sábado, 31 de octubre de 2020

La fiesta de los muertos

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Fenómenos espíritas

2.- La fiesta de los muertos

3.- Los dioses y el destino

4.- Invocaciones    

5.- ¿ Jesús de Nazaret es Dios ?




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           FENÓMENOS ESPIRITAS.            
                                 
     “Los fenómenos Espíritas están dentro del orden de la Naturaleza y se produjeron en todos los tiempos, pero, precisamente porque su estudio no podía realizarse con los medios naturales que disponía la ciencia vulgar, durante muchísimo tiempo se los consideró sobrenaturales. El Espiritismo es el encargado de revelar su verdadera naturaleza."
                                                                                                   
      Lo sobrenatural, basado en apariencias no explicadas, echa a volar la imaginación que, vagando en lo desconocido, crea creencias supersticiosas. Una explicación racional basada en las leyes de la Naturaleza vuelve al hombre a la realidad, pone coto a los extravíos de la imaginación y destruye las supersticiones. 
    El Espiritismo no extiende los dominios de lo sobrenatural, por el  contrario,  restringe su amplitud y hace desaparecer su último refugio. Si bien lleva a creer en la posibilidad de ciertos hechos, impide la aceptación de muchos otros, porque actúa en el ámbito de lo espiritual, como la ciencia lo hace en el de lo material, diferenciando lo que es posible de lo que no es.
  
   No obstante, como no pretende tener la última palabra en todas las cosas, ni siquiera en las que le competen no se yergue en regulador absoluto de lo que es factible y da lugar a los conocimientos que aportará el porvenir.
   Los fenómenos Espíritas consisten en los diferentes modos de manifestación del Alma o Espíritu, ya sea durante la encarnación o en el estado de erraticidad. Mediante esas manifestaciones el Alma revela su existencia, su supervivencia y su individualidad. Se la juzga por sus efectos: al ser la causa natural, también debe serlo el efecto. Esos efectos son el objeto primordial de las investigaciones y estudios del Espiritismo, a fin de llegar al conocimiento más completo y posible de la naturaleza y atributos del alma, así como de las leyes que rigen al principio espiritual”.
Allan Kardec: “La Génesis”

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   La fiesta de los muertos



                                                                       

A mi querido hermano D Manuel Auso

Hermano mío: Hay días que santificados por la costumbre, el cuerpo descansa del trabajo material, y el pensamiento, atrevido aeronauta, vuela en el globo de sus recuerdos, hasta llegar a las ciudades donde se albergan espíritus que le son queridos; el mío llega a Alicante, y en el Centro Espiritista le encuentro a usted; acepte como testimonio de mi palabra las incorrectas páginas que siguen a este prefacio.

¡Qué valen esas urnas sepulcrales  / donde a la vanidad tan sólo miro,  /si no empañan sus límpidos cristales  /ni el hálito siquiera de un suspiro!…

Hace algunos años que yo escribí estos versos, contemplando los lujosos panteones de las familias nobles y ricas de la corte de España. Aún no era yo espiritista, cruzaba el mundo a semejanza de Diógenes, que Iba con una linterna buscando un amigo: yo también, con la linterna de mi pensamiento, buscaba a Dios; yo no le negaba como los materialistas, no; yo comprendía que algo grande, superior e infinito, dominaba sobre todo lo creado, pero al mismo tiempo, encontraba pequeño y rastrero cuanto me rodeaba, respecto a las fórmulas sociales.  Los templos, como maravillas del arte, los admiraba, pero cuando veía acumular tesoros sobre tesoros en las catedrales de Sevilla y de Toledo, no podía menos que exclamar:

-¡ Cuántos desgraciados morirán de hambre y de sed dejando a sus hijos sin más patrimonio que la miseria y el abandono, en tanto que estas riquezas improductivas a nadie le sirven para nada; con el valor de una sola de estas piedras preciosas serían felices algunas familias !.

   Esto lo decía yo, cuando sólo contaba 15 años, y recuerdo que un Deán de la catedral de Sevilla, al escuchar mis palabras, me miraba de hito en hito y murmuraba: «Esta muchacha desciende de herejes».

   Pasaron algunos años, y cuando en Madrid visité los cementerios y vi los hacheros colgados de cirios y los lacayos de gran librea, guardando las coronas de siemprevivas y de pensamientos, los faroles y las lámparas, cuando vi aquella comedia que se representaba a la memoria de los muertos, sentí repugnancia ante una farsa social que profanaba el recuerdo de los que se fueron. ¿Acaso el sentimiento tiene una época fija para manifestarse? Cuando el dolor desgarra nuestro pecho, cuando el universo se desploma sobre nuestro ser, ¿necesitamos marcar un día para ir a llorar en el sepulcro de los seres queridos? El dolor no conoce la medida del tiempo, porque es una emanación del infinito, y un niño me hizo conocer que el pesar íntimo del alma no tiene ni lugar ni fecha para demostrarse.

  En la suntuosa necrópolis de Barcelona, donde existen sepulturas artísticas con Cristos colosales de mármol de Carrara, clavados en cruces de ébano, me llamó la atención en un rincón de un patio, un montón de flores secas que ocultaban casi por completo una cruz de madera pintada de negro; atado al símbolo de la redención, había un ramo de flores frescas y, otras dos flores secas y un pobre niño que tendría diez años, estaba sentado junto a la pequeña cruz. Yo me incliné, y sentí simpatía al mirar aquella carita dulce y triste, y le pregunté:

-¿A quién tienes aquí? -A mi madre, me contestó.   -¿Y por qué no quitas estas flores secas?  -¡Para qué! me dijo el niño con enfado, si las quito no verá mi madre que he venido, todos los domingos a verla.  -¡Ah!… ¿Tú vienes todas las semanas?   -¡Pues no he de venir, señora…! Yo quería mucho a mi madre y no necesito que llegue el día de los Difuntos para acordarme de ella.

La réplica del huérfano encerraba tan profundo sentimiento y tan amargo desconsuelo que me conmovió profundamente, y guardo de aquél desgraciado un melancólico recuerdo.

De niña y de joven he rechazado, aún más, he anatematizado las costumbres que dan lugar a esas farsas sacrílega. Decía San. Agustín, que aquí todo era vanidad de vanidades, y cuánta razón tenía el sabio padre de la iglesia. Las coronas a los muertos no son más que el emblema del orgullo de los vivos que hacen alarde de un dolor que no sienten, y así como los fariseos oraban en las calles para que los vieran, casi los católicos romanos adornan las tumbas, que bien pueden llamarse sus facsímiles, pues sepulcros blanqueados encierran a los muertos, y sepulcros blanqueados son los hipócritas y falsos cristianos, que negaron un pedazo de pan al hambriento y quemaron en cambio muchas libras de cera para redimir de su cautiverio a las ánimas del purgatorio.

