miércoles, 26 de octubre de 2022

El Espíritu y su evolución

     INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- ¿ Qué es la irradiación?

2.- El Espíritu y su evolución

3.- Un comunicado desde el Más Allá

4.- ¡Son útiles las religiones al Ser humano?


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                   ¿Qué es la irradiación?                             


     Irradiar significa lanzar de sí, emitir (rayos, energía, fluidos, pensamientos, sentimientos, etc.) que nos son propios.
     Puede decirse que todos nosotros, Espíritus encarnados, tenemos capacidad para expandir nuestros fluidos vitales y mentales, bajo la forma de energías electromagnéticas, las cuales se dislocan en la atmósfera en dirección al blanco, bajo la forma de irradiaciones. Nuestros pensamientos y sentimientos pueden ser irradiados a largas distancias, en un mismo plano de la vida o entre los planos físico y espiritual.
     ¿Cómo se lleva a cabo la irradiación?

     Podemos mentalizar a un enfermo o portador de alguna dificultad, envolviéndolo en vibraciones de salud, de equilibrio, de paz o de armonía. También podemos vibrar mentalmente por la paz mundial o de un país, por el deseo de alguna realización, etc.

     La capacidad de expansión de nuestros pensamientos y sentimientos guarda relación con nuestra evolución, porque cada cual de nosotros respira (vibra) en determinado tipo de onda.      

 Cuanto más primitiva se revela la condición de la mente, más débil es el influjo vibratorio del pensamiento.
     El Espíritu André Luiz nos esclarece que el hombre encarnado se asemeja a un generador de fuerza electromagnética, cuyas energías se propagan por medio de una oscilación por segundo, que es registrada por el corazón, bajo la forma de latidos cardíacos. Informa, también, que todos los seres vivos de la Tierra emiten energías, encuadradas en los dominios de las radiaciones ultravioletas (ondas cortas de energía, invisibles a los ojos del cuerpo). Por último, nos elucida que las almas regularmente evolucionadas, pero dedicadas al bien, revelan apreciables condiciones vibratorias, de forma que pueden proyectar rayos mentales más sublimados, al asimilar corrientes mentales superiores emitidas por Espíritus que ya se encuentran en lugares evolutivos más elevados.

     Al asimilar los pensamientos y sentimientos de los Espíritus dedicados al bien, la criatura encarnada enriquece sus propios rayos vitales. Esos rayos vitales no son nada más que los efluvios ectoplásmicos (o fluido vital), los cuales envuelven a la persona necesitada de auxilio, aunque ésta esté a larga distancia.
     Kardec nos esclarece que los Espíritus actúan sobre los fluidos espirituales, sin manipularlos como los hombres manipulan los gases, pero empleando el pensamiento y la voluntad. Para los Espíritus, el pensamiento y la voluntad son lo que las manos para el hombre. Por el pensamiento, ellos imprimen a aquellos fluidos tal o cual dirección, los aglomeran, combinan o dispersan; organizan con ellos conjuntos que presentan una apariencia, una forma, una coloración determinadas; les cambian las propiedades como un químico cambia la de los gases o de otros cuerpos, combinándolos según ciertas leyes (…). Algunas veces, esas transformaciones resultan por una intención; otras son producto de un pensamiento inconsciente (o espontáneo).                                                                               

     Siendo los fluidos el vehículo del pensamiento, éste actúa sobre los fluidos como el sonido sobre el aire; ellos nos traen el pensamiento, como el aire nos trae el sonido. Puede decirse, sin recelo de errar, que en esos fluidos hay ondas y rayos de pensamientos, que se cruzan sin confundirse, como en el aire hay hondas y rayos (vibraciones) sonoros. Hay más: creando imágenes fluídicas, el pensamiento se refleja en el envoltorio periespirítico, como en un espejo; toma en él cuerpo y ahí en cierto modo se fotografía.

     En síntesis: cuando proyectamos nuestros pensamientos y sentimientos por intermedio de la bondad, creamos una imagen fluídica que puede alcanzar el blanco apuntado, si éste presenta condiciones de receptividad. La acción de la voluntad se hace a través del fenómeno de la sugestión, que es una fuerza mental pura y simple, transportando la idea por una imagen viva, la sugestión como la electricidad, el explosivo, el vapor y la desintegración atómica, no es buena ni mala; dependiendo sus efectos de la aplicación que se le dé. Así, la tenemos no sólo en el altar de la oración y en los símbolos sagrados de los servicios religiosos, aconsejando la virtud y el progreso al corazón del pueblo, sino también en los espectáculos deprimentes de los ritos bárbaros y en la demagogia de arrastramiento, destilando el psiquismo inferior que inspira las conductas licenciosas y la rebelión. Lo comprendemos así, porque nuestras emociones, pensamientos y actos son elementos dinámicos de inducción. Todos exteriorizamos la energía mental, configurando las formas sutiles con las que influenciamos al prójimo y, todos somos afectados por esas formas, nacidas en los cerebros ajenos. Cada actitud de nuestra existencia polariza fuerzas en aquellos que se nos afinan como el modo de ser, induciéndonos a la imitación consciente o inconsciente.
     ¿Cómo, dónde y cuando puede ejercitarse la irradiación?
     Como la oración, la irradiación puede realizarse a solas, en los momentos de recogimiento espiritual, o en público, sea en reuniones especiales para esta finalidad, sea un poco antes del término de una reunión mediúmnica.

