jueves, 30 de junio de 2016

KARDEC, UN ESPÍRITU DE ESCUELA



       LAS PERCEPCIONES DE LA MENTE 

La percepción se ha definido frecuentemente como el conocimiento directo de los objetos y acontecimientos a través de los sentidos. El conocimiento indirecto, sin intervención de los sentidos, como por ejemplo el recuerdo, no es una percepción, sin embargo es muy difícil aislar la percepción de los otros fenómenos psicológicos. 

Ante una mancha roja y algo redonda, por ejemplo, percibimos una manzana; pero es indudable que reconocemos ese objeto gracias a la experiencia que de él hemos tenido anteriormente. De este modo, la percepción está ligada íntimamente a nuestra experiencia que tenemos del mundo externo, de modo que es imposible percibir algo sin relacionarlo con ella. Por ello, mientras no se tenga la experiencia inicial de algo, sólo tendremos sensaciones de las cosas, siendo este elemento el primer contacto con el mundo. Percepción y sensación son un tanto difícil de separar en el proceso de construcción del conocimiento. 

Las escuelas materialistas en el estudio de la percepción se centran en un punto concreto, además de otros que no señalaremos para no salirnos de la exposición sintética, como es la invariable necesidad de los sentidos físicos para recibir las impresiones del mundo y convertirlas en percepción, para lo cuál preguntamos: de donde provienen las percepciones de esos niños “superdotados” que terminan en conocimientos muy profundos dentro de la cultura, del arte y la ciencia? De donde procedieron los conocimientos de algunos grandes pensadores de la historia, que sin tener los elementos que les proporcionaran captar la experiencia por los sentidos físicos, dieron con teorías tan acertadas a cerca la vida y del universo?. 

Pongamos sólo un caso específico: Nicolas Copérnico en el siglo XVI de nuestra era, nos legó su teoría del heliocentrismo en su trabajo “De la revolución de los Cuerpos Celestes”, echando por tierra el sistema Geocéntrico de Ptolomeo y defendido por Aristóteles y Tomás de Aquino; de donde provino ese conocimiento si en esa época no había como experimentarlo por medio de los sentidos físicos a falta de aparatos especializados como el telescopio? O el caso de la Gravitación Universal de Newton? Por cuál sentido captó Isac Newton esa fuerza gravitacional de los astros?, qué decir de la curvatura espacial de Einstein o de los Agujeros Negros de Stephen Hawking? 

Si las percepciones dadas por la experiencia, que proporcionan un conocimiento son inicialmente canalizadas por los sentidos físicos, y de hecho esto es lo aceptado, de dónde procede el lenguaje matemático? De dónde vino la idea del átomo de Demócrito en un momento de la historia en que no habían los aparatos especiales para su captación? En un ambiente más del común de todas las personas; de donde proviene la diferencia conductual de los niños educados bajo los mismos parámetros de comportamiento de los padres? Y sus diferencias de aptitudes e ideas innatas? 

No hay una verdad con dos matices y sólo una consideración es cierta si es capaz de resolver todos los problemas con planteamientos lógicos al entendimiento humano. Existe una explicación a estos fenómenos por medio de las percepciones extrasensoriales, aunque algunos niegan la existencia de algún otro sentido en el hombre; pero cómo podremos reconocer su existencia si quizá no hemos desarrollado ese sentido? Y si alguien lo ha desarrollado por qué negarlo? El ojo de un perro no capta el color, y por eso, si el perro tuviese la condición de razonar, podrá decir que los colores no existen por que él no los ve?. 

Además del sentido extrasensorial de algunos, la doctrina espírita nos habla del fenómeno reencarnatorio, donde el cúmulo de experiencias ya adquiridas en la vivencias anteriores y almacenadas en el inconsciente, son algunas veces sacadas al consciente y manifestadas a través de las llamadas ideas innatas, de las tendencias, más allá de los factores ambientales y genéticos que influyen en el desarrollo de las personas, y cuando ese ser se encuentra aventajado por el tiempo vivido, acumulando experiencia tras experiencia, nacen en la humanidad como esos grandes genios que demuestran una capacidad sorprendente frente al común de las personas. 

Esto se entiende porque el momento de la creación de los individuos no se hizo al mismo tiempo, Dios está creando constantemente y si un individuo posee más conocimientos que otro, es debido al tiempo que lleva acumulando experiencias a través de las diferentes vidas y su aprovechamiento. No se trata de un acaso de la naturaleza, se trata de construcción individual; Dios da a cada uno las mismas capacidades, las mismas posibilidades de adquirir conocimientos a través de las experiencias, la diferencia está en la forma de su aprovechamiento y del tiempo expresión de cada uno. 

