domingo, 31 de enero de 2021

El primer acto de cada día

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1. .-  Humildad y Caridad

2.-  El Aura

3.- ¿Es el Espiritismo una religión?

4.- Procura no humillar a nadie

5.- El primer acto de cada día




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                                  HUMILDAD Y CARIDAD

 El concepto más vigente en la actualidad, es que  humildad es sinónimo de cobardía y sumisión. Pero los diccionarios definen a la humildad como virtud. Y podemos entenderla por los ejemplos conocidos, cuya virtud es profundamente activa y transformadora. Citando apenas algunos: Jesús, Gandhi, Teresa de Calcuta, la Hermana Dulce, Chico Xavier. La omisión podría implicar connivencia y complicidad con el engaño y el mal, lo cual es incompatible con la verdadera humildad que es generosa, buena y consciente, en cuanto a la diferencia entre lo que está bien o mal.

   Ser humilde no presupone despreocupación por el perfeccionamiento, sino aceptación de nuestra propia condición sin sentimiento de auto-piedad, inferioridad, inferioridad o lamentación, en lucha constante por la propia mejora y perfeccionamiento, con el coraje de soportar las humillaciones sin reaccionar, consciente de que "todo el que quiera ser el primero, será el último y servidor de todos". La humildad es condición esencial para la felicidad que se desea conquistar.

  La autoridad de Jesús era fruto de la sabiduría adquirida, y esa autoridad no podría ser dañada por la práctica de la humildad, sino que por el contrario se fortalecía. El acto de lavar los pies a los discípulos, fue una gran lección de humildad.

  ¿Qué es esta verdad que ya podemos entendedr, sino el servicio humilde que Kardec, bajo la inspiración de los Espíritus Superiores, tradujo como "Caridad", fuera de la cual no hay salvación?. Se hizo ostensible y se fortaleció, así, el mensaje de Pablo, el apóstol, en el que desatacó que en la máxima "Fuera de la Caridad no hay salvación, están implantados los destinos de los hombres, en la Tierra como en el Cielo".

  Esa es la verdad que Jesús y Kardec anuncian como condición para la lberación de nosotros mismos por la entrega del verdadero propósito de la vida, que es servir incondicionalmente.

   El egoísmo y el orgullo todavía prevalecen en nuestras sociedades, pero el instinto gregario cumple el papel de mantenernos juntos, en las relaciones que generan las oportunidades de perfeccionamiento y de la superación de las limitaciones que todavía nos prenden a los peldaños inferiores de la evolución, más próximos a la animalidad que al estado angélico. En la convivencia vamos descubriendo el camino de la solidaridad y sus ventajas para todos. Conforme la madurez se va manifestando en las criaturas y en la sociedad, más efectiva se hace la concientización de que no podemos ser felices sin mutua benevolencia, destacándose como fundamental el hecho de que la verdadera Caridad anda siempre relacionada con la humildad.

   Si el interés personal es la señal característica de la imperfección, la caridad desinteresada, que exige la renuncia de sí mismo, es la mayor y más meritoria de las virtudes. Es el Amor en acción, tan fundamental, que Pablo tuvo eñl valor de afirmar: "Si no tuviere caridad, nada soy". Entonces, ¿Cómo podría nadie afirmar que la caridad no es tan necesaria?

- Carlos Roberto Campetti-

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                                               EL AURA

                           


¿ Qué es ?

   Es  la fotoesfera coloreada que  envuelve al cuerpo.  Viene a ser como  un halo de energía que nos rodea y aparece luminoso; este halo de luz  lo  emanamos de nuestro cuerpo  todos los seres  en mayor o menor grado de intensidad, aunque a simple vista la mayoría de las personas no lo apreciemos.

     En realidad existen tres auras diferentes que forman el aura humana, que  se           superponen  configurando como una sola:

       La primera es el Aura Vital, que corresponde al cuerpo vital que se  interpenetra en el cuerpo físico, al que rodea y sobrepasa en dos centímetros aproximadamente. Se la conoce como el “Aura de la Salud”, porque de su observación y análisis se pueden captar  y deducir dolencias físicas aun antes de que se manifiesten en el cuerpo físico. Esta aura se alimenta de las energías cósmicas  o Prana que capta el cuerpo físico a través de  los chacras,  los cuales la reciben  a través  de la alimentación y de la respiración. Este aura “orgánica” puede ser fotografiada mediante  la “Cámara Kirlian”. Este aura no es exclusiva de los seres  humanos sino que también existe en los demás reinos de la Naturaleza.  Como sabemos, el Cuerpo Vital es agente transmisor de energías entre el Cuerpo Espiritual y el Cuerpo Físico, lo cual  está acreditado por la existencia de enfermedades psicosomáticas en las que un conflicto psíquico se transmite y afecta al  organismo físico a través del Cuerpo Vital, y termina por generar una dolencia física, tal como infartos de corazón, úlceras de estómago, cáncer, etc.

     La segunda  Aura es la del Cuerpo Astral   (Periespíritu), que tiene forma ovoidal, rodeando al cuerpo de la persona y sobrepasando a la anterior, con una extensión de entre diez y cuarenta centímetros, siendo más luminosa por su parte superior que es de una tonalidad más intensa y varía de color dependiendo del estado emotivo de la persona a cada momento, así como de los sentimientos y los deseos que esté   experimentando.

