jueves, 29 de febrero de 2024

La Ley de Evolución

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- La mesa y el pan ( 2 de 3)

2.- La inteligencia de los animales

3.- Comunicado psicográfico

4.- La Ley de Evolución

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                LA MESA Y EL PAN (2 de 3)

                               

Por Herculano Pires

( Viene del anterior...)

Tratamos aquí de esa sesión mediúmnica común, no de  la sesión especifica de obsesión.   La sesión  rutinaria de los Centros. Esla que se realiza todas las semanas, en día y hora fijados, disponiendo de una frecuencia regular.  Hay quien discrepa de esos trabajos públicos, alegando las exigencias de Kardec  en la Sociedad Parisiense, cuando no permitía la presencia en las sesiones de personas que no tuviesen algún  conocimiento doctrinario. La medida de Kardec   era justa   y necesaria,  en una fase en la que el Espiritismo nacía, bajo un alarido universal  de protestas y amenazas. Hoy estamos en un siglo y algo más de esa fase   y el Espiritismo solo es combatidos por personas sistemáticas o ignorantes. La mayoría absoluta de las personas que procuran las sesiones es  necesitada, tratándose generalmente de médiums en franco desenvolvimiento de sus facultades.  Negarles acceso a las sesiones sería como negar a un sediento el acceso a una fuente.  

 La mediúmnidad no se desarrolla por casualidad  y mucho menos  bajo un poder mágico, como la vara de Moisés,  que sacó agua de la roca.  En general, el desenvolvimiento mediúmnico comienza por diversas perturbaciones y no es raro que por procesos obsesivos. No se puede querer que una persona  en estado de alteración psíquica  vaya primero a estudiar una doctrina a través de cursos demorados para después someterse a los métodos de cura. Por eso  en las instituciones bien dirigidas las  sesiones mediúmnicas  no se reducen a  la práctica mediúmnica. Se inician los trabajos con lectura y charlas evangélicas, de El Evangelio Según el Espiritismo. A continuación, hay una  exposición doctrinaria que prepara a los frecuentadores para los trabajos prácticos.  Los médiums  en desenvolvimiento reciben el mensaje evangélico  y las  enseñanzas doctrinarias en dosis apropiadas y, a continuación, participan del trabajo mediúmnico. Eso concurre para la comprensión simultánea de la doctrina, de su naturaleza cristiana, de su moral evangélica y de las relaciones directas  y necesarias de teoría y práctica  en el Espiritismo.  Las críticas  a ese método se refieren a la extensión de las sesiones. Más es evidente que la preparación  de las materias permite  reducir la parte oral a los limites necesarios. El aprovechamiento verificado en los Grupos  y Centros que usan ese método probaron  su validez. En los centros que realizan varias sesiones por semana, la división de la materia puede ser hecha con más amplitud, en las varias sesiones. Eso  no impide que, más allá  de ese proceso sinérgico en que el iniciado adquiere, desde luego,  una visión  global   desde  la doctrina   y de   su práctica,  que el Centro mantenga, cuanto sea posible, un curso  especial de doctrina en otro día y horario.

Cuando sea posible, es conveniente intercalar los pases entre la parte evangélica y la doctrinaria. Si eso prolongara demasiado  la sesión, se puede establecer una sesión especial  para los pases, siempre iniciada con una exposición sobre el asunto.

La ventaja de hacerse todo en una secuencia, en una única sesión, es la de  darse al iniciando, en dosis apropiada y en la secuencia natural de  tiempo, en la práctica,   la comprensión de la unidad del  problema espirita. Esa comprensión infelizmente, falta inclusive  a veteranos del trabajo espirita, en virtud de la dispersión y hasta incluso de la distracción de las prácticas tradicionales en un aspecto de la doctrina. Claro que el problema de desobsesión en casos graves  no puede ser tratado en sesiones de esa naturaleza. Para eso, los Centros bien orientados  disponen de sesiones especiales, privadas, con médiums y adoctrinadores capacitados, y, siempre que es posible, con la participación de médicos espiritas conocidos por su desinterés  profesional en casos de orden doctrinario. Colocamos estas cuestiones con base a la experiencia propia y del conjunto, observadas atentamente en el  transcurso de los años de trabajo y de estudio incesante. Cuando el sistema es bien aplicado, contando con elementos humanos  dedicados, los resultados son siempre  sorprendentes. No se trata de una innovación, sino de una conjugación de prácticas tradicionales que, reunidas y articuladas, producen más y mejor.

En lo tocante a la mediúmnidad es necesario el más riguroso criterio Kardecista, basado en los libros específicos de Kardec: Instrucciones Practicas sobre las Manifestaciones Espiritas y el libro de los Mediums. Esa es la base necesaria e insustituible del estudio y de la enseñanza  de la mediúmnidad. Libros del estudio y de la enseñanza de la mediúmnidad. Libros  como “En lo invisible, de León Denis, y los libros de orientación mediúmnica de Emmanuel y André Luiz pueden también ser usados como subsidiarios, mas nunca ser colocados como obras básicas de la doctrina.  Sin ese criterio, muchos Centros espiritas y Grupos, e incluso  grandes instituciones, cayeron en un estado de misticismo eclesiástico y de autoritarismo sacerdotal que desfiguran  y ridiculizan el Espiritismo. Precisamos comprender  que serenamente  lidiamos con una doctrina revolucionaria, que debe modificar la rutina espiritual de la Tierra, abriéndole las perspectivas de una nueva concepción del Espíritu. Sin eso, nuestra mesa solo tendrá el pan marchito y envejecido.

