viernes, 30 de septiembre de 2022

Aniversario de Allan Kardec

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Comunicado espírita mediúmnico

2.- El Amor, fuente de la más poderosa energía

3.- Aniversario de Allan Kardec

4.-Vivir con Fe


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                       COMUNICADO ESPÍRITA                                             MEDIÚMNICO             


   Hermanos míos: Tengo una verdadera satisfacción en cumpliros lo que os han prometido vuestros buenos Espíritus Protectores y Familiares, y al daros esta comunicación, que es la parlante de la última sesión de Tarragona, os saluda mi espíritu y desea que sigáis siempre por tan hermosa senda. Sentando por base en las sesiones anteriores el conocimiento de la hermosa doctrina del Espiritismo, como doctrina, como filosofía y como ciencia, hemos de dar a conocer, que las ciencias, hoy incompletas y deficientes, como todo lo humano, existen bajo diferentes aspectos de falsas ciencias y verdaderas ciencias; la definición de cual es la ciencia, la hicieron ya muchos hombres eminentes, y todos vienen a convenir en una idéntica o parecida, a saber, la verdadera ciencia, el análisis sistemático de una cosa en su verdadera virtualidad, el conocimiento exacto de un asunto o materia por medio de la más rigurosa investigación, o sea, un conjunto de verdades metódicamente enlazadas y que todas emanen de un principio común, porque una verdad sola no puede constituir ciencia, y así como partiendo de la hipótesis venimos al conocimiento de la verdad, estas tienen que ser varias para que constituyan ciencia y nos pongan de manifiesto la realidad y toda la realidad.

   Si las religiones en su delirio, creyeron decir la primera y la última palabra, se equivocaron. La ciencia espírita ha dicho su primera palabra, pero sabe que jamás dirá la última, porque estudia como ciencia, como filosofía y como doctrina, todos los principios ú órdenes de cosas que existen en el Universo, que son los principales elementos: Dios, Espíritu y materia, y fuera de estos elementos ya no puede haber nada más, por eso comprende en el estudio de la suprema sabiduría, que allí, en Él, radica toda la sabiduría, toda la verdad y toda la perfección; y si dentro de todas las ciencias conocidas no puede descifrar el problema Dios, comprenderá en su pequeñez que la última palabra no puede decirla ninguna ciencia, porque todas reciben e la Inteligencia Suprema las irradiaciones de luz y de conocimientos que están dentro de su omnímoda voluntad. 

   Las religiones positivas han tratado  de definir a  Dios cada una a su manera, y asemejándole con las pasiones que ellos mismos sustentan, haciendo de ese Ser Superior, un ente iracundo o furioso, que solamente terror infundía a sus criaturas, siendo así que lo que todos los seres debemos a su infinita bondad, es un inmenso amor y un grande e imperecedero agradecimiento. La inteligencia humana no es ni puede ser suficiente para definir a Dios, porque no es posible definir lo que no se conoce ni puede conocerse. El problema Dios, es y será siempre la incógnita de todos los tiempos. Cuando los seres vayan acercándose a la perfección, entonces irán conociendo más y más el progreso y tendrán una idea más aproximada de la Entidad Dios, hasta hoy completamente desconocida para las humanas inteligencias.

   Mientras las religiones y los seres se dedican a conocer lo que no pueden alcanzar sus inteligencias, deben dedicarse a estudiar sus propias imperfecciones, procurando remediarlas y corregirlas, para de ese modo acercarse a la perfección y al conocimiento del problema de Dios.

   Expedito, claro y sencillo, tenéis el luminoso camino de la doctrina del Espiritismo; al dirigiros por él, encontraréis la ciencia que contiene la moral y en la doctrina, finalmente  el consuelo para todos los sinsabores de la desgraciada vida material. En esa hermosa doctrina el espíritu estudia, aprende y se contempla en diferentes moradas y en diferentes edades; y cuando una prueba o una expiación le amargan sus horas de existencia terrenal, exclama dulcificado por el bálsamo purísimo de sus enseñanzas : ...  ¡ Dios mío, cúmplase tu voluntad, cuando sobre mi has echado este cáliz de dolor y amargura, prueba será que lo tendré merecido!, y de ese modo el Espíritu se calma y no se perturba, y entra en la verdadera razón que le hizo conocer la luz hermosa de tantas verdades.

   Cuando los seres humanos estén todos persuadidos de la grandeza y la trascendencia de estas eternas verdades: Cuando saturados los Espíritus del ambiente fétido e infecundo del fanatismo y la ignorancia, se convenzan de la verdad hermosa del Espiritismo, y las inteligencias obren impulsadas por los purísimos sentimientos de amor, paz y caridad, entonces todos unidos en apretado haz, pidamos al Padre amoroso, nos proporcione el progreso y la perfección para podernos acercar a Él por la caridad, el amor, la ciencia y las virtudes. Adiós

- Victor-(Espíritu)

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EL AMOR LA FUENTE MÁS PODEROSA DE ENERGÍA    

                                                        


“El equipo familiar en el mundo no siempre es un jardín de flores. A veces, es una espina de preocupaciones y de angustias, reclamándonos sacrificio. Con todo, aunque necesitemos de firmeza en las actitudes  para la temperancia de la afectividad que nos es propia, jamás conseguiremos sanar las heridas de nuestro ambiente particular con el látigo de la violencia o con el emplasto de la dejadez.