La tercera es el aura del Espíritu que sobrepasa a las anteriores y tiene tonalidades fijas que reflejan el estado o nivel  espiritual  evolutivo de la persona, según sea su  grado de inteligencia, amor y fortaleza espiritual. En Seres altamente evolucionados, este aura tiene una gran extensión, llegando a irradiar hasta varios metros alrededor de su cuerpo. El aura espiritual es la que han representado pintores y escultores  rodeando las imágenes de santos en los más antiguos libros sagrados, lo cual indica que la Videncia Psíquica, de la que hablamos en el próximo capítulo, es tan antigua como el ser humano.

    Todas estas auras son susceptibles de ser vistas y descritas por personas con la facultad psíquica adecuada para captar esta clase de videncias, aunque la mayoría de los humanos, con el debido entrenamiento y práctica podemos desarrollar esta  habilidad.

 ¿ En las relaciones humanas, interviene de algún modo el Aura?

     El contacto directo entre las auras de dos personas desconocidas cuando se encuentran por vez primera,, posiblemente determina, aun antes del trato que vayan a tener, la inexplicable repulsión o atracción inicial que experimentan entre ellas, según  sea el grado de semejanza o afinidad de  las emanaciones vibracionales de sus  energías  psíquicas respectivas .      

    Cuando el grado  de aproximación  física es elevado,  suele producirse una  “interrelación de campos magnéticos”, por la que los sentimientos de atracción o de repulsión, según la afinidad que haya entre ambos sujetos, se intercambian instantáneamente.  Esta  interrelación  afecta al  “magnetismo animal” o “Aura Vital” del cuerpo físico, lo cual explica esos casos de personas que captan y sufren físicamente, incluso a distancia, las dolencias  de otros que les están psíquicamente ligados  por  sentimientos afines o simplemente  por  compenetración psicológica o afectiva.

   En esta interrelación de campos magnéticos, además de los sentimientos y los desequilibrios energéticos que afectan a un organismo, pasando sus sensaciones  al otro, también a veces se dan casos de personas con un alto nivel de energía vital que a través de este proceso, al entrar en contacto con otros que por cualquier causa tal como una enfermedad física o psíquica, experimentan de modo brusco un “bajón  vital” y se encuentran de repente con pocas energías, decaídos y hasta deprimidos.   Esto es debido a que estas energías como cualquier fluido por un principio similar al de los vasos comunicantes, se transmiten normalmente desde donde hay más hacia el que tiene menos, y tanto los enfermos  físicos  como los desequilibrados psíquicos,  suelen tener niveles de energía vital y psíquica, bajos o contaminados por vibraciones de energías negativas, por lo que, generalmente aun de modo inconsciente, estas personas actúan como vampiros de esta energía  vital que les falta.

    En las auras espirituales y periespirituales se conserva  la  memoria subconsciente con sus recuerdos grabados, así como los sentimientos e impresiones de vidas anteriores, por lo que de modo inconsciente se atraen o se repelen  entre ellas, según que los recuerdos  del subconsciente sean  de una relación mutua grata o ingrata; si fueron de amor o de odio.  Cuando  se estudia y comprende la Reencarnación, se comprende mejor  cómo  el  Ser reencarnante mediante su  periespíritu, puede  transmitir  los valores, fobias, simpatías, y defectos a  la nueva persona que lo reencarna.

- Jose Luis Martín-

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     ¿Es el Espiritismo una religión?

                                 

No, Allan Kardec en el libro ¿Qué es el Espiritismo? dejó la siguiente definición:

El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y de sus relaciones con el mundo corporal. 

 Es al mismo tiempo ciencia experimental y doctrina filosófica. Como ciencia práctica, tiene su esencia en las relaciones que se pueden establecer con los espíritus. Como filosofía comprende todas las consecuencias morales resultado de esas relaciones.

Es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista, y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido título de ningún tipo.

El Espiritismo no posee dogmas, ni cultos, ni ritos, ni ceremonias, ni jerarquías; no pide, ni admite ninguna fe ciega, quiere que todo sea comprendido. Está basado, pues, en principios independientes de toda cuestión dogmática.

No es por tanto una religión porque no hay una palabra para expresar dos ideas diferentes, y que, en la opinión general, la palabra religión es inseparable de culto, despierta exclusivamente una idea que el Espiritismo no tiene. No teniendo el Espiritismo ninguno de los caracteres de una religión en la acepción usual del vocablo, no podía, ni debía adornarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado.

Es por esto por lo que simplemente se dice doctrina filosófica y moral. No obstante sus consecuencias morales están implícitamente en el Cristianismo, porque es la moral que recomiendan los espíritus, y la más alta expresión de caridad y amor al prójimo que encontramos.

Todo lo dicho hasta ahora son palabras literales del codificador, para quien el Espiritismo se reviste de tres aspectos distintos pero complementarios: Ciencia Experimental, Doctrina Filosófica y las consecuencias morales surgidas de los dos anteriores. En ningún momento expresó que en ese triple aspecto se encontrase la religión como algunos han querido hacer ver, sino todo lo contrario. Cualquier espírita o espíritu que afirme que el Espiritismo es una religión estaría en realidad negando lo que Allan Kardec ya ha definido claramente.