FIN-

Del libro Mediúmnidad de J. Herculano Pires

Traducido al español por Merchita

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LA INTELIGENCIA DE LOS ANIMALES




F. Grisot

Ciertos hombres muy cartesianos, aún impregnados de la concepción anticuada del «animal-máquina», concuerdan en sólo reconocer un instinto vulgar, en las manifestaciones de la inteligencia animal.

Esta actitud oscurantista está lejos de sorprendernos; la facultad así discutida, se debe a que no son esos hombres quienes tienen la fortuna de aparecer en plena luz, para reproducir a su entera voluntad, esas experiencias científicas.

Schopenhauer, bien ha juzgado a esos negadores, al decir que la inteligencia es rechazada en los animales, «porque los primeros la poseen en muy poco grado.»

El principio inteligente en los animales, no ha llegado a su individualización, porque se encuentra en un ciclo de evolución obligatoria, en razón de las leyes de la Naturaleza, es decir, en una constante evolución, hasta que dicho principio se individualice y se transforme en alma al llegar a la humanización o estado hominal. Fase en la cual podrá ejercer su libre albedrío para elegir entre las cosas bellas o feas, en una perpetua búsqueda, de lo mejor para sí mismo, según el grado de elevación de su propia alma.

«De esta manera, mientras que en cada hombre existe un yo distinto y consciente de sí mismo que domina nuestras acciones, el fragmento divino de cada animal no está aún individualizado», ha constatado el Dr. Raoul Montandon en su obra: Del animal al Hombre.

Este fragmento divino, es una derivación de una reserva común de inteligencia divina, denominada alma-grupo animal, que distribuye sus principios-directores para cada especie, en medio de sus múltiples ramificaciones.

Y las «conciencias» animales están sujetas ciegamente a esta ley invisible; las mismas obedecen a sus impulsos, sin buscar comprender la Esencia Divina, a la manera –salvando la debida distancia – de esos médiums simples pero llenos de fe: como Juana la pastora, cuando sus dones del Cielo la pusieron en presencia de hechos supranormales.

Como las divinidades que se ocultan en la sombra de los templos herméticos, el alma-grupo no se muestra a los ojos de los hombres, lo que hace que frecuentemente éstos estudien minuciosamente la maravillosa máquina animal, pero se olviden de buscar al misterioso conductor.

Ellos admiran de buen grado la perfección de sus mecanismos, pero solamente se contentan diciendo: ¡Qué curioso!, calificando así las manifestaciones profundas de la inteligencia universal. De esta manera, ellos no aceptan que nuestros hermanos llamados inferiores tengan ese Don Divino que la Naturaleza les ha dado desde el origen de las especies, a fin de suplir la ausencia de imaginación creadora: inteligencia inspirada y genial, en una palabra, Inteligencia Divina.

Hay en el Universo todos los inventos llamados humanos; existe todo aquello que los hombres han encontrado, y también hay todo lo que falta descubrir. La Creación no deja lagunas. «Dios tiene una cantidad infinita de facultades infinitas», ha escrito Víctor Hugo.

Si está en el destino del hombre descubrir laboriosamente todas esas cualidades del Cosmos, catalogadas con el vocablo «invento», a fin de merecer esa dicha y acelerar su evolución, los animales –al igual que las plantas – tienen la ocasión de pasar por las leyes y técnicas científicas, desde el origen de los tiempos.

Tal vez sea una de esas reglas misteriosas que a veces rigen a los números, regla que se encuentra aplicada en toda su rigurosa simplicidad en las perfectas construcciones. Así, la abeja, desde que es abeja, construye sus celdillas de cera siguiendo la forma de un hexágono regular, usando las propiedades del número seis con la misma espontaneidad genial que lo hace el copo de nieve al reflejar la estructura que lo compone. Igualmente, sin ser ningún geómetra y sin conocimientos científicos, el caracol moldea su caparazón siguiendo la curva de un espiral matemáticamente irreprochable. ¿Y dónde el castor ha aprendido el arte de calcular exactamente el ángulo propicio para construir el dique que edifica con la corriente del río?

En materia de arquitectura, las hormigas no son menos sorprendentes: éstas construyen las galerías subterráneas del hormiguero en medio de pilares reunidos por un arco de medio punto, cuyo conjunto han conseguido soldar con un cierto cimiento que ellas secretan.

Los modestos gusanos primitivos y todos los animales marinos, desde las grandes profundidades hasta las luces de situación multicolores, son los depositarios de la luz fría. El pez torpedo y el gimnoto aniquilan sus enemigos con una descarga eléctrica viva tan fuerte como nuestra corriente eléctrica doméstica. El menor de los peces sumergiéndose con una facilidad tan natural sin llegar al fondo, demuestra el principio del submarino.

Sus congéneres, los anablépidos de América tropical, poseen verdaderos ojos periscópicos que les permiten ver al mismo tiempo lo que sucede en el agua y en el aire. Para conducirse en el vuelo, el murciélago emite ultrasonidos que rebotan en los obstáculos a la manera de un radar. Pájaros e insectos son claramente los primeros representantes del avión y del helicóptero.

Si los hombres – Ícaros ambiciosos – tienen éxito al posar el avión, ellos no pueden rivalizar con los aterrizajes flexibles e instantáneos de las aves que no exigen ningún terreno de aviación, aterrizajes que siempre se efectúan sin accidentes.

La rapidez de todas esas maravillosas máquinas no dejan  de sorprendernos, si tomamos en consideración la velocidad en función del tamaño del cuerpo que se desplaza. Sin embargo, ciertos animales, sin duda los más prosaicos, usan esas sabias técnicas para reflejar los actos más comunes de la vida humana, pero con menos problemas de su parte.

