martes, 31 de octubre de 2017

Los "muertos" también cuentan




Hoy veremos:

- Perdón, Piedad y Clemencia
-El trabajo de la mediumnidad
- Los "muertos" también cuentan
- Médiums


                         
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      PERDÓN, PIEDAD Y CLEMENCIA

Disculpe y usted comprenderá. 


Donde existe amor no hay lugar para resentimientos. 


Al colocarse en la condición de quien yerra, sea cual sea el problema, de inmediato, usted notará que la compasión nos disuelve cualquier sombra de crítica. 


La existencia humana es una colección de pruebas en que la Divina Sabiduría nos observa, con miras a nuestra habilitación para la Vida Superior; quien hoy condena al prójimo, no sabe que tal vez mañana estará enfrentando los mismos problemas de aquellos compañeros que ahora están en dificultades. 


En los esquemas de la Eterna Justicia el perdón es la luz que extingue las tinieblas. 


A veces, aquello que parece ofensa es el socorro oculto del Mundo Espiritual en su beneficio. 


La misericordia va más allá del perdón, creando el olvido del mal. 


En muchas ocasiones, la Divina Providencia nos permite el error para que aprendamos a perdonar. 


La indulgencia es la fuente que la va los venenos de la culpa. 


Perdón es la fórmula de la paz. 


Aprendamos a tolerar, para que seamos tolerados. 


Por el espíritu André Luiz 
Psicografía Francisco Cândido Xavier


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" El Espíritu se encarna, no nace, no crece, no envejece y no muere con respecto a la carne"
- Allan Kardec-

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      EL TRABAJO DE LA MEDIUMNIDAD

Nada grande se obtiene sin trabajo. Una lenta y laboriosa iniciación se impone a todos los que buscan los bienes superiores. Como todas las cosas, la formación y el ejercicio de la mediumnidad encuentran dificultades señaladas ya muchas veces, y nos parece necesario volver a tratar de ellas e insistir, a fin de poner a los médiums en guardia contra las falsas interpretaciones y contra las causas de error y desaliento. 


Tan luego como las facultades del sujeto, ya un tanto educadas por un trabajo preparatorio, 
empiezan a dar resultados, es casi siempre por medio de relaciones establecidas con los elementos inferiores del mundo invisible. 


Estamos rodeados de una multitud de espíritus ávidos siempre de entrar en comunicación con los humanos. Esta multitud se compone especialmente de almas poco adelantadas, de espíritus ligeros, malos a veces, a quienes la densidad de los fluidos mantiene encadenados a nuestro mundo. Las inteligencias elevadas, de fluidos sutiles, de aspiraciones puras, no quedan confinadas en nuestra atmósfera después de la separación carnal. Ellas suben más alto, hacia los centros que les asigna su grado de adelanto. Es cierto que descienden de ellos, con frecuencia, para velar por los seres queridos, se mezclan con nosotros; pero solamente con un objeto útil y en casos de importancia. 
Resulta de esto que los principiantes no obtienen generalmente más que comunicaciones sin valor, respuestas triviales, guasonas, inconvenientes a veces, que les disgustan y les desalientan. En otros casos, el médium inexperimentado recibe por la mesa o por el lápiz (1), mensajes firmados por nombres célebres, conteniendo revelaciones apócrifas que captan su confianza y le llenan de entusiasmo. El inspirador invisible, conociendo sus lados flacos, lisonjea a su amor propio y sus ideas, sobreexcita su vanidad colmándole de elogios y prometiéndole maravillas. Le aparta poco a poco de otra influencia, de todo consejo ilustrado, y le lleva a aislarse en sus trabajos. Es el principio de una obsesión, de un acaparamiento que puede conducir al médium a resultados deplorables* 


LEÓN DENIS 


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Los “muertos” también cuentan

