viernes, 10 de marzo de 2023

Ideas innatas

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Ideas innatas

2.- Las vidas sucesivas

3.- El pensamiento

4.- Carácter de la Revelación Espírita

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                        IDEAS INNATAS

 El Espíritu encarnado ¿conserva alguna huella de las percepciones que ha tenido y de los conocimientos que adquirió en sus vidas anteriores?
- Le queda un vago recuerdo, que le da lo que denominamos ideas innatas..

a. ¿De manera que la teoría de las ideas innatas no es una quimera?
- No: los conocimientos adquiridos en cada existencia no se pierden. Una vez desprendido de la materia, el Espíritu siempre los recuerda. En el trascurso de la encarnación podrá en parte olvidarlos, en forma temporal, pero la intuición que le queda de ellos coopera a su progreso. A no ser por esto debería recomenzar de continuo. En cada nueva existencia, el Espíritu toma como punto de partida el alcanzado en su vida precedente.
b. Así pues, ¿ha de existir una gran conexión entre dos existencias sucesivas?
- No siempre tan grande como podrías creerlo, por cuanto las situaciones son a menudo muy diferentes, y en el intervalo ha podido el Espíritu progresar.

¿Cuál es el origen de las facultades extraordinarias de algunos individuos que, sin haber hecho estudios previos, parecen tener la intuición de ciertos conocimientos, como los idiomas, el cálculo matemático, etcétera?
- Recuerdo del pasado. Progreso anterior del alma, pero del cual el individuo mismo no tiene conciencia. ¿De dónde quieres que provengan? El cuerpo cambia, pero no el Espíritu, aunque mude de vestimenta.

.. Al cambiar de cuerpo, ¿se puede perder ciertas facultades intelectuales, por ejemplo, dejar de aficionarse a las artes?
- En efecto, si se ha manchado esa inteligencia o si se hizo mal uso de ella. Además, determinada facultad puede permanecer aletargada durante una existencia, porque el Espíritu quiere ejercer otra que no tiene relación con aquélla. Entonces queda en estado latente, para reaparecer más tarde.

. ¿A un recuerdo retrospectivo debe el hombre, aun en estado salvaje, el sentimiento instintivo de la existencia de Dios y el presentimiento de la vida futura?
- Se trata de un recuerdo que ha conservado de lo que sabía como Espíritu antes de encarnar. Pero el orgullo sofoca a menudo ese sentimiento.

a. ¿A ese mismo recuerdo se deben ciertas creencias relativas a la Doctrina Espírita, que en todos los pueblos encontramos?

- Esta Doctrina es tan antigua como el mundo. De ahí que se la halle en todas partes, y esto constituye una prueba de que es verdadera.

- El Libro de los Espíritus- Allan Kardec

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LAS VIDAS SUCESIVAS

Lo dijimos ya: con el fin de alumbrar su futuro, el hombre debe ante todo aprender a conocerse. Para marchar con paso seguro, hay que saber dónde se va. Es haciendo sus actos conformes a las leyes superiores que el hombre trabajará eficazmente en su mejoramiento, en el del medio social. Lo importante es discernir estas leyes, determinar los deberes que nos imponen, prever las consecuencias de nuestras acciones. El día en que sea conocido por la grandeza de su papel, el ser humano sabrá desprenderse mejor de lo que le aminora y le rebaja; sabrá gobernarse según la sabiduría, preparar por sus esfuerzos la unión fecunda de los hombres en una gran familia de hermanos.

Pero todavía estamos lejos de este estado de cosas. Aunque la humanidad avanza en la vía del progreso, podemos decir sin embargo que la inmensa mayoría de sus miembros marcha a través de la vida como en medio de una noche oscura, ignorándose, no sabiendo nada del fin real de la existencia.

Las tinieblas espesas ponen un velo a la razón humana. Los rayos de la verdad le llegan sólo pálidos, débiles, impotentes para alumbrar los caminos sinuosos que siguen las legiones innumerables en marcha, impotentes hacen resplandecer a sus ojos el fin ideal y lejano. Ignorando su destino, flotando sin cesar del perjuicio al error, el hombre maldice a veces la vida. Cediendo bajo su carga, responsabiliza a sus semejantes de la causa de las pruebas que aguanta y que engendra demasiado a menudo su imprevisión. Rebelado contra Dios, al que acusa de injusticia, incluso llega algunas veces, en su locura y su desesperación, a dejar el combate saludable, la lucha que sólo puede fortificar su alma, alumbrar su juicio, prepararlo para trabajos de un orden más elevado.

