domingo, 30 de abril de 2017

Sanar el corazón…


Contenido de este blog en el día de hoy:

- Predominancia del mal sobre el bien
- Sanar el corazón....
-  La Ciencia confirma el Más Allá
 -¿Qué es el Magnetismo Animal ? 
-





PREDOMINANCIA DEL MAL SOBRE EL BIEN EN NUESTRA SOCIEDAD. 


"Todos los hombres, a partir de la infancia,

hacen mucho más de malo, que de bueno".

Sócrates
   Esta sentencia de Sócrates, más tarde ratificada por el apóstol Páblo en carta dirigida a los romanos (Rm, 7:9) al afirmar: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, lo cual se refiere a la grave cuestión de la predominancia (todavía), del mal en nuestro Orbe.
  En absoluta sintonia con  esos dos Espíritus iluminados, está también Joanna de Ángelis, al enunciar durante una conferencia de Divaldo Pereira Franco: En cuanto que el bien y la virtud andan en la semioscuridad, el mal y el vicio ganan título de ciudadanía en las plazas públicas bajo los anuncios de promoción.
Afirma  Allan Kardec, en la introducción del Libro El Evangelio según el Espiritismo, que la predominancia del mal en la Tierra sería una cuestión insoluble sin el conocimiento de la pluralidad de los mundos habitados y el destino del planeta Tierra, que supone apenas una parte mínima de la Humanidad.
Solamente el Espiritismo tiene condición de lanzar luces en los panoramas presentados por tal asunto, conforme comprobamos en las explicaciones contenidas en el libro citado, capítulos III a V. Allí pasamos a comprender por qué los medios de comunicación enfatizan tan pródigamente los escándalos, los crímenes y toda suerte de cosas más, tristes y de quejas: porque ese tipo de asuntos se vuelven apetecibles con su alta resonancia, para los Espíritus vinculados al planeta, elevando el nivel de audiencia que las emisoras persiguen.
  La Humanidad encarnada y desencarnada de la Tierra, aún se complace en el mal. Es el estado evolutivo actual, que lleva a los Espíritus del Señor a la siguiente asertación: Los  malos son intrigantes y audaces, los buenos son tímidos. Cuando estos lo quieran, predominarán.
    Cuando el hombre moral sustituya al hombre carnal, la vida en la Tierra alcanzará niveles morales elevadísimos, nunca antes logrados. La preponderancia hasta hoy del hombre-materia es la que ha señalado la llegada de dolores acerbados y lastimosos desastres de orden moral y material en el mundo.
  Todavía explica el maestro lionés: El hombre carnal, más preso de la vida corporal que de la vida espiritual, tiene en la Tierra penas y gozos materiales. Su felicidad consiste en la satisfacción fugaz de todos sus deseos. Su alma, constantemente preocupada y angustiada por las vicisitudes de la vida, se conserva en una ansiedad y en una tortura perpetuas.
    El hombre moral,que se puso sobre las necesidades ficticias creadas por las pasiones, ya desde este mundo experimenta gozos que el hombre material desconoce. La moderación de sus deseos le da al Espíritu calma y serenidad. Dichoso por el bien que hace, no hay para él decepciones y las contrariedades le resbalan sobre el alma, sin que dejen ninguna impresión dolorosa.
    Cuando abandone los patrones groseros de la materia, el hombre experimentará, entonces, la felicidad reservada a los buenos Espíritus, esto es, aquellos que conocen todas las cosas y ya no sienten ni odio, ni envidia, ni celos, ni ambición, ni ninguna de las pasiones que ocasionan la desgracia de los hombres. El amor que los une les es una fuente suprema de felicidad. No experimentan las necesidades, ni los sufrimientos, ni las angustias de la vida material. Son felices por el bien que hacen.
   Con todo, la felicidad de los Espíritus es proporcional a la elevación de cada uno. Solamente los Espíritus puros gozan, exactamente, de la felicidad suprema, pero no todos los demás son infelices. Entre los malos y los perfectos, hay una infinidad de grados en los que los gozos son relativos al estado moral. Los que ya están bastante adelantados comprenden la ventura de los que les precedieron, y aspiran a alcanzarla. Pero, esta aspiración les supone una causa de estimulación, no de envidia. Saben que depende de ellos conseguirlo y para ello trabajan, pero con tranquilidad de conciencia y se consideran dichosos por no tener que sufrir lo que sufren los malos.
  Cuando pensamos en los cambios que aún necesitan ser hechos para que la frase de Sócrates enunciada, pierda su contenido y su sentido, nos preguntamos: ¿ Cuando sucederá eso?, ¿Cuando vivirá la Humanidad bajo el palio de las enseñanzas de Jesús ?.
    Para que llegue ese tiempo de sublimes buenas nuevas, es necesario comenzar ya, hoy, ahora, el dificil trabajo de lapidación de las aristas del arraigado orgullo y de la ancestral ignorancia de tan triste memoria, generadora de tantos descalabros de orden variado en la Historia de la Humanidad.
   Los Benefactores de la Tierra siempre conduciéndonos a perseverar en el Bien, aun bajo el acicate de las más duras adversidades...
   Es áspero, estrecho y árduo el camino evolutivo y Jesús nos alertó sobre eso cuando habló de las aflicciones (Jo.16:33) a que estaríamos sujetos en nuestro periplo terrestre. Pero por otro lado, Él afirmó que socorrería a las ovejas en apuros y estarían salvadas las que hasta el final perseverasen.
Revista nº 10 de Verdad y Luz

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Sanar el corazón… 

Efectivamente es el corazón el más lastimado. La persona puede disimular en su exterior que está en perfecto estado. Puede sonreír, ir al trabajo, salir con amistades… sin embargo, su corazón está como muerto en vida, late con menos fuerza; más bien late porque tiene que bombear sangre, pero en su interior está ausente el ingrediente que le da vida: EL AMOR. 