a) A solas, en momentos de íntima meditación. En esa situación, la persona se recoge en un lugar tranquilo y silencioso, buscando entrar en sintonía con el objeto de su irradiación, si fuera el caso, o crear imágenes mentales en pro de la paz o del éxito de algún emprendimiento.

b) La oración, la lectura edificante y la música ennoblecida son medios que favorecen la elevación del padrón vibratorio, permitiendo que las emanaciones mentales emitidas por la persona alcancen las de los benefactores espirituales, resultando una suma de fuerzas. Es importante que la irradiación sea hecha en día y hora establecidos, a fin de que haya continuidad del ejercicio.

c) En público, en las reuniones específicas para ésta finalidad (reuniones de irradiación mental), o un poco antes de la oración de cierre de una reunión mediúmnica. Los ejercicios de irradiación mental que son realizados en las reuniones espíritas tienen las siguientes finalidades, entre otras:
- Beneficiar a enfermos del cuerpo físico y aquellos procesos obsesivos;
- Vibrar por los trabajadores de la Casa Espírita o del Movimiento Espírita, por la paz y por la armonía universales;
- Colaborar con los dirigentes espirituales de las reuniones mediúmnicas, en el trabajo de atendimiento a los Espíritus sufrientes;
- Prestar solidaridad a todos aquellos que trabajan para neutralizar las fuerzas negativas, aún reinantes en el Planeta, las cuales favorecen las guerras, las luchas fraticidas, la locura, el suicidio, el homicidio y la subyugación a las pasiones inferiores.

Consideraciones sobre la irradiación mental :
     En todos los ejercicios de irradiación, realizados a solas o en público, el método a seguir es el de la mentalización, estableciendo la unión como si el enfermo estuviese presente. Sin embargo, es necesario saber dar dirección al pensamiento emitido, en virtud de las corrientes fluídicas (energías) contrarias, que se pueden encontrar en el camino a recorrer. Si la sensibilidad del médium capta influencias negativas o encuentra cualquier tipo de obstáculo a la irradiación, ésta debe ser siempre conjugada con una oración que, encontrando eco entre los Espíritus protectores, éstos acuden para auxiliar.

     Normalmente la unión y la distancia entre el agente emisor y el necesitado es hecha por un Espíritu protector que, espontáneamente, colabora en ésta tarea.

     En el tratamiento a distancia no es preciso mentalizar ningún gesto de pase. Es suficiente pensar en el enfermo, suplicando a Dios el socorro necesario para restablecer su salud. En esa situación, la ideoplastia puede crear imágenes en las que el enfermo es envuelto en fluidos saludables y renovadores, que le restauran el equilibrio orgánico. También es posible que la mente de quien irradia mentalice al enfermo feliz, sano y recuperado del mal que le afligía.

     En éste ejemplo de ideoplastia, hubo irradiación de fluidos regeneradores, movilizados por el deseo de ver a la persona curada y por la súplica hecha a Dios. La mente del emisor, asociada a la de los benefactores espirituales, llevó al necesitado el auxilio apropiado y le transmitió una forma mental de cura (imagenplastia).

     En las reuniones mediúmnicas, un poco antes de su término, las irradiaciones mentales complementan el atendimiento hecho a los Espíritus sufrientes, restauran las energías desprendidas, sobre todo por los médiums y desintegran cualquier residuo mental negativo que, tal vez, aún permanezca en el ambiente.

     En las reuniones de desobsesión, o incluso en otras reuniones mediúmnicas, si el dirigente percibe una cierta inquietud o alguna desarmonía, puede hacer irradiación al inicio de la práctica mediúmnica. Este recurso tiene como finalidad equilibrar la reunión y suministrar el clima propicio para la realización de las tareas de intercambio mediúmnico. Así, el dirigente del grupo solicita a sus integrantes que formen corrientes mentales por medio de la emisión de las mejores ideas que puedan mentalizar, sea por la oración silenciosa, sea por la imaginación edificante.

     Algunos Centros Espíritas tienen reuniones específicas de irradiación mental. Representan una actividad complementaria a los trabajos de desobsesión y al atendimiento fraterno. También puede representar el sustento o refuerzo espiritual para las actividades que el Centro realiza. A veces, esas reuniones son permanentes, otras veces, son temporales, cuando la institución está pasando por una dificultad o, por el contrario, cuando ésta va a realizar un evento de elevada significación.

     De cualquier forma, la irradiación mental dirigida al Bien Mayor, en beneficio propio o del prójimo, representa siempre un medio de equilibrio y un instrumento de mejoría espiritual.