La reencarnación es un test severo para el aprendizaje superior, señalada por incontables riesgos y constantes desafíos, que la pueden echar a perder de un instante para otro. El velo carnal, que oscurece el discernimiento de la realidad mayor, impide muchas veces, si la persona no es habituada a la reflexión, que se adopte el comportamiento correcto delante de las innumerables presiones que confunden la razón y el sentimiento, generando muchas dificultades. Es por eso que la costumbre de la meditación, del análisis cuidadoso antes de determinadas decisiones, sino en casi todas, se torna indispensable. Pensar dos veces antes de actuar, como asevera el refrán popular es una actitud de equilibrio.
Las alegrías saludables forman parte del proceso de la evolución. Los Espíritus participamos de los momentos felices de los hombres y entre nosotros celebramos un sinnúmero de acontecimientos, como ocurre en la Tierra, donde sus miembros se materializan antes de la inmersión en el cuerpo.
A algunos observadores superficiales de la vida física, les puede causar extrañeza la conmemoración de acontecimientos humanos por los desencarnados. De la misma forma que los Espíritus perversos se reúnen para la ejecución de planes macabros y vivencias de placeres sórdidos, de los que no se liberan con relación a los hombres, las Entidades elevadas cultivan las emociones superiores, estimulando las reuniones edificantes evocadoras de acontecimientos felices. Los Espíritus, no somos seres indefinidos, insensibles, como algunas personas nos consideran, sino vibraciones idealistas, ampliando todas las potencialidades latentes de que estamos constituidos y buscando siempre nuevas conquistas edificantes. De ese modo, como los dolores de los seres amados nos duelen, sus victorias nos alegran.
Al buen trabajador le es siempre concedido un salario excelente y todos los que toman en cuenta a los que se marcharon al otro lado de la vida, manteniéndolos vivos en el pensamiento, esperan un día volverse a encontrar. No nos quepa la menor duda, que ellos nos esperan, saben todo de nosotros, y festejan los buenos acontecimientos de que disfrutamos.
Siempre solemos pensar de los malos espíritus, les echamos la culpa de nuestras malas acciones, de nuestras equivocaciones, cosa que no es así, ya que Dios nos ha dado el libre albedrío, y su influencia puede ser rechazada, no tomada en cuenta, también al mismo tiempo conservar la conmiseración para ellos nos favorece, pues mucho desisten de su persecución al ver que no deseamos para ellos ningún mal.
El ser interno, el yo verdadero, asimila todas las experiencias que ha vivido a través de esa personalidad, todo lo bueno le ayuda a su crecimiento espiritual y a un mayor despertar de la conciencia divina que dormita en su interior; los errores y fracasos le sirven para aprender lecciones muy valiosas que le ayudarán en futuras manifestaciones, nada se pierde, todo sirve al proceso del despertar de las almas vivientes.
La vida después de la muerte corporal es una realidad que poco a poco se está comprobando, no solamente como una creencia que nos puede dar tranquilidad y paz al dejar de ver a nuestros seres queridos, sino como una verdad científica demostrable mediante investigaciones acerca del conocimiento de nosotros mismos y de la vida en general. Poco a poco las ideas místicas de los antiguos se están comprobando gracias a los descubrimientos de la ciencia moderna.
“Tú que duermes, despiértate, levántate de entre los muertos, y la luz de Cristo brillará sobre ti”.
Amigos os deseo un buen miércoles que Dios os bendiga

Merchita
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MÉDIUMS
“Ellos hablan con los espíritus, prevén el futuro,resuelven misterios y curan enfermedades. O por lo menos creen hacer todo eso.
MÉDIUMS”
“No me cuente nada sobre el caso.” Fue así como Noreen Reiner recibió al investigador Joe Uribe en su casa, en la Florida, en 1993. El caso en cuestión era el asesinato del auditor fiscal Walter Sullivan, cuatroaños antes. Noreen, una médium investigadora, tomó el cinturón y el reloj que la víctima usaba cuando murió y cerró los ojos. De repente comenzó a convulsionar, en una especie de trance, y habló: “Están golpeándome, estoy muy malherido, creo que dispararon en mi nuca.”
Cuando volvió en sí, ella sabía describir con detalles el rostro del asesino, y de su mujer, el lugar de la muerte, y el escondrijo del arma con que fue cometido el crimen. “Nunca creí en ese tipo de cosas”, dice el investigador Joe Uribe. “Pero decidí investigar. Y descubrí que ella había acertado hasta en el último detalle, inclusive el color de la casa del asesino.” El culpable, Eugene Moore, confesó el crimen y no acabó tras las rejas porque fue ajusticiado mientras intentaba huir de la policía.
No todos los médiums son como la estadounidense Noreen Reiner.
Hay los que psicografían mensajes que vendrían de espíritus como el brasileño Chico Xavier (1910-2002), los que pintan cuadros inspirados por una fuerza que no conocen y aun aquellos que creen prever el futuro.
“Médium”, que en latín significa “aquel que está en el medio”, es la palabra usada por el Espiritismo para designar personas que serían un hilo entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Pero la figura sobrepasa la frontera de esa doctrina.
Se cree que los médiums forman parte de nuestra cultura hace por lo menos cien mil años, cuando los hombres de Neandertal comenzaron a enterrar a sus muertos y, un poco después, cuando, como Homo sapiens, inauguraron la noción de conciencia de sí mismos, tornándose capaces de colocarse en el lugar del otro. “Cuando surge la capacidad de imaginación y abstracción, comienzan también a crear mundos que no existen en el plano visible”, dice Silas Guerreiro, Profesor de Ciencias de la Religión de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC). Como el mundo no era fácil para el hombre prehistórico, quien tenía alguna sensibilidad especial acababa convirtiéndose en un líder que ayudaba a la hora de enfrentar grandes períodos de lluvia o de sequía, curar enfermedades o conseguir alimentos. Así surgieron los chamanes, profesionales dedicados a conversar con el más allá para resolver los problemas de acá, por medio de sacrificios u oraciones. “La necromancia, la comunicación con los muertos, es uno de los hábitos más antiguos que existen”, afirma Antonio Flavio Pierucci, profesor de Sociología de la Religión de la Universidad de San Pablo.
Entre los griegos, los oráculos hacían previsiones sagradas. Los pajés guaraníes conversaban con dioses, así como los hechiceros del candomblé o los líderes bíblicos. Es el caso de Moisés, que está en la raíz del Cristianismo, del Islamismo y del Judaísmo. La “Biblia” cuenta que, al subir al Monte Sinaí, Moisés habló directamente con Dios y recibió de Él los diez Mandamientos. Para los sociólogos de la religión, el fenómeno fue lo que llamamos mediumnidad.
Hoy, la vida puede ser un poco más fácil, pero los médiums siguen fascinando e intentando ayudar a quien se enfrenta a problemas sin salida.
Están en las series de TV, novelas y libros, según la Federación Espírita Brasileña, 38,6 millones de libros espíritas fueron vendidos en los últimos años. Cuando una historia de mediumnidad aparece, viene siempre rodeada de enigmas. ¿Consiguen ellos hacer lo que dicen? Si lo consiguen, ¿cómo explicar esa dádiva? A continuación vea cómo la ciencia intenta encontrar respuestas, comenzando por el modo en que personas comunes descubren que son médiums. ( Continuará en el siguiente)
(Revista “Superinteresante”, Ed. 252, mayo de 2008.)
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domingo, 29 de octubre de 2017

