sábado, 26 de febrero de 2011

La fuerza del Espiritismo


“Sería formarse una idea muy falsa del Espiritismo si se creyera que su fuerza provenga de la práctica de las manifestaciones materiales, de manera que, poniendo vallas a tales manifestaciones, se pueda minarlo en su base. La fuerza del Espiritismo reside en su filosofía, en el llamamiento que hace a la razón y al buen sentido. En lo antiguo era objeto de estudios misteriosos, cuidadosamente ocultados al vulgo. Hoy en día, en cambio, no tiene secretos para nadie. Habla un lenguaje claro, sin ambigüedades. No hay en él nada de místico, ni alegorías susceptibles de falsas interpretaciones. Quiere ser comprendido por todos, porque han venido los tiempos de hacer que los hombres conozcan la verdad. Muy al contrario de oponerse a la difusión de la luz, la desea para todo el mundo. No exige que sea crea ciegamente en él, sino antes bien, quiere que se sepa por qué se cree.


Como se apoya en la razón, será siempre más fuerte que los que se apoyan en la nada. Las barreras que se intente poner a la libertad de las manifestaciones espíritas ¿podrían acaso suprimirlas? No, por cuanto esas trabas producirían el efecto que tienen todas las persecuciones: el de excitar la curiosidad y el deseo de conocer lo prohibido. Por otra parte, si las manifestaciones espíritas fueran el privilegio de un solo hombre, no habría duda de que al poner un cerco a ese hombre se terminaría con aquéllas. Pero, desdichadamente para los adversarios, las manifestaciones se hallan a disposición de quienquiera, y las utilizan desde los más humildes hasta los más poderosos, desde el palacio hasta la más modesta vivienda. Se puede prohibir su ejercicio público, mas sabemos que no es precisamente en público como se producen mejor, sino en la intimidad. Ahora bien, puesto que todos podemos ser médiums, ¿qué podría impedir a una familia dentro de su casa, a un individuo en su escritorio, al preso tras los barrotes de su celda, mantener comunicaciones con los Espíritus, sin que se enteraran los carceleros y en la misma presencia de éstos? Si se prohíben en un país, ¿qué obstáculos habrá en las naciones vecinas, en el mundo entero, ya que no existe una comarca, en ambos hemisferios, donde no haya médiums? Si se quisiera encarcelar a todos los médiums habría que poner tras las rejas a la mitad del género humano. Incluso si se lograra (lo que no sería mucho más fácil) quemar todos los libros espíritas, al día siguiente sería vueltos a escribir, puesto que su fuente es inatacable y no es posible encarcelar ni quemar a los Espíritus, que son sus verdaderos autores.

El Espiritismo no es obra de ningún hombre. Nadie puede afirmar que lo haya creado, porque es tan antiguo como la Creación misma. Se encuentra por doquier, en todas las religiones y en la católica más aún, y con mayor autoridad que en todas las otras, porque está en ella el principio de todo: los Espíritus de todos los grados, sus relaciones ocultas y manifiestas con los hombres, los ángeles de la guarda, la reencarnación, la emancipación del alma durante la vida, las apariciones, e incluso las apariciones tangibles. En cuanto a los demonios, no son otra cosa que los Espíritus malos y, salvo la creencia de que aquéllos estén destinados perpetuamente al mal, en tanto que a estos últimos no se les veda la senda del progreso, unos y otros sólo difieren en el nombre que se les ha dado.

¿Qué realiza la ciencia espírita moderna? Reúne en un conjunto todo aquello que estaba disperso. Explica con términos propios lo que sólo había sido expresado bajo formas alegóricas. Suprime aquello que la superstición y la ignorancia habían fomentado, para sólo dejar la realidad y lo positivo. He aquí su rol. Pero no le corresponden el título de fundadora. Muestra lo que es, coordina, mas no crea nada, por cuanto sus bases han existido en todo tiempo y lugar. ¿Quién, pues, se atrevería a considerarse lo bastante fuerte para sofocar a esta ciencia con los sarcasmos e inclusive con la persecución? Si en un lado la proscriben renacerá en otros, en el mismo terreno en el que se la haya exiliado, porque reside en la Naturaleza y no es dado al hombre aniquilar una fuerza de la Naturaleza ni poner su veto a los decretos de Dios.

Por los demás, ¿qué interés habría en obstar la difusión de las ideas espíritas? Esas ideas, bien es verdad, se alzan contra los abusos nacidos del orgullo y del egoísmo. Pero tales abusos, con los que algunos se aprovechan, perjudican a la generalidad de las gentes. El Espiritismo, pues, tendrá de su parte a esa generalidad y por adversarios serios sólo a quienes se encuentren interesados en mantener dichos abusos. En cambio, las ideas espíritas mediante su influjo, garantizarán el orden y la tranquilidad, porque hacen a los hombres mejores los unos para con los otros, menos codiciosos de los bienes materiales y más resignados a los designios de la Providencia.

El Espiritismo se presenta con tres aspectos distintos, a saber: el hecho de las manifestaciones, los principios filosóficos y morales que de ellas emanan y la aplicación práctica de tales principios. De ahí tres clases o, más bien, tres grados entre los adeptos: Primero, los que creen en las manifestaciones y se limitan a comprobarlas; se trata para ellos de una ciencia experimental; segundo, aquellos que comprenden sus consecuen-cias morales, y tercero, los que practican o se esfuerzan por practicar esa moral. Sea cual fuere el punto de vista adoptado –científico o moral, desde que se encaren esos fenómenos extraños, cada adepto comprende que se trata de todo un orden nuevo de ideas que está surgiendo, cuyas secuelas sólo podrán traducirse en una honda modificación en el estado de la humanidad, y cada uno de ellos comprende también que ese cambio sólo puede operarse en el sentido del bien.

En lo tocante a los adversarios, se puede asimismo clasificarlos en otras tantas categorías: Primera, los que niegan en forma sistemática todo lo que sea nuevo y no provenga de ellos, y que hablan de Espiritismo sin conocimiento de causa: A esta clase pertenecen todos aquellos que no admiten nada fuera del testimonio de los sentidos: Éstos no vieron nada, no quieren tampoco ver cosa alguna, y menos todavía profundizar; incluso se sentirán irritados si vieran con demasiada claridad, por temor de verse forzados a convenir en que no les asiste la razón; para ellos el Espiritismo es una quimera, una locura, una utopía, de manera que no existe, para decirlo con más brevedad; son los incrédulos que han tomado partido de antemano.

Al lado de éstos se puede colocar a aquellos otros que se han dignado echar un vistazo para descargo de su conciencia, a fin de poder decir: “He querido ver y nada vi”; porque no comprenden que se requiera más de media hora para enterarse de toda una ciencia. Segunda, la integran quienes, sabiendo muy bien a qué atenerse acerca de la realidad de los hechos, no obstante ello los combaten por motivos de interés personal; para éstos el Espiritismo existe, pero temen sus consecuencias y lo atacan como si se tratara de un enemigo. Tercera, la de los que encuentran en la moral espírita una censura demasiado severa a sus actos o a sus tendencias; tomado en serio, el Espiritismo los incomodaría; no lo rechazan ni lo aprueban: Prefieren cerrar los ojos ante su realidad.

Los primeros son movidos por el orgullo y la presunción. Los segundos, por la ambición. Los terceros, por el egoísmo. Se concibe que, puesto que esas causas de oposición no se apoyan sobre nada sólido, deban ir desapareciendo con el tiempo, y en vano buscaríamos una cuarta clase de antagonistas del Espiritismo, una que se basara en pruebas contrarias evidentes y probara haber llevado a efecto un estudio laborioso y concienzudo de la cuestión: Todos los adversarios de la Doctrina Espírita no oponen sino la negación y ninguno de ellos aporta en contrario una demostración seria e irrefutable.

Sería esperar demasiado de la naturaleza humana si se creyera que pueda transformarse de súbito por las ideas espíritas. Con seguridad que la acción de estas ideas no es la misma, ni en idéntico grado, en todos aquellos que las profesan. Pero, sea cual fuere el resultado que obtengan, y por muy débil que éste pueda ser, constituye siempre un mejoramiento aunque no haga más que proveer la prueba de la existencia de un mundo extra-corpóreo, lo que implica la negación de las doctrinas materialistas. Esta es la consecuencia misma de la observación de los hechos. Pero tienen otros efectos en quienes comprenden el Espiritismo filosófico y ven en él algo más que un conjunto de fenómenos más o menos curiosos. El primero y más general de esos efectos consiste en desarrollar el sentimiento religioso en aquella persona que, sin ser materialista, sólo encara con indiferencia las cosas espirituales. De él resulta, en ella, el desprecio de la muerte. Y no decimos “el deseo de la muerte”, muy al contrario, porque el espírita defenderá su vida como cualquier otro, sino que queremos significar una indiferencia que la induce a aceptar sin protesta ni pena una muerte que es inevitable, como algo más bien dichoso que digno de temerse, debido a la certidumbre que abriga acerca del estado que el sucederá. El segundo efecto, casi tan general como el anterior, es la resignación que es persona tiene ante las vicisitudes de la existencia. El Espiritismo hace ver las cosas desde tan alto que, al perder la vida terrena las tres cuartas partes de la importancia que comúnmente se le atribuye, el ser humano se siente tanto menos afectado por las tribulaciones que son inherentes a ella. De ahí que tenga más valor para sobrellevar las aflicciones y más moderación en los deseos. De ahí también que se aleje de la idea de suicidio, por cuanto la ciencia espírita enseña que con éste siempre se pierde lo que se quería ganar.

La certeza de un porvenir que depende de nosotros sea venturoso, la posibilidad de establecer relaciones con seres que nos son queridos, ofrecen al espírita una suprema consolación. Su horizonte se amplía hasta lo infinito por el espectáculo incesante que se le ofrece de la vida de ultratumba, cuyos misteriosos hondones puede él sondear. Y el tercer efecto de las ideas espíritas consiste en suscitar la indulgencia para con los defectos ajenos. No obstante, hay que decirlo con claridad, el principio egoísta y cuanto de él deriva son lo que hay de más tenaz en el hombre y, por consiguiente, más difícil de desarraigar. De buen grado se realizan sacrificios con tal que no cuesten nada y, sobre todo, no priven a uno de cosa alguna. El dinero tiene aún para la mayoría un irresistible atractivo, y muy pocos entienden el significado de la palabra “superfluo” cuando se trata de su propia persona. De ahí que la renuncia de la personalidad sea el más eminente signo de progreso.”


- Tomado de " El Libro de los Espíritus "

El comienzo de la vida

Es un misterio el principio de las cosas, solo se pueden formular hipótesis. La ciencia aun no ha podido resolver el problema, pero puede encaminarnos.


La formación de los primeros seres vivos puede deducirse por analogía, de la misma ley por la cual se formaron y se forman todos los días los cuerpos inorgánicos.

