sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración de Fin de Año



Señor, Dios...
Dueño del tiempo y de la eternidad.
Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias,
por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año.
El trabajo que pude realizar,
las cosas que pasaron por mis manos,
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos
meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí,
y los que están más lejos, los que me dieron su mano,
y aquellos a los que pude ayudar.
Con los que compartí la vida,  el trabajo, el dolor y
la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón.
Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal
gastado.
Por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal
hecho.
Y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración, que poco a poco,
fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente.
Te pido perdón.

Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida,
ante el nuevo calendario aún sin estrenar.
Te presento estos días, que sólo TU sabes, si llegaré
a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad.
Llevando a todas partes, un corazón lleno de
comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos, a toda falsedad.
Y mis labios, a palabras mentirosas,
egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno.
Que mi espíritu, se llene sólo de bendiciones,
y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría,
para que cuantos conviven conmigo,
o  los que se acerquen a mí, encuentren en mi vida,
un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad.
Que este año sea lleno de Paz, Amor y Caridad, y que el Padre nos colme cada día de bendiciones y alegría.

Amén    
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jueves, 29 de diciembre de 2011

JUICIO FINAL




Existe un juicio final, en cuanto al que experimenta cada ser humano al final de su vida. Se produce después de la turbación que en general experimenta cada persona tras la muerte. En este trance cada Ser , con la ayuda de sus Mentores y Guías espirituales , hace el balance de lo bueno y lo malo de su su última existencia., lo que debió hacer y no hizo, en qué se equivocó o acertó, valorando si se han cumplido o no los objetivos programados desde antes de nacer a esa vida humana que terminó ahora pero que como Ser espiritual continúa existiendo después.
Mas o menos la secuencia es la siguiente : Primero se encuentran que “ al final del túnel” por el que se sintieron deslizar durante el trance de la muerte,se les presenta un Ser de Luz que suele ser su Guía espiritual, y que les recibe amablemente ayudándoles en este acto en el que no están solos. Entonces comienzan a percibir imágenes retrospectivas de todos los detalles de su vida, hasta los mas nímios , siempre que signifiquen algo o tengan alguna transcendencia. En una asombrosa experiencia, el Ser desencarnado se hace consciente de las inmensas perspectivas y secuencias de las edades humanas transcurridas. Comprende la relación de sus vidas pasadas con la que que acaba de finalizar ; así por el pasado se explica el presente y este deja entrever el futuro.
Todo esto sucede en lo que sería apenas un fugaz instante para nosotros, pero no para el Ser que protagoniza esta experiencia, pues ya no tiene sentido del tiempo ; esta experiencia la siente intensamente y ve los detalles de su vida como si los contemplase en una gran pantalla panorámica de cine , en donde analiza la película de su vida como protagonista , reviviendo intensamente las escenas y sintiendo el resultado de sus actos y omisiones, valorando lo realizado en su compromiso para con esa vida. En este juicio comprende y reconoce su responsabilidad ante la Divina ley de Causa y Efecto, de la que en su momento hablaremos. De este modo fija su suerte en el mundo espiritual y el destino que le aguarda en vidas futuras como Ser humano, aunque la situación en que se queda en el mundo espiritual, siempre es limitada en cuanto a duración de nuestro sentido del tiempo, y le supone mientras tanto un estado mas o menos feliz o desgraciado en muy diversos grados, según sea el plano espiritual en que quede situado el Ser .
Este juicio individual sobre los frutos de nuestra vida finalizada, es necesario para nuestro Ser, porque con la revisión del camino evolutivo que acaba de recorrer puede prepararse para fijar futuras metas y conquistas de evolución, por lo que es algo positivo, ya que dispone de la conciencia de cada uno, como punto de partida desde donde poder después rectificar para seguirevolucionando en otras existencias humanas futuras. No se trata de un Juicio severo al que debemos temer, porque debemos tener claro que Dios, del que hablaremos próximamente, es un Padre que no castiga eternamente por nuestros errores por graves que sean, sino que perdona siempre y no permite que se pierda ni uno solo de sus hijos. Solamente debemos temer las consecuencias que antes o después deberemos afrontar por infringir las Leyes Divinas mediante nuestros actos negativos. No obstante es de comprender que después de este autojuicio, el Ser siempre encuentra en su conciencia su premio o su castigo que lo es en sentido corrector, no en sentido de venganza justiciera al estilo humano..
Tras el Juicio, el Espíritu impuro, entorpecido por los fluidos materiales, queda confinado en las zonas inferiores de nuestra atmósfera terrestre, mientras que los virtuosos y elevados, provistos de un cuerpo astral mas depurado y sutil, quedan en planos elevados sobre nuestra atmósfera psíquica

