viernes, 29 de agosto de 2014

Muertes por accidente, violentas o inesperadas


MUERTES POR ACCIDENTES, VIOLENTAS  O INESPERADAS

En los casos de muertes por accidentes, o de forma violenta, las condiciones son algo diferentes. En estos casos la vida orgánica se detiene bruscamente, mientras que la separación del espíritu se opera de forma lenta y gradual, sobre todo cuando no hay una total destrucción del cuerpo físico
En estos casos de muerte repentina e inesperada, estando el cuerpo físico en pleno vigor normal, las fuerzas orgánicas no se extinguen gradualmente como en los casos de enfermedades largas o vejez, sino que como los lazos que unen alma y cuerpo son numerosos y fuertes, a pesar de que la muerte sea instantánea, la completa y total muerte o desintegración de las fuerzas vitales que unen cuerpo y alma , supone, a pesar de la muerte clínica que se pueda apreciar, un proceso mas lento y gradual que comienza precisamente en el momento de la muerte física instantánea y su duración depende del nivel de vitalidad orgánica, así como de la clase de deuda con la Ley de Consecuencias (de la que hablamos en el capítulo correspondiente), del Ser humano así fallecido.
En esta clase de muertes imprevistas, por violencia o accidentes, a veces los lazos vitales que mantienen unido al espíritu con su cuerpo físico, son desligados del mismo momentos antes del accidente, y entonces el Ser no sufre ningún choque psíquico, brusco y traumático por su repentina desencarnación, siendo apartado rápidamente del lugar de su desencarnación, normalmente en estado de sueño profundo, de adormecimiento o de turbación, para despertar posteriormente de modo gradual, siendo esclarecido sobre su nueva situación.
Las muertes repentinas o violentas que se presentan cuando la vida orgánica está en todo su vigor, producen en el Alma una sensación dolorosa y la sumen en una prolongada turbación. Si su estado espiritual está desequilibrado por una vida desequilibrada y llena de egoísmo y materialidad, pueden ser presa durante mucho tiempo de sensaciones horribles , quedando en un estado de víctimas de la obsesión, a merced de seres del bajo astral, de los que mas adelante hablaremos.
A veces los Seres fallecidos accidentalmente de modo imprevisto , permanecen mucho tiempo despiertos en el ambiente físico de este mundo, y con frecuencia ignoran lo que les ha sucedido y cual es su situación real, creyéndose aún vivos aunque en un estado de cierta confusión o turbación mental , percibiendo mezcladas escenas del nuevo plano de Vida en que se encuentran sin comprenderlo, y escenas del escenario físico que todavía no han abandonado. Y de este modo algunos pueden permanecer así mucho tiempo en este mundo sin comprender su situación; son los que cuando su periespíritu se condensa en la materia y se hace mas o menos visible y hasta tangible, o producen efectos físicos que delatan su presencia real, se les ha denominado “espectros “ o “fantasmas”, y así permanecen hasta el día en que les llega su “auto-iluminación”, esto es, la comprensión profunda y la aceptación de quienes son , donde están y a donde deber partir, en cuyo momento elevan el pensamiento a Dios y piden ayuda, recibiendo la misma por Seres del plano espiritual que les atienden y guían en su nueva forma de vida.
Un caso aparte es cuando el desencarnado de forma violenta e imprevista es un niño de corta edad. En estos casos su espíritu queda desligado inmediatamente de la materia y su incorporación al mundo espiritual es como un inmediato regreso al hogar de origen.

- Jose Luis Martín-
                                                                  **********************

                                                                     
 