Trabajadoras infatigables en la colmena, las abejas depositan la miel en los panales, los cuales son después cerrados herméticamente. Otros previdentes maestros de la casa, las hormigas, se dedican a la cría de pulgones, mientras que sus colegas, las termitas, prefieren cultivar champiñones en los jardines. El pez pescador es menos casero: sus gustos lo llevan a la pesca con «caña», con la cual la Naturaleza lo ha dotado, fijada sobre el dorso, siendo que en la punta de dicha caña están colgados anzuelos y cebos luminosos.

En cuanto a la jibia, da a quien quiera seguirla, lecciones de escondite; este molusco enturbia el agua con un líquido oscuro que secreta para esconderse de sus enemigos.

El arte del camuflaje evidencia además los atributos de un gran número de animales que se valen del mimetismo: mariposas multicolores que se confunden con las flores que liban; orugas que tienen el color de la hoja que devoran; serpientes verdes, al igual que el color de las lianas de donde se cuelgan; siluros con escamas móviles, algunas veces pardas y otras veces amarillentas, según el lugar donde estén: una roca o bajo la arena. Son innumerables los ejemplos de mimetismo, del cual el más popular es ciertamente el camaleón.

Otra manifestación del alma-grupo animal, que inquieta mucho a los naturalistas, es el famoso sexto sentido de las palomas mensajeras y de las aves migratorias. Guiadas por el invisible conductor, estas últimas eligen el momento meteorológico propicio para dejar el país, cuyo clima se ha vuelto inclemente, y son orientadas sin ningún error de ruta hacia tierras lejanas más hospitalarias, efectuando así un largo viaje a través de los mares, a pesar de la ausencia de puntos de referencia «aparentes» y de los riesgos de desvío del viento.

Es necesario observar con qué fuerza imperiosa el Consejero invisible precipita a la pobre ave enjaulada –por ejemplo, una codorniz – contra las barras de su prisión, cuando ella siente que el instante ha llegado, en el cual sus hermanas se agrupan para el gran viaje.

En materia médica, los animales están igualmente lejos de ser ignorantes; intuitivamente saben prevenir y curar una enfermedad, evitándola mejor que los hombres, sobre todo cuando permanecen en su estado natural, peyorativamente llamado «salvaje».

Ciertos animales parecen peritos en esa materia, tales como la tortuga, la carpa o el buitre, que tienen el record de longevidad al alcanzar o pasar la edad de 300 años. Contrariamente a tantas intemperancias humanas, los animales nunca comen sin que tengan hambre y jamás beben sin que sientan sed.

Si la fatiga los acomete, es preciso admirar la posición de relajamiento total en que su cuerpo se armoniza para recuperar las fuerzas perdidas. Observad a ese joven perro que al sentirse descompuesto, entra en un prado y elige con seguridad la hierba que lo ha de ayudar a eliminar su molestia. Le hicimos ver personalmente a un cazador de perdices lo que hacían las mismas después de ser heridas no mortalmente: ellas cambian de plumaje –como si fuese una autocirugía – para conservar su salud; uno a uno son extirpados por su propio pico los plomos descargados por el dueño cruel de la escopeta, siendo que las heridas resultantes de esta verdadera operación se cicatrizan rápidamente, gracias al apósito formado por las propias plumas.

Antes de concluir recordamos aún otra forma, entre tantas, que la Ciencia Divina aplica en los animales: el genio organizador de las sociedades de los insectos. Naturalistas como Henri Fabre o filósofos como Maurice Maeterlinck han reunido –mejor de lo que nosotros podríamos hacer– una multitud de observaciones interesantes sobre la vida de las abejas, de las hormigas y de las termitas. Diríamos sencillamente, que la mejor referencia que pueda testimoniar a favor de esas notables sociedades, es la estabilidad de su régimen, cualidad verdaderamente poco difundida entre los numerosos modos de gobierno de los hombres.

Así considerados, nuestros pequeños hermanos – los animales – no aparecen más como simples máquinas, como pensaba Descartes, movidos solamente por el instinto, sino como verdaderos «médiums» que incorporan el Conocimiento Divino. Aquí, donde los investigadores franceses están dando los primeros pasos en la comprensión de este tema, acertando y equivocándose, los animales se encuentran siempre en el camino de la verdad primera, y es por esto que nosotros debemos no sólo amarlos como hermanos, sino también protegerlos como criaturas de Dios.

(Traducción del original francés al español por: Enrique Eliseo Baldovino. Título del artículo: L'intelligence animale).

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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  COMUNICADO PSICOGRÁFICO