Amor a si mismo, amor a la vida, amor a sus semejantes, amor a su pareja. Amor por el hecho de despertar y vivir un nuevo día. 

Cuando el corazón está herido, primeramente hay que ir al fondo, a la raíz. Se debe abrir esa herida y sacar todo aquello que lo está pudriendo: rencor, ira, falta de perdón, resentimiento o enojo con uno mismo. Muchas veces hace mas daño la falta de perdón a uno mismo, ya que se trae a la memoria las veces que fallamos, nos equivocamos o tomamos malas decisiones que lastimaron a otros o a nosotros . Tal vez no podemos cambiar las cosas que ya hicimos, pero si podemos no volver a cometer los mismos errores . 
Hay personas que viven con un niño interior lastimado, vivieron violencia familiar, desapego de ambos padres, abuso sexual, discriminación, comparación con hermanos, baja autoestima , divorcio, o muerte de un ser querido. Y si ese niño no es sanado en el transcurso de su vida, jamás podrá llegar a ser un adulto sano. Recuerda: nadie da lo que no posee desde su interior. 

Hay corazones heridos por una mala relación o un mal matrimonio, una desilusión grande. Y ese corazón lastimado se vuelve frió, se pone la barrera más grande que haya existido, por el simple hecho de no querer ser lastimado nuevamente. Escucho con frecuencia decir las siguientes frases: ”El tiempo cura la heridas”, ”Un clavo saca a otro clavo”, ”Barriga llena, corazón contento”. 

El tiempo cura las heridas: Tal vez el tiempo te ayude a olvidar, pero no a sanar el corazón. El tiempo no cura las heridas, las heridas se curan con amor. 

Un clavo saca a otro clavo: Muchas personas llegan a nuestra vida para marcar un antes y un después, enseñarnos algo, darnos un consejo, o ayudar a superar una prueba. No hay dos personas iguales, no trates de suplir su ausencia o el desamor con otra persona. Date la oportunidad de querer y creer nuevamente en alguien… no por desesperación o soledad, sino porque has superado aquella desagradable relación y sanado tus heridas. Y cuando un clavo saca a otro, la única razón es porque es un mejor clavo y vale la pena. 

Barriga llena, corazón contento: No podemos llenar de amor a un corazón con comida, cosas materiales, alcohol, sexo o diversión. Aunque te llenes de todo eso, tu corazón no estará contento mientras tú no estés bien desde tu interior. 

Cómo puedo sanar al corazón: 

1.- Reconociendo que esta lastimado, no evadir ese dolor: enfrentarlo. 

2.- Quitando de tu vida, todo aquello que te dañe: malas amistades, una mala relación, adicciones, una mala actitud, o una mala manía. 

3.-Habla acerca de lo que sientes. 

4.-Mantente ocupado con cosas que ames hacer. 

5.- VALÓRATE. 

No permitas que nadie dañe tu corazón, pero tampoco te cierres a volver a amar, más bien ama con sabiduría y madurez. Recuerda esto: Ámate a ti mismo y los demás te amaran. Un corazón sano da un amor sano, una relación sana y una vida sana.

( Trabajo aportado por Viviana Clara Gianitelli…)



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      LA CIENCIA CONFIRMA EL MÁS ALLÁ

Elizabeth Kübler-Ross: La connotada científica que confirmó que sí existe el Más Allá

