lunes, 13 de marzo de 2023

El futuro del hombre

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Abortos aparentemente espontáneos provocados por el espíritu

2.- Sin brazos y sin piernas

3.- El futuro del hombre

4.- Preparación anticipada de las reuniones mediúmnicas

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ABORTOS APARENTEMENTE  ESPONTÁNEOS  QUE SON  PROVOCADOS  POR  EL  ESPÍRITU

                                         


    Además de los abortos espontáneos motivados por deudas kármicas del matrimonio o de la madre, asociados a las deudas y desarmonías del Espíritu reencarnante, existen otros factores que pueden ser causa de aborto no provocado por interferencia material.

   Una de estas causas es la relacionada con la propia entidad reencarnante. Como nosotros, seres vivientes del planeta Tierra, tenemos muchas veces el temor a la muerte, los espíritus en  muchas circunstancias, temen abandonar una situación que les parece estable, para sumergirse nuevamente en la materia, aprisionando o anestesiando sus conquistas del pasado. En otras palabras: miedo de nacer.

   Espíritus que necesitan renacer con severas limitaciones físicas, fruto de alteraciones físicas en su constitución periespiritual, se atemorizan ante una perspectiva que les cuesta aceptar. A pesar de todo el trabajo de los Mentores espirituales esclareciendo que la exteriorización deformante a nivel del cuerpo físico facilita la eliminación de las anomalías a nivel periespiritual, siempre que se acompañe de una postura mental saludable, los recelos y las reacciones muchas veces ocurren,

   Otros, sin embargo, aunque nada tengan que temer en cuanto a deformidades físicas, traban una intensa lucha íntima, un conflicto entre la razón que les hace renacer en aquel hogar y el sentimiento de antipatía con relación a alguno de los miembros del mismo.

   Como sabemos, la ligación familiar frecuentemente, es el escenario de los reajustes del pasado. Anteriores vínculos de desafecto que necesitan perdonar, encuentran en la anestesia del pasado la condición predispuesta para la cirugía psíquica que eliminará el absceso de odio.

   Aunque ocurran reencarnaciones compulsorias, necesarias para aquellos cuyo primitivismo psíquico no permite su participación en la elección e pruebas o expiaciones en la nueva peregrinación física, normalmente el libre albedrío es preservado, todos nosotros, seres humanos, tenemos la posibilidad de escoger, acertar, errar, avanzar o rechazar el progreso. La libertad que conquistamos en los millares de reencarnaciones, nos faculta la enseñanza para decidir, pero cargando con el peso de las consecuencias.

   Hay espíritus que se posicionan mentalmente de una forma reiterada en rechazo psíquico para reencarnar. Acentúan esta posición a medida que se sienten retenidos en la malla fluídico-energética materna. En los casos donde la dificultad anterior de relación era justamente con la madre, la interpenetración energética entre ambos, puede exacerbar la predisposición contraria al renacimiento. Despiertan viejas emociones que dormían envueltas en la canción del olvido.

   Lazos fluídicos procedentes de las emanaciones energéticas del periespíritu de la entidad reencarnante al periespíritu materno, o ya unidas al  chacra genésico de la futura madre, pueden romperse. En los casos donde la gestación ya estaba en curso y el fluído vital del embrión en desarrollo se fundía con el cuerpo espiritual en proceso de miniaturización, la súbita e intensa revuelta del espíritu, puede determinar la ruptura definitiva de los lazos, dejando al futuro feto sin el espíritu. Se inviabiliza la gestación por falta del modelo organizador biológico.

   Ocurre el aborto tenido como espontáneo, pero en realidad debido al rechazo sintomático energético e inmaduro del espíritu, Pierde el mismo, así, una gran oportunidad para superarse a sí mismo y adelantar aceleradamente rumbo a su felicidad.

- Ricardo di Bernardi- ( de su obra Gestación: Sublime intercambio )

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           SIN BRAZOS Y SIN PIERNAS     

   En una de las oraciones que rezan los católicos romanos llaman a este mundo valle de lágrimas, y creo que es la mejor definición que se puede hacer de esta penitenciaría del Universo, porque en realidad, no hay un solo ser que pueda vanagloriarse de decir: ¡Soy feliz en toda la acepción de la palabra!

La mayoría de los potentados suelen sufrir enfermedades incurables. Hay millonarios que solo pueden alimentarse con copas de leche en muy corta cantidad. Otros no pueden dormir porque se ahogan y tienen millones en rentas que no les proporcionan el menor goce, con lo que descienden hasta los más pobres. Si algunos son fuertes y robustos carecen de lo más indispensable para sostener sus fuerzas vitales, viéndoselos decaer como lámpara que se apaga en el pleno de su juventud. Por consiguiente, la felicidad es una nube de humo que se deshace al menor soplo de viento huracanado de la vida, como se deshace la niebla a los primeros rayos del sol.