     Esperamos que os haya ayudado para  comprender y conocer lo que es la irradiación y os invitamos a ponerla en práctica para auxiliar a quienes puedan necesitarlo de una manera anónima.

- Erik Campe -

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             EL ESPÍRITU Y SU EVOLUCIÓN

Allan Kardec definió el Espiritismo como " la doctrina que trata y estudia el origen, la naturaleza y el destino de los Espíritus"

Lo cual quiere decir, ni más ni menos, lo que ya desde la antigüedad se preguntaban los filósofos de aquellos tiempos, es decir: quien soy, de donde vengo y a donde voy.

" El Espíritu es el principio inteligente del Universo, la centella divina emanada de Dios, su Creador, que desciende al mundo material para desarrollar el germen que posee en sí mismo, con todos los atributos de la Divinidad, y con todas las facultades que están destinadas a convertirle, por medio del trabajo y del esfuerzo personal, en un Ser Superior capaz de conquistar la Sabiduría y el Amor".

Esa chispa divina, como simple principio espiritual, sin conciencia en sí misma de su evolución, pasa por los tres reinos de la Naturaleza: el mineral, el vegetal y el animall deteniéndose en cada uno de ellos, miles y miles de años, desarrollándose y adquiriendo las experiencias que cada forma de vida podía ofrecerle.

Esta evolución del principio espiritual siempre ha sido unida a una evolución de la materia que le servía de instrumento y de medio de manifestación en una transformación hacia formas vez más complejas en lo morfológico y un desarrollo constante en lo psíquico a través de la acumulación de informaciones, porque todas las vivencias pasadas y todas las vivencias sufridas, las ha ido archivando y recogiendo el principio espiritual en su psiquismo.

De esta manera y forma, después de múltiples y sucesivas repeticiones, el principio espiritual se va desarrollando, hasta tal punto, que le faculta y prepara para dar el paso más importante en su evolución hasta el momento: la adquisición de conciencia propia.

Para ello, este principio espiritual, una vez finalizado este periplo de existencias de miles y miles de años, es preparado en el Mundo Espiritual para sufrir la transformación necesaria que le convierta en Espíritu individualizado y poder dar un  salto en su evolución: el reino hominal, ensayando en una nueva forma aún más compleja y perfecta que las anteriores: el cuerpo humano, aunque, lógicamente, al principio lo haga en cuerpos primitivos y rudimentarios.

" Es decir que en el hombre, este principio espiritual, es ya un Espíritu individualizado, con conciencia propia, que empieza, que empieza a desarrollar su razón y que tiene la capacidad analítica de sentir y saber que existe, por medio de su propio raciocinio.

- Alfredo Tabueña-

( Continúa en otro artículo que lleva por nombre: "El hombre, como ser de triple naturaleza".

                                                

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            UN COMUNICADO DEL MÁS ALLÁ

           


    Hermanos queridos: Cuando los seres humanos no vienen preparados desde anteriores existencias, para admitir racionalmente una doctrina tan sabia y consoladora como lo es el Espiritismo, es inútil pretender encontrarlos en el camino de la verdad de una manera convincente, desprovista de dudas ni vacilaciones, Aunque esos seres sean ilustrados y tengan criterio propio y hasta elevado, siempre tropiezan con el dogmatismo y la fe ciega, que en su corazón hicieron arraigar las religiones, e inconscientemente se imponen a sí mismos la prohibición de la hermosa libertad de pensar y la libertad del libre examen: no os extrañe, pues, encontrar hombres de recto juicio que en materia espírita, si han llegado alguna vez a convencerse, ya sea por la virtualidad de la Doctrina, o bien por haber presenciado algunos fenómenos, sin embargo, en el fondo, no son partidarios de aquella verdad, y sienten la nostalgia de la incertidumbre, diciendo que esperaban otras cosas más nuevas, o que el fenómeno o fenómenos no le habían sacado de ninguna duda, y cosas parecidas, que están en contraposición con el buen sentido y el propio criterio, que tal vez hayan manifestado een otros asuntos menos cuantitativos.

     Nada de eso debe extrañaros, porque ya sabéis que el Ser viene, o no, predispuesto de otras experiencias para admitir, no por la fe ciega de las religiones, sino por la de la razón, la luz de las verdades eternas e infinitas que Dios en su suprema sabiduría da a conocer a todos sus hijos, en los tiempos, lugares y ocasiones que tiene ordenados en Su Voluntad Infinita. Cuando oigáis la negación absoluta de esas verdades eternas, no lo extrañéis, lo mismo del sabio que del ignorante; los dos están en el mismo camino de estacionamiento, y a los que creen que nada nuevo enseña el Espiritismo, decidles que se tomen la molestia de leer todo lo que hay escrito en dicha doctrina después de las obras de Kardec, y entonces verán si sus dogmatismos teológicos, encontraron un lenguaje tan elevado y apropiado a las circunstancias, y en una palabra, si la ciencia que encierra la doctrina de sus religiones ha resuelto alguno de los problemas morales, filosóficos o sociales, por donde han atravesado las humanidades tras veinte siglos de venganzas y penalidades.