Desde los primeros párrafos de la revelación espírita, en la Introducción de El Libro de los Espíritus observamos la gran preocupación del codificador y pedagogo francés para dar a cada palabra su significado preciso, y cualquier intento posterior de algunos espíritas al tratar de justificar que el Espiritismo sea una religión es argumentalmente tan forzado como diametralmente contrario a la visión y definiciones de Allan Kardec sobre el verdadero carácter del Espiritismo.

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 PROCURA NO HUMILLAR A NADIE

                           


Humillar a otros no te hace fuerte, te hace miserable

Como es de esperar, en la vida nos topamos con todo, experimentamos de todo y aprendemos constantemente, así como enfrentamos sucesos, también nos encontramos con personas que pueden hacernos ser mejores personas o con seres que en su propia inseguridad y sufrimiento, lastiman a los demás, muchas veces en su propia ignorancia ante la esencia de la vida, pues nadie sale ileso de sus acciones.
Thorns


  Según el diccionario Wikipedia, s
e considera humillación cualquier tipo de acto que denigre públicamente o personalmente a un ser humano, al igual que su cultura, su dignidad, su sexo, su origen étnico, su religión, su pensamiento, su nivel económico, sus conocimientos, etcétera. Algunas formas de tortura van acompañadas de humillaciones públicas que buscan perjudicar a la persona víctima de la humillación.

La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.

 Lamentablemente en la vida aún quedan este tipo de personas, las que equivocadamente confunden la autoridad con el poder y el abuso, incluso llegan a pensar que están en lo correcto, traspasan la sutil línea de la humildad y se desbordan en la búsqueda de un respeto externo que no es más que la carencia de respeto a sí mismo.
  Cuando se humilla a alguien más, se está atentando contra si mismo, porque en realidad nada nos separa del resto del mundo, somos esencialmente iguales, únicamente las capacidades varían, en torno a potencialidades, que en cada quien brillan de distinta manera, pero pretender oscurecer las virtudes ajenas enalteciendo sus defectos, no es más que la necesidad propia de aceptación.
   El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella. Jesús de Nazareth
   Colocar a los demás en situación de desventaja, aprovecharnos de alguna fortaleza, disminuir su estima y cualquier acción que haga desmerecer a un tercero, no es más que ser miserable, no te hace más fuerte el exponer las debilidades de los demás, ni aprovecharte de tu situación de ventaja, cuando se toman estas acciones, parece olvidarse que la vida todo lo devuelve, todo es causa y efecto y lo que hagamos hoy es lo que recogeremos mañana.

 Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.                                               -- Demócrito de Abdera-

   Nuestras acciones siempre hablan por nosotros, debemos ser justicieros en la vida y procurar no hacer a los demás lo que no deseamos para nosotros o para los seres que amamos, recordar siempre que el respeto no proviene del temor, que todos somos seres humanos que sentimos y padecemos como cualquier otro, y que la vida siempre nos dará toda clase de oportunidades, para demostrar, para crecer y progresar y para ponernos siempre en el lugar del otro. La vida es un aprendizaje y cada quien elige su personaje.

-Sara-

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 EL PRIMER ACTO DE 

CADA DÍA


El primer deber de todo ser humano, el primer acto que debe señalar su retorno a la actividad cotidiana, es la oración.^ Casi todos vosotros oráis, pero, ¡cuán pocos saben hacerlo! ¡Qué importan al Señor las frases que hilvanáis unas con otras de una manera maquinal, por haberos habituado a ello, ya que es una obligación que cumplís y que, como todo deber, os resulta pesado!
La plegaria del cristiano, del espírita, cualquiera que sea el culto a que pertenezca, debe ser hecha en el momento mismo en que el espíritu vuelve a uncirse el yugo de la carne.
Tiene entonces que elevarse hasta los pies de la Divina Majestad, humilde y profundamente, en un impulso de reconocimiento por todos los beneficios recibidos hasta esa fecha: por la noche que acaba de pasar y durante la cual se os permitió aun sin vosotros saberlo regresar cerca de vuestros amigos y guías para adquirir, al contacto con ellos, más fuerza y perseverancia. Vuestra oración debe elevarse con humildad hasta los pies del Señor, para encomendarle vuestra debilidad y pedirle su apoyo, indulgencia y misericordia.
Tiene que ser profunda, porque es vuestra alma la que debe elevarse hacia el Creador, transfigurándose como Jesús en el monte Tabor y llegando hasta Él blanca y radiante de esperanza y amor.
Vuestra plegaria debe contener la petición de gracia de que tengáis necesidad, pero ésta deberá ser una necesidad real. Inútil será que roguéis al Señor para que acorte vuestras pruebas u os conceda alegrías o riquezas. Antes por el contrario, suplicadle que os dispense los bienes más preciosos de la paciencia, la resignación y la fe. No digáis, como muchos de vosotros afirman: "No vale la pena orar, puesto que Dios no me otorga lo que le pido." ¿Qué le solicitáis en casi todos los casos? ¿Pensáis a menudo en impetrarle vuestro mejoramiento moral? ¡Oh, no, esto muy pocas veces! Os acordáis más bien de pedirle buen éxito en vuestras empresas terrenales, y luego exclamáis: "Dios no se ocupa de nosotros. ¡Si lo hiciera, no habría en el mundo tantas injusticias!".
¡Insensatos e ingratos! Si descendierais hasta los hondones de vuestra conciencia, casi siempre encontraríais en vosotros mismos el punto de partida de los males de que os doléis. Pedid, pues, ante todo, vuestro mejoramiento, y veréis entonces qué torrente de gracias y consuelos se derramará sobre vosotros.
Debéis rogar incesantemente, sin por eso retiraros a vuestro oratorio o postraros de hinojos en las plazas públicas. La oración diaria consiste en el cumplimiento de vuestros deberes de todos ellos, sin excepción, sea cual fuere su naturaleza. ¿Acaso no es un acto de amor hacia el Señor el que asistáis a vuestros hermanos en cualquier necesidad que tengan, bien sea moral o física?...
¿No realizáis una acción de gracias cuando eleváis a Él vuestros pensamientos porque una felicidad os ha alcanzado, u os salváis de un accidente, e incluso porque una mera contrariedad apenas si os roza; cuando decís en vuestro fuero interno: " Bendito seas, Padre mío"?¿No constituye un acto de contricción el humillaros ante el Juez Supremo cuando sentís que habéis incurrido en falta, aunque sólo sea por un pensamiento fugitivo, y le decís:
Perdóname, Dios mío, por haber pecado por orgullo, egoísmo o falta de caridad. Dame la fuerza precisa para no desfallecer y el valor necesario para reparar mi falta"'?........
Esto es independiente de las oraciones regulares de la mañana y de la noche y las de los días consagrados. Como veis, la plegaria puede serlo en todo instante, sin que en manera alguna interrumpa el curso de vuestros trabajos.
Antes bien, dicha así, santifica a estos últimos. Y persuadíos de que uno de esos pensamientos, que parta del corazón, es más escuchado por vuestro Padre celestial que las largas oraciones que se recitan por costumbre, muchas veces sin una causa específica, y a las cuales os llama de forma maquinal la hora establecida..
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
ALLAN KARDEC