Hoy notamos la tendencia materialista frente a estos hechos con el surgimiento de las Neurociancias, y conceptos más fríos, no por ello dejan de ser fascinantes, realzan a la experiencia por medio de los sentidos físicos y sólo físicos a una posición casi inalcanzable, poniendo incluso al pensamiento como una especie de segregación hormonal. Veamos algo: 

En el libro de Ernesto Bozzano “Cerebro y Pensamiento” (*), demuestra con pruebas fehacientes los casos de individuos que conservan su inteligencia y sus procesos psicológicos normales a pesar de la destrucción parcial o total del cerebro. Bozzano reproduce en su libro un caso observado por el Doctor Geley y publicado en su obra “Del Inconsciente al Consciente”, diciendo que “Un joven, Luis B., jardinero de París, había sufrido la oblación de una parte considerable de su hemisferio cerebral izquierdo (Sustancia cortical, sustancia blanca, núcleos corticales) y, a pesar de ello, continuó intelectualmente normal, no obstante la privación de circunvoluciones consideradas como asiento de las funciones esenciales”. 

En otro aparte reproduce la experiencia del Doctor Robinson, expuesto por el Profesor Edmundo Pierre en la Academia de Ciencias de París: “Se trata de un individuo de 62 años de edad, y que a consecuencia de una ligera herida en la región occipital, presentó algunas perturbaciones visuales que llamaron la atención; sin embargo no se produjo ningún síntoma alarmante, ni parálisis ni convulsiones. Los demás sentidos permanecieron en estado normal...Al cabo de un año, el enfermo falleció bruscamente a causa de un ataque epileptiforme. Al hacerle la necropsia, el Dr. Robinson comprobó que el cerebro de este hombre tenía la forma de una cáscara muy delgada que, al cortarla, dejó brotar una enorme cantidad de pus...Cómo es posible que una destrucción tan completa del órgano cerebral no haya producido ningún síntoma grave y característico? Y qué se hace, ante un hecho de esta índole, la doctrina de las “localizaciones” que atribuye a las distintas zonas o regiones del cerebro funciones bien determinadas? El Dr. Robinson apoyándose en este caso singular y en los sabios estudios de los doctores Van Gehuten y Pedro Marie, llega a la conclusión de que esta teoría debe ser revisada. (Annales des sciences Psychiques, 1914, pag. 29)”. 

El profesor Ernesto Bozzano nos deja este comentario: “...por consiguiente, los casos de esta índole no son literalmente explicables por ninguna hipótesis fisiológica y arrastran a la vasta nada de las teoría erróneas, aquella que afirma que “el pensamiento es una función del cerebro”, y por necesidad nos vemos obligados a reemplazarla por la teoría opuesta, según la cuál el órgano cerebral está invadido y dirigido en sus funciones por algo cualitativamente distinto, donde reside la Consciencia Individual.. .”. o sea, el Espíritu. 

*. BOZZANO, Ernesto, Cerebro y Pensamiento y Otras Monografías


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      JESUS ,KARDEC Y NOSOTROS
Si Jesús se considerase tan puro,al punto de no tolerar el contacto con las debilidades humanas,si admitiese que todo debe ser exclusiva obra de Dios.si nos reconociese irremediablemente perdidos en la rebeldía y la delincuencia,si condicionase el desempeño de su apostolado al solo apoyo de los hombres mas cultos,si aguardase el poder del dinero o de las influencias políticas o si retrocediese frente al al sacrificio para el cumplimiento de su misión,con seguridad que no conoceríamos la luz del Evangelio que nos aclara el camino de nuestra emancipación espiritual.
Si Allan Kardec sobrestimase la elevada posición que ocupaba en el círculo de la aristocracia intelectual,colocando sus merecidos títulos y honra por encima de sus propias convicciones,si permaneciese a la expectativa de la adhesión de personalidades ilustres al mensaje de que fue portador,si esperase la ayuda financiera para lanzarse a la tarea,si evaluase sus dificultades de educador,con escaso tiempo para dedicar a otros compromisos que los de su magisterio,o si s detuviese frente a las calumnias e injurias que se le interpusieron en su camino,no tendríamos la codificación de la doctrina espiritista que complementa al evangelio y nos brinda el conocimiento de responsabilidad frente a la vida.
Reflexionando en Jesús y Kardec,quedamos sin comprender nuestra incompetencia cuando nos declaramos demasiado virtuosos,ocupados,instruídos,tímidos,incapaces o decepcionados paa atender nuestras obligaciones para con la Doctrina Espiritista.Tanto es asi que si ellos-el Maestro y el Apóstol-pasaron entre los hombres sufriendo dilaceraciones y ejemplificando el bien por amor a la verdad,mientras nosotros,conciencias endeudadas,eludimos el aprender y el servir en nuestro propio provecho,indiscutiblemente estaremos,sin percibirlo,bajo la hipnósis de una obsesión oculta que se manifiesta con sensatez por fuera y locura por dentro.
EMMANUEL
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                                          LA FELICIDAD
El concepto espírita de la felicidad no siempre concibe a los felices tal como lo hace el común de las gentes. 
Hay personas que se preocupan por ser felices tratando de procurarse el máximo bienestar, y caen en la desdicha provocada por el tedio. 
Hay seres que lidian por destacarse, considerando que ésta sería la manera de ser dichosos, pero cuando consiguen lo que anhelaban se confiesan desafortunados por sentirse incapaces para desempeñar la función que se les encomendó. 
Hay felices en las mesas abundantes que incuban enfermedades con los excesos gastronómicos a los que se aficionaron, y hay desdichados que padecen por la carencia de los más fundamental para la subsistencia, pero sacan provecho de las lecciones que la vida puso en sus caminos y conquistan los tesoros de los valores imperecederos. 
En todo lugar nos encontramos con los felices de la salud que, abusando de su fortaleza física, son sorprendidos por una desencarnación prematura; como también solemos hallar a los desdichados por la enfermedad que, por los cuidados que prestan a sus cuerpos, alcanzan a vivir una larga existencia. 
En todo lugar observamos contrastes que nos aleccionan.... Circunstancias felices generan muchas veces grandes tormentos en el futuro, por no haberse sabido emplear con criterio  tales momentos favorables que nos fueron concedidos. Aquí y allá surgen, innumerables veces, los felices- desdichados que se arrojan en los equívocos y los desdichados-felices que se elevan con las dificultades de las prueba. 
Socrates, considerado un desdichado, es el padre de la filosofía. 
Anitos, imaginando feliz, todavía hoy el mundo lo sigue recordando como un verdugo. 
Jesús, supuesto un desdichado, es el renovador de la Tierra. 
Barrabás, tenido`por feliz, hasta ahora los hombres lo siguen conceptuando como un malhechor.* 
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Apliquemos el entendimiento espirita en los acontencimientos cotidianos y verifiquemos que los felices y los desdichados no están calificados por la riqueza o la indigencia que los rodeó exteriormente. Son y serán siempre aquellos que, en cualquier circunstancia, construyen la felicidad o la desdicha de los demás, puesto que las leyes de la vida determinan que el hombre sea puesto a prueba por el hombre y especifican, además que la felicidad o la desdicha provocadas por alguien en los senderos ajenos, ellas vuelven, matemáticamente, hacia quien las ocasionó. 

