de las iglesias establecidas. «¿Por qué -preguntaba- se practican tan poco las enseñanzas morales de Cristo? ¿Y por qué aquellos que proclaman la sublimidad de las mismas son los primeros en transgredir la primera de sus leyes, la de la caridad universal?»
Los libros de Kardec forman el estudio más claro y extenso del mundo invisible escrito hasta el momento. Es interesante compararlos con los escritos de Emanuel Swedenborg y los de Andrew Jackson Davies «el vidente de Poughkeepsie», cuyo Principios de la naturaleza se publicó en 1847. Aunque los tres profundizaron en un mismo campo, Kardec es el único que no era ni un medium ni un místico, sino un recopilador de escritos salidos de otras manos. Su propia contribución a estos libros se limita a comentarios sobre el material recibido, y en éstos se presenta como un hombre razonable e inteligente. Como él mismo decía: «estudié los hechos con cuidado y perseverancia, los coordiné y deduje de ellos sus consecuencias».
Kardec fue uno de los primeros investigadores psíquicos serios, y encontró tiempo además para estudiar fenómenos paranormales de muchos tipos en toda Francia. Veinte años antes de la fundación de la Sociedad para la Investigación Psíquica, publicó relatos detallados, en la Revue Spirite y en El libro de los mediums, de varios casos excelentes que a menudo olvidan los historiadores. Escribió extensamente sobre el medium Jean Hillaire, el curandero Jacob el Zuavo, la posesión masiva de la ciudad de Morzine y varios ejemplos de lo que ahora llamamos actividad poltergeist.
Mantuvo correspondencia con D.D. Home, el psíquico inglés, a quien admiraba mucho, y fue testigo de multitud de fenómenos paranormales, llegando a ver una mesa de 100 kg balancearse en un ángulo de 45º sobre una sola pata. Pero le interesaban menos estos fenómenos que sus implicaciones.

Todo efecto inteligente, argumentaba, debe tener una causa inteligente, y había evidencia más que suficiente en favor de la realidad de la comunicación con los «muertos». Pero esto no quería decir que hubiera que aceptar todo lo que éstos dijeran o escribieran. «No faltan escritores en el mundo invisible -decía-,pero, como en la Tierra, escasean los buenos.» Algunos espíritus, comentó, «saben menos que nosotros en la Tierra». El investigador debía ser «crítico y lógico».Kardec murió mucho antes de la edad de oro de la psicología francesa y de la primera psiquiatría, en la que pioneros como Janet, Charcot y Bernheim proporcionaron un enfoque más clínico para estudiar las anormalidades hasta entonces inexplicadas de la experiencia humana (muchas de las cuales continúan siendo aún hoy un misterio). Se puede creer que, a pesar de su honestidad e inteligencia, fue simplemente engañado por astutos falsos mediums. Pero no parece probable, por dos razones principales. Primera, los fenómenos que explicó y las conclusiones a las que llegó fueron esencialmente las mismas que las de otros investigadores, algunos de ellos grandes científicos, como Robert Hare en los Estados Unidos o Alfred Russell Wallace y más adelante sir William Crookes, en Inglaterra, quienes hubieron de modificar sus creencias a causa de lo que habían presenciado.
Segunda, tal como insistía el propio Kardec, lo importante era lo que decían los mensajes mejores de los espíritus, no el fenómeno en sí. El mensaje, de hecho, y no el medium era lo importante. «Pueden reírse de las mesas que se mueven, pero nunca se reirán de la filosofía, la sabiduría y la caridad que emanan de las comunicaciones serias.»
Como era de esperar, Kardec no fue muy apreciado por la Iglesia Católica, que incluyó su obra en el Index librorum prohibitorum en 1866, pero aun así él replicaba a menudo con todo detalle a las críticas. Una vez agradeció a un sacerdote haberle atacado «educadamente y en un francés más o menos correcto», y cuando en 1861 quemaron un montón de obras suyas en Barcelona, comentó simplemente, «pueden quemar libros, pero no ideas».