La Química considera elementales a un numero de sustancias, tales como el oxigeno el hidrogeno, el nitrógeno el carbono, el cloro, el yodo, el fluor, el azufre, el fósforo y todos los metales. Al combinarse forman cuerpos compuestos los óxidos, los ácidos, las sales, los álcalis y las innumerables variedades que surgen de la combinación de estos. La combinación de dos cuerpos para formar un tercero exige un cúmulo particular de circunstancias, ya sea calor, sequedad o humedad, ya sea movimiento o reposo, o bien de una corriente eléctrica. Si estas condiciones no existen, la combinación no ocurre. Cuando hay combinación, los cuerpos que lo componen pierden sus propiedades características, mientras que el cuerpo resultante posee otras nuevas, diferentes de las primeras. Así es como por poner un ejemplo el Oxigeno y el Hidrogeno, que son gases invisibles, al combinarse químicamente forman el agua, que es liquida, sólida o vaporosa, según la temperatura.

En el agua no hay, en verdad, ni oxigeno ni hidrogeno; sino un nuevo cuerpo; al descomponerse esta agua, los dos gases, nuevamente libres, recobran sus propiedades y ya no hay agua. Así es que la misma cantidad de agua puede ser alternativamente descompuesta y recompuesta hasta el infinito. Para formar el agua es necesario dos partes de hidrogeno y una de oxigeno pero si se pone con el agua un cuerpo más afín con el oxigeno que con el hidrogeno; el agua se descompone; el oxigeno resulta absorbido y el hidrogeno queda libre, con lo cual ya no hay agua.

Los cuerpos compuestos se forman siempre en proporciones definidas, es decir, por la combinación de una determinada cantidad de los principios constituyentes. Todos los cuerpos de la Naturaleza, resulta de un numero muy pequeño de principios elementales, combinados en diferentes proporciones, todas estas combinaciones, y muchísimas más, se obtienen artificialmente en pequeños laboratorios de química y se operan espontáneamente en gran cantidad, en el gran laboratorio de la Naturaleza.

La Tierra al principio no contenía esas materias combinadas, sino solamente a sus principios constitutivos volatilizados. Cuando elementos calcáreos y otros más, con el tiempo se convirtieron en piedras, depositándose sobre su superficie, estas no se hallaban totalmente formadas; pero en el aire se encontraban, en estado gaseoso, todas las sustancias primitivas. Esas sustancias precipitadas por el efecto del enfriamiento y bajo el imperio de circunstancias favorables, se combinaron de acuerdo con el grado de su afinidad molecular. Entonces se formaron diferentes variedades de carbonatos, sulfatos y otros; primero disuelto en las aguas y luego depositados sobre la superficie del suelo.

Si la Tierra volviese a su estado de incandescencia primitiva: todo se descompondría los elementos se separarían; todos las sustancias fusibles se fundirían; las que tienen volatilidad se volatizarían. Luego un segundo enfriamiento volvería a precipitarlas y otra vez se formarían las antiguas combinaciones.

Los elementos más importantes son el Oxigeno, el Hidrogeno, el Nitrógeno y el Carbono los restantes solo aparecen esporádicamente.

La ley que preside la formación de los minerales conduce naturalmente a la constitución de los cuerpos orgánicos, por lo tanto en la formación de los animales y plantas intervienen los mismos elementos. Las diferentes combinaciones de los elementos para la formación de las sustancias, minerales, vegetales y animales, no pueden operarse si el medio y las circunstancias no son las propicias, fuera de esa circunstancia, los principios elementales yacen inertes, se inicia un trabajo de elaboración, las moléculas se ponen en movimiento, se agitan, atraen, aproximan y se separan en virtud de la ley de afinidades, y mediante sus múltiples combinaciones, componen una infinita variedad de sustancias.

Lo que sucede hoy, puede darnos una imagen de lo que sucedió en los tiempos primitivos, porque las leyes de la Naturaleza fueron y serán siempre las mismas. Al decir que las plantas y los animales están formados por los mismos principios que constituyen los minerales, debemos entenderlo en el sentido material; solo referimos al cuerpo.

Hay en la materia orgánica un principio especial, intangible, aun no estudiado, llamado el principio vital.

El oxigeno, el hidrogeno, el carbono y el nitrógeno al combinarse solo puede formar minerales o cuerpos inorgánicos. El principio vital, en cambio, modifica la constitución molecular de ese cuerpo y le otorga propiedades especiales. En lugar de una molécula mineral, se tiene una molécula de materia orgánica.

La actividad del principio vital se manifiesta en el funcionamiento de los órganos, cuando el movimiento cesa con la muerte, el principio vital se extingue.

El hombre pertenece al orden de los mamíferos, de los que se diferencia por ligeros matices, en la forma exterior; en lo demás posee la misma composición química que los animales, los mismos órganos y funciones e idéntica maneras de nutrición, de respiración, de secreción y de reproducción. Nace, vive y muere en las mismas condiciones, y al morir, su cuerpo se descompone como el de todo ser viviente. En su sangre en su carne y en sus huesos hay los mismos atines que en los animales. Como estos al morir, devuelve a la Tierra el oxigeno, el hidrogeno, el carbono, el hidrogeno que se habían amalgamado para formarlo, y tales elementos volverán a formar nuevos cuerpos minerales, vegetales y animales.

Dentro de los animales mamíferos, el hombre pertenece a la subclase de los bímanos. Un escalón más bajo del hombre se encuentran los cuadrumanos o monos. El orangután y el chimpancé durante mucho tiempo se les llamo hombre de los bosques.

En la escala de los seres vivos, desde el punto de vista orgánico, se puede ver que desde el liquen hasta el árbol y desde el zoófito hasta el hombre, hay una cadena que se va elevando en jerarquía sin interrupción y guardando una relación todos los eslabones entre si. Siguiendo paso a paso la cadena de los seres, se diría que cada especie es un perfeccionamiento, una transformació n de la especie, que le precede.

El cuerpo del hombre, es la última pieza de la animalidad sobre la tierra. Por mucho que disminuya el valor del cuerpo ante sus ojos, más crece la importancia del principio espiritual. Si el cuerpo lo rebaja a la altura del animal, el alma lo eleva hasta alturas indescriptibles. Pues vemos el límite del animal, más no podemos sospechar hasta donde puede llegar el ser humano. El espiritismo camina al lado del materialismo en lo que se refiere a la materialidad; admite todo lo que el materialismo acepta; el Espiritismo sigue adelante.

El espiritismo prosigue sus investigaciones en el campo del génesis espiritual.

La vida para el Espiritismo es la característica de los seres organizados que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Es una modificación especial de la energía. La vida pertenece a la materia organizada, es imposible encontrarla en otra parte, y se puede afirmar sin ninguna duda que el alma no es viviente: esta goza de algo y mejor, goza de la existencia integral, porque no siendo un algo organizado, no está sometida a la muerte.

Hasta el principio del siglo XIX, no han abordado el tema de la vida de una manera seria, los conocimientos adquiridos, han permitido hasta la fecha, estudiar la vida y determinar sus límites. En el hombre, como en el animal – dice Claude Bernard – todo movimiento supone la destrucción u oxidación de una parte de la sustancia activa del músculo que lo ejecuta; cuando la sensibilidad y la voluntad se manifiestan, los nervios se usan; cuando el pensamiento se ejerce, el cerebro se consume. Por lo tanto, puede afirmarse que jamás la misma materia sirve dos veces a la vida. Cuando un acto se ha cumplido, la materia viva que sirvió para él, no vuelve a servir; si el fenómeno reaparece, es porque una materia nueva le presta su concurso.

El desgaste molecular es siempre proporcionado a la intensidad de las manifestaciones vitales; la alteración material es tanto más profunda o considerable, cuanto más activa se muestre la vida.

La desasimilació n expele del organismo sustancias tanto más oxidadas por la combustión vital cuanto más enérgico haya sido el funcionamiento de los órganos. Estas oxidaciones o combustiones engendran el calor animal, y producen el acido calconico que se exhala por los pulmones y otros productos que se eliminan por diferentes emuntorios de la economía. El cuerpo se usa: sufre una consumación y una pérdida de peso que revelan y evalúan la intensidad de sus funciones. En una palabra: la destrucción fisicoquímica va en todo unida a la actividad funcional, y podemos considerar como un axioma fisiológico la proporción siguiente: “toda manifestación de un fenómeno en el ser vivo, está necesariamente unida a una destrucción orgánica.

Los fenómenos de creación orgánica son los actos `lasmicos que se cumplen en los órganos en reposo, a los cuales regeneran. Las síntesis asimilatriz reúnen los materiales y reservas que el funcionamiento debe gastar. Este es un trabajo interior, silencioso, oculto, que nada revela al exterior.

Los fenómenos de la vida – dice Claude Bernard – nos pasan desapercibidos. La regeneración de los tejidos y de los órganos se opera silenciosamente, en lo interior, fuera del alcance de nuestras miradas. Solo el embriólogo, sigue los cambios, las fases que le revelan ese trabajo sordo, viendo aquí un deposito de materia, allí una formación de envoltura o de núcleo, más allá una división, o una multiplicació n, o una renovación.

Por el contrario, los fenómenos de destrucción o muerte vital, saltan a la vista y por ellos nos guiamos al caracterizar la vida. Cuando por el movimiento se contracta un músculo, cuando la voluntad y la sensibilidad se manifiestan, cuando el pensamiento está en funciones y cuando la glándula secreta, las sustancia de los músculos, de los nervios o del cerebro se consume, y aun cundo tales fenómenos nos dan la característica de la vida, no por ello dejan de ser fenómenos de destrucción, fenómenos de muerte.

Las dos ordenes de fenómenos: destrucción y creación, solo son divisibles y separables para la inteligencia; en la Naturaleza están íntimamente unidos, y en todo ser vivo se producen con un eslabonamiento tal, que nadie sabría romperlo. Las dos operaciones; destrucción y renovación, son absolutamente conexas e inseparables, en el sentido de la renovación. Los actos de destrucción son los precursores e instigadoras de esos otros por los cuales las partes se restablecen y renacen, es decir, de los actos de renovación orgánica. Por consiguiente, el más vital, por decirlo así, entre ambos tipos de fenómenos, el de la creación orgánica, está en cierto modo subordinado al otro, el fenómeno fisicoquímico de la destrucción.

Las propiedades generales de los seres vivos, las que los distinguen de la materia bruta de los cuerpos inorgánicos, son la generación, la organización, la nutrición y la evolución. De estas cuatro propiedades fundamentales, solo una, la nutrición, es la que la ciencia explica claramente y no está debidamente estudiado el fenómeno por el cual las células eligen en la sangre los materiales que les son útiles. El Espiritismo dice que la organización y la evolución no pueden comprenderse con el solo juego de las leyes fisicoquímicas. En cuanto la reproducción, si bien es cierto que se conoce su mecanismo, persiste siendo un misterio respecto a su causa.

Las condiciones del mantenimiento de la vida es la necesidad de todos de la humanidad, el calor y el aire y cierta composición química del medio.

El agua es indispensable a la constitución del medio en el cual evoluciona el ser: es un principio constituyente de los tejidos, y además sirve para disolver un gran número de sustancias, sin las cuales no podrían efectuarse las incesantes reacciones químicas que suceden en el cuerpo.

Se ha experimentado que personas han podido resistir treinta o cuarenta días sin comer, pero a condición de que se les de de beber. El cuerpo humano se compone aproximadamente de un noventa por ciento de agua, y esto indica el importante papel reservado en el dicho líquido.