EL ESTUDIO DEL PERIESPÍRITU

Los científicos ya han determinado, que el cuerpo humano genera electricidad, porque el tejido vivo genera energía.
La neurobióloga Candace Pert ha demostrado que los neuropéptidos, sustancias químicas activadas por las emociones, son pensamientos convertidos en materia, por lo que las emociones residen físicamente en el cuerpo y se interrelacionan con las células y los tejidos.
De hecho, el mismo tipo de células que producen y reciben esas sustancias químicas emocionales en el cerebro, están presentes en todo el cuerpo. La Dra. Pert dice: “[…] cada órgano y sistema corporal está calibrado para absorber y procesar energías emocionales y psíquicas específicas. Es decir, cada zona del cuerpo transmite energía en una frecuencia específica, detallada, y cuando estamos sanos, todas están sintonizadas armónicamente”.
La ciencia analítica ya empieza a confirmar que las células están dotadas de inteligencia, que las hace agruparse, defenderse y actuar conforme un plan establecido. Pero esa inteligencia celular ¿de donde proviene?, ¿dónde se encuentra el plan inteligente que lo dirige todo?
El Dr. Jorge Carvajal, atendiendo a un paciente con un miembro amputado y aplicando cromoterapia descubrió que:
el espacio que nos circunda está compuesto por algo que responde a la luz, al calor, a sustancias químicas que rechaza y reconoce; ese algo nos modela y permanece cuando una parte del organismo es destruida y, al trabajar sobre ese campo invisible, se obtienen respuestas en el cuerpo físico”.
Antiguas medicinas como la hindú, china, y más contemporáneas como la radiestesia y otras, nos hablan de un cuerpo etérico sobre el que se construye nuestro cuerpo físico. Este cuerpo es sensible al calor, color y tonos.
Estudios bioenergéticos, demuestran que cada célula tiene su propia música, inaudible para nosotros, pero necesaria en el mantenimiento de la armonía de los tejidos.
Con colores y sonidos, las células dialogan entre sí produciendo una vibración que es registrada como sonidos o color. Mediante el sonido o la luz, se puede enseñar de nuevo el ritmo perdido, y el cuerpo escucha y aprende. Pero de nada sirve si no hay una concienciación del ser humano, hacia una visión totalitaria que nos demuestra, que la espiritualidad es mucho más que una necesidad psíquica y emocional: es una necesidad biológica innata.
El Dr. Hernán Guimaraes Andrade, presidente del Instituto Brasileño de Investigaciones Piscobiofísicas confirma la existencia de algo inmaterial, aún no detectado por la ciencia establecida y que comanda la estructura de las células de los seres vivos.
Según su teoría, un campo de naturaleza magnética llamado Campo Biomagnético (CBM), está interrelacionado con el Modelo Organizador Biológico  (MOB) o periespíritu. 
 De manera que ambos cuerpos (físico y espiritual), pueden transmitir y recibir la información necesaria, para ir modificando los cuerpos conforme a las vivencias del ente encarnado. Las experiencias del CBM le valieron al Dr. Andrade, en 1997, el Primer Premio Científico de al Asociación Médico-Espírita de Brasil.
En la actualidad existe un grupo de científicos internacionales, físicos, químicos, astrónomos, matemáticos y biólogos, entre otros, que se preocupan en retomar la búsqueda de Dios, siguiendo los pasos de Newton y Einstein.
Este movimiento científico es conocido como “Gnosis de Princeton” y presentan nuevos conceptos llamados campos mórficos o morfogenéticos y la resonancia mórfica.
Estos campos mórficos son estructuras energéticas que organizan la vida, estructuras inmateriales que dan forma a las cosas del mundo, de los átomos más simples, como el hidrógeno, a los seres vivos.
La resonancia mórfica sería una emanación de esos campos. Tienen como misión, transmitir o “informar” a las células como deben disponerse para formar al individuo de cada especie. Esos campos mórficos no se localizan en los genes, pero ejercen influencia directa sobre la materia.
Para los espiritistas, esos campos mórficos y la resonancia mórfica corresponden a la estructura del periespíritu, cuerpo espiritual o modelo organizador biológico.
Los Espíritus nos dicen: “los fluidos espirituales son el vehículo del pensamiento; éste actúa sobre aquéllos como el sonido lo hace sobre el aire.
Los fluidos transmiten el pensamiento, como el aire lo hace con los sonidos.[...] los movimientos más secretos del alma repercuten en la envoltura fluídica, actuando sobre el periespíritu y éste sobre el organismo material con el cual se halla en contacto molecular.
 Si los efluvios son de naturaleza buena, el cuerpo recibirá una impresión saludable; si son malos, la sensación será desagradable; si los malos son permanentes y enérgicos, podrán ocasionar desórdenes físicos: ciertas enfermedades no tienen otro origen”.
 El mundo cambia, los científicos empiezan a investigar las manifestaciones de la vida desde una perspectiva mucho más amplia y los espiritistas no podemos quedarnos atrás en el estudio de la ciencia, pues es ella la que nos confirma a cada paso que da,
que las enseñanzas de los Espíritus Superiores, siguen siendo vigentes desde su codificación hace ya más de 150 años.
Encarnamos en un cuerpo para aprender a equilibrar las energías, físicas y espirituales, del pensamiento y la acción, del poder material y del poder mental y nuestro cuerpo contiene una “plantilla” inmanente para la curación.
La Doctrina Espiritista determina la importancia del estudio de ese cuerpo energético, llamado periespíritu para poder entender de forma racional la fuerza creativa de nuestros pensamientos y emociones y cómo repercuten en nuestra vivencia psico-biológica.
Recordemos que todos somos, ante todo, espíritus y nuestra expresión en la vida cotidiana es una manifestación de nuestro espíritu. Luis Gonzaga Pinheiro, en su 12 Kardec, Allan. La Génesis, cap. XIV.
En las Jornadas Andaluzas de Espiritismo Noviembre de 2006 libro “O Periespírito e suas modelaçoes”, concluye: “Estudiar el periespíritu es tener conocimiento de si mismo, lección primordial en el Espiritismo y en el espiritualismo en general.
Sin ese entendimiento, prerequisito para el estudioso espírita, la mediumnidad, los efectos físicos, las obsesiones, la reencarnación, la ley de causa y efecto no son explicables ni entendidos, por constituir ese cuerpo vaporoso el agente por el cual tales fenómenos acontecen”.
El estudio analítico y comparativo del Espiritismo con otras corrientes filosóficas y científicas, nos ofrece una visión mucho más completa de la realidad en la que vivimos, mostrándonos a nosotros mismos, como co-creadores de la Vida y dejando de ser víctimas o esclavos de Ella.
Jornadas Andaluzas de Espiritismo Noviembre de 2006
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
                                                   ***************

“El arte de ser hombre, es el de dirigir la orquesta planetaria, en la dirección señalada por el Gran Arquitecto, otro de los nombres con que ha sido reconocido Dios en la historia”.