La utilización del concepto “final de los tiempos” por los seres espirituales para ser intuido por la mente humana, ha tenido como móvil el hacer despertar la conciencia del hombre y hacerle caer en la cuenta de lo muy alejado que se encuentra del cumplimiento de las Leyes Divinas”.
  • Centro de Estudios de Ciencias Universales –


¿  Acaso no es Dios quien nos juzga ?

     Generalmente esto afirman las religiones, pero hay cierta confusión en ciertos conceptos como este, que vienen de la tendencia ancestral de personalizar a Dios como un alguien todopoderoso y abstracto que está ahí arriba vigilandonos para ver si somos dignos de premio o de castigo. Y es que realmente el considerar a Dios como alguien ajeno y externo a nosotros, que nos hace un severo y minucioso juicio al final de la vida, dándonos después una condenación o una absolución para toda la eternidad, es un error, pero si se admite que ese alguien vive en nosotros y nos juzga a través de nosotros mismos mediante nuestra conciencia, nos acercamos algo más a la Verdad.

     Dios no es “alguien”; no es un Ser concreto y por tanto limitado; en nuestra limitada mente se podría concebir como la Energía Primaria, Inteligencia Suprema de toda la Creación, Causa ,Principio y fin de todo cuanto existe; el Único y Soberano Juez que vive en cada uno de nosotros porque somos creación de El, a su imagen y semejanza en cuanto espíritus, o sea con atributos de su propia Esencia, con el propósito de desarrollarlos y acercarnos a Él, a través de un largo proceso que llamamos evolución del espíritu, y por eso , es cierto que Dios nos juzga al final de la vida, pero entiéndase que , estando en nosotros, lo hace través del tribunal inexorable de la propia conciencia de cada uno. Esto se comprenderá mejor cuando hablemos del concepto de Quién o Qué es Dios.

     Este juicio final se produce naturalmente en la propia conciencia del Ser cuando abandona este mundo, comprendiendo así en qué se equivocó, lo bueno y malo que hizo o lo que pudo y debió hacer y no hizo. Esto le hace experimentar dolor y remordimientos, o felicidad y paz cuando lo que hizo de bueno en esa vida, le hace penetrar en el mundo espiritual en medio de una indefinible dicha y placer.
- Jose Luis -

"No pidas amor y afecto; antes que nada,  inmediatamente da de ti mismo a los demás, sin cobrar tasas de gratitud y reconocimiento. Es importante que sigas los pasos de Jesús en la donación de amor abundante, sin exigir jamás de nadie ni olvidar que eres responsable de tus sentimientos."   Regina Lucia de Souza-

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Causalidad y finalidad

Manuel  Porteiro



Los dos puntos filosóficos sobre los cuales gira la moral dinámica del Espiritismo son, sin disputa, la causalidad y la finalidad, sin los cuales toda conducta carece de verdadero fundamento. La causalidad responde al por qué de las acciones, mientras que la finalidad explica el para qué de las mismas. Si falta uno de estos dos términos, no existen, no pueden existir verdaderas acciones morales: en el primer caso porque sin antecedente causal, sin causa o serie de causas, que influyan en las determinaciones de la voluntad, de acuerdo con el proceso moral de cada individuo, ninguna acción se explica, y en el segundo, porque si a este antecedente causal y sus efectos consiguientes, les falta un poder directriz, selectivo y telético, una dirección, un fin moral perfectible hacia el cual ajustar las acciones con arreglos a principios éticos inherentes a la conciencia de cada individuo, se caería en el determinismo fatalista o en el fatalismo determinista, es decir, en el materialismo o en la teología.