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sábado, 30 de enero de 2021

Invisibles, pero no ausentes.

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- La disciplina como canalizador de cambio

2.-Iniciativa: la diferencia entre cambiar o estancar...

3.- Algunas anécdotas sobre investigación de fenómenos psíquicos

4.- Invisibles, pero no ausentes




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LA DISCIPLINA COMO CANALIZADOR DE CAMBIO 

                   

                                                                 


En esos momentos de la vida en los que necesitamos realizar algunos cambios, y una vez marcados los objetivos a conseguir, necesitamos evitar esas continuas y habituales distracciones que suelen surgir, teniendo en cuenta que argumentamos numerosas justificaciones que no son más que manifestaciones de la comodidad, que tiende a evitar todo aquello que supone esfuerzo. Pero sin esfuerzo no hay avance, nunca hay mejora. 

Tenemos problemas internos que podemos y debemos resolver, no solo de carácter sino también de adaptación, que se manifiestan en forma de tensiones, miedos, o incluso en estados de ansiedad y depresiones, con todo lo que ello supone de perjuicio para nosotros. Hacer frente a esos retos y dificultades con comprensión, deseo de aprendizaje, ilusión y voluntad de superación, pondrán en acción esas fuerzas internas que tenemos y que necesitamos para conseguirlo. No obstante, el deseo de cambio por sí solo no es suficiente, porque en cualquier mejora de nuestra personalidad que emprendamos es necesario tener como punto de partida el deseo firme de hacerlo, el conocimiento ilustrativo de su realización y un método organizado y bien orientado. 

La primera pregunta que deberíamos formularnos siempre es: ¿Para qué hago esto? Si no tenemos claro cuál es el motivo por el que deseamos cambiar, es difícil hacerlo. 

Necesitamos conectar las circunstancias y valores que nos motiven hacia cualquier cambio que deseemos introducir en nuestra personalidad o en nuestra vida. Saber dónde estamos y hacia dónde queremos ir es una necesidad inaplazable. Una vez alcanzada la concienciación de lo que se quiere lograr es preciso tener la continuidad que solamente podemos conseguir con  el firme desempeño de la disciplina, en la que suele estar gran parte de nuestro éxito, por lo que conviene aprender a aplicarla, sobre todo en esos momentos de desánimo que es normal surjan en el transcurso del tiempo. 

Iniciar cualquier labor sin la continuidad necesaria hasta alcanzar la meta deseada suele terminar siendo desmotivador. Incluso podemos hablar de la autodisciplina, que consiste en seguir las normas o trabajos que nosotros mismos hemos establecido en un momento determinado por la necesidad de realizar una determinada labor, cambio de actitud, modificación del carácter, etcétera. 

Es válida para cualquier logro que deseemos conseguir porque podemos ejercerla en cualquier área de nuestra vida (el trabajo, las finanzas, los estudios…). Esta autodisciplina que debemos mantener significa que, cuando hay que hacer algo, sencillamente hay que hacerlo, sin más, sin tener en cuenta en absoluto las emociones que nos puedan estar embargando en ese instante. Implica no dejar lo que tenemos que hacer porque estemos tristes, cansados o desmotivados, porque no podemos dejarnos arrastrar por esos estados. Y aunque no exista la misma apetencia de otras veces hay que seguir igualmente; luego vendrá la recompensa del resultado y la satisfacción de haberlo hecho a pesar de las dificultades y contratiempos. En caso contrario, será el arrepentimiento y la pesadumbre de no haberlo conseguido lo que abrazará nuestro estado de ánimo. 