                                                                            ************************

                       
                JUSTICIA Y PROGRESO

La ley superior del Universo, es el progreso incesante, la ascensión de los seres hacia Dios, hogar de las perfecciones. Profundidades del abismo de vida, por un camino infinito y una evolución constante, nos le acercamos. En el fondo de cada alma es depositado el germen de todas las facultades, de todas las fuerzas; le corresponde a ella hacerlos nacer por sus esfuerzos y sus trabajos. Contemplado bajo este aspecto, nuestro adelanto, nuestra felicidad futura es nuestra obra. La gracia no tiene más razón de ser. La justicia irradia sobre el mundo; porque, si todos nosotros luchamos y sufrimos, todos nosotros seremos salvados.
 También se revela aquí en toda su grandeza el papel del dolor, su utilidad para el adelanto de los seres. Cada globo que rueda en el espacio es un vasto taller donde la sustancia espiritual es trabajada sin cesar. Así como un mineral grosero, bajo el efecto del fuego y las aguas, se convierte poco a poco en un metal puro, así el alma humana, bajo los martillos pesados del dolor se transforma y se fortifica. Es en medio de las pruebas que se forjan los grandes caracteres. El dolor es la purificación suprema, el horno donde funden todos los elementos impuros que nos manchan: el orgullo, el egoísmo, la indiferencia. Es la sola escuela donde se afinan las sensaciones, donde se aprenden la piedad y la resignación estoica. Los goces sensuales, atándonos a la materia, retrasan nuestra elevación, mientras que el sacrificio y la abnegación, nos sueltan con anticipación de esta pesada carga, nos preparan para nuevas etapas, a una ascensión más alta. El alma, purificada, santificada por las pruebas, ve terminar las encarnaciones dolorosas. Abandona para siempre los globos materiales y se eleva en la escala magnífica de mundos felices. Recorre el campo ilimitado de los espacios y de las edades.
 A cada paso adelante, ve ensanchar su horizonte y aumentar su radio de acción; percibe cada vez más, de forma distinta, la gran armonía de las leyes y de las cosas, participa en ellas de forma más estrecha, más efectiva. Entonces el tiempo se borra para ella; los siglos fluyen como las horas. Unida a sus hermanas, compañeras de eterno viaje, persigue su ascensión intelectual y moral en el seno de una luz siempre creciente.
 De nuestras observaciones y de nuestras búsquedas se deduce así una gran ley: la pluralidad de las existencias del alma. Vivimos antes del nacimiento y reviviremos después de la muerte. Esta ley da la clave de problemas hasta ahora insolubles. Sólo ella explica la desigualdad de las condiciones, la variedad infinita de las aptitudes y de los caracteres.
  Conocimos o conoceremos sucesivamente todas las fases de la vida social, atravesaremos todos los medios. En el pasado, estábamos como estos salvajes que pueblan los continentes retrasados; en el futuro, podremos elevarnos a la altura de los genios inmortales, los espíritus gigantes que, semejantes a faros luminosos, alumbran la marcha de la humanidad. La historia de ésta es nuestra historia.
 Con ella, recorrimos las vías arduas, sufrimos las evoluciones seculares que relatan los anales de las naciones. El tiempo y el trabajo: he aquí los elementos de nuestros progresos.
 Esta ley de la reencarnación muestra de manera brillante la justicia suma que reina sobre todos los seres. Por turno forjamos y quebramos nosotros mismos nuestras cadenas.
 Las pruebas horrorosas entre las que sufren algunos de nosotros son, en general, la consecuencia de su conducta pasada. El déspota renace esclavo; la mujer alta, la vanidosa de su belleza, repetirá un cuerpo informe y miserable; el ocioso volverá mercenario, encorvado a una tarea ingrata. El que hizo sufrir sufrirá a su vuelta. Inútil buscar el infierno en regiones desconocidas o lejanas, el infierno está en nosotros, se esconde en los pliegues ignorados del alma culpable, y sólo la expiación puede dar término a sus dolores. No hay penas eternas. ¿Pero, diremos, si otras vidas precedieron al nacimiento, por qué perdimos la memoria? ¿Cómo podremos expiar con éxito las faltas olvidadas?
 ¡La memoria! ¿No sería un pesado grillete atado a nuestros pies? ¿Saliendo apenas de etapas de furor y de bestialidad, que debió ser este pasado de cada uno de nosotros? ¡A través de las etapas pasadas, cuantas lágrimas vertidas, cuanta sangre derramada por nuestros hechos! Conocimos el odio y practicamos la injusticia. ¡Qué carga moral sería esta perspectiva larga de faltas para un espíritu todavía endeble e inseguro! 
 ¿Y además, la memoria de nuestro propio pasado no estaría vinculada íntimamente a la memoria del pasado de los demás? ¡Qué situación para el culpable, señalado al hierro candente para la eternidad! Por la misma razón, los odios, los errores se perpetuarían, cavando divisiones profundas e imborrables, en el seno de esta humanidad ya tan desgarrada. Dios hizo bien de borrar de nuestros cerebros débiles la memoria de un pasado temible. Después de haber bebido el brebaje del olvido, renacemos a una nueva vida. Una educación diferente, una civilización más amplia hacen desvanecerse las quimeras que frecuentaron en otro tiempo nuestros espíritus. Aliviados de tan pesado equipaje avanzamos con paso más rápido por las vías que nos son abiertas.
 Sin embargo, este pasado no es borrado tanto que no pudiéramos entrever algunos vestigios. Si, separándonos de influencias exteriores, descendemos al fondo de nuestro ser; si analizamos con cuidado nuestros gustos, nuestras aspiraciones, descubrimos cosas que nada en nuestra existencia actual y con la educación recibida puede explicar. Por lo tanto, de ahí logramos reconstituir este pasado, si no en sus detalles, por lo menos en sus grandes líneas. En cuanto a las faltas arrastran en esta vida una expiación necesaria, aunque momentáneamente sean borradas de nuestra vista, la causa primera no deja de subsistir, siempre visible, es decir nuestras pasiones, nuestro carácter fogoso, que las nuevas encarnaciones tienen por objeto amaestrar, suavizar.
 Así pues, si dejamos en las puertas de la vida los recuerdos más peligrosos, traemos por lo menos con nosotros el fruto y las consecuencias de trabajos realizados, es decir una conciencia, un juicio, un carácter tales como les dimos forma nosotros mismos. Lo innato no es más que la herencia intelectual y moral que nos legan las vidas desvanecidas.
 Y cada vez que se abren para nosotros las puertas de la muerte; cuando, liberada del yugo material, nuestra alma escapa de su prisión de carne para volver al mundo de los Espíritus, entonces el pasado reaparece poco a poco delante de ella. Una tras otra, sobre la ruta seguida, revisa sus existencias, las caídas, las paradas, las marchas rápidas. Ella misma se juzga midiendo el camino recorrido. En el espectáculo de sus vergüenzas o de sus méritos, mostrados ante ella, encuentra su castigo o su recompensa.
 ¿Siendo el fin de la vida el perfeccionamiento intelectual y moral del ser, qué condición, qué medio es el más conveniente mejor para conseguir este fin? El hombre puede trabajar en este perfeccionamiento en todas las condiciones, en todos medios sociales; sin embargo, tendrá éxito más fácilmente en ciertas condiciones determinadas.
 La riqueza proporciona al hombre medios poderosos de estudio; le permite dar a su espíritu una cultura más desarrollada y más perfecta; pone entre sus manos las facilidades más grandes para aliviar a sus hermanos desgraciados, de participar, con vistas al mejoramiento de su suerte en fundaciones útiles. Pero son raros los que consideran un deber trabajar en el alivio de la miseria, en la instrucción y en la mejora de sus semejantes.
La riqueza deseca demasiado a menudo el corazón humano; extingue esta llama interior, este amor al progreso y a las mejoras sociales que alberga toda alma generosa; eleva una barrera entre los poderosos y los humildes; hace vivir en un medio que no alcanzan los desheredados de este mundo y donde, por consiguiente, las necesidades, los dolores de éstos son casi ignorados, desconocidos siempre.
 La miseria tiene también sus peligros espantosos: la degradación de los caracteres, la desesperación, el suicidio. Pero mientras que la riqueza nos hace indiferentes, egoístas, la pobreza, acercándonos a humildes, nos hace compadecernos con su dolor. Sí, hay que haber sufrido para apreciar los sufrimientos de otro. Mientras que los poderosos, en el seno de los honores, se envidien entre ellos y procuren rivalizar en brillantez, los humildes, vecinos por la necesidad, viven a veces en conmovedora confraternidad.
 Mira a las aves de nuestros climas durante los meses de invierno, cuando el cielo es sombrío, cuando la tierra está cubierta de un abrigo blanco de nieve; apretadas unas contra otras, al borde de un tejado, se calientan mutuamente en silencio. La necesidad les une.
 Pero vienen los bellos días, el sol resplandeciente, la comida abundante, pían a cual mejor, se persiguen, se pelean, se hieren. Así es el hombre. Dulce, afectuoso para sus semejantes en los días de tristeza; la posesión de los bienes materiales lo hace demasiado a menudo duro y olvidadizo.
 Una condición modesta convendrá mejor al espíritu deseoso de progresar, de adquirir las virtudes necesarias para su ascensión moral. Lejos del remolino de los placeres mentirosos, juzgará mejor la vida. Preguntará a la materia qué es necesario para la conservación de sus órganos, pero evitará caer en costumbres perniciosas, hacerse presa de las necesidades innumerables y ficticias que son las plagas de la humanidad. Será sobrio y laborioso, contentándose con poco, atándose por encima de todo a los placeres de la inteligencia y a las alegrías del corazón.
 Tan fortificado contra los asaltos de la materia, el sabio, bajo la luz pura de la razón, verá resplandecer su destino. Alumbrado sobre el fin de la vida y el por qué de las cosas, se mantendrá firme, resignado ante el dolor; sabrá usarla para su depuración, para su adelanto.
Se enfrentará a la prueba con coraje, sabiendo que la prueba es saludable, que es el choque que desgarra nuestras almas, y que, por este rasgón solo, puede derramarse la hiel que está en nosotros. Si los hombres se ríen de él, si es víctima de la injusticia y de la intriga, aprenderá a soportar pacientemente sus dolores trasladando sus miradas hacia nuestros hermanos mayores, hacia Sócrates bebiendo la cicuta2, hacia Jesús en la cruz, hacia Juana de Arco en la hoguera. Se consolará en el pensamiento que los más grandes, más virtuosos, los más dignos, sufrieron y murieron para la humanidad.
 Y cuando por fin, después de una existencia bien cumplida, vendrá la hora solemne, será con calma y sin pesar que acogerá a la muerte; la muerte, a la que los humanos rodean de un aparato siniestro; la muerte, el espanto de los poderosos y de los sensuales, y que,para el pensador austero, es sólo la liberación, la hora de la transformació n, la puerta que se abre al imperio luminoso de los Espíritus.
 Este umbral de las regiones supraterrenales, lo atravesará con serenidad. Su conciencia, libre de las sombras materiales, se levantará delante de él como un juez, representante de Dios, pidiéndole: "¿que hiciste de tu vida? Y responderá: luché, sufrí, amé, enseñé el bien, la verdad, la justicia; les di a mis hermanos el ejemplo de la rectitud, de la dulzura; alivié a los que sufren, consolé a los que lloran. Y ahora, que El Eterno me juzga, ¡heme aquí en sus manos!"
                                                                  **********************