 No comprendo aún la razón humana que en los hospitales, en los asilos de los ancianos, en las casas de maternidad, por otro nombre, inclusas, donde se quejan los enfermos, vegetan los ancianos y lloran los niños. ¿No sería mucho más útil, y más humanitario que se invirtieran las inmensas sumas que se gastan en misas y en responsos, en lápidas, y  en flores con que solemnizan y conmemoran el día de los Difuntos?..¡Oh!, la humanidad tiene cataratas y el oculista llamado progreso, no ha podido aún hacer la operación a tanto ciego de entendimiento. Por eso, queridísimo hermano, el Espiritismo es una planta exótica que no puede crecer en el erial de la tierra, aun no es tiempo, no.

Dicen, y dicen muy bien, que los grandes cadáveres históricos tardan muchos siglos en desaparecer, así como el fanatismo con sus templos, y sus ídolos, sus ceremonias ,y sus sacrificios, ¿ cómo ha de aceptar al Espiritismo que no necesita grandiosas basílicas, ni alto ni bajo clero, doctrina que no da lugar a ninguna y que no pide para sus muertos más que un pedazo de tierra y una plegaria que brote del corazón?. A los espiritistas nos llaman locos, tienen razón, porque locura es en nosotros, pretender que una sociedad tan individualista ponga en práctica el único artículo de que se compone la ley de Dios, y hermano mío: hay momentos en la vida, en que necesitamos comunicar nuestro pensamiento: y, ¿a quién mejor, que a usted, podré decirle la impresión que me causa ver tantas flores, tantos atributos fúnebres, tanta pompa inútil en las iglesias, recordando a multitud de familias pobres que mueren lentamente por falta de alimento?

¡Quién pudiera adelantar los sucesos!… para ver a la humanidad ponerse en acción. A la sombra del Espiritismo, desaparecerán los templos de la idolatría, pero los sustituirán las fábricas, utilísimos templos consagrados a la industria, se destruirán las inertes ciudades que se construyen para encerrar la materia en disgregación, y en su lugar se levantarán edificios gigantes donde se instalarán escuelas. La instrucción, que bien la puede simbolizar la diosa Ceres porque difunde abundantes frutos, la instrucción, repito, tendrá templos y cultos en los campos bien cultivados, en los túneles de las perforadas montañas, en los canales que dividen los mares, en los telégrafos submarinos, en los talleres, en las bibliotecas, en las academias, y el hombre hará el bien, por el bien mismo.

El Espiritismo ha de verificar ese cambio social, material e intelectual: del Espiritismo no conocemos más que el germen, pero cuando por él tengamos conocimiento de nosotros mismos y nos apreciemos en lo que valemos, admiraremos e imitaremos a Cristo que fue el iniciador, el profeta que anunció la venida del Espiritismo. En esa verdadera edad de oro, no habrá fiestas para los muertos, porque los espíritus se comunicarán continuamente con sus hermanos y ese recuerdo latente formará parte de nuestro ser. Amigo mío, ¿en qué planeta estaremos nosotros cuando la Tierra esté regenerada…? ¡Quién sabe!… Practiquemos el bien, compadezcamos a los que tienen oídos y no oyen, ojos y no ven, y roguemos que brille la nueva aurora para que irradie con todos sus esplendores el sol de la verdad, cuyos satélites se conocen con los nombres de justicia y razón.

Amalia Domingo Soler (Extraído del libro «Ramos de Violetas»)

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     Los Dioses y el Destino


     De Aquiles, el héroe mitológico, los historiadores no están seguros de que el haya existido. No obstante, son atribuidos a su autoría los dos mayores poemas épicos de la antigua Grecia:        La Ilíada, que exalta las proezas del héroe Aquiles, en la última etapa de la guerra de Troya.                                                        La Odisea, que narra las aventuras de Ulises, rey de Ítaca, marido de Penélope. Se trata, como el lector ya percibió, de Homero, el poeta supuestamente ciego que había vivido en el siglo IX a.C.

En la Revista Espirita, noviembre de 1860, Allan Kardec se refiere a una comunicación mediúmnica firmada por Homero. El poeta se identificó dando informaciones relacionadas con su infancia en Melés, razón por la cual era llamado Melesígene, hecho que Kardec desconocía y que confirmó después. El médium era de pocas letras y no había ningún conocimiento al respecto del autor del mensaje. Son detalles importantes para autentificar la manifestación. Kardec indagó si los poemas, como los conocemos hoy, son fieles a los originales. – Fueron trabajados – informó Homero. Bien de acuerdo con las investigaciones actuales, se supone que, originalmente, los dos poemas pertenecieron a la tradición oral. Eso implicaba alteraciones frecuentes, no solo en  la forma, sino en el propio contenido, en la base del viejo “quien cuenta un cuento aumenta un punto”, hasta que se fijasen los textos definitivos.

   A pesar de eso, la figura de Homero gana consistencia en la fuerza de aquellos poemas, que se presentan como vigoroso panorama de la cultura helénica. Se destacan dos aspectos fundamentales: Primero, la visión antropomórfica. Los dioses son situados como seres caprichosos que, inspirados en pasiones y deseos, interfieren frecuentemente en las acciones humanas. La propia guerra de Troya, que sirve de escenario para La Ilíada, tuvo inicio por causa de una disputa entre las diosas Hera, Afrodita y Atena, por saber cuál era la más bella. El príncipe Páris fue llamado a decidir. Escogió Afrodita, que lo sedujo con la promesa de que le daría por recompensa la más bella mujer del mundo. La diosa no tuvo ningún constreñimiento en relación a un pequeño detalle: la prometida era casada, esposa de Menelau, rey de Esparta. Con sus artes Afrodita ayudó a Páris a raptar a Helena. Liderando la reacción de los griegos, Menelau inició la guerra para rescatar a la reina.

     El otro aspecto dice sobre  la inestabilidad de sus personajes legendarios, en contradictorio comportamiento: De un lado, ideas de nobleza, inspirando acciones heroicas y meritorias. De otro, flaquezas expresadas  en odios y pasiones, capaces de generar acciones torpes y malas. La narrativa de Homero transciende la cultura helénica, reportándose a la propia humanidad, con sus virtudes y dificultades.