El aire, mejor dicho el oxigeno es de lo que se compone su parte respirable, es necesario a la mayoría de los seres vivientes, aun entre los inferiores, como los fermentos, o mycodermos. Louis Pasteur ha demostrado que los organismos microscópicos originan fermentos absorbiendo oxigeno. Los roedores sucumben cuando la proporción de oxigeno en el aire respirable, en vez de un veinticuatro por ciento, era de tres a cinco por ciento.

El calor es la tercera condición necesaria al mantenimiento de la vida. La vida de los vegetales está en relación intima con la temperatura exterior. Un frió muy intenso hiela los líquidos del organismo y desorganiza los tejidos: además, cada animal tiene un grado de temperatura media que corresponde al máximo de la vida.

La célula es un ser vivo que se organiza, se reproduce, se nutre y evoluciona como un ser superior, todos los cuerpos vivos no son otra cosa que asociaciones de células de naturaleza idéntica en cuanto a composición, pero gozando de propiedades diferentes, según el lugar que ocupan en el organismo. Los diversos tejidos del cuerpo, huesos, nervios, músculos, piel, uñas, cabellos, etc., están formados por reuniones de células.

Además del calor, el aire, y el agua, es indispensable que el medio líquido que baña las células contenga ciertas sustancias sin las cuales no podrían nutrirse. Estas sustancias se pueden determinar en 1º sustancias azoadas, formadas de azoe, carbono, oxigeno e hidrogeno; 2º sustancias ternarias, ósea las que solo entran en su composición los tres elementos: carbonó, hidrogeno y oxigeno; 3º sustancias minerales, tales como los fosfatos, la cal, la sal, etc.

Estas tres sustancias, son indispensables al mantenimiento de la vida y que con tales materias primeras los organismos fabrican cuanto es útil a la vida corporal.

Las condiciones que acabamos de estudiar debe llenarlas el medio envolvente inmediato a la partícula viva, con cuyo medio debe entrar en conflicto la susodicha partícula. Además hay otro medio, y se distingue:

1º El medio cósmico ambiente o exterior, con el cual están en relación los seres elementales.

2º El medio interior, que sirve de intermediario entre el mundo exterior y la sustancia viva. Si se observan las células, se notará que están resguardadas de las influencias del ambiente por un líquido interior en que se bañan, las aísla, protege y les sirve de intermediario para con el medio cósmico. Este medio interior es la sangre; no la sangre en su totalidad, sino el plasma sanguíneo, su parte fluida, que comprende todos los líquidos intersticiales, fuente y confluencia de todos los cambios endosmóticos.

Puede decirse con toda certeza que el ave no vive en el aire atmosférico, ni el pez en el agua, ni el vermes en la tierra; la atmósfera, el agua y la tierra son una segunda envoltura alrededor de los cuerpos; porque la primera, la que rodea inmediatamente a las cedulas, que son los verdaderos elementos de la vida, es la sangre. Por consiguiente, no influye inmediatamente el medio exterior sobre los seres vivos más simples: hay siempre un intermediario obligado que se interpone entre el agente físico y el elemento anatómico y, por esta rabón, solo el medio interior es donde residen las condiciones para que el alma pueda manifestar sus facultades sin obstáculos.

En todos los grados de la escala de los seres vivos, las operaciones de la digestión y de la respiración son las mismas, variando únicamente los aparatos llamados a producir esos resultados. También es idéntico para todos los seres vivos el modo de reproducir, y esta notable similitud del funcionamiento orgánico obedece a que todos deben sus propiedades a un elemento común: el protoplasma.

El protoplasma es el contenido vivo de la célula, su parte esencial y verdaderamente viviente. El protoplasma es el agente de todas las reconstituciones orgánicas, esto es, de todos los fenómenos íntimos de la nutrición y, por donde, se contracta bajo la influencia de los excitantes y preside de este modo los fenómenos de la vida de la relación

Se puede señalar también el sueño como una necesidad que se impone a todos los seres vivos. La planta duerme lo mismo que el animal, y tanto en uno como en otras, se cumplen durante el sueño las funciones de la respiración, la circulación y la asimilación.

El sexo y la fecundación son las condiciones que presiden la reproducción en el mundo vegetal. Los estambres son el órgano masculino, el pistilo es el órgano femenino, el ovario es el órgano donde se forma las granas.

Finalmente, los anestésicos, que obran tan poderosamente sobre los animales, producen los mismos efectos sobre las plantas; y esto prueba que existe en los vegetales un principio rudimentario de sensibilidad.

Todos estos hechos demuestran con evidencia el gran plan unitario seguido por la Naturaleza. Su divisa es: unidad en la adversidad; y del empleo de los mismos procedimientos fundamentales resulta una variación infinita que establece la fecundidad inagotable de las concepciones de la Naturaleza, al mismo tiempo que la unidad de la vida.

La vida, pues, para mantener su funcionamiento tiene una manera especial y viviente de proceder, hay en el ser organizado un algo que no existe en los cuerpos inorgánicos algo que los vigoriza. A ese algo le damos nosotros el nombre de fuerza vital.

Todo lo que existe sobre la tierra proviene de las innumerables modificaciones de la fuerza y la materia, y la fuerza vital, por consiguiente, debe entrar en el cuadro de las leyes generales.

“Por encima de todas las propiedades particulares y determinadas, hay una fuerza, un principio general y común que todas las propiedades particulares suponen e implican, y que sucesivamente puede ser aislado, separado de cada una, sin dejar por ello de ser. Este principio es esencialmente uno. Hay una fuerza general y una, de la que todos las fuerzas particulares no son sino expresiones o modos.

¿Por qué se muere?

Todo lo que tiene vida nace, crece, se reproduce y muere; es un hecho general que no tiene excepciones. Pero ¿Por qué se muere? La ciencia materialista enmudece ante estos puntos de interrogación. Sin embargo, cabe una explicación del hecho, y el espiritismo expone.

Si admitimos que hay en la célula fecunda una cantidad determinada de fuerza vital, todo se nos ara comprensible.

La vida total de un individuo es la resultante de cierto trabajo a cumplir; las reconstituciones incesantes de la materia usada por el funcionamiento vital, regulan este trabajo; y la fuerza que es necesaria, puede considerarse como una función continua que crece, para un maximun y desciende a cero.

En el ser vivo, el depósito de energía, potencial, proveniente de los padres, que se haya en la célula original, se transforma en energía actual a medida que organiza la materia; esta acción es muy enérgica al principio; la asimilación, la agrupación de las moléculas es más rápida que la desasimilació n; el ser crece; se establece el equilibrio entre las perdidas y las ganancias: es la edad madura: el cuerpo permanece en estado quo; viene , por fin, la vejez, la fuerza vital va agotándose, los tejidos no se reparan lo suficiente, la muerte sobreviene, el ser se disgrega y la materia vuelve por entero al mundo inorgánico.

La criatura que aparece sobre la tierra trae cierta cantidad de fuerza vital; y como la generación espontánea no existe en nuestro tiempo; solo por filiación puede ser transmitido dicha fuerza, y por eso no existe en los seres inanimados.

Las propiedades de la materia viva no residen solamente en la materia ni en su modo de agruparse; es preciso suponer la acción de una forma vital para la renovación de esa materia, es decir, para reponer las partes destruidas.

El cuerpo humano es una maquina complicada y delicada; los tejidos de que se compone son debidos a combinaciones químicas muy inestables, dado el numero de sus componentes, y no ignoramos que las mismas leyes que rigen el mundo inorgánico, rigen al organismo. Por lo mismo, sabemos que en un organismo vivo el trabajo mecánico de un músculo puede traducirse en un equivalente de calor; que la fuerza invertida en ese trabajo no es creada por el ser, sino que tiene su fuente fuera de el, proviniendo de los alimentos, y entre ellos el oxigeno; y que la misión del cuerpo físico consiste en transformar la energía recibida, aplicándola a las combinaciones inestables que la restituirán a la menos excitación apropiada, es decir, bajo la acción de la voluntad o por el juego de los irritantes especiales de los tejidos o de las acciones reflejas. En cuanto una de esas acciones tiene lugar, en cuanto la sustancia del músculo que ha funcionado queda destruida, la fuerza vital interviene para reconstituir el tejido, para rehacer las células que han servido a la manifestación vital, y esto es, precisamente, lo que diferencia en absoluto al ser animado de la materia bruta. Luego existe algo más en la planta más ínfima que en el mineral, y este algo no repara el cuerpo en las mismas condiciones.

Según la edad, la reparación es más o menos variable: completa en la juventud, incompleta en la vejez: es una fuerza que va disminuyendo hasta su total extinción.

Hay, pues, para nosotros, una fuerza vital totalmente diferente de las fuerzas que conocemos, aunque no sea más que una modificación de la energía universal, como la electricidad es otra fuerza distinta del calor o del magnetismo, aunque ambas no sean sino modalidades de la misma energía.

Está fuerza vital por si sola no engendraría nada si la inteligencia no estuviera asociada a ella desde las manifestaciones más rudimentarias hasta el más alto grado de complejidad, hasta el hombre.

La fuerza vital por si sola no puede explicar la forma, que es la característica de todos los individuos vivos, ni puede tampoco hacer comprender la jerarquía sistematizada de todos los órganos ni su energía para el esfuerzo común, puesto que a la vez son autónomos y solidarios; para esto es de absoluta necesidad que intervenga el periespiritu, es decir, un órgano que posea leyes organogénicas que mantiene la fijeza del organismo en medio de las incesantes mutaciones de las moléculas materiales.

En cada ser, desde su origen, se puede advertir la existencia de una fuerza que actúa en dirección fija e invariable según la cual será edificado el plan cultural del recién nacido, al propio tiempo que su tipo funcional.

En la formación de la criatura viva, la vida no suministra como contingente sino la matriz irritable del protoplasma, materia amorfa en la que es imposible distinguir el menor rudimento de organización, el más pequeño indicio de lo que el ser será. La célula primitiva es absolutamente la misma en todos los vertebrados; nada en ella indica que dará nacimiento a tal individuo mejor que a tal otro, puesto que su composición es idéntica para todos. Es preciso, pues, admitir la intervención de un nuevo factor que determine en que condiciones ha de ser construido el edificio vital, y este factor no puede ser otro que el periespíritu, que es quien contiene en si el propósito determinado, la ley poderosa que servirá de regla inflexible al nuevo organismo y le señalará, según el grado de su evolución, el lugar que debe ocupar en la escala de las formas. Esta acción directriz tiene lugar en el embrión.

En la evolución del embrión vemos aparecer un simple bosquejo del ser, precedentemente a toda organización. Los contornos del cuerpo y de los órganos están al principio determinado, principiando por los andamiajes provisorios que servirán temporalmente de funcionales del feto. Ningún tejido está entonces diferenciado: toda la masa no es más que una conglomeració n de células plasmáticas y embrionarias; pero en ese cañamazo está trazado el dibujo ideal de un organismo todavía invisible para nosotros, que ha designado a cada parte y a cada elemento su lugar, su estructura y sus propiedades. Allí donde deben estar los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos, los huesos, etc, las células embrionarias se troncan en glóbulos de sangre, en tejidos arteriales, venosos, musculares, nerviosos y óseos.

