miércoles, 22 de marzo de 2023

La vida en el Plano Espiritual

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Biografía resumida de José María Fernández Colavida

2.-  La Vida

3.- Aborto espontáneo

4.-La vida en el Plano Espiritual

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JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ COLAVIDA

                                                                      


     Si deseáramos describir, en pocas palabras, quién es José María Fernández Colavida, deberíamos afirmar, ante todo, que se trata del ejemplo real y concreto del hombre de bien y del verdadero espírita, enseñado en El Evangelio según el Espiritismo.

     Conocido, con toda justicia, como el Kardec español, trabajó y sigue trabajando permanentemente por el progreso de la humanidad, divulgando la Doctrina Espírita no solamente por medio de su perfecto conocimiento doctrinario, sino también por el fiel ejemplo que siempre ha dado de la práctica de las enseñanzas espíritas, sobre todo de la ley de amor, de justicia y de caridad.

     Primer traductor y editor de los libros de Allan Kardec al idioma español, jamás buscó ventajas materiales en las obras que publicaba, donando muchas de ellas en beneficio de la divulgación doctrinaria o vendiéndolas a precios simbólicos, que ni siquiera cubrían los costos generados por la impresión. Fue gracias a su abnegado trabajo de divulgación doctrinaria que Amalia Domingo Soler, entre otros innumerables beneficiarios, pudo tener las obras de Allan Kardec, como ella misma cuenta en Memorias: «[…] Fernández Colavida me mandó la colección completa de su Revista, las obras de Allan Kardec y una carta cariñosísima. Cuando yo me vi dueña de los libros de Kardec por los que tanto había suspirado, mi alegría fue inmensa».

     Fundador, director y redactor, en Barcelona, de la Revista Espiritista –Periódico de Estudios Psicológicos, posteriormente denominada Revista de Estudios Psicológicos, fue el mayor divulgador espírita a los países de lengua española. Realizó un trabajo admirable de orientación doctrinaria a espíritas de varios lugares del mundo, tales como Argentina, Colombia, Cuba, Ecuador, Filipinas, México, Perú, Uruguay, además de España.

     Fundador de la primera librería espírita en la capital de Cataluña, fue el importador de los trescientos volúmenes y folletos sobre el Espiritismo quemados el 9 de octubre de 1861 en el Auto de Fe de Barcelona.

     También fue el fundador de la Asociación de los Amigos de los Pobres, de la Sociedad Barcelonesa Propagadora del Espiritismo y el director del Grupo Espírita La Paz, instituciones en las que trabajó con ahínco por el bien del prójimo.

     Presidente de honor del Primer Congreso Internacional Espírita, realizado en Barcelona en septiembre de 1888, pocos meses antes de su desencarnación, recibió el homenaje con la más grande humildad, pues jamás buscó ningún reconocimiento, excepto el de su propia conciencia.

     Gran soldado de la paz del Cristo, ha trabajado de manera incesante por la unión de los espíritas alrededor del estudio y de la práctica de la moral de Jesús y de las enseñanzas codificadas por Allan Kardec. Sus manos laboriosas, herramientas luminosas en servicio constante a la causa espírita, escribían, en su más reciente encarnación, textos doctrinarios, cartas de orientaciones a espíritas de todas las condiciones sociales y de varias nacionalidades, así como llevaban auxilio a necesitados de toda especie, sea la ayuda material a las personas pobres económicamente, sea los fluidos saludables a los enfermos de cuerpo o de alma.

     En la vida espiritual, esas mismas manos, además de permanecer fielmente en el trabajo de las letras y del auxilio, nos son extendidas amorosamente para sostenernos en el recto cumplimiento de nuestros deberes como espíritas.

     En su tumba, donde yace el cuerpo mortal, los espíritas de España y América, como una muestra de gratitud, deseaban construir un monumento. Con todo el respeto que esa iniciativa merece, no dejemos de prestar también otro homenaje al ejemplo inmortal de ese noble Espíritu bienhechor, edificando, en nosotros mismos, el monumento de la práctica de las dos enseñanzas fundamentales para todo espírita, es decir: «Hermanos, amémonos e instruyámonos».