La turbación que sigue a la muerte




Para hoy tenemos :

- La turbación que sigue a la muerte
- Resurección de la carne.
- El progreso de la Humanidad
- Ayúdate y el Cielo te ayudará.



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      LA TURBACIÓN QUE SIGUE A LA                                          MUERTE

La duración de la turbación que sigue a la muerte del cuerpo varía mucho; puede ser de algunas horas, de muchos meses y hasta de muchos años. Es menos larga en las personas que desde su vida terrena se identificaron con su estado futuro, porque entonces comprenden inmediatamente su posición. 

   Esta turbación presenta circunstancias particulares, según el carácter de los individuos y sobre todo, de acuerdo con el género de muerte. En las muertes violentas, por suicidio, suplicio, apoplejía, accidentes, etc., el Espíritu está sorprendido, se asombra y no cree estar muerto y sostiene esa idea con obstinación. 
   
   Sin embargo, ve su cuerpo, sabe que es el suyo y no comprende por qué está separado de él; se acerca a las personas que estima, les habla y no comprende por qué no le oyen. Esta ilusión perdura hasta que se logra la completa liberación del periespíritu y solo entonces, el Espíritu se reconoce y comprende que no pertenece ya al número de los vivos. Este fenómeno se explica fácilmente. Sorprendido de improviso por la muerte, el Espíritu queda aturdido con el cambio brusco que se operó en él. Para él la muerte continúa siendo sinónimo de destrucción y aniquilamiento. Pues bien, como piensa, ve y escucha no se considera muerto. 

   Lo que aumenta su ilusión es el hecho de verse con un cuerpo de forma semejante al precedente, pero cuya naturaleza etérea no tuvo tiempo aún de estudiar; él lo cree sólido y compacto como el primero y cuando llaman su atención sobre este punto, se sorprende de no poder palparlo. Este fenómeno es análogo al de los sonámbulos novicios que creen no dormir. Para ellos el sueño es sinónimo de suspensión de las facultades, pues, como piensan y ven, juzgan que no duermen. 

   Ciertos Espíritus presentan esta particularidad, aunque la muerte no les haya llegado repentinamente; sin embargo, es siempre más general, en los que, aunque estaban enfermos, no pensaban en morir. Se ve entonces el singular espectáculo de un Espíritu asistiendo a su propio funeral, como si fuera al de un extraño y hablando de ello como si fuese una cosa que no le concierne, hasta el momento que comprende la verdad. 

   La turbación que sigue a la muerte no es nada penosa para el hombre de bien; es serena y en todo caso semejante a la que acompaña un despertar tranquilo. 

   Para los que no tienen la conciencia pura, está llena de ansiedad y angustias, que  aumentan a medida que se reconoce. 

   En los casos de muerte colectiva, se ha observado que todos los que mueren al mismo tiempo, no se vuelven a ver inmediatamente. En la turbación que sigue a la muerte, cada uno toma por su lado, o no se preocupa más que por aquellos que le interesan. 

Allan Kardec

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       RESURRECCIÓN DE LA CARNE.
 