Siendo la materia primera idéntica para todas las plantas y la fuerza vital idéntica para todos los individuos, es precios que exista otra fuerza que dé y mantenga la forma. El espiritismo da esa atribución al periespiritu, tanto en el reino vegetal como en el animal. La envoltura fluidita del alma; ella es la que incorpora la materia la que vela por la sustitución de las partes usadas o destruidas, la que preside a las funciones generales y la que mantiene el orden y la armonía en medio de ese torrente de materia que sin cesar se renueva.

Las funciones del organismo animal es una serie de actos o fenómenos agrupados, armonizados para obtener un resultado. La digestión, por ejemplo, necesita la intervención de una serie de órganos, tales como la boca, el esófago, el estomago, el intestino, etc, que entran sucesivamente en funciones al objeto de alcanzar un resultado único: el de trasformar los alimentos.

Se ve, pues, que para ejecutar una función orgánica, intervienen las actividades de una multitud de elementos anatómicos.

Cada órgano tiene su vida, su autonomía propia: puede desenvolverse y reproducirse independientemente de los otros tejidos. Es autónomo de los otros tejidos. Es autónomo en lo relativo a las funciones esenciales de su vida, no ha de pedir prestado, ni a los tejidos vecinos, ni a los del resto del conjunto, porque lo posee por si en razón de su naturaleza protoplasmita; pero está ligado y subordinado al conjunto, tanto por su función como por el producto de ella.

El periespiritu no es una concepción filosófica imaginada para explicar los hechos; es un órgano indispensable a la vida física que la experiencia ha dado a conocer. Estudiando las materializaciones de los Espíritus se ha revelado su existencia y se han puesto de relieve sus propiedades funcionales. Este descubrimiento ha dado explicación a muchos fenómenos que la ciencia conocía, pero cuya razón no encontraba.

Este bosquejo del Ser persistente a toda organización; está reparación perpetua de los tejidos con arreglo a reglas fijas; este orden que no se desmiente nunca, no obstante la renovación perpetua de los elementos; esta evolución, en la que la ley domina durante toda la vida sobre el cambio molecular, modificando profundamente las condiciones de la existencia según la edad; todo esto, sin ella, queda envuelto en la más penetrable oscuridad.

El periespiritu es una especia de fonógrafo que registra las sensaciones para reproducirlas más tarde, sino fuera así nos seria imposible adquirir ningún conocimiento, porque el ser nuevo, el que sin cesar sustituye al viejo ya gastado, no conoce nada de lo que pasó. El periespiritu tiene una gran importancia desde el punto de vista psíquico; es un adscrito al alma, a quien sirve de intérprete para con la materia.

Como el periespiritu es material, tiene forma determinada y es indestructible, podemos concebir las modificaciones sucesivas de su movimiento atómico, correspondiendo a modificaciones y complicaciones cada vez mayores en su modo operatorio; o dicho de otra forma: podemos concebir que organizando al principio formas muy rudimentarias, haya podido, mediante su larga evolución en la que ha invertido millones de años e innumerables reencarnaciones, dirigir uno tras otro organismos, para llegar finalmente a dirigir el organismo del hombre.

El alma y el periespiritu forman un todo indivisible; su unión constituye la parte activa y pasiva, las dos fases o funciones del principio pensante. La envoltura es la parte material, cuya función estriba en retener los estados de conciencia, de sensibilidad y de voluntad; es el depósito de todos los conocimientos y, como nada se pierde en la Naturaleza y el periespiritu es indestructible, el alma goza con el de memoria integral cuando se halla en el espacio.

El periespiritu es la idea directriz, el plan imponderable de la estructura de los seres y, además, el que almacena, toma en registro y conserva todas las percepciones, evoluciones e ideas del alma, incrustando en su sustancia no solamente los estados anímicos determinados por el mundo exterior, sino que también los pensamientos más fugaces y los sueños apenas entrevistos o formulados. Es el guardián fiel, el testigo inmutable y el registro indestructible de nuestro pasado.

En la sustancia incorruptible del periespiritu tenemos fijadas las leyes de nuestro desenvolvimiento; es el conservador por excelencia de nuestra personalidad y en el reside nuestro recuerdo. Jamás el alma lo abandona, pues le es también un bálsamo consolador.

Desde los periodos mil veces seculares en que el alma principió sus peregrinaciones terrestres bajo las formas más humildes de la Creación, para elevarse por grados hasta las más perfectas, el periespiritu no ha cesado de asimilar, de una manera indeleble, las leyes que actúan sobre la materia, puesto que, a medida que se cumple el progreso, las diversas creaciones del pensamiento forman un acervo que va creciendo sin intermitencias. Nada se destruye; todo se acumula en el imperecedero periespiritu, tan incorruptible como la materia o la fuerza primera de la que emana. Los maravilloso espectáculos que nuestra alma ha contemplado, las armonías sublimes que hayamos visto esparcidas por los espacios, los esplendores del arte que hayan llegado a embelesarnos, todo lo que hayamos adquirido, todo, está en nosotros y estará siempre, para retrotearlo de lo pasivo a lo activo, porque nada se pierde. De este modo es como hemos ido escalando lenta pero seguramente los peldaños del progreso.

A la muerte del hombre terrestre, cuando su envoltura carnal se descompone y los elementos que la constituyen entran de nuevo en el laboratorio universal, el alma subsiste entera, completa, conservando lo que constituye su personalidad, es decir, su memoria, y no solamente su memoria de la última existencia, sino la memoria de todas las existencias por las que ha pasado.

El panorama que se le presenta por delante es imponente y severo, porque en él puede leer las enseñanzas del pasado e inspirarse para discernir sus deberes en el porvenir.

La ley de continuidad no se haya interrumpida, el hombre no forma un reino aparte en la Naturaleza y solo por una evolución continua, por esfuerzos sin cesar reiterados es como el hombre ha podido llegar a ocupar el puesto culminante que ocupa en el Universo.


Gabriel Delanne

Del Libro Evolución Anímica

viernes, 25 de febrero de 2011

Momento espírita


UN BRAZO AMIGO


Aquella era una noche como otra cualquiera para aquel mozo que volvía para casa por el mismo camino de siempre, desde hacía tres años.

El seguía con su bengala para identificar los accidentes en el camino, que eran sus puntos de referencia, como todo deficiente visual.

Más, aquella noche, un cambio significativo había acontecido en su camino: un pequeño arbusto, que le servía de punto de referencia y estaba allí por la mañana, había sido arrancado.

La calle estaba desierta y el no conseguía encontrar el camino de casa. Andó por algún tiempo, y percibió que se había apartado bastante de su ruta, pues verifico que estaba en un puente sobre el rio que separa la ciudad de la ciudad vecina.

Era preciso encontrar el camino de regreso. ¿Más como, sin el auxilio de la visión?

Comenzó a tantear su bengala, cuando una voz trémula de mujer le pregunto:

¿El señor está encontrando alguna dificultad?

-Me parece que me perdí, respondió el rapaz.

-Fue lo que pensé, comento la mujer.

-¿Quiere que lo acompañe a algún lugar?

El rapaz le dió la dirección y ella, ofreciéndoles el brazo, lo condujo hasta la puerta de su casa.

-No sé como agradecerle, dijo el mozo.

-Yo es que le debo un sincero agradecimiento, respondió ella, con voz firme.

-No comprendo, respondió el chaval.

Y la joven señora entonces explico:

-Hace una semana mi marido me abandono. Yo estaba en aquel puente para suicidarme, pues generalmente a aquella hora está desierto. Ahí encontré al señor tanteando sin rumbo y cambie de idea.

La mujer dijo buenas noches, agradezco una vez más, y desapareció en la calle desierta.

*** ***********
También, en nuestras vidas, tal vez hayamos pasado por experiencias semejantes a la de los personajes de esta historia.

¿Cuántas veces hemos sentido el deseo de desaparecer, para poner fin al sufrimiento que nos visita y un brazo amigo nos sustenta antes de la caída?

O, quizá, ya tengamos nuestros sentidos perdido, sin rumbo, sin esperanza, y una voz se hizo oír y nos indicó una salida.

¿Quién no ha sentido en esa situación, viviendo ahora como el alivio que viene, o como socorrido?

Todo eso nos da la certeza de que nunca estamos solos.

Alguien invisible vela por nosotros y nos ofrece un brazo amigo en las horas de desesperación. O, entonces, nos inspira para ofrecer nuestro apoyo a alguien que está a la vera del abismo.

A ese alguien es el que algunos llaman ángel de la guarda y otros espíritus protectores. No importa el nombre que les demos, lo que importa es que sigan con nosotros por la vida, sin cansancio.


¡Piense en eso!

¿Usted acostumbra mirar a su alrededor, en el día a día?

¿Acostumbra a prestar atención a aquellos que siguen con usted por el mismo camino?

Si ya tiene el hábito y la sensibilidad de preocuparse por sus semejantes, tal vez haya sido un ángel de esos para alguien en desesperación.

Y si aun no había pensado en eso, piense ahora. Y comience a ser un brazo amigo siempre dispuesto a conducir a alguien con seguridad.


Redacción de Momento Espirita.

Espiritistas sin Cristo

Aun encontramos hermanos “espiritas” que cuestionan el aspecto cristiano de la Tercera Revelación. Niegan la excelsitud de Jesucristo con evidente y enfermo descontrol emocional, refiriéndose al Maestro como si Él fuese un hombre vulgar. Para esos seres atontados en sus fanfarronerías imaginarias, alertamos lo siguiente: El Espiritismo es Cristiano, Si!


El gran maestro espiritual Emmanuel elucida la cuestión diciendo que “solamente el Cristianismo restaurado puede salvar el mundo que se pierde. Nuestra misión es esencialmente cristiana, en la restauración de la fe viva y en la re vivencia de las tradiciones simples de los tiempos apostólicos. No tenemos la presunción de pedir el atestado de óbito de escuelas religiosas, ni deseamos establecer la lucha dogmatica y el sectarismo. Deseamos tan solo reavivar la creencia pura, a fin de que el hombre, en la calidad de heredero divino, pueda entrar en la gloria espiritual de la comprensión de Jesucristo. (1)

Si aceptamos los preceptos de la Doctrina Espirita, no podemos negarle fidelidad. Previniendo esos indeseables movimientos en nuestras huestes, las falanges de las tinieblas han organizado e investido curo contra el Espiritismo Cristiano. Los genios de las sombras del más allá desean desintegrar a Cristo y el Cristianismo del contexto Espirita. No podemos permitir eso JAMÁS. Han surgido, últimamente, muchas practicas absurdas en el movimiento espirita y precisamos orar y vigilar más. Espiritismo sin Cristo pierde sentido como proyecto de evangelización humana.

El Espiritismo sin Cristo pierde el rumbo. El iluminado Chico Xavier advirtió: “Si quitamos a Cristo del Espiritismo, será comedia. Si quitamos el aspecto cristiano del Espiritismo, será un negocio. La Doctrina Espirita es ciencia, filosofía y religión. ¿Si quitamos la religión que es lo que queda? Jesús está en nuestra vivencia diaria, por cuanto en nuestras dificultades y pruebas, el primer nombre del que nos acordamos, capaz de proporcionarnos alivio y confort, es JESÚS.” (2)

Algunos cofrades despreocupados de la reforma moral, que se vanaglorian de sus dúctiles y frágiles conocimientos académicos, que se titulan laicos (Kardequólogos, PhD's espiritas"), distantes de cualquier argumento racional y/ o inteligibles, persisten en diseminar la cansativa cantinela de que si es preciso huir del Cristianismo (o Espiritismo-Cristiano), del réligiosismo, del iglesismo en la Doctrina Espirita. Insisten y quieren fundar un “Espiritismo” académico compuesto de “notables” de la ilusión que me perdonen los lectores!