Emmanuel 

Médium Francisco Cándido Xavier. 

Comentario .En Memorias del Padre Germán tenemos el relato de un espíritu, que una vez inclinado al bien, dice al Padre Germán, que bueno es ser bueno, ya sentía en su espíritu la dulzura del amor, que la luz nos guíe, para que dominando nuestras imperfecciones, seamos constructores de felicidad.Luz progreso y paz Marco Antuan.
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                  LA MATERIA
       
Del mismo modo que los fenómenos de incorporación nos inician en las leyes profundas de la psicología, la reconstitución de las formas de espíritus va a familiarizarnos con los estados menos conocidos de la materia. Al mostrarnos la acción que la voluntad puede ejercer sobre los imponderables, nos descubrirá los más íntimos secretos de la creación, o mejor aún, de la eterna renovación del Universo. 
Sabemos que el fluido universal o fluido cósmico etéreo representa el estado más simple de la materia; es tan grande su sutileza que escapa a todo análisis. Y no obstante, de este fluido proceden, mediante condensaciones graduales, todos los cuerpos sólidos y pesados que constituyen el fondo de la materia terrestre. Estos cuerpos no son tan densos ni tan compactos como a primera vista nos parece; son atravesados con la mayor facilidad por toda clase de fluidos, y aun los mismos espíritus los atraviesan sin dificultades. Éstos, por la concentración de su voluntad, ayudados por la fuerza psíquica, pueden disgregarlos, disociar sus elementos, volverlos al estado fluídico, trasladarlos y reconstituirlos luego en su primer estado. Así se explican los fenómenos de traslación de objetos materiales a través de obstáculos materiales también. Recorriendo estos grados sucesivos de rarefacción, vemos a la materia pasar del estado sólido al líquido, de éste al gaseoso y finalmente al fluídico. Los cuerpos más duros pueden de este modo volver al estado invisible y etéreo. En sentido inverso, también el fluido más sutil puede cambiarse, gradualmente, en un cuerpo opaco y tangible . La Naturaleza entera nos demuestra el encadenamiento de las transformaciones que conducen a la materia desde el estado etéreo más puro al más grosero estado físico. 
A medida que se verifica y se hace más sutil, la materia va adquiriendo propiedades nuevas, fuerzas de una intensidad creciente. Los explosivos, las radiaciones de ciertas substancias, la potencia de penetración de los rayos catódicos, la acción a grandes distancias de las ondas Hertz, nos dan de ello abundantisimos ejemplos, llevándonos a considerar el éter cósmico como medio en que la materia y la energía se confunden, constituyendo el gran foco de las actividades dinámicas, la parte de las fuerzas inagotables que la voluntad divina dirige y de donde surgen en ondas incesantes las armonías de la vida y el pensamiento eternales. 
¡Pues bien! y aquí la cuestión va a tomar una no esperada amplitud, la acción ejercida por la potencia creadora sobre el fluido universal para dar vida a sistemas de mundos, vamos a encontrarla en manifestaciones más modestas, aunque sometida a leyes idénticas, en la acción del espíritu reconstituyendo las formas pasajeras que han de establecer, a los ojos de los hombres, su existencia y su identidad. 
Las mismas nebulosas, agregados de materia cósmica condesada, germen de mundos, que nuestro telescopio nos muestra en el fondo de los espacios, van a aparecer también en la primera fase de las materializaciones de espíritus. Por este camino vemos cómo la experimentación espirita nos conduce a las más amplias consecuencias. La acción del espíritu sobre la materia puede hacernos comprender de qué modo se elaboran los astros y se desenvuelve la obra gigantesca del Cosmos. 