La disciplina es muy útil para mantener una regularidad y conseguir que los días en los que se hace lo deseado sean más que aquellos que se quedan en blanco. Con el tiempo, a medida que desarrollemos ese  hábito, veremos cómo todo resulta más sencillo, porque las dificultades siempre las encontramos en los primeros momentos, precisamente por el esfuerzo que conlleva romper aquello a lo que estamos más acostumbrados. 

Es imposible pasar de ser una persona indisciplinada toda la vida a conseguir serlo en unas pocas semanas, pero a medida que vayamos rompiendo esas resistencias que venimos arrastrando de nuestro pasado todo será más sencillo.

 Como la disciplina también es una manifestación de energía interna de la persona, al mismo tiempo que se aplica son convenientes los descansos necesarios para recargar esa fortaleza interior. Emprender cambios para mejorar nuestra vida no puede ser visto como una obligación porque no lo es, pero si no tenemos ciertos periodos de reflexión para motivarnos y salir más fortalecidos, suelen presentase los abandonos, pues se termina sintiendo como una carga excesiva que nos desanima. Pero una vez realizadas esas pausas siempre hay que continuar, y comprobaremos por nosotros mismos que, a medida que vamos avanzando, cada vez tenemos más energía y menos necesidad de descansar para recuperarla. Cualquier mejora de nuestra vida que emprendamos ha de tener la convicción de ese aliciente motivador de nuestro deseo. 

Cuando surgen esas ocasiones en las que mentalmente intentamos “negociar” con nosotros mismos los argumentarios necesarios para no hacer lo propuesto, por tal o cual circunstancia, conviene rechazarlo de plano y seguir manteniendo la decisión de hacerlo. Entre otras cualidades positivas, al conseguirlo por encima de esas excusas se incentiva de forma importante la autoestima. 

Que se fortifique nos va a venir muy bien, y para ello también hemos de reconocer y ser conscientes de nuestros esfuerzos, valorando objetivamente nuestros progresos para disfrutar de los avances que vamos consiguiendo. Recordemos que una vivencia positiva de lo que hacemos siempre incrementa nuestra energía interior y fortalece nuestro ánimo y nuestra ilusión. 

Buscar satisfacciones en lo que vamos consiguiendo atrae cualidades positivas a nuestro modo de hacer las cosas. El hecho de que con anterioridad hayamos trazado objetivos que no hayamos logrado no quiere decir que nunca lo consigamos, ni mucho menos. No obstante, sí que debemos dejar en el olvido esas veces en las que no hemos logrado imponer nuestra autodisciplina, con el fin de que no nos resten fuerzas en ningún momento. Si dejamos que ese  sentimiento de fracaso anterior sea más fuerte que nuestros deseos actuales, va a resultar imposible mantenernos disciplinados porque las sensaciones siempre son mucho más fuertes que las intenciones. Hacer un olvido selectivo en este caso tiene connotaciones muy positivas.

 Aunque no lo parezca, con el tiempo la persona disciplinada es mucho más libre de lo que puede llegar a serlo la indisciplinada. ¿Cómo es esto posible, si ser disciplinado implica trabajo, esfuerzo y obligaciones? Porque es capaz de cambiar en su vida aquello que le dificulta y desfavorece, convirtiendo ese esfuerzo inicial en un hábito que le motiva, porque después lo realizará por simple inercia, sin dedicarle tanta atención ni tanta energía. 

Al final consigue el desarrollo de lo que buscaba de forma automatizada, con lo que puede dedicar ese tiempo y esfuerzo a otros aspectos de su vida, pues ha alcanzado los logros que necesitaba para ahora vivir mejor. 

Cualquier objetivo conseguido en la mejora de nuestra personalidad es una liberación muy importante que rompe las ataduras de nuestra esclavitud hacia lo que nos perjudica. 

Si soy una persona cuyo carácter tiene la mala costumbre de criticar malintencionadamente a otros, al final todos terminarán cansándose de esta forma de ser porque pensarán, con bastante razón, que cuando no estén haré lo mismo con ellos. Comprendido que este no es un rasgo de mi personalidad que me favorece y me dará muchos problemas, me planteo firmemente y tomo la decisión de modificarlo, eliminando de mis palabras y pensamientos esa crítica nefasta. 

Ahora necesito empezar a ser disciplinado, trazándome unos objetivos básicos para conseguirlo. Como se piensa antes de hablar, el primer objetivo será parar esa crítica en el pensamiento, antes de darle voz, aprendiendo a silenciarla. Y aunque en cualquier momento tenga esos pensamientos negativos y el deseo de manifestarlos, debo imponerme la disciplina de pensar dos veces lo que voy a decir antes de hacerlo, callando si los pensamientos van en la dirección equivocada. Si aprendo a controlarme, poco a poco, con el tiempo, conseguiré cambiar mi forma de ser, conduciendo mi vida desde la insatisfacción hacia la satisfacción. Si es eso lo que estoy buscando y la realidad me demuestra continuamente que depende de mí mismo vivir en la pena o en la dicha, ¿a qué estoy esperando, si nadie va a realizar esa transformación por mí? 

 Por último, vamos a abordar una parte de este tema que no va hacia nosotros directamente sino hacia una de las grandes responsabilidades que tenemos los padres: La educación de los hijos. Cuanto más temprana sea la edad de la persona para aprender aspectos importantes de su vida, haciendo frente a sus propias dificultades, mejor le va a ir el día de mañana. 