Porque y conviene dejarlo establecido- el fatalismo teológico no excluye el determinismo, antes bien lo supone: pues si las acciones se realizan, en tal supuesto, de acuerdo con la presciencia de un Dios que las ha previsto y dispuesto desde toda la eternidad, necesitan para que así resulten del encadenamiento de las causas que las han de producir, sin el cual no se realizarían; y si, por el contrario, se realizan en virtud de un determinismo ciego, sin sujeción a principios morales inherentes al espíritu ni a la dirección finalista que este les trace de acuerdo con una finalidad de bien y de justicia perfectibles, tal determinismo es fatalista, de un fatalismo más funesto y desgraciado que el primero, por cuanto este se cumple de acuerdo a una voluntad, a una inteligencia, a un propósito, a un fin divino, aunque en este caso, el hombre no resulte más que un instrumento de la Providencia, que tiene la pretensión de creer que es él el que voluntariamente camina, siendo Dios el que lo arrastra a su oculto destino, según un plan preestablecido.

La filosofía espírita es determinista, pero no fatalista, ni en el sentido teológico, ni en el materialista. En el primero, porque no admite que las acciones humanas ni las causas que las producen estén fatalmente dispuestas por Dios para la realización de cada fin individual, y porque este fin no es un límite en el cual se cierre la evolución del espíritu ni está fuera de ser, ni es opuesto a su esencia ni a su voluntad, sino que es dinámico, indefinido y libre en la elección de los medios y de las acciones que han de realizarlo: es el ser realizándose a si mismo en el proceso sin limites de su evolución, superándose en las nociones y en la práctica del bien, de la justicia y del amor, desarrollando las potencias y facultades de su espíritu, elevándose a una mayor comprensión de su personalidad y de la naturaleza en medio de la cual se desarrolla.

El principio inteligente o causa primera que rige el destino de los seres y de las cosas y al cual por hábito de lenguaje llamamos Dios, no está fuera del Universo y de la vida, ni por consiguiente, fuera del hombre, que también es vida e inteligencia y parte integrante del Universo, sino que es el principio mismo de la acción universal en todos los órdenes de la vida, la causa activa, viviente, diversificada en los seres, alma dinámica que todo lo llena y todo lo comprende en su propia esencia, que todo lo determina y enlaza valiéndose para ello de los mismos seres que crea, sin impedir, las determinaciones de cada uno, las que, por lo demás no pueden ser impedidas arbitrariamente, porque cada ser es un agente de sus propios designios, una ley que se cumple dentro de la complejidad de las leyes antinómicas que dan existencia al mundo e impulso a la evolución.

Obre bien u obre mal, tampoco el hombre puede ir en contra de los designios de Dios, porque, siendo la creación resultante de estos designios, no puede hacer ni siquiera pensar nada arbitrario a ellos; y de ahí que los actos del hombre, como sus mismos pensamientos, sean buenos o sean malos, sean morales o inmorales, libres u obligados están siempre dentro de las leyes naturales o, si se prefiere, divinas.

Si el hombre fuese capaz de obrar contra todas las leyes de la naturaleza sería un ser sobrenatural, muy superior al mitológico Lucifer, y entraría en conflicto con el mismo Dios, a quien superaría por haber descubierto leyes y realizado actos que no eran posibles dentro de la naturaleza.

El hombre dentro de su relativa inteligencia y sus limitadas facultades no puede sino estar en armonía (en armonía dinámica, entiéndase bien) con la Causa creadora que rige los destinos de los seres, y cualesquiera que sean sus determinaciones morales, encajan siempre en la armonía dinámica del Universo.

Esto podría hacer suponer la justificación de situaciones o sucesos que reputamos como malos. Pero téngase en cuenta que estas situaciones y sucesos, en nuestro concepto dínamo-genético de la vida y de la historia, ni son justificables ni son fatales: son el resultado de un proceso en el que entran factores conscientes e inconscientes, voluntarios e involuntarios, resultado que, en los términos opuestos de la armonía social, representan la parte negativa y que lleva, en la parte positiva, los elementos de su propia destrucción; tienen la duración de un ciclo de la evolución social; cuya caída puede producirse, y se produce, en última instancia, por la voluntad y por las fuerzas morales puestas al servicio de un bien y de una justicia mayores.

El hecho de que una cosa exista, no significa que haya tenido fatalmente que existir, ni que sea justificable por el mero hecho de su existencia.