En la actualidad, muchos educadores, psicólogos, antropólogos y psiquiatras, afirman que la forma como utilizamos nuestros sentimientos es una "respuesta aprendida". La capacidad de amar está presente en el alma humana, pero para que florezca, exige mantenimiento de la conciencia, esto es, la mejora de los sentimientos. Y explican que la criatura aprende a utilizar el amor a través de un proceso directamente relacionado con el ambiente en que vivió en la infancia y con el que vive hoy, sumando a todo eso la capacidad íntima de aprendizaje. Por tanto, estamos constantemente "aprendiendo a amar".
Paralelamente, sabemos que las diversas vivencias reencarnatorias sedimentan en el alma humana ciertas predisposiciones singulares en el entendimiento del amor. Las costumbres, las tradiciones y los hábitos que envuelven el enamoramiento, el casamiento, el sexo y la familia, completamente diferentes de una nación a otra, de un continente a otro continente, establecen nociones diversificadas sobre afectividad de los espíritus en su larga marcha evolutiva.
Existen aquellos que colocaron el amor dentro de una estructura romántica, o sea, que hacen prevalecer un sentimentalismo exagerado y una imaginación irreal, despreciando el significado de los sentimientos auténticos. Ellos creían que el casamiento extinguiría por completo todas las adversidades e infortunios existenciales y que las ansiedades cotidianas  terminarían terminantemente, cuando la ceremonia sacramental finalizase en un abrazo de ternura y "felices para toda la eternidad".
La necesidad recíproca de controlar, las promesas de que renunciarían a la propia individualidad y tendrían los mismos objetivos para todo, siempre son los primeros indicios de una enorme desilusión en la vida a dos. Los compromisos de amor son válidos cuando aprendamos que nuestra vida está en constante renovación. Así como las personas pasan por diversas transformaciones, también el amor que sienten por los otros se transforma. Cuanto más observemos los ciclos de vida fuera de nosotros, más entenderemos las transformaciones que suceden en nuestra intimidad, porque nosotros también somos Vida. Solo de ese modo quedaremos más seguros y estables en relación a nuestro desarrollo y madurecimiento afectivo.
La diferencia fundamental entre amor y dependencia es observada con claridad en las acciones y comportamientos de las criaturas. La dependencia prende, posesivamente, a una persona, a otra, en cuanto que el amor de hecho incentiva la libertad, la sinceridad y la naturalidad. El dependiente se caracteriza por demostrar necesidad constante y por reclamar sistemáticamente la atención del otro.
El indivíduo dependiente carece de los recursos psíquicos necesarios para vivir. Él dirá, "yo te amo", pero en realidad, quiere decir " yo necesito de ti, o lo que es lo mismo, "yo no vivo sin ti".El amor real se basa en el sentimiento compartido entre dos personas maduras, mientras que el amor dependiente implora consideración y cariño, infantilmente.
Los legítimos sentimientos del alma nunca se sujetan a órdenes e imposiciones, sino a una completa espontaneidad de actitudes y emociones. La dependencia genera dolores en el alma; la libertad para amar es un derecho natural de todos los hijos de Dios.
¹ El Libro de  los Espíritus, Cuestión 817:
¿ Son iguales ante Dios, el hombre y la mujer, y tienen los mismos derechos?
¿ No otorgó Dios a ambos la inteligencia del bien y del mal y la facultad de progresar?
Libro Los Dolores del Alma, item Dependencia, Espíritu Hammed
– psicografia de Francisco do Espírito Santo Neto.

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          LA LEY DE EVOLUCION.





    El concepto de evolución ha avanzado mucho en los últimos tiempos. Tan atacado en su origen por las mentalidades dogmáticas, mentes anquilosadas, ha tomado impulso vigoroso en este siglo de avance en todos los aspectos de la ciencia y la razón.
     Comenzó siendo una hipótesis, básica para la investigación, para algunas mentes más claras, llegando a ser una teoría académica, fundamental para el estudio como ley de la vida. Primero, en el campo de la zoología por el gran naturalista francés Lamarck y otros, extendiéndose a todos los campos de la vida manifestada, y sostenida hoy por la ciencia moderna, y hasta por muchos científicos dentro de las diversas corrientes del cristianismo.
     La evolución como ley cósmica, ley divina, trasciende a todos los aspectos de la Naturaleza; porque, evolución es un transformismo continuado hacia formas más complejas en lo morfológico y un desarrollo constante en lo psíquico.
     Toda manifestación de vida, y aun todo aquello que nos parece materia inerte, está en constante movimiento y transformación. De aquí las mutaciones ya comprobadas en las diversas formas del reino mineral, así como vegetal, animal y hominal.
     Todo cuanto existe, nace con su ley, constituye la expresión de una ley; no puede existir si no es como desarrollo de un principio, siguiendo una ley. Y el ser humano, al igual que todos los demás aspectos de la vida manifestada, está inmerso en esta gran ley divina: Ley de Evolución.
    Toda forma de energía, que es vida, desde el átomo al hombre, está comprendida en esta fuerza cósmica, dentro de un transformismo evolutivo. Lento, muy lento en las formas inferiores, presionando cada vez más en las formas más evolucionadas, en relación al desarrollo del psiquismo.
     La personalidad humana en su estado actual, es el resultado de una larga evolución, en lo físico, psíquico y espiritual. Como dista mucho, todavía, de la meta —la perfección— sigue avanzando hacia ella, en el tiempo y en el espacio, empujada por esta fuerza cósmica, que es ley de la Vida.
     Aun cuando, cada fase evolutiva tiene su tiempo marcado dentro de esa eternidad que tenemos por delante; ya en la etapa humana, el mayor o menor tiempo empleado en alcanzar la meta, depende del individuo mismo. Ante esta premisa, puede que alguno piense... —entonces, no hay prisa en llegar, ya que tenemos toda una eternidad por delante. Quien así pensare, toma una actitud desacertada; ya que, cuanto menos avance en su camino de progreso, cuanto menos se esfuerce en progresar, más sujeto estará a las encarnaciones en los mundos atrasados de vidas penosas.
     Dado el concepto limitadísimo que los humanos tenemos del tiempo, la evolución se nos presenta como muy lenta; pero, no de un salto se transforma en perfecta una humanidad atrasada. Como dice el filósofo Pietro Ubaldi, en su obra: «La Gran Síntesis«: «Los perezosos, los retardados, los holgazanes y viciosos, pesan enormemente sobre los más adelantados. Y no sólo pesan, sino que se sublevan contra todos aquellos que se empeñan en hacerles avanzar por el verdadero camino. Es tanto el atraso moral y espiritual de nuestra humanidad, que ésta cobra aversión y hasta odio a todo el que lucha por sacarla de su charco de fango, en medio del cual se encuentra muy a gusto, por falta del conocimiento de su propia realidad, de la verdad de la vida«.
     Sólo unos pocos, con una capacidad perceptiva más desarrollada, pueden apreciar el avance arrollador de esa energía cinética y fuerza creadora. Los más, avanzan inconscientemente, arrastrados por esa fuerza poderosa, que toma aspectos diversos de manifestación en las relaciones humanas.
      En las formas inferiores de vida, esta fuerza, esta ley de la vida, las impele a un constante movimiento de transformación, hacia formas más complejas y perfectas. Y, ya en la etapa humana, la ley de evolución sigue también (aunque lentamente para la percepción humana) la transformación morfológica hacia formas más perfectas; pues, nuestra humanidad no ha alcanzado aún el avance morfológico de las humanidades más evolucionadas de otros mundos. Pero, donde la ley actúa con más fuerza, es en el psiquismo, creando en el individuo el deseo de nuevas conquistas, con nuevas experiencias, en todos los órdenes de la actividad humana; aun cuando éstas tengan el aspecto de luchas y violencias.