La educación de los hijos es una de las cuestiones más difíciles que tenemos los padres, y es por eso que debemos dedicarle la máxima atención que podamos para un mayor beneficio de todos. Somos los responsables de su educación desde el afecto y la confianza. No olvidemos que los niños quieren que se les respete y, de la misma forma, debemos pedirles respeto a ellos para enseñarles que no pueden hacer todo lo que quieran y que aprendan a convivir. Uno de los grandes logros a conseguir es ayudarles a ser personas disciplinadas, tanto en casa como en el colegio o lugares que frecuenten, pues esto depende en gran parte de nosotros. Tienen poca edad pero son muy inteligentes y se fijan más en lo que hacemos que en lo que les decimos, luego la mejor forma de enseñarles a ser disciplinados es viendo nuestra propia disciplina. 

Aunque no lo parezca y no lo creamos, son suficientemente astutos como para que les engañemos pidiéndoles que hagan algo que nosotros no hacemos. En cierto modo, los padres somos héroes para ellos; aprovechemos esta ventaja tan grande que nos dan. Desde que nacen necesitan de nuestra orientación para aprender. Darles la base de una disciplina proactiva en la que vayan participando ellos mismos con ilusión y un enfoque positivo previene muchos problemas de conducta. Además, estos refuerzos fomentan el buen comportamiento, incentivándoles hacia las buenas relaciones entre unos y otros. 

Antonio Gómez Sánchez -    Amor, Paz y Caridad

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Iniciativa: la diferencia entre cambiar o estancar… 

Vivimos en una sociedad consumista, impregnada de exaltación de los placeres por todos los lados que miremos. Con la cultura heredada de la infancia, nuestra propensión a lo fácil y a la satisfacción inmediata, prevalece sobre la disciplina y la responsabilidad. En este contexto, la paciencia y la perseverancia se quedan en segundo plano. 

Tenemos aversión a la disciplina, a todo lo que nos restringe e incomoda, a cualquier límite de la realidad. 

La palabra disciplina tiene el mismo origen de la palabra discípulo y significa la capacidad de aprender con los errores y, por lo tanto, de cambiar. Como nos fue enseñada como algo que ocurre de fuera para dentro, de manera autoritaria y ajena a nuestra voluntad es así como todas  nuestras obligaciones se tornaron pesadas y casi un sacrificio. 

Aprender con nuestros errores debería ser placentero, divertido, excitante. Es a lo que Jesús se refería cuando dijo: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga ". Quien ve la vida con amor, todo lo ve como oportunidad de aprendizaje y crecimiento. 

El peso de nuestra carga es proporcional al esfuerzo que hacemos para no dejarla, por miedo a lo nuevo, de perder nuestro estado actual. Nuestra mayor resistencia a los cambios es que no queremos ser incomodados, sacados de nuestra “zona de confort”. Y la iniciativa es la que permite romper círculos viciosos que vamos construyendo en el transcurrir de la vida y que tanto nos pesan, sin darnos cuenta. Las consecuencias de un retraso, de empujar adelante nuestras transformaciones, son la frustración y la insatisfacción. Para nuestro crecimiento, tenemos un desafío para lo que no fuimos preparados: integrar el momento actual con las consecuencias futuras. En el fatalismo aprendemos que el destino ya esta escrito y las cosas son porque son. 

El espiritismo viene a romper al final del siglo XIX esta idea perniciosa plantada por la iglesia y enseñar que todo tiene una causa, que no existe la casualidad. A cada uno según sus obras… La búsqueda del placer inmediato y constante, sin previsión de mañana, nos remite en el futuro a una frustración todavía mayor. 

El hombre es un animal que anticipa el dolor y se tortura con eso. Los espíritus desencarnados nos ofrecen innumerables narrativas de sus experiencias y comentan los sufrimientos mentales que han tenido, por preocuparse con cosas que nunca pasarán. El papel del pensamiento, cuando es sano, es ofrecer el nexo de nuestra situación, uniendo el pasado, el presente y el futuro. En verdad vivimos en el presente y solo en el presente. Jesús predica en base a su sentido existencialista, nos dijo que a cada día le basta lo suyo. Como nuestra existencia es un proceso continuo, no podemos perder la memoria de lo que aprendemos ni desdeñar lo que puede sucedernos. Vivir el presente no significa hacer solo lo que nos da la gana, independientemente de las consecuencias. Ser responsable significa responder tanto a nuestras necesidades y deseos, en cuanto a las obligaciones.

 La verdadera libertad es el encaje fiel entre lo que deseo, lo que puedo y lo que debo. La consolidación y ampliación de nuestra conciencia esta directamente relacionada con ese concepto. Esta permanencia ilusoria en los mismos hábitos, en la misma forma de vivir, en la misma inmovilidad tiene un nombre: acomodación. La acomodación es lo contrario de la iniciativa, objeto de este ensayo. Todos nosotros sabemos que cambios debemos hacer en nuestras vidas. La dificultad está en abrir la mano de la llamada zona de confort, aquel espacio psicológico, irreal, aparentemente sólido, e involucrarse en lo desconocido de lo nuevo, de la reforma. Lo contrario de la vida no es la muerte, pero por la doctrina espirita, sabemos que ella no existe. Lo contrario de la vida es el estancamiento, la repetición. 