     Como siempre acontece en relación a la cultura griega, tenemos en los dos poemas épicos una representación mitológica de la realidad. El Olimpo, monte griego en las cercanías del golfo de Salónica, sería la morada de los dioses. El mundo espiritual es bien amplio. Se proyecta en otra dimensión, que interpenetra a la nuestra, colocándonos en contacto permanente con seres espirituales que, a semejanza de los dioses, nos observan, acompañan, inspirar e influencian. Somos, no es raro, juguetes de Espíritus que, como lo hacían los habitantes del Olimpo, se inmiscuyen en nuestros pensamientos, acciones e iniciativas, ejercitando sus caprichos y explotando nuestras flaquezas.

     Bajo su acción, de acuerdo con nuestras tendencias, revelamos indeseable ciclotimia, alternando buenos y malos momentos, buenas y malas acciones, pensamientos virtuosos y viciosos, al sabor de las circunstancias, como los personajes mitológicos. Pero los propios dioses sabían que encima de sus caprichos estaba un poder supremo, que llamaban destino, a cuyos designios no podía desviarse. El destino expresa la voluntad de Dios, Señor de la Vida, el Padre de amor y misericordia revelado por Jesús.

     El Creador tiene objetivos bien definidos para nosotros, que vamos conociendo en la medida que maduramos. De ese misterio, algo ya sabemos:

   La Tierra – nuestra escuela; El dolor- nuestro maestro; Las dificultades – nuestros estímulos; Los problemas – nuestros desafíos;  El Bien – nuestro camino; El mal – nuestro desvío; La perfección – nuestro destino.

     Así, paulatinamente, nos habilitaremos a superar la influencia de los “dioses” sometiéndonos a los bendecidos designios de Dios.

Richard Simonetti  (Extraído del libro «Livro Luzes no Caminho»)

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Invocaciones

                                             

     Has escuchado opiniones contradictorias referidas a las invocaciones en la doctrina Espírita.

    Adversarios gratuitos han pretendido insinuar que en nuestras reuniones imitamos a los magos y las sibilas de la antiguedad, con la intención de especular con sortilegios y filtros supuestamente milagrosos.

    Sin haber analizado nuestros principios, otros han llegado a creer que nos apoderamos de los recursos psíquicos para vulgares exhibiciones de hipnotismo, como si colocásemos a los intermediarios de la Nueva Revelación en la categoría de bribones y fantoches.

    Sin embargo, es imperioso tener en cuenta, que la institución del Espiritismo, resguarda sus raíces en las nacientes de Cristianismo, simple y claro, con precisas finalidades morales para el perfeccionamiento del alma, como expresión de aquel consolador que Jesús prometió a los tiempos nuevos.

    No admitas que podamos convertir las lecciones del Maestro en practicas y formulas cabalísticas. Las enseñanzas del Cristo, vibran con su pureza en nuestros postulados, con los amplios desarrollos que la Codificación Kardeciana les imprimió.

    En nuestras asambleas, dedicamos el debido aprecio a cada una de las creencias y confesiones.

    Respetamos a los hermanos Católicos, que, con una postura determinada, invocan la Presencia divina y la protección de los Espíritus santificados, en plegarias confiadas y cánticos de loor.

    Respetamos a los hermanos islamistas, que varias veces al día, invocan las bendiciones de Alá.

    Respetamos a los hermanos budistas, que mediante la liturgia que les es propicia, invocan la paz de Sakyamuni, el bienaventurado.

    Respetamos a los hermanos que siguen a Moisés, quienes en diversos preceptos, invocan el amparo del Señor Todopoderoso.

    También nosotros, cuando nos reunimos, invocamos la inspiración del Divino Maestro y el concurso de los instructores, que tienen su domicilio en la Vida Mayor, a fin de que podamos orar y estudiar la verdad, para aprender por qué oramos y por qué creemos, puesto que en la doctrina Espírita, sin la pompa del culto externo ni rituales de procedencia alguna, somos convocados a la fe capaz de afrentar a la razón cara a cara.

    En cuanto a la actitud religiosa que abrazamos, con las investigaciones científicas y las declaraciones filosóficas de nuestra Doctrina Liberadora, nadie puede olvidarse de que Allan Kardec puso en evidencia la necesidad de la alianza entre el razonamiento y el sentimiento de las jornadas del Espíritu, al dar comienzo a la obra monolítica de la Codificación, con una pregunta acerca de la esencia de Dios 

Copiado del libro Justicia Divina, psicografiado por Chico Xavier, dictado por el espíritu Emmanuel.


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                   ¿ Jesús de Nazaret es Dios ?

                                    


Este es el concepto que sostiene el dogma cristiano sobre la figura de Jesús de Nazaret.

 Para abordar  claramente esta cuestión, debemos dejar a un lado los conceptos religiosos y dogmáticos particulares de la religión de cada uno  y  con  la mayor imparcialidad posible, analizar el tema en cuestión.

Juan, el discípulo de Jesús, escribió uno de los evangelios admitidos por la Iglesia, en el que llevado del gran amor y admiración que sentía sobre su Maestro, lo magnificó con una serie de conceptos que  fueron después manipulados para apoyar algunos dogmas importantes de la Iglesia, pero sin embargo sabemos  vía “revelación”  mediúmnica, que en realidad  Juan  nunca los escribió.

Entre estas  ideas  que utiliza el Cristianismo establecido y que son atribuidas a Juan, está la de que Jesús nos salvó del pecado con su sangre,  como si Dios fuese un ser cruel que se contentase con la sangre de un inocente al estilo de lo que pedía Yavé, !y nada menos que Su Hijo¡,  a cambio  de los pecados de toda la Humanidad, o que Jesús fue la víctima propiciatoria inmolada a Dios por los pecados de la Humanidad. ¿Qué padre humano, por malvado que fuese, haría ese crimen con un hijo?; ¿Acaso podría ser Dios, más cruel que el peor de los humanos...?

  Tengo que aclarar aquí que  Jesús de Nazaret jamás afirmó que Él fuese Dios, ni que fuese  hijo directo del  Espíritu Santo de Dios, o que  fuese igual a Dios. No, él hablaba de Dios como de su Padre, y tal era su amor y compenetración con Él, que llegó a afirmar  que quien lo veía a Él, veía a Dios,

La vida histórica de Jesús se ha convertido en un mito que  se debe desmitificar para poder recobrar la frescura de su mensaje espiritual que está totalmente vigente.