Esta médico y psiquiatra suiza recabó centenares de testimonios de experiencias extracorporales, lo que la llevó a concluir que “la muerte no era un fin, sino un radiante comienzo”.
La doctora suiza Elizabeth Kübler-Ross se convirtió en el siglo XX en una de las mayores expertas mundiales en el tétrico campo de la muerte, al implementar modernos cuidados paliativos con personas moribundas para que éstas afrontaran el fin de su vida con serenidad y hasta con alegría (en su libro “On death and dying”, de 1969, que versa sobre la muerte y el acto de morir, describe las diferentes fases del enfermo según se aproxima su muerte, esto es, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Sin embargo, esta médico, psiquiatra y escritora nacida en Zurich en 1926 también se transformó en una pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte, lo que le permitió concluir algo que espantó a muchos de sus colegas: sí existe vida después de la muerte.
La férrea formación científica de esta doctora, que se graduó en psiquiatría en Estados Unidos, recibiendo posteriormente 23 doctorados honoríficos, se pondría a prueba luego de que a lo largo de su prolongada práctica profesional los enfermos moribundos a los que trataba le relataran una serie de increíbles experiencias paranormales, lo que la motivó a indagar si existía el Más Allá o la vida después de la muerte. Así, se dedicó a estudiar miles de casos, a través del mundo entero, de personas de distinta edad (la más joven tenía dos años, y la mayor, 97 años), raza y religión, que habían sido declaradas clínicamente muertas y que fueron llamadas de nuevo a la vida.
Elizabeth-Kubler-Ross-1“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación, y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.
La doctora Kübler-Ross añade que “otro caso bastante dramático fue el de un hombre que perdió a sus suegros, a su mujer y a sus ocho hijos, que murieron carbonizados luego que la furgoneta en la que viajaban chocara con un camión cargado con carburante. Cuando el hombre se enteró del accidente permaneció semanas en estado de shock, no se volvió a presentar al trabajo, no era capaz de hablar con nadie, intentó buscar refugio en el alcohol y las drogas, y terminó tirado en la cuneta, en el sentido literal de la palabra. Su último recuerdo que tenía de esa vida que llevó durante dos años fue que estaba acostado, borracho y drogado, sobre un camino bastante sucio que bordeaba un bosque. Sólo tenía un pensamiento: no vivir más y reunirse de nuevo con su familia. Entonces, cuando se encontraba tirado en ese camino, fue atropellado por un vehículo que no alcanzó a verlo. En ese preciso momento se encontró él mismo a algunos metros por encima del lugar del accidente, mirando su cuerpo gravemente herido que yacía en la carretera. Entonces apareció su familia ante él, radiante de luminosidad y de amor. Una feliz sonrisa sobre cada rostro. Se comunicaron con él sin hablar, sólo por transmisión del pensamiento, y le hicieron saber la alegría y la felicidad que el reencuentro les proporcionaba. El hombre no fue capaz de darnos a conocer el tiempo que duró esa comunicación, pero nos dijo que quedó tan violentamente turbado frente a la salud, la belleza, el resplandor que ofrecían sus seres queridos, lo mismo que la aceptación de su actual vida y su amor incondicional, que juró no tocarlos ni seguirlos, sino volver a su cuerpo terrestre para comunicar al mundo lo que acababa de vivir, y de ese modo reparar sus vanas tentativas de suicidio. Enseguida se volvió a encontrar en el lugar del accidente y observó a distancia cómo el chofer estiraba su cuerpo en el interior del vehículo. Llegó la ambulancia y vio cómo lo transportaban a la sala de urgencias de un hospital. Cuando despertó y se recuperó, se juró a sí mismo no morirse mientras no hubiese tenido ocasión de compartir la experiencia de una vida después de la muerte con la mayor cantidad de gente posible”.
La doctora Kübler-Ross añadió “que investigamos casos de pacientes que estuvieron clínicamente muertos durante algunos minutos y pudieron explicarnos con precisión cómo los sacaron el cuerpo del coche accidentado con dos o tres sopletes. O de personas que incluso nos detallaron el número de la matricula del coche que los atropelló y continuó su ruta sin detenerse. Una de mis enfermas que sufría esclerosis y que sólo podía desplazarse utilizando una silla de ruedas, lo primero que me dijo al volver de una experiencia en el umbral de la muerte fue: «Doctora Ross, ¡Yo podía bailar de nuevo!», o niñas que a consecuencia de una quimioterapia perdieron el pelo y me dijeron después de una experiencia semejante: «Tenía de nuevo mis rizos». Parecían que se volvían perfectos. Muchos de mis escépticos colegas me decían: «Se trata sólo de una proyección del deseo o de una fantasía provocada por la falta de oxígeno.» Les respondí que algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.
La muerte no existe
La doctora Kübler-Ross aseguró que después de investigar estos casos concluyó que la muerte no existía en realidad, pues ésta sería no más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. ”Ninguno de mis enfermos que vivió una experiencia del umbral de la muerte tuvo a continuación miedo a morir. Ni uno sólo de ellos, ni siquiera los niños. Tuvimos el caso de una niña de doce años que también estuvo clínicamente muerta. Independientemente del esplendor magnífico y de la luminosidad extraordinaria que fueron sido descritos por la mayoría de los sobrevivientes, lo que este caso tiene de particular es que su hermano estaba a su lado y la había abrazado con amor y ternura. Después de haber contado todo esto a su padre, ella le dijo: «Lo único que no comprendo de todo esto es que en realidad yo no tengo un hermano.» Su padre se puso a llorar y le contó que, en efecto, ella había tenido un hermano del que nadie le había hablado hasta ahora, que había muerto tres meses antes de su nacimiento”.
La doctora agregó que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.
La luz al final del túnel
Elizabeth-Kubler-Ross-2
La doctora Kübler-Ross explicó que después que abandonar el cuerpo físico y de reencontrarse con aquellos seres queridos que partieron y que uno amó, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres, donde aparece un pasaje, un túnel, un pórtico o la travesía de un puente. Allí, una luz brilla al final. “Y esa luz era más blanca, de una claridad absoluta, a medida que los pacientes se aproximaban a ella. Y ellos se sentían llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que uno se pudiera imaginar. No hay palabras para describirlo. Cuando alguien tiene una experiencia del umbral de la muerte, puede mirar esta luz sólo muy brevemente. De cualquier manera, cuando se ha visto la luz, ya no se quiere volver. Frente a esta luz, ellos se daban cuenta por primera vez de lo que hubieran podido ser. Vivían la comprensión sin juicio, un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, se daban cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una. Y allí se alcanzaba el conocimiento. Conocían exactamente cada pensamiento que tuvieron en cada momento de su vida, conocieron cada acto que hicieron y cada palabra que pronunciaron. En el momento en que contemplaron una vez más toda su vida, interpretaron todas las consecuencias que resultaron de cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de cada uno de sus actos. Muchos se dieron cuenta de que Dios era el amor incondicional. Después de esa «revisión» de sus vidas ya no lo culpaban a Él como responsable de sus destinos. Se dieron cuenta de que ellos mismos eran sus peores enemigos, y se reprocharon el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Sabían ahora que cuando su casa ardió, que cuando su hijo falleció, cuando su marido fue herido o cuando sufrieron un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer”.
La especialista, en este punto, hizo una recomendación a todos aquellos que sufren el trance de tener cerca a algún ser querido a punto de morir. “Deben saber que si se acercan al lecho de su padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, ellos oyen todo lo que les dicen, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que quieran decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento se pueden arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Se pueden liberar de su culpabilidad para poder volver a vivir ellos mismos”.
La “conciencia cósmica “ de la doctora Kübler-Ross
La doctora Elizabeth Kübler-Ross, intrigada por todos estos asombrosos relatos, decidió una vez comprobar por sí misma su veracidad. Y, luego de ser inducida a una muerte artificial en un laboratorio médico de Virginia, experimentó dos veces estar fuera de su cuerpo. “Cuando volví a la conciencia tenía la frase «Shanti Nilaya», que por cierto no sabía qué significaba, dándome vueltas en mi cabeza. La noche siguiente la pasé sola, en una pensión aislada en medio del bosque de Blue Ridge Mountains. Allí, luego de sufrir inexplicables dolores físicos, fue gratificada con una experiencia de renacimiento que no podría ser descrita con nuestro lenguaje. Al principio hubo una oscilación o pulsación muy rápida a nivel del vientre que se extendió por todo mi cuerpo. Esta vibración se extendió a todo lo que yo miraba: el techo, la pared, el suelo, los muebles, la cama, la ventana y hasta el cielo que veía a través de ella. Los árboles también fueron alcanzados por esta vibración y finalmente el planeta Tierra. Efectivamente, tenía la impresión de que la tierra entera vibraba en cada molécula. Después vi algo que se parecía al capullo de una flor de loto que se abría delante de mí para convertirse en una flor maravillosa y detrás apareció esa luz esplendorosa de la que hablaban siempre mis enfermos. Cuando me aproximé a la luz a través de la flor de loto abierta y vibrante, fui atraída por ella suavemente pero cada vez con más intensidad. Fui atraída por el amor inimaginable, incondicional, hasta fundirme completamente en él. En el instante en que me uní a esa fuente de luz cesaron todas las vibraciones. Me invadió una gran calma y caí en un sueño profundo parecido a un trance. Al despertarme caí en el éxtasis más extraordinario que un ser humano haya vivido sobre la tierra. Me encontraba en un estado de amor absoluto y admiraba todo lo que estaba a mi alrededor. Mientras bajaba por una colina estaba en comunión amorosa, con cada hoja, con cada nube, brizna de hierba y ser viviente. Sentía incluso las pulsaciones de cada piedrecilla del camino y pasaba «por encima» de ellas, en el propio sentido del término, interpelándolas con el pensamiento: «No puedo pisaros, no puedo haceros daño», y cuando llegué abajo de la colina me di cuenta de que ninguno de mis pasos había tocado el suelo y no dudé de la realidad de esta vivencia. Se trataba sencillamente de una percepción como resultado de la conciencia cósmica. Me fue permitido reconocer la vida en cada cosa de la naturaleza con este amor que ahora soy incapaz de formular. Me hicieron falta varios días para volver a encontrarme bien en mi existencia física, y dedicarme a las trivialidades de la vida cotidiana como fregar lavar la ropa o preparar la comida para mi familia. Posteriormente averigué que “Shanti Nilaya» significa el puerto de paz final que nos espera. Ese estar en casa al que volveremos un día después de atravesar nuestras angustias, dolores y sufrimientos, después de haber aprendido a desembarazarnos de todos los dolores y ser lo que el Creador ha querido que seamos: seres equilibrados que han comprendido que el amor verdadero no es posesivo”.
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego que en 1995 sufriera una serie de apoplejías que paralizaron el lado derecho de su cara, falleció en Scottdale, Arizona, el 24 de agosto del 2004. Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás, y con el coraje que aprendió de sus pacientes más pequeños. Sólo pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada.
En su lecho de muerte, por cierto, sus amigos y seres queridos le preguntaron si le temía a la muerte, a lo que ella replicó: «No, de ningún modo me atemoriza; diría que me produce alegría de antemano. No tenemos nada que temer de la muerte, pues la muerte no es el fin sino más bien un radiante comienzo. Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.
Fuente: guioteca.com
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       ¿ Qué es el magnetismo animal? 