martes, 26 de agosto de 2014

¿ A donde vamos después de la muerte?

¿Dónde queda el Ser después de su desencarnación?

Tras la desencarnación definitiva, primeramente experimentan la experiencia de verse entrando en un oscuro “tunel” con luminosidad al final del mismo y seres queridos al otro lado le aguardan, pero también pueden permanecer antes de la experiencia del túnel, durante un tiempo sumidos en un estado mental de turbación o confusión, tratando de intervenir en el plano físico en donde tratan de hacerse notar entre los “vivos”, sin tener en cuenta que ellos ya no pertenecen a este mundo, por lo que dificilmente lo logran.
Pero no todos se quedan entre nosotros, pues tras un periodo corto de turbación mas o menos leve, muchos se sienten atraídos inmediatamente al nuevo plano de existencia que les corresponde después del auto-juicio. Este alejamiento del ambiente terrenal no lo hacen en solitario, sino que son conducidos por Espíritus Guías hasta planos espirituales que contienen mundos etéreos en donde al igual que en la Tierra, hay ciudades, con Asilos y Hospitales en donde en principio se alojan y se recuperan de las llagas espirituales por su paso por la vida terrestre, y después se incorporan con normalidad y activamente a la vida en el mundo espiritual. Esto nos podrá costar comprenderlo e incluso en muchos casos ello será debido a las tradicionales y a las ambíguas explicaciones religiosas sobre el más allá, que recibieron en otros momentos de sus vidas, pero lo cierto es que “como es abajo, es arriba”, lo que significa que los espíritus no son algo abstracto que vive flotando en el éter, o que caso de que existan como una realidad concreta, sean solo como una energía psiquica ubicada en imposibles lugares llamados cielo o infierno, tal como nos contaron. La realidad es que como ya se ha explicado, siguen existiendo con sus cuerpos espirituales y se ubican en ciudades del plano espiritual correspondiente, en donde siguen aprendiendo y evolucionando, recuperando fuerzas y ánimo para seguir después otra clase de lecciones prácticas, de nuevo en la materia para continuar aprendiendo, ampliando sus experiencias evolutivas en los planos físicos. Por tanto, ciertamente existen estas ciudades bien organizadas en el mundo espiritual. Tengamos presente que nuestro mundo físico es una copia del espiritual y viceversa. Para más detalle, recomiendo la lectura de “Nuestro Hogar”, obra del Espíritu André Luiz, psicografiada por el médium Francisco Cándido Xavier. Esta es una importante obra, que en algunos tramos parece Ciencia Ficción, pero que no deja de sorprender a nadie, pues contiene valiosas enseñanzas que invitan a meditar en ellas.
Cuando el proceso de desencarnación ha sido largo y penoso tras una prolongada enfermedad, la turbación natural que la acompaña comienza de modo seguido o intermitente incluso desde algunos días antes del momento final. Según se conoce por comunicados mediúmnicos de Seres espirituales que viven en esa otra dimensión espiritual que llamamos “Más Allá”, en estos casos los seres recién desencarnados cuyas energías espirituales están tan agotadas, son conducidos a esos Hospitales de las ciudades espirituales, en donde se recuperan poco a poco del trance hasta recobrar su lucidez completa.
Es de señalar que la mayoría de los Seres cuando desencarnan, necesitan un periodo de tiempo para aprender a desenvolver su nueva forma de vida, por lo que quedan en estado errante cerca del plano físico a la espera de una nueva reencarnación. Durante este periodo de erraticidad llegan finalmente a comprender y a aceptar su realidad, quedando como en fase de adaptación a su nueva forma de existencia, que puede ser mas o menos prolongada en el tiempo ,y puede suponer desde algunos días hasta algunos meses o años.