El amor en el nido doméstico es un bálsamo reparador para todas las heridas, para aliviar todos los dolores, para armonizar todas las circunstancias que se puedan dar,  es la fuerza que lo puede todo. Solo por el amor se salvará el hombre.

El amor fortalece y perfecciona.

El conocimiento puede muy poco, comparado con lo mucho que el amor pude siempre.

El fundamento de la obra divina es de amor inconmensurable.

Debemos aprender a amar, para adquirir el poder de transformar almas.  El Señor nos enseño que la verdadera libertad es la que nace de la perfecta obediencia a Sus leyes sublimes, y que solo el amor tiene suficiente poder para salvar, elevar y redimir.

El dolor expande la vida, el sacrificio la libera. El martirio es problema de origen divino. Intentando resolverlo, el espíritu puede elevarse al pináculo resplandeciente o precipitarse en el abismo tenebroso, al retirar del sufrimiento el óleo de la paciencia, con la que se enciende la luz para vencer las tinieblas, otros extraen  piedras y espinas revueltas, con las que se despeñan en las sombras de los precipicios.

 El corazón que ama está lleno de poder renovador.

El conocimiento no basta, el hombre ha de estar animado por la fuerza divina, que fluye del ayuno por la renuncia, y de la luz de la oración que nace del amor universal.

Las palabras que dirigimos  pueden ser frías y no llegar a ninguna parte, pero cuando, le ponemos sentimiento, de amor y de cariño, de paz y buenos deseos, ellas siempre emocionan, conmueven, sensibilizan, porque el amor es la fuerza de Dios en los hombres.

Es la chispa que prende al hombre a sus hermanos, y lo devuelve al foco inmensurable y divino, al seno de Dios,   que es el manantial  de donde parten las sublimes emanaciones para fortalecer al hombre. El amor del Padre es la fuerza que nos impulsa en este mundo a procurar crecer para llegar a El.

No hay fortuna más grande que la conciencia tranquila. Solamente cuando nos sumergimos en el total eclipse del amor y de la razón, huyendo deliberadamente  de los procesos del socorro divino, manteniéndonos en las tinieblas competas del odio y de la negación, nos enfrentamos  con absoluta dificultad de recibir influencias salvadoras; entonces, deberemos esperar los atritos crueles del tiempo, aliados a las fuerzas, de carácter impulsivo, de las leyes universales.

El amor y la confianza no constituyen obras de improviso, nacen bajo la bendición divina, crecen con la  lucha y se consolidan con los siglos. Es más noble dar que recibir, más bello amar que ser amado, más divino sacrificarse que arrancar sacrificios ajenos.

El amor conduce a nuevos caminos, ennoblece y fortalece; hace del hombre un guerrero que lucha sin tregua por su objetivo; es la mayor fuerza que el hombre puede poseer en sí; por eso ir en su búsqueda, instalarlo en el corazón es el mayor bien que podemos procurar para nuestro “yo”, la mejor medicina, el mejor antídoto.

El amor es la fuerza que nos despierta todos los días y hace percibir que la vida es bella a pesar de pesares, la fuerza que nos hace vivir y contagiar el día de quien se ama.

Mercedes Cruz Reyes

 

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                                                     El Temor         

    El temor es un sentimiento de inseguridad que se manifiesta de modo mas o menos irracional en forma de inquietud, ansiedad, recelo ante lo desconocido o ante una amenaza, Miedo, pavor, etc.

      El miedo racional o instintivo ante serios y concretos riesgos es un mecanismo natural de defensa ante peligros reales, pero existen también otros temores infundados o exagerados e irreales que solamente son creación de la imaginación del afectado que los alimenta inconscientemente. Estos casos sí pueden considerarse un defecto o debilidad moral, porque debilitan las energías mentales y el entusiasmo, paralizando las facultades intelectivas y volitivas. 

   Los estados de temor se acompañan de unas vibraciones mentales que sintonizan con otras de la misma frecuencia  emitidas igualmente por espíritus, tanto encarnados como desencarnados y se alimentan, incentivan  y fortalecen mutuamente. Debemos tener siempre en cuenta que por Ley de Atracción, una mente funcionando en positivo atrae lo positivo y funcionando en negativo, como son los casos de pesimismo y de temor, atraen lo negativo. El estado mental y anímico negativo que causa el miedo, atrae por ley de Vibración  los hechos  y resultados negativos que recelamos ( atrae más de lo mismo); ¿ Quien no escuchó nunca decir que la inseguridad atrae inseguridad y casi siempre fracaso?.

  El temor siempre tiene origen en  una falta de confianza en sí mismo y en Dios. La fe en nuestras propias potencialidades y en la protección de Lo Alto, proporciona un estado de seguridad al no sentirnos desamparados, aumentando nuestro grado de coraje ante los retos de la vida.  El pesimismo es una forma negativa de ver y considerar los detalles que la vida nos pone delante cada día, cuando solamente se tratan de experiencias con las que adquirimos equilibrio y sabiduría. Y de ese pesimismo es que suelen nacer los miedos y los temores infundados. El antídoto contra el pesimismo es el razonamiento ponderado y justo, impregnado del  sentimiento antagonista: el optimismo moderado que nos proporciona  la  fe.

   Los temores nos incapacitan para enfrentar los peligros con la debida lucidez, necesaria para encontrar una solución que nos saque airosos ante una situación difícil.