No hay, pues nada fatal en la evolución moral, según la doctrina espiritista, fundada en el conocimiento del espíritu humano: cada ser realiza sus propios fines dentro de las posibilidades de cada momento de su existencia, actuando en la creación y modificación de las condiciones favorables a su desarrollo e imprimiendo a éste, según el grado de perfeccionamiento alcanzado, la dirección moral y social que conviene a sus fines.

Tampoco es fatalista en el sentido materialista; no puede admitir, porque los hechos y los razonamientos se oponen a ello, que las acciones y los sucesos humanos estén necesariamente determinados por una causalidad fenomenal y ciega y que la voluntad y la conciencia estén subordinadas a esta causalidad.

El materialismo, y hablo del materialismo dialéctico que es determinista y, en el sentido expuesto, fatalista, coloca la causalidad atrás, y por delante el azar. Niega finalidad a la vida y, particularmente a la vida individual. El individuo, como ser biológico, no es más que un mero accidente, una forma pasajera de la materia organizada; como ser psíquico, la resultante del funcionamiento cerebral y de los reflejos exteriores en el cerebro, como ser moral y social, el producto del medio y de la sociedad; sólo le concede deseos y propósitos inmediatos, cuyos resultados anula en el choque o conflicto de los opuestos.
- Manuel S. Porteiro-



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Los sentimientos



      Inicialmente recurrimos al Diccionario para definir lo que es el Sentimiento. He ahí a continuación: Acción o efecto de sentir. Sensibilidad. Conjunto de calidades morales del individuo.
       Los sentimientos fueron estudiados por varias áreas del conocimiento humano. Los investigadores materialistas creen que los sentimientos son una mera manifestación de áreas localizadas en el cerebro. Inactivándola, la persona no demuestra sentimiento ninguno. No tenemos duda de que el cerebro es el vehículo de expresión de la mente, pero, no es la propia mente.
Los estudiosos afirman que entre expresar y ser, existe una distancia considerable. Actualmente, los neurocientíficos consiguieron localizar, en el cerebro, las regiones correspondientes al habla, a la audición, a la parte de la inteligencia, a las diversas emociones, a los sentimientos y los demás atributos del hombre.
        Recientemente ellos ya consiguieron descubrir el recorrido desarrollado en el cerebro por una saludable o negativa emoción, así como en el trabajo de las neuronas en el mando de los agentes psíquicos que resultan de esa energética en movimiento en las capas cerebrales. Y lo más interesante, dependiendo de la emoción o del sentimiento, el cerebro tutela en la producción de ciertas hormonas y demás substancias químicas correspondientes al tipo de la función psíquica ejercitada en aquel momento, pudiendo de ahí, generar la salud o la enfermedad.
   El Dr. Deepack Chopra, endocrinólogo hindú, radicado en Estados Unidos y autor de varios libros, dice que: el estudio del cerebro es muy significativo, por que él representa en la estructura del cuerpo físico, así como por la gran central desencadenadora de reacciones químicas que él es. Sin embargo, por detrás de él está la fuente mental de todos los fenómenos intelectivos, emocionales y morales: El Espíritu. En el siglo XIX, también, fue presentado, científicamente, al mundo por el eminente pedagogo francés, Allan Kardec.
  Como estamos en el inicio de la Era del Espíritu, surgen, actualmente, algunos estudios en la propia área médica y psicológica acerca de la plegaria, de la meditación, de la transmisión de energías psicofísicas (pases espíritas), de la reencarnación y de la influencia de la mente extrafísica sobre el cuerpo humano.
  Son ensayos promocionados desarrollados por algunas Universidades Americanas y Brasileñas, que ya se interesan por este tipo de investigaciones, aún, que existen resultados significativos en el campo de la salud física y mental cuando las personas meditan, cuando efectúan plegarias y cuando son sometidas a los llamados toques terapéuticos (el conocido pase espírita aplicado, gratuitamente, en los Centros Espíritas de Brasil).
Además de estas investigaciones, vimos el trabajo desarrollado por el Dr. Ian Stevenson, de la Universidad de  Virginia, en California, sobre la Reencarnación. El Dr. Stanislaw Grof de la Universidad Americana Jonhs Hopkins que lanzó los libros: “Además del Cerebro” y “Emergencia Espiritual”, presentando, así, una propuesta revolucionaria en la dirección de la conciencia humana.
  El escritor espírita Jason de Camargo en su libro la ‘Educación de los Sentimientos’ afirma que el Sentimiento es el cenit de la Espiritualidad. El puede ser considerado unafunción racional, pero sutil, porque obedece a la lógica del corazón y no de la cabeza. La lógica del Amor, por ejemplo, transciende la racionalidad intelectiva, pero no transciende la racionalidad de las leyes, que también están vigente en el alma humana y que son tan o más importantes que aquellas que se refieren a la intelectualidad del hombre.
     Podemos alegar que Chico Xavier, Bezerra de Menezes, Divaldo Franco y tantos otros, de este y del siglo pasado, por sus vivencias trabajaron en el Amor y en la Caridad los sentimientos superiores realizando una obra de transformación de la humanidad conforme la afirmación del Espíritu de Verdad: “Espíritas Amaos, este el primero mandamiento; instruiros, este el segundo”. La prioridad fue dirigida al “Amor”, justamente por ser el la ley suprema de la conciencia y la madre de todas las virtudes.
    Finalmente actuando por la educación de los Sentimientos, por descontado, encontraremos la paz y la salud, liberándonos de los varios tipos de sufrimientos de esta o de otras vivencias.