El dogma de la resurrección de la carne, ¿es la consagración de la reencarnación enseñada por los Espíritus? 
– ¿Cómo queréis que sea de otro modo? Estas palabras como tantas otras, sólo parecen insensatas a los ojos de ciertas personas, porque las toman al pie de la letra. Por eso, conducen a la incredulidad. Pero dadles una interpretación lógica, y aquellos a quienes llaman libre pensadores las admitirán sin dificultad, por lo mismo que reflexionan; porque no lo dudéis, esos libres pensadores no desean otra cosa que creer. Tienen como los otros, tal vez más que los otros, sed de futuro, pero no pueden admitir lo que es rechazado por la ciencia. La doctrina de la pluralidad de existencias es conforme a la justicia de Dios. Sólo ella puede explicar lo que es inexplicable sin ella. ¿Cómo queréis, pues, que este principio no estuviese consignado en la misma religión? 
– ¿Así, pues, la Iglesia misma con el dogma de la resurrección de la carne, enseña la doctrina de la reencarnación? 
– Eso es evidente. Por otra parte, esa doctrina es consecuencia de muchas cosas que han pasado desapercibidas y que no se tardará  en comprenderlas en ese sentido. Pronto se reconocerá que el Espiritismo resalta a cada paso del texto mismo de las Escrituras   sagradas. Los Espíritus no vienen, pues, a destruir la religión, como pretenden algunos; vienen, por el contrario, a confirmarla, a sancionarla con irrecusables pruebas. Mas, como ha llegado el tiempo de no usar ya el lenguaje figurado, se expresan sin alegorías y dan a 
las cosas un sentido claro y preciso, que no puede ser objeto de ninguna falsa interpretación. He aquí porque, dentro de algún tiempo, tendréis más personas sinceramente religiosas y creyentes que las que tenéis hoy. 
SAN LUIS. 


En efecto, la Ciencia demuestra la imposibilidad de la resurrección según la idea vulgar. Si los restos del cuerpo humano permaneciesen homogéneos, aunque fuesen dispersados y reducidos a polvo, aun se concebiría su reunión en un tiempo dado; pero no pasan así las cosas. El cuerpo está formado de elementos diversos: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, carbono, etc. 
     Por medio de la descomposición, estos elementos se dispersan para servir en la formación de nuevos cuerpos, de modo que la misma molécula, de carbono por ejemplo, entrará en la composición de varios millares de cuerpos diferentes (hablamos tan sólo de los cuerpos humanos sin contar los de los animales); que tal individuo tal vez tenga en su cuerpo moléculas que pertenecieron a los hombres de las primeras edades; que las mismas moléculas orgánicas que absorbéis en los alimentos, provienen quizá del cuerpo de algún individuo a quien habéis conocido, y así sucesivamente. Siendo definida la cantidad de la materia, e indefinidas sus transformaciones, ¿cómo cada uno de esos cuerpos podrán reconstituirse con los mismos elementos? Esto envuelve una imposibilidad 
material. No puede, pues, admitirse racionalmente la resurrección de la carne más que como una figura que simbolice el fenómeno de la reencarnación, y en ese caso no hay nada en ella que repugne a la razón, nada que esté en contradicción  con los datos de la Ciencia. 
     Verdad es que según el dogma, la resurrección no ha de verificarse hasta el fin de los tiempos, mientras que según la Doctrina Espírita tiene lugar cada día; pero este cuadro del juicio final, ¿no es también una grande y bella figura que oculta, bajo el velo de la alegoría, una de esas verdades inmutables, para las que no existirán escépticos cuando sea explicada en su verdadero sentido? 

     Medítese bien la teoría espírita sobre el porvenir de las almas y su suerte después 
de las diferentes pruebas que deben soportar y se verá que, exceptuando la simultaneidad, el juicio que las condena o absuelve no es una ficción como piensan los incrédulos.

     Observemos también que es la consecuencia natural de 
la pluralidad de mundos, hoy perfectamente admitida, mientras que según la doctrina del juicio final, se considera a la Tierra el único mundo habitado. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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" El Espíritu se encarna, no nace, no crece, no envejece y no muere con respecto a la carne."
          - Allan Kardec-