El espíritu nunca retrocede en la evolución, pero puede estancarse y esto si, equivale a la muerte, pues el tiempo desperdiciado, no se puede volver atrás, y es entonces cuando el dolor nos impulsa otra vez adelante. Nosotros nos estancamos por miedo. Miedo de errar o miedo al arrepentimiento. Y ahí perdemos la capacidad de soñar, o sea, la esperanza. Lo que nos mueve en la vida es saber que nuestro destino personal, es el desarrollo continuo y esto depende solamente de nosotros. 

El acomodado contumaz acaba invariablemente constreñido por la depresión. La depresión es fruto del apego excesivo al confort inmediato, por esto hay tantos hermanos con los cofres llenos y con el alma vacía, que buscan rellenarla con la búsqueda incesante de nuevas sensaciones en la carne.

 La historia de la humanidad enseña entre los instrumentos que utiliza para lograr esas sensaciones, las drogas y toda suerte de libertinaje. Muchos imaginan la depresión como algo que aparece de repente y sin control por nuestra parte. La depresión es el resultado de un proceso de la vida, sobretodo, de los cambios que no hicimos en el debido momento. Pequeñas paralizaciones del crecimiento personal nos llevan a la inercia, a la acomodación y a la tristeza. El verdadero placer es fruto de la auto-superación continua. 

Vivir es crecer continuamente. En todos los sentidos, la curiosidad, la creatividad y la iniciativa son factores fundamentales para la felicidad. De ahí la importancia de los limites en la educación de los hijos. Es nuestro deber enseñar que libre, no es aquel que hace lo que le gusta, sino que es aquel que le gusta lo que hace. Y si fuimos muy "protegidos" en la infancia, todavía hay tiempo para generar una reflexión positiva. Vamos a facilitarnos la meta de ser cada día un poco mejores que ayer. 

Todos los grandes hombres y mujeres que hicieron algo por la humanidad, empezaron por darse cuenta un día de la importancia de actuar, en vez de permanecer en estado letárgico repitiendo padrones de comportamiento, rompiendo con la inercia, y se pusieron manos a la obra. 

Oigamos el llamamiento del Espíritu de Verdad y hagamos nuestra parte en la consolidación de ese nuevo tiempo para nosotros mismos y para la humanidad. 

- Antonio Cassio López-

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Algunas anécdotas sobre investigación del
fenómeno psíquico Existen tantas y tantas anécdotas y casos admirables que demuestran la realidad del Espíritu y de su reencarnación, que no podemos por menos que narrar como muestra alguna de las más célebres:
Myers, fue uno de los pioneros en la investigación psíquica ; este afirmó que
“una aparición puede ser una manifestación de una persistente energía personal”, y citaba varios casos para ilustrar su afirmación:
En uno de ellos, un viajante, el señor F.G., llegó una tarde a su hotel de Boston(USA), y se puso a trabajar en su habitación. De pronto percibió la presencia de alguien y al levantar la vista vio a su hermana, muerta hacía nueve años. De un salto se puso de pie lleno de alegría, y al llamarla por su nombre desapareció. Según contó, “apareció con el mismo aspecto que cuando estaba viva”, añadiendo que tenía una pequeña marca roja en la mejilla derecha.
Trastornado por la experiencia, este señor hizo una visita a sus padres y les contó lo ocurrido. Al contar lo de la marca su madre se emocionó profundamente, pues ella misma había dejado accidentalmente esta señal en la cara de su hija ya muerta cuando estaban preparando el cadáver para el entierro. Poco después la madre murió. Myers sugirió que la aparición era el espíritu de la difunta muchacha que así indujo a su hermano a ir a casa para ver por última vez a su madre antes de la muerte de esta.
Cesar Lombroso fue un famoso investigador y criminólogo, que también tiene una historia muy interesante:
Estudió a una sensitiva llamada Eusapia Paladino, de veintidós años, ignorante y analfabeta. Un día cayó en estado de trance mediúmnico delante de Cesar; este vio como brotaba una sustancia extraña de aspecto blanquecino, pastoso y blando por su boca y nariz, formando primero como un bulto que después se fue transformando en la figura de su madre, con su misma apariencia, y sonrisa que cuando vivía. Esta dirigiéndose a Cesar le dijo :”!Cesar, hijo mío¡”. Ante su asombro le pidió al ser que así se había formado delante de él, una prueba de que era real, y el Ser materializado le entregó un pañuelo como prueba mientras se desvanecía como el humo delante de él.
F, Cook y Katie King No menos interesante es la historia de Sir William Crookes. Este fue un científico e investigador destacado en los campos de la Física y la Química. Llegó a ser considerado como el “Padre de la Física Nuclear”, y como ya se dijo anteriormente, fue célebre por su descubrimiento del Talio y los Rayos Catódicos o la radiación de la materia. Crookes estudió los fenómenos paranormales y después de muchas investigaciones quedó totalmente convencido de las tesis espíritas que estudió principalmente en una niña de once años, medium llamada Florence Cook, a través de la que se estuvo materializando el espíritu de una chica llamada Katie King. Dicha aparición materializada, fue vista, tocada y fotografiada por los científicos más notables de la época, como Charles Richet, Alexandre Aksakov, Ernesto Bozzano, Cesar Lombroso, etc. El espíritu de Katie King se estuvo materializando durante tres años ante Crookes, y sus características físicas aunque parecidas a las de las de la médium Florence Cook, eran diferentes;Katie era más alta y además Crookes analizó el cabello de ambas y los de la medium eran más rubios que los de Katie, casi negros y de una estructura especial; también observó que la tela de su vestido no pertenecía a ninguna industria textil conocida, llegando en una ocasión a sacar dos hilos para su análisis, que pronto vio como se desvanecían ante su vista. A final de Mayo de mil ochocientos setenta y cinco, Katie se despidió de Crookes y de su médium Florence Cook ; sus palabras fueron: “ Nos volveremos a ver en la vida espiritual” y a continuación comenzó gradualmente a desaparecer, como si se deshiciera desde el suelo, de los pies a la cabeza. William Crookes afirmó públicamente a los que le preguntaban si aquel suceso era posible, que no solo lo era, sino que además era real, aduciendo que después de estudiarlo durante cuatro años, él estaba seguro de que no existía ningún subconsciente que pudiese construir un Ser capaz de imprimir huellas digitales, dejarse fotografiar, que conviva con sus hijos dentro de su casa, y sea capaz de sacar del interior de un cofre de plomo cerrado y sellado, documentos que estaban guardados dentro, sin dañarlos y sin contacto humano.
El famoso actor norteamericano Glen Ford, cuando fue sometido a regresión
hipnótica, recordó dos vidas anteriores: Una como un vaquero llamado Charlier Bill, que trabajaba para un ganadero llamado Charlier Good Wight, en el Estado de Colorado. En la otra vida recordada, apareció como Charles Stwart, un profesor de piano en Escocia. Curiosamente, cuando el actor se encontraba bajo hipnosis reviviendo esta personalidad, era capaz de tocar el piano con cierta habilidad a pesar de que en estado normal, no sabía tocar ni una sola nota.
Ante historias como estas , puede ser normal cierto escepticismo porque tenemos una resistencia natural para admitir lo no habitual, pero existen suficientes documentos escritos y fotográficos que acreditan que es historia y no se trata de un cuento o de una fantasía.