Sebastián de Arauco.


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miércoles, 28 de febrero de 2024

20 maneras de detener la marcha del Espiritismo

INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Providencia y despertar (2 de 2)
2.- La carne es débil (2 de 2)
3.-  Historia del Espiritismo: Su estado en 1863
4.- 20 maneras de detener la marcha del Espiritismo
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PROVIDENCIA Y DESPERTAR
( 2 de 2 )
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Olvidando que la verdadera  vida es la del Espíritu, es muy natural que ante una permanencia  más prolongada en el cuerpo,  con gravámenes y peligros  que pueden perjudicar el proceso de elevación de la criatura, en muchos casos está  sea reenviada al hogar; del mismo modo que, tomando en consideración los beneficios que la reencarnación propicia, aun cuando bajo dolores y pruebas muy severas, se esfuercen los Mentores  por dilatar el plazo de permanencia. La función del sufrimiento no es punitiva, es rectificativa, educativa.
El hombre debe despertar para el examen de otros valores que quedan al margen y que necesitan ser considerados. Tan pronto funcionan sus objetivos, se diluyen las penosas imposiciones y el individuo marcha  con seguridad viviendo las experiencias  del bien y del amor. Es necesario romper el circulo del hierro en que se mueven las criaturas, implicadas en los vicios y crímenes, yendo  a la tierra y volviendo sin que hayan conseguido provecho y paz en las experiencias que se consideran malogradas.

Somos viajeros de los infinitos  caminos del tiempo, permanecemos, por capricho, en los valles desiertos y sombríos, cuando nos esperan las cumbres amplias y habitadas por la felicidad. Nos detenemos, por el momento, en el pantano, sufriendo la asfixia de las exhalaciones  de los cuerpos  y vegetales en putrefacción,  cuando estamos destinados  al altiplano de la paz donde la brisa perfumada del amor nos rocía, canta la balada de la perenne esperanza de victoria.

Caemos para levantar. Paramos para recobrar fuerzas y proseguir. Permanecer en la caída o persistir  en el descanso es matar el tiempo y retroceder en la conquista de la gloria.

“No relaciones dolores  ni anotes sinsabores. Quien se complace, en lamentaciones, de la retaguardia se opone al crecimiento y a la conquista que lo aguardan.

La existencia significa mucho para el espíritu, y almas ennoblecidas que nos aman, se empeñan para que no nos falte valor y oportunidad, servicio y realización. no obstante de nosotros depende la permanencia  en la vega, mirando las estrellas o en la ascensión, rumbo a los astros relucientes. ..

En la Biblia, el libro que narra el pueblo  hebreo, en la trama del Viejo Testamento, encontramos revelaciones espirituales y advertencias no siempre consideradas, premoniciones y profetismo, anunciando la llegada de Jesús a la Tierra. En el Nuevo testamento identificaremos al Maestro en continua labor  invitando a seguirle, sufriendo por amor y entregándose en total donación. Su voz canta para nuestros iodos los poemas de las aguas, del aire, de los vegetales y de toda la Naturaleza, en el apogeo de las Bienaventuranzas que fascinan, abriendo los ojos, los oídos y el entendimiento. Meditar en sus nobles enseñanzas es fortalecer el ánimo. Se toman fuerzas para abandonar  la utopía y retornar al hogar, como el “hijo prodigo” de la parábola, donde esperan cariño y afecto. Conocedor del mundo  se puede elegir, para después, saber la directriz a tomar: ¡Dios, o las riquezas! Nuevos amigos nos presentaran nuevos rumbos y ampliarán el entendimiento, considerando la fe.

“No recelemos romper con el mal que todavía reside en nuestro mundo interior. No consiste en un acto simple lo que ha de seguir a nuestra decisión, por el contrario tendremos que invertir mucho para alcanzar la meta. Quien se niega  al avance  reposa, pero sin embargo, se candidata a la parálisis.