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     EL PROGRESO DE LA HUMANIDAD
Todas las religiones han sido útiles en su principio, porque todas han señalado un paso de avance en la marcha progresiva de la Humanidad. Las escuelas filosóficas científicas han ido más lejos, y los libros de texto de las religiones ya no son suficientes para instruir a las generaciones contemporáneas. 
      Son la cartilla primitiva, el catecismo infantil con sus cándidas definiciones,   absolutamente insuficientes para el progreso de los espíritus encarnados hoy en la Tierra. 
Y cuando todo avanza,  cuando inventos verdaderamente maravillosos convierten al hombre en el genio encantador de la fábula. Cuando con su varita mágica detiene su ímpetu del rayo y hace uso de la electricidad convirtiéndola en poderoso agente que utiliza a su placer. Cuando perfora las montañas y levanta puentes gigantescos sobre insondables abismos Cuando lleva la vida y el movimiento a los desiertos infecundos. Cuando canaliza los mares y los hilos telegráficos ponen en comunicación a la gran familia humana. Cuando la imprenta, que es el alma del progreso, difunde su savia por todos los confines de la Tierra. Cuando los astrónomos pretenden ponerse en relación con los habitantes de otros mundos. Cuando los biólogos estudian en las gotas de agua y en las ondas del aire los usos, las costumbres y las propiedades de los infusorios. Cuando la inmensidad de la vida llena todos los ámbitos del Universo, las religiones con sus oraciones pagadas, sus casas de piedra y sus falanges de hombres y mujeres inútiles, parecen grandes masas inertes del todo  innecesarias para el adelanto universal. 

Memorias de Amalia Domingo Soler. 
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¡Ayúdate y el cielo te ayudará!

Todos sabemos el significado de las palabras del evangelio donde dice: “Ayúdate y el cielo te ayudará” Jesús dijo: “Pedid y se os dará; buscad y hallareis; llamar y se os abrirá; porque el que pide recibe, el que busca halla y se abrirá a quien toque en la puerta.”
Ninguno de los espíritus de alta categoría viene al mundo para impedir el sufrimiento de la humanidad. Como el agua que tomamos hoy, sabiendo que mañana tendremos sed nuevamente, surgen como alivio, orientándonos en el sentido de encontrarnos con la verdadera fuente, dentro de nosotros mismos. Debemos recordar a Jesús al lado de la samaritana, en el viejo pozo de Jaco: cuando Jesús le dijo “Dadme de esta agua que Yo te daré de una, que tomándola nunca más tendrás sed” – ¡agua de la sabiduría, de la pureza espiritual, agua de la verdad!
Bien sabemos que nuestra naturaleza es animal, que nuestros instintos son inferiores y agresivos y que la educación solamente parte de uno mismo, pues los valores del alma, después que Dios nos lo dio, son conquistas de nuestro propio esfuerzo de cada día. Dios y Cristo nunca nos abandonan, pero Ellos no pueden y no deben hacer lo que a nosotros nos corresponde realizar.
La vida en el cuerpo se presenta bajo variados aspectos, que constituyen su realidad existencial. Sin embargo, no siempre esa realidad significa el legitimo vivir, el expresarse con seguridad, el disfrutar plenamente la oportunidad y avanzar jubilosamente, sin remordimientos que resultan del pasado, ni ansiedades que marcan las ambiciones del futuro.
Una existencia feliz no es, necesariamente, aquella que es breve o larga, sino aquella que se transforma en mensaje de alegría y bienestar para la propia persona, así como para todos aquellos que la rodean. Cada existencia es un mensaje, cuyo contenido debe ser positivo, de forma que dignifique a otras, enriqueciéndolas de esperanzas. La enfermedad, los problemas, no son aspectos de infelicidad, sino invitaciones del organismo y de la vida, para decir que es necesario estar lucidas y conscientes. Por eso mismo, la muerte no es un fracaso de la vida, sino una nueva admirable experiencia.
El ser psicológicamente maduro sabe discernir cuales son los valores auténticos, para su realización y aquellos que apenas se presentan como indumentaria transitoria para el elenco de los movimientos existenciales.
El desarrollo del ser en cada aspecto, es lento, pasando de una fase a otra, sin marcas inquietantes de insatisfacción, de manera que en el próximo estado se viva con las manifestaciones del anterior, de aquel que ya deberá estar superado y consolidado en los cimientos de la individualidad.
Sin embargo, cada individuo alcanza la plataforma de la madurez por medio de diversas experiencias. Unos consiguen crecer bajo el estimulo de los ideales y de las aspiraciones que guardan interiormente; otros lo hacen bajo la inspiración de la belleza, que se exterioriza en las artes, en la literatura, en la cultura general; muchos son atraídos por la tecnología y los diferentes recursos de las modernas conquistas; innumerables son conducidos por el amor, por la necesidad de fraternidad que cultivan con acrecentado cariño; entretanto, la gran mayoría, es impulsada por el sufrimiento, ultima alternativa para el desarrollo de los recursos internos que dormitan en su interior.
No obstante, no hay nadie que este impedido para desarrollar su ser superior, oprimido momentáneamente por los peligrosos adversarios de sí mismo, que son el primitivismo, la ignorancia, el egoísmo y todo su sórdido sequito.
El ser humano sigue un destino grandioso: la auto realización total, bajo la atracción del Pensamiento Divino que todo lo invade y domina. Su origen trascendental lo lleva ineludiblemente a su Casualidad Superior. No obstante, en cuanto no se da cuenta de ese obstinado destino, transita en un círculo de estrecho ámbito emocional, sin que la fuerza de atracción de la Vida le produzca cualquier influencia.
Procure el hombre espiritualizarse, transformando sus armas en arados útiles para el bien y la paz, y el bienestar se generalizará a su alrededor, porque la propia naturaleza hará el trabajo de limpieza y de elección.
Merchita
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Afecto de los Espíritus por ciertas personas