Es necesario fijarse bien en la progresión de los tiempos, y el hombre pensador propio puede llegar a comprender que si en los desgraciados tiempos del oscurantismo, la superstición y el terror, eran los argumentos científicos que oponían los grandes sabios de la  Tierra a la marcha lógica y natural del progreso y la civilización; hoy que ha sido conocida la Doctrina del Espiritismo, al par de otras ciencias, que ha dado un solemne mentís a la sabia divinidad de la Religión Católica, hoy la ciencia moderna y la filosofía racionalista, opone, la ciencia a la ciencia, abriendo nuevos horizontes de luz y verdad para que en ellos puedan reflejarse todas las inteligencias, y todos y cada uno de sus libres  anatemas y persecuciones puedan brillar en la medida de sus fuerzas, dando a las humanidades y a las sociedades modernas nuevas y hermosas ciencias, medios de vida, locomoción y movimiento, verificándose en esto la eterna evolución del progreso Universal, que nadie ni ninguno de los que hasta aquí se creyeron dueños de la inspiración divina podrán contener, porque esa Universal evolución es dependiente de la omnipotente voluntad del Creador increado, que fundó las leyes divinas por las que se rigen todos los seres de la Creación Universal.- Adiós.

 ( Tomado de la rev. Fraternidad Cristiana Espírita nº 57 )


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¿ Son útiles las religiones al Ser humano ?

      No solamente son  útiles, sino necesarias, porque en el nivel evolutivo actual del Ser humano, aún conservamos un  alto grado de peligrosidad para con nuestros propios semejantes y la religión funciona como un freno moral que controla esos impulsos de agresividad que todavía tenemos y que nos hacen ser peligrosos hasta para con nosotros mismos.

 En realidad las religiones  han ejercido siempre como escuelas de pensamiento que han tomado dos formas: la popular, tolerada por sus teólogos como conexión  con una mayoría más o menos inculta de sus fieles, y la forma teológica más  pura y estricta  reservada a dichos teólogos.

    Las religiones  debieran ser un lazo espiritual que uniese a los hombres entre sí, uniéndolos con el Ser Supremo por una misma idea  o sentimiento superior. Si los principios religiosos estuviesen fundamentados por la ciencia, fortificados por la razón y apoyados en la libertad de conciencia, serían el móvil de grandes y generosas acciones humanas, pero mal interpretado y corrompido el sentimiento y la idea de lo religioso, esta ha llegado a ser más bien un instrumento de dominación egoísta y de rechazo.

  Cárlos Marx, el padre del Marxismo, que es una filosofía de carácter materialista, totalmente agnóstica y atea, afirmó que “la religión era el opio del pueblo”. Y en efecto, lo ha sido, pues el pueblo ante las opresiones y tiranías sufridas por parte de ciertos personajes que les dominaban con su poder, encontraban en la religión el alivio, la conformidad y el freno moral necesario para no sublevarse y derrocar por la violencia a quienes abusaban de ellos y les oprimían.   Marx predicaba la sublevación y la revolución por parte del pueblo y la religión era el freno para que este no reaccionara, entonces, para sus propósitos políticos y de poder, la religión le suponía un estorbo que había que eliminar.

      Las diferentes religiones y sectas religiosas, han sido siempre el principal motivo de las guerras y desastres humanos, por lo que resulta trágico y ridículo, que a lo largo de la Historia, los pueblos se hayan matado unos a otros en nombre de un mismo Dios, o por diferencias de conceptos teológicos y dogmáticos, habiendo  llegado alguna vez a proclamar en la historia de nuestra humanidad las “guerras santas” de unos pueblos o civilizaciones contra otros buscando la muerte y la aniquilación del otro, como si es que alguna vez alguna guerra haya tenido algo de santo. Así cada religión ha pretendido desterrar o dominar a las demás, desplegando el estandarte del orgullo humano al  proclamarse como la única y verdadera: ¡demencial¡.  Las religiones en vez de unir a las personas con sus conceptos y puntos  de creencia básicos y comunes, las han dividido y separado por sus diferencias generalmente intrascendentes .

 Con la mejor voluntad del mundo, mucha gente religiosa es opresora de los demás, con sus ideas ciegas y hasta fanáticas; y lo que se suele llamar respeto religioso no es sino miedo encubierto a chocar de frente con conceptos  diferentes, fanáticos e intransigentes, o bien por rechazo ante el temor de que el dogma del adversario haga tambalear  el dogma propio mantenido. Será porque a cada persona, en cada cultura, nos han enseñado que la religión de nuestros padres es la única verdadera y por eso nos llegamos a creer ciegamente del lado de la verdad, una verdad que nos da miedo que se pueda tambalear ante las “verdades” de otros.

 La idea del pecado que transmiten las religiones, supone la idea de la transgresión de una ley, por lo que cuando a los niños ya se les aplican rígidas normas éticas dictadas por la religión, así como el sentido del pecado y de la culpabilidad, se les está impidiendo su natural evolución humana en libertad al no poder descubrir las cosas por si mismos paso a paso,  mientras se les va  acotando su libertad  moral, al tiempo que se les condicionan sus conciencias.

 La verdadera religión debería  tratar de quitar los miedos en vez de inculcarlos, pues antes que nada la religión debe ser liberadora de miedos, enseñando al ser humano a vivir en Paz y en  Libertad, respetando a sus semejantes en sus creencias religiosas y políticas, un respeto que es paso previo al sentimiento de fraternidad y de amor que debiera prevalecer siempre, mostrando así cual es el sendero de la felicidad . También se le llama Tolerancia.

 La verdadera religión no es la manifestación exterior del culto o el ritual correspondiente y simbólico, sino que es un sentimiento y los sentimientos se guardan en el corazón humano que es por eso el verdadero templo  en donde se puede encontrar a Dios.   Esto es la religiosidad y esta  no necesita de sacerdotes, templos de piedra, fórmulas  mágicas, velas, inciensos  ni imágenes sagradas. Ese sentimiento religioso cuando es auténtico, no da importancia a las formas de adoración, y su único dogma es el que lleva al perfeccionamiento de los individuos y las sociedades: La Caridad.

 La auténtica religión es la del corazón, un sentimiento  de Dios  conocido como religiosidad, y  esta prevalece y está por encima de  todos los cultos y sacerdocios, a los que respeta pero no da importancia, porque la Verdad del alma aparece como un sentimiento íntimo que está por encima de todo esto.

 No importa ser católico, musulmán, budista o agnóstico, lo importante es saber ser feliz haciendo felices a los demás y buscar un sitio en la  vida; pero desgraciadamente las religiones no practican eso, si acaso algún religioso particularmente,  al margen de lo que le obliga su religión.

      - Jose Luis Martín-

 “La religión que un hombre profese, la raza a que pertenezca, no son cosas importantes; lo único importante es el conocimiento del Plan de Dios para los hombres .Porque Dios tiene un plan, y este es la Evolución”.                    -Krishnamurti

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lunes, 24 de octubre de 2022

Conmemoración de los muertos

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Conmemoración de los muertos

2.-Concepto de salud y enfermedad

3.-Hechos inevitables

4.-La muerte y la desencarnación


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CONMEMORACIÓN DE LOS MUERTOS


Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, les pregunta:

¿ Los Espíritus, son sensibles al recuerdo que de ellos conservan quienes les amaron en la Tierra?

Responden los Espíritus: "Mucho más de lo que creéis. Ese recuerdo aumenta su felicidad, si son dichosos. Si son desgraciados constituye para ellos un alivio"

El día de la conmemoración de los muertos, ¿tiene algo que lo haga más solemne para los Espíritus?, ¿ Se preparan para visitar a los que concurren a orar ante sus restos?

Respuesta de los Espíritus: " Los Espíritus responden al llamado del pensamiento, ese día, como cualquier otro".

¿ Ese día es para ellos, motivo de una cita junto a su sepultura?

Respuesta: "Ese día acuden en mayor número, porque allí hay más personas que los llaman. No obstante, cada Espíritu concurre por sus amigos y no por la multitud que les son indiferentes"

¿ Con que forma van a sus sepulturas?; ¿Cómo los veríamos si pudieran hacerse visibles?

"Con la forma con que se los conoció en vida".

Los Espíritus olvidados, ¿van a sus tumbas, aunque nadie vaya a visitarlas?, ¿ Sienten pena al ver que ningún amigo se acuerda de ellos?.

- ¿ Qué les importa la Tierra?; Solo estamos ligados a ella por el corazón. Si allí no hay amor, ya nada retiene al Espíritu: tiene para él todo el Universo.

La visita a la tumba, ¿ le proporciona al Espíritu mayor satisfacción que una oración hecha en casa?

"La visita a la tumba es una manera de dar a conocer que se piensa en el Espíritu ausente. Es la representación de ese pensamiento. Ya os dije que lo que santifica el acto del recuerdo es la oración. Poco importa el lugar, si esta se hace con el corazón."

Los Espíritus de las personas a quienes se erigen estatuas o monumentos,¿ van a esa especie de inauguración de los mismos, y los miran con satisfacción?

"Muchos van cuando pueden. Sin embargo son menos sensibles a los actos que se celebran en su honor que al recuerdo que se guarda de ellos".

¿ A qué se debe que ciertas personas deseen ser sepultadas en un lugar en vez de en otro?, ¿ Regresan a él con mayor agrado después de su muerte?. Esa importancia que se concede a algo material, ¿Es un signo de inferioridad en el Espíritu?.

"Apego del Espíritu por ciertos lugares: inferioridad moral. Para un Espíritu elevado, ¿que significa un pedazo de tierra más que otro?, ¿No sabe que su alma se reunirá con los que ama, aunque sus huesos estén en otro lugar?

La reunión de los despojos mortales de los miembros de una misma familia, ¿puede considerarse como algo futíl ?

"No, Se trata de una costumbre piadosa y de un testimonio de afecto a aquellos a quien se amó. Si bien esa reunión importa poco a los Espíritus, es útil para los hombres, pues los recuerdos se concentran mejor".

El alma, al retornar a la vida espiritual, ¿ es sensible a los honores que se rinden a sus despojos mortales?.

"Cuando el Espíritu llega a cierto grado de perfección, ya no tiene vanidad terrenal y comprende la futilidad de esas cosas. No obstante debes saber que suele haber Espíritus que, en los primeros momentos que siguen a su muerte material, experimentan un gran placer con los honores que se les rinden, o se disgustan por el descuido de sus envolturas, puesto que aún conservan algunos de los prejuicios de la Tierra."

FUNERALES

¿ El Espíritu asiste a su funeral?

"Asiste muy a menudo. No obstante, si todavía se encuentra en estado de turbación, a veces no se percata de lo que sucede"-

¿ Les halaga la presencia de los que concurren a su funeral?

"Es relativo. Depende del sentimiento que anime a la concurrencia."

El Espíritu que acaba de morir, ¿asiste a las reuniones de sus herederos?

"Casi siempre. Dios lo quiere así, tanto para su instrucción como para castigo de los culpables. Allí juzga el valor de las promesas de sus herederos. Todos los sentimientos quedan descubiertos ante él, o la desilusión que experimenta al ver la rapacidad de los que se reparten sus bienes, lo instruye acerca de esos sentimientos. No obstante, a ellos también habrá de llegarles su turno."

El respeto instintivo que el hombre, en todas las épocas y en todos los pueblos, manifiesta por los muertos, ¿ es un efecto de la intuición que tiene de la vida futura?

"Es su consecuencia natural. De lo contrario, ese respeto no tendría objeto".

Por Allan Kardec.- Publicado en El Libro de los Espíritus-


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       Concepto de salud y enfermedad                


Siguiendo la corriente de pensamiento que determina que lo que ocurre en el cuerpo de un ser viviente, es la expresión de una información de la imagen correspondiente, cuyo punto de partida es la conciencia, tenemos que salud es el resultado de la armonía entre un conjunto de funciones comandadas por el alma o inconsciente, que permanecen en armonía entre sí. Así pues enfermedad es la pérdida o trastorno de esa armonía que se origina en el alma o espíritu y se manifiesta en el cuerpo físico como síntoma.

Hablar de enfermedad en la sociedad en la que vivimos es hablar de algo cotidiano, aunque no la nombremos directamente. Hablamos del cáncer del vecino, de la depresión del compañero de trabajo, de la amiga bulímica, de nuestro primo alcohólico, de la gripe de invierno, de que tengo la menstruación y me siento malhumorada, del dolor de estómago cuando tomo el café en ayunas por la mañana, de la necesidad de vacaciones porque no puedo con el estrés, de la ansiedad que me provocan los exámenes, del dolor de cabeza cuando hablo con mi suegra, …. Hablamos constantemente de la enfermedad pero, ¿sabemos qué es la enfermedad? ¿Conocemos su lenguaje, su significado? ¿Por qué enfermamos? ¿Somos enfermos o estamos enfermos?

Buscando definiciones sobre la palabra enfermedad, hemos encontrado, entre otras:

·La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Constitución de 1946, define a la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, lo que implica que todas las necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. Esta definición es utópica, pues se estima que sólo entre el 10 y el 25 % de la población mundial se encuentra completamente sana.

·Cada persona tiene una forma de enfermar diferente a otra a pesar de padecer la misma enfermedad. Esto es debido a que cada ser humano es único y que el componente emocional y socio-ambiental se añade al componente físico, por lo que se dice que no existen las enfermedades sino los enfermos.

·Se aplica también el término enfermedad para hacer referencia a la alteración en el ámbito moral o espiritual.

·El Dr. y Epidemiólogo Milton Terris plantea que la salud no es un absoluto, sino que es un proceso continuo que puede ir desde la muerte, que sería el máximo de la enfermedad, hasta el óptimo de salud.

Haciendo un recorrido, más o menos contemporáneo, por la ciencia médica, podemos ver que a comienzos de los años 60 se aceptó que la propia estima es esencial para la salud de los hombres y mujeres y se redefinió el concepto de salud, incorporando la salud psíquica y espiritual.

Posteriormente, los años setenta fueron la década de la psicoterapia y desarrollo personal, liberando al ego puritano y descubriendo el prefijo “auto” (autoconciencia, autocuración,…) para descubrir que podíamos caminar solos sin el peso de las tradiciones puritanas y tribales.

 El desarrollo del “yo” fascinó hasta el punto de llegar al narcisismo en la década de los 80, creyéndonos libres para satisfacer todos nuestros deseos físicos. Se llegó a extremos insospechados (riquezas rápidas, transmisión de información muy veloz, dietas de adelgazamiento en muy poco tiempo,…) El objetivo de tomar conciencia se desvirtuó cuando creíamos que si se pagaba el suficiente dinero, todo se podía conseguir en breve. El derecho de tenerlo todo se ultrapasó hasta llegar a la saturación, y entrando en los años 90, se constató que el viaje hacia el exterior no había dado el resultado deseado y se empezó la búsqueda de la evolución personal e íntima.

Estas fases de evolución hacia un nuevo concepto de salud en el nuevo milenio, se evidencia cuando leemos afirmaciones provenientes del mundo científico-analítico que dicen que los síntomas de la enfermedad se revelan al enfermo como manifestaciones físicas de conflictos psíquico/espirituales. Esta visión nos abre las expectativas de recuperar la sabiduría de las antiguas tradiciones y fusionarlas con las nuevas tecnologías y descubrimientos científicos. De poco sirve la carrera contra el tiempo y el envejecimiento con cirugías estéticas que nos embalsaman, trabajo sin descanso para poseer más y más, familias desestructuradas por el deseo desenfrenado de alimentar el ego, etc. La realidad nos evidencia cada día que la vida requiere un cambio, que los antiguos patrones están obsoletos, y que la omnipotente ciencia no basta para sanarnos.

El ser humano busca respuestas más allá del cuerpo y las encuentra y descubre que puede dejar de ser víctima inocente de “errores” de la naturaleza y pasar a ser miembro activo de su propia recuperación.

Presentamos este trabajo con la intención de corroborar la visión espiritista y la de otras corrientes científicas que estudian la enfermedad como un proceso biológico ligado a la evolución anímica y espiritual del ser humano, evidenciando que la enfermedad no es algo por lo que debamos luchar en contra, sino una manifestación de desarreglos anímicos y espirituales que reclaman nuestra atención.

Teresa Vázquez-.
Centre Espirita Amalia Domingo Soler, Barcelona.

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HECHOS INEVITABLES

859 a.- ¿Hay hechos que deban por fuerza suceder y que la voluntad de los Espíritus no pueda evitar?

- Sí, pero que tú, en el estado de Espíritu, has visto y presentido cuando hiciste tu elección. Mas no vayas a creer que cuanto sucede esté ya escrito, como dicen. Un acontecimiento suele ser a menudo la consecuencia de algo que tú has realizado mediante un acto de tu libre voluntad, de manera que si tú no hubieras hecho eso no se habría operado aquel acontecimiento. Si te quemas un dedo, se trata del resultado de tu imprudencia y también de la condición de la materia. Sólo los grandes dolores, los sucesos importantes, que pueden influir sobre lo moral, han sido previstos por Dios, porque resultan útiles para tu instrucción y purificación.

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS.
ALLAN KARDEC

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   LA MUERTE Y LA DESENCARNACIÓN

                                                      

     ¿Hay alguna diferencia entre morir y desencarnar? ¿La muerte y la desencarnación ocurren simultáneamente? ¿Qué puede atar el espíritu a su cuerpo físico? Es posible, en la vida, prepararse para una desencarnación más rápida.

     Según el diccionario, desencarnar es “dejar la carne; pasar al mundo de los espíritus”. Morir es “dejar de vivir; las funciones vitales se extinguen; Terminar". 

     Por lo tanto, hay una diferencia entre los dos, porque estos son dos procesos diferentes. La desencarnación se produce cuando el espíritu se desprende del cuerpo físico y de sus influencias, por el cese de su vida orgánica, y, conservando su periespíritu -envoltura de naturaleza semimaterial, que une el espíritu y el cuerpo físico-, vuelve a la vida espiritual. La muerte es sólo la destrucción del cuerpo físico, la envoltura más burda.  Para una mejor comprensión de cómo se produce el proceso de desencarnación, es interesante conocer, con más detalle, el fenómeno inverso: la encarnación. Y para eso, Allan Kardec lo explica así:

     Cuando el Espíritu debe encarnarse en un cuerpo humano en proceso de formación, un vínculo fluídico, que no es otra cosa que una expansión de su periespíritu, lo conecta al germen (el embrión que comienza a formarse) por el cual se encuentra Atraída, por una fuerza irresistible, desde el momento de la concepción. A medida que se desarrolla el germen, la soga se aprieta; bajo la influencia del principio material vital del germen, el periespíritu, que tiene ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, con el cuerpo que se forma; por lo que se puede decir que el Espíritu, por medio de su periespíritu, de algún modo echa raíces en este germen, como una planta en la tierra. Cuando el germen está completamente desarrollado, la unión es completa y entonces nace a la vida exterior.

     Por efecto contrario, esta unión del periespíritu y la materia carnal, que había tenido lugar bajo la influencia del principio vital del germen, cuando este principio deja de actuar, a causa de la desorganización del cuerpo, la unión, que fue mantenida por una fuerza activa, cesa cuando esta fuerza deja de actuar; entonces, el periespíritu se desconecta, molécula a molécula, como estaba unido, y el Espíritu se entrega a su libertad. Así que no es la partida del Espíritu la que causa la muerte del cuerpo, sino la muerte del cuerpo la que causa la partida del Espíritu. 

     En suma, el espíritu, al nacer en un cuerpo de carne –encarnación–, se vincula a la materia del cuerpo físico, a través de su periespíritu, por influencia del principio vital de ese cuerpo. El principio vital es el principio de la vida material y orgánica, común a todos los seres vivos. En la pregunta 67, del Libro de los Espíritus, tenemos que “el principio vital es la fuerza motriz de los cuerpos orgánicos”. 

     Cuando el cuerpo físico ya no ofrece posibilidades de permanencia, el periespíritu se desconecta de él y, así, el espíritu vuelve al mundo espiritual.

     Y en la pregunta 68 de ese libro se presentan otras consideraciones sobre la vida y la muerte:

“¿Cuál es la causa de la muerte entre los seres orgánicos?”
Respuesta:

“Desgaste de órganos”.

Complemento de esta pregunta:

     “¿Se podría comparar la muerte con el cese del movimiento de cierta máquina desorganizada?”
Respuesta:

     "Sí; si la máquina está mal ensamblada, cesa la actividad; si el cuerpo se enferma, la vida se extingue.” 

     La muerte y la desencarnación no ocurren simultáneamente. Es decir, quien muere, necesariamente, no desencarna en el mismo momento.

     Allan Kardec, aún en el libro El Libro de los Espíritus, registra la orientación de la Espiritualidad Mayor respecto a la diferencia entre morir y desencarnar, sobre todo, al explicar que estos no son procesos simultáneos.

Pregunta 149 :

“¿En qué se convierte el alma en el momento de la muerte?”

     “Vuelve a ser Espíritu, es decir, vuelve al mundo de los Espíritus, que dejó momentáneamente”.

Pregunta 150 : 

-El Alma, después de la muerte, ¿conserva su individualidad?

“Sí, nunca la pierde. ¿Qué sería ella si no la mantuviera?

Pregunta 155 :

“¿Cómo funciona la separación del alma y el cuerpo?”
Respuesta:

“Los lazos que la ataban se rompen, ella es liberada”.

Complemento de esta pregunta:

“¿Se produce la separación de manera instantánea ya través de una transición súbita? ¿Existe una línea clara de demarcación entre la vida y la muerte?
Respuesta:

     “No, el alma se libera poco a poco y no se escapa como un pájaro cautivo que de repente gana la libertad. Estos dos estados se tocan y se confunden; así, el Espíritu se libera poco a poco de sus ataduras; los lazos se desatan, no se rompen”.

      Durante la vida, el Espíritu está ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial o periespíritu. La muerte es sólo la destrucción del cuerpo y no de esa segunda envoltura que se separa del cuerpo cuando cesa en él la vida orgánica. La observación prueba que, en el momento de la muerte, el desprendimiento sólo se produce gradualmente y con una lentitud que varía mucho según los individuos. Para algunos es muy rápido, y se puede decir que el momento de la muerte es el del apagado, unas horas después. Para otros, especialmente aquellos cuyas vidas eran todo materiales y sensuales, la desconexión es mucho menos rápida y a veces se prolonga durante días, semanas e incluso meses, lo que no implica la existencia de la más mínima vitalidad en el cuerpo ni la posibilidad de un retorno. a la vida, sino una simple afinidad entre el cuerpo y el Espíritu, afinidad que se debe siempre a la preponderancia que, durante la vida, el Espíritu dio a la materia. En efecto, es racional concebir que cuanto más se identifica el Espíritu con la materia, más sufre al separarse de ella. Mientras que la actividad intelectual y moral, la elevación de los pensamientos, provocan un principio de liberación incluso durante la vida del cuerpo, y cuando llega la muerte es casi instantánea.

     Etimológicamente, muerte significa “cese completo de la vida humana, animal, vegetal”.

Generalmente, sin embargo, la muerte es transformación.

     Morir, desde un punto de vista espiritual, no siempre es desencarnar, es decir, liberarse de la materia y sus implicaciones. La desencarnación es el fenómeno de liberación del cuerpo somático por el Espíritu, el cual, a su vez, se libera de los condicionamientos y atavismos materiales, permitiéndose libertad de acción y de conciencia. La muerte es el fenómeno biológico, el final natural de la etapa física, que inicia un nuevo estado de transformación molecular.

     La desencarnación real tiene lugar después del proceso de la muerte orgánica, que difiere en el tiempo y las circunstancias de un individuo a otro. La muerte es un acontecimiento inevitable en relación con el cuerpo que, ante acontecimientos de diversa índole, ha interrumpido los vehículos para conservar y sostener el equilibrio molecular, normalmente como consecuencia de la ruptura del flujo vital que se origina en el ser espiritual. , anterior, por tanto, a la forma física. La desencarnación puede ser rápida, inmediatamente después de la muerte, o puede prolongarse en estado de perturbación, según las disposiciones psíquicas y afectivas del ser espiritual. 

( Tomado de "Espiritismo del alma")

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