Mas en medio de tantos dolores, los hay de distintos grados: los hay soportables y los hay irresistibles.

Hablando hace pocos días con una amiga, esta me decía lo siguiente:

̶ Hace algún tiempo que fui a un nacimiento de agua y allí encontré una familia que nunca olvidaré. Era un matrimonio, los dos jóvenes, amables y simpáticos, sus semblantes irradiaban alegría. Los dos se amaban con ese amor primero que se asemeja a un árbol florido que espera ser más tarde hermoso racimo de sazonados frutos.

Se unieron por amor, únicamente por amor. Él era un modestísimo empleado, ella una humilde costurera. Se vieron y se amaron, se amaron y se unieron, y al unirse, al recibir la bendición, él pensó en la llegada de su primer hijo, y ella, contemplando a un niño Jesús, pidió a Dios tener un hijo tan hermoso como aquella figura angelical.

Un año después, la enamorada pareja se sintió dominada por la más viva y amorosa ansiedad. A fuerza de economías habían comprado todo lo necesario para vestir a un recién nacido, todo lo más bello, todo lo más delicado les parecía poco para el niño que debía de llegar pidiendo besos con su sonrisa.

Al fin llegó el momento supremo. Áurea sintió los agudos dolores precursores del laborioso alumbramiento y dio a luz un niño. Quiso verlo inmediatamente, y su esposo y las personas que la rodeaban, mustios y callados, parecía que no la comprendían; se miraban unos a otros y cuchicheaban, hasta que Áurea gritó alarmadísima:

̶ Pero qué, ¿no me oyen? Quiero abrazar a mi hijo… ¿Está muerto, quizá?…

̶ No –contestó el esposo ̶, pero…

̶ ¿Pero qué? ¿Qué sucede?

̶ ¡Que el niño no tiene brazos… ni piernas!…

̶ Así estará más tiempo en mis brazos –Contestó Áurea, abrazando a su hijo con delirante afán.

El niño era precioso, blanco como la nieve, con ojos azules, cabello rubio muy abundante, sus grandes ojos tenían una mirada muy expresiva. Cuando yo conocí al niño tendría ochos o diez meses y estaba hermosísimo. Su madre estaba loca con él y su padre lo mismo. Pero este último, cuando su esposa no podía oírle, decía con profunda amargura:

̶ ¡Tanto como yo deseaba un hijo… y ha venido sin brazos ni piernas!… ¡Qué injusto es Dios!

Aquel niño vive en mi memoria. ¿Qué habrá sido? ¿Qué papel habrá representado en la historia?

-Yo lo preguntaré, amiga mía, porque tu relato me ha impresionado muchísimo y, efectivamente, de noche y de día pienso en el niño que tanto deberá sufrir si llega a ser hombre. ¡No tener ni brazos ni piernas!… ¡Qué horror! Y probablemente será un ser de gran inteligencia, querrá volar con su pensamiento y no tiene más remedio que permanecer en la más dolorosa inacción. ¡Dios mío!… no es vana curiosidad la que me guía, pero deseo saber, si es posible, el porqué de tan terrible expiación.

“Por el fruto conoceréis el árbol, dijo Jesús, por consiguiente, a todo ser que veáis cargado de cadenas desde el momento de nacer, podéis deducir, sin la menor duda, que de todo lo que le falte hizo mal uso en sus encarnaciones anteriores”.

¿ Que no tiene piernas? Señal que cuando las tuvo le sirvieron para hacer todo el daño que pudo. Quizá fue espía que corrió afanoso detrás de algunos infelices para acusarles de crímenes que no cometieron y con sus declaraciones hizo abortar trascendentales conspiraciones, que al ser descubiertas antes de tiempo produjeron innumerables víctimas. Tal vez corrió para precipitar en un abismo a seres indefensos que le estorbaban para realizar sus inicuos planes. Al que le faltan las piernas tiene que haberlas empleado en atormentar a sus enemigos, tiene que haber sido el azote de cuantos le han rodeado. Carecer de miembros tan necesarios pone de manifiesto una crueldad sin límites, un ensañamiento en hacer el mal imposible de describir, unos instintos tan perversos que atestiguan el placer de hacer el mal por el mal mismo. ¡Ay de aquel que nace sin piernas!…
¿ Que no tiene brazos? Quizás sus manos, que tan útiles son a la especie humana para hacer con ellas obras de titanes y labores delicadísimas, las empleó para firmar sentencias de muerte que llevaron al patíbulo a innumerables víctimas, inocentes en su mayoría. Tal vez gozó apretando los tornillos de horribles potros de tormento, arrancando confesiones de infelices acusados, enloquecidos por el dolor. ¡Quién sabe si escribió calumnias horribles que destruyeron la tranquilidad y el cariño de familias dichosas! ¡Se puede hacer tanto daño con las manos!… Con ellas se acerca la mecha a materias inflamables y se produce el devorador incendio, con ellas el fuerte estrangula al débil, con ellas se abofetea y se convierte en fiera al hombre más pacífico y más honrado, con ellas se destruye el trabajo de muchas generaciones. Son los auxiliares del hombre, quien con sus manos produce maravillas o aniquila cuanto existe. Cuando se viene a la Tierra sin manos, ¡ cuánto daño se habrá hecho con ellas!”.