      Se llama así a la energía   vivificante que  pueden transmitir  unas personas a otras, sin que la distancia física entre ellas sea un factor influyente en el que este proceso de transmisión energética  que está dentro de los márgenes de la Naturaleza, se cumpla.
   Este flujo de energía humana o “magnetismo”  fue descubierto y experimentado por Mesmer, que en un principio creyó que los fluidos invisibles que se transmitían de unos seres a otros, era el mismo fluido que ejerce la fuerza de atracción o repulsión de los imanes; de ahí su nombre.
    Esta  energía   actúa    y    se    transmite    como   un    fluido   que   posee    propiedades   eminentemente  curativas.

  Se trata  del mismo fluido vital que ciertos magnetizadores, capaces de almacenarla naturalmente en su organismo, la transmiten bajo el nombre de bio-energía, o Prana ( para los indúes), y en esta transmisión se cumple, naturalmente, la ley física de los vasos comunicantes: El fluido siempre circula desde el que tiene más hacia el que tiene menos, hasta equilibrar los niveles de ambos. Así acontece cuando se trata de la bio-energía propia del magnetizador  que mediante su voluntad trata de transmitir estos efluvios imponderables hacia otra persona que presenta un bajo nivel de  su energía vital o algún desequilibrio en la misma. Como en este caso “transmite” un fluido suyo, al final puede quedar mermado de estas energías vitales él mismo, porque cada persona tiene unos niveles o cantidades diferentes, según sea su alimentación, su grado de salud o de enfermedad, si su vida se desarrolla en un ambiente sano, etc., y cuando estos están desequilibrados en su distribución orgánica, o son insuficientes en general, sobreviene la enfermedad física y psíquica; por eso  vemos que muchos de estos magnetizadores necesitan tener a mano agua fluidificada para reponer muy a menudo las energías que de ellos salen hacia sus pacientes u otras personas, y explica también la necesidad de mantener la salud con una vida saludable y sana, en la que no debe incluir ciertos alimentos y bebidas algo tóxicos para su organismo, pues esas energías que transmite para la curación y el restablecimiento de otras personas, no deben llevar contaminación alguna, porque el efecto de lo que se transmite podría no ser el deseado.  

 Sin embargo cuando el fluido  transmitido a través de un médium sanador, procede de los planos espirituales, al no ser esta una energía acumulada en su organismo, la transmisión de la misma no le afecta física o psíquicamente, pues  él solo actúa en este caso como un canal transmisor de energías sanadoras que desde un plano espiritual, los Espíritus encargados de esa función, con  permiso de Dios, transmiten a través de él. En general la energía vital que transmiten, cuando hablamos de una mediumnidad de cura, en parte procede de ellos mismos y en muchos casos le es añadida desde el plano espiritual, dependiendo de las necesidades físicas y psíquicas del receptor.  