Sus libros se han seguido publicando en varias lenguas, y sus ideas han tenido una influencia considerable en diversos países, especialmente en Brasil, donde el movimiento espiritista pronto ganó respetabilidad gracias sobre todo al apoyo del doctor y estadista Adolfo Bezerra de Meneses. Hoy, las estadísticas estiman que más de 20 millones de brasileños practican el espiritismo y, de acuerdo con la insistencia de Kardec en la caridad como su deber primordial, han llevado a cabo algunas de las obras sociales más importantes del mundo.Brasil posee ahora grandes hospitales que combinan el tratamiento médico y el espiritual, orfelinatos, centros de enseñanza para mediums y curanderos y lugares de reunión públicos donde se imparte gratuitamente consejo y cuidados a todo aquel que lo solicita. En uno de ellos, en el centro de São Paulo, 200 mediums voluntarios atienden cada día a 1000 personas.
Se han vendido varios millones de ejemplares de los libros de Kardec y de otros inspirados por éstos, y el retrato de Kardec ha aparecido tres veces en los sellos brasileños.Este honor habría quizá molestado al hombre que escribió, en la «Conclusión» de El libro de los espíritus:
¿En qué consiste el trabajo especial y característico del espiritismo moderno? En hacer un todo coherente de lo que hasta ahora ha estado esparcido; en explicar, en términos claros y precisos, lo que hasta ahora ha estado oscurecido por el lenguaje alegórico: en eliminar los productos de la superstición y de la ignorancia de las creencias humanas, dejando sólo lo que es real y verdadero. Ésta es su misión.
Los hechos del espiritismo, concluía, habían dado el golpe final al materialismo y «mostrado los resultados inevitables del mal y, en consecuencia, la necesidad del bien» mientras que en lo que respecta a la vida futura, ya no se trataba de «una vaga imaginación, una simple esperanza, sino de un hecho».

( ver  el blog  elespiritadealbacete.blogspot.com )

Una de Fantasmas

¿Existen los fantasmas?.-


Existen Seres invisibles, sin una realidad física, que antes fueron seres humanos y tras el fenómeno de la muerte, pueden acreditar de alguna forma su existencia.

Un fantasma es una aparición “vaporosa” e impalpable del cuerpo fluídico del Ser, encarnado o desencarnado . También se les conoce como “Espectros”. Algunos diccionarios los definen como “la figura de una persona muerta que aparece a los vivos”. Esta explicación es incompleta, pues también es posible la aparición fantasmal de personas que aún están vivas.

La palabra “fantasma” deriva de un verbo griego que significa “aparecer” o “mostrarse”. Este fenómeno es básicamente sensorial, y suele causar una impresión acompañada de reacciones y emociones traumáticas a quienes se muestra. Las visiones fantasmales también pueden aparecer solamente en el plano mental del que lo percibe , siendo en este caso un fenómeno de carácter absolutamente subjetivo, aunque no por ello menos real para el que lo experimenta..

La presencia visible y hasta “tangible” del Ser espiritual , con las mismas formas y apariencias de cuando era una persona viva, con el propósito de poder ser reconocido por personas de este mundo , es no solamente posible, sino evidente, tal como se acredita en cientos de casos habidos por todo el mundo, de la realidad de su existencia y de su presencia ante muchos y muy diversos testigos, y que han sido fotografiados y vistos totalmente o en parte, o que incluso después de su desaparición tras haberse materializado, han dejado huellas físicas de su presencia real en moldes de escayola o parafina.Los fantasmas se pueden dejar ver y a veces incluso hasta tocar, cuando hasta cierto grado, pueden condensar de alguna forma la energía de que está formada su envoltura espiritual, y la materializan hasta hacerla no solamente visible , sino hasta palpable . Sin embargo también suelen proporcionar pruebas claras de su naturaleza no física, pues por ejemplo pueden dejarse ver atravesando paredes u otras materias sin la menor dificultad. A veces en la aparición, también pueden llegar a verse animales u otros objetos espectrales, aunque en este caso, bien puede ser debido a mostrarse el “escenario”normal que tenía en vida el presunto fantasma, que de este modo se hace reconocer, o también se puede deber , según la Parapsicología, a estar plasmadas estas imágenes en los llamados “Archivos Akásicos”, de los que mas adelante hablaremos, y que por un mecanismo todavía desconocido, se dejan ver en un momento determinado para luego volver a desvanecerse.