Hablemos claro: Jesús de Nazaret, ni es Dios, ni El mismo nunca dijo que lo fuese. El solamente afirmó que era hijo de Dios, y que por extensión, todos los Seres humanos también lo somos.  De aquí se deduce que Dios es nuestro Padre común, el origen de nuestro Ser espiritual, y que todos nosotros, somos hermanos hijos de Él.

      Una cosa es lo que afirma el dogma cristiano, que no tiene mucha lógica, y otra lo que pudo ser en realidad.  

    Está claro que  la madre biológica de Jesús fue una mujer de raza judía que encarnaba un Espíritu muy elevado; que vino a este mundo solo con la misión de ejercer su papel de madre del Cristo en la persona de Jesús. Pero de su padre, el dogma cristiano ha querido señalar que fue el Espíritu Santo, para, en consecuencia, declararlo Hijo Único de Dios o Dios mismo. Creo que la realidad fue otra, pues como todo ser humano tuvo que tener un padre humano, aunque su verdadero padre biológico siga siendo un misterio en el que se pueden plantear otras hipótesis como por ejemplo lo es la de su posible origen extraterrestre. En todo caso su padre biológico también pudo ser  su padre humano  conocido, José el esposo de María, aunque los teólogos cristianos lo nieguen. La que ciertamente sí  que fue su madre biológica fue María de Nazaret.

Cuando se afirma que Jesucristo fue engendrado por  el Espíritu Santo o Dios, se puede interpretar en el sentido de que por su elevadísima evolución y jerarquía espiritual, nació libre de pecado y del error,  a diferencia del resto de los humanos, pues Él  no vino a este mundo por tener que evolucionar aquí, ni por estar condicionado por la ley de Causa y Efecto.  Él vino con la elevada misión y el propósito de dar a conocer al Padre y señalar el camino para que los demás humanos también nos elevemos al Padre y nos reconozcamos como  Sus hijos.

Jesús como cualquier ser otro humano tuvo los mismos sentimientos  y necesidades humanas que los demás, pero permaneció libre de los deseos por los placeres y ansias del mundo que crean las pasiones  y las falacias que ofrece la materia.

Jesús es  Hijo de Dios y lo debemos considerar  como un hermano mayor nuestro que nos ha señalado y nos guía en el camino evolutivo, que es el camino de Amor, haciendo o aceptando siempre  la Voluntad del Padre Celestial, del que ha recibido todo su Amor y  confianza .

      Como ya se ha apuntado antes, este elevado Ser, en su parte física pudo ser  mitad humano  porque era  hijo de una mujer judía llamada María  y,  tal vez, su otra mitad en su parte física, bien pudo ser  de origen extraterrestre, porque su  padre genético tal vez pudo haber sido  precisamente  ese misterioso dios de los judíos llamado Yavé o Jehová que desde la antigüedad aparecía siempre oculto en una “nube” y dirigía con mano dura al pueblo de Israel;  o incluso  tal vez, también pudo haber sido otro Ser Extraterrestre de orden superior procedente de un “Mundo Superior”, que  pudo aportar su paternidad  genética  mediante algún sistema no convencional y todavía desconocido por la Humanidad. Si hay civilizaciones estraterrestres que nos pueden llevar miles de años de antigüedad, ¡ para nosotros es inimaginable el nivel técnico y científico que han podido desarrollar ! .

La Biblia indica que después de que María aceptó la proposición del “Angel”, esta concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Es curiosa la semejanza en este detalle con lo adjudicado a Krisna,,.el venerado dios de la India, nacido unos mil años antes que Jesús, que también nació de una virgen. tal como se relata con Jesús. Tal vez la explicación de este detalle sería el que el Espíritu Crístico que encarnó Jesús, también lo hizo antes con Krisna.

     Otra hipótesis sobre como pudo ser engendrado el Cristo en la persona de Jesús,sería la de una manipulación genética en un óvulo de María, que pudo ser llevada a cabo  por estos seres extraterrestres ( ángeles), que como se ha dicho antes, podrían ser de otro origen planetario muy avanzado, o también de una  dimensión espiritual muy elevada, mediante algún sistema técnico o científico desconocidos para la ciencia humana, y  empleando tal vez  extraordinarias energías no conocidas todavía por el ser humano, y así  pudieron “retocar” genéticamente este óvulo, con el fin de que el Elevado Espíritu de Cristo, desarrollase el cuerpo físico de Jesús con el que  ejercería su ministerio en la Tierra, dándole unas características adecuadas para contener a tan evolucionado  Ser que tendría una tan elevada misión de ayuda y Guía a la Humanidad, con los consiguientes poderes psíquicos y físicos  extraordinarios que después  manifestaría  durante toda su corta vida física..

Los Evangelios dicen claramente que José el esposo de María  no  era lo que hoy se podría llamar “el padre biológico de Jesús”, y que  ella “concibió por obra del Espíritu Santo cuando se le presentó el  ángel que se lo anunció”. Cabría preguntarse al respecto : ¿Por qué no podría haber sido  este “Angel” un Ser extraterrestre enviado  tal vez por Yavé, su jefe,   con la misión de engendrar en María mediante una forma desconocida para nosotros, el cuerpo  físico de  Cristo, aportándole  una genética particular y diferenciadora del resto de los humanos, con arreglo a la categoría de Espíritu que era Cristo-Jesús ?

          En el relato del bautismo en el río Jordán se narra que “se abrió el cielo y desde una nube se oyó la voz del Padre diciendo “Este es mi hijo... ”. Quien se ha documentado sobre fenomenología OVNI no puede dejar de sorprenderse  ante estos relatos y descripciones evangélicas, por la relación de similitud que se encuentra con la  casuística del llamado fenómeno Ovni-extraterrestres, por el que frecuentemente los ovnis se camuflan entre nubes o las crean ellos mismos a su alrededor...  Además de que Dios no es un Ser que tenga órganos fonadores para poder hablar, y menos desde una nube de agua suspendida en el cielo, por tanto cabe pensar que esa nube no era tal nube y  que esa voz sonora  partió de alguien con una realidad material y ese alguien podría ser el misterioso Yavé u otro extraterrestre similar, interviniendo de nuevo, posiblemente mediante megafonía, desde su “nube”..... por no decir  “Nave”.

Jesús  como ser humano, pudo ser genéticamente engendrado  por su madre humana  y por intervención extraterrestre o incluso humana, pero como Entidad espiritual, era y es Hijo de Dios a quien Él  obedecía y  llamaba Padre  y señaló claramente que los demás humanos también somos hijos de Él, enseñándonos que el camino para acercarnos a nuestro Padre Dios, es el de vivir según sus enseñanzas de Amor y su ejemplo hacia los demás.