João Batista Cabral – Presidente da ADE-SE - Associação de  Divulgadores do Espiritismo de Sergipe. Conferencista. Jornalista. Psicoterapeuta Transpessoal.

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martes, 27 de diciembre de 2011

¿Juicio final?; ¿ Fin del mundo ?


Las religiones nos hablan de un “juicio final” en “el último día”, o de un “fin del mundo”. Veamos que hay sobre este asunto:

¿Cómo encaja con el concepto evolutivo del espíritu, el dogma religioso del Juicio Final y el “Fin del Mundo” ?

El “juicio final” que experimenta el Ser desencarnado después de haber abandonado este mundo, y que está regida por una ley o norma por la que se clasifican y ubican las Almas en el mundo espiritual.
Este concepto nos lo han legado las religiones, como tantos otros, desfigurado, por lo que suena a algo amenazador y terrible que nos espera al final del camino : el llamado “fin del mundo”, nos lo enseñaron con el concepto de una terrible catástrofe y total destrucción que un día sufrirá la Tierra y los seres que la habiten; es como un terrible final de todo y después una suerte definitiva, buena o mala, para todos los que una vez vivímos en él.
Sin embargo para cada persona, el fin del mundo supone en realidad el final de la existencia física cuando deja su cuerpo carnal y su Ser continúa viviendo en el Plano Espiritual; así es en realidad el llamado “fin del mundo”, al que se debiera llamar mas bien, “final de nuestra etapa humana en este mundo”. Se le ha llamado también “Juicio del último día” o “Juicio final”, pero este no es otra cosa que el que cada cual experimenta después de su muerte como Ser humano.
No parece coherente el interpretar la idea del Fin del Mundo como el punto y final de la Obra de la Creación de Dios. No cabe considerar que Dios, Creador Perfecto e Infinito, vaya a poner punto final a su obra perfecta e infinita como él, y después se vaya a quedar eternamente inactivo. Si así fuese, no podemos imaginar a un Ser Creador Infinito, que es Energía Dinámica y Vibración Pura y constante, parado eternamente , habiendo dejado su Obra a medio camino; si así pudiera ser, cabría preguntarse : ¿ y luego qué haría Dios?..... Además, ¿cómo iba a dejar infinitamente estancadas en su camino evolutivo a toda esa multitud de almas en formación y que no han evolucionado suficientemente todavía?; sería para estas almas una eterna condena sin más culpa que la de existir.
Sin embargo el auténtico Juicio final es el que cada vez que alguien muere, experimenta particular e individualmente ; este en realidad es el autojuicio de su propia conciencia, con el en el que valora la vida finalizada como Ser humano. Esto le sirve al Ser espiritual para comprender y sentir los errores que cometió, y también los aciertos , así como las cosas que se dejó pendientes por hacer en este mundo y que tendrá que corregir o completar mas adelante.
Desde el punto de vista de la profunda realidad en la que estamos todos inmersos, que es la Evolución, el “Fin del Mundo” a nivel colectivo o  global, solo se puede entender como una necesaria transformación de esta gran casa común que es nuestro planeta Tierra, cuando finalice la actual etapa evolutiva planetaria en que nos encontramos , dando paso a una nueva etapa de un nivel superior al actual, en lo intelectual, lo mental y lo ético; o sea, en realidad supone el final de este mundo nuestro en cuanto a transformación moral y también física, y a su vez el nacimiento de un nuevo mundo en cuanto se refiere a la nueva sociedad humana que deberá habitar un mundo de regeneración.