Bajo el sesgo de esta sandez conceptual sobre el maestro lionés, escriben libros, y artículos, hacen “congresos”, palestras, invariablemente esclavizados a los impulsos telepáticos de los “genios de las tinieblas”. Mientras tanto, por las tendencias de esos llamados “espiritas laicos”, se percibe que el Cristianismo, redivivo en el Espiritismo, aun encontrará, por algún tiempo, la resistencia de las mentes vulcanizadas en la prepotencia, en la mala fe, en la arrogancia, a pesar del Evangelio representar la gran síntesis de todas las propuestas filosóficas que visan mejorar al hombre. Los “genios desmemoriados”, portadores de ideas primarias, se olvidan de que Cristo es el modelo de virtudes sobre-humanas. Nada se compara a la dedicación y santidad que el Maestro Mayor dispensa a la Humanidad.

Nosotros, que aun estamos sumergidos en el vicio y en la corrupción, nos alertan los Benefactores, no tenemos parámetros para evaluar Su magna importancia para el Espiritismo, porque Su perfección se pierde en la noche indivisible de los siglos. El Espiritismo sin Cristo puede alcanzar las mejores expresiones académicas más no pasará de una actividad destinada a modificarse o desaparecer, con todas las conquistas transitorias del mundo. Y el espirita, que no reflexiona en su iluminación a través del Evangelio del Príncipe de la Paz, puede ser intelectual, un doctor y un filosofo, con las más elevadas adquisiciones culturales, más estará sin brújula y sin derrotero en el instante de la tempestad inevitable en la probación.


Jorge Hessen -

jueves, 24 de febrero de 2011

Existencia del alma

Kati King (espíritu materializado),
ante Sir Williams Crookes


¿Existen evidencias de la existencia del Alma ?



En los albores de la investigación parapsíquica y del Espiritismo, se hicieron numerosas fotografías de Entes espirituales materializados y como mayor evidencia, si cabe, en moldes de parafina y escayola se obtuvieron las formas palpables y físicas de estas materializaciones. De lo aquí relatado, cualquiera se puede documentar desempolvando viejos y olvidados libros sobre estos temas en donde aparecen estas fotografías y pruebas obtenidas por la Ciencia en los albores del Espiritismo.

También tenemos evidencias tangibles de su existencia cuando esta ha llegado a ser fotografiada en el momento de abandonar el cuerpo en el momento del óbito, bajo forma de una especie de pequeña bruma que sale del cuerpo cuando expira la persona moribunda y después queda flotando cierto tiempo sobre el mismo.

En Inglaterra el Doctor Duncan McDougall y en Holanda el Dr. Van Zelts, comprobaron en mas de noventa casos que en el preciso instante de la muerte, el fallecido experimentaba una repentina pérdida de 20 gramos; ¿ podría ser este el peso del alma?. Y es que el alma no solo es energía etérea, sino que , como ya se ha dicho, conforma un cuerpo de una densa energía semimaterial, muy sutil como para ser detectada o vista normalmente por los que estamos en este plano material, pero sin embargo también está afectada por las leyes físicas, tal como las de la gravedad y el magnetismo.

La existencia de Espíritus o Almas está también mas que demostrada y avalada por las manifestaciones mediúmnicas, así como por otros fenómenos que la Parapsicología llama “Espíríticos”, o sea, originados por espíritus .

La Ciencia moderna mediante sofisticados sistemas tecnológicos y con carácter experimental, también ha llegado a confirmar su existencia y manifestación, aunque siempre haya sido considerado como algo subjetivo..

También se puede considerar como una evidencia existencial subjetiva en cada persona, el que sentimos naturalmente que todo no termina con la muerte, y de que después de esta vida tiene que haber algo parecido; no tendría sentido la existencia si así no fuese . Esta fe natural e innata que nos impele a contemplar la realidad existencial de una vida después de esta vida, es un asidero moral que nos permite superar las pruebas y dificultades de este mundo.

- Jose Luis -

Punto de Dios en nuestro cerebro

Punto de Dios en nuestro cerebro


Un frente avanzado de las ciencias, hoy, es constituido por el estudio del cerebro y de sus múltiples inteligencias. Se alcanzaron resultados relevantes, también para la religión y la espiritualidad. Se enfatiza tres tipos de inteligencia. La primera es la inteligencia intelectual. El famoso QI (Quociente de Inteligencia), al cual se dio tanta importancia en todo el siglo XX. Es la inteligencia analítica por la cual elaboramos conceptos y hacemos ciencia. Con ella organizamos el mundo y solucionamos problemas objetivos.

La segunda es la inteligencia emocional, popularizada especialmente por el psicólogo y neurocientista emocional (QE= Quociente Emocional). Empíricamente mostró lo que era convicción de toda una tradición de pensadores, desde Platón, pasando por San Agustín y culminando en Freud: la estructura de base del ser humano no es razón (logos) mas es emoción (patéticos). Somos, primeramente, seres de pasión, empatía y compasión, y solo enseguida, de razón. Cuando combinamos QI con QE conseguimos movilizarnos a nosotros y a otros.

La tercera es la inteligencia espiritual. La prueba empírica de su existencia deriva de las investigaciones muy recientes, en los últimos 10 años, hechas por neurólogos, neuropsicologos, neurolinguistas y técnicos en magneto encefalografía (que estudian los campos magnéticos y eléctricos del cerebro). Según esos científicos, existen en nosotros, científicamente verificable, otro tipo de inteligencia, por la cual no solo captamos actos, ideas y emociones, más percibimos los contextos mayores de nuestra vida, totalidades significativas, y nos hace sentir injeridos en el Todo. Ella nos torna sensibles a valores, a cuestiones ligadas a Dios y a la transcendencia. Es llamada la inteligencia espiritual (QEs = Consciente espiritual), porque es propio de la espiritualidad captar totalidades y orientarse por visiones transcendentales.

Su base empírica reside en la bilogía de las neuronas. Se verifico científicamente que la experiencia unificadora se origina de oscilaciones neurales a 40 herz, especialmente localizada en los lóbulos temporales. Se desencadena, entonces, una experiencia de exaltación y de intensa alegría como si estuviésemos ante una Presencia viva.
O inversamente, siempre que se abordan temas religiosos, Dios o valores que conciernen el sentido profundo de las cosas, no superficialmente más si en un envolvimiento sincero, se produce igual excitación de 40 herz.

Por esa razón, neurobiólogos como Persinger, Ramachandran y la física cuántica Danah Zohar bautizaron es región de los lóbulos temporales como el “punto de Dios”.

Si es así, podemos decir en términos de proceso evolutivo: el universo evolucionó, en billones de años, hasta producir en el cerebro el instrumento que capacita al ser humano percibir la Presencia de Dios, que siempre estaba allí sin embargo no percibido conscientemente. La existencia de ese “punto de Dios” representa una ventaja evolutiva de nuestra especie homo. La espiritualidad pertenece al humano y no es monopolio de las religiones. Antes, las religiones son una de las expresiones de ese “punto de Dios”.

Leonardo Boff


Traducido por Merchita

martes, 22 de febrero de 2011

Discurso de Kardec sobre los grupos espíritas




Discurso de Allan Kardec en Lyón y Bordeaux, 1862


“Si los grupos, que deben marchar todos para un objetivo común, estuviesen divididos, yo lo lamento, (…)y sin examinar quien comete los primeros errores, me coloco, sin dudar, del lado de aquel que tuviera más caridad (…) y verdadera humildad, pues aquel a quien le falta la caridad está siempre equivocado, asistido sin embargo por cualquier especie de razón”.

Igual en los días de hoy, muchos espíritas tienen dificultad de comprender la postura de Kardec delante de las disputas que se creaban en nombre del Espiritismo.

La declaración de Kardec, no obstante, era bastante clara: el Espiritismo tiene por objetivo principal esclarecer al Hombre sobre su verdadera naturaleza espiritual. En otras palabras, la felicidad y el crecimiento moral del ser humano es consecuencia natural del conocimiento de que formamos parte de una naturaleza más bella y amplia que nuestros ojos puedan ver.

Ahora, si un grupo espírita entra en conflicto con sus semejantes, es porque no entendió, verdaderamente la propuesta más importante del Espiritismo, razón suficiente, según Kardec, y todo hombre de buen sentido, para que continúen siendo tratados como hermanos, sin, que por ello, se les apoyen esas iniciativas.


Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

El origen de las psicofonías

Edison



Viene el moderno grabador a aportar la prueba material decisiva de una existencia después de la muerte? Desde el descubrimiento casual de Jürgenson, en 1959, se han grabado miles de voces -al parecer pertenecientes a personas ya muertas-, sobre cuyo origen no ha podido encontrarse una explicación racional.

Thomas Alva Edison fue uno de los grandes inventores del siglo XIX Entre otras cosas, logró el perfeccionamiento del telégrafo "dúplex". La invención del fonógrafo y la introducción de la primera luz eléctrica en los Estados Unidos. En 1882, su estación generadora iluminó por primera vez con electricidad las calles de Nueva York, y 12 años después se inauguró en dicha ciudad su sala de proyección de películas, que él llamaba "salón kinetoscópico".

Pese a estos sólidos éxitos, una entrevista que concedió en octubre de 1920 a la revista Scientific American causó preocupación a sus contemporáneos; algunos de ellos debieron pensar que Edison a los 73 años, chocheaba. Lo que proponía era nada menos que un instrumento para comunicarse con los muertos:

«Si nuestra personalidad sobrevive, es estrictamente lógico y científico suponer que retiene la memoria, el intelecto y otras facultades y conocimientos que adquirimos en este mundo. Por lo tanto, si la personalidad sigue existiendo después de lo que llamamos muerte, resulta razonable deducir que quienes abandonan la Tierra desearían comunicarse con las personas que han dejado aquí... Me inclino a creer que nuestra personalidad podrá afectar a la materia en el futuro. Entonces, si este razonamiento fuera correcto, y si pudiéramos crear un instrumento tan sensible como para ser afectado, o movido, o manipulado por nuestra personalidad -tal como ésta sobrevive en la otra vida-, semejante instrumento, cuando dispongamos de él. tendría que registrar algo.»

Edison trabajó para crear ese instrumento, pero no tuvo éxito. Sin embargo, en opinión de muchos investigadores científicos modernos, sus puntos de vista se vieron confirmados en el verano de 1959.

En esa época. un famoso pintor, músico productor cinematográfico sueco, Friedrich Jürgenson. llevó su grabador a pilas a un lugar remoto de la campiña, cerca de su casa para grabar el canto de los pájaros. Más tarde al escuchar las cintas, Jürgenson encontró no sólo trinos de pájaros sino borrosas voces humanas que hablaban en sueco o noruego y discutían el canto nocturno de los pájaros. Pese a la "coincidencia" en el tema, Jürgenson pensó al principio que había sintonizado involuntariamente con una transmisión de radio. Pero al repetir el experimento escuchó más voces que esta vez, se dirigían a él personalmente y afirmaban ser parientes y amigos muertos. En los años siguientes. Jürgenson trabajó en este campo desde su casa de Mölnbo, cerca de Estocolmo, y por fin, en 1964, reunió todas las pruebas de que disponía en su libro Voices from the Universe (Voces del Universo). Dichas pruebas fueron suficientemente convincentes para atraer la atención del eminente psicólogo alemán, profesor Hans Bender, director de la sección de investigaciones parapsicológicas patrocinada por la Universidad de Enburgo. Bender a su vez, encargó a un equipo de prestigiosos científicos que repitieran el experimento y analizaran los resultados.