¿Por qué es él así? ¿Por qué el desciende débil y desarmado a la gran arena donde se libra, sin tregua, sin pausa, la eterna y gigantesca batalla? El caso es que este globo, la Tierra, es sólo un grado inferior en la escala de los mundos. Residen aquí sólo espíritus jóvenes, es decir almas nacidas hace poco a la razón. La materia reina soberana en nuestro mundo. Nos doblega a su yugo, limita nuestras facultades, frena nuestros avances hacia el bien, nuestras aspiraciones hacia el ideal. También, para discernir el por qué de la vida, para divisar la ley suprema que rige las almas y los mundos, hay que saber librarse de estas influencias pesadas, librarse de preocupaciones de orden material, de todas estas cosas pasajeras y cambiantes que atestan nuestro espíritu, oscureciendo nuestro juicio. Es elevándonos con el pensamiento por encima del horizonte de la vida, haciendo caso omiso del tiempo y del lugar, aislándolo en cierto modo por encima de los detalles de la existencia, que percibiremos la verdad, Por un esfuerzo de voluntad, abandonamos un instante la Tierra, subimos estas alturas imponentes.

Desde su cumbre se desplegará para nosotros el panorama inmenso de las edades sin número y de los espacios ilimitados. Lo mismo que el soldado, perdido en la pelea, ve sólo confusión alrededor de él, mientras que el general, cuya mirada cubre todas las peripecias de la batalla, las calcula y prevé los resultados; Lo mismo que el viajero, extraviado en las dobleces del terreno puede, subiendo la montaña, verlos derretirse un plano grandioso; así el alma humana, de estas cimas donde planea, lejos de los ruidos de la tierra, lejos de las hondonadas oscuras, descubre la armonía universal. Lo que desde abajo le parecía contradictorio, inexplicable e injusto, visto de arriba, se enlaza, se alumbra; las sinuosidades del camino se enderezan; todo se une, se encadena; en el espíritu deslumbrado aparece el orden majestuoso que ajusta el curso de las existencias y la marcha de los universos.

De estas alturas iluminadas, la vida no es ya a nuestros ojos, como es a los ojos de la muchedumbre, la persecución vana de satisfacciones efímeras, sino un medio de perfeccionamiento intelectual, de elevación moral; una escuela donde aprender la dulzura, la paciencia, el deber. Y esta vida, para ser eficaz, no puede estar aislada. Fuera de sus límites, antes del nacimiento y después de la muerte, vemos, en una especie de penumbra, desarrollarse multitud de existencias a través de las cuales, como premio del trabajo y del sufrimiento, conquistamos pieza por pieza, pedazo por pedazo, el poco saber y cualidades que poseemos; por ellas también conquistaremos lo nos falta: una razón perfecta, una ciencia sin huecos, un amor infinito para todo lo que vive. La inmortalidad, semejante a una cadena sin fin, se celebra para cada uno de nosotros en la inmensidad de los tiempos. Cada existencia es un eslabón que se conecta hacia atrás y adelante con un eslabón distinto, con una vida diferente, pero solidaria con los demás. El obsequio es la consecuencia del pasado y la preparación del futuro. De grado en grado, el ser se eleva y crece.

Artesano de sus propios destinos, el alma humana, libre y responsable, escoge su camino; y, si este camino es malo, las caídas que hará en él, las piedras y los espinos que la desgarrarán, tendrán por resultado desarrollar su experiencia y alumbrar su razón naciente.

León Denis
Extraído del libro "El porqué de la Vida"          

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EL PENSAMIENTO
LA LLAVE PARA LA SALUD Y LA LONGEVIDAD

                                                           