El investigador G.N.M. Tyrell, en su libro “ Apparitions”, publicado en 1.943, identifica varios grupos de fantasmas en base a las conductas mostradas por los mismos. El primero está formado por las apariciones que frecuentan sistemáticamente un lugar determinado; se caracterizan por que no provocan miedo, son inofensivos y a veces incluso llegan a ser tratados por los humanos que habitan en donde están habitualmente, como un miembro más de la familia. De esta clase de Entidades existen numerosas pruebas fotográficas de su existencia. La segunda categoría, es la de las apariciones “post mortem” que tienen lugar casi siempre inmediatamente después de la muerte de la persona, y no suelen estar relacionadas con algún lugar o acontecimiento concreto. En tercer lugar están los casos “críticos”, como es el de la aparición de alguien que está viviendo una situación crítica, como lo es un accidente grave , una enfermedad, o la misma muerte.

Las materializaciones de Seres incorpóreos se denominan Ideoplastias cuando son provocadas por la energía psíquica del medium, que la exterioriza plasmándola en una forma física. Esta consiste en la formación de cuerpos materializados formados por el Ectoplasma o Energía Biótica que es una materialización o condensación de energía vital y orgánica, expelida por un médium, a través del cual se manifiestan Seres desencarnados que aprovechaban esta especie de materia sutil y moldeable para tomar formas físicas. Estas formas ectoplásmicas se dieron con frecuencia en los comienzos del Espiritismo, y dieron pie a muchos fraudes; sin embargo la realidad de su existencia quedó patente tras haber sido analizado y observar en su composición, abundancia de glóbulos rojos procedentes del médium ,teniendo esta extraordinaria clase de materia de un caracter transitorio y breve, porque al cabo de pocos minutos tras ser expelida desde el cuerpo del médium, se “volatilizaba” y desaparecía sin más ante la vista de los observadores. Actualmente son muy raras estas formas de materialización espiritual y en algún raro caso , que se ha dado en el seno de algún “Centro Espírita”, se ha mantenido en secreto y no ha transcendido a la opinión pública por expreso deseo del Ser espiritual manifestante.

Las materializaciones ectoplámicas se dieron en una época concreta y posteriormente , creo que por razones evolutivas de la mediumnidad, ya no se hace necesaria esta forma de manifestación.

La aparición y materialización directa del Espíritu también es posible y se da mas frecuentemente que la anterior , recibiendo el nombre de Fantasmogénesis .En estos casos la energía de un medium no interviene en su formación. Estas materializaciones espirituales, cuando se producen lo hacen con solidez , siendo capaces de reflejarse en espejos y de producir ruidos de pisadas etc, dando la impresión de ser tan reales y tangibles como en las personas vivas, aunque solo durante un periodo de tiempo bastante limitado .

No se sabe muy bién el por qué, las apariciones o presencias fantasmales, suelen provocar en las personas presentes en el lugar de la aparición , una súbita sensación de frío, como si se notara una crriente de aire helado que hiciese estremecer a estos testigos. .

A veces los fantasmas también pueden proceder del alma de una persona viva que así se manifiesta durante el sueño o durante estados de trance, o bien porque tiene la capacidad de “desdoblarse” y de producir fenómenos de bilocación llegando a materializar su periespíritu. Allan Kardec en “El Libro de los Mediums” , dedica todo un capítulo al estudio de las apariciones de los vivos.