No posterguemos, por comodidad o negligencia, el momento de la felicidad. Entregándonos al Bien  estaremos amparados por donde caminemos. No nos serán regateados auxilios, sin embargo, tendremos que seguir con los propios pies, bajo el comando de una firme voluntad y de una robusta decisión.
Las enfermedades expurgadoras invitan a la renovación y son las que ayudan a la liberación de los vicios.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro de Cuadros de la Obsesión de Divaldo Pereira Franco

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LA CARNE ES DEBIL

ESTUDIO FISIOLOGICO Y MORAL

( 2 de 2)

     Con el ser espiritual independiente, preexistente  y sobreviviente al cuerpo,   la responsabilidad es absoluta. Ahora, para la mayoría, lo primero, lo principal móvil de la creencia en el nihilismo, es el pavor que causa  esa responsabilidad,  fuera de la ley humana, y a la cual cree escapar cerrando los ojos. Hasta hoy esa responsabilidad nada tenia de bien definido; no era sino un medio vago, fundado,  hay que reconocer, en creencias no siempre admisibles por la razón. El Espiritismo lo demuestra con una realidad patente, efectiva,  sin restricción, como una consecuencia natural de la espiritualidad del ser. Es por qué ciertas  personas temen al espiritismo, que las perturbaría en su quietud, irguiendo su frente  al temible tribunal del futuro. Probar que el hombre es responsable por  todos sus actos es probar su libertad de acción, es probar su libertad es revelar su dignidad. La perspectiva de la responsabilidad fuera dEl año 1e la ley humana es  el más poderosos elemento moralizador: es el objetivo al cual conduce al Espiritismo por la fuerza delas cosas.

Por tanto, conforme las observaciones fisiológicas  que preceden, podemos admitir que el temperamento  es, por lo menos en parte, determinado  por la naturaleza del espíritu, que es causa y no efecto. Decimos en parte, porque hay casos en que el físico evidentemente influye sobre la moral: es cuando un estado mórbido o anormal  es determinado  por una causa externa, accidental, independiente del espíritu, como la temperatura, el clima, los vicios hereditarios de  constitución, un malestar pasajero, etc.  La moral del espíritu puede, entonces, ser afectada en sus manifestaciones por el estado patológico, sin que su naturaleza intrínseca sea modificada.

Excusarse de sus malas acciones con la debilidad de la carne  no es sino un subterfugio para eximirse de la responsabilidad. La carne no es débil sino porque el espíritu es débil, lo que derrumba la cuestión y deja al espíritu la responsabilidad de  todos sus actos. La carne, que no tiene si pensamiento ni voluntad, jamás prevalece sobre el Espíritu, que es el ser pensante y voluntarioso. Es el Espíritu el que da a la carne las cualidades correspondientes a los instintos, como un artista imprime a su obra material el cuño de su genio. Liberado de los instintos de la bestialidad, el espíritu modela un cuerpo que no es más un tirano para sus aspiraciones de espiritualidad de su ser; entonces el hombre come para vivir, porque vivir es una necesidad, más no vive para comer.

La responsabilidad moral de los actos de la vida, por tanto, permanece integra. Más, dice la razón que las consecuencias de esa responsabilidad deben ser proporcionales al desenvolvimiento intelectual del Espíritu, pues cuanto más esclarecido el es, menos excusable será, porque, con la inteligencia y el sentido moral, nacen las nociones del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto. El salvaje, aun vecino de la animalidad, que cede al instinto del animal, comiendo a su semejante, es, sin contradicción, menos culpable que el hombre civilizado que comete una simple injusticia.
Esta ley aun encuentra su aplicación en la Medicina y da la razón de su in suceso en ciertosPor Allan Kardec casos. Considerándose que el temperamento es un efecto, y no una causa, los esfuerzos intentados para modificarlo pueden ser paralizados por las disposiciones morales del espíritu que opone una resistencia inconsciente y neutraliza la acción terapéutica. Es, pues, sobre la causa primera que debemos actuar; si se consigue mudar las disposiciones morales del espíritu, el temperamento se modificará por sí mismo, bajo el imperio de una voluntad diferente o, por lo menos, la acción del tratamiento médico será ayudada, en vez de ser obstaculizada. Si es posible, dé valor al cobarde, y verá cesar los efectos fisiológicos del miedo. Se da lo mismo con las otras disposiciones.
¿Mas, preguntarán, puede el médico del cuerpo hacerse médico del alma? ¿Está en sus atribuciones hacerse moralizador de sus enfermos? Si, sin duda, en ciertos límites; es incluso un deber que un buen médico jamás sea negligente, desde el instante que ve en el estado del alma un obstáculo para el restablecimiento de la salud del cuerpo. Lo esencial es aplicar el remedio moral con tacto, prudencia y convenientemente, conforme las circunstancias. Desde este punto de vista, su acción es forzosamente circunscrita, porque, más allá del tener sobre su enfermo apenas una ascendencia moral, a cierta edad es difícil una transformación del carácter. Es, pues, la educación, y sobre todo la primera educación, a las que le incumben los cuidados de esa naturaleza. Cuando la educación, desde la cuna, es dirigida en ese sentido; cuando nos aplicamos en ahogar, en sus gérmenes, las imperfecciones morales, como hacemos con las imperfecciones físicas, el médico no encontrará más en el temperamento un obstáculo contra el cual su ciencia muchas veces es impotente.
Como se ve, es todo un estudio, pero será un estudio completamente estéril, mientras no tomemos en cuenta la acción del elemento espiritual sobre el organismo. La participación incesantemente activa del elemento espiritual en los fenómenos de la vida, tal es la llave de la mayor parte de los problemas contra los cuales choca la Ciencia. Cuando esta tome en consideración la acción de ese principio, verá abrirse a su frente horizontes completamente nuevos. Es la demostración de esta verdad lo que el Espiritismo trae.
Por Allan Kardec Revista Espirita, marzo de 1869
Procede del blog de los Espiritas


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           HISTORIA DEL ESPIRITISMO: 

SU ESTADO EN 1863

                                          Este año para el Espiritismo no fue más fecundo que los anteriores, pero se distinguió por varias características particulares. Más que los anteriores, estuvo marcado por la violencia de algunos ataques, señal característica a cuya dimensión  nadie escapó. Todos dijeron: Si ellos se encolerizan, es porque tienen miedo y si tienen miedo es porque algo hay de serio.