Hay que tener en cuenta que el sacrificio en la cruz que puso punto final a la vida física del Maestro, no fue el único que debió de padecer Cristo, pues este comenzó cuando Su Espíritu para encarnar en este mundo, debió reducir gradualmente sus vibraciones, adaptándose plano tras plano, hasta llegar a la vibración necesaria  para poder desenvolverse en la Tierra. Luego, ya como persona tuvo que sufrir de tantas incomprensiones e ingratitudes procedentes muchas veces de personas a quienes solo hizo el bien, pero sus llamados “milagros” y la forma cruel e injusta de morir tan joven, y sobre todo su resurección,  posiblemente fueron necesarios para que se escribiese sobre ello, transmitiendo para la posteridad sus enseñanzas y ejemplos, que son el mensaje y la justificación de su vida humana.

- Jose Luis Martín-

 

 “Oímos a Cristo diciendo en el Evangelio: “El Padre y yo somos una misma cosa”, y de ahí hemos deducido, no sin lógica, que Cristo es Dios. Pero ¿no dice con toda  verdad un hombre enamorado de su mujer que es una sola cosa con ella?.”

                                                                        - Salvador Freixedo –

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viernes, 30 de octubre de 2020

Conmemoración de los Difuntos

     INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Conmemoración de los Difuntos

2.-  Suicida, ¡no te equivoques !

3.- El Universo (Psicografía)

4.- Espiritismo, solo hay uno

5.- Influencia de los Espíritus sobre el ser humano




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       CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS.                             FUNERALES 

                                 QUÉ DICE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 

               

320 – ¿Son sensibles los Espíritus al recuerdo de aquellos a quienes amaron en la Tierra? 

– A veces más de lo que podéis creer; si son felices, ese recuerdo aumenta su felicidad; si son infelices, les sirve de alivio.

 321 – El día de la conmemoración de los difuntos, ¿tiene algo de más solemne para los Espíritus? ¿Se preparan para venir a visitar a los que van a orar cerca de sus restos?

 – Los Espíritus atienden al llamado del pensamiento, lo mismo aquel día que los otros.  

– Semejante día, ¿significa para ellos una ocasión de permanecer junto a sus sepulturas?                 – Ese día acuden en mayor número, porque son más las personas que los llaman; pero cada uno viene por causa de sus amigos y no por la multitud de los indiferentes.   

–¿Bajo qué forma comparecen y cómo les veríamos, si pudiesen hacerse visibles?                               – Bajo la que eran conocidos como encarnados.

322 – Los Espíritus olvidados y cuya tumba nadie visita, ¿acuden, a pesar de esto y sienten alguna pesadumbre al ver que nadie se recuerda de ellos? 

– ¿Qué les importa la Tierra? No se vinculan sino por el corazón. Si no hay amor ahí, no hay nada que retenga al Espíritu, pues tiene todo el Universo para sí. 

323 – La visita a la tumba, ¿causa más satisfacción al Espíritu que una oración hecha para él?

 – La visita a la tumba es un modo de manifestar que se piensa en el Espíritu ausente: es una imagen. Ya os lo he dicho es la oración la que santifica el acto de recordar; poco importa el lugar, si ésta se hace de corazón. 

324 – Los Espíritu de las personas a quienes se erigen estatuas o monumentos, ¿asisten a la inauguración y los miran con satisfacción? 

– Muchos, cuando pueden, acuden; pero, son menos sensibles a los homenajes que al recuerdo que se les tributa. 

325 – ¿De dónde proviene el deseo de ciertas personas, que quieren que se las entierre más bien en un lugar que en otro? ¿Vuelven a ese lugar con mayor satisfacción después de la muerte? ¿Y esa importancia atribuida a una cosa material, es señal de inferioridad del Espíritu? 

– Afecto del Espíritu por ciertos lugares; inferioridad moral. ¿Cómo puede valer un pedazo de tierra más que otro para un Espíritu elevado? ¿No sabe que su alma se unirá a los que ama, aunque sus huesos estén desparramados?  

 – La reunión de los restos mortales de todos los miembros de una misma familia, ¿debe considerarse como cosa fútil?                                                                                                                        – No; es una costumbre piadosa y un testimonio de simpatía por los seres amados y si semejante reunión importa poco a los Espíritus, es útil a los hombres, pues los recuerdos están más concentrados.

 326 – Al regresar a la vida espiritual, ¿es sensible el alma a los honores hechos a sus despojos mortales? – Cuando el Espíritu alcanzó cierto grado de perfección, ya no tiene vanidad terrestre y comprende la futilidad de todas esas cosas.Pero, se entiende que algunos Espíritus en los primeros momentos de su muerte material sienten gran placer con los homenajes que le rinden, o disgusto por el abandono de sus despojos, porque conservan aún algunos prejuicios de este mundo. 

327 – ¿Asiste el Espíritu a su entierro?– Con mucha frecuencia; pero a veces, no comprende lo que ocurre, si se encuentra aún turbado.          

– ¿Se alegra por la concurrencia de asistentes a su entierro?                                                                       – Más o menos, de acuerdo con el sentimiento que los anima. 

328 – El Espíritu del que acaba de morir, ¿asiste a la reunión de sus herederos?

 – Casi siempre. Dios lo permite para su propia instrucción y castigo de los culpables, pues entonces juzga el valor de las manifestaciones que le hacen. Para él todos los sentimientos están al descubierto y la decepción que experimenta viendo la codicia de los que se reparten sus ahorros, le ilustra sobre los sentimientos de éstos; pero ya les llegará su hora. 

329 – El respeto instintivo que en todos los tiempos y entre todos los pueblos siente el hombre por los muertos, ¿es efecto de la intuición que tiene de la vida futura? – Es la consecuencia natural de esa intuición; pues sin ella ese respeto no tendría sentido.

- El Libro de los Espíritus- Allan Kardec

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            SUICIDA, ¡ NO TE EQUIVOQUES !

