martes, 31 de enero de 2012

Metamorfosis


 ¿Usted observó a una mariposa posada sobre una hoja nueva, especialmente elegida por ella, una que no caiga la oruga antes de la salida del huevo, doblar el abdomen hasta sentir la cara inferior de la hoja y allí colocar el huevo?
 
Por esas maravillas de la naturaleza, que solamente la providencia divina explica, cada especie de mariposa sabe exactamente cuál es el tipo de planta que debe escoger para colocar el huevo que, gracias a una substancia viscosa de secado rápido, se fija inmediatamente.

Las mariposas son muy admirados por la ligereza de sus vuelos y la belleza del color de sus alas.

Ellas procuran, en las flores, en la arena o en frutos fermentados, su alimento, siendo que las flores son muy frecuentadas por las mariposas hembras, yendo de una flor a otra.
 
Algunas especies existen que tienen la capacidad de permanecer inmóviles por tiempo considerable, mientras otras hacen vuelos cortos, a veces muy rápidos, yendo de una flor a otra.

Ellas buscan la pradera, la ramas de los arboles, besan las hojas tambaleantes y driblan el viento apresado.

Bailan en medio de las gotitas que se desprenden de las cascadas o como pétalas revolotean, balanceándose en el espacio.

Su matiz es mensaje de alegría. Su libertad es una invitación a la paz.
 
No en tanto, unos días antes de mostrarse tan bellas no pasan de larvas arrastrándose en el suelo húmedo escondidas en la cascara podrida de algún tronco relegado.
 
Las orugas, jamás soñarían con los besos del sol o con el néctar de las flores. Mas, pasan las semanas y después la fase de crisálida, es ahí cuando ellas surgen maravillosas, coloridas, exuberantes, plenas de vida.

A semejanza de la oruga, vivimos en el terreno de las experiencias humanas. 
 
Al final, llega un día en el que somos invitados a adormecer en la carne para despertar en la espiritualidad, planeando por encima de las dificultades que nos afligen.
 
Es la muerte que nos alcanza y nos enseña que la vida no se resume en un puñado de materia que entra en descomposición. Tampoco es simplemente un montón de de episodios mercantes o insignificantes, promotores dispersos y ríos de lágrimas
 
La vida es del espíritu, que vive más allá de la aduana del túmulo, teniendo como destino la vida en toda la amplitud.

Por eso, cuando seamos constreñidos a acompañar, con lágrimas, aquel afecto que se despide de las luchas del mundo, partiendo para la espiritualidad, no nos lamentemos, ni nos desesperemos.

Aun  con dolores en el alma, despidámonos del corazón querido que se nos va, con un suave “hasta luego” porque como las mariposas, el alcanzó, al fin, la libertad.
 
¿Usted sabia que al morir el cuerpo, el espíritu que de él se servía  como de un vehículo, se libera?

Nadie se aniquila con la muerte. Se cambia, simplemente, de estado vibratorio, sin que se opere un cambio en los sentimientos, pasiones y deseos, en aquel que es considerado muerto.
 REDACCIÓN DE MOMENTO ESPIRITA

Ver los  Blog   El espírita Albaceteño.-   elespiritadealbacete.blogspot.com
Marina Mies de Amor.-    marinamiesdeamor.blogspot.com 
www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com 
  www.espiritistas. es  
www.elblogdeazucena.blogspot.com
www.ade-sergipe.com.br 
 Centro Espírita sin fronteras.- :  ceesinfronteras.es/eventos.htm 




lunes, 30 de enero de 2012

El sentido de la Reencarnación



Adaptar la obra de Allan Kardec al contexto de nuestras sociedades de hoy, era el propósito de  algunos escritos anteriores, “La sensatez espírita” y “La relación de causa y efecto”, referentes a las nociones de prueba, expiación y resignación, dentro de una reactualización de los conceptos. Sin discrepar de los grandes principios esenciales contenidos en la obra primordial que fundó el espiritismo,
     En el Libro de los Espíritus, temas particulares de la metafísica han tenido que ser revisados en el transcurso de la reflexión de los propios espíritas y con la ayuda de los espíritus que desde 1858 han afinado sus propuestas.
     Pasamos ahora a otro tema, el de la reencarnación, noción esencial de la filosofía espírita, desarrollada en el capítulo IV de El Libro de los Espíritus bajo el título de “Pluralidad de las existencias”. La actualización espírita sobre este tema no vale sino para algunas precisiones suplementarias que vienen a confirmar lo fundamental, pues de hecho, todos los grandes lineamientos del principio de reencarnación ya están contenidos en ese capítulo.

Lo innato y lo adquirido
     Sabemos que en el transcurso de nuestras vidas sucesivas, el alma se transforma progresivamente, asumiendo que cada vida es una nueva experiencia que nos pone en contacto con nuestros semejantes, a los que hemos conocido anteriormente o no, en el aprendizaje de una verdadera comunicación entre los seres, y por consiguiente en el contexto de una sociedad, una cultura, una civilización.
      El primer contacto con la vida encarnada comienza por los padres, la familia, o con los que suplen a la familia cuando el niño ha sido abandonado. Es entonces cuando, en la amnesia de las anterioridades, se puede creer que ese niño acaba de nacer, ya sea por casualidad para los ateos, ya sea creado por la voluntad de Dios para los creyentes. Y sin embargo, ese niño muestra ya signos de despertar y de inteligencia aun antes de haber sido instruido y educado. A veces da pruebas de una vivacidad de espíritu y de una comprensión que asombra a los padres. Más aún, cuando adquiere el lenguaje, puede llegar a hablar de lo que era antes, recordando otros padres, otra familia, otro medio. Se cree entonces que está inventando historias como afectado de una precocidad de futuro novelista, a menos que se esté atento a sus “fantasías”, y buscando un poco, se encuentren rastros de lo que ya no es un cuento de hadas sino un recuerdo. Así, los niños se acuerdan con mucha precisión de ciertos eventos anteriores, lo cual fue estudiado ampliamente por Ian Stevenson a través de sus múltiples investigaciones por el mundo.

(*) Hay pues, y hasta más allá de la afirmación espírita, la noción de las vidas anteriores que se impone.
Entre sus interrogantes existenciales, el filósofo se plantea con frecuencia la pregunta de  lo innato y lo adquirido,, pero nunca se sospecha que la parte innata no es forzosamente el resultado de una transmisión
genética, sino más bien la realidad del espíritu reencarnado que lleva consigo en forma inconsciente la huella indeleble de todas sus vidas anteriores. Esta parte innata que el niño posee en sí no hay que buscarla más en una transmisión hereditaria, por cuanto es difícilmente concebible suponer que las aptitudes particulares o los diferentes rasgos de carácter, hayan podido ser transmitidos por la vía de los cromosomas.

     Dentro de una concepción materialista, uno se limita a eso, sugiriendo que la inteligencia puede resultar de
combinaciones genéticas y por tanto estrictamente físicas, como si la genética fabricara al espíritu con todas sus potencialidades. No es una creencia, la de una ciencia que considera lo inimaginable dentro de sus postulados, a pesar de que la noción de preexistencia del espíritu es mucho más coherente y comprensible, al explicar por qué hay tanta disparidad en los rasgos de carácter y las personalidades que a menudo se afirman muy temprano en los niños pequeños.

     El recién nacido no surge de ninguna parte, no es la pura creación de sus padres, sino solamente la procreación. Reencarnado desde el momento de la concepción, su espíritu se ha desplegado en la materia,
participando inconscientemente por su impulso vital en la elaboración de su físico. Progresivamente se integra en el mundo de la materia, y su memoria del otro mundo se vela porque la materia orgánica y en particular el cerebro, ya no permiten la conservación de antiguos recuerdos. El cerebro será el soporte de otra memoria, la de la vida que comienza, la memoria de todos los eventos de esta nueva vida que se registrarán espiritualmente, pero también con el soporte cerebral.

     Respecto al principio de la encarnación y sus mecanismos, todo es claro y lógico, y  esto ya se ha  explicado más ampliamente en diversos artículos..

Un sentido metafísico 
     Ahora, desde un punto de vista metafísico son  necesarias otras explicaciones y nos vuelven a llevar invariablemente a la noción de divinidad.  ¿Por qué es necesario reencarnar?  ¿Por qué no bastaría una sola
vida? ¿Por qué Dios no ha concebido las cosas de otra manera? Etc. Muchas preguntas que preocupan o a
veces confunden a las personas que están a punto de admitir la idea de las vidas sucesivas.   A ciertas personas les gustaría no tener sino una sola vida, otras dicen desear que después ésta todo termine en la nada
total. Y si uno se detiene en las preferencias de cada uno, habrá tanta diversidad y tantas creencias que no se podrá extraer de allí la menor verdad universal. Y sin embargo, todo el mundo está de acuerdo en decir que forzosamente hay una verdad única que se aplica a todos los seres, ¡evidentemente deseando cada uno
que la suya sea la buena! Entonces será preferible ponerse de acuerdo sobre otro punto de vista, el que
siempre ha prevalecido en las investigaciones y los descubrimientos: no es cuestión de creer lo que se desea (Cristóbal Colón creía firmemente que llegaba a las Indias, descubrió América…), sino de estudiar la Naturaleza en todos sus aspectos, incluyendo los aspectos espirituales. No nos corresponde decretar lo que es o lo que debería ser, sino tomar las cosas tal y como se nos presentan. Y en lo que concierne  a la reencarnación, concepto ya demostrado por numerosas observaciones espíritas y otras, tocamos una ley universal cuyo sentido es necesario tratar de comprender. Ese sentido ya está dado por el  espiritismo, y los espíritus no han variado en sus enseñanzas desde hace ciento cincuenta años. Ellos han definido la evolución como desarrollo intelectual y moral del espíritu a través de las vidas sucesivas, en una alternancia con momentos espirituales de vida en el más allá. Hay un comienzo pero no hay fin: el espíritu sigue el movimiento ascendente de su emancipación en el transcurso de numerosas vidas en diferentes mundos, para reunir al término de ese recorrido, el amor total en su participación en el fenómeno divino.

     Varias vidas en la Tierra o en un planeta similar forman parte de ese recorrido palingenésico, y evidentemente son esas vidas las que nos interesan más particularmente, en la medida en que muchos de nosotros ya hemos vivido existencias en el suelo terrestre y seremos llamados a vivir otras en él, antes de considerar una encarnación futura en un mundo superior.

     Nacer, morir, volver a renacer y progresar sin cesar, tal es la ley.   A esta frase fundamental de Allan Kardec que resumía la evolución, nosotros agregaremos: evolucionar a través de los mundos hasta la perfección del ser, en un universo infinito y eterno. Y tocamos allí la noción de pluralidad de los mundos, noción que está relacionada con la de la reencarnación, pues para el espíritu no hay fronteras en una solidaridad universal, más allá de los límites de nuestra Tierra, planeta habitado entre una multitud de otros.

     Respecto a nuestro ciclo de vidas terrestres, sabemos (porque lo comprobamos) que vivimos en un etapa
todavía poco adelantada, que proyecta sin embargo lo que podría ser la evolución de la Tierra dentro de
una perspectiva de justicia, libertad y paz. Eso, se puede imaginar, se puede tratar de construir, se puede luchar con ese fin. Y es allí donde interviene la noción evolutiva, no solamente de individuos en su progreso personal, sino de una sociedad humana que debe encontrar su emancipación por la conciencia de  las individualidades que la componen. Al hablar de sociedad, uno no se aleja de la idea de la reencarnación,
uno no hace sino prolongar el principio de las vidas sucesivas, pues no hay evolución individual que pueda
disociarse de la evolución colectiva. Todos hemos participado, poco o mucho, en la vida de nuestro planeta en nuestras vidas anteriores. Hemos vivido sus torpezas, en el bien, en el mal, en la indiferencia, en el crimen o en la complicidad del crimen. Hemos podido admitir, o predicado, ideas que hoy censuramos.

     Quién sabe si algunos de nosotros no hemos sido los inquisidores de ayer o los promotores de conflictos
guerreros, fanatizados por una ignorancia que hoy nos haría enrojecer de vergüenza. Por otra parte este argumento podría significar que necesitamos perdonar todos los horrores que vemos hoy, sabiendo que en nuestro pasado palingenésico quizás hemos perpetrado los mismos. Sin embargo, perdonar no significa aceptar, y tenemos derecho a portar los ideales justos cuando nuestro espíritu ha alcanzado la consciencia de su responsabilidad en un sentido de solidaridad que quizás no era el mismo en nuestras vidas pasadas.

     La evolución general se traduce con frecuencia en una relación de fuerza entre las buenas voluntades que
luchan y los humanos que todavía son guiados por sus bajos instintos egoístas y orgullosos. El sentido de
la evolución se ubica en una lucha por los valores que transformarán a la humanidad. En todo caso, como
espíritas no podemos escapar a esta consciencia que nos es dada por la enseñanza del más allá desde hace ciento cincuenta años y que nos dice: aprendan a hacerse libres y responsables, aprendan a amarse, desarrollen el sentido de solidaridad y justicia. Lo que para hablar claramente significa que no hay evolución
estrictamente individual, donde cada uno trabajaría para la salvación de su propia alma, sino una evolución
que pasa por la preocupación por el otro, por los otros, en una lucha perpetua contra todos los males de la
humanidad.

     Cuando hoy se habla de reencarnación, es en función de lo que nos relaciona a cada uno, con toda la
humanidad. En otros tiempos, se pensaba en la familia, en el entorno cercano o a lo mejor en la situación del
país en que se vivía.   Hoy, se piensa en mundo, nuestra “casa común”, como decía   Gorbachev,** -  ex presidente soviético, - donde vivimos todos en interdependencia, no sólo en el plano económico, sino en un plano espiritual donde necesitamos inventar nuevas relaciones solidarias entre los pueblos. Ese es el desafío para mañana, y es todo el sentido de nuestras vidas encarnadas actuales, porque hoy más que ayer, estamos en tiempo para una nueva emancipación posible, tanto desde el punto de vista individual como colectivo.

(*) Ian Stevenson  (1918-2007), psiquiatra, profesor de la universidad de  Charlottesville - Virginia, estudió por el mundo numerosos casos de niños  que se acuerdan de sus vidas anteriores. 
(**) Gorbachev hablaba sólo de la “casa común” de una Europa ampliada para clausurar el episodio de la guerra fría, pero en la sociedad globalizada  de hoy .
- Jacques Pecatte- Revista Le Journal Spirite nº 84 abril/2011





Ver los  Blog   El espírita Albaceteño.-   elespiritadealbacete.blogspot.com
Marina Mies de Amor.-    marinamiesdeamor.blogspot.com 
www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com 
  www.espiritistas. es  
www.blogdeazucena.blogspot.com
www.ade-sergipe.com.br 
 Centro Espírita sin fronteras.- :  ceesinfronteras.es/eventos.htm 



sábado, 28 de enero de 2012

Experiencia Mediúmnica en una sala de Anatomía

Herculano Pires


    Curioso episodio relatado por el prof. Paul Gibier – Golpes invisibles contra el anatomista y un médium – Experiencia médiumnica en una sala de anatomía.

¿Cuál es la situación de los espíritus que ven sus cuerpos disecados en las salas de anatomía? Anualmente, en ciertas escuelas superiores, se celebran ceremonias religiosas especiales, para esos espíritus. Hoy mismo, los periódicos cuentan la celebración de la llamada "Misa del cadáver", en la Facultad de Farmacia de la Universidad de São Paulo. ¿Podría el Espiritismo explicarnos algo sobre el asunto, que naturalmente interesa a todos los espiritualistas?


"El Libro de los Espíritus", obra básica de la doctrina, nos informa acerca de las distintas situaciones espirituales del hombre, después de la muerte. En el capítulo sexto de la segunda parte del libro, Kardec insertó, como ítem cuarto, un "Ensayo teórico sobre la sensación en los Espíritus", que nos esclarece el problema. El espíritu consciente de su estado, pero preso a las sensaciones materiales y aún ligado al cuerpo, es afectado por lo que le hacen al cadáver, aunque no sienta los dolores físicos de la disección. Muchas veces se rebela y se encoleriza. Por eso mismo, antes de los trabajos de esa naturaleza, profesores y alumnos deberían reunirse en oración en favor de los espíritus que aún estuviesen ligados a los cuerpos que van a ser disecados.



     Las ceremonias religiosas posteriores son homenajes, casi siempre simbólicas, mientras que las oraciones y vibraciones mentales anteriores constituirían ayuda eficiente. Sabemos muy bien que esto aún no es posible en el ambiente materialista en que vivemos. Sabemos también que muchos profesores y alumnos encogerían los hombros ante lo que estamos diciendo, por considerar nuestra actitud puramente supersticiosa y sin ningún fundamento científico.Sin embargo, así no piensan los grandes científicos que se interesan por las experiencias espíritas. Y algunos de ellos, como el prof. Paul Gibier, ex-internista de los hospitales de Paris, ayudante naturalista del Museo de Historia Natural y Oficial de la Academia, pueden ofrecernos datos curiosos al respecto.



     En su ensayo sobre "Fisiología Trascendente", o "Ensayo sobre la ciencia futura", como él mismo lo llamó, el prof. Gibier nos cuenta lo que le sucedió en una experiencia psíquica realizada en la sala de anatomía. El libro en que aparece este relato tiene el título de "Análisis de las Cosas", lanzado en traducción portuguesa por la Librería de la Federación Espírita Brasilera. Uno de los más lúcidos y bellos trabajos sobre el Espiritismo, de orden científico, ya publicados en el mundo.



     El prof. Gibier realiza sesiones, casi diariamente, por la noche, para hacer observaciones sobre "la fuerza anímica", en una sala de laboratorio próxima a los anfiteatros de disección de la Escuela Práctica de la Facultad de Medicina de Paris. Poco antes de la noche de una de las sesiones, realizara estudios de cirugía en un cadáver, en el laboratorio. Durante los trabajos, que debían producir fenómenos de materialización y efectos físicos, se consiguió muy poco. El médium se quejaba de influencias, que intentaban dominarlo. Al retirarse, — cuenta el prof. Gibier, — "de camino, por la calle Lhomond hacia la calle Claude Bernard, fuimos repentinamente agredidos por una lluvia de golpes, que oíamos y sentíamos muy bien, y que alcanzaban principalmente al médium".

     Una semana después, se reunían nuevamente, el prof. Gibier y sus amigos, con el médium, en la misma sala. Apenas entraron allí, comenzaron los fenómenos físicos, de naturaleza violenta. Y poco después el médium era "tomado" por un espíritu vengativo, que intentó agredir al experimentador. Aún sin experiencia, el prof. Gibier llegó a trabar una lucha con el médium. Sin embargo, cuando recordó, por las instrucciones de una persona "muy al día con esas cosas", tomó una actitud diferente. A través de las vibraciones y de los pases, consiguió que la entidad se retirase, dejando al médium. Se trataba del espíritu del cadáver disecado, que deseaba vengarse de lo que consideraba una profanación.

     Este ejemplo, que nos es dado por un médico, un sabio, un investigador concienzudo y leal, nos muestra que no estamos hablando de duendes o fantasmas y si de principios vitales, que no pueden ser olvidados por profesores y alumnos de medicina.

     Dejemos que el propio prof. Gibier explique lo que hay de natural, de positivo, y no de imaginación  y superstición, en este problema. "La vida, tal como la observamos, — dice el maestro, — se muestra en el punto de convergencia de tres principios. O, si prefieres: “El Espíritu animó la Energía y organizó la Materia, para hacer actuar una sobre la otra y dar vida al ser".

     En otras palabras, en términos de la Doctrina Espírita: El Espíritu anima al periespíritu, cuerpo espiritual, y este organiza el Cuerpo u organismo material. Al disecar un cadáver, estamos lidiando con una parte del ser, que, lejos de encontrarse extinto, permanece en todo su poder energético y espiritual. Podemos hacerlo en beneficio de la ciencia, pero no podemos olvidar el respeto que nos merece el ser espiritual a él ligado.  
Tomado del libro “El Hombre Nuevo” de José Herculano Pires.




Tenemos que ser lo suficientemente humildes e inteligentes para darnos cuenta que necesitamos estar aprendiendo. Cada circunstancia de la vida, cada suceso que nos perturba, lo sabemos poner en su sitio si hemos aprendido antes a saber encajarlo en nuestra vida diaria. 




 El espírita Albaceteño.-   elespiritadealbacete.blogspot.com
                                         Marina Mies de Amor.-    marinamiesdeamor.blogspot.com 
                                                   www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com 
                                                   www.ade-sergipe.com.br      
                                                  www.elblogdeazucena.blogspot.com
                                                   www.espiritistas. es        y
Grupo  Espírita sin fronteras.- :  ceesinfronteras.es/eventos.htm  

viernes, 27 de enero de 2012

El Cielo y el Infierno de las religiones




      ¿El concepto del infierno está contemplado en todas las religiones ?

    Esta idea está presente en casi todas, aunque con distintas acepciones y con diferentes conceptos de eternidad y castigo.

    Los pueblos paganos le llamaban el Tártaro y su contrapuesto equivalente al Cielo, Campos Elíseos.

    La civilización griega lo llamó Hádes y la hebrea Seol . El Hades, según las Escuelas de Sabiduría Pitagórica u Orfica, era un lugar de sufrimiento en donde el Alma impura se purificaba, y su oponente situado en las regiones superiores y equivalente al Cielo, era el Olimpo, mansión de los dioses y de los hombres divinizados.

    Orígenes de Alejandría, San Ambrosio, San Jerónimo y otros de los llamados Primeros Padres de la Iglesia, consideraron que el Infierno no podía ser un estado eterno sino un periodo de transición mas o menos duradero.

    Los pueblos paganos tenían a Plutón como al rey del Infierno, y entre los cristianos surgió paralelamente la figura del Demonio o Satanás, que aún superó a Plutón en malignidad, porque según los conceptos religiosos de las civilizaciones que mantenían estos criterios, Plutón solamente se limitaba a guardar las almas de los condenados, mientras que Satán además también las inducía a caer en el mal con engaños y sugestiones para que se condenasen.

    Como es notorio, el cristianismo también adoptó esta idea y la ha utilizado siempre como medida de amenaza para obligar a los cristianos a seguir y aceptar ciegamente unas normas evangélicas y eclesiales. Según los Evangelios cristianos, Jesús descendió a los infiernos , situados en los lugares bajos, para sacar de allí a las almas que esperaban su venida. En las diversas religiones cristianas estos conceptos difieren mas o menos así:
                                            
Los católicos admiten un cielo de gloria y eterna beatitud y felicidad, en donde solo ingresan directamente unos pocos católicos que han tenido una vida pura y de gran santidad. La mayoría van al purgatorio que es como el infierno pero no es para siempre, sino un lugar o estado de castigo que no es eterno y puede ser acortado por la intercesión de las oraciones que por ellos hagan los vivos. Los no católicos, salvo raras excepciones , van directamente al infierno de fuego eterno.

Los evangélicos en general, creen que se va directamente al cielo o al infierno. El día del juicio resucitarán todos con sus cuerpos carnales que tuvieron y después volverán al lugar o estado que estaban con un cuerpo incorruptible.

Los ortodoxos afirman que todos van al Hádes donde pueden permanecer con felicidad o con sufrimiento, según hayan sido las vidas de cada cual y como un anticipo del juicio final. Pero después del juicio final encuentran la reconciliación total con Dios y todos quedan en el Hades en estado de felicidad.

Para los adventistas del 7º día, tras la muerte todos duermen y en el juicio final los justos resucitarán y serán felices, y los inícuos serán aniquilados. Niegan el cielo y el infierno.

Los mormones admiten tres cielos: en el primero ,que es el mejor y más feliz, van los mormones justos que han tenido hijos. En el segundo los mormones sin hijos y en el tercero los mormones que hayan sido injustos y servirán para siempre a los de los dos cielos anteriores. Los mormones apóstatas irán al infierno.

    Y por último, los testigos de Jehová creen que tras la muerte dejarán de existir y en el juicio final todos resucitarán ( si no existen ¿cómo podrían resucitar?). Afirman que los buenos testigos de Jehová quedarán en el paraíso que será la Tierra pero por un número predeterminado por su Bíblia, y los demás dejarán de existir. ¿Qué pasaría si los buenos al final fuesen más que ese número límitado que sostienen?; ¿ Se salvarían rompiendo ese famoso número,o se condenarían igualmente por no caber ya en ese cielo que aguarda a los que forman el número prefijado y donde parece que ya no cabrán más?. Ellos también niegan el infierno tal como lo entienden las demás religiones, por lo que los no salvos parece ser que los ven condenados a dejar de existir, como si nunca hubiesen existido...... es mejor no profundizar más en estas cuestiones que no conducen sino a nadar en lo absurdo y en el sin sentido.
     Según  la Revelación  Espírita, el Cielo y el Infierno son estados del  espíritu desencarnado, con arreglo al nivel vibratorio alcanzado durante su vida humana, así como del bagaje de buenas o malas acciones que haya podido cometer con arreglo a la Justicia Divina, Perfecta, que  mediante la Ley de Consecuencias actúa sobre ellos tras la muerte, situándolos en el plano vibratorio acorde a su propia vibración del periespíritu, y esto puede suponer estar en mundos de Luz, llenos de Paz, Belleza y Armonía, o en zonas de oscuridad situadas  vibratoriamente a nivel de la corteza terrestre o incluso por debajo de ella. Pero tras un tiempo de preparación y evolución de unos, y de sufrimiento y purga en otros, estos últimos son rescatados de esas zonas purgatoriales, y llevados a zonas de recuperación y aprendizaje, prosiguiendo así su evolución hasta que pidan o les sea dispuesta una nueva encarnación. De este modo, nadie es condenado a ningún sufrimiento eterno y sí a una felicidad que Dios permite que TODOS alcancemos, con el mérito de nuestro esfuerzo y la ayuda espiritual que recibimos en Su   nombre, por parte de Espíritus cuya misión es precisamente la de inspirarnos en el bien para dejarnos la libertad de elegir entre el camino correcto y el equivocado que nos sugieren los otros seres espirituales oscurecidos y negativos, que por envidia nos quieren atrasar y equivocar para que no estemos mejor que ellos cuando dejemos la Tierra.
-Jose Luis -

Dios, que está en todas partes y lo vé todo, debe ver los tormentos de los condenados. Si es insensible a sus gemidos durante la eternidad, eternamemnte está falto de piedad. Si no tiene piedad ,no es infinitamente bueno.”
- Allan Kardec (El Cielo y el Infierno)





Ver los  Blog      elespiritadealbacete.com
                                marinamiesdeamor.blogspot.com 
                        boletin-nuevaesperanza.blogspot.com 
                        ade-sergipe.com.br
                        elblogdeazucena.blogspot.com
                       espiritistas.es
               ceesinfronteras.es/eventos.htm 

jueves, 26 de enero de 2012

Donación de órganos




En las prácticas médicas en todas las especialidades, el transplante de órganos es lo que demuestra con mayor claridad la estrecha relación entre la muerte y la nueva vida, el renacimiento de las cenizas como Fénix: el mitológico símbolo de la renovación del tiempo y de la vida después de la muerte. (1)

La temática "donación de órganos y transplantes" es bastante coetáneo en el escenario terreno. Sobre el asunto las informaciones instructivas de los Benefactores Espirituales no son abundantes. El proyecto genoma, las investigaciones sobre las células tronco embrionarias y otras señalizan el alcance de la ciencia humana. Los transplantes, en épocas atrasadas repletas de casos de rechazo, se tornaron prácticas recientes de recomposición orgánica. El esmero "en-vivo" de experiencias visando regeneración de células y la perspectiva de la mejoría de la vida caminan delante, aun que las pesquisas señalan, aun, el inicio de la marcha. Eso torna auspiciosa la expectativa de la ciencia contemporánea. Con todo, el recelo del desconocimiento paraliza la imaginación de muchos.

Algunos espiritas rechazan el autorizar, en vida, la donación de sus propios órganos después de desencarnar, alegando que Chico Xavier cuando afirmo "mi mediúmnidad, mi vida, dedique a mi familia, a mis amigos, al pueblo. La muerte es mía. Yo tengo este derecho. Nadie puede hurgar en mi cuerpo; el debe ir para la madre Tierra", lo hizo porque cuando aun estaba encarnado Chico recibió varias propuestas [inoportunas] para que su cerebro fuese estudiado después de su desencarnación. De hay la comprensible recelo de que su cuerpo fuese profanado en ese sentido.

No podemos olvidar que si hoy somos potencias deudoras, mañana, podremos ser o nuestros familiares potencias receptores. "Para la mayoría de las personas, la cuestión de la donación es tan remota y distante como la muerte. Más para quien está esperando un órgano para transplante, ella significa la única posibilidad de vida" (2) Juana de Angelys sabiendo de esa importancia resalta "(…) Verdadera bendición, el transplante de órganos concede la oportunidad de proseguimiento de la existencia física, en la condición de moratoria, a través de la cual el Espíritu continua el periplo orgánico. Al final, la vida en el cuerpo es medio para la plenitud, que es la vida en si misma, actuante y real" (3)

En una entrevista a la TV en agosto de 1964, Francisco Candido Xavier comenta que el transplante de órganos, en la opinión de los Espíritus sabios es un problema de la ciencia muy legítimo, muy natural y debe ser llevado adelante. Los Espíritus, según Chico Xavier - no acreditan que el transplante de órganos sea contrario a las leyes naturales, pues es muy natural que, al nosotros desprendernos del cuerpo vengamos a donar los órganos prestados a compañeros necesitados de ellos, que puedan utilizarlos con provecho. (4)

La donación de órganos para transplantes es perfectamente legítima. Divaldo Franco certifica: si la misericordia divina nos confiere una organización física sana, es justo y valido, después de nosotros haber utilizado ese patrimonio, ofrecerlo, gracias a la conquistas valiosas y a la tecnología, a los que vinieron con carencia a fine de continuar la jornada. (5)

No hay, también, reflejos traumatizantes u inhibidores en el cuerpo espiritual, en contrapartida a la mutilación del cuerpo físico. El donador de ojos no retornará ciego al Más Allá. ¡Si así fuese, que seria de aquellos que tienen el cuerpo consumido por el fuego o desintegrado en una explosión? (6)

¿Cuándo se puede precisar que una persona está realmente muerta? Conforme la American Society Neuroradiology muerte encefálica es el estado irreversible de cesación de todo el encéfalo y funciones neurales, resultante de edema y compacta destrucción de los tejidos encefálicos a pesar de la actividad cardiopulmonar puede ser mantenida por avanzados sistemas de soporte vital y mecanismo y ventilación". (7)

La gran algazara del asunto es la muerte encefálica, en la vigencia de la cual órganos o partes del cuerpo humano son removidos para la utilización inmediata en enfermos de ellos necesitados. Estar en muerte encefálica es estar en una condición de parada definitiva e irreversible del encéfalo, incompatible con la vida y de la cual nadie jamás se recupera. (8) Habiendo muerte cerebral, verificada por exámenes convencionales y también apoyada en recursos de moderna tecnología, apenas los aparatos pueden mantener la vida vegetativa, algunas veces por tiempo indeterminado. Es en ese estado que se verifica la posibilidad del donador de órganos "morir" y solo entonces sus órganos pueden ser aprovechados - ya que los órganos sin irrigación sanguínea no sirven para transplantes. ¿Seria eutanasia? Evidentemente que caracterizar el hecho como tal carece de argumentación científica. (…) para condenar el transplante de órganos: la eutanasia de modo alguno se en esos caos de muerte encefálica comprobada. (8)

La medicina, en todo el mundo, tiene como certeza que la muerte encefálica, que incluye la muerte del tronco cerebral (10) solo tendrá constatación a través de dos exámenes neurológicos, con intervalo de seis horas, y un complementario. Así, cuando fuera constatada la cesación irreversible de la función neura, ese paciente estará muerto, para la unanimidad de la literatura médica.

Cuestión que también delicadamente es levantada es la reacción del organismo después de la cirugía. Chico Xavier nos viene al auxilio, explicando: Andre Luiz considera el rechazo como un problema claramente comprensible, pues los órganos del cuerpo espiritual está presente en el receptor. El órgano periespiritual provoca los elementos de la defensiva del cuerpo, que los recursos inmunológicos en futuro próximo, naturalmente, lo van a sostener o cohibir. (11) Especialistas, a partir 1967, desenvolvieron varias drogas imunossupressoras (ciclosporina, azatiaprina y corticoides), para reducir la posibilidad de reacción, pasando los receptores de órganos a tener una mayor sobrevivencia. (12) Estadísticamente, ahí es que la tasa de prolongamiento de vida de los transplantes es extremadamente elevada. Eso gracias no solo a las técnicas medicas, siempre perfeccionándose, más también por los esquemas imunossupressores que se desenvolverán y se ampliaran considerablemente, existiendo actualmente esquemas que elevan al cero por ciento (0%) la reacción celular aguda en la fase inicial del transplante, que es cuando ocurren. (13)

Andre Luiz explica que cuando la célula es retirada de su estructura formada, en el cuerpo humano, yendo laboriosamente para otro ambiente energético, ella pierde el comando mental que la orientaba y pasa, de esa forma, a individualizarse; al ser implantada en otro organismo [por transplante, por ejemplo], tenderá a adaptarse al nuevo comando [espiritual] que la rehabilitará y para seguir la coordinará su trayectoria. (14) Condición esa corroborada por Juana de Angelis cuando expone: (…) transferido el órgano para otro cuerpo, automáticamente el periespíritu del encarnado pasa a influenciarlo amoldándolo a sus necesidades, lo que exigirá del paciente beneficiado la urgente transformación moral para mejor, a fin de que su mapa de pruebas sea también modificado por su renovación interior, generando nuevas causas desencadenadoras para la felicidad que busca y tal vez aun no merezca. (15)

Los espíritus afirmaron a Kardec que el desligamiento del cuerpo físico es un proceso altamente especializado y que puede demorar minutos, horas, días, meses. (16)

Sin embargo con la muerte física no hay más cualquier vitalidad en el cuerpo, aun así hay casos en que el Espíritu, cuya vida fue todo material, sensual, queda apegado a los despojos, por afinidad dada por el a la materia. (17) Todavía, recordamos de la situación que ocurre todos los días en las grandes ciudades: la practica de la necroscopia, exigida por la fuerza de la Ley, en los casos de muerte violenta o sin causa determinada: se abre el cadáver, de la región externa hasta el bajo vientre, exponiéndosele las vísceras tóracoabdominais..(18) No se puede perder de vista la cuestión del merito individual. Estaría el destino de los Espíritus desencarnados a la merced de la decisión de los hombres en retirarles los órganos para transplante, en quemarles el cuerpo o retirarles las vísceras para la ocasión de la necropsia? ¡El buen sentido y la razón gritan que eso no es posible, por cuanto seria admitir la justicia del acaso y el acaso no existe! (19)

En síntesis la donación de órganos para transplantes no afectará al espíritu donador, excepto si aseguramos ser injusta la. Ley d e Dios y estuviéramos en el Orbe a la deriva de Su Voluntad. Recordemos que en los Estatutos del Padre no hay espacio para la injusticia y el transplante de órganos (hazaña de la ciencia humana) es valiosa oportunidad de entre tantas colocadas a nuestra disposición para el ejercicio del amor.
Jorge Hessen




La vida es como un espejo:Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
El que quiera ser amado, que ame".
Este es el secreto!!!
- Gandhi -

VISITAR :
   elespiritadealbacete.blogspot.com
       marinamiesdeamor.blogspot.com 
www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com 
     www.ade-sergipe.com.br            
    www.elblogdeazucena.blogspot.com
   www.espiritistas. es 
  ceesinfronteras.es/eventos.htm