   Hoy ya está bien constatado que esas agresiones hicieron progresar al Espiritismo en vez de detenerlo; naturalmente se vieron dormir loa ataques abiertos, pero no se debe dormir sobre esa calma aparente, ni creer que los enemigos del Espiritismo, de esto no van a sacar partido. Entonces es necesario que nos persuadamos de que la lucha no está terminada, pero habrá un cambio táctico. Es por lo que decimos a los espíritas que estén permanentemente atentos sobre lo que pasa a su alrededor y recuerden lo que ya dijimos en diciembre último, sobre el periodo de lucha, de la guerra sorda y de los conflictos, así que no se admiren si el enemigo se infiltra en sus filas, pues Dios lo permite para experimentar la fe, el coraje  y la perseverancia de los verdaderos servidores. De ahora en adelante, su objetivo será el procurar todos los medios posibles de comprometer al Espiritismo a fin de desacreditarlo e impedir los grupos, bajo la apariencia del celo y bajo el pretexto de que es necesario ir adelante; ya se ocuparán de cosas extrañas al objeto de esta doctrina, y tratarán de cuestiones políticas o de otra naturaleza para provocar discusiones irritantes y sembrar la división; todo para tener pretextos de pedir su cerramiento. La moderación de los espíritas es lo que causa mayor admiración y es lo que más contraría a sus adversarios. Ellos intentarán todo para apartarlos de ella, incluso la provocación, pero los espíritas sabrán desviar e a los esas maniobras por su prudencia, como ya lo hicieron en varias ocasiones, y no caerán en las trampas que les preparen; además ellos verán a los instigadores avergonzarse de sus  propias redes, pues es imposible que, más pronto o más tarde no saquen las uñas. Este será un momento más difícil de pasar de lo que es la guerra abierta, en el que se v e al enemigo cara a cara, por lo que cuanto más dura la prueba, mayor es el triunfo.

   Además, esta campaña tuvo un inmenso resultado, el de probar la impotencia de las armas dirigidas contra el Espiritismo. Los hombres más capaces del partido contrario entrarán en la lucha, todos los recursos de la argumentación fueron empleados y, que no hicieron perjuicio al Espiritismo, todos quedaron convencidos de que no había ninguna razón perentoria, siendo así la mayor prueba, la falta de buenas razones y que recurriesen al triste e innoble argumento de la calumnia. Mas en vano quisieron que el Espiritismo dijese lo contrario de lo que dice, pues la doctrina ahí está, escrita en términos tan claros que desafían toda falsa interpretación, razón por la cual lo odioso de la calumnia recayó sobre los calumniadores y los convenció de su impotencia, Este es un hecho considerable en el año finalizado y si solo hubiésemos obtenido ese resultado, ya podríamos estar satisfechos, pero aún hay otros no menos positivos.

  El año 1863 fue marcado, sobretodo, por el aumento del número de grupos y sociedades formadas en una porción de localidades en donde no había nada todavía, tanto en Francia como en el extranjero, señal evidente del aumento del número de adeptos y de la difusión de la doctrina. París, que había quedado en la retaguardia, cede al impulso general y comienza a moverse. Todos los días se ven nuevos grupos particularess que se forman con un objetivo eminentemente serio y en excelentes condiciones.

   La sociedad que presidimos ve con alegría multiplicarse a su alrededor los rebrotes vivaces, capaces de extender la buena simiente. Los grupos particulares, cuando están bien dirigidos, son muy útiles para la iniciación de nuevos adeptos. En razón de la extensión de sus relaciones, la sociedad principal, como centro de convergencia de los grupos de todas partes del mundo, no puede ni debe ocuparse sino del desenvolvimiento de la ciencia y de las cuestiones generales que le absorben todo el tiempo. Así, debe forzosamente abstenerse de todo cuanto sea elemental y personal. Los grupos particulares ven así, rellenar la laguna que ella forzosamente deja en la práctica, y por eso ella anima y secunda con sus consejos y con su apoyo moral a las personas que se dedican a esa obra de propagación.

   Si por algunos instantes fuese posible cierto temor en cuanto a los efectos de algunas disidencias en la manera de encarar el Espiritismo, el número siempre creciente de Sociedades que en todos los países se colocan espontáneamente bajo el patrocinio de la de París, izando su bandera, es un hecho que disipa completamente ese recelo.

  Es evidente que la doctrina de El Libro de los Espíritus, es hoy el punto de convergencia de la inmensa mayoría de los adeptos. La máxima Fuera de la caridad no hay salvación, reunió a todos los que ven el lado moral del Espiritismo, porque no hay dos maneras de interpretarlo y satisface todas las aspiraciones.

  Desde la constitución del Espiritismo en cuerpo de doctrina, ya cayeron muchos sistemas aislados y los pocos trazos que aún dejan no tienen influencia en la opinión general. Las bases sólidas en las que se apoya triunfarán sin dificultad de las divisiones que sus adversarios no dejarán de suscitar, porque ellos no cuentan con Espíritus que protejan su obra, y se sirven de sus propios enemigos para garantizar el resultado.

  Hubiera sido sin precedentes el establecimiento de una doctrina sin disidencias, y si de alguna cosa nos podemos admirar, es el ver en relación al Espiritismo, la unidad que se formó tan rápidamente.