Es de creer que cuando la Tierra modifique su psicoesfera ,que es la resultante de todas las construcciones mentales de los seres humanos que la habitamos,la ignorancia y la angustia existencial desaparecerán. El ser humano alcanzará la creencia en que existen unas Leyes Divinas o Cósmicas, y comprenderá la importancia de alcanzar valores éticos. Las actuales neurosis y las llamadas “angustias existenciales”de tanta gente, cederán paso a edificaciones mentales de progreso y felicidad. El ser humano terminará por comprender y admitir su naturaleza espiritual y esto le llevará a sentir cada vez mas la necesidad de sacudirse de las bajas vibraciones del planeta y de elevarse con las de los Planos Superiores.
Según han advertido en repetidas ocasiones desde los Planos Espirituales Superiores, nuestro mundo sufrirá grandes transformaciones. Cuando este cambio se produzca,- de lo que ya hay indicios mas que sobrados para interpretar que este cambio es actualmente un proceso en marcha,- los Seres que no sean aptos para acceder a un mundo con un nivel ético y moral superior al del ser humano actual, que les capacite para formar parte de una nueva Humanidad en una sociedad mundial más adelantada que la nuestro actual, deberán continuar su particular proceso de maduración evolutiva “repitiendo curso” como los malos estudiantes, en aulas inferiores o mundos acordes a su nivel de desarrollo espiritual, en donde se han estancado, y en los que puedan asimilar lo que les falta para poder conquistar la capacidad necesaria para poder proseguir en un mundo superior a este, llamado “ de Regeneración.” Así se comprende el sentido que tienen las palabras evangélicas de “ la separación del grano de la paja”, o la “derecha y la izquierda del Cristo”, etc.
Es de señalar que el número de Espíritus de gran evolución que han reencarnado en los últimos años es mas alto que en el pasado. Esto es así, debido precisamente a estar actualmente la Tierra a punto de cambiar de ciclo planetario o nivel evolutivo, pasando de su grado evolutivo actual al siguiente superior en la escala evolutiva. En estas circunstancias en las que deberá de seguir siendo habitada la Tierra por una nueva Humanidad mas moral y espiritualizada, y en donde , tal vez de forma trágica, se va a separar el grano de la paja, o los buenos de los malos, la gente que deba poblar la Tierra como mundo de Regeneración, tal vez necesite mas que nunca a estos Seres Guías en su silenciosa y eficaz labor de ayuda para la Humanidad.
Lo esencial es que consideremos que el llamado “Final de los Tiempos”, no es sino un cambio de ciclo evolutivo de la humanidad, y que no supone en absoluto la aniquilación total de la raza humana. Sí que se trata ,sin embargo, de un proceso de transformación gradual, que abarca una época de duración indeterminada, en la que es de esperar que vaya acompañado de grandes cambios físicos, sociales y de todo orden en todo el planeta, de una forma progresiva o tal vez de modo brusco y traumático ;eso depende de cómo actuemos todos los Seres humanos, a nivel social, ético, medioambiental, etc.
-Jose Luis-



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lunes, 26 de diciembre de 2011

El cuerpo de Jesús



    En cierta ocasión asistimos a una película bastante interesante. Denominada La investigación, el film hace referencia a los años posteriores a la muerte de Jesús.    La intención parece clara, en principio intentar probar que verdaderamente el Maestro no resucitó.

    Es que los hombres, por no entender de estas cuestiones, creen que Jesús resucitó y se apareció con Su cuerpo carnal.
 
   
 De hecho surge la pregunta: ¿Qué pasó con el cuerpo de Jesús?  
      