   No se debe sufrir por anticipado permitiendo que el fantasma del miedo nos perturbe el razonamiento  y nos genere temores injustificados. Cuando tememos intensamente algo, estamos siendo dominados por una fuerza extraña a nosotros y esto nos hace entrar en un estado de desequilibrio nervioso y mental.

   El miedo agiganta los acontecimientos negativos, presentándolos de modo exagerado e irreal. Tenemos muchas clases de miedos, como el temor ante las enfermedades , cuando sabemos que estas hay que afrontarlas con valentía y confianza en la ayuda y en la Voluntad de Dios. También genera inseguridad y timidez, pudiendo llegar a llevar a quien lo sustenta o padece en grados extremos hasta estados emocionales de violencia irracional y de enloquecimiento.

    Lo peor es que el miedo suele ser contagioso para otras mentes débiles o no preparadas ante la prueba, y además invalida la eficacia de la oración esparciendo pesimismo . Esta debilidad o defecto moral debe ser combatido continuamente, no dejando que se adueñe de nuestro ánimo.

     No debemos dejarnos llevar por ninguna clase de miedo a nada, pues lo más grave que nos podría suceder sería tal vez la muerte del cuerpo y  aunque el instinto de conservación es natural y es un deber moral preservar nuestra vida física, esto tampoco es motivo de ningún horror pues ya sabemos que la  muerte no es el final de la vida, porque la vida del Espíritu no termina nunca; después seguimos existiendo en otra dimensión. Además, este es un trance natural por el que todos, antes o después, pasaremos, como ya hemos pasado anteriormente tantas veces en la larga historia de nuestros espíritus. Recordemos que los seres humanos en nuestra parte consciente y racional, o sea, espiritual, somos Seres inmortales. Nadie puede prever lo imprevisto ni evadirse de  las pruebas de la vida necesarias para la Evolución espiritual.

    Por lo dicho, ante las pruebas y circunstancias de la vida, hay que ser valiente ( lo que no quiere decir imprudente), y no tener miedo a nada, pues debemos pensar que todas esas pruebas y circunstancias están ahí precisamente para que las afrontemos con fe y valor, para seguir creciendo con ellas.

   Tengamos en cuenta que nada sucede sin permiso de Dios, y las vicisitudes de cada vida, incluida la muerte o las desgracias, cuando llegan, siempre son para nuestro bien, aunque sean desagradables, humanamente indeseables, o no las comprendamos.

    El único temor que nos debiera preocupar es el de no conservar nuestra conciencia interior limpia. Así las mejores armas  que tenemos para combatir el miedo y los temores ante las pruebas de la vida, son la confianza en Dios y la disposición para el trabajo, enfrentando con valentía y arrojo cuanto nos salga al paso, sabiendo que toda prueba que afrontemos no será nunca superior a nuestras fuerzas o a nuestra capacidad para  superarla, además de que siempre tenemos unas presencias espirituales cercanas que velan por nosotros, y nada nos sucederá que  no nos deba suceder.

         El mejor modelo  para vencer miedos y temores lo tenemos en la figura de Jesús de Nazaret, que nunca mostró temor ante ningún enemigo y el que experimentó humanamente ante su propio martirio,    ( Él era un Ser humano y como tal no carecía del instinto de conservación y del temor al dolor físico, aunque no moral, porque Él sabía cual era su misión y la vida que le esperaba tras su paso por la condición humana),  lo afrontó con su extraordinaria fe en el Padre Celestial . Si hay  en la historia un ejemplo de valentía en el más amplio sentido de la palabra, lo tenemos en Él.

     En la medida que logremos superar todas las lacras y defectos morales que tenemos en general, de la clase que sean , iremos eliminando así de nosotros los muchos aspectos negativos, incluidos los miedos y temores que nos impiden evolucionar como personas y Seres espirituales que somos.

      Los miedos infundados o sin aparente motivo, pueden tener su origen en diversas causas, tales como conflictos acaecidos en otras vidas anteriores que han dejado huella en forma de sentimientos de culpa. También se puede originar por fuertes sentimientos  a causa de  vivencias que ha tenido el Ser durante su estancia en el llamado “Umbral” del Más Allá. También  puede ser debido a  un desequilibrio emocional educativo, con origen en la infancia a causa de un posible maltrato de  la personalidad infantil en desarrollo, tal vez  por parte de sus padres u otros familiares, que en el trato doméstico  quizás le  mostraron  indiferencia o le trataron  con  demasiada agresividad.

    No pensemos nunca que estos defectos forman parte de nuestra personalidad porque Dios nos hizo así de cobardes;  esto sería  como una velada acusación contra  Dios por habernos creado naturalmente con esa imperfección, achacándole la responsabilidad de ello y eludiendo así nuestra propia responsabilidad  para no  esforzarnos en superarlos, pues Dios no tiene que ver con nuestros miedos y defectos; ellos son cosa nuestra y a nosotros corresponde superarlos y con ello evolucionar mejorando espiritualmente.

- Jose Luis Martín-

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              ANIVERSARIO DE ALLAN KARDEC


                               

Queridos hermanos en el Ideal ;
Recordemos que el próximo día  03 de Octubre, se conmemora  el Nacimiento de  Hippollite Leon Denizard Rivail (ALLAN KARDEC).