   Como responsable de lo que transmite,  no deberá contaminar esas energías que a él le trasmiten para a su vez entregarlas a otra persona, para su mejora y sanación, por lo que deberá llevar una vida tranquila y sana, con una alimentación sana, sencilla y equilibrada. Este fluido  es  transmitido  al  enfermo    por   el   médium  curandero  o   sanador   durante   el   acto  de  sanación o magnetización,  dirigido   con la fuerza de su fe, de   su    mente y de su voluntad,   de modo que este fluido lo transmiten  normalmente a   través   de   los  chacras  de  sus  manos,  a  veces   masajeando sobre  la  zona enferma, y otras veces sin  llegar  a  rozar la piel del enfermo e incluso a notable distancia física de él.                Curiosamente quien recibe este fluido suele experimentar una sensación física de “cosquilleo” o de calor sobre la piel de la zona tratada.
    Según  definición   de  los  espíritus  de los  Doctores Demeure, Corvisant, etc,  magnetizar es el acto de  dirigir  sobre  un   enfermo  o  sobre  el sitio  del mal, este agente fluídico, a  fin de  ocasionar  calor  o  movimiento.    Siguen  diciendo  estos  Espíritus:

 “El  agente magnético puede penetrar en todo el  cuerpo  del  enfermo  y  producir  en  él numerosos fenómenos; sus efectos son una aceleración en el movimiento  tónico y  también   en  la  circulación  de  todos  los fluidos;  por  estos hechos manejar el magnetismo  animal es  un  arte  y una  facultad”.   Y añaden: “Todos los hombres pueden  aprenderlo y    ejercerlo,  según la energía de su fuerza, de su voluntad y de su salud”.

Según  manifestó un médium  en estado sonambúlico :  “El  hombre  lleva  en  sí mismo tanto   fluido como necesita para  existir; pero no siempre  tiene bastante para  transmitirlo a  los demás.  Este  fluido es elemental, ligero, sutil, de color blanquecino cuando  emana de nuestro cuerpo  y  cuando es  movido  con viveza  resulta  brillante.   Los  enfermos cuando   se  les magnetiza, lo atraen  según  sus    diferentes necesidades".
- Jose Luis Martín-

                                               

“Imponed las manos sobre los enfermos y sanarán.”                      -Jesús de Nazaret -

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sábado, 29 de abril de 2017

NATURALEZA DEL AMOR: ABUSO GENÉSICO


Contenido de este blog en la publicación de hoy:

- El Milagro del perdón
- Naturaleza del Amor. Abuso Genésico
- Entrevista a Divaldo
- Mensaje de este día: Autorealización
- ¡ Antes morir que matar !



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El milagro del perdón

      
Todo iba muy bien hasta aquel día. Ella era una mujer casada. Y muy bien casada. Era feliz. Su marido, un alto ejecutivo, a pesar de los constantes viajes que lo retenía fuera del hogar a periodos regulares, ere un hombre atento.      
Nada había que ella desease que él no desease satisfacer. Una casa confortable, seguridad, cariño.      
 Hasta aquel día, cuando la noticia llegó de repente: él sufrió un infarto. Ni una última palabra, un último abrazo. Nada.       
 El entierro fue triste y silencioso. Después sólo quedó una inmensa nostalgia.Todo era motivo de recuerdo.       
  Los libros de él, el jardín donde paseaban juntos. En todo la presencia-ausencia de él. Los días eran amargos.       
 Entonces, ella recibio una carta. Venía de otro Estado y era firmada por una mujer. En pocas líneas, la desconocida le hacía saber que el hombre por el cual lloraba había sido también su amor.       
Y, como fruto de su relación de algunos años, ella tenía dos niñas pequeñas. Describía su drama. Las dificultades profesionales, las facturas que se amontonaban, las necesidades que crecían.       
  Rogaba disculpas por atormentarla, pero pedía auxilio para sus dos niñas.
     
      La primera reacción fue de rebeldía, de rabia. Se sintió traicionada, amargada. Con el paso de los días, aquello fue arreciando y dando lugar a otro sentimiento.       
Pensó en el amor que su marido debería tener por sus hijas. Ahora estaban huérfanas.     
 Por amarlo mucho, tomó una decisión. Respondió a la carta diciendo que se quedaría con las dos hijas. Asumiría su educación. Con una condición: la madre debería entregarlas a su cuidado indefinidamente.       
 Ajustaron detalles y decidieron un encuentro. Ella quería a las niñas. Pedazos de su amor que se fue. Habría de tratarlas como sus hijas. Eran amores de su marido.
       
  En el aeropuerto se encontraron. De lejos, ella vio a la otra: joven, bonita. Era una silfide. Sintió celos. Las niñas eran bonitas.     
 La joven, con lágrimas en los ojos, se despidió de ellas, les hizo recomendaciones y se dispuso a partir.    
 Las niñas se fueron a ella, sollozando. La escena era conmovedora. Entonces, la mujer sintió una onda de cariño invadirla y llamó a la joven madre.     
 Vamos a ser una única y gran familiaQuédese con nosotros también. Seremos amigas y madres de las dos niñas sin padre.       
  Era el ‘milagro’ del perdón.
      
 No del perdón de los labios, sino el perdón del corazón. El verdadero. El que coloca un velo sobre el pasado.        
  El único que es tenido en cuenta, pues Dios no se satisface con las apariencias. Él sonda la intimidad y conoce los más secretos pensamientos de los hombres.
      
      El olvido completo y absoluto de las ofensas es propio de las grandes almas.    
Perdonar es pedir perdón para sí mismo. Al final, ¿quién de nosotros no necesita de el? ¿Quién de nosotros puede decir, en sana conciencia, que no comete equívocos?      
  Si alguien nos perjudicó, es un motivo más para el ejercicio del perdón, pues el mérito es proporcionado a la gravedad del mal.       
Olvidar el mal. Pensamos en el bien que se puede hacer. Cuidamos de retirar del corazón todo sentimiento de rencor. Dios sabe lo que se tarda en el fondo del alma de cada uno de Sus hijos.