- Jose Luis Martín-

                                                   *****************

¿ De donde ha nacido el alma?. Las unas vienen hacia nosotros y se vuelven; las otras se van y vuelven”.
  • Los Vedas –

********************




LA REENCARNACIÓN FUE ENSEÑADA POR LOS PAPAS, Y ESTÁ EN EL DECÁLOGO

La reencarnación perrtenecía al cristianismo primitivo. Pero en el Concilio Ecuménico de Constantinopla (553), fue condenada. Además fue condenada la preesistencia bíblica del espíritu, que enseña que el espíritu ya existe cuando acontece la concepción del feto. "Antes que yo te formase en el vientre materno, yo te conocí y antes de que salieses de tu madre, te consagré y te constituí profeta de las naciones" ( Jeremías 1:5). No existe la reencarnación sin la preexistencia. Y se endiende que ella fue también condenada. 
Los papas Eugenio IV (de 1431 a 1447) y Nicolás V ( de 1447 a 1455) apoyaron en su enseñanza al sabio cardenal italiano de Cusa ( 1401 a 1464). También el Papa San Gregorio Magno ( de  590 a 604), la defendió. Para él, Juan Bautista es la reencarnación de  Elías (Malaquias 3:1; y 4:5; Mateo 11:14 y 17:13). El dijo que el Bautista niega ser Elías (Juan 1:21), pero Jesús afirma que su precursor es Elías y que ya había venido y lo habían degollado (Mateo 17:12). Para ese Papa fue como persona (personalidad particular de cada reencarnación del espíritu), que el Bautista negó ser Elías. De hecho generalmente no nos acordamos de las vidas pasadas (Juan 8:9). Y continúa el Papa Gregorio : Es como espíritu o individualidad (la personalidad general de la Psicología Transpersonal de hoy), que animaba su persona, que Juan era Elías, que vivió en tiempo del  Rey Acab, en el siglo IX antes de Cristo. (Papa San Gregorio Magno, Homilía 7, Patología Latina, Volumen 76, Col. 1100, cita de Pastorio en "Sabiduría del Evangelio, Volumen 3, página 21).
Y el Decálogo (Los Diez Mandamientos), dicen: ...." soy Dios celoso, que castiga la iniquidad de los padres en los hijos, en la tercera y cuarta generación de aquellos que me aborrecen..." (Éxodo 20:5 y 34:7), o sea, en los nietos y biznietos, cuando el abuelo o el bisabuelo, generalmente ya desencarnaron, es entonces que el espíritu del abuelo o del bisabuelo, ya puede volver reencarnando en un nieto o biznieto, pagando él mismo sus pecados cometidos en el pasado. Realmente, los espíritus reencarnan mucho en sus familiares y descendientes. Pero los traductores dogmáticos falsificaron la Bíblia. Los traductores cambiaron y falsificaron el sentido de la frase, ridiculizando así la justicia Divina, pues hacen a unos  espíritus que paguen los pecados de los otros.
Debemos respetar el cristianismo dogmático de los teólogos, pero el verdadero, es el bíblico reencarnacionista. 
( Autoría desconocida. Traducido y adaptado por José Luis Martín)

                                                            ******************
 
 UNIÓN DEL ALMA Y DEL CUERPO. ABORTO


344. ¿En qué momento se une el alma al cuerpo?
«La unión empieza en la concepción; pero no es completa hasta el momento del
nacimiento. Desde el instante de la concepción, el espíritu designado para habitar en un
cuerpo determinado se une a él por un lazo fluídico, que se va estrechando poco a poco, hasta que el niño sale a luz. El grito que lanza entonces anuncia que pertenece al número de los vivientes y servidores de Dios».

345. ¿La unión del espíritu y del cuerpo es definitiva desde el momento de la
concepción? Durante este primer período, ¿podría el espíritu renunciar a habitar en aquel cuerpo?


«La unión es definitiva en el sentido de que otro espíritu no podría reemplazar al
designado para aquel cuerpo; pero, como los lazos que a él le unen son muy débiles,
fácilmente se rompen y pueden serlo por la voluntad del espíritu que retrocede ante la prueba que ha elegido; pero entonces no vive el niño».

346. ¿Qué sucede al espíritu, si el cuerpo que ha escogido muere antes de nacer?
«Escoge otro».