"El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones." ( "¿Qué es el Espiritismo?" Allan Kardec )

Allan Kardec fue codificador del Espiritismo. Organizando y clasificando escrupulosamente un  material transmitido por los Espíritus a través de diferentes médiums, que fundamentó la corriente espiritista del siglo XIX, pero en modo alguno se trató de un escritor imaginativo y tampoco de estilo místico.

Primeramente debemos saber que Francia en el 3 de Octubre de 1.804 , día del nacimiento de Hippollite Leon Denizard Rivail (más tarde  pasaría a llamarse Allan Kardec), ya había pasado por la época de la Enciclopedia y, esta línea de pensamiento, dejó en las bases de su sociedad, a grandes pedagogos muy rigurosos, formadores de la conciencia intelectual de Kardec.

Allan Kardec nació en un hogar donde la elevada cultura estaba ya profundamente asentada. Hizo sus primeros estudios en Lyon y los completó en Yverdum (Suiza), en el Instituto del celebre profesor Pestalozzi, conocido por ser uno de los más respetados centros de enseñanza de toda Europa, y por donde pasaron famosos intelectuales de aquella época. Nuestro hombre se reveló aquí como un discípulo brillante en Ciencias y Letras.

Se entregó a fondo a la lingüística y hablaba correctamente el alemán, el inglés, el español y el holandés. Vuelto a París fundó allí un Instituto de Enseñanza semejante al de Yverdum. Y como educador publicó numerosos libros, gracias a los cuales, a pesar de verse arruinado por problemas familiares, consiguió sobrevivir económicamente. Daba también clases de química, física, astronomía y anatomía comparada.

Prosiguiendo su carrera pedagógica hubiera podido desarrollar su vida, pero en 1854, con 50 años, oyó hablar por primera vez del fenómeno de las mesas giratorias (estaba de moda). Fue su viejo amigo Fortier (magnetizador) el que le dijo..."He aquí una cosa extraordinaria, no solamente se hace girar la mesa, magnetizándola, sino que se le hace hablar: se interroga y ella contesta." Nuestro codificador contestó... "Yo creeré en ello cuando lo vea y se me haya probado que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir, y que puede convertirse en sonámbula. Hasta entonces permitidme que no vea en ello mas que un cuento de niños ."
Al principio de 1855, encontró a Carlotti (otro viejo amigo) que volvió a relatarle fenómenos, y a sugerir el hecho de que pudieran estar provocados por espíritus, esto despertó su irresistible curiosidad de estudioso e investigador. En Mayo de 1855, acompañado de Fortier, visitó la casa de una conocida sensitiva , Madame Roger .

Allí mantuvo una conversación con diversas personas que le redundaron en la idea antes sugerida por Carlotti. Esta reunión le causó honda huella y  allí mismo fue convidado a asistir a una sesión de experiencias. Cuando salió dijo..."fue allí, donde por primera vez puedo dar testimonio del fenómeno de las mesas giratorias, que saltaban y corrían, en condiciones tales que la duda no era posible. Allí vi también algunos ensayos imperfectos de escritura mediúmnica".

Todavía escéptico, pero impresionado, trabó amistad con la familia Baudin , a cuyas reuniones fue invitado.  Contaba: ..."Fue allí donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, mas fundamentados sobre las observaciones que sobre las revelaciones. Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones; de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al tema... Este es el procedimiento que utilicé toda mi vida, a partir de los veinticinco o veintiséis años. De entrada comprendí la gravedad de la investigación que emprendía y entreví en estos fenómenos la clave del oscuro y controvertido problema del pasado y del porvenir de la humanidad, la solución y la respuesta a todas mis búsquedas. Se trataba de una revolución completa en las ideas y en las creencias; por tanto debía actuar con circunspección y no a la ligera; ser positivista y dejar los ideales de lado para evitar afirmaciones ilusorias."

En 1855 recibió de Carlotti y de un grupo de estudiosos 50 cuadernos conteniendo relatos de experiencias y comunicaciones diversas, pidiéndole que analizase y ordenase el contenido. Una noche, en una de las sesiones en casa de Baudin, nuestro hombre (todavía Rivail) recibió una comunicación de su espíritu protector. Éste, nombrado Espíritu de la Verdad, le reveló una anterior encarnación con los druidas en la Galia, cuyo nombre, en aquellos tiempos, fue Allan Kardec.

También le comunicó su ayuda en la importante tarea para la que había sido destinado. A partir de este momento Allan Kardec se lanzó al trabajo, recibiendo instrucciones a través de diferentes médiums ( Japhet, Croset, Dufaux, Aline, hermanas Baudin, etc ) diversificando de este modo los intermediarios de su comunicación con los espíritus, para mejor contrastar la verdad.

El 18 de Abril de 1857 publicó un libro que marcó el inicio del espiritismo " El Libro de los Espíritus". Este libro ya aparece firmado con el nombre Allan Kardec, diferenciando así la época de escritor y pedagogo prestigioso que firmaba con  su nombre deónacimiento. En los pocos años que le quedaban ya por vivir (en esta reencarnación) escribió todos los libros que completan la codificación espirita y completo el primero.