Redacción de Momento Espírita,

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NATURALEZA DEL AMOR. ABUSO GENÉSICO


“En ningún caso nos será lícito subestimar la importancia de la energía sexual que, en esencia, vierte de la Creación divina.. Nadie se utilizará de ella en las relaciones con otros, sin consecuencias felices o infelices, constructivas o destructivas, según la orientación que se le de.”
Emmanuel (“Sexo y vida”).


Excesos y desgaste.
El sexo es la fuerza más poderosa que existe en nosotros, después de la mente. Por esto, practicado bajo el descontrol, como todo mal uso que infrigimos a una máquina, termina por bloquear o estropear al sistema.. En esta fuerza primaria de nuestro ser, los Ingenieros espirituales de la creación concentraron cantidades de energía que, liberadas indiscriminadamente, conducen a la confusión emocional, la desilusión y el desgaste psicosomático.
Las fantasías eróticas continuas, el deseo compulsivo, etc., son descargas electromagnéticas de altísimo voltaje. Cuando la fijación sexual es demasiado prolongada, deviene en agotamiento nervioso y desorganización somática, así como incluso a la locura, cuando determinadas personas entran en obsesión o se pierden en la espiral del vicio (inducidas por malas compañías del entorno que frecuentan, o víctimas de espíritus inferiores).
El abuso del que hablamos, aparte de propio, puede ser también el que infligimos a los demás; porque si bien el amor de Dios, para engrandecernos, nos concedió el libre albedrío (permitiéndonos la debilidad y el aprendizaje), toda manipulación erótico-afectiva o desprecio que hagamos a alguien, no será pasada por alto ante la infalibilidad de la leyes espirituales (karma) que rigen el Cosmos.. Nacemos en esta vida para, entre otras cosas, adquirir un mayor equilibrio emocional y/o liberarnos de las pautas erróneas del pasado.
No existe ninguna inmundicia en el sexo, patrimonio sagrado de la vida, lo que si es necesario evitar son los excesos, la promiscuidad y la búsqueda de sensaciones viles que arrastran al ser a las zonas inferiores de la existencia. Esto, a menudo, es subliminalmente aconsejado y puesto como atractivo, por diferentes medios de comunicación y/o desafortunados shows televisivos (ignorando que, comportamientos sexualmente promiscuos, con pérdida de la capacidad de establecer vínculos afectivos duraderos, es una de las señales de la esquizofrenia).
No existen “pecados” y sí errores o abusos.
En “El Génesis” estudiamos que, son las imperfecciones, los malos instintos que aún no corregimos y la inclinación a tal o cual vicio, el verdadero pecado original...


Vampirismo energético.
“El Espíritu encarnado está bajo la influencia de la materia, y el hombre que se sobrepone a esta por la elevación y depuración de su alma, se acerca a los buenos Espíritus, a los que se unirá algún día. Pero el que se deja dominar por las malas pasiones y cifra todos sus goces en satisfacer los apetitos groseros, se acerca a los Espíritus impuros dejando que prepondere la naturaleza animal.


Este artículo proviene de Federación Espírita Española - Espiritismo.
(Conferencia ofrecida en diciembre del 2004 en el XII Congreso Espírita


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                 ENTREVISTA A DIVALDO


PREGUNTA: Asistimos hoy en día a situaciones en que la corrupción campea en diferentes grados en muchos países del llamado primer mundo, y también en diversos países en vías de desarrollo, afectando a los diversos niveles económicos, políticos y sociales. Como espiritistas, ¿qué podemos aportar con nuestro conocimiento y práctica para poder no sólo ofrecer respuesta a esa actitud, sino también para aunar esfuerzos a fin de ofrecer solución a esta plaga?
DIVALDO: En primer lugar, en lo que respecta al ámbito político, podemos influenciar en ese aspecto en cuanto elijamos personas dignas, puesto que la mayoría de nosotros sabemos dónde se aposenta la criminalidad. En determinadas ocasiones podemos escoger a los candidatos por simpatía o por determinados intereses particulares, incluso recibiendo algo a cambio como ocurre en algunos ámbitos.
Cuando somos electores en ese círculo por interés, obteniendo algo a cambio o un favoritismo, nos convertimos en cómplices de esa corrupción. El voto en este caso, debería ser nuestra “arma”, pudiendo votar a aquel que es más decente, o bien votar de la forma establecida en nuestros sistemas democráticos de cada país para demostrar nuestra protesta, como un voto nulo.
En Brasil decimos que quien no es leal en lo poco, no es leal en el mucho; y otro dicho que dice que una barca jamás conducirá un navío.
Es preciso, por tanto, que nosotros creemos una mentalidad de honestidad, y ésta se irá reflejando en el mundo. Así, nosotros debemos de pensar dos veces antes de actuar. La corrupción surge por doquier; fijémonos que incluso surge cuando se rompe la fidelidad en la pareja, y hoy día parece que este tipo de conductas estén en boga.
Aquí no importa que nadie sepa de la existencia de una infidelidad, sino que lo que importa es que cada uno sepa si es infiel, es un tema de conciencia.
Respecto al cambio, debemos decir que todo aquello que parece imposible, en realidad no lo es. Una vez yo fui a un notario para reconocer una firma y vi una frase que me quedó grabada: “Hacer fácil lo difícil, es hacer difícil; hacer difícil lo difícil, es tornar imposible.”
En una ocasión, me sentí en una reunión mediúmnica, procuré tomar el lápiz para ponerme a escribir pero me dije “hoy no puedo escribir, estoy muy cansado”. En aquel momento se me apareció Juana de Ángelis y me dijo: “¿Por qué no escribes?” y le contesté que no podía. Y volvió a preguntarme: “¿Y por qué no puedes?” y le dije que no tenía fuerzas. Ella me indicó “¿Por qué no lo intentas? Toma el lápiz”. Acto seguido, tomé el lápiz y me puse a escribir. Fue la noche que ella más escribió. Cuando terminó me dijo: “Nunca tomes una medida de resistencia en el Bien, inténtalo hasta alcanzarlo.”
También Juana de Ángelis me indicó que un antiguo pensador chino dijo: “La vida física ¿es una ilusión? Y la inmortalidad ¿una realidad?, o bien ¿será la inmortalidad un sueño y la vida física la realidad?”. Por tanto, Juana me dijo “tú debes cultivar sueños, diciéndote yo puedo, sí quiero, y por más difícil que sea tu sueño, nunca dejes de soñar y nunca desistas de tu sueño.”
Estamos construyendo un mundo nuevo, y en cierta ocasión alguien le dijo a Chico Xavier “me gustaría mucho quedarme aquí cerca en Pedro Leopoldo”. Entonces, el Espíritu de Emmanuel le indicó a Chico que si todas las luces estuvieran juntas, habría un incendio y el resto de la humanidad permanecería en la penumbra. Entonces las luces deben estar dispares, como estrellas, como puntos luminosos para haya claridad para todos y, unidas por unos hilos que son el Amor, a modo de cables eléctricos y la electricidad sería la Misericordia.
Xavier Llobet
Centre Espírita Irene Solans, Lleida
- ACTUALIDAD ESPIRITISTA-
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MENSAJE DE ESTE DIA :  AUTOREALIZACIÒN