En definitiva, los fantasmas, tanto si son humanos como si no lo son , tanto si son animados como inanimados, demuestran que existe otra esfera de la realidad diferente a la nuestra .


-Jose Luis Martín-

El Espiritismo en Albacete

Albacete, como todos saben, es una ciudad pequeña que siempre se ha caracterizado por tener ciertas inquietudes culturales , expresadas en exposiciones, conferencias diversas, etc. El ansia de saber y de conocer y hasta a veces, de experimentar, siempre fué una constante. Así , por Albacete han pasado los Gnósticos, los Brama Kumaris, los Rosacruces, etc, habiendo sido el Ateneo de Albacete el aglutinador y el punto de encuentro de estas inquietudes culturales de tanta gente en esta ciudad.

También pasó el Espiritismo, mal representado en una asociación que bajo el nombre de “Parapsicología”, parece que escondía la realidad simple y sencilla: eramos espíritas, o tratabamos de serlo. Con ayuda de la “Asociación Parapsicológica de Villena”, con la que nos unió una estrecha relación, así como con la de Valencia, la de Bocairente, y la más desapercibida de todas: una de Fuente VAqueros (Granada), que en realidad era una cooperativa agrícola, pero practicando la esencia del verdadero espiritismo, en medio de una estrecha convivencia y colaboración entre sus mienbros, dedicados a hacer una silenciosa caridad con el producto de su trabajo y su cooperación , que alcanzó, no solo a esa localidad, sino también a ciertos países empobrecidos de sudamérica. También el grupo de Villena dió un radical giro a sus actividades, pues tras unos de formación y cohesión, se transformaron en una ONG dedicada a socorrer a los mendigos que pasaban por ese pueblo….., pero eso… es otra historia.

El grupo de Albacete terminó por desaparecer, pero la semilla espírita quedó en los corazones de algunas personas, entre las que me incluí desde el principio, y a partir de aquella experiencia , ya no dejé nunca de formarme y de profundizar estudiando lo que ha venido en llamarse “doctrina espírita”, divulgando a su vez en la medida de lo que pude, lo que para mí ha sido un gran tesoro en mi vida; un tesoro íntimo y valioso que ha sido el motor que ha ido moldeando mi vida entera, social y familiar.

Sirva esta introducción para señalar simplemente, que el Espiritismo nada tiene que ver con, brujerías, hechizos, conjuros, pactos diabólicos, magias, hechiceros,ni nada que se le parezca. Es una doctrina filosófica con base a un método científico de observación, y con unas consecuencias morales profundas, coincidentes con las enseñanas esenciales del Maestro Jesús de Nazaret. Al respecto no deja de sorprenderme que enseguida tras aparecer este artículo en el blog, rapidamente le han adjudicado al margen, enlaces y anuncios de hechizos, magias, etc.

Al menos si nos permiten seguir en candelero, este bolg servirá para disipar tantos prejuicios y desinformación que lleva a asociar al Espiritismo con todo aquello que no lo es.

Fué codificado por el pedagogo francés Hipolite Lión Denizart Rivail, quien se interesó por el entonce de moda , fenómeno de las mesas danzantes, que vinieron a ser una llamada de atención para que su investigación aclarara la mediumnidad y tantos y tantos conceptos y temas que escribió con lo que obtuvo a través de ella.

El Espiritismo, en definitiva, es un factor que puede cambiar y mejorar nuestras vidas, al comprender mejor quienes somos los seres humanos, de donde venimos y hacia donde vamos o cual es nuestro destino, así como el qué y el para qué estamos en este mundo. Y sobre todo confirma y demuestra el maravilloso mensaje de que la vida no se nos termina con la muerte del cuerpo…. pero eso… será historia para otro momento.

Jose Luis