Leyendo"Memorias de un suicida de Yvonne do Amaral", hay un episodio en donde se relata que reúnen para una enseñanza a todos los suicidas, y les dijeron entre otras cosas lo siguiente:

- "Podéis observar, amigos míos, que, aunque el hombre deseó huir de la existencia planetaria por los engañosos acantilados del suicidio, no se eximió, absolutamente de ninguna de las amargas situaciones que le disgustaban , sino que sumó desdichas nuevas, más ardientes y punzantes, al bagaje de los males que antes le afectaban, que habrían sido soportables si una educación moral sólida, basada en el cumplimiento del deber, hubiese inspirado sus acciones diarias"
- Yvonne do Amaral-( Médium )

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EL UNIVERSO (Psicografía)



      El universo es casi infinito, digo casi porque solo el Padre y hermanos muy elevados conocen realmente las dimensiones del universo, pero para haceros una idea, imaginaos que utilizáis toda vuestra existencia en recorrer el universo, si empezamos desde este planeta a una velocidad de la luz y utilizamos cien años alargándolo lo mas pasible no habríais recorrido ni un paso, seria irrisorio el avance en distancia que habríais hecho.
Nuestro hermano Jesús nos decía :- En la morada de mi Padre hay muchas habitaciones - es decir, podríamos exponer esta idea  de que el universo es una morada casi inacabable y que cada planeta es una pequeña habitación, por lo tanto hay infinidad de habitaciones y la morada del Padre es inmensa.
Hay hermanos que pueden pensar que en el universo no hay vida, pero es un error decir eso, además solo la razón y el sentido común podrán demostrar que si la hay, pues en un universo tan grande es ridículo pensar que no hay vida. Hay vida parecida a la vuestra y hay vidas que no os podríais ni imaginar que existieran, pero las hay, con los años y cuando la preparación de los encarnados evolucione, si nuestro Padre lo ve oportuno, tendréis pruebas de que en este universo existe vida inteligente, pero si muchos de vuestros científicos no creen en el alma no creo que puedan creer que hay vida muy diferente a la vuestra. Por mas que se intente buscar no la encontrareis hasta que no estéis preparados para entender otras vidas diferentes.
En los planetas que son de expiación no suele haber cerca de ellos ningún planeta de origen orgánico con vida idéntica a la del planeta en cuestión, pues no suele tener éxito, por que si en un planeta como este hay guerras entre vosotros, no seria prudente que hubiera un planeta cerca con vida, pues eso provocaría la tentación de conquista y de ocupación por la humanidad más dominante, además el conocimiento y el adelanto moral va con consonancia con la tecnología de que se puede disponer, es decir, cuanto mas tecnología mas adelantados moralmente están.
Hay planetas que tienen una tecnología muy evolucionada y la forma de vida es muy diferente, sin embargo también los hay radicalmente contraria a la evolución como lo que pasó en la tierra hace millones de años.
En el universo para poder ir de un lugar a otro y poder ver sus grandes extensiones, en la materia que poséis no es posible, pues solo una tecnología muy compleja podría moverse por el universo muy rápido y sin afectar un cuerpo orgánico. Los espíritus, dependiendo de lo avanzados que estén poseen la velocidad del pensamiento espiritual, no del físico como lo que tenéis ahora, es decir, que es una velocidad que no se puede medir y que todos la tendréis, pues es parte de nosotros.
Hay tantas cosas que os quedan por aprender y ver, que es por eso que no tiene casi nada de importancia lo que tiene la materia orgánica y este planeta; solo el tiempo y vosotros mismos podréis llegar a ver cosas tan bellas que no os lo podéis ni imaginar, es por eso que se viene a este planeta a pasar unas pruebas tan duras, a sufrir tanto y sentir tanto dolor y es por que cuando sois espíritus libres de la materia veis parte de lo que hay y queréis adelantar tanto en una existencia que haríais lo que sea para lograrlo, pero después todas esas pruebas suelen ser insoportables, por eso siempre tendréis que ser fuertes y pensad que nada dura en este mundo y que tenéis tantas maravillas para disfrutar que nuestro Padre posee, que solo tenéis que tocarlo.
Nada en este mundo merece la pena conservar, solo lo que os sirva para elevaros al Padre, todo lo demás no sirve , ni riquezas, ni títulos, todo es efímero y ridículo, lo que pasa es que cuando estáis encarnados veis que todo es muy importante pero no es verdad, pues solo es un espejismo que no dura, solo el universo y lo que ello significa y solo el Padre y lo que Él es, es lo que realmente vale la pena.
Cuando llegue la noche mirad las estrellas y mirad que esa es vuestra casa y no este planeta, que allí hay hermanos que os quieren y un Padre enternecedor que adora a sus hijos y todos esperan que seáis buenos y que evolucionéis, pues si no después, cuando desencarnéis, veréis cuan poco habéis evolucionado y veréis que en esa existencia no habéis aprendido todo lo bueno de ella.
Sed Pacientes, tened fe en el Padre y todo llegará y veréis como con los años pensareis en los problemas tan duros que habéis pasado y os sentiréis felices porque habréis triunfado en vuestra tarea y estaréis mas cerca del Padre.

   Espíritu Cristóbal, Médium; Bertolinni


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Espiritismo sólo hay uno

Después de más de siglo y medio, constituye un hecho sorprendente la forma cómo Allán Kardec se adelantó a su tiempo. No sólo en lo que respecta a la confección científico-filosófico-moral que supuso la codificación; sino a los hechos y situaciones que derivarían de la aparición de la misma y los inconvenientes que esta nueva doctrina debería enfrentar a lo largo de su comienzo para su pervivencia en el tiempo y consolidación posterior.

La argumentación del maestro de Lyon era obvia; era preciso distinguir a este nuevo movimiento espiritual de otros muchos, y por ello precisaba de una nueva denominación. Por ello acuñó el término Espiritismo, a fin de dotar de carácter propio a esta nueva doctrina y de una singularidad que la diferenciara de otros movimientos espirituales. Se trataba de una nueva “filosofía espiritual” pero claramente diferenciada en sus postulados y objetivos de otras muchas, ya que era una “doctrina filosófica con base científica y de consecuencias morales “.          

Religiones, movimientos esotéricos, místicos, escuelas de pensamiento espiritual, que tuvieran el alma o espíritu como principio en el ser humano podían considerarse movimientos espirituales, y muchos de ellos no tenían apenas otra cosa en común, véase Masones, Teósofos, Rosacruces, Gnósticos, Budistas, Hinduístas, Católicos, Luteranos, Musulmanes, etc.

La experiencia propia que adquirió en los primeros años, y la disidencia que algunos de sus más estimados colaboradores llevaron a cabo, sumió a Kardec a una profunda tristeza al principio que muy pronto fue superada para respetar y no criticar las decisiones de los disidentes, pero al mismo tiempo vislumbró la necesidad imperiosa de fortalecer los principios de la nueva doctrina dejando bien claro que Espiritismo sólo hay uno, el que los espíritus dirigieron  en la aparición de la codificación. Era preciso distinguir la doctrina espírita del movimiento espírita, esto es algo que aún hoy, 163 años después de la publicación de El Libro de los Espíritus”, todavía no está claro para algunos.