...Si perdonas sinceramente a quienes te generan dificul­tades y se convierten en problemas para ti, estarás colaborando con el Bien, y de ese modo pasarás al nivel de servicio de solidaridad y de acción edificante, en favor de todos y del mundo terrenal donde te encuentras en proceso evolutivo.
No te eximas de amar, de perdonar y de servir, si real­mente anhelas la autorealización.
Joanna de Ângelis/Divaldo Franco
Libro Despierte y sea feliz - Editora LEAL
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               ¡ ANTES MORIR QUE MATAR !

Desde niña atraían poderosamente mi atención las grandes librerías, y entraba en ellas 
con religioso respeto. Recuerdo que hace muchos años, estando en Deva visité el palacio de don Leopoldo Augusto de Cueto, y al entrar en su magnifica biblioteca, verdadera maravilla en todos los sentidos, al ver aquellos artísticos estantes que contenían lo mejor que se ha escrito en los pueblos civilizados, confieso ingenuamente que no me postré de hinojos temiendo que se rieran de mí; pero si el alma pudiera tomar alguna postura, indudablemente que la mía se hubiera arrodillado orando fervorosamente en aquel magnifico santuario de la sabiduría humana. 

Nunca he olvidado aquel salón en el que todo hablaba; allí se respiraba una atmósfera distinta, y en ninguna de las catedrales que he visto, he sentido aquella religiosidad y 
admiración que experimenté en la biblioteca de Augusto de Cueto. 

Y refiero estos recuerdos de mi pasado, para demostrar que soy amantísima de la lectura; pero como para leer con aprovechamiento se necesita tiempo, y a mí me ha faltado siempre por diversos motivos, he aquí una de las causas por que aprovecho en muchas ocasiones las historias que vienen a contarme unos y otros, y hasta la opinión y 
el parecer de los seres más humildes y más ignorantes, siguiendo en esto el consejo amistoso que me dio en Madrid el inolvidable escritor Roque Barcia, que, con su gracejo particular, me dijo así:

-Amiga mía, le causaría a usted risa si conociera algunos censores de mis obras; no 
acostumbro consultar con mis más íntimos amigos, por dos razones muy poderosas: la 
primera, porque a los unos les ciega el cariño, y la segunda, porque a los otros el gusano 
de la envidia les roe las entrañas, y el voto de ninguno de ellos es válido para mí. 
Durante algún tiempo, observó mi mujer que cuando venía el carbonero, se paraba, al salir, delante de mi despacho y escuchaba con deleite lo que yo leía en voz alta, haciendo él signos de aprobación en los puntos más culminantes de mis escritos. Yo tengo la costumbre de escribir y leer cada párrafo que trazo en el papel. 
Una mañana, hice entrar en mi despacho al carbonero, diciéndole: 
-Vamos, hombre, dice mi mujer que eres inteligente, y te voy a leer un capítulo de una obra que estoy escribiendo, a ver qué te parece. 
El muchacho se sentó muy serio, y se volvió todo oídos para escuchar mi lectura. Cuando concluí le miré, y noté que en su semblante se retrataba el disgusto y la contrariedad. 
-¿Qué te parece? ¿No te gusta lo que te he leído? 
-No, señor -¿Por qué? 
-Porque usted se ha quedado muy satisfecho insultando, pero no lo estarán así los insultados. Usted hiere con ese escrito; pero no enseña como en otros muchos que he leído de usted. 

Se fue el carbonero, volví a leer el capítulo censurado y rasgué inmediatamente las cuartillas, porque, en realidad, en mi vida había escrito nada peor; las advertencias de aquel ser tan humilde, ya ve usted, mozo de una carbonería, las tuve muchas veces en cuenta: hubiera sido un crítico admirable.

Mas veo que, entregada a mis recuerdos, me aparto algún tanto del objeto principal de este artículo, que es tributar un homenaje de profunda admiración a dos hombres que nunca he visto, que no sé cómo se llamaron, y que, sin embargo, a serme posible, haría un viaje para dejar en su tumba unos ramos de flores.

Hablando hace algunos días con un guardia civil, espíritu muy adelantado, muy estudioso y muy observador, me dijo lo siguiente:

-Amalia, ya que tanto te fijas en las cosas, te contaré un hecho rarísimo, que lo presenció un compañero mío, el cual merece toda mi confianza, y que, además de a él, lo he oído referir a otros varios; pero mi amigo, sobre todo, es para mí la mejor garantía 
de su autenticidad, porque a formal y a verídico no hay quien le gane.