“No hay necesidad de particularizar la historia de este ni de aquel. Todos los que ingresan a la Tierra sin un cuerpo robusto y bien equilibrado son penados condenados a cadena perpetua que vienen a cumplir su condena, porque no hay apelación ante la sentencia que uno mismo firma en el transcurso de la vida. No hay jueces implacables que nieguen el indulto a los arrepentidos criminales, no hay más juez que la conciencia del hombre; podrá este embriagarse con fáciles triunfos de sus delitos; podrá no tener oídos para escuchar las maldiciones de sus víctimas; podrá cerrar los ojos para no ver los cuadros de desolación que él ha producido; podrá estacionarse millones de siglos, pero llega un día que, a pesar suyo, se despierta y entonces ve, oye, reconoce su pequeñez y él mismo se llama a juicio y pronuncia su sentencia, sentencia inapelable que se cumple hora por hora, día por día, sin que exima del tormento ni un segundo, porque todo está sujeto a leyes fijas e inmutables”.
“No lo dudéis, los criminales de ayer son los tullidos de hoy, los ciegos, los mudos, los que carecen de piernas, los que no tienen manos, los que padecen hambre y sed y son perseguidos por la justicia”.

¡Si por el fruto se conoce el árbol, qué malo es ser malo!

 Amalia Domingo Soler

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El futuro del hombre

Por más que la mente humana indague con respecto a la vida, en la actual coyuntura del conocimiento intelectual, a pesar de ser innegablemente vasto, se nos torna muy difícil encontrar las respuestas adecuadas que le permitan definir todo su sentido y significado.
Reduciendo la vida al azar absurdo, destituido de cualquier lógica, algunos investigadores la simplificaron, eliminando así las mayores complicaciones en torno a su magnitud. Otros la establecieron sobre contenidos mitológicos de fácil aceptación gracias a los componentes de lo sobrenatural y maravilloso. Sin embargo el milagro de la vida es mucho más complejo y por eso mismo, su punto de partida solamente puede ser encontrado en el Creador que la elaboró y la viene conduciendo a través de billones de años, produciendo en su estructura las indispensables adaptaciones, como sus desdoblamientos y variaciones.
En lo que concierne a la vida humana en sí misma, detectamos su génesis en el Psiquismo Divino que lo concibió y lo inspira, proporcionándole la energía de que se nutre, y que la impulsa al crecimiento por medio de las múltiples reencarnaciones del Espíritu inmortal, denominado también principio inteligente del Universo. Ignorante en cuanto a su destino, el Espíritu despierta a la propia realidad mediante las experiencias intelectuales y vivencias morales que lo capacitan para la conquista de la plenitud. Lo mismo que la humilde semilla, que jamás podrá contemplar la dorada espiga, por causa de la muerte que proporciona el surgimiento del grano, el Espíritu, no percibe el ángel que se encuentra dentro de sí y que un día surcará los infinitos ríos de la inmortalidad. Sin embargo, cuanto más se amplían sus facultades y su discernimiento, ese proceso de evolución está marcado por desafíos, cada vez más importantes y significativos.
El despertar de los valores internos es, en cierta manera, desgarrador en todas las especies. Así como la vida vegetal rompe la cáscara protectora de la semilla, con el fin de liberarse, el ser humano se ve envuelto por el fuerte caparazón que lo encarcela desde el principio y cuya prisión le deja marcas profundas que en el futuro deben ser eliminadas, en razón directa en que se desarrolla y que pasa a aspirar los espacios más amplios y de más glorioso destino. Por tanto, la lucha se le hace más intensa, sin cuartel, aumentando en la medida su capacidad de resistencia y de esclarecimiento que le posibilitan las conquistas. Vivir es un desafío sublime y realizarlo con sabiduría es una bienaventuranza que se encuentra a disposición de todo aquel que decididamente se propone avanzar, auto superarse y alcanzar la comunión con Dios.
Ruda es la tarea. Escarpadas las pendientes que hay que trepar. La espantosa espiral que hay que recorrer vemos que se desarrolla sin final aparente. Pero nuestras fuerzas no tienen límite, puesto que podemos renovarlas sin cesar por la voluntad y la comunión universal. Y además, recordemos, que no somos los únicos que efectuamos este gran viaje. No solamente alcanzaremos, tarde o temprano, a los seres amados, a los compañeros de vidas pasadas, a aquellos que compartieron nuestras alegrías y nuestras penas, sino también a otros grandes seres que fueron hombres o mujeres en la Tierra y que ahora son Espíritus Superiores que nos acompañan en los pasos difíciles.