Sus descubrimientos pueden resumirse así: en diferentes condiciones y circunstancias, una cinta virgen, colocada en un grabador corriente y en un ambiente silencioso, registrará voces humanas que pronuncian palabras inteligibles; que el origen de esas voces es aparentemente inexplicable a la luz de la ciencia actual, y que las voces son objetivas, en la medida en que dejan en la cinta huellas iguales a las de las voces normales y quedan registradas como impulsos oscilográficos visibles en grabaciones de videotape.

Los problemas que suscitan estas "voces de la nada" son enormes. El mismo doctor Bender, según se dice, las considera de mayor trascendencia para la humanidad que la física nuclear: "Por lo menos -afirmó en un artículo aparecido en Parapsichology Review-, el origen paranormal del fenómeno es muy probable".

Otros hombres de ciencia, además del doctor Bender quedaron asimismo fascinados por el extraño descubrimiento de Jürgenson. El doctor Konstantin Raudive ex profesor de psicología en las universidades de Upsala y Riga, se enteró en 1965 de los experimentos Jürgenson-Bender en su lugar de residencia Bad Krozingen (Alemania). El doctor Raudive que había estudiado con Carl Jung se había visto obligado a abandonar Letonia, su país de origen, cuando entraron en él las tropas soviéticas en 1945. Había ganado fama como escritor de temas de psicología experimental.

También el doctor Raudive comenzó a grabar voces misteriosas, con mucho éxito, y entre 1965 y su fallecimiento en 1974 trabajó con el doctor Alex Schneider, médico de Sankt Gallen (Suiza) y con Theodor Rudolph. especialista en ingeniería electrónica de alta frecuencia. A lo largo de sus trabajos. dichos científicos grabaron más de 100 000 cintas bajo estrictas condiciones de laboratorio. Un análisis exhaustivo de su trabajo fue publicado en Alemania, a fines de los años 60 con el título de Lo inaudible se vuelve audible; esto llamó la atención del editor británico Colin Smythe que publicó luego la edición inglesa. Peter Bander, que escribió el prólogo de este libro contó después cómo oyó por primera vez una voz desconocida en una cinta; esto ilustra muy bien "lo que pasa" generalmente y señala también la naturaleza objetiva del fenómeno.

Colin Smythe había comprado una cinta nueva y había seguido las instrucciones del doctor Raudive acerca de cómo "ponerse en contacto" con las voces. Un cierto ritmo, parecido a una voz humana, había sido registrado, pero no resultaba inteligible. Peter Bander escuchó dos o tres veces el segmento principal de la cinta y, de pronto, entendió lo que decía la voz. Era femenina, y decía "Mach die Tür mal auf": "abre la puerta", en alemán. El señor Bander reconoció inmediatamente la voz de su madre; durante los años que precedieron a la muerte de ésta, solían mantener correspondencia por medio de cassettes. El comentario era pertinente: sus colegas comentaban a menudo que Bander era poco sociable, porque siempre cerraba la puerta de su despacho.

Sorprendido, el señor Bander pidió a dos personas que no hablaban alemán que escucharan la grabación y escribieran fonéticamente lo que decía. Sus versiones correspondieron exactamente a lo que él había oído, y Peter Bander quedó convencido de la autenticidad de las voces.

Desde 1971 se están realizando investigaciones necesarias acerca de este fenómeno en todas partes del mundo. El interés de dos organizaciones muy diferentes refleja los aspectos espirituales y temporales de las voces. El Vaticano ha demostrado tener en cuenta "extraoficial mente" estos fenómenos, y varios sacerdotes- científicos han realizado experimentos por su cuenta. Entre los más destacados de estos investigadores se encontraba el difunto profesor Gebhard Frei experto internacionalmente reconocido en los campos de la psicología profunda, parapsicología y antropología. El doctor Frei era primo del papa Pablo VI, quien en 1969 condecoró a Friedrich Jürgenson con la Cruz de Comandante de la Orden de San Gregorio el Grande: dicho honor respondía a que Jürgenson había realizado una serie de películas documentales sobre el Vaticano, pero el cineasta comentó a Peter Bander en 1971 que había encontrado en el Vaticano "oídos interesados en los fenómenos de las voces".

El interés de la NASA salió a la luz a finales de los años 60, cuando dos ingenieros americanos de Cabo Kennedy visitaron al doctor Raudive en Bad Krozingen. Los visitantes examinaron minuciosamente los experimentos del doctor Raudive, y por lo visto plantearon preguntas propias de entendidos e hicieron comentarios útiles. Desgraciadamente, no quisieron revelar al investigador qué importancia podía tener el fenómeno de las voces para el programa espacial norteamericano. Pero, como razonó el doctor Raudive, si él lograba resultados claros y regulares con un equipo relativamente sencillo, ¿no era muy probable que los aparatos ultraperfeccionados que forman parte del equipo de las naves espaciales pudieran registrar voces? Sea cual fuere su origen, las "voces del Universo" de Jürgenson abren, para el estudio de lo paranormal, un nuevo campo de extraordinario interés.

¿Qué son Las Psicofonías y Quién las Produce?

Probablemente sea cierta la confirmación que dice que la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, quizás ese principio básico de la conservación de la materia, sea la clave para comenzar a afrontar un misterio tan abrumante como el poder comprender qué es una psicofonía o de donde viene.

En ocasiones nos hemos planteado si existe algo después de la muerte y por supuesto no encontramos una respuesta que se adapte a nuestra razón, obviando las distintas creencias religiosas. Cierto día, tuve una serie de conversaciones con un físico muy crítico al respecto con las paraciencias, ya que afirmaba entre sus muchas razones que todo lo que comprende el estudio de la parapsicología es extraordinario, y como cosa extraordinaria necesita una prueba igualmente extraordinaria para ser demostrada. En efecto, no iba muy lejos de la realidad ya que el rigor científico se obtiene con demostraciones plausibles que puedan ser determinantes en hipótesis que a su vez comprendan futuras teorías. Gracias a la ciencia y a la física comprendemos hoy el porqué de muchas de las cosas que ocurren inexplicablemente. Por ejemplo, cuando pulsamos un interruptor y se enciende una bombilla, sabemos que un flujo de electrones viaja por un cable hacía la bombilla que tiene una resistencia en el interior de una ampolla en la cual hay encerrado un gas.

Entoces cuando esta resistencia se calienta, el gas se altera y produce la luminosidad que probablemente usted este comprobando en estos momentos. Si trasladamos la exposición visual a un individuo de la Edad Media, y pudiese observar un cable en cuyo extremo estuviera conectada una bateria y en el otro una bombilla, probablemente cuando la bombilla se encendiese, pensaría que un líquido circula desde una caja por medio de unos tubos, y llenan una botella que hace que se ilumine y se caliente. Quizás la cuestión que se le plantease sería, qué líquido se ilumina y produce ese agradable calor.

Esta es una forma de comprender la física por un individuo de la Edad Media. Sin embargo él está completamente convencido de que la bombilla se llena de un líquido que se ilumina y se calienta. Probablemente no sería muy buena idea hacerle comprender que el tubo por el cual viaja ese líquido, es sólido. Estoy completamente seguro que en cuanto viera el sólido cable, pensaría que se trata de brujería. No, no es brujería, es física, lo que ocurre es que en la mente de este individuo medieval, no cabe la posibilidad de comprender la realidad del fenómeno, ya que no conoce la energía eléctrica.

En mi exposición para comenzar a comprender y aceptar el fenómeno de la psicofonía, debemos de ponernos en el lugar del induviduo de la edad media y aceptar que probablemente hayan cosas que desconozcamos y energías que todavía no se hayan descubierto. Y como en el ejemplo, el hecho de que todavía no se hayan descubierto no significa que no existan, sólo que todavía no estamos en disposición de comprenderlas.

En mi planteamiento, propongo la hipótesis de que cuando el ser humano fallece, existe una energía que se transforma en algo que hoy desconoce la ciencia y las paraciencias comprenden como espíritu. Al igual que la energía hidráulica se transforma en energía eléctrica, y ésta aplicada a una bombilla se transforma en energía calorífica y lumínica; ¿ en qué se transforma la energía vital que mueve al ser humano cuando éste muere ?. Imagino que una parte se convertirá en polvo, la que correspondiente al cuerpo físico, pero... ¿ en qué se convierte esa fuerza motríz que mueve los pensamientos y toma decisiones inteligentes y que en ocasiones hace reir, llorar, sentir al cuerpo físico ?.

Si algo del ser humano perdura después de la muerte, es sin duda esta energía y posiblemente sea lo que Jürgenson afirmaba que existía con respecto a sus invisibles amigos. Friedrich Jürgenson, obtuvo a lo largo de numerosos años de investigación miles de decenas de psicofonías, entre las cuales pudo destacar algunas voces pertenecientes a personas que ya habían fallecido, tales como amigos suyos, familiares y compañeros de trabajo. Konstantin Raudive, con sus más de 70.000 inclusiones psicofónicas a lo largo de sus investigaciones hasta su muerte, también afirmaba que sus amigos y seres queridos se comunicaban con él mediante los magnetófonos y la radio. Bill O'Neil, famoso médium americano, no hay que olvidar que se comunicó durante unos trece minutos con George Müeller, un físico muy reputado que todo el mundo conocía y que había fallecido en el año 1967, años antes al contacto.

Personas como Sir Robert Mayer, presidente de la famosa editorial inglesa Colin Smithe Ltd. ante un controlado experimento con Raudive pudo escuchar con toda claridad la voz de su fallecido amigo, Arthur Schanbel ( Foto de la derecha ), que era un famoso concertista de piano. Hay que decir que Sir Robert Mayer, no estaba ni mucho menos introducido dentro del tema, sólo había ido a comprobar un experimento que la Colin Smithe Ltd. iba a realizar con respecto a las voces de Raudive, para tener la certeza de que el libro que posteriormente esta editorial publicó de Raudive, "Lo Inaudible se Vuelve Audible ", no era fruto de su imaginación.

Pero no sólo Jürgenson, Raudive, Sir Rober Mayer, el Dr. Hans Bender, el prof. Scheneider, el padre Leo Schmid, el padre François Brune, Monique Simonet, el prof. Germán de Argumosa, el padre José María Pilón, el Dr. Sinesio Darnell y muchísimos otros hemos escuchado certeras voces grabadas en condiciones normales y estrictamente controladas por rigurosos técnicos en sonido y radio-frecuencia, pertenecientes a personas que en el momento de la grabación ya habían fallecido.