Pues si el cuerpo con el que se presenta a Magdalena, a los discípulos y con el que asciende a los cielos, en Galilea, es un cuerpo espiritual, diferente - ¿Qué pasó con el carnal, que fue sepultado en los jardines de José de Arimatea?

¿Habían robado el cuerpo los discípulos? 


Posiblemente no. Los cuatro evangelistas nos dicen que los discípulos se espantaron al recibir la noticia de la resurrección de Cristo.


En aquel entonces, ellos no entendían las cuestiones más profundas que habían con respecto al cuerpo espiritual.
 
    Estaban amedrentados, temían las persecuciones. Serían incapaces de una acción que requería coraje, ya que los sacerdotes habían tomado todas las precauciones para que el cuerpo no cayese en manos de los Apóstoles.

¿Habían robado el cuerpo los sacerdotes? 


No, tampoco. Ellos, en especial, tenían el máximo interés en conservar el cuerpo de Jesús en la tumba.
 

Sería muy oportuno presentar el cuerpo, cuando los discípulos empezasen a pregonar el Evangelio del Señor y hablasen de la resurrección. Lo que ellos deseaban era mostrar el cuerpo sepultado de Jesús, para probar que Él no tenía capacidad de resucitar, tal como afirmó antes de Su muerte.
 

¿Pero porqué el cuerpo debía desaparecer? 


    Es bueno tener en consideración que hasta entonces, tanto los sacerdotes como los discípulos de Jesús seguían Sus Palabras al pie de la letra. No tenían  idea  de cómo el Espíritu sobrevivía a la materia.

    Por tanto, si los discípulos viesen el cuerpo de Jesús disolviéndose en el túmulo, por el proceso natural post-mortem y Le viesen, al mismo tiempo, vivo, resucitado, tomarían al Maestro por una visión. 
No creerían lo que habían visto.
    De esa forma, la desaparición del cuerpo de Jesús trajo dos ventajas para el naciente movimiento.

   La
 primera, fortaleció la fe de los discípulos que, viendo al Maestro materializado delante de ellos, no dudaron de Su misión y salieron a proclamar el Evangelio.

   La segunda, dejó a los sacerdotes sin ningún arma para contradecir las enseñazas de Jesús. No pudieron sembrar la confusión, como pretendían, en el seno del Cristianismo.

    ¿Cómo desapareció el cuerpo de Jesús? Posiblemente, Él mismo, el Señor de los Espíritus, con todo su poder, lo des-materializó. Ya anteriormente, en la vida terrena, lo hizo, para escapar de la saña asesina de los que Lo pretendían
 matar, tirándolo desde la cima de un gran monte.

    Entonces, los amigos de Jesús transportaron Su cuerpo a alguna tumba distante y desconocida. Allí se deshizo, volviendo la materia a la reserva de la naturaleza en un proceso natural.
 
    De una o de otra forma, fue una medida muy acertada para evitar malas consecuencias al futuro del Evangelio. Seguramente, también para evitar que Su cuerpo se volviera fruto de veneración, de idolatría, en detrimento de Sus enseñanzas imperecederas.


    ¿Al final no fue el propio Cristo el que enseñó que se debía adorar al Padre
 en Espíritu y Verdad? ¿Cómo podría Él no prever  que Su cuerpo no fuera objeto de disputa o de adoración indebida?    En la misma muerte, se percibe la grandeza de ese Espíritu excelso que es el Señor Jesús, nuestro hermano mayor. 
* * * 

  El túmulo donde fue enterrado el cuerpo de Jesús nunca había sido utilizado anteriormente. Si nadie hubiese reclamado el cuerpo, hubiera sido enterrado en la fosa común. O como normalmente ocurría, se pudriría en la cruz.  José de Arimatea era uno de los muchos admiradores de Jesús. Pertenecía a la clase culta de Judéa y gozaba de gran influencia ante el gobierno. Sin miedo, interviene y reclama el cuerpo de Jesús para darle sepultura decente. Gratitud de amigo para quien le trajo las enseñanzas de la vida eterna.
 

Ore.
La oración trae intimidad, trae paz, suple las necesidades espirituales y materiales.
Vamos conversar con Dios, pues El se agrada en oír nuestra voz.
Regina Lucia de Souza


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