LEÓN DENIS 
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KARDEC, UN ESPÍRITU DE ESCUELA

Las reverencias que debemos a Kardec no están moldeadas en el fanatismo; al contrario, el respeto que tenemos estriba en el aprecio sincero, consideración y estima que se granjeó a lo largo de su existencia inmaculada, donde, según los historiadores y escritores serios, jamás se vislumbró falta alguna en su reputación, desde el nacimiento, en la famosa Lyón, hasta su deceso, en la celebrada París.
Fue un genio preparado desde la más temprana edad en todos los ramos del conocimiento, absorbiendo brillantemente los postulados de la pedagogía de Pestalozzi, base para el desempeño eficiente de los trabajos en la codificación del Espiritismo, una empresa ardua que le exigió trabajo interminable, paciencia, abnegación, coraje y perseverancia continua.

El Espiritismo no está personificado en ningún hombre. Es la obra de los Espíritus Superiores, cuya falange, dirigida por el Espíritu de Verdad, encontró en Allan Kardec su más abnegado misionero, el terreno en la Tierra para implementación de la nueva orden prometida por Jesús.

Aunque contó con el concurso de los médiums para la recepción de los mensajes, Kardec fue aquel que ordenó, de forma tal de facilitar el estudio de las verdades espirituales difundidas por el Espiritismo, transformando en Código las decenas de mensajes, que recibió de los amigos que lo invitaron a participar en las sesiones espiritas de París. Esto significa decir que Kardec no se prestó al mero papel de un "office boy" de los espíritus, llevando a la imprenta una obra lista para la publicación.

Kardec usó su talento para colocar en orden los mensajes recibidos, elaboró las preguntas cuyas respuestas encontraba en aquellas orientaciones superiores; las cuales rehacía pacientemente hasta que se ajustasen  al comando superior, en fin ..., no pudo ser para cualquiera la misión de codificar una Doctrina como el Espiritismo, lanzando el "Libro de los Espíritus", su obra básica, en apenas dos años (1855-1857), dominando todo su contenido con anticipación, justamente para poder, por el método de codificación, hacer que la obra de los Espíritus se fácil e inteligible para todos aquellos   que buscasen sus veneradas enseñanzas.

El buen sentido es una de las características más apreciadas en Allan Kardec. Siempre ponderado, dijo todo aquello que era necesario y nada de aquello que no debía decir, aunque lo supiese, dejándolo al tiempo o sugiriendo las informaciones adicionales que su madurez le indicaba recomendar.

Fue humilde, usó el seudónimo Allan Kardec para que no quedaran dudas de que el Espiritismo es realmente la obra de los Espíritus y no una concepción humana de Hyppolyte Léon Denizar Rivail, el profesor y hombre de ciencia respetado , honrado y competente, considerado por los amigos de París como el estudioso mejor preparado para el estudio de los fundamentos de esta doctrina que sacudió al mundo, derrotando el materialismo y probando, de forma ineludible e  insofismable: la inmortalidad del alma, la reencarnación, la comunicación de los Espíritus, la sublimidad de la Ley de Causas y Efectos, la inexorable obligatoriedad de transitar por las sendas del progreso, siempre en marcha ascensional y la necesidad de la práctica reiterada de la Ley del Amor y la Caridad, valioso pasaporte a la conquista de la felicidad que nunca se acaba.

En los tiempos actuales, más fuerte que nunca, se desarrolla el Espiritismo como un poderoso árbol cuyas raíces penetran en todas las capas de la sociedad.

No estamos ya en las épocas en que era suficiente la fe para asegurar la certidumbre de la vida futura.

El espíritu moderno necesita algo más que afirmaciones; Allan Kardec comprendió esto, de ahí que toda su enseñanza reposase  en la observación rigurosa de los hechos. El demostró que las relaciones  entre los hombres  y desencarnados constituyen la piedra angular de la filosofía científica del porvenir. En sus obras no hay especulaciones metafísicas vagas sino únicamente deducciones inmediatas y tangibles, al alcance de todas las inteligencias. El estudio de la vida  en lo indivisible se desarrolla con insuperable rigor. La responsabilidad de las acciones queda comprobada en todas las comunicaciones mediúmnicas. Se asiste al mañana de la muerte con todas las  consecuencias  que la vida terrenal origina, conforme el empleo que de ella se haya hecho en pro del bien o del mal.

Abarca la demostración de las leyes de amor y fraternidad, que no son vanas formulas sentimentales sino realidades efectivas.  Se concibe, entonces,  que la gran ley de la evolución, por la que deben todos los seres pasar, es una necesidad que se impone a la razón con tanto o más rigor cuanto la experiencia  lo comprueba.  Cuando exista una sociedad más equitativa cuando, lleguen estas verdades al corazón de los hombres, se abrirán las flores de su alma aun embrionaria.

La pureza de estas enseñanzas es una garantía de su segura autenticidad, basándose en la Justicia y Bondad de Dios, Kardec restableció la verdadera doctrina de Cristo, alterada por tantos siglos de interesadas interpretaciones.

Las voces de lo invisible, llaman a la Humanidad a sus destinos superiores, para que marche hacia un porvenir de concordia y amor.

Es necesario conocer a este Hombre, gran misionero, hombre sencillo, justo y bueno, que fue Allan Kardec. Hay que divulgar su hermosa labor, su incesante preocupación por llevar a buen termino  la obra que emprendió en medio de las emboscadas  que le tendió la envidia, de las perfidias  y odios levantados por la doctrina superior que el sembraba en el campo de las ideas.

Kardec contó con la gratitud  de todos aquellos a quienes proporcionó el medio de comunicarse con sus seres amados, siendo recompensado por la alegría que experimenta cuando conseguía disminuir el sufrimiento de los desheredados de este mundo, al abrir la puerta del ideal a los que sucumbían entre las garras del dolor y de la miseria.

Por eso Allan Kardec vivirá en el corazón de los pueblos cuando estos comprendan y practiquen la sublime doctrina de la que ha sido el apóstol fervoroso e infatigable propagador.

TRABAJO REALIZADO POR MERCHITA

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miércoles, 29 de junio de 2016

Acción y Reacción



                              TODOS   LLEGAREMOS
               

A nosotros, hombres, encerrados en la carne, nos es difícil formarnos una idea del papel del Espíritu, que lleva en sí todas las potencias, todas las fuerzas del Universo, todas las bellezas, los esplendores de la vida celeste, a los que  irradia sobre el mundo. Mas lo que podemos y debemos comprender es que 
estos Espíritus poderosos, estos misioneros, estos agentes de Dios han sido, como nosotros, hombres de carne, llenos de debilidades y de miserias. Si han llegado a esas alturas, es por sus investigaciones y sus estudios, por la aplicación, en todos sus actos, de la ley divina. Ahora bien, todo lo que ellos han hecho, podemos hacerlo nosotros. Todos tenemos en nosotros mismos los gérmenes de una potencia y de una grandeza iguales. Todos tenemos los 
mismos destinos espléndidos; todos tenemos el mismo porvenir grandioso y sólo depende de nosotros realizarlo a través de nuestras existencias innumerables.