Si por un lado tenemos que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, por otro lado tenemos que probablemente en el ser humano exista una energía capaz de coordinar la mente, pensamientos, emociones, etc., por otro, valoramos que personas completamente cuerdas y muchas de ellas introducidas en el mundo de la física, la medicina, la ingeniería informática, etc. aceptan haber escuchado voces psicofónicas pertenecientes a personas que han fallecido ( el reputado físico y especialista en pantallas de alta-frecuencia Peter Hale de los Bell & Lee Studios, afirmaba que lo que ocurría no podía explicarlo con leyes de la física) y por otro lado contamos con miles de grabaciones que están disponibles para ser analizadas por quién deseé hacerlo, barajamos pues la hipótesis de aceptar que realmente detrás de la muerte perdure algo, algo que cuando se realiza un experimento de transcomunicación se manifiesta a través de los magnetófonos en forma de voz o PSICOFONIA.

Sólo nos queda, abrir un poco la razón y plantearnos seriamente la posibilidad de que existan energías, medios, dimensiones, etc.. que todavía no estemos en disposición de comprender, y que probablemente algún día alguien descubrirá de manera casual, de la misma forma que se han descubierto tantas y tantas energías.

lunes, 21 de febrero de 2011

¡¡ Coraje hermanos !!


Coraje hermanos!


Desde a llegada de Jesús y su revolución estableciendo la Igualdad ante Dios, cualquiera que defienda que todos los hombres sean iguales delante de Dios, sufrirán persecuciones.

Con ocasión del pasaje de nuestro Maestro por nuestro orbe, aquellos que asuman la responsabilidad de su mensaje enfrentaran la persecución.

Los antiguos cristianos incluso crearon un símbolo de dos arcos que al ser dibujados, formaban la figura de un pez, que servía para identificarse por los caminos y mantenerse a salvo de las guardias romanas y los fariseos que los perseguían. Ser cristiano, en la esencia de lo que esto significa, siempre fue un peligro. Con la asimilación del Imperio Romano al cristianismo en la forma de Iglesia Católica, los perseguidos se volvieron perseguidores y la verdad del mensaje de amor se ha vuelto sinónimo de terror. Justamente aquello que enseñó en su sacrificio, el amor hasta el extremo de dar la vida por la causa, era usado para refrendar el poder y esclavizar y matar en nombre de Dios.


Pasada la edad Media, en la alborada de la libertad, cuando el cartesianismo proclama la ciencia como nueva deidad para romper los grilletes de la ignorancia, el Espiritu de la Verdad viene conforme lo prometido por Jesús para esclarecer todas las cosas que quedaroon encubiertas por la absoluta falta de recursos intelectuales para nuestro entendimiento.

Ya no era los fanáticos ni los iniciados de diferentes doctrinas los que hablaban de la inmortalidad de la alma y de su reencarnación sucesiva , sino cientificos que armados de la experimentación, testimoniaron de forma indiscutible la realidad de los espíritus.

Otra vez vimos la persecución a los nuevos cristianos.

Los espiritas, legítimos herederos del mensaje cristiano, también fueron expuestos a la ignorancia y muchos también pagaran con la vida. En todo estrato social, decirse espirita significaba sufrir prejuicios de toda especie. Entre los escépticos no era mas que un delirio místico y entre la iglesia institucional un peligro a sus aspiraciones de ser la dueña de la verdad y representantes de dios. Entre estas dos fuerzas sobrevivimos y seguimos adelante en la tarea sagrada de divulgar la doctrina espirita, para libertar corazones y mentes en la ascensión espiritual común a todos los hombres. Lo inusitado de esta nueva situación es que estamos delante de un dilema del que antes no teníamos un conocimiento sociológico para valorarlo en su mas amplia extensión. Una mirada mas profunda en el desarrollo del espiritismo desde su codificación hasta los cambios que ha practicado en nuestra sociedad, nos da la respuesta para tanto miedo de nuestros detractores. Los llamados a vivenciar el mensaje del amor saben que no basta no hacer nada malo, sino hacer el bien en todos los niveles que nuestra sociedad exije. Así encontramos nuestros hermanos del ideal espirita en la lucha por la republica, por la abolición de la esclavitud, en la lucha de igualdad entre los sexos dando a las mujeres el derecho al sufragio universal y a los trabajadores el derecho a un trabajo digno que cubra sus necesidades. Subversivos, nos llamaron y hemos pasado toda suerte de conmociones. De los aproximadamente trecientos centros que había en España, solamente uno, en Cataluña, logró sobrevivir a la persecución del régimen franquista, que servia a la Iglesia católica empeñada en sofocar el movimiento, siendo que muchos pagaran con la vida y hasta los años setenta decirse espirita podría llevar a la cárcel. En el resto de Europa el cuadro era parecido en la ascensión del nazismo en Alemania. Por otra parte, los grupos espiritualistas y espiritas tenían que refugiarse en la clandestinidad para poder sobrevivir. Nuestros libros quemados en hogueras de ignorancia ya no llegaban a las manos de una humanidad sedienta de saber el por qué estamos aquí y entender cual es el verdadero sentido de la vida.

El estalinismo trató de barrer de sus territorios a los espiritas, herederos de Aksakoff y tantos otros trabajadores que fueron perseguidos y exterminados sin piedad.

Hermanos míos, no podría ser de otra manera.

Recordemos a Gandhi, el mahatma hindú, que después de sobrevivir a un intento de asesinato fue preguntado si tomaría medidas de seguridad y el en su sencillez y grandeza dijo: - Si no soy asesinado, es que soy un fraude.

Porque los que somos perseguidos no somos un fraude. Pero muchos que aceptan los mensajes de los espíritus no se enteran de la responsabilidad que lleva la verdad. Lejos de buscar en la reforma intima y la militancia en la divulgación de la doctrina, guardan para sí el conocimiento y ocultan sus preferencias temiendo sufrir sanciones y perjuicios.

Guardan las verdades como instrumento de status intelectual y perderse en discusiones estériles, idolatrando el personalismo y encastillándose en el mucho saber que se auto atribuyen. Llamados a dar testimonio de la doctrina se eximen de responsabilidad justificando que todavía no es llegado el momento y así siguen hasta que la muerte venga a recordarles los compromisos asumidos.

La hora es ahora. Ya no hay más tiempo para vacilaciones ni miedos.

Tengamos conciencia de la importancia de nuestro óbolo en la construcción del nuevo mundo. Todos son importantes y nuestra palabra y comportamiento, el representante de Jesús en la tierra. Solamente os pedimos la buena voluntad y todo lo demás os será acrecentado. Vuestras palabras hablaran y vuestro esfuerzo cargaran de entusiasmo a los muchos que se encontrarán desfallecidos en el dolor y la desesperación de una sociedad corrompida por el consumismo, hijo del egoísmo y del orgullo.

Vamos a decir al mundo que la muerte no existe. Que lo que hacemos hoy determinara nuestro futuro y el de la humanidad. Participemos de todos los movimientos que defiendan lo digno y lo bello. No permanezcáis impasibles delante de el hambre y de la miseria, tanto del cuerpo como del espiritu, pues el hambre de cultura y conocimiento es tan cruel como la del pan.

Mantengamos el alma en el amor del Cristo y abramos los oídos a los mensajes de los guías espirituales, que tienemos junto a nosotros, la oportunidad de participar de este emprendimiento.

Ellos nos dicen: Somos todos coparticipes en esta faena. No nos deje sin trabajo y nosotros no les dejaremos sin inspiración.

Por el Amor de Dios, nuestro Padre, permitidnos estar aquí hoy.

No perdamos tan preciosa oportunidad.

Tengamos coraje.


Hermanos Incondicionales (por las manos de Cássio) el día Madrid, 9 de Abril de 2008


PS: Pido perdón por los eventuales errores del castellano, pues los espíritus no se equivocan

domingo, 20 de febrero de 2011

La Reencarnación y el Evangelio


 La Reencarnación y el Evangelio







Joao Cabral

 Entrevistando al escritor espírita Richard Simonetti en una de sus visitas a Aracaju como Periodista, se le hicieron una serie de preguntas que actualmente, son comentadas desde diversos sectores, unos a favor y otros en contra de la reencarnación. Vamos aquí a seguir las respectivas respuestas.

1. ¿ La reencarnación aparece en el Nuevo Testamento?

Respuesta: Más que en el viejo. Hay innumerables referencias bastante explícitas.

2. Se menciona el célebre encuetro de Jesús con Nicodemo para demostrar que Jesús enseñaba la reencarnación. ¿ Sería esta la evidencia mayor?

Respuesta: Es la más recordada. El problema es que Jesús empleaba un lenguaje simbólico. El analista siempre lo interpreta según las conveniencias de su religión.. En qué textos del Evangelio, la reencarnación aparece de forma objetiva?


Respuesta: En las referencias de Jesús a Juan el Bautista. Según las tradiciones judaicas, el profeta Elías debería retornar a la Tierra en el advenimiento del Mesías. Sería el precursor aquel que anunciaría su llegada y lo presentaría. Sabemos que Elías reencarnó como Juan Bautista. Jesús se refiere textualmente a eso cuando, preguntado por los discípulos dijo: " Yo, por tanto os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también, el Hijo del Hombre ha de padecer en manos de ellos". (Mateo 17.12). Juan fué decapitado por orden de Herodes.. Eso significaba la conclusión del evangelista, en el versículo siguiente: " Entonces los discípulos comprendieron que les hablaba de Juan el Bautista".

4. La reencarnación aparece en otros pasajes evangélicos?

Respuesta: EnMateo (16:13-14), cuando Jesús pregunta: "¿ Qué dice el pueblo de quién puede ser el hijo del hombre?.

Responden los discípulos: Unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías y otros que Jeremías o algún otro de los profetas." Es obvio que los discípulos y el pueblo estaban familiarizados con la idéa de las vidas sucesivas y no cabría aquella respuesta ante semejante pregunta si no admitiesen la reencarnación".

  Si la reencarnación aparece de forma tan evidente en el Nuevo Testamento, por qué fué proscrita?

Respuesta: A partir del Siglo IV, cuando por influencia de los Emperadores Constantino y Teodosio, transformaron el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano. Fué en este momento cuando el Evangelio fué alterado en la parte referente a la preexistencia del alma . Esta iglesia se institucionalizó surgiendo así el profesionalismo religioso en nombre de Jesús con las prácticas exteriores del paganismo, hasta hoy. En ese cuadro de ambiciones y privilegios, no había lugar para la reencarnación, una doctrina que exalta la responsabilidad individual y enseña que nuestro futuro está condicionado por el empeño de renovación individual, y nunca a la simple adhesión a cualquier iglesia. Volveremos después...


João Cabral – ADE-SERGIPE. Jornalista e Radialista. Terapeuta Transpersonal.

Ante los que partieron

Espíritu Emmanuel


Ningún sufrimiento en la Tierra es, tal vez, comparable al de aquel corazón que se incline sobre otro corazón helado y querido que el ataud transporta para el gran silencio.


Ver la nube de la muerte estamparse, inexorable, en la fisonomía de los que más amamos y cerrarles los ojos en el adiós indescriptible, es como despedazar la propia alma y proseguir viviendo.

Digan aquellos que ya estrecharton en el pecho un hijito transfigurado en angel de la agonía; un esposo que se despide, procurando en balde mover los labios mudos; una compañera cuyas manos consagradas a la ternura penden extinguidas; un amigo que se cae desfallecido para no erguirse más, o un semblante materno acostumbrado a bendecir y que no consigue expresar nada más, sino el dolor de la última separación, ¡ a través de la última lágrima!.