¿Qué utilidad pueden tener esas muertes prematuras?
«Las imperfecciones de la materia son las más frecuentes causas de semejantes muertes».

347. ¿Qué utilidad puede tener para el espíritu su encarnación en un cuerpo, que muere pocos días después del nacimiento?

El ser no tiene conciencia bastante desarrollada de su existencia; la importancia de la
muerte es casi nula, y como hemos dicho, es con frecuencia una prueba. para los padres».

348. ¿Sabe anticipadamente el espíritu que el cuerpo elegido no tiene probabilidades de vida?

«Lo sabe a veces; pero si por este motivo lo escoge, retrocede ante la prueba».

349. Cuando una encarnación es improductiva para el espíritu, por una causa cualquiera,¿es suplida inmediatamente por otra existencia?
«No siempre inmediatamente, pues el espíritu necesita tiempo para escoger de nuevo, a
menos que la reencarnación instantánea no provenga de una determinación anterior».

350. Unido el espíritu al cuerpo del niño y no pudiendo ya desistir, ¿siente a veces la elección que ha hecho?

«¿Quieres decir si se queja como hombre de su vida? ¿Si la cambiaría por otra? Si
¿Quieres decir si siente la elección que ha hecho? No, puesto que ignora que la haya elegido.
Encarnado el espíritu, no puede sentir una elección de la que no tiene conciencia; pero puede encontrar muy pesada la carga, y si la cree superior a sus fuerzas, entonces acude al suicidio».

351. En el intervalo de la concepción al nacimiento, ¿disfruta el espíritu de todas sus facultades?
«Más o menos según la época; porque no está aún encarnado, sino ligado. Desde el
momento de la concepción, la turbación empieza a apoderarse del espíritu, advirtiendo- sele de este modo que ha llegado el momento de tomar una nueva existencia. La turbación va aumentando hasta el nacimiento, y en este intervalo su estado es poco más o menos el de un espíritu encarnado, durante el sueño del cuerpo. A medida que se aproxima el acto del nacimiento, bórranse sus ideas y el recuerdo del pasado, del cual cesa, como hombre, de tener conciencia así que entra en la vida; pero este re-cuerdo lo recobra poco a poco en su estado de espíritu».

352. En el acto del nacimiento, ¿recobra inmediatamente el espíritu la plenitud de sus facultades?

«No, se desarrolla gradualmente con los órganos. Se trata de una nueva existencia y es
preciso que aprenda a servirse de sus instrumentos. Las ideas le acuden poco a poco, como sucede al hombre que se despierta y que se encuentra en distinta posición de la que tenía antes de dormirse».

353. No consumándose completa y definitivamente, hasta después del nacimiento, la unión del espíritu y del cuerpo, ¿puede considerarse al feto como dotado de alma?
«El espíritu que debe animarlo existe en cierto modo fuera de él y propiamente hablando,
no tiene, pues, un alma, puesto que la encarnación está sólo en vías de operarse; pero está
ligado a la que ha de escoger».

358. ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea la época de la concepción?
«Desde el momento que violáis la ley de Dios, existe crimen. La madre u otro cualquiera
que sea, comete siempre un crimen, quitando la vida al niño antes del nacimiento;
porque impide al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo».
359. En el caso de que corriese peligro la vida de la madre a consecuencia del nacimiento del niño, ¿es un crimen sacrificar a éste para salvar a aquélla?

«Es preferible sacrificar al ser que no existe que no al que existe».
Del Libro de Los Espíritus de Allan Kardec
                                                                                                    *************************
__._,_.___

domingo, 24 de agosto de 2014

La turbación de la muerte


¿ La turbación que sigue a la muerte, cuanto dura?

Antes, durante y después de la muerte el Ser espiritual, suele entrar en un estado de turbación mental pero aún sigue apresado por un periodo más o menos largo o breve en el cuerpo inerte,en plena inconsciencia, siendo incapaz de relacionarse.
Este estado de sueño o inconsciencia comienza a veces incluso algunos días u horas antes del último suspiro. Esta turbación puede durar desde algunos minutos, como suele ser en el caso de personas con cierto grado de desarrollo espiritual, hasta incluso de años en los que se cree despierto pero desconociendo que han fallecido y creyendo que aún están en este mundo ; esto suele suceder en el caso de personas muy apegadas a las preocupaciones e intereses materiales.
La situación de turbación en cuanto a duración, no tiene unos periodos fijos establecidos, por lo que supone un periodo muy variable de tiempo entre unos casos y otros, pues esto depende del grado de adelanto del Ser y de lo apegado que aún esté a la materia, lo cual causa una mayor o menor lentitud del desprendimiento de su cuerpo físico. Puede suponer desde algunos minutos hasta muchos años, aunque parece ser que en la mayoría de los espíritus, este estado tiene un término medio de tres días. Esto se deduce de la recomendación de ciertos Espíritus elevados, que aconsejan dejar tranquilo el cadáver antes de su inhumación o destrucción, por un periodo de, al menos, tres días.
Esto se comprende mejor si tenemos en cuenta que hablamos de duración en tiempo, y este es solamente un parámetro de nuestra dimensión física, pero que no existe en el Plano espiritual, en donde todo permanece como en un eterno presente.
El problema real es que mientras dura esta fase post-muerte, muchos no saben que han muerto como Seres humanos, porque se sienten “vivos” y les cuesta llegar a comprender y admitir su nueva situación . Durante esa etapa no se pueden elevar a los planos superiores que les corresponden; por eso es que cuanto más elevado es un espíritu, menos apegado está a la Tierra y menos tiempo tarda en ubicarse en el plano espiritual superior que merece, y por el contrario, cuanto más apegado a la Tierra o más materializado, más próximos están al plano inferior que les corresponde, cercano a nuestra “superficie terrestre”, desde el que no se elevan a otro superior porque su propia inferioridad y materialidad se lo impide..