Cualquier otro movimiento que se apartara de los postulados principales de esta doctrina, aunque siempre respetable, no podría denominarse Espiritismo. Cabría a sus promotores la responsabilidad de acuñar otro término diferente, pero nunca el de Espiritismo. Esta respuesta de Kardec tenía por base el hecho de no mezclar, ni extrapolar, ni confundir a los seguidores, pues ya era evidente en esos momentos, Febrero 1866, que algunos de los disidentes estaban creando su propio movimiento y proyecto, que vió la luz bajo una publicación titulada bajo el eufemismo de “Periódico de Espiritismo Independiente”. ¿Independiente, de quien o de qué? se preguntó Kardec.

Analizando la cuestión Kardec entendió claramente las implicaciones de ese nuevo movimiento surgido de las entrañas del propio núcleo inicial de constitución de la doctrina. Se trataba por parte de algunos compañeros de liberarse de la influencia de los mentores espirituales que ofrecieron las directrices de la doctrina espírita y al mismo tiempo prescindir de la supervisión del maestro de Lyón.

La respuesta no se hizo esperar y, con todo respeto, Kardec escribió: “Espiritismo independiente es el Espiritismo liberado no sólo de la tutela de los espíritus sino de toda dirección o supremacía personal, de toda subordinación a las instrucciones de un Jefe, cuya  opinión no puede ser Ley, puesto que no es infalible “.

Los promotores de la nueva iniciativa no evocaban ya a los espíritus en sus reuniones. Según afirmaban, serían ellos mismos, con su saber y entender, los que crearían doctrina sin necesidad de recurrir a la mediumnidad “para no estar sometidos a mediums falibles o espíritus engañosos “.  Insistirían igualmente en la inutilidad y la banalidad de la moral espírita, de forma que serían ellos por sí mismos los que marcarían las directrices sin recurrir al mundo espiritual:

“Discutiremos entre nosotros, buscaremos y decidiremos bajo nuestra sabiduría, los principios que deben ser aceptados o rechazados, sin recurrir a la autorización de los espíritus “

Estaba ya muy claro para Kardec; el estudio de la doctrina sería conducido por los vivos y no por los muertos. Esta cuestión era principal para el maestro, pues siempre, desde sus inicios, atribuyó la responsabilidad de la doctrina a los espíritus, y nunca la asumió como obra suya.

En su respuesta a estos compañeros respondió que podían renegar de su liderazgo al frente del movimiento, pero que era un error de mayúsculas dimensiones renegar de los espíritus  y dijo:

Las comunicaciones de los espíritus fundaron el Espiritismo. Rechazarlas, después de haberlas aclamado es querer derrumbar el Espiritismo por la base”

Este movimiento paralelo, tuvo ciertamente algunos seguidores, sin embargo la repercusión de la obra de Kardec fue tan importante que eclipsó totalmente esta iniciativa en un momento determinado. Sin embargo, es justo reconocer que, al amparo de esa disidencia, nuevas obras vieron la luz y que no tenían nada que ver con el Espiritismo que Kardec había codificado. Un ejemplo ya fue mencionado en capítulos anteriores al hablar de la obra del abogado Roustaing “Los Cuatro Evangelios”.

La influencia de algunas de las obras y de otros disidentes que comenzaron con  Kardec, ha llegado hasta hoy. Tanto es así que se confunden muchas veces a estudiosos que se autodenominan espiritas y sin embargo tienen sus principios en algunos de estos movimientos colaterales, roustaingistas, seguidores de trincado y otros que, autodenominándose espíritas no trazan la línea de la diferencia entre los principios básicos de la doctrina de Kardec y los suyos propios, llevando tristemente a una confusión a los neófitos que se interesan por el Espiritismo auténtico y que aceptan sin dudar como postulados de la doctrina espírita cuestiones de las que Kardec nunca habló en sus obras.

Hemos de expresar nuestro más absoluto respeto por todos los movimientos espirituales que tienen como intención mejorar al hombre en su condición moral y espiritual. No obstante es preciso discernir lo que es y lo que no es el Espiritismo codificado por Kardec, a fin de evitar confusiones, mezcolanzas o similtudes que desnaturalizan la esencia del mensaje que los espíritus dieron al maestro de Lyón.

Ayer como hoy, se hace preciso confirmar que Espiritismo sólo hay uno, el que los espíritus encargaron a Allán Kardec codificar bajo sus instrucciones. Todo lo demás serán aproximaciones, indefiniciones entre movimiento y doctrina, obras respetables y de buena intención pero exentas de la sanción que los espíritus otorgaron a la obra ordenada y codificada por el profesor Rivail.

Para terminar, dejamos aquí la respuesta del propio Kardec a aquellos que cuestionaban su posición al frente de la doctrina, confundiendo las verdaderas intenciones del maestro, que repetidamente había manifestado por escrito, en público y en privado acerca de su papel en la constitución y organización de la nueva doctrina.

“¿Algún día me hice pasar por profeta, mesías, sacerdote o sumo pontífice? Si otros pudieran hacerlo mejor que nosotros, nunca iremos en su contra, porque jamas hemos dicho ni diremos que fuera de nosotros no existe la verdad.

¿Damos instrucciones? Sí. Pero nadie está obligado a seguirlas. ¿Realizamos alguna censura? Jamás mencionamos a nadie salvo cuando hemos de elogiar a alguien. Así mismo nuestras instrucciones son dadas de forma general, bajo el desarrollo de nuestros principios y para el uso de todos”

Podemos comprobar la ecuanimidad y libertad que otorgaba en la interpretación de la doctrina, al propio tiempo que se observa la responsabilidad asumida libremente a la hora de aconsejar y matizar que esas instrucciones no eran más que sugerencias basadas en los principios espíritas que él había asumido en primer lugar y tenía la obligación de divulgar como responsable de la obra y no como autor de la misma.