En 1858 editó la Revue Spirite (Revista Espírita). En 1861 publica El Libro de los Médiums. Su texto comprueba el carácter científico de la Doctrina Espírita, y provocó un gran revuelo, con lo que  el catolicismo se levantó contra Allan Kardec. Ese mismo año 300 libros espíritas fueron quemados en Barcelona por la inquisición española. Tiempo después, al respecto de este hecho, Kardec recibió, a través de un médium, el siguiente mensaje del obispo de Barcelona, autor del acto de fe que decretó la incineración de los libros, y que ya había desencarnado: "Esta escrito. Tu quemaste las ideas y las ideas te quemaron. Rogad por mí; rogad, porque es agradable a Dios la oración del perseguido para con su perseguidor. Habla el que fue obispo y ahora no es mas que penitente".

En 1864 publicó El Evangelio según el Espiritismo. En 1865 publicó El Cielo y el Infierno. En 1868 publicó La Génesis. Allan Kardec desencarnó en 1869, contaba casi 65 años. La obra de Allan Kardec es de obligatorio conocimiento para descifrar el Espiritismo. Muchos libros espíritas se han publicado después, pero en los del codificador se resume el carácter original de esta transmisión espiritual, y la orientación para acercarnos nosotros a los mensajes. Además estos libros, por su extenso tratamiento del tema, contienen innumerables descubrimientos, muchos de ellos verificados después por la ciencia.

Mausoleo de  Kardec

Debemos recordar que en el mismo año de la desencarnación de Kardec, la Sociedad Dialéctica de Londres nombró un comité para estudiar los fenómenos del Espiritismo, cuyo conocimiento se propagaba por toda Europa. Tras meses de investigaciones, sus 22 miembros concluyeron que los fenómenos eran auténticos. A ésta han seguido muchas otras investigaciones sobre los fenómenos y las tesis espíritas que igualmente han concluido aceptando la propuesta del Espiritismo.

 
 Gina Quintanilla de Rezkalah alt

        Coord. de la FEPERU

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Vivir con Fe

Vivir con fe es transitar por este mundo con la convicción de que fuimos enviados con una misión, que es fundamentalmente ser hombres de bien, para que a través de nuestros actos nobles podamos progresar en la escala Espiritual. Esta fe que tenemos en Dios debemos trasladarla a nuestra vida cotidiana, confiar en nuestras familias y amigos, en fin recobrar la fe que hemos perdido.
Pero que difícil parece ser tratar de confiar en el prójimo sin tener el sentimiento de que podemos ser traicionados por ser considerados crédulos en medio de un mundo lleno de engaños y mentiras, o ser tildados de inocentes por tratar de sostener la bandera de la fe. Somos muchos, todavía, los seres humanos que creemos que se puede volver a confiar en el otro lo que sucede es que atrincheramos este sentimiento en nuestra alma al vernos apabullados por tantos actos de traición que se viven en este mundo Tierra.
Manifestemos a todos los que nos rodean nuestros deseos de fe y no temamos ser defraudados por los demás, porque habrá quienes no sepan valorar nuestra confianza, pero existe un Supremo Dios que jamás nos traicionará. Pidamos por todos los hombres de fe para que puedan acrecentarla y por todos aquellos que la han perdido que puedan recuperarla y de esta forma podremos disfrutar de un paraíso en la Tierra.
Colaboración de L.L.B.
Extraído de la Revista: “El Espiritismo” – Nº 137. Mar-Abr del 2001.
Del Órgano de la Asociación de estudios Psicológicos “Dios y Progreso”.
ARGENTINA.

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jueves, 29 de septiembre de 2022

La alegría de vivir

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- El sentido religioso y las religiones

2.- Juventud

3.- El Tránsito

4.- La alegría de vivir


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El sentido religioso y las Religiones 

La palabra "Religión" procede del vocablo “Religare”, y significa religar o volver a unir el Espíritu humano con Dios. Esto parece estar de acuerdo con la idea de que somos Seres que partimos de Dios, nuestra Fuente de Origen  por quien fuimos creados, y naturalmente aspiramos a acercarnos a nuestra Fuente de Origen, “religándonos” o volviendo a unirnos al Creador. 

Este regreso o acercamiento a nuestra Fuente de Origen que es la Perfección Infinita, en vista de lo imperfectos que aún somos los seres humanos que habitamos este planeta, jamás se podría lograr en una sola existencia en la Tierra, por larga y fructífera que esta fuera, por  lo  que necesariamente deberá continuar en su aspiración de lograrlo en otras existencias humanas, a través de una larga evolución espiritual conquistada  mediante las propias  obras y esfuerzos, pero no por medio de credos religiosos, o por participar en  ceremonias ni en liturgias de carácter más o menos oculto, sobrenatural o misterioso, sino adaptando en su vida las  sencillas pero profundas enseñanzas morales que ciertos Espíritus de elevada categoría evolutiva han   legado  a la Humanidad  a lo largo de  diversas épocas y lugares  con el propósito de señalar el camino adecuado de su evolución y crecimiento  espiritual.

 La religión verdadera la llevamos dentro del alma, como un sentimiento al que llamamos religiosidad, lo que supone un sentimiento íntimo y una conciencia moral elevada;  pero las religiones, todas, son montajes y creaciones humanas, apoyadas en complicadas liturgias, rituales y ceremonias que impresionan los sentidos, al tiempo que han ido fijando dogmas religiosos y han ido conquistando a los fieles de cada una, más o menos fanatizados ante lo que sienten o creen como algo "sobrenatural", y a los que se les inculcó la idea de un Dios severo y castigador que todo lo ve y lo juzga al instante; que solo perdona a través de los pastores o ministros de "Su iglesia", y que cuando  llegue la muerte podemos ir a un "infierno" como amenaza terrible por toda la eternidad, para los que no cumplan con las obligaciones y preceptos de su “reli”.