Biografía resumida  José María Fernández Colavida
(Tortosa, 1819 – Barcelona, 1888)

Por Simoni Privato Goidanich

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                          LA VIDA

Su manifestación en los planos físicos y espirituales. 
El hombre como ser humano y como ser espiritual. 
OBJETO DE LA VIDA HUMANA. 

Comenzaré esta exposición con los siguientes interrogantes: ¿Qué es la vida? ¿De dónde emana la Vida? ¿Hacia dónde va esa Vida? 
¡Cuántas veces habremos hecho éstas y otras preguntas sin respuesta! 
Frente a ciertos fenómenos físicos y psíquicos que suelen denominar “misterios de la vida”, ¿ cuántas veces habréis divagado, sentido estas inquietantes interrogantes y otras más? 
Aun cuando difícil resulta definir lo que es la Vida en su aspecto transcendente, podemos decir que, Vida es y está en todo cuanto existe en los múltiples aspectos, y es indestructible en sí misma, aún cuando lo sea en la forma o formas en que la Vida se manifiesta. Me refiero aquí a la Vida como esencia, como energía animadora de las formas. 

En 
las modalidades que conocemos, la Vida es energía, Más, la energía es manifestación de la Vida, es efecto no causa. Y donde hay Vida hay energía y viceversa. O sea que, donde hay energía existe Vida. Siendo que, como humanos sólo percibimos la Vida por su manifestación física en sus aspectos visibles. 

La Vida en su origen, emana de Dios, de esa Energía Cósmica Creadora, que crea Vida de su propia esencia, para poblar el inconmesurable espacio cósmico, infinito en su extensión. Por ello, la Vida es una manifestación de Dios. 


siendo que, todo lo que existe es una manifestación de Vida en sus diversos grados evolutivos y en un constante desarrollo, toda Vida manifestada en los planos físicos va hacia el objeto para el cual ha sido creada, llevando en su propia esencia la fuerza orientadora de su propio desarrollo y evolución, que va efectuando en el tiempo a través de las múltiples manifestaciones y mutaciones en constante desarrollo y transformismo, siempre ascendente; aunque no siempre perceptible a nuestros sentidos físicos. 

Y ya en su manifestación humana, la energía emanada de la Vida misma del propio Ser espiritual, que contiene en sí y es en sí mismo la Vida, impele a la personalidad (a nosotros mismos como personas) a una constante acción y a un constante ejercicio, para el desarrollo de las facultades recibidas de la Divinidad Creadora, a fin de capacitarnos para cada vez más amplias y mejores realizaciones. Y ese constante ejercicio de las facultades espirituales y psíquicas, es indispensable para continuar ascendiendo, ascendiendo en ese ilimitado camino que conduce a la felicidad, felicidad que, en nuestra miopía psíquica no identificamos. De aquí, la necesidad de desarrollar esas facultades que en nosotros existen en estado potencial, mediante el ejercicio constante cuya oportunidad nos proporcionan las vicisitudes diversas en las vidas humanas. Por ello, necesario es no rebelarse contra las vicisitudes adversas que la vida humana nos presenta, a fin de superarlas, porque, las dificultades de la vida humana, son oportunidades para desarrollar las facultades de la mente, especialmente la facultad intelectiva y volitiva (inteligencia y voluntad); y cuyas dificultades son al Espíritu lo que la gimnasia es al atleta. Porque, si nos rebelamos, no las superamos; y se repetirán hasta tanto no hayamos aprendido a superarlas. Y una vez aprendido a superarlas, dejarán de ser dificultades. 


Sebastian de Arauco.

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                            ABORTO ESPONTÁNEO

   Dentro del proceso reencarnatorio normal y viable, algunas reencarnaciones esperadas no se concretan, a pesar de toda la planificación ejecutada tanto a nivel espiritual, como por los padres, que desean la oportunidad de recibir un hijo en el hogar.

   Muchos matrimonios desean ardientemente la paternidad o la maternidad, pero bajo el punto de vista espiritual, buscando la madurez psíquica, la imposibilidad de tener hijos puede ser fundamental para el despertar de sus conciencias. En algunos casos, ambos antes de nacer se propusieron pasar por la prueba de infertilidad que se les hace necesaria. En otros casos no optarán por la prueba por no alcanzar la profundidad de la experiencia, sin embargo esta limitación les fue determinada por sus orientadores al percibir la necesidad de este aprendizaje.