LEÓN DENIS


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AMIGOS ESPIRITUALES
La providencia Divina se manifiesta, incesantemente, en todas las situaciones y lugares, proporcionando vasta gama de recursos, con vistas a la protección, al futuro y al progreso de las criaturas...
Ese amparo acontece de infinitas maneras. Uno de ellos se da por intermedio de tutores espirituales, conocidos por el nombre de guías o amigos espirituales:
Es grandiosa y sublime la misión de los guías espirituales, pues revela la providencia, bondad y justicia del Creador para con sus hijos, proveyéndolos de medios para el perfeccionamiento.
Kardec clasificó a los guías espirituales en tres categorías: Espíritus protectores, Espíritus familiares y espíritus simpáticos.
El espíritu protector o ángel guardián, es siempre un buen Espíritu, más evolucionado. Se trata de un orientador principal superior. Su misión se asemeja a la de un padre para con sus hijos: la de orientar a su protegido por la senda del bien, auxiliarlo con sus consejos, consolarlo en sus aflicciones-
La misión de los espíritus protectores tiene duración prolongada, pues estos acompañan al protegido desde el nacimiento hasta su des encarnación. Su actuación no es de intervención absoluta en nuestras vidas. Evita tomar decisiones por nosotros respetando nuestro libre albedrio.
Se siente feliz cuando acertamos y se entristece cuando erramos, más tarde o más temprano, su tutelado volverá al buen camino. El amigo espiritual comparece cuando es invocado, por medio de una simple oración.
Ejercen supervisión general sobre nuestras existencias, tanto en el aspecto intelectual, incluyendo las cuestiones de orden material, como moral, prestando énfasis a esta última, por ser la que tiene preponderancia en nuestro futuro de seres inmortales.
Los Espíritus Familiares son orientadores secundarios. Aunque menos evolucionados, igualmente quieren nuestro bien. Pueden ser los Espíritus de nuestros familiares o amigos. Su poder es limitado y su misión es más o menos temporal junto al protegido.
Se ocupan con las particularidades de la vida íntima del protegido por tener con el más intimidad y vínculos sentimentales. Por ejemplo; cuando el protegido está recalcitrante y no oye los consejos superiores o presenta un comportamiento enigmático.
Pueden influenciar en la decisión de un casamiento, en las actividades profesionales, o aun mismo en la toma de decisiones importantes. Solo actúan por orden o permiso de los Espíritus protectores.
Los Espíritus Simpáticos pueden ser buenos o malos, conforme sean la naturaleza de nuestras disposiciones. Ligándose a nosotros por una cierta semejanza de gustos, de acuerdo con nuestras inclinaciones personales.
Se simpatizan con nuestros ideales, con nuestros proyectos, procuran ayudarnos y, muchas veces toman nuestros dolores contra nuestros adversarios, situación en que no cuenta con el beneplácito de los espíritus protectores.
La duración de sus relaciones que también son temporales, se halla subordinada a determinada circunstancias, vinculadas a la persistencia de los deseos y del comportamiento de cada uno.
Por tanto, nadie, absolutamente nadie, está desamparado. Entretanto, Dios no nos atiende personalmente, conforme a nuestros caprichos, más por intermedio de sus leyes inmutables de sus mensajeros, esto es, Dios auxilia a las criaturas por intermedios de las criaturas.
Los ángeles o protectores espirituales de hoy son los hombres de entonces, que evolucionaron, dejando para atrás la animalidad.
Esa ligación e interdependencia entre los Espíritus de las diversas fajas evolutivas, en permanente contacto con el plano físico, forman el calidoscopio de la gran familia universal, evidenciando las leyes de la unidad y de la solidaridad entre los seres.
Dios, nuestro Padre, no nos quiere como autómatas, más si como socios, creadores. Él quiere que tengamos la ventura de alcanzar la perfección por las propias fuerzas, disfrutando el mérito de la victoria sobre nosotros mismos.
Acordémonos, finalmente, de que cada uno de nosotros, encarnados, también pude y debe amparar al prójimo, de acuerdo con nuestra capacidad, independientemente del estado evolutivo en el que nos encontremos.
Procediendo, así, estaremos por nuestra vez, actuando como auxiliares de los guías espirituales, para el cumplimiento de los designios divinos, en la infinita escala que da acceso a las cimas evolutivas.
“Ten cuidado para que no te apartes psíquicamente de tu ángel guardián. El jamás se aparta de su protegido, más este, por presunción o ignorancia, rompe los lazos de ligación emocional y mental, abandonando la ruta libertadora. Cuando erres y experimentes la soledad, ponte en pie y búscalo a través del pensamiento en oración, partiendo de inmediato para la acción edificante.” (Joanna De Ângelis)

Tomado de la Revista El Reformador de Cristiano Torchi
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                     ACCIÓN Y REACCIÓN