Hoy vemos :

- Educación para un mundo mejor
- Si quieres amistad
-Afecto de los Espíritus por ciertas personas.
- ¿Tenemos derecho a quitarnos la vida?



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 EDUCACIÓN PARA UN MUNDO MEJOR

Al trabajar el contenido de lo que sería conocido como “la codificación espírita”, los Espíritus superiores anunciaron a Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo, que la Tierra se encaminaba hacia una nueva era: la de la regeneración. En aquel entonces, y hasta hace poco tiempo, el Planeta pasaba por un período de transición desde la condición de expiación y pruebas hacia la nueva etapa.1 Ahora, la gran transición está en plena ejecución: nuestro Globo inicia los primeros pasos en la anunciada regeneración, en donde los cambios no son tan acentuados, por lo menos en sus comienzos, porque, así como la Naturaleza no da saltos en sus procesos evolutivos, los Espíritus, encarnados y desencarnados, ligados al Orbe, no evolucionan de un momento a otro. Así que, en el comienzo de la nueva era, siguen en situación de pruebas y con necesidades de expiar sus equívocos del pasado, o sea, de reparar, en nuevas oportunidades reencarnatorias, el mal que han producido en vidas anteriores. Pero, ahora, progresivamente, el mal perderá preponderancia y el bien ganará terreno en los corazones de los habitantes de ese hospital-escuela que es la Tierra. 

    En esos momentos, más que nunca, la educación gana una importancia capital para aquellos que empiezan a comprender y a comprometerse con esa idea de transformación de la sociedad. Estas personas, aunque entiendan el importante papel de las escuelas, en todos sus niveles, como instrumentos de preparación de los individuos para una desarrollar una vida social equilibrada y productiva, comprenden que la educación no puede quedar restringida a ese aspecto y se preguntan ¿dónde el niño y el joven en formación, como hijos de Dios, reciben ese algo más que les puede hacer ciudadanos útiles y conscientes de su papel fraternal en relación a su semejante? 

    Por eso, al tratar del tema de la educación, bajo el punto de vista del Espiritismo, no puede referirse únicamente a la educación volcada hacia los aspectos de la vida en el campo físico. La propuesta presentada por el Espiritismo trasciende la realidad que nosotros llamamos objetiva en el campo material. La propuesta es efectivamente de la educación del ser creado simple e ignorante por Dios nuestro Padre y que, a medida en que avanza en su evolución, va adquiriendo el libre albedrío, y con él la responsabilidad de sus acciones e inacciones cuando la Ley Divina le invita a actuar. Dentro del contexto de la educación espírita, el individuo necesariamente llega a un momento en que le es imprescindible hacer la transición de un período de inconsecuencias, en que piensa que sus acciones, muchas veces automáticas, no generarán consecuencias, para asumir el control del proceso evolutivo de sí mismo. Para auxiliar en ese momento de transformación, el Espiritismo vino a explicar la situación de la Tierra, de la mayor parte de sus habitantes. Vino a anunciar que esa condición de asumir progresivamente el control  del propio proceso evolutivo es una conquista de cada uno en la medida de sus esfuerzos, de su interés, de su dedicación. Aclara, además que, en ese proceso, la educación moral no surge simplemente como una opción, sino como una condición imprescindible e inaplazable con la cual cada uno necesita comprometerse. 

    Allan Kardec ha dejado las directrices para esa educación en El libro de los espíritus. Él, como pedagogo, no ignoraba la importancia de las escuelas al ofrecer la instrucción para uso en la vida práctica. Pero, él ha reconocido que la educación que la Humanidad necesita no es solamente la instrucción. Ésta forma parte del proceso educativo. La instrucción es necesaria, pero no es suficiente. La escuela instruye, ¿pero quién educa? Sobre eso, dicen los Espíritus superiores, pregunta 385 de El libro de los espíritus: «los padres son los responsables, pues ellos son los educadores naturales de sus hijos, siendo esa responsabilidad intransferible». Allan Kardec completa este pensamiento al informar que la educación a que él se refiere, con los Espíritus superiores, no es aquella educación que se encuentra en los libros, no es solamente la cuestión didáctica. Se trata de la educación moral, que es el arte de formar los caracteres, proceso que debe ocurrir dentro del hogar. O, de otro modo, la vida va a formar, más tarde, al individuo a través del proceso del dolor y del sufrimiento. A los padres, madres, abuelos, responsables, corresponde ese gran desafío. La educación para un mundo mejor empieza por nuestra propia transformación moral que va a influenciar, principalmente por el ejemplo del cambio de comportamiento y del esfuerzo por realizar todo cada vez mejor, que va a influenciar, decimos, a la nueva generación y nos dejará como herencia un mundo mejor que recibiremos, en el futuro, como nietos o bisnietos de nosotros mismos por el proceso de la reencarnación. 

    Esa es una condición imprescindible para que, como hijos de Dios, los seres humanos vengan a cumplir su papel dentro de la sociedad en ese mundo que puede ser cada vez mejor, brindando a sus habitantes condiciones de seguridad y paz que ya empiezan a ser opciones deseadas por una significativa parte de los Espíritus, encarnados y desencarnados. 

    De esa forma, en esos momentos en que la Tierra alcanza la era de la regeneración, sus habitantes son llamados a asumir el control de su proceso evolutivo, a planificar cómo quieren evolucionar, qué es lo que espera cada uno de sí mismo y qué es lo que puede ofrecer como contribución a la felicidad de los demás. Llegó el momento de la conciencia sobre la importancia de la educación moral del ser para la efectiva construcción de un mundo mejor. 

1 Para más información sobre ese asunto, léase El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec, Cap. III.

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Si quieres amistad, antes de nada tú debes ofrecerla.
Las personas sobresalientes desarrollan una particular conciencia de sí, que los hace ser aceptados por los demás. Para ejercer sobre la gente una influencia positiva debemos desarrollar ese tipo de conciencia en nosotros mismos.
Debes amarte a ti mismo antes de poder amar a otros. Debes creer lo anterior si deseas mejorar como persona. Cuando nos criticamos en exceso, tendemos a envidiar a quienes desarrollan un mejor papel que el nuestro. Si nos fijamos solamente en nuestras fallas, supondremos que los demás también se fijan sólo en nuestros errores y siempre estaremos esperando ser rechazados.
El mundo es como un espejo. La mayoría de los problemas que tenemos con la gente son un reflejo de los problemas que enfrentamos en nuestro interior. No se trata de cambiar a todos los demás. Cuando sutilmente alteramos algunas de nuestras ideas, nuestras relaciones mejoran automáticamente.
No es bueno ser «la otra mitad» de alguien; debemos ser personas totales. Cuando tu vida es un desastre, las personas felices y estables tienden a evitarte. Procuran a quienes son felices y estables. Si estás deprimido y triste, no atraerás sino a personas con terribles problemas, los cuales duplicarán su infelicidad. Los demás pueden contribuir a nuestra felicidad, pero antes debemos tener el control de nuestra vida. Cuando esperamos que alguien «llegue» a arreglar todo, estamos coqueteando con la desilusión. Las personas que disfrutan relaciones satisfactorias y estables son seres equilibrados. No andan en busca de alguien que «llene un hueco». Reconocen su propia valía.
Tienes que notificar al mundo que estás listo para participar en la vida. El primer paso para hacer amigos es estar dispuesto a salir y conocer gente. Si planeas hacer cambios y ganar amigos, prepárate para ocasionarles tanto desilusiones como rechazos. Para evitar decepciones, establece amistades sin esperar nada a cambio. Algunas personas corresponderán a tu cariño y atenciones y otras no lo harán. Si te preocupas por los demás porque así lo deseas, no te afectará el que no te devuelvan el afecto o el favor. El Universo es justo. Si brindas amor y abnegación, cosecharás buenas cosas, aunque no necesariamente cuando las esperas o de donde las esperas. Si deseas conocer gente nueva y hacer nuevos amigos, toma la iniciativa.
Acuérdate de las personas con quienes te encanta convivir. Lo más probable es que se trate de gente que sabe reír de sí misma. Esta clase de personas son más divertidas, tienen más amigos y menos úlceras. Cuando nos mostramos aprehensivos, los demás se sienten abochornados y finalmente provocamos que desaparezcan del horizonte.
Una vida dulce es una experiencia compartida. Nuestras grandes alegrías, nuestros bellos momentos, los grandes retos y las mejores épocas de la vida, son básicamente aquellas que compartimos con otros. Muchas de nuestras mayores experiencias de aprendizaje proceden de la convivencia con las personas. Para lograr una estancia memorable en este planeta debemos prepararnos para derribar ciertas barreras: hacer un esfuerzo especial para conocer, convivir y acercarnos a los demás.
La alegría de la vida deriva de expresarnos, de correr riesgos, de aventurarnos. No todo el mundo te amará, pero tú si puedes amar a quien desees. Tal vez no quieres que te lastimen pero es mucho mejor sufrir con la idea de que diste todo lo mejor que podías ofrecer. Los únicos que realmente sufren son aquellos que saben que las cosas pudieron haber sido mucho mejores, mucho más emocionantes, mucho más bellas; pero no lo fueron.
Andrew Matthews ( Tomado de Amor,Paz y Caridad)
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       AFECTO DE LOS ESPÍRITUS POR                           CIERTAS PERSONAS. 