Sabemos que aquellos que nos han adelantado en la vida celeste no se desinteresan de nosotros y cuando la tempestad se manifiesta en nuestro camino, sus caritativas manos sostienen nuestra marcha. Lenta y dolorosamente nos preparamos para responsabilidades cada vez más grandes. Y cuanto más participamos en la ejecución de un plan a medida, nuestra ascensión se acentúa, y más grandes serán las revelaciones que recibiremos.
El Universo fluídico se torna cada vez más amplio y se transforma en una fuente inagotable de goces espirituales. Más tarde vendrá la hora en que después de sus peregrinaciones a través de los diferentes mundos, el alma contemplará desde las regiones superiores la larga comitiva de los sufrimientos pasados y comprenderá al fin, que estos sufrimientos han sido el precio de la felicidad, y que aquellas pruebas superadas no han causado más que su bien.
¿Llegará el alma al término de su viaje? Avanzando en el camino trazado, el alma verá abrirse siempre nuevos campos de estudio y descubrimiento. Llegará a penetrar en la armonía de las cosas y comprender que no existe en el Universo ninguna discordia, ninguna contradicción, ya que por todas partes reinan la sabiduría, el orden, la previsión, disfrutando así de un modo más intenso la felicidad de una vida bienaventurada.
Después, un día, ablandada por las tempestades y huracanes de la adversidad, madurada por los rayos del sol divino, saldrá de la sombra de los tiempos, de la oscuridad de las innumerables vidas, y sus facultades así como su inteligencia, se revelarán como un reflejo del genio divino. Nadie se encontraría reencarnado en la Tierra, si la existencia física no tuviese una finalidad superior. El Ser es el producto de un largo proceso de desarrollo de los infinitos valores que duermen latentes en el, aguardando los medios propicios para su manifestación.
Etapa a etapa, paso a paso, son realizados los progresos que se fijan mediante los hábitos que se incorporan a la individualidad, siendo el resultado de la suma de vivencias de las más variadas reencarnaciones. En una de ellas nos encontramos ahora todos nosotros. No dejemos escapar esta oportunidad, este singular momento que se nos ha ofrecido para mejorarnos y progresar espiritualmente, y consigamos con nuestro esfuerzo aprobar el curso de esta difícil asignatura, pero al tiempo “maravillosa experiencia”.
Juan Miguel Fernández Muñoz
Revista “El ángel del bien”

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PREPARACIÓN ANTICIPADA DE LAS REUNIONES MEDIÚMNICAS
              Observaciones preliminares

286. Nunca estará de más destacar cuán importante es el modo en que se formulan las preguntas a los Espíritus, sobre todo en lo atinente a la naturaleza de esas preguntas.- Para eso deben considerarse dos aspectos: la forma y el fondo. En cuanto a la forma, las preguntas deben ser redactadas con claridad y precisión, evitando los giros complejos.
   También es importante el orden que debe regir la disposición de las preguntas. Cuando el tema requiere una serie de ellas, es esencial que se eslabonen con método, para que deriven en forma natural unas de otras. En ese caso, los Espíritus responden más fácilmente y con mayor claridad que cuando las preguntas se suceden al acaso, pasando sin transición de un asunto a otro. Por esa razón, siempre es útil preparar las preguntas por anticipado, salvo aquellas que las circunstancias determinen, y que podrán ser intercaladas en el momento mismo de la reunión. Al margen de que la redacción será más correcta si se hace con calma, ese trabajo preparatorio constituye, como ya hemos dicho, una especie de evocación anticipada, que el Espíritu puede presenciar, y que lo predispone para responder. Es de notar que con mucha frecuencia
el Espíritu responde por anticipado a ciertas preguntas, lo que demuestra que ya las conocía.
EL LIBRO DE LOS MEDIUMS- Capítulo XXV                                                           ALLAN KARDEC

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