- Jose Luis Martín-

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      Invisibles, pero no ausentes

Victor Hugo

 Cuando Víctor Hugo murió, en el siglo XIX, llevó nada menos que dos millones de acompañantes en su cortejo fúnebre, en pleno París.
Luchador de las causas sociales, defensor de los oprimidos, divulgador de la enseñanza y de la educación, el genial literato dejó sin editar textos que, por su voluntad, solamente fueron publicados después de su muerte.
Uno de ellos habla exactamente del hombre y de la Inmortalidad y se tradujo más o menos en las siguientes palabras:
La muerte no es el final de todo. Ella no es sino el final de una cosa y el comienzo de otra. En la muerte el hombre acaba, y el alma comienza.
Que lo digan esos que atraviesan la hora fúnebre, la última alegría, la primera del luto. Que digan si no es verdad que también allí hay alguien, y que no acabó todo.
Yo soy un alma. Bien siento que lo que daré a la tumba no es mi yo, mi ser. O que constituye  mi yo, irá más allá.
El hombre es un prisionero. El prisionero escala penosamente los muros de su mazmorra, coloca el pie en todos los salientes y sube hasta el respiradero.
Ahí, mira, distingue a lo lejos la campiña, aspira el aire libre, ve la luz.
Así es el hombre. El prisionero no duda que encontrará la claridad del día, la libertad. ¿Cómo puede dudar el hombre si va ha encontrar la eternidad a su salida?
¿Por que no poseerá él un cuerpo sutil, etéreo, del que nuestro cuerpo humano no puede ser sino un esbozo grosero?
El alma tiene sed de lo absoluto y lo absoluto no es de este mundo. Es muy pesado para esta Tierra.
El mundo luminoso es el mundo invisible. El mundo luminoso es el que no vemos. Nuestros ojos carnales sólo ven la noche.
La muerte es un cambio de vestimenta. El alma, que estaba vestida de sombra, va a ser vestida de luz.
En la muerte el hombre sigue siendo inmortal. La vida es el poder que tiene el cuerpo de mantener el alma sobre la Tierra, por el peso que tiene en ella.
La muerte es una continuación. Más allá de las sombras, se extiende el brillo de la eternidad.
Las almas pasan de una esfera a otra, se vuelven cada vez más luz, se aproximan cada vez más y más a Dios.
El punto de reunión es en el infinito.
Aquel que duerme y despierta, despierta y ve que es hombre.
Aquel que está vivo y muere, despierta y ve que es Espíritu.
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Muchos consideran que la muerte de una persona amada es una verdadera desgracia, cuando, en realidad, morir no es morir, ni consumirse, sino liberarse.
Así, delante de los que partieron en dirección a la muerte, asume el compromiso de prepararte para el reencuentro con ellos en la vida espiritual.
Prosigue tu jornada en la Tierra sin aplazar las realizaciones superiores que te corresponden, pues ellas serán valiosas, cuando tú realices el grande viaje, rumbo a la madrugada clarificadora de la eternidad.

Redacción del Momento Espírita, a partir del cap. Palabras del autor y del cap. Francia llora a su mayor poeta, del libro Víctor Hugo y sus fantasmas, de Eduardo Carvalho Monteiro, ed. Eme.

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