Hablen aquellos que un día se inclinaron abatidos por la soledad al frente de un túmulo; los que se arrojaron en oración sobre las cenizas que recubren el último recuerdo de los entes inolvidables; los que cayeron pasando de la salud, cargando en el seno el ataúd de los propios sueños; los que tantearon gimiendo la losa inamovible, y los que sollozaron de angustia, en lo adicto a los propios pensamientos,preguntando, en vano por la presencia de los que partieron.

Todavía, cuando semejante prueba le toque a la puerta reprima la desesperación y diluye la corriente de la amargura en la fuente viva de la oración, porque los llamados muertos son apenas ausentes y las gotas de llanto les fustigan el alma como lluvia de hiel.

También ellos piensan y luchan, sienten y lloran.

Atraviesan la faja del sepulcro como quien se desprende de la noche, pero , en la madrugada del nuevo día, se inquietan por los que quedaron... Les oyen los gritos y las súplicas en la onda mental que rompe la barrera de la gran sombra y se estremecen cada vez que los lazos afectivos de la retaguardia se rinden a la información o se vuelcan en el suicidio.

Se lamentan en cuanto a los errores practicados y traban con ahinco en la regeneración que les habla al respecto.

Estimúlate a la práctica del bien, repartiéndote los dolores y las alegrías.

Prejubilate con tus victorias en el mundo interior y consuelate en las horas amargas para que no te pierdas en el frio del desencanto.

Tranquiliza, de ese modo, a los compañeros que piden el Más Allá, soportando valientemente la despedida temporal y hónrales la memoria, abrazando con nobleza los deberes que te legaron.

Recuerda que en el futuro próximo que imaginas, respirarásentre ellos, comulgándoles las necesidades y los problemas, por cuanto terminarás también el propio viaje en el mar de las pruebas redentoras...

Y venciendo para siempre el terror a la muerte, no nos será lícito olvidar que Jesús, nuestro Divino Maestro y Hérore del Túmulo vacío, nació en una noche oscura, vivió en los infortunios de la Tierra y expiró en la cruz, en una tarde parduzca, sobre unmonte empedrado, pero resucitó a los cánticos de la mañana, en el fulgor de un jardín.



Emmanuel-espíritu ( Religión de los espíritus de Fco. Cándido Xavier)

sábado, 19 de febrero de 2011

Existencia y comunicabilidad de los espíritus

Existencia y comunicación de los espíritus.



Hay millones de personas en el mundo, religiosas o no, que a diferencia de los espiritas, abrigan serias dudas sobre la realidad de ese fenómeno. Y eso por varias razones: o porque sus respectivas religiones niegan prematuramente esa posibilidad, o porque a priori asumen una posición filosófica materialista, o simplemente (y aquí está el mayor número de ellas) porque jamás se interesaron en ese asunto. No es tema de sus pensamientos habituales.

A pesar de ese grupo de personas, podemos afirmar, en este inicio de milenio, que esta cuestión sufre mucho menos oposición que aquella experimentada en el siglo XIX, época en la que surgió el Espiritismo. Hoy se puede observar, en cualquier encuesta realizada en todos los países del mundo, que la gran mayoría de las personas no tiene dudas sobre la existencia de los espíritus y de la posibilidad de su manifestación. No es, pues, un tema primordial del Espiritismo comprobar la existencia de los espíritus. Esa temática, de cierta forma, disminuyó su importancia a medida que pasó a ser generalmente aceptada. Es el proceso evolutivo del hombre aceptando una tesis que, hace 150 años, cuando Allan Kardec se interesó por los fenómenos de las mesas giratorias y parlantes, era entonces muy polémica y envuelta en misterio. El misterio creado en torno de ellas por la religión.

Al mismo tiempo que se convirtió en un asunto de aceptación generalizada, como está ocurriendo también con la reencarnación, que es, actualmente, aceptada por más del 50% de los occidentales, independientemente de sus religiones, la cuestión de la comunicación con los espíritus sigue siendo la referencia a partir de la cual se construye todo el raciocinio espirita, base, pues, de su filosofía.

Así, podemos decir que el tema disminuyó su importancia práctica, dejó de ser polémico para la mayoría de las personas, pero se afirma cada vez más su importancia como base de una reflexión filosófica, ya que, el principio de la inmortalidad del espíritu, una vez comprobado, conlleva innumerables consecuencias de cuño ético y moral. Y así estamos introduciéndonos, entonces, en el objetivo central buscado por el Espiritismo: la adopción por el hombre de una filosofía ética y moral compatible con su naturaleza espiritual.

En verdad, nadie se convierte en espirita sin, antes, afirmarse en la convicción del siguiente postulado básico, presupuesto para cualquier reflexión filosófica espirita, a saber: existen los espíritus y ellos pueden comunicarse con nosotros. Ella es la base fáctica del Espiritismo.

El propio Allan Kardec, partió de esa cuestión elemental para construir toda la edificación doctrinaria espirita. Espíritu positivista, cartesiano, práctico y objetivo, fue, de cierta forma, hasta determinado momento, un escéptico con relación a la existencia de los espíritus y de su comunicabilidad. Alrededor del año 1854/55, cuando, por invitación de un amigo, participó por primera vez de una sesión donde ocurrían los fenómenos con las mesas que "transmitían" mensajes, intentó, inicialmente, dar a esos fenómenos la interpretación del magnetismo del cual era estudioso. Serían, simplemente, las vibraciones magnéticas de los participantes de las reuniones, las que provocaban los fenómenos en las mesas. Pero continuó, con todos los recaudos y sin ningún preconcepto, sus observaciones. Luego, constató que los mensajes inteligentes que allí eran transmitidos tenían contenidos que escapaban enteramente al conocimiento previo de los participantes de esas reuniones. Encerraban ideas y contenidos que no formaban parte del caudal de conocimiento de los asistentes. Las mesas no podían, por sí mismas, transmitir mensajes. Formuló, de inmediato, un principio filosófico que se tornó base de todos sus estudios: no hay efecto sin causa. Y, en ese caso, se estaba, claramente, frente a fenómenos inteligentes. Ahora, a un fenómeno inteligente debe corresponderle, naturalmente, también una causa inteligente. Había, pues, según sus observaciones prácticas, y su raciocinio en torno a los hechos, inteligencias produciendo aquellos fenómenos. Las mesas eran meros instrumentos. Y los médiums apenas proporcionaban su cooperación energética para la transmisión de los mensajes.

Las grandes comprobaciones históricas.
Podemos decir que el fruto del razonamiento propiciado por los resultados observados por Kardec y sus colaboradores, en ese trabajo inicial que tuvo como laboratorio la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, ya sería suficiente para rubricar la convicción acerca de la existencia de los espíritus y de su real comunicabilidad. Pero, el momento histórico vivido por Kardec y sus sucesores tendrían un significado especial, determinante y de mucha mayor amplitud. La segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX fueron escenario de un extraordinario esfuerzo conjunto de inteligencias encarnadas y desencarnadas para evidenciar el fenómeno mediúmnico, de forma de no dejar dudas a quien tuviese algún interés en ver comprobada la cuestión de la supervivencia del espíritu y su posibilidad de intervenir en el mundo material.

Cítense, apenas como ejemplo, las famosas experiencias de materialización de espíritus producidas por el eminente científico británico Sir William Crookes, de la Royal Society, de Londres, hacia el año 1870, y que se repitieron, sobre los más rigurosos criterios de control, en presencia de otros miembros de esa misma institución, en la casa de ese científico, durante varios años, donde el espíritu de Katie King se hacía visible, se dejaba tocar, cortar partes del cabello y de los trajes, tomar fotografías, conversar con los participantes, etc. Las materializaciones, que eran frecuentes en esa época, con varios médiums, en Europa y en América, son pruebas cabales de la supervivencia del espíritu.

Alguien, como Cesare Lombroso, que, en Milán, presenció varias sesiones de materialización de espíritus producidas por la médium Eusapia Paladino, que permitió la aparición, inclusive, de la genitoria del famoso criminalista italiano hablándole al oído, con palabras tiernas y familiares, deja de alimentar dudas y pasa a tener la prueba material e irrecusable de la supervivencia del espíritu. Esa cuestión, como lo señaló Allan Kardec, deja de pertenecer al terreno de la fe, para encuadrarse como hecho positivo. Por eso, decía él que el Espiritismo no vino para quien tiene su fe, sino más exactamente para quien duda. Kardec mismo realizó todo su trabajo a partir de la duda, del escepticismo, de la misma forma que William Crookes, Alfred Russel Wallace, Charles Richet, Gabriel Delanne, Alexander Aksakoff, y tantos otros científicos, muchos de ellos, incluso, habiendo confesado, después, que su objetivo inicial era el de desenmascarar los fenómenos espiritas. Terminaron, entretanto, produciendo una inmensa contribución a su comprobación. Siempre a partir de la duda, así como de una preconcepción contraria a la tesis espirita.

Transformación moral del hombre.
Actualmente, son muy raros los fenómenos de materialización, o de comprobación física del fenómeno mediúmnico. Creemos que la avalancha de pruebas ofrecidas por los espíritus acerca de su existencia y de su comunicabilidad con el plano material fue por ellos mismos considerada suficiente. Hasta porque fue ampliamente documentada y está permanentemente disponible para quien tuviera algún interés en reconstruir esa trayectoria, en la práctica o en la teoría.

Vuelto, hoy, hacia la mediumnidad intelectual, el Espiritismo sigue su trabajo de permanente contacto con otros planos de la vida para traer, de allá, el apoyo para el progreso moral y ético de la humanidad. Los grandes médiums de hoy, en los medios espiritas, en su mayoría, se dedican a un productivo trabajo de concientización del hombre acerca de su naturaleza espiritual, de la importancia de su trayectoria evolutiva, en la construcción de un mundo más justo y fraterno. Su campo preferencial de acción es en el sentido de transformación moral del hombre, como ya lo señalara Kardec, al escribir que se reconocerá al verdadero espirita por su transformación moral y por el esfuerzo que hace para vencer sus imperfecciones.

Esto no desmerece y no desaconseja la continuidad del estudio del fenómeno mediúmnico. Es justamente a partir de él, que el hombre ha despertado a la realidad espiritual, la más fascinante realidad de la vida, y que, en los tiempos de hoy, ya no suscita grandes controversias, a pesar de que aun millones de personas vivan despreocupadas de los aspectos espirituales de su existencia. Viven encerradas en su mundo material, cuando todo indica que la vida es infinita y el Universo es una invitación al intercambio con otras inteligencias que lo pueblan.

Liberar al hombre de esa prisión, tal cual el mito de las cavernas de Platón, es el objetivo del Espiritismo.

Autor: Milton Medran Moreira . Es graduado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (Brasil). Fue fiscal letrado en el estado de Río Grande do Sul de 1975 a 1991. Profesor de Derecho Procesal Civil en la Facultad de Derecho de Bagé, de 1978 a 1983. Periodista y abogado en Porto Alegre. Articulista de Zero Hora y Correio do Povo. Actualmente mantiene una columna en el Diário Gaúcho.


Autor del libro de crónicas “Si todos fuesen iguales” (Ed. CIMA, Venezuela, 2000)


Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta