domingo, 31 de mayo de 2015

La medicina del alma



                         Los girasoles

¿Ya ha visto usted un girasol?
Se trata de una flor amarilla, muy grande, que gira siempre en busca del sol. Y es por esa razón que es popularmente llamada de girasol.
Cuando una pequeña y frágil semilla de dicha flor brota en el medio de otras plantas, busca inmediatamente la luz solar. Es como si supiera, instintivamente, que la claridad y el calor del sol le harán posible la vida.
¿Y qué le sucedería a la flor si la colocásemos en una redoma bien cerrada y oscura? Seguramente, en poco tiempo, se moriría.
Tal cual los girasoles, nuestro cuerpo físico también necesita de la luz y del calor solar, de la lluvia y de la brisa, para mantenernos vivos.
Pero no es sólo el cuerpo físico que necesita de cuidados para proseguir firme. El espíritu igualmente necesita de la luz divina para mantener encendida la llama de la esperanza. Precisa del calor del afecto, de la brisa de la amistad, de la lluvia de bendiciones que viene desde lo alto.
Sin embargo es necesario que hagamos esfuerzos para respirar el aire puro, por encima de las circunstancias desagradables que nos rodean.
Muchos de nosotros permitimos que los vicios ahoguen nuestras ganas de buscar la luz, y nos debilitamos día tras día como una planta mustia y sin vida.
O entonces nos dejamos enredar en el zarzal de la haraganería, de la desidia y reclamamos de la suerte sin hacer esfuerzos para salir de la situación que nos desagrada.
Es preciso que comprendamos los objetivos trazados por Dios para la elevación de sus hijos, que somos todos nosotros.
Y para que podamos crecer de acuerdo con los planes divinos, el Creador coloca a nuestra disposición todo lo que necesitamos.
Es el amparo de la familia, que nos ofrece sustentación y seguridad en todos los momentos...
La presencia de los amigos en las horas de alegría o de tristeza, amparando los pasos e impulsándonos hacia adelante.
Son las posibilidades de aprendizaje que surgen a cada instante en el recorrido, haciéndonos más preclaros y preparados para decidir cuál es el mejor camino a tomar.
Pero, ¿qué sucede con nosotros cuando nos encerramos en la redoma oscura de la depresión o de la melancolía y así permanecemos por voluntad propia?
Es posible que en poco tiempo nuestras fuerzas se debiliten y no nos permitan siquiera gritar por socorro.
Por esa razón, debemos entender que Dios tiene un plan de felicidad para cada uno de nosotros y que para alcanzarlo, es preciso que busquemos los recursos disponibles.
Es preciso que imitemos al girasol. Que busquemos siempre la luz, incluso cuando las tinieblas insistan en rodearnos.
Es preciso buscar el apoyo de la familia en los momentos en que nos sentimos desanimar.
Es preciso rogar el socorro de los verdaderos amigos cuando sentimos nuestras fuerzas debilitándose.
Es preciso, antes de nada, buscar la luz divina que consuela y aclara, ampara y anima en todas las situaciones.
***
Cuando las nubes negras de los pensamientos tormentosos cubran con oscuro manto el horizonte de tus esperanzas, y el convite de la depresión te asedie el alma, imita a los girasoles y trata de respirar el aire puro, más allá de las circunstancias desagradables.
Cuando las dificultades y los problemas se hagan insoportables, intentando sofocar la disposición para la lucha, recuerda a los girasoles y busca la luz divina a través de la oración sincera.

Historias Morales
- Mari Carmen Sanchez-

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Yo no he venido a traer la paz ….......”

Esta frase del maestro Jesús, que solía hablar siempre en parábolas y alegorías para ser comprendido por quien estuviese en condiciones de madurez espiritual como para comprender su mensaje, como tantas otras, esta afirmación evangélica ha sido mal comprendida a lo largo de los siglos de Cristianismo.
Esto dio lugar a diversas interpretaciones y a que se fueran formando alrededor de ellas, grupos y sectas que se enfrentaron entre sí por la razón de la fuerza en vez de solucionar sus diferencias con la fuerza de la razón, dando así lugar a tantas guerras y conflictos por la egemonía de cada religión, dando como resultado, tanta violencia, tantos crímenes y a tantas muertes, olvidando que no es eso precisamente lo que vinieron a enseñar los Profetas, Mesías y Enviados que han venido al mundo en diferentes épocas para enseñarnos la ley de Dios fundamental para todo el mundo: La Ley del Amor.
Evidentemente el odio y las luchas fraticídas no fueron el mensaje que dejó Jesús, pues el suyo fue un mensaje de Amor, de Perdón y de un camino a seguir por cada ser humano para el propio adelantamiento ético y moral, que en su conjunto impulsase a una transformación global de la sociedad humana hacia más y mejores niveles de convivencia, justicia y perfección.
Tras estos veintiún largos siglos que han transcurrido desde que Jesús Cristo habitó fisicamente entre nosotros, vemos con preocupación como la sociedad humana sigue estancada por esa falta de comprensión de la Ley del Amor y del verdadero sentido fraterno, por causa de sus viejos egoísmos, envidias, y malquerencias que impiden la realización de una sociedad en donde el Amor y la fraternidad sean su única ley.
Así nos encontramos en un momento crítico en que el natural proceso evolutivo nos empuja cada vez más fuertemente hacia un nuevo mundo de Regeneración, con una nueva sociedad impregnada de unos valores éticos que deberemos conquistar cada uno individualmente para merecer ser parte de ella y dejar atrás como el recuerdo de una pesadilla, este mundo de expiación y de pruebas con una sociedad llena de horrores y de injusticias, que a nadie puede hacer sentirse plenamente feliz. El problema que nos plantea este cambio, es que podría haber sido realizado de forma gradual, sin convulsiones ,violencias y desequilibrios planetarios, y sin embargo vemos como esto no está siendo así. Los tiempos del final de esta vieja sociedad humana con sus defectos y vicios, así como del nacimiento de otra nueva forma de vivir y convivir, mucho más fraterna y solidaria a todos los niveles, son llegados y desgraciadamente a la Humanidad este cambio nos ha sorprendido con nuestros deberes de transformación y mejora moral sin hacer.
Como bien señala Kardec, no es la doctrina de Jesús la que ha fallado, sino todos nosotros que enlodados por defectos morales, no hemos querido seguir siempre la recta senda del Amor y de la fraternidad que nos dejó trazada el Divino Maestro.
Su recomendación fue el que considerásemos a todos los hombres como hermanos y que tratásemos de ser siempre misericordiosos unos con otros, haciéndonos todo el bien posible.
Le dijo también a su discípulo Pedro que el que a espada mata, a espada muere. Sencillamente estaba señalando que existe una ley natural que siempre se cumple y que hoy nosotros conocemos como la ley de acción y reacción, ley de Causa y Efecto o ley del Karma.
Asimismo Jesús conocía que dada la condición humana, estos enfrentamientos y guerras religiosas por la diversidad de interpretación de sus enseñanzas acontecerían casi como una escusa por la conquista de los poderes e influencias terrenales, y que aun tendrían que pasar siglos para que estas enseñanzas empezaran a ser bien comprendidas y aplicadas. De modo que cuando fue el momento adecuado llegó a la Humanidad el Consolador prometido y enviado por El, para que nos esclareciese con sus enseñanzas. Este es el Espíritu de la Verdad representado por diversos Espíritus Superiores que bajo la dirección del pedagogo Rivail- Allan Kardec – dieron luz a la llamada Codificación Espírita.
El dijo que no vino a traer la paz sino la guerra. Guerra fraticida entre hermanos, que en Su nombre o en el nombre de Dios han hecho correr ríos de sangre entre ellos a causa de las discrepancias de interpretación de .sus palabras. Y Jesús lo sabía con antelación, pero esta clase de conflictos por causa de sus palabras, serían una prueba más para la evolución espiritual de la humanidad, hasta que fuesen comprendiendo los elevados conceptos de ética y moral que Él nos legó para nuestro bien.

Ante la profunda e impensada situación de lo que sería el futuro de la humanidad si estos ejemplos del Maestro Jesús y esa Ley principal que Él nos enseñó, los activamos en nosotros mismos, no podemos sino darnos cuenta de la gran superioridad moral e intelectual de Jesús, que en nuestros días se muestra en todo su esplendor y grandeza.

- Jose Luis Martín-

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            POR AMOR A DIOS

Dice antiguo proverbio que “la mortaja no tiene bolsillos”. La filosofía popular quiere decir que para los muertos terminaron todos los intereses. La mayoría de los hombres observa en la muerte el punto final de la vida. En esa concepción del último trance del cuerpo físico, los sentimientos más bellos que impulsan la personalidad desaparecen con el cadáver, en el banquete de los gusanos.
Comúnmente, las criaturas temen la gran transformación. En el lecho de los moribundos se verifica el duelo cruel, en el que la muerte es siempre el adversario victorioso. No prevalecen ahí los reglamentos alusivos a la edad de los contendientes, no prepondera el parecer de los médicos, ni el ritual de los sacerdotes. el enemigo invisible triunfa siempre, dejando a los testigos asustados los despojos de los vencidos, con el paso directo para el horno crematorio o para las estaciones subterráneas, donde los huesos del muerto reposaran, de acuerdo con las posibilidades financieras de la familia. Hay túmulos gloriosos, como los cenotafios distinguidos; y se multiplican en todas partes, las sepulturas humildes, a través de la cuales los hijos de los hombres adornan incesantemente el suelo, enriqueciéndolos de tierra fértil.
El alma del muerto, sin embargo, sigue su trayectoria. Imposible de extinguir en ella los sentimientos, las disposiciones interiores, las características, los afectos, que se espiritualizaron, vigorosamente, con el tiempo y con el auxilio del Divino Poder. Y porque las afinidades psíquicas son fatales como las leyes biológicas, los desencarnados frecuentemente gastan años para desatar los lazos que los prenden al mundo, cuando es preciso, de hecho, deshacerlos, en consonancia con los imperativos de la evolución espiritual.
Muchos de ellos, de los que ya atravesaron la corriente del Estige, desearían la liberación inmediata de todas las influencias terrestres. Entretanto, el alma es la sede viva del sentimiento y de modo alguno traer el corazón. Constreñidos a seguir a los vivos por la amorosa atracción que les vibra en el ser, demoran algún tiempo entre las sombras que se extienden del fondo de valle de la incerteza al monte luminoso de la decisión.

Existió un joven irlandés, de nombre Cornelius Magrath, que murió a los veintidós años, con la estatura de más de dos metros y medio. Habiendo despertado mucho interés en el Ciencia por su caso de gigantismo, pidió a los amigos y pago para que su cuerpo fuese tirado al mar, cuando la muerte le arrebatase la vida. Sin embargo, y a pesar de su deseo, la medicina Inglesa adquirió su esqueleto, que fue conservado atentamente en la Asociación de los Cirujanos de Londres, con el objetivo de estudio.
Ocurre lo mismo con algunos muertos de la Tierra, que suplican y pagan para que su alma sea arrojada en el océano del olvido, de forma a substraerse de la curiosidad de los vivos; más la redención exige lo contrario y el espíritu semi-liberado permanece, por tiempo indeterminado, en la vecindad de los hombres, atendiendo, muchas veces, a imposiciones extrañas a su propia voluntad.
En el cuadro de obligaciones de esa naturaleza, tenemos a un compañero que recibió la incumbencia de demorar algunos años entre los asociados terrenales, para soportar las dolorosas trepanaciones de los que hacen la cirugía de los estilos, con objetivo del esclarecimiento general. Sufría, bastante, en la sumisión para ese proceso de auxiliar a la Ciencia, porque no todos los cirujanos lo examinaban con la precisa asepsia espiritual, más obedecía, satisfecho, consciente de cooperar en la solución de grandes problemas del destino y de la muerte. En el desenvolvimiento de sus ministerios, todavía fue asaltado por el incoercible deseo de revelarse a los amigos de otro tiempo, encarcelados en la carne, y, para tanto, comenzó a escribirles paginas sentidas de cariño y anhelo, haciéndolo con el sentimiento de su corazón. Sus compañeros antiguos, sin embargo, no comprendieron sus nuevas disposiciones. Se unieron a los intransigentes cirujanos de la literatura y exigieron que el desencarnado viniese a atenderlos, tal como viviera en el mundo, lleno de las enfermedades e idiosincrasias oriundas de los varios agentes físicos que determinaban su organización psíquica defectuosa. Sensible y afectuoso, el entrego los pensamientos más nobles, sin embargo los amigos le reclamaron las vísceras más groseras; les trajo las ideas nuevas que le bañaban en su interior, entretanto, le quitaron las viejas formulas que, en otra época, le encarcelaban el ser; les dedico la más alta expresión de su vida espiritual, más le pidieron la revelación de la vida más baja, con la presentación de las propias válvulas enfermas que la tierra guardó para felicidad de el.
Algo preocupado, procuró esclarecimiento de los orientadores del servicio. Expuso su caso, comentó sus amarguras y presento sus razones.
Uno de ellos, sin embargo, el que dirigía el trabajo general, por el tesoro de amor y sabiduría que adquirió en el curso de los siglos, respondió con serenidad:
-Calle en su corazón, hijo mío, las angustias del hombre viejo. Vuelva a su campo de acción y satisfaga a la propia conciencia. Todo particularismo es cárcel. Acuérdese de que las dadivas del padre son comunes a todos nosotros, que las ideas no tiene nombre y de que el espíritu es universal.
Sin una palabra más. El compañero sonrió, intercambio el manto roto, calzó dos sandalias nuevas, volvió al servicio y, como aconteció al joven irlandés que prosiguió exhibiendo los huesos, por interés de la Ciencia, el continuó para esparcir las simientes de las ideas, por amor a Dios.
Por el Espíritu Hermano X – de Libro. Lázaro Redivivo, Médium: Francisco Cándido Xavier.

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Auxilio a los sufridores

...Jesús nos recomendó, con su autoridad indiscutible:Golpead y se os abrirá; buscad y hallaréis; pedid y se os dará. 
Si esperas encontrar a tu disposición la Misericordia divina, mañana, sé ahora el mensajero de ella en relación con quienes golpean a tu puerta, te piden y te buscan, realizando el más meritorio esfuerzo mediante la caridad intachable: dar y darse siempre sin límites.   
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   LA MEDICINA DEL ALMA.

La medicina del futuro deberia utilizar más y mejores técnicas , pero con la magia viva del sentir. Afrontar la enfermedad y el dolor , pero sin perder de vista el sentido del vivir. Tal vez tendremos menos hospitales y más trabajo ambulatorio, menos cirugías y más dedicacion , menos medicamentos y mas medicinas del alma.
Apostamos por una ciencia con alma, una disciplina que no destruya la fe y la esperanza. Una propuesta para que cada quien rescate el poder de gestionar su propia salud, para que nacer y morir no sean los límites infranqueables de la vida y vivir se convierta en el arte original de ser. Un movimiento hacia la participación, un cese de la conspiración que ha dejado marginado al hombre de la responsabilidad sobre su propia vida; un rescatar a la indivisible integridad del ser humano.
El paradigma dominante en el mundo ha sido el de la ciencia, pero la ciencia se convirtió en una nueva religión, en el único código de lectura aceptado. Hemos de salir del fundamentalismo científico. El paradigma de la ciencia puede ser interpretado desde un código de lectura más incluyente, generando una ciencia con conciencia.
Es imposible acceder al ser humano olvidando la esencia del ser humano que es la “psique”, que es el alma. No se trata de dejarle la psicología a los psicólogos, a los psiquiatras, es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los especialistas. Tenemos que rescatar la psicología para la vida cotidiana.
Se trata de ver como un sentimiento de hostilidad genera enfermedad , genera hipertensión arterial, aumenta el riesgo de infarto, aumenta la liberación de noradrenalina, aumenta el consumo de oxígeno, te mete en un régimen de economía energética pésimo donde hay un gran desgaste, y una gran fricción, impide la respuesta de relajación, te impide tener paz interior a pesar de que tengas todas las razones del mundo para tenerla. Si nosotros como médicos no tenemos paz interior, si no somos capaces de dar respuesta de relajación, no podemos reconocer la necesidad en otros. La primera necesidad de un paciente es paz.
Sin paz ninguna de las cosas que haga tiene sentido. Es el dígito en una gran cifra. Todas las acciones son ceros y sin el dígito de la paz nada vale la pena, ni tu dinero, ni tu posición, ni tu prestigio... Pero si tienes paz interior, todo lo demás se vuelve valioso.l La paz interior es respuesta de mirar al interior,de reflexion

-La Luz del porvenir-
Aportado por Merce Bol -

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viernes, 29 de mayo de 2015

La fe y la caridad en los tiempos actuales


EL GUÍA ESPIRITUAL

Antes de que surgiera la noción espírita del guía espiritual, las religiones nos habían dotado de un ángel de la guarda, suerte de ser sobrenatural cercano a la divinidad, que protege a aquellos que le rezan. Es esencialmente en las tradiciones judaicas, cristianas y musulmanas donde se encuentra este concepto del ángel, aunque aparezca igualmente bajo características diferentes en otras religiones como el hinduismo con sus Avatares. En la tradición judeocristiana, y a partir de la Biblia, el ángel es omnipresente: el ángel Rafael que cura al padre de Tobías de su ceguera, el ángel de Yahvé que detuvo la mano de Abraham, el ángel Gabriel en el anuncio hecho a María, etc. Él es el vínculo con el Altísimo, como una suerte de embajador de la divinidad ante los humanos, y que interviene de manera sobrenatural en diversas situaciones. Se está ante una concepción mitológica, en referencia a diferentes relatos que dejan total libertad para imaginar o interpretar lo que es un ángel, tanto es así que todavía hoy, los ángeles, arcángeles, querubines o serafines se han vuelto a poner de moda en ciertos medios de la Nueva Era o del esoterismo.

Más allá de algunos ángeles gloriosos que han dejado un nombre en la leyenda, como el arcángel san Miguel o el ángel Gabriel, habría también una nube de ángeles supuestamente para proteger a todos los humanos, y que las religiones han llamado ángeles guardianes. Y es este vocablo el que fue recogido por Allan Kardec para calificar a los que definía como los espíritus protectores, sin embargo hoy en día aceptamos más frecuentemente el término de guía o guía espiritual. Desde ya se señala con frecuencia una primera equivocación: ciertas personas que han leído a Allan Kardec un poco demasiado rápido, han entendido que él hablaba de los ángeles guardianes, y que en consecuencia habría confirmado la noción de ángel tal y como existe en religión… Equivocación sí, pues Allan Kardec hizo referencia claramente a los espíritus desencarnados, evocando “al hermano espiritual, al buen espíritu o al buen genio… el espíritu protector de un orden elevado”, aunque emplea indiferentemente la fórmula ángel guardián, no en una asimilación religiosa, sino para recordar la intuición fundamental de una protección presentida desde la noche de los tiempos, y cuya definición es preciso revisar. Si algunas veces ha conservado la denominación de ángel guardián, es para marcar el vínculo con la tradición, dándole una nueva definición al concepto: el ángel ya no es un ser puro y aparte en la creación, se convierte en un espíritu entre los espíritus, un espíritu de cierta evolución, y que, como todos los demás, prosigue su recorrido reencarnacionista en la Tierra o en otra parte. Así pues, la noción de ángel ya no existe y para evitar toda nueva equivocación respecto a la naturaleza de los ángeles guardianes, hemos abandonado definitivamente ese vocabulario neo-religioso que podría prestarse otra vez a confusión para quien no haya leído bien lo que escribió Allan Kardec

La noción de guía espiritual

Para Allan Kardec se había vuelto claro, gracias a las enseñanzas espíritas que recibía, que los espíritus protectores estaban en relación con la humanidad, lo cual definió en el Capítulo IX de El Libro de los Espíritus, en la parte titulada: “Ángeles guardianes, Espíritus protectores, familiares o simpatizantes”. Las nociones esenciales que allí se destacan son las que comúnmente admitimos hoy en el medio espírita: - Por una parte hay los guías personales de cada uno de nosotros y por otra los guías que tienen funciones de protección más generales en relación con las diversas actividades y preocupaciones humanas. - Los espíritus familiares (no guías) pueden mantener una cierta proximidad, rodeando a sus parientes de su afecto y de su buena influencia. - Un guía puede seguir a su protegido toda una vida e incluso varias vidas: “Le sigue después de la muerte en la vida espírita, y hasta en varias existencias corporales…” - Y entonces, según las necesidades del espíritu, puede haber un cambio de guía: “…Ocurre con frecuencia que ciertos espíritus abandonan su posición para cumplir diversas misiones; y entonces se produce el cambio”. - El guía puede no ser escuchado por su protegido: “Se aleja cuando ve que sus consejos son inútiles… pero no lo abandona completamente y siempre se hace escuchar; es entonces el hombre el que cierra los oídos…” Sabemos, además, que el guía individual siempre ha conocido a su protegido en una o varias vidas, donde se han creado lazos que en general implican una cierta relación de afinidad. O si no hay afinidad manifiesta, si se piensa por ejemplo en la protección de un mal espíritu, el guía actúa por amor hacia un espíritu que, como todos los demás, tiene en sí todas las potencialidades de su devenir, aunque todavía esté lejos de una verdadera consciencia. Nadie es ignorado ni abandonado, por inferior que sea, pues la evolución está inscrita en el corazón de todos los seres que, en consecuencia y sin excepción, tienen un guía que vela, aun sobre un destino difícil, mientras en un tiempo dado el protegido es refractario a toda influencia.

Subrayemos igualmente que muchos humanos son sordos a los consejos del guía, que viven demasiado la materialidad inherente a nuestras sociedades, estando por ello poco inclinados a la reflexión sobre las cuestiones fundamentales de la vida. Así pues, muchos guías sólo tienen una influencia muy limitada en la etapa evolutiva en que nos encontramos globalmente. Esta influencia podría volverse diferente si el humano supiera. La mayor parte de la humanidad desconoce la existencia del guía, y en este punto, como en otros, el conocimiento espírita tiene toda su importancia: hacer saber que esta protección existe, es una información útil para todos. Para muchas personas eso puede ser un recurso y un apoyo, en la aflicción o la dificultad, en la soledad o el abandono, en el malestar o la desesperanza. Y además, abstracción hecha de todas las angustias, el guía tiene como papel esencial conducir a su protegido por su verdadero camino de vida, el que corresponde a su verdadera naturaleza o el que había decidido antes de la encarnación.

Así pues, el guía es de alguna manera la voz de nuestra conciencia, el soplo que repercute sobre nuestro yo íntimo, para reavivar lo que llevamos en lo más profundo de nosotros mismos y que con frecuencia hemos olvidado en nuestra encarnación. Una vez planteados estos principios, quedan todavía muchas interrogantes en nuestros interlocutores que se preguntan cómo acceder al guía, cómo rezarle sin conocer su identidad, cómo adivinar lo que nos insufla, cómo saber si una buena intuición viene de él o de nosotros mismos, cómo sentirlo eventualmente, cómo saber si ha captado bien nuestra petición, etc.

En realidad las cosas son muy simples: el guía, por su parte, está en relación con su protegido; está pues atento a sus preocupaciones, las oye, las percibe, y aun cuando el protegido rece sinceramente a su ángel guardián, la Virgen María o los Santos del cielo, el guía recibe esta sinceridad y responde tanto como puede. No es pues indispensable conocer su identidad para rezarle; él reconoce de inmediato a su protegido cuyas interrogantes y naturaleza profunda conoce. La consciencia que se tiene del guía y el interés que se le concede, favorecen y refuerzan el vínculo que se tiene con él. Sabemos, además, que durante ciertas fases del sueño tenemos acceso al más allá donde, durante salidas fuera del cuerpo, nuestro espíritu puede hacer algunas incursiones al otro mundo. Son entonces instantes en los que podemos encontrar a nuestro guía que aportará su ayuda, su apoyo y sus consejos, generalmente con nuestra amnesia total al momento de despertar, aunque tal vez subsista un rastro subconsciente que resurgirá bajo la forma de intuiciones o de ideas inesperadas.

Muchas de nuestras intuiciones son resultado de una influencia del guía que ha sabido sacudirnos para aportar una idea. Si conscientes de la realidad del guía, pensamos en él o le rezamos de vez en cuando, eso estrecha el lazo telepático y favorece una mejor recepción de sus consejos e influencias. Por tanto, no tratemos de saber si una intuición es buena o si un ensueño es significativo de un encuentro, como las personas que quisieran tener la certeza de que han visto a su guía en sueños o si se trataba sólo de una proyección subconsciente. El guía no necesita ser percibido en forma evidente para ser influyente, él necesita ante todo un estado de ánimo sincero y confiado por parte de su protegido para que su influencia se opere naturalmente. Es así como no se reza a su guía por casualidad sin creer demasiado: la certeza confiada es la actitud adecuada, sin la cual uno se priva de influencias saludables por una duda que impide la telepatía natural entre dos mundos. Y además, es preciso aplicar igualmente el adagio “Ayúdate, que Dios te ayudará”, en el entendido de que el sutil consejo del guía no resuelve tal o cual problema sino que indica cómo abordarlo, a partir de la intuición que resulta de lo que ha insuflado. Precisamos también que el guía no es un hacedor de milagros que debería encontrarnos todas las soluciones a los problemas de la vida. Él tiene un papel eminentemente espiritual, conduce al humano hacia su verdadero sentido de vida.



El guía para el espírita

Queda entendido que, en un grupo espírita, cuando el guía tiene la posibilidad de manifestarse directamente con su protegido, aporta un inestimable suplemento de consejos prodigados o de informaciones transmitidas. Por tanto, esta oportunidad de contacto directo, y eso es así, debe ser apreciada en su justo valor. La venida de un guía no es un paso anodino por parte del espíritu. Significa la presencia, la emoción, el amor, en un lazo que se vuelve más concreto y le permite manifestar su realidad y darle lo más justamente posible las indicaciones que desea. Y en este marco, comprobamos que puede conmover al humano más allá de lo que esperaba, más en un terreno espiritual de apertura y libertad que en las preocupaciones habituales de la vida. En el marco espírita, evoquemos también el caso de guías más específicos que pueden acompañar acciones o desarrollos particulares, guías que quieren vincularse a un campo como el magnetismo, la hipnosis u otro tipo de trabajo inherente a la experimentación o a un desarrollo en el seno de una asociación. Por supuesto, eso vale igualmente para otros tipos de actividades y preocupaciones humanas, donde los guías pueden aportar su influencia en ciencia, en arte o en diversas situaciones sociales, políticas y otras. Así pues, la noción de guía ha tomado toda su importancia y su realidad por la revelación espírita, dentro de una definición que nos vuelve a llevar a la noción de solidaridad universal entre los espíritus, desde los más primarios hasta los más evolucionados. Los ángeles, de quienes se encuentran manifestaciones sobrenaturales en toda la historia, enmascaraban de hecho una realidad más natural, la manifestación de los espíritus que no eran comprendidos por lo que ellos eran: los espíritus guías que siempre han velado por los destinos de la humanidad, también han vivido esta humanidad en varias vidas.

JACQUES PECCATTE
LE JOURNAL SPIRITE N° 86 OCTOBRE 2011

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¿ Cual es el mecanismo de acción de las terapias regresivas ?

Parece ser que al revivir el paciente las emociones relacionadas con momentos concretos del pasado, adquiere una toma de consciencia de unas causas u orígenes que se protagonizaron en aquel entonces, borrándose así definitivamente los efectos indeseables de aquellas causas.
Los sentimientos de terrores, fobias, manías, remordimientos, etc, desaparecen porque el sujeto aprende a desligar lo que es su vida actual, del recuerdo traumático de lo que le aconteció en aquel pasado, clasificándolo debidamente en el tiempo.
Estas terapias vienen a funcionar como una re-orientación cronológica, porque el origen de las neurosis radica en el ego del pasado y originan el trauma ,destapan su causa, con lo que este proceso desliga la emoción exacerbada que causó el hecho en sí mismo, expulsando de su psiquismo la energía negativa que quedó acumulada como consecuencia de aquel episodio del pasado, dejando síntomas patológicos, y de este modo su psiquismo queda liberado. Es como si la vivencia de aquellas causas anulase el efecto de las mismas.
Como ya se dijo anteriormente, la Terapia de Vidas Anteriores, combina la Hipnosis con el Psicoanálisis, porque es una terapia de sugestión que con ayuda del psicoanálisis ataca directamente la raíz del problema.
Tal vez , aun sea pronto para extraer conclusiones sobre el valor científico y terapéutico de este método, pero sin embargo este funciona, y existen muchas personas que sometidas al mismo, han restablecido totalmente su salud o han resuelto sus problemas psíquicos.

- Jose Luis Martín-

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He demostrado que la Regresión a vidas pasadas es considerablemente útil, dando como resultado, frecuentemente, la remisión inmediata de síntomas crónicos que ya no vuelven incluso después de meses o de años.”
- Dra. Edith Fiore -

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    ¡PERDONA SÍ!

Siempre estamos dispuestos a que nos perdonen
¿Pero nosotros, sabemos perdonar
Mei Mei
¿Pero nosotros sabemos perdonad?

Siempre encontramos un auto-disculpa.Encontré en el libro El espíritu de la Verdad este capitulo tan bonito por el espíritu Meimei que lo expongo aquí con amor porque a mi no me cuesta perdonar

El desconocido pasó en un auto y salpicó tu ropa con lodo, como si toda la calle le perteneciera..                                ¡Compadécete de él! Corre desesperado en busca de alguien que socorra a su hijo en los estertores de la muerte.
Una hermosa mujer, adornada con perlas y brillantes va a tu lado, mientras parece fingir que no percibe tu presencia.... ¡Compadécete! Tiene sus ojos vacíos por el llanto y no puede verte.
Un joven admirablemente arreglado, al cruzarse contigo te dijo palabras de sarcasmo e injuria... ¡Compadecete! Sus pasos lo llevan en dirección al hospicio aunque todavía no lo sabe.
El amigo que más amas te negó un favor...¡Compadecete de el! No puedes ver la dificultad que tiene clavada en el corazón.
¡Compañeros del mundo!..Estarán contigo, especialmente dentro de tu hogar, donde tienen los nombres de padre y madre, esposo y esposa, hijos y hermanos..Muchas veces se levantan por la mañana, llorosos o doloridos, aguardando una sonrisa de comprensión, o vuelven del trabajo fatigados y apenados, mendigando tu entendimiento.
Todos son portadores de aflicciones y conflictos que ignoras.
¡Yergue tu alma y auxilia siempre!... ¡Indulgencia para todos! ¡Bondad para con todos!.
Y si alguno te hiriera directamente en la carne o en el alma, no levantes el brazo ni la voz para replicar.
Busca en el silencio la inspiración del Señor, y del Maestro, como si descendiera nuevamente de la cruz en que pidió perdón para sus propios verdugos, te dirá compasivo:
¡Perdona, sí! Perdona siempre porque, en realidad, quienes no perdonan tampoco saben lo que hacen..

por el espíritu Meimei
Publicado por el Blog de  


Por Carlos Campetti

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