- Jose Luis Martín -

                                           **********************

Según las culturas y las latitudes, la muerte ha sido contemplada de uno u otro modo por el ser humano, pero siempre ha resultado un misterio insondable”

-Ramiro Calle –
                                           ************************

TERRORISMO DE NATURALEZA MEDIÚMNICA

Divaldo Pereira Franco

Sutilmente se va popularizando una forma lamentable de revelación mediúmnica, valorizando las cuestiones perturbadoras que deben recibir tratamiento especial, en vez de la divulgación popularista de carácter apocalíptico.
Existe un atavismo en el comportamiento humano en torno a Dios temor que Jesús des mistificó, demostrando que el Padre es todo Amor, y que el Espiritismo confirma  a través de sus excelentes propuestas filosóficas y ético morales, el cual debe ser examinado con imparcialidad.
Doctrina fundamentada en hechos, estudiada por la lógica y la razón, no admite en sus formulaciones esclarecedoras cualquier tipo de supersticiones, que tiznarían la limpidez de los contenidos relevantes, mucho menos amenazas que le impongan por el temor, como es habitual en otros segmentos religioso.
 Durante algunos milenios el miedo hizo parte de la divulgación del Bien, imponiendo venganzas celestes y desgracias a todos aquellos que discrepasen de sus postulados, castrando la libertad de pensamiento y sometiendo al tacón de la ignorancia y del primitivismo cultural las mentes más lucidas y avanzadas…
El Espiritismo es ciencia que investiga y solamente considera aquello que puede ser confirmado en laboratorio que tenga carácter de revelación universal, por tanto, siempre libre para la aceptación o no por aquellos conocer sus enseñanzas,. Igualmente es filosofía  que esclarece y jamás asusta , explicando, a través de la Ley de Causa y Efecto, quienes somos, de dónde venimos, para donde vamos, porque sufrimos, cuales son las razones de las penas y de las amarguras humanas… De igual manera, su ética-moral es totalmente fundamentada en las enseñanzas de Jesús, conforme El las predico  y las vivió, proporcionando la religiosidad que integra a la criatura en la ternura de su Creador, siendo de simple y fácil formulación.
Jamás se sirve de las tradiciones míticas greco-romanas, como de las Parcas, siempre tejiendo tragedias para los seres humanos, o de otra cualquiera provenientes de las religiones ortodoxas decadentes, algunas de las cuales hoy están reformuladas en la presentación, manteniendo, sin embargo, los mismos contenidos amenazadores.
De manera sistemática y continua, se viene tornando comunes algunas pseudo-revelaciones  alarmantes, substituyendo las figuras mitológicas de Satanás, del Diablo, del Infierno, del Purgatorio, por Dragones, Organizaciones demoniacas, regiones punitivas atemorizantes, en detrimento del amor y de la misericordia de Dios que rige en todas partes.
Ciertamente existen personificaciones del Mal más allá de las fronteras físicas, que se complacen en afligir a las criaturas descuidadas, así como lugares de purificación después de las fronteras de las cenizas del cuerpo somático, todos, en tanto, transitorios,  como ensayos para el aprendizaje del Bien y su fijación en los paneles de la mente  y del comportamiento.
El Espiritismo resucita la esperanza y amplía los horizontes  del conocimiento exactamente para facultar al ser humano el entendimiento a respecto de la vida y de cómo comportarse ante las situaciones dolorosas.
Sus revelaciones objetivan  esclarecer las mentes, retirando la niebla de la ignorancia que aún permanece impidiendo el discernimiento de muchas personas en torno de los objetivos esenciales de la existencia carnal.
De la misma forma  como no se debe engañar a los candidatos al estudio espirita, a respecto de las regiones celestes que los aguardan, desbordando en fantasías infantiles,  no es correcto derrapar  en las amenazas en torno de fetiches, magias y soluciones meticulosas  para los problemas humanos, recurriéndose  al animismo africanista, de diversos pueblos  y a las supersticiones. En el pasado, en pleno periodo medieval, las creencias en torno a los fenómenos mediúmnicos  se revestían de místicas  y de ceremonias cabalísticas, proponiendo la libertad de las incautas y perversas situaciones perniciosas en que transitaban.
El Espiritismo, iluminando a las tinieblas que permanecen dominando incontables mentes, desvela el futuro  que a todos aguarda, rico de bendiciones y de oportunidades de crecimiento intelecto moral, ofreciendo los instrumentos hábiles para el éxito en todos los cometimientos.

Su psicología es fértil de lecciones libertadoras de los conflictos que renacen de las existencias pasadas, de terapéuticas especiales para el enfrentamiento  con los adversarios espirituales que proceden del entonces perturbador, de recursos simples y de fácil aplicación.
El simple cambio mental para mejor proporciona al individuo la conquista del equilibrio perdido, facultándole la adopción de comportamientos saludables que se encuentran reflejados en El Evangelio Según el espiritismo, de Allan Kardec, verdadero tratado de eficiente psicoterapia al alcance de todos los que se interesen por la conquista de la salud integral y de la alegría de vivir.
Después de la hazaña de matar a la muerte, el conocimiento del espiritismo faculta la perfecta integración de la criatura  con la sociedad, viviendo de manera harmónica en todo momento, donde quiera que se encuentre, liberada de recelos injustificables y sintonizados con las bendiciones que fluyen de la misericordia divina.
La mediúmnidad, de ese modo, al servicio de Jesús, es el vehículo de luz, de seriedad, dignificando  su instrumento y enriqueciendo de esperanza y de felicidad a todos aquellos que se  le acercan.
Jamás la mediúmnidad seria estará al servicio de los Espíritus burlones, livianos, críticos, contumaces  de todo y de todos  los que anulan con sus fuerzas vulgares, debiendo tornarse instrumento de conforto moral  y de instrucción grave, trabajando la construcción de mujeres y de hombres serios que se fascinen con el Espiritismo  y tornen sus existencia útiles y ennoblecidos.
Esos Espíritus burlones  y seudosabios deben ser esclarecidos y orientados  para que cambien de comportamiento, después de  demostrado que no les obedecemos, ni les aceptamos las sugestiones enfermizas, mentirosas y  alarmantes  con las historias infantiles sobre las catástrofes que siempre existieron,  con las informaciones sobre el fin del mundo, con las tramas interminables a las que se entregan para seducir y conducir a los ingenuos  que se les someten fácilmente…
El conocimiento real del Espiritismo es el antídoto para esa ola de revelaciones atemorizaditas,  que se esparce como una pestilente humedad, intentando mezclarse a los paradigmas espiritas  que demostraron desde su surgimiento  la legitimidad de que son portadores, confirmando el Consolador que Jesús prometió a sus discípulos y se materializo en la incomparable Doctrina.
Ante afirmaciones mediúmnicas  desastrosas o sublimes, un método eficaz existe para la valoración correcta en torno a su legitimidad, que es la universalidad de la enseñanza, conforme estableció el preclaro Codificador.
De ese modo, utilizándose  de la caridad como guía, de la oración como instrumento de iluminación y del conocimiento como recurso de liberación, los adeptos sinceros del espiritismo no se deben dejar influenciar por el moderno terrorismo de naturaleza mediúmnica, encargado de amedrentar, cuando el objetivo máximo de la Doctrina  es liberar a sus adeptos, a fin de tornarlos felices.
Vianna de Carvalho
Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, el día 7 de diciembre de 2009, durante el XVII Congreso Espírita Nacional, en Calpe, España.  