 Ante este panorama, de inquietud espiritual: por una parte el entramado dogmático y ritualístico, formado en cada una de las iglesias que proclaman su religión con la única verdadera y condenan a los fieles de otras religiones, que no son adeptos o fieles de ella; por otra parte la descreencia originada por este panorama donde se confunde todo y  que lleva a hacer creer que en definitiva, todo es mentira.... Es difícil creer sinceramente en los postulados de ninguna religión cuando estos atentan al razonamiento más íntimo del ser humano, que se niega a creer lo que su mente y su razón le dictan en su conciencia, porque lo que les imponen como creencia no es posible que pueda ser  la verdad. Y aún teniendo la buena voluntad de querer creer, muchas veces en el fondo de la conciencia aparece  "otra profunda conciencia", que sin palabras, nos indica que el verdadero camino en realidad, va por otro lado. Y es que todos llevamos muy próximo, un Guía Espiritual que nos "sopla" al oído de nuestra conciencia, cosas diferentes a la que se nos enseñan en este mundo.

- Jose Luis Martín-

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                                                  JUVENTUD        


 Juventud es fuerza.Pero si la fuerza no estuviera bajo la dirección de la justicia. Puede, convertirse en camino para la locura.

 Juventud es poder.- Entretanto, si el poder no acepta la orientación del bien, rápidamente se convierte en tiranía del mal.

 Juventud es libertad.- Sin embargo, si la libertad huye de la disciplina, es invariablemente la caída para la deplorable esclavitud.

Juventud es llama.- No obstante, si la llama no sufre el control del provecho justo, en breve tiempo se transforma en un incendio devastador.

Juventud es cariño.- Pero si el cariño no posee conciencia de responsabilidad, puede ser veneno mortal para el corazón.

Juventud es la belleza de la forma.- Con todo, si la belleza de la forma no se enriquece con el perfeccionamiento interior, no pasa de una máscara perecible.

Juventud es amor.- Entretanto, si el amor no se equilibra en la sublimación del alma, pronto se transforma en pasión infeliz.

Juventud es primavera de sueños.- Sin embargo, si la primavera de sueños no se ennoblece en el trabajo digno, todo nuestro idealismo será simplemente un campo de flores muertas.

Si te encuentras en la hora radiante de la juventud, no te olvides que el tiempo es nuestro juez implacable.
    La plantación de ahora será cosecha después. Nuestras esperanzas, día a día, se materializan en las obras a que nos destinamos. La ley será siempre ley.
      Se pueblan y despueblan cunas y túmulos para que el espíritu, divino caminante, a través de la juventud y de la vejez del cuerpo terrestre, desarrolle en sí las alas que lo transportarán a las cimas de la vida eterna.
     Así, si realmente procuras la felicidad incorruptible, confía tu corazón y tu mente al cristo renovador a fin de que, joven de hoy, te hagas mañana el carácter sin mancha que reflejará en el mundo la divina voluntad.

Emmanuel
Del libro “Paz y liberación”- Médium Francisco Cándido Xavier


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                              EL TRÁNSITO

No se excluyen por la confianza en la vida futura los temores del tránsito de esta vida a la
otra. Muchos no temen la muerte por el hecho de morirse, lo que temen es el momento de la
transición. ¿Se sufre o no se sufre en el tránsito? He aquí lo que les ocupa más, y la importancia de este asunto es tanto mayor cuanto con toda seguridad nadie puede evitarlo. Puede uno dejar de hacer un viaje terrestre, pero aquel camino han de recorrerlo todos, ricos y pobres, y por doloroso que sea, ni la clase social, ni la fortuna, pueden endulzar su amargura.

2. Al ver la calma de ciertas muertes y las terribles convulsiones de la agonía en algunas
otras, se puede ya considerar que las sensaciones no son siempre las mismas. Pero, ¿quién puede hacernos una reseña respecto de esto? ¿Quién nos describiría el fenómeno fisiológico de la separación del alma y del cuerpo? ¿Quién nos dirá las impresiones que se sienten en este instante supremo? Sobre este punto, la ciencia y la religión enmudecen.
¿Y por qué? Porque falta a la una y a la otra el conocimiento de las leyes que rigen las
relaciones del espíritu y la materia; la una se detiene en el umbral de la vida espiritual; la otra en el de la vida material. El Espiritismo es el lazo de unión entre las dos. Él solo puede referir cómo se opera la transición, y sea por las nociones más positivas que da de la naturaleza del alma, ya sea por lo que informan los que han dejado la envoltura material. El conocimiento del lazo fluídico que une el alma y el cuerpo es la clave de este fenómeno, así como de muchos otros.

3. La materia inerte es insensible, éste es un hecho positivo. Sólo el alma experimenta las
sensaciones del placer y del dolor. Durante la vida, cualquier separación de la materia se refleja en el alma, quien recibe por ello una impresión más o menos dolorosa. El alma es la que sufre y no el cuerpo. Éste no es más que el instrumento del dolor, el alma es el paciente.
Después de la muerte, estando el cuerpo separado del alma, puede ser impunemente
mutilado, porque nada siente. El alma, cuando está aislada, no sufre por la desorganización de este último. Tiene sus sensaciones propias, cuyo origen no está en la materia tangible.
El periespíritu es la envoltura fluídica del alma, de la cual no se separa ni antes ni después
de la muerte, con la que no forma, por expresarlo así, más que uno, porque no puede concebirse el uno sin el otro. Durante la vida, el fluido periespiritual penetra en el cuerpo en todas sus partes y sirve de vehículo a las sensaciones físicas del alma. Por este intermediario obra también el alma sobre el cuerpo y dirige sus movimientos.