**El pensamiento sombrío agrava males del cuerpo enfermo y enferma el cuerpo sano*
La mente es cual poderosas compuertas utilizada para la generación de la vida, de acuerdo con el uso que de ella hagamos.
Cuando es acostumbrada al bombardeo mental explosivo y dañino, acumula nubes de negatividad y contamina todo el complejo psicofísico de la criatura, generando malestar, enfermedades y derrotismo.
Cuando es habituada al cultivo saludable de ideas buenas y generosas. crea un clima optimista a su alrededor y la psicoesfera humana, se hace un atractivo poderoso del bien y de la luz.
Por esto el sabio e iluminado Espíritu Emmanuel nos advierte en el precioso Libro Pensamiento y Vida, **El pensamiento sombrío agrava, los males del cuerpo enfermo y enferma el cuerpo sano**. Verdad total, comprobada por la comunidad científica de la actualidad.
Habituada a las quejas y al cultivo de los sentimientos de culpa y de menos valía, cava la criatura para sí misma, un abismo inmenso, repleto y atravesado de pensamientos inútiles y negativos.
Estos pensamientos caracterizados por las vibraciones pesadas del miedo, de la maledicencia, de la maldad, de la pereza, de los celos y por todos los vicios mentales, encadenan los pasos del progreso bajo el peso del egoísmo, forzando el estacionamiento del ser, en estados peligrosos de desequilibrio y de obsesión.
El cuerpo saludable, cuando es ocupado por un espíritu que cultiva todas estas inutilidades mentales, se vuelve al paso, víctima de las enfermedades más diversas, principalmente las llamadas sicosomáticas, que provocan los más violentos y perversos procesos enfermizos.
Por otro lado, el cuerpo enfermo, presidido por una mente también enferma, no potencia el valor medicamentoso de las soluciones químicas ingeridas, dificultándole la cura.
Consciente del poder mental Positivo optimista, impulsa a la criatura inteligente a reeducar su mente para el valor de una vida saludable, ayudando a sí misma, en el cultivo de pensamientos útiles, optimistas, positivos, volcados para el Bien, para el Amor al Prójimo y para la Caridad.
Varias investigaciones comprueban: Mentes positivas, ancladas en la Fe y en

la fuerza de Voluntad, facilitan todo proceso de cura.

Pensando en Esto, dejemos de Lado los pensamientos negativos, estableciendo un buen plan de acción.
1-  Pensemos sólo en el Bien.
2-  Seamos la estación terminal de la intriga. Etc.
3-  Dedíquese a las buenas obras, en pensamientos, palabras, acciones  y actos.
4-  Busquemos lecturas instructivas, dentro de los patrones morales.  
5- Actualicemos la pequeña cuota de dedicación a los ideales superiores de la vida.
6-  Vamos a sonreír a la Vida, cautivando a todos a nuestra voluntad.
7- En vez de quejas, busquemos soluciones posibles para los problemas.
8-  No desistamos, intentemos siempre, una vez más.
9-   Tengamos Fe y Esperanza.
10- Procuremos hacer siempre lo posible y dividamos lo imposible, con Dios, que todo soluciona.
Obrando así confiemos, aguardemos y vivamos más felices. Jamás sobrecarguemos nuestra casa mental con el peso inútil de los pensamientos sombríos, que nada solucionan, todo lo complican y sólo causan desgastes, acortando nuestras posibilidades de ser felices plenamente.
Vamos entonces a darnos una oportunidad para la vida. Vamos a sonreír e iluminarnos con un trabajo digno, firme en el Bien, y la Mente ocupada con la Buena Nueva.

Autor desconocido
 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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CARACTER DE LA REVELACIÓN

 ESPÍRITA                       

                            
 Por su naturaleza, la revelación espiritista tiene un doble carácter; participa a la vez de la revelación divina y de la revelación científica.

    Participa de la primera; porque su advenimiento es providencial, y no resultado de la iniciativa y del designio premeditado del hombre; porque los puntos fundamentales de la doctrina son efecto de la enseñanza dada por los espíritus encargados por Dios de ilustrar a los hombres sobre las cosas que estos ignoraban y que no podían descubrir por sí mismos, cosa que les importa conocer hoy día; porque ya se encuentran en una edad madura para comprenderlas.

    Participa de la segunda; porque su enseñanza no es privilegio de ningún individuo, sino que es dada a todo el mundo del mismo modo; porque los que la transmiten y los que la reciben no son de ninguna manera seres pasivos, dispensados del trabajo de observación y de investigación; porque no hacen abstracción de su juicio y de su libre albedrío; porque la comprobación no les está prohibida, sino que, por el contrario, les es recomendada; porque en fin, la doctrina no ha sido dictada de una sola vez, sino por partes, ni impuesta a la creencia ciega; porque se ha obtenido por el trabajo del hombre, por la observación de los hechos que los espíritus ponen ante sus ojos, y por las instrucciones que ellos le dan; instrucciones que estudia, comenta y compara, de las cuales saca por sí mismo las consecuencias y hace las aplicaciones.

    En una palabra, lo que caracteriza la revelación espiritista, es que su fuente es divina, que su iniciativa pertenece a los espíritus, y su elaboración es resultado del trabajo del hombre.

- Allan Kardec-


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