   Existen siempre entidades espirituales que en el pasado adquirieron débitos con la ley universal en el área del renacimiento. Hoy desean un hijo que no consiguen tener.

  Son individuos que en vidas pasadas crearon expresivas dificultades para la Reencarnación de otros, sembrando un karma que ahora cogen. Sea actuando en la vida física anterior como encarnados, sea influenciando ya negativamente como desencarnados.

   Como encarnados pueden haber actuado directamente sobre la interrupción de la gestación de otros, o también indirectamente por fuerte influencia psicológica.

Como desencarnados, pueden en el pasado, por sintonía magnética, haber inducido criminalmente a padres predispuestos a tomar la decisión de interrumpir la gestación.

 Son algunos ejemplos de situaciones, que lejos de agotar todas las causas, apenas sirven para la comprensión aproximada del problema.

  Ahora, de vuelta al palco de la vida escenificando otra vez nuevos personajes. con otro ropaje físico, pero los mismos artistas, pasan por la dificultad necesaria a su madurez espiritual. Vivir la experiencia de una reencarnación frustrada.

  No cabe duda, que el espíritu que aportaría en este embrión como hijo de este matrimonio en esta encarnación, es alguien cómplice del proceso que envolvía a todos los personajes.

  Las desarmonías energéticas generadas en los tres, padre, madre e hijo, entran en sintonía magnética facilitada por similitud de las deudas kármicas. No existe nadie inocente en el proceso, sino una identificación común con la misma problemática del pasado. Pasarán todos a sentir en profundidad el valor de la vida y de la oportunidad de la Reencarnación.

  Reunidas por la similitud de frecuencia de onda, los núcleos energéticos espirituales que se hallaban desarmonizados, ahora por la experiencia nueva limpian para la periferia física las vibraciones distorsionadas que serán sustituidas por las nuevas vibraciones energéticas construidas por las mentes de todos los envueltos en el aprendizaje de la escuela de la vida.

   No se trata, en hipótesis alguna, de mecanismo punitivo, sino de una consecuencia lógica por la ley de acción y reacción o ley de sintonía que determina ahora la cosecha obligatoria, motivada por otra siembra libre del pasado.

- Prof. Ricardo di Bernardi- ( Gestación: Sublime intercambio)

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LA VIDA EN EL PLANO ESPIRITUAL
(Kédima Furquim)                                                      



    Desde mi más tierna infancia veía marcharse a mi madre todos los miércoles y sábados mientras me quedaba preguntándome a dónde se dirigía, hasta que una noche, mientras cenaba con ella, me explicó dónde iba. Me quedé alucinado y me parecía tan interesante todo lo que me contaba que no paraba de hacerle preguntas. ¡Imagínense! ¡Había vida después de la vida! Así que a los cinco años comencé a frecuentar el mismo centro espírita donde iba mi madre, donde tenían una clase llena de niños de edades similares a la mía. Me acuerdo perfectamente de mi educadora, una persona muy alegre y llena de amor por todo lo que nos enseñaba.

   Vivíamos solos mi madre y yo, pues mi padre murió cuando yo crecía en la barriguita de mi madre. No llegué a conocerle en persona, aunque sé muy bien quien fue porque mi madre siempre me contaba los momentos graciosos que habían disfrutado juntos. Murió muy joven de accidente de coche debido a un conductor borracho que vino a su encuentro, le propinó un duro golpe del que no se pudo recuperar y acabó falleciendo. Mi madre nunca sintió rabia de Dios y siempre me decía que Dios es una “persona” muy especial de quien nunca deberíamos sentir rabia, pues todo lo que ocurre es para nuestro bien aunque muchas veces no lo entendamos.

   Llevaba ya muchos años asistiendo a las clases de educación espírita de las que aprendí muchas cosas, pero empecé a sentirme muy cansado para ir al centro y tenía mucho sueño. Mi madre me llevó al médico y después de ese día mi vida cambió por completo. Tenía 14 años y me acuerdo como si fuera hoy cuando vino el médico a casa y concluyó que tenía cáncer. ¡Qué nervios! ¡De la impresión pensé que desencarnaría allí mismo! ¿Qué iba a hacer ahora tan joven pero enfermo? Entonces ¡todo lo que había aprendido ya no tenía sentido!, pero mi madre me tomó de las manos y me dijo: hijo mío, confía.