484 – ¿Los Espíritus aman preferentemente a ciertas personas? 


– Los Espíritus buenos simpatizan con los hombres de bien, o susceptibles de mejorarse; los Espíritus inferiores con los hombres viciosos o que pueden llegar a serlo. De aquí su afecto, a causa de la semejanza de sensaciones. 


485 – ¿El afecto de los Espíritus hacia ciertas personas es exclusivamente moral? 


– El afecto verdadero no es nada carnal; pero cuando un Espíritu se aficiona a una persona, no siempre es por afecto, pues se puede mezclar allí un recuerdo de las pasiones humanas. 


486 – ¿Se interesan los Espíritus por nuestras desdichas y prosperidades? ¿Los que nos desean el bien se afligen con los males que experimentamos durante la vida? 

– Los Espíritus buenos hacen todo el bien posible y son felices con todas vuestras alegrías. Se afligen con vuestros males cuando no los soportáis con resignación; porque entonces no os producen resultado, pues venís a ser como el enfermo que rechaza la medicina 
amarga que debe curarlo. 



487 – ¿Cuáles de nuestros males afligen más a los Espíritus, los físicos o los morales? 


– Vuestro egoísmo y vuestra dureza de corazón, pues de ahí deriva todo. Se ríen de todos esos males imaginarios que nacen del orgullo y de la ambición, y se regocijan por los que han de abreviar vuestro período de prueba. 

Sabiendo los Espíritus que la vida corporal es transitoria y que las tribulaciones que la acompañan son medios para llegar a un mejor estado, se afligen más por las causas morales que nos alejan de ellos, que por los males físicos, que son pasajeros. 
Los Espíritus se inquietan poco con los infortunios que sólo afectan a nuestras ideas mundanas, como nosotros con los disgustos pueriles de la infancia. 


Los Espíritus que ven en las aflicciones de la vida un medio de progreso para nosotros, las consideran como la crisis momentánea que ha de salvar al enfermo. Compadecen nuestros sufrimientos, como nos compadecemos con los de un amigo. Pero, viendo las cosas desde un punto de vista más justo, las aprecian de otro modo que el nuestro, y mientras los buenos levantan nuestro ánimo en interés de nuestro futuro, los otros, para comprometerlo, nos excitan a la desesperación. 

488 – Nuestros parientes y amigos que nos precedieron en la otra vida, ¿nos tienen más simpatías que los Espíritus que nos son extraños? 

– Sin duda, y con frecuencia os protegen como Espíritus, según su poder. 

– ¿Son sensibles al afecto que aún les conservamos? 
Muy sensibles; pero olvidan a los que los olvidan. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.


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      ¿ TENEMOS DERECHO A QUITARNOS                               LA VIDA ?

¿Tiene el hombre el derecho de disponer de su propia vida? 
- No: tan sólo a Dios cabe el derecho de disponer de la vida del hombre. El suicidio voluntario constituye una transgresión a esa ley. 

944 a. El suicidio ¿no es siempre voluntario? 
- El loco que se mata no sabe lo que hace

945. ¿Qué pensar del suicidio que se debe al hastío de la vida? 
- ¡Insensatos! ¿Por qué no trabajaban? Si lo hubieran hecho, la existencia no les habría sido tan pesada… 

946. ¿Qué opinión debe mereceros el suicidio que tiene por objeto escapar a las miserias y desengaños del mundo? 
- *¡Pobres Espíritus que no poseen el valor de soportar las miserias de la existencia!.  Dios ayuda a quienes sufren, pero no a los que no tienen ni fuerza ni valor. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC

Comentario. En la perdida de los seres queridos, hay quien quiere escapar de esta vida, pensando encontrarse en la otra con el ser amado, ignorando que si el sufrimiento en esta vida es doloroso, en la otra vida seria insoportable,ademas que se nos privaría de su presencia, hay que tener fe, serenidad, y orar con el corazón, aceptar esta prueba con resignación, sin egoísmo, este ser que se nos fue, ahora goza de una felicidad que no tenia en la Tierra, y sabedores de que nos volveremos a encontrar, vivir en obediencia a Dios. Quien te lo cuenta a pasado por ello, y nunca me he quejado a mi Dios de Amor.
 Luz progreso y paz Marco Antuan.

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