Los Espíritus superiores a través del Espiritismo enseñan que la ley de acción y reacción funciona con todos los individuos y grupos. Profundizándose en el conocimiento de la Doctrina Espírita aprendemos que tan importante como no hacer el mal es hacer el bien. Nuestro karma o destino está íntimamente conectado con lo que hemos hecho en el pasado y lo que estamos haciendo en el presente.
Cotidianamente en todas partes, observamos situaciones y ocurrencias que nos parecen profundamente injustas.
Al lado del rancho donde hay tanto sufrimiento y miseria encontramos la suntuosa mansión, cuyos moradores lo completan con todo lo que el dinero y el prestigio pueden proporcionarles. A cada instante, en los más diversos puntos de la Tierra nacen niños saludables y otros enfermos, deformes, excepcionales y limitados; en cuanto una parte de la humanidad ya nace con inclinaciones buenas, dignas y honestas, otra demuestra desde la más tierna infancia tendencias hacia el hurto, la mentira, la hipocresía, la crueldad, la perversidad etc.
Lo mismo ocurre con la inteligencia, que no es hereditaria, porque muchas luminarias de la ciencia y del intelecto eran y son hijos de padres comunes y hasta así mismo poco inteligentes, en cuanto padres de gran capacidad mental han generado hijos limitados.
¿Y nos preguntamos entonces a nosotros mismos por que tantas y tan dolorosas diferencias entre los hijos de un mismo Padre? Si nosotros, humanos y falibles, no seríamos capaces de actos tan injustos o malos para con nuestros hijos, como podría Dios, siendo omnipotente, justo, sabio y perfecto, demostrar tanta incompetencia, injusticia y perversidad?
Mas nuestra razón nos dice que no puede ser... tiene que haber otras explicaciones, caso contrario, dejaríamos de cree en El y en esa descreencia sufrimos el gran vacío que, la fuga de la fe deja dentro de nosotros. La criatura sin fe es como la lámpara apagada, en medio de la oscuridad nocturna.
Mas, felizmente, siempre llega el día en que tomamos conocimiento de la reencarnación y de las leyes de causa y efecto o acción y reacción, que los orientales llaman karma.
Ese conocimiento entonces nos coloca de bien con la existencia y comenzamos a ver a Dios, el universo y los mecanismos de la vida bajo nueva luz.
Comprendemos, así, que ya vivimos muchas y muchas existencias en la materia, que somos el resultado de lo que fuimos e hicimos en nuestras vidas pasadas. Entendemos también que Dios no es el responsable por nuestras buenas o malas inclinaciones, por nuestra inteligencia y aptitudes, enfermedades o sufrimientos. Los responsables somos nosotros mismos, por la manera como viven ciamos nuestras existencias pasadas, así como también la presente.
Todo lo que fuimos se refleja en nuestra vida actual. Es la ley del retorno que nos devuelve por las manos de la justicia divina, todo lo que hicimos en el pasado distante o próximo. La siembra es libre, más la cosecha es obligatoria.
Es preciso, entre tanto, observar que el karma no es sólo negativo, es también positivo. El representa nuestra cuenta corriente con la vida, el retorno de los actos buenos y malos, de las acciones y omisiones que practicamos a lo largo de las encarnaciones y puede así mismo ser atenuado por la práctica del bien, por el amor puesto en acción. Siempre es oportuno recordar lo que dice el apóstol: “El amor cubre una multitud de pecados”. Esto significa que si dedicáramos parte de nuestro tiempo y posibilidades, tales como el amor, el trabajo, la palabra o dádivas materiales, orientando disminuir el sufrimiento del próximo o el mostrarle un nuevo camino con más luz y esperanza, nuestra propia vida, siendo más útil a los otros, será también menos sufrida para nosotros. Esa orientaron más allá fue dada por Jesús cuando dice: “A cada uno le será dado de acuerdo con sus obras”.
También es importante entender que no todos los sufrimientos son cárnicos, porque muchas veces reflejan apenas nuestras propias necesidades evolutivas. El dolor es el mensajero divino que despierta en nosotros los valores inmortales del espíritu. Es el quien nos acuerda y nos hace salir del marasmo o de la comodidad espiritual. También es a través del sufrimiento que más nos aproximamos a Dios.
Acontece, igualmente, que muchos espíritus, al planear sus futuras encarnaciones, piden a los mentores para nacer con defectos físicos u otros problemas, orientado a evitarles mayores caídas espirituales.
Cuenta el espíritu de André Luis, a través de la pictografía de Francisco Cándido Xavier (Chico Xavier) que cierta mujer pidió para reencarnar con determinado defecto físico, porque quería preservarse de las tentaciones y caídas, ya que en su última encarnación fuera muy bonita y cayera espiritualmente por las vías del sexo.
Otros espíritus programan sus encarnaciones de forma tal que precisen enfrentar dificultades diversas, a fin de no tener tiempo ni energía para nutrirse de los vicios o liviandades prejudiciales, que les obstaculizaron el progreso en anteriores encarnaciones.
Nuestras faltas, en la verdad y todo el mal que hacemos, quedan con una marcada presencia en nuestra conciencia profunda y cuando estamos en el mundo espiritual, con mayor acceso a esas recordaciones, llega siempre el momento en que sentimos la necesidad de liberarnos de ese peso. Trabajamos entonces para merecer nueva encarnación en la Tierra, orientando esos rescates, así como también nuevos avances o ganancias en nuestra evolución. No hay maldades ocultas en la tierra. Todos los crímenes y todas las faltas de la criatura humana, se revelan algún día y en algún lugar...
El Karma quiere decir “causa y efecto” es la cuenta de cada uno, englobando los créditos y los débitos que en particular, nos corresponden. Hay cuentas de esa naturaleza, no solamente catalogando y definiendo individualidades, sino también pueblos y razas, estados y instituciones.
La alegría de vivir es una invitación para una existencia rica en producciones morales, espirituales, artísticas culturales, estéticas y nobles.
El destino de nuestra existencia deja de ser vivir bien, que es una de las metas humanas, para bien vivir, que es una conquista personal intransferible, especial, que jamás se altera o se pierde, fomentando la felicidad y trabajando por la paz que todos aspiran.

-Mercedes Cruz-
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PERIODOS EVOLUTIVOS EN CADA REENCARNACIÓN DEL ESPÍRITU