  Comenzamos con el tratamiento que era muy difícil, pero intentaba no desanimarme; mi madre siempre se encontraba a mi lado, incluso dejó el trabajo para estar conmigo la mayor parte del tiempo. Su último recuerdo es el beso que me dio antes de entrar en la sala de operaciones y de la dulce sonrisa del doctor. Un poco más tarde desperté en un lugar distinto, me sentía confuso, no recordaba el hospital con unas vistas tan lindas, pero no quise ser desconsiderado y esperé la llegada de la enfermera.

 -Buenos días señorita, creo que me cambiaron de hospital. La verdad es que éste me gusta mucho ¿puedo hablar con mi madre?

   La buena señora me sonrió y me dijo el momento exacto en que podría verla. No sentí miedo pues todo allí parecía tan natural, pero de lo que tenía ganas era de ver a mi madre. Más tarde, por la noche vino un señor de pelo muy blanco pero es que me acordaba muy bien de él y dije: ¿abuelo?, ¿abuelo eres tú?

 -Sí cariño, soy tu abuelo. ¡Cómo te he echado de menos! – me quedé helado porque si yo estaba viendo a mi abuelo quien murió años atrás, eso quería decir que…

 -¡No puede ser abuelo!, ¿estoy muerto?

 -¿Tú crees que estás muerto? ¡Pues yo te veo más vivo que nunca! – Ese momento fue bastante difícil pero el abrazo de mi abuelo y el amor que recibía de él me permitían confiar aún más que todo estaba bien.

 -Abuelo, ¿ cómo está mamá?

 -Está triste pero aceptando la voluntad de Dios.

 -¿Puedo ir a verla? ¡Quiero ir a darle un abrazo y decirle que la quiero mucho!

 -Claro que sí, pero todavía no.

 Pasaron los días y finalmente dejé el hospital. Qué bonito era todo, ahí sentía amor por todos los rincones donde paseaba. Mi abuelo me llevó a un lugar muy especial, una clase de educación espírita en el plano espiritual y me sorprendió saber que iba a poder seguir frecuentando las clases que tanto me gustan. Me vino a buscar un chico joven, llamado Manuel, alto, delgado y muy divertido. Me preguntó si me gustaría visitar mi antiguo centro espírita y ver mi querida clase desde arriba. ¡Qué subidón!, pensé. No quise mostrar que estaba nervioso sino que deseaba que fuese todo muy natural, pues ya había estudiado y sabía de qué iba. Pasado un tiempo vi cómo brillaba desde arriba aquella casa espírita que tanto me gustaba.

¡Oh! ¡Mi querida educadora! ¡Mis amigos de tantos años!... ¡Oh! ¡Mi madre!, Mamá, mamá. Me acerqué a ella y la besé y entonces ella supo que yo estaba ahí. ¡Qué emoción! ¡Qué alegría tan grande poder volver a verla, cuánto amor he sentido! Pasado un rato se me acercó Manuel y me dijo que teníamos que volver. No dudé ni un segundo pues sabía que esto, que Dios me hubiera dado la oportunidad de volver a ver a las personas que amaba, fue un regalo maravilloso.

 Durante el camino de vuelta le pregunté a Manuel por qué puede ver a mi abuelo pero no a mi padre y me explicó que mi padre no se encontraba en la misma esfera que yo, que mi abuelo está a su lado desde hace años ayudándolo a que perdone a la persona que le quitó la vida. Y pensé que debía ser cierto pues así piensa mi padre.

 En el plano espiritual voy a clase cada día, siento y recibo el amor de todas las personas que están en la Tierra y de mi abuelo cuando viene a verme. Haber estudiado cuando estaba encarnado me ayudó mucho durante el proceso de adaptación. En realidad estoy convencido de haber vuelto a mi verdadera casa. Me encantaría que supieran que la vida aquí está llena de amor y aprendizaje y que existe vida después de la vida. Por tanto dad a vuestros hijos todo el amor que podáis y no sintáis rabia de Dios ni por un segundo.

 ( De la Revista Visión Espírita )

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