 Antonio Lledó Flor- Amor, Paz y Caridad

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“Si entre los adeptos del Espiritismo los hay que difieren de opinión sobre algunos puntos de la teoría, todos concuerdan en los puntos fundamentales. La razón debe ser el argumento y la moderación asegurará el triunfo de la verdad sobre la crítica basada en la envidia. Los buenos espíritus predican la unión y el amor al prójimo, jamás un pensamiento malévolo o contrario a la caridad puede venir de una fuente pura”
Allán Kardec – Conclusión – Libro de los Espíritus

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 INFLUENCIA DE LOS ESPÍRITUS SOBRE EL SER HUMANO




     Los espíritus encarnados estamos rodeados incesantemente, sin darnos cuenta de ello, por espíritus desencarnados, ocupándose los desencarnados solamente de aquello que les interesa según su estado de progreso, ya sea en el bien o intentando influenciar al hombre para que siga en el mal camino, con los cuales estamos en desventajas ya que ellos ven nuestros actos que quisiéramos que estuvieran ocultos e incluso nuestros pensamientos más íntimos, y nosotros, sin embargo, y generalmente no podemos percibir su presencia. La influencia que podamos recibir de los espíritus estará en consonancia con el estado moral y evolutivo de nuestro Espíritu.
     La influencia de los espíritus ha existido desde siempre, pues los espíritus existen desde que los hombres existen, siendo en todo tiempo su influencia positiva o negativa sobre la humanidad, habiendo desde siempre espíritus encarnados con la facultad de comunicarse con los espíritus, pues el mismo Moisés tenía esta facultad sino como explicar la manifestación de la famosa zarza, manteniendo este conocimiento apartado del conocimiento del vulgo por su estado de ignorancia, el cual hubieran mal interpretado, tergiversado y manipulado, pero cuando la humanidad ha estado preparada para comprender este conocimiento, el espiritismo ha venido para descorrer el velo que existía entre un estado y otro, así como también a desenmascarar a los Espíritus  que tomando los nombres de espíritus venerables del Cristianismo se hacían pasar por ellos, como también las distintas formas de influencia obsesiva de los espíritus desencarnados sobre los encarnados, de desenmascarar a los espíritus burlones, mentirosos, seudo-sabios, malévolos, frívolos etc., que anteriormente por el desconocimiento del mundo espiritual, estos espíritus han influenciado, engañado y manipulado con mayor impunidad, pero también a su vez estos espíritus encarnados se dejan arrastrar y manipular por estos espíritus inferiores porque se sienten a gusto desenvolviendo sus pasiones y debilidades las cuales atraen a los espíritus inferiores, puesto que siempre cedemos por nuestro libre albedrío, siempre tenemos la facultad de hacer o no hacer siendo siempre el espíritu encarnado el responsable de sus actos, n teniendo justificación alguna.

El periespíritu refleja el estado en que realmente está el Espíritu, sus pensamientos, sus actos y los actos que no se atreve a realizar, por tanto el periespíritu refleja con fluidos claros u oscuros y negativos los pensamientos e ideas del Espíritu siendo éste el que crea los fluidos positivos o negativos que envuelven su periespíritu, pues los fluidos son neutros, quedando para los espíritus todo a la vista con lo cual ellos ven nuestras debilidades, vicios, pasiones, y por donde somos más débiles para ser influenciados. Todos recibimos la influencia de los espíritus, si es positiva y nuestro espíritu está en disposición de seguir sus inspiraciones, su ayuda no nos faltará, pero si no hacemos caso de sus inspiraciones ellos se apartarán de nosotros, dejando el camino libre a todos aquellos espíritus inferiores que se quieran aprovechar de nuestras debilidades y defectos.

El cuerpo es el instrumento por el cual el Espíritu se manifiesta, pero a su vez también experimenta las sensaciones que la materia le transmite, es inevitable que dichas sensaciones nos provoquen estados y situaciones muy tentadoras, y no precisamente en el terreno que el Espiritismo nos muestra con sus enseñanzas, dichas sensaciones cuando el Espíritu se materializa y acalla la voz de su Espíritu, se debilita y es presa fácil a la influencia de los espíritus que se apegan para que no se puedan esclarecer y poderlo manipular, los espíritus puedan absorber los fluidos, del alcohol, tabaco, drogas etc. En estos casos llegan a ser sus obsesores, los cuales si el mismo Espíritu no quiere cambiar los llevará hasta su desencarnación. La influencia obsesiva siempre es negativa para el Espíritu encarnado, pero su origen tiene muy distintos orígenes y causas.

  Generalmente el hombre recibe pensamientos e ideas, y comúnmente no sabe el Espíritu si son suyas o no, porque él no se percata de que le estén sugiriendo ideas y de que lleve a un Espíritu apegado a él, no porque sea su enemigo, puede ser un familiar o un Espíritu desencarnado que está aún materializado y se ha quedado apegado a la Tierra, y como le hacemos caso a sus sugestiones se queda con nosotros; el tipo de influencias puede ser muy variado.

   Los espíritus influyen en los actos de nuestra vida más de lo que nos imaginamos, porque cedemos a su influencia y sugestiones creyendo que somos nosotros los que hemos tenido la idea y de esta manera pueden dirigir parte de nuestra vida, ya sea que aceptemos las sugestiones de los espíritus trabajadores en el bien o la influencia de los espíritus negativos por la inferioridad del Espíritu encarnado o porque los espíritus trabajadores en el bien se aparten de nosotros porque no aceptan sus ideas y pensamientos, esto tendría su justificación en cuanto a los hombres que desconocen los ensañamientos de los espíritus negativos.


Pero en cuanto a los espíritus encarnados que tienen conocimientos del Espiritismo o que ellos se denominan espiritista, que se dejen influenciar por espíritus inferiores tienen más responsabilidad por el conocimiento que ellos tienen, ya Jesús nos lo advirtió con estas palabras “orad y vigilad” por esto ante la poca vigilancia de algunos que se denominan espiritas, los espíritus se aprovechan de sus vicios y debilidades para hacerlos caer en el ridículo, para ellos el tiempo no importa se acercan a nosotros para impedir el progreso del Espíritu, ellos son pacientes pero si no hacemos caso de sus sugestiones al final se cansan y se van, por esto tenemos que estar alerta porque esa influencia puede ser muy sutil, porque ellos saben que un ataque frontal podría ser un fracaso y si no estamos vigilantes acaban por liarnos y entorpecer nuestra vida y progreso.

La influencia que ellos puedan ejercer sobre el Espíritu encarnado es uno de los mayores obstáculos que se le presentan al ser encarnado, porque a mayor progreso del Espíritu, mayor inteligencia del espíritu negativo que aprovechando las debilidades o poca vigilancia del Espíritu que quiere influenciar para apartarlo del buen camino y de la divulgación del Espiritismo, y por esto tenemos que estar muy vigilantes no ya a los ataques frontales sino a los ataques que nos puedan hacer, por los que están a nuestro alrededor, ya sean familiares, amigos.
D.S.F.
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