                                                           **********************

                             
                          APARTADO MEDIÚMNICO
                            LA ORACIÓN


La Oración: La oración es el bisturí que extirpa los dolores, sufrimientos y adversidades que padecen los hombres.

—Soy un hermano vuestro que quiere para vosotros la bendición de Dios.

—Gracias, hermano.

—Vengo a deciros que la oración es el bisturí divino que extirpa todos los tumores, todos los dolores y todas las enfermedades de los hombres, y el narcótico que hace falta para esa cirugía espiritual es la FE y la ESPERANZA. ¿Me vais comprendiendo? 

—Perfectamente, hermano.

—El espíritu, cuando, por ley divina que ignoramos nosotros todavía, pide reencarnar en la tierra o en otros mundos destinados a ello, ha hecho un compromiso espiritual, dictado por su libre albedrío, de lo que tiene que luchar, sufrir, llorar, y a la vez que él lo hace, quienes han de compartirlo con él. Esto, como veis, no es una injusticia; es una justicia divina y una facilidad que Dios les da a sus espíritus para que progresen, porque el progreso, que es indefinido, hay que depurarlo con sufrimien­tos, dolores, incertidumbres y lágrimas. Por eso el destino es inexorable y la misión no cumplida hay que volver a cumplirla. Y esas leyes tan grandes, esa enorme cantidad de leyes tan divinas, ni vosotros ni nos­otros, podemos comprender todavía el alcance de su proyección, pero es bien cierto que Dios ha hecho estas leyes para todos sus hijos, y según el grado de adelanto y luz que tiene el espíritu, así va definiendo y asi­milando las leyes que corresponden a su plano. Los grandes mentores que ya han pasado todas esas fases de la vida no necesitan ese acopio de dolor, de incertidumbres ni de lágrimas. El hombre, humanamente, como estáis vosotros, tiene un velo muy tupido para comprender la exactitud de las ya citadas leyes, pero, hermanos amados: El remedio infalible que tienen todos esos males que el hombre engendra por su poca constancia, su poca fe, su poco valor, su poco cono­cimiento divino y su poca resignación para soportar el dolor y el sufri­miento, es la FE y la ESPERANZA. Quisiéramos poderos explicar —pero no podernos hacerlo— la trans­formación que experimenta el ser cuando ha cumplido fielmente su come­tido, cuando ha dado ya el adiós al mundo de redención o expiación, para ir a otros planos o mundos superiores en luz, sabiduría y amor. Pero los que estáis en la Tierra o como nosotros, ligados a ella, hemos de tener una voluntad sin límites y un conocimiento muy claro de que las cosas no ocurren por el azar, sino que están previstas de antemano para bien de los que las sufren y de los que, por lazos de afinidad, se identifican con ellos. La vida en la Tierra es de una valentía inmensa, porque no sólo sufrís los dolores, sino la terrible incertidumbre que desarma el corazón, la forta­leza de ánimo y daña con mucha frecuencia la santa fe. Todo cuanto os expongo os está causando molestias...

—¡No, hermano, no digas eso; continúa!

—Con mi inútil charla vengo a deciros: Para todo, aunque no lo pidáis, hay siempre una protección divina que está con vosotros. Muchas veces el dolor lo sentís mucho más fuerte. Los remedios no llegan, la incerti­dumbre campea por sus respetos en todas vuestras voluntades, el ánimo se acobarda, el corazón se contrae, la fortaleza se quiebra y la voluntad se marchita... Pues todas esas adversidades no tienen comparación con los actos en que salís victoriosos, que no los conocéis ni conoceréis hasta que estéis en el plano astral que os corresponde. Pero como hemos dicho que la oración es el bisturí divino, os manifestamos que hagáis un esfuerzo inaudito, que templéis fuertemente vuestra alma, porque, según el temple que tenga, el alma ante las pruebas será o no rechazado el dolor. Y cuando veáis síntomas de que no se han concedido vuestras súplicas ni vuestros deseos, ¡jamás dudéis ni desmayéis! Eso jamás, porque ha de cumplirse exactamente todo lo previsto y si perdéis esa grandiosidad y ese sostén divino que son la FE y LA ESPERANZA, os resultarán insos­tenibles vuestros dolores y vuestras lágrimas. Los hermanos de acá nunca os dejan, siempre os protegen. Los resultados no son visibles para vosotros, pero estar seguros, sin miedo a equi­vocaros, que la solución vendrá, que la misericordia de Dios, aunque no lo creáis, no falla nunca y todo llega a su tiempo exactísimo, porque esas Leyes que os rigen y nos rigen a todos son inmutables y ciertamente exactas y divinas. Buenas tardes.

Quedaos con Dios, hermanos. Extraído del libro "Desde la otra vida

                                             ********************