  Sea como fuere, el Espiritismo aún no penetró en todas partes y en muchos lugares apenas es conocido de nombre. Los raros adeptos ahí encontrados, atribuyen ese hecho a dos causas: primero al carácter de las poblaciones absorbidas por los intereses materiales; después a la ausencia de disertaciones contrarias. He aquí por lo que apelan a sermones como los que han predicado en otros lugares, o de alguna manifestación brillante de hostilidad, que llame la atención y despierte curiosidad. Pero, que ellos tengan paciencia. Como es preciso que todos la tengan, los Espíritus sabrán muy bien como suplir esa necesidad a través de otros medios.

  Mas el rasgo más característico del año 1863 fue el movimiento que se produjo en la opinión, en lo que concierne a la ´Doctrina Espírita. Es sorprendente la facilidad con la que el principio es aceptado por personas que hasta hace poco lo habían rechazado o ridiculizado.

  Las resistencias, y hablamos no solo de las sistemáticas e interesadas, disminuyen sensiblemente. Se citan varios escritores de buena fe que combatieron violentamente al Espiritismo, y hoy, dominados por el medio  social, sin confesarse vencidos, renuncian a una lucha considerada inútil. Es que la necesidad de una transformación moral se hace sentir cada vez más. La ruina del viejo mundo es inminente, porque las ideas que este preconiza no están a la altura a la que llegó la Humanidad inteligente. Todo parece conducir a él, pero por otro lado, se reconocen vagamente nuevos horizontes; siente la necesidad de algo mejor que aquello que existe y lo busca inútilmente en el mundo actual. Alguna cosa circula en el aire como una corriente eléctrica precursora, y todos esperan, mas todos se dicen a sí mismos que no es la Humanidad la que debe retroceder.

    Otro hecho no menos significativo que muchos notarán y que es consecuencia del actual estado de ánimo, es el prodigioso número de escritos, serios o superficiales, hechos fuera y sin conocimiento del Espiritismo, en los cuales se encuentran pensamientos espíritas. El principio de la pluralidad de existencias, sobretodo, tiene una tendencia a entrar en la opinión de las masas y en la filosofía moderna. Muchos pensadores a esto son conducidos por la lógica de los hechos y en poco tiempo esa creencia se ha vuelto popular. Evidentemente son los precursores de la adopción del Espiritismo, cuyas vías así son preparadas y cuyo camino es allanado. Estas ideas son todas sembradas desde diversos lados, en escritos que caen en las manos de todos, tornando cada vez más fácil su aceptación.

  El estado del  Espiritismo en 1863 puede, pues, resumirse así: Ataques violentos, multiplicación de escritos en pro y en contra, movimiento de ideas; notable expansión de la doctrina pero sin señales exteriores como para producir una sensación general; las raíces se extienden, crecen los retoños, esperando que el árbol desarrolle sus ramas. Aún no llegó el momento de su madurez.

  Entre las publicaciones que el año pasado vinieron a participar en la lucha y concurren en defensa del Espiritismo, colocamos en primera línea la Ruche, de Burdeos, y la Verité de Lyón, cuyos redactores merecen el reconocimiento y el aplauso de los verdaderos espíritas, por la perseverancia. devoción y desinterés de que dieron pruebas. En el centro espírita más numeroso de Francia, y tal vez del mundo entero, la Verité vino a apostarse,  como un adversario temible por sus artículos de una lógica tal que no dejan margen a la crítica.

     El Espiritismo tendrá pronto. así nos lo hacen esperar- un nuevo e importante órgano en Italia que, como sus hermanos y vecinos de Francia. marchará de común acuerdo con los grandes principios de la doctrina.

- Allan Kardec-

Revista Espírita- enero de 1864


  

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     20 MANERAS DE DETENER LA MARCHA DEL ESPIRITISMO

Nosotros, los Espíritas, podemos perturbar la marcha del Espiritismo de las siguientes maneras:

1. Postergando nuestra reforma moral.

2. Menospreciando los deberes profesionales que tenemos.

3. No apoyando las obras de caridad.

4. Negándonos al estudio.

5. Faltando a los compromisos sin un justo motivo.

6. Solicitando privilegios.

7. Evitando deliberadamente a los sufrientes para no brindarles pequeños servicios.

8. Colocando los principios espíritas a disposición de los convencionalismos sociales.

9. Especulando con la Doctrina Espírita en materia política 

10. Sacrificando a la familia en los trabajos del Ideal.

11. Acaparando cargos y funciones sin distribuirlos con los demás compañeros, o no aceptando ninguna tarea ni responsabilidad, aislándonos en la indiferencia.

12. Preocupándonos por la conquista de aplausos.


13. Considerarnos indispensables.


14. Rehuyendo el examen imparcial y sereno de las cuestiones concernientes a la claridad interpretativa del Espiritismo, el que siempre debe estar por encima de los intereses y de las personas.

15. Renunciando al raciocinio y dejándonos atrapar por movimientos o personas que intentan sutilmente ensombrecer la labor elucidativas espírita con preconceptos y fantasías.

16. Hiriendo a los demás con palabras agresivas o dejando de auxiliarlos en el momento preciso con manifestaciones orales de consuelo y conocimiento.

17. Manteniendo resentimientos.

18. Relegando el deber natural de cooperar respetuosamente con los dirigentes de las instituciones que sirven a la Doctrina.

19. Adulando a los médiums y a los trabajadores de la causa espírita.

20. Delegando en los demás las responsabilidades que nos competen.

Benefactor Espiritual ANDRÉ LUIZ.
Médium WALDO VIEIRA.


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