4. La extinción de la vida orgánica causa la separación del alma y del cuerpo por la rotura
del lazo fluídico que los une, pero esta separación jamás es brusca. El fluido periespiritual se separa poco a poco de todos los órganos. de modo que la separación no es completa y absoluta sino cuando no queda un solo átomo del periespíritu unido a una molécula del cuerpo. La sensación dolorosa que el alma experimenta en semejante momento está en razón de la suma de los puntos de contacto que existe entre el cuerpo y el periespíritu, y de la mayor o menor dificultad y lentitud que ofrece la separación. Es preciso, pues, entender que, según las circunstancias, la muerte puede ser más o menos penosa. Estas diversas circunstancias son las que vamos a examinar.

5. Sentemos, desde luego, como principios los cuatro casos siguientes, que se pueden mirar
como las situaciones extremas, entre las cuales hay una multitud de matices:
1.º Si en el momento de la extinción de la vida orgánica estuviese operada completamente la
separación del periespíritu, el alma no sentiría absolutamente nada.
2.º Si en este momento la cohesión de los dos elementos está en toda su fuerza, se produce
una especie de rasgadura que obra dolorosamente sobre el alma.
3.º Si la cohesión es débil, la separación es fácil y se verifica sin sacudidas.
4.º Si después del cese completo de la vida orgánica existen todavía numerosos puntos de
contacto entre el cuerpo y el periespíritu, podrá el alma sentir los efectos de la descomposición del cuerpo hasta que el lazo se rompa enteramente.
    De esto resulta que el sufrimiento que acompaña a la muerte está subordinado a la fuerza de adherencia que une el cuerpo al periespíritu. Que todo lo que pueda menguar esta fuerza y favorecer la rapidez de la separación hace el tránsito menos penoso. En fin, que si la separación se opera sin ninguna dificultad, el alma no experimenta ninguna sensación desagradable.

6. En el tránsito de la vida corporal a la vida espiritual se produce también otro fenómeno de
una importancia capital: es el de la turbación. En este momento, el alma experimenta un sopor que paraliza momentáneamente sus facultades y neutraliza, en parte al menos, las sensaciones. Está, por expresarlo así, cataleptizada, de modo que casi nunca es testigo consciente del último suspiro.
    Decimos casi nunca, porque hay un caso en que puede tener conciencia de ello, como veremos después. La turbación puede, pues, considerarse como el estado normal en el instante de la muerte.
    Su duración es indeterminada, varía de algunas horas a algunos años. A medida que se disipa, el alma está en la situación de un hombre que sale de un sueño profundo. Las ideas son confusas, vagas e inciertas. Se ve como al través de una niebla, poco a poco la vista se aclara, la memoria vuelve, y se reconoce.
    Pero este despertar varía según los individuos. En unos es tranquilo y experimentan una
sensación deliciosa, mientras que en otros está lleno de terror, de ansiedad, y produce el efecto de una terrible pesadilla.

7. El momento del último suspiro no es, pues, el más penoso, porque, ordinariamente, el
alma no tiene conciencia de sí misma. Pero antes sufre por la desagregación de la materia durante las convulsiones de la agonía, y después, por las angustias de la turbación.                     
    Apresurémonos a declarar que este estado no es general. La intensidad y la duración de este sufrimiento están, como hemos dicho, en razón de la afinidad que existe entre el cuerpo y el periespíritu. Cuanto más grande es esta afinidad, mayor es y más penosos son los esfuerzos del espíritu para separarse de sus lazos.

     Pero hay personas en las cuales la cohesión es tan débil, que la separación se opera por sí misma y naturalmente. El espíritu se separa del cuerpo como un fruto maduro cae de su tallo. Esto sucede con las muertes tranquilas y de apacible despertar en la otra vida.

8. El estado moral del alma es la causa principal que influye sobre la mayor o menor facilidad de la separación. La afinidad entre el cuerpo y el periespíritu está en razón de la adhesión del espíritu a la materia. Está en su máximum en el hombre cuyas preocupaciones se encuentran todas en la vida y goces materiales, y es casi nula en aquel cuya alma purificada se ha identificado con anticipación con la vida espiritual. Puesto que la lentitud y la dificultad de la separación están en razón del grado de depuración y desmaterialización del alma, depende de cada uno hacer el tránsito más o menos fácil o penoso, agradable o doloroso.
      Sentado esto, a la vez como teoría y como resultado de la observación, nos queda por examinar la influencia de la clase de muerte sobre las sensaciones del alma en el último momento.

El cielo y el infierno según el espiritismo. Allan Kardec.