Período infantil:  
La turbación no cesa en el instante del nacimiento, por el contrario persiste por algún tiempo. En los años siguientes de crecimiento del bebé, en el período de la infancia, el espíritu conserva esa turbación, que se va disipando despacio a lo largo del desarrollo del niño. 
El infante, en sus primeros años, debe adquirir capacidades motoras, de inteligencia, interactuar con el medio material para poder más adelante tomar decisiones en su vida de adulto. La función de la turbación en esa fase infantil es permitir un nuevo aprendizaje. 
En esa época, que puede durar más o menos siete años (como debemos saber, ese tiempo es relativo conforme al desarrollo de cada uno), el niño es susceptible a la influencia de los padres o tutores. Su personalidad es muy maleable, pudiendo absorber muchos conocimientos en varios aspectos, porque es más propicio a la asimilación de los principios educativos, donde las nociones morales vividas junto al ejemplo de los deberes de la vida deberían ser enseñadas en el seno donde vive. 
Es inmensa la responsabilidad de los progenitores o tutores en ese momento. Es de fundamental importancia que los padres sean conscientes de sus deberes y obligaciones para con el hijo, porque el niño absorberá lo que le enseñen, siendo un deber importantísimo de los padres o tutores la correcta educación moral e intelectual del niño, esforzándose para hacer del pequeño un individuo de bien, con valores morales. Si los padres fallan, por no dar al niño las enseñanzas morales correctas, tendrán que responder a eso y sufrirán en el mundo espiritual las caídas del hijo, sintiéndose responsables. 
La infancia es también una época de descanso para el espíritu y en ella el niño debe ir asumiendo poco a poco sus facultades inherentes, debe ir asimilando las condiciones físicas y mentales para desarrollar su encarnación con éxito. 
En ese momento infantil, las decisiones tomadas por un niño son proporcionales a sus necesidades básicas y sus sueños son pueriles. Él va adquiriendo paulatinamente el control de su libre albedrío, cuando empieza a tomar pequeñas decisiones. 

Período juvenil
Cuando llega la edad adolescente, esa edad de rebeldía a la que se refieren muchos padres, el espíritu se va mostrando tal como es, se transparenta su verdadero carácter y desvela algunas veces, facetas de su personalidad escondidas hasta entonces. 
Podemos observar que el olvido del pasado no es del todo absoluto en la encarnación, ya que en ese período se puede ver claramente en las inclinaciones de cada uno reminiscencias de vidas pasadas, en la manera de relacionarse con el medio en que se encuentra el espíritu encarnado, así como en las tendencias en hacer el bien o dejarse llevar por los impulsos viciosos que la sociedad ofrece. 

Período adulto: 
En la edad adulta el hombre ya posee todas las herramientas para decidir, actuar y resolver qué caminos a tomar, qué opciones elegir para sí mismo con total responsabilidad de sus actos. La ignorancia de su destino y del motivo de su presencia en la Tierra puede ser atenuante de las faltas que cometa pero no exime de la culpabilidad de ellas. 
Sabiendo, pues, el motivo de la encarnación, elegir una vida sana, de aprendizaje, de trabajo honesto, aprovechando el tiempo en enriquecerse moral e intelectualmente, practicando la caridad con uno mismo y con los demás, debería ser el objetivo prioritario a conseguir. 
Es importante, en la fase adulta, direccionar las verdaderas adquisiciones para construir un futuro para sí mismo mejor teniendo ciencia de que la vida es transitoria en la Tierra y que el hombre volverá a su estado de espíritu, tarde o temprano. A pesar de los sentidos humanos percibieren solamente las impresiones que la materia densa permite, el hombre debe hacer un esfuerzo decidido en adquirir bienes eternos y perecederos, aquellos que constituirán su verdadero patrimonio y que serán su legítima adquisición cuando su cuerpo alcance la decrepitud de sus órganos. Todas las acciones relevantes tomadas durante la vida tendrán consecuencias positivas o negativas para el espíritu en su vida póstuma. 

- Nidia Fabal-
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           DOMINAR EL EGO

Una vez leí de como el ego, el tuyo y el mio, se disfraza con mil caretas diferentes para ocultarse aun de la misma persona que trata de dominarlo. Difícil es que en el estado de conciencia que nos encontramos, nuestro ego no trate de ser "el actor principal", en la gran mayoría de lo que hacemos y en nuestra interrelación con los demás. Como opinamos, como reaccionamos, como vivimos, como sufrimos, como pensamos de los demás...esta bien atado a ese personaje que hasta hoy ha jugado un papel tan importante en la evolución. Pero que es hora ya que se aquiete, se debilite, dándole paso a que la Luz del Padre se refleje y manifieste en cada uno de nosotros. 

Desde una perspectiva espiritual, el ego quiere decir considerarse a sí mismo distinto de los demás y de Dios debido a la identificación con el cuerpo físico y las impresiones que existen en varios centros del cuerpo sutil. Resumiendo, el ego es llevar nuestra vida pensando que nuestra existencia se limita a nuestros 5 sentidos, mente, e intelecto e identificarnos con ellos en varios grados. 

Según la ciencia de la Espiritualidad, nuestro verdadero estado de existencia es la identificación con el Alma o principio de Dios en nuestro interior y vivir nuestro día a día con esta conciencia. Como el principio único e idéntico de Dios existe dentro de todos, desde una perspectiva espiritual hay unidad en toda la Creación. 

Sin embargo, dependiendo del nivel de nuestro ego, nos identificamos con el principio de Dios en nuestro interior, es decir el Alma, en diferentes niveles. Si nuestro ego es alto, nos identificamos menos con el Alma o con el principio de Dios en nuestro interior. 
Así que a trabajar hermanos míos! A trabajar!

- Reynaldo Formoso-
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