Hace bastantes años que la provincia de Extremadura se vio invadida por tantos forajidos, que la guardia civil no tenía descanso ni sosiego, siempre en persecución de 
los salteadores, que robaban, mataban, incendiaban, y eran el terror y el espanto de los pobres labradores, que perdían sus ahorros, sus casas, y hasta la vida. A tanto llegó el 
descaro y la osadía de los malhechores, que el general que mandaba entonces los tercios de la guardia civil, ordenó que sin formación de causa se fusilara a los bandidos donde 
se les encontrara, pues sólo arrancando la mala hierba de raíz podrían vivir tranquilas centenares de familias consagradas al trabajo más rudo.

Se obedeció la orden, y en los bosques de aquella pequeña India de España, pagaron con su vida sus muchas fechorías una gran parte de aquellos facinerosos sin corazón. 
Una tarde, un pelotón de guardias civiles al mando de un sargento, cogieron a nueve salteadores, los ataron fuertemente y emprendieron la marcha hasta llegar a un sitio a 
propósito para despacharlos al otro mundo.

Entre los guardias, había dos individuos que hacía poco se habían incorporado a la fuerza que perseguía sin cuartel a los bandoleros; se enteraron, como los demás, de lo 
que tenían que hacer con los amigos de lo ajeno, y se callaron, porque el que manda, manda, y no hay más.

El sargento hizo alto en un ventorro, esperando que el sol se pusiera; los presos, bien custodiados, estaban sentados al pie de unos matojos; y los guardias, unos paseaban 
esperando la orden para marchar, y otros permanecían sentados. Entre éstos estaban los dos individuos que habían llegado últimamente. Nadie estaba contento; porque eso de matar a sangre fría no es ningún plato de gusto; pero como en la milicia el que no obedece paga con su vida, nadie decía una palabra, ni mala ni buena.

Al fin, el sargento dijo: ¡marchen! y los bandidos fueron los primeros en ponerse en pie, rodeados de los guardias, emprendiendo todos el camino; mas a los pocos pasos, dijo el sargento con extrañeza: 
-Aquí falta gente. Volvió la cara y vio a dos guardias sentados, a lo lejos, al pie del ribazo. Tanto le extrañó aquella desobediencia, que él mismo retrocedió, y llegando hasta ellos, tocándole bruscamente al uno en el hombro, exclamó: ¿Hasta cuándo durará ese sueño? Al tocarle, el guardia se inclinó sobre su compañero, y los dos cayeron rodando por el suelo como masas inertes. El sargento, a pesar suyo, retrocedió asombrado; aquellos dos hombres ¡estaban muertos...! Cumplió el jefe de las fuerzas su cometido, y en dos carros fueron conducidos los cadáveres al cementerio del vecino pueblo. A los dos guardias muertos les hicieron la autopsia, y los médicos que los reconocieron, dijeron que no tenían lesión alguna; que eran, por el contrario, dos cuerpos sanos y robustos; que habían muerto de ¡angustia! Entonces, los otros guardias recordaron, incluso el sargento, el disgusto, la repugnancia, el enojo que habían mostrado al saber que tenían que matar a los malhechores; y conforme vieron que se aproximaba la hora, ¡qué sensación tan dolorosa deberían sentir, qué angustia tan extraordinaria experimentarían aquellos dos espíritus, para separarse de su organismo, fuerte, sano, vigoroso, en el pleno de su juventud! Para romper tales ligaduras, debieron de sentir todos los horrores de la más cruenta agonía, 
diciendo con la entereza de los mártires: ¡Antes morir que matar!

¡Qué dos espíritus tan elevados! ¡Qué almas tan desprendidas de las miserias terrenales! ¡He ahí dos héroes, dos redentores, que prefirieron morir antes que destruir a sangre fría la vida de los otros! ¡Cuán grato me sería recibir una comunicación de esos espíritus! ¿Quién diría, al verlos con su uniforme, que eran dos espíritus que odiaban los procedimientos de la fuerza? ¿Tomaron por expiación tan enojosa carrera, y no pudieron doblegarse a sus horribles exigencias? ¡Quién sabe...! ¡Hay tanto que estudiar en la eterna vida del espíritu..! A veces, en el fango, se encuentran perlas; y entre flores perfumadas, reptiles repugnantes que se ocultan entre sus matizadas hojas. ¡Cuántos que pasan por filántropos y por hombres de gran corazón, se encogen de hombros cuando están en la intimidad de la familia, si oyen contar el relato de una desgracia horrible; y en cambio, otros que quieren la nivelación social, cuando ven una de esas escenas dolorosas, se estremecen, y si no tienen qué dar, piden una limosna para socorrer a los que lloran!

¡Qué pocos espíritus viven en su centro! Esto ¿qué nos enseña? Que la vida de aquí es un capítulo de nuestra eterna historia; no puede ser de otra manera, tiene que admitirse la supervivencia del alma.

Mucho me ha hecho pensar la muerte de los dos guardias civiles, que vivieron tan fuera de su centro. ¿Por qué eligieron la carrera de las armas? ¿Por qué estuvieron tan en contacto con los vengadores de oficio de los atropellos?

¡Almas generosas! Yo os admiro y os consagro mi recuerdo, y creo, que al llegar al espacio, mi primera pregunta será: "¿Dónde están aquellos dos espíritus que dijeron en la Tierra: Antes morir que matar?" Y quizá una voz amiga me responda: "¿Ves aquellos 
dos soles, cuyos rayos no puedes mirar por su refulgencia deslumbrante? Pues es la nube fluídica que envuelve a esos espíritus, cuya luz aún no puedes contemplar sin cegarte con sus vívidos resplandores"

AMALIA DOMINGO SOLER.
SUS MAS HERMOSOS ESCRITOS.

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