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                     ALEGRIA DE VIVIR

     La vida es un poema de belleza, cuyos versos están constituidos de propuestas de luz, escritas en la partitura de la Naturaleza, que exalta su presencia en todas partes. La existencia física es un cuadro aparte de conquistas y encantamiento, mediante cuyo aprendizaje el espíritu se embellece y alcanza los páramos de la realidad. En todas partes hay sol y armonía invitando a la paz y a la participación en su conjunto feliz. Sin embargo, solamente la criatura humana se presenta triste , marcada por las zarzas morales que carga de las actitudes pasadas, de los compromisos mal vividos, de las realizaciones desastrosas, transfiriendo de una etapa a otra lo que podría lograr de una vez, en el caso que resolviera por la solución de las dificultades de dentro para fuera, que es la contribución del esfuerzo bien dirigido.
     La alegría de vivir, pues, debe ser parte activa del programa de construcción personal de la criatura inteligente. Disfrutar de toda la magia existente en el panel universal, sacando las maravillosas concepciones de plenitud que está al alcance de todo aquel que desea elevarse, libre de tormentos y de amarras con el pasado.
     El destino de la criatura es la libertad, hacia donde sigue con los ojos puestos en el futuro. Ser libre significa no depender, optando por lo que constituye estimulo para la victoria; no tener pasado ni inquietarse por el futuro, viviendo ampliamente el presente en transportes de paz y alegría.
     A medida que se madura psicológicamente, la alegría de vivir constituye una razón poderosa para la prosecución de la actividad de iluminación. Tal alegría, ciertamente, no impide episodios de reflexión por el dolor, de ansiedad, por amor, de espera por la salud, de presencia de la enfermedad, de angustias momentáneas, de inquietud delante de lo que esté ocurriendo. Esos fenómenos, que forman parte del curso existencial, no eliminaba la alegría, más bien le dan motivo de presencia, porque a cada desafío sigue una victoria; después de cada testimonio viene una conquista; a cada emprendimiento de dolor se presenta un nuevo peldaño de equilibrio, haciendo que la alegría sea constante y motivadora para la producción de nuevos valores.
     La alegría proporciona al cerebro una mayor contribución de enzimas especiales, encargadas de producir la salud, posibilitando la risa que es un estimulante poderoso para la fabricación de inmunoglobulina salivar, portadora de factores inmunizantes, que propician el constante equilibrio orgánico, evitando la invasión de varios virus y bacterias perniciosas.
     Reír es una forma de expresar la alegría sin que la carcajada estridente, nerviosa, descontrolada, tome parte en su exteriorización. Cuando reímos, estimulamos preciosos músculos faciales y generales, eliminamos toxinas perjudiciales acumuladas, que terminan por intoxicar al individuo.
     La riso-terapia significa un recurso valioso para evitar determinadas contaminaciones, pero también para auxiliar en el restablecimiento de patologías graves, principalmente infecciosas mutiladoras, las degenerativas de la máquina orgánica y varios disturbios en las áreas emocional y psíquica.
     Asevera el Evangelio que raramente Jesús sonreía. Normalmente se le veía  llorar y casi nunca sonreír. El que se presentaba como el Ser más perfecto que Dios ofreció al hombre para servir de modelo y Guía, como aclararon los espíritus al eminente Codificador Allan Kardec… Que llorase, resulta paradójico… se trata de una contradicción aparente, sus lágrimas no eran de sufrimiento, sino de compasión, ese sentimiento superior y elevado de coparticipación que dirigía a las criaturas, que preferían permanecer en la ignorancia en vez de aprovechar Sus lecciones libertadoras. Era una forma de expresar ternura por los enfermos voluntarios, que en Él tendrían la terapéutica eficaz para librarse de los males que los amargaban y no obstante, relegaban a un plano secundario, aturdidos por la búsqueda del casi nada inmediato y fugaz.
Esto está demostrado cuando hablaba de Su Buena Nueva de Alegría y se presentaba como la Puerta de las ovejas, la Luz del mundo, el Camino, La Verdad, y la Vida, el Buen Pastor, informando que somos la Sal de la Tierra, las ovejas, los necesitados de todo jaez, necesitados  de Él, como conductor y Psicoterapeuta para nuestra innumerables deficiencias y enfermedades del alma.
      El autoconocimiento revela al ser sus posibilidades y limitaciones, abriendo espacios para la renovación y conquista de nuevos horizontes de salud y plenitud, sin conciencia de culpa y sin estigmas.
     La psiconeuroinmunologia viene a demostrar que el estado de salud puede ser conseguido por el propio individuo que resuelve renovarse y creer en si mismo, en sus inmensas reservas de energías, en el valor de sus conquistas. Perfectamente compatibles con la ley de Causa y Efecto, las realizaciones positivas eliminan o disminuyen el peso de las negativas perjudiciales.
La criatura humana es lo que es su psiquismo;  conforme el actúa, así se presentan las manifestaciones del mundo de su yo y del Ser.
     Por tanto el pensamiento bien construido, actúa en el mecanismo del sistema nervioso, en el cerebro y estos conjugados, producen enzimas protectoras que tornan inmune el organismo a muchas invasiones de agentes destructivos, propiciando la salud.
     La alegría de vivir es una invitación para una existencia rica en producciones morales, espirituales, artísticas, culturales, estéticas, y nobles.
     El destino existencial deja de ser el vivir bien, que es una de las metas humanas, para ser el bien vivir, que es una conquista personal intransferible, especial, que jamás se altera o se pierde, fomentando la felicidad y trabajando por la paz a la que todos aspiran.

Trabajo extraído del libro “Vida, desafío y soluciones” de Divaldo Pereira Franco

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