miércoles, 31 de agosto de 2022

Ley de Jerarquía Espiritual

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Los habitantes del Más Allá

2.- Identifiquemos los propios defectos

3.- Causalidad familiar por su programación espiritual (1)

4.- Ley de Jerarquía Espiritual


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 Los habitantes del Más Allá


habitar

    El primer cuidado al llegar a un país extranjero es buscar conocer los usos y costumbres de sus habitantes. La prudencia dicta que el viajero que así lo haga, para evitar imprevistos desagradables y saber comportarse. La mediumnidad nos lleva al infinito mundo espiritual, que también tiene sus propias leyes, usos y costumbres.
   Es un error suponer que la muerte da al espíritu plena sabiduría, o el control total de los sentimientos; no te da ni lo uno ni lo otro; el espíritu desencarnado seguirá siendo el mismo que cuando estuvo encarnado. ¿Era entonces una persona amable? ¿Era una persona con mal corazón?

   La muerte no lo convertirá en un espíritu malévolo. Y al seguir viviendo: el bueno, esparciendo el bien, realzando su bondad como un espíritu superior; el malvado pensando en el mal y tratando de hacerlo, hasta que el sufrimiento y las desilusiones lo obliguen a buscar el alivio de su conciencia atribulada en la  práctica del bien. En el mundo espiritual hay espíritus dotados de las más grandes virtudes y de una deslumbrante inteligencia;  pero allí     ( en otros planos inferiores) también viven espíritus con adicciones y una gran propensión al mal. Son mistificadores de la verdad; es importante diferenciar sus inútiles comunicaciones de las de los nombres de espíritus que veneramos; desconfiemos siempre de los nombres; la firma no garantiza la autenticidad. Son los juguetones y los burlones, espíritus cuyo mayor placer es engañar con sus juegos a los crédulos que los escuchan, y siguen sus estúpidos consejos y sus tontas instrucciones. Están orgullosos de creer que lo saben todo y por eso quieren dominar. Son los malévolos que siembran discordias, malas voluntades y rivalidades por doquier, especialmente en los Centros Espíritas, entre los médiums y los directores; se aprovechan de nuestro propio amor y buena voluntad para lograr sus designios; usan la mayor astucia para desviar a los médiums de sus deberes.

   No olvidemos nunca que los médiums están sujetos a terribles luchas contra los espíritus ignorantes; solo aquellos que han peleado, saben por tantas luchas, evaluar su intensidad; superarlos requiere mucha prudencia, mucha fe y un intenso deseo de beneficiar a los que sufren. Entre los espíritus que se dedican al bien, mencionaremos: los Sanadores, que se esfuerzan por mitigar los sufrimientos de la humanidad. Los Consoladores, cuya función es difundir pensamientos de fe y esperanza entre los afligidos. Los Espíritus Educadores, que son los encargados de promover nuestro progreso moral e intelectual. También existen otras categorías de espíritus que trabajan activamente por la mejora de las personas, familias, ciudades y naciones.

   Los Espíritus, en definitiva, son los habitantes del mundo espiritual con los que la mediumnidad nos pone en estrecha relación. Ganarse la protección y la simpatía de los buenos, y librarse lo máximo posible de la influencia de los malos, es la gran tarea a la que se dedican constantemente los médiums. Cuando entremos en contacto con los Espíritus, deberemos ir con la mayor prudencia. Seamos tan astutos como las serpientes, como recomendaba el Maestro.

   No creamos todo lo que recibamos de los espíritus; Veamos primero si sus mensajes están de acuerdo con el Evangelio y con las enseñanzas de los maestros. Todas las comunicaciones deberán ser revisadas. Analizar una comunicación es estudiarla palabra por palabra, línea por línea, sección por sección; y finalmente aceptarla, rechazarla o ponerla en observación.  Aceptarla: si predican el bien; si se trata de estudios que han cursado los maestros y cuyos ejemplos se encuentran en sus libros ò si se pueden demostrar fácilmente. Rechazadla: si hay una sola palabra contra la ley de la caridad; si tiene sus propias alabazas para excitar la vanidad; para tratar asuntos, afirmaciones o consejos que el sentido común rechaza; si lo que enseñan es contrario a lo que la amplia práctica ha establecido y probado. Ponedlas en observación: si la lección es nueva. Cuando múltiples experiencias lo confirmen, entonces será aceptada.

Por Eliseu Rigonatti. ( Traducción corregida por J.L.Martín)

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        Identifiquemos los propios defectos

 

      Creo que no hay nadie en este mundo, que no tenga algún defecto espiritual; si alguien no los tuviese, es porque sería perfecto y esa perfección no le habría traído a  tener que reencarnar en un mundo de expiación y pruebas como lo es el planeta  Tierra.

Con un conocimiento espiritual adecuado,  con la práctica de la meditación y profundizando en el análisis de nosotros mismos (introspección), cada persona puede y debe  identificar y valorar  la clase de defectos espirituales que porta en su alma, y el grado en que los padece, no conformándose con ellos alegando en su descargo, que "es culpa de Dios, porque Él nos ha hecho así". Esta claro que a quienes así se excusan, les falta el adecuado conocimiento espiritual, y necesitan de muchas existencias humanas para erradicar tantos defectos espirituales, pero una vez detectados, si nos conformamos con ellos y no los combatimos, nos costarán muchas más.

Debemos tener claro que el principal motivo de nuestra presencia en la Tierra, es la lucha y el esfuerzo por erradicar los defectos espirituales que portamos, pero para eso, antes es preciso detectarlos e identificarlos.

Cuando  hacemos  meditación y  autoanálisis, sobre todo durante las primeras prácticas, es raro de que no nos sorprendamos íntimamente al comprobar que llevamos mucho más lastre en el alma  del que suponíamos.

Por ejemplo, si en este auto-análisis comprendemos que sentimos  deseos de admiración y si nos agradan los elogios que los demás nos puedan dirigir, posiblemente esto sea un síntoma de que somos orgullosos o vanidosos.   Si censuramos las faltas de los demás, y nos sentimos empequeñecidos ante quien sobresale en algo, también es claro síntoma de vanidad o de envidia.  Si alguna vez hemos ayudado a los demás con cierta ostentación, más o menos disimulada, el acto de haber ayudado  está muy bien, pero  habremos destapado nuestra   vanidad  y además con  exhibicionismo. 

 Es necesario saber perdonarnos a nosotros mismos por nuestros errores y defectos,, pero esto no significa que debamos justificar íntimamente nuestros fallos, sino que una vez descubiertos  no nos debemos engañar, ni podemos engañarnos, por lo que debemos  aceptar humildemente e íntimamente, nuestro retraso evolutivo, sabiendo que tenemos la obligación moral de combatir y tratar de vencer los defectos del alma, sin perder de vista que en este mundo uno de los principales objetivos que tenemos todos es el de la evolución y mejora  espiritual, imposible de lograr sin antes haber conseguido aligerar el lastre moral que acompaña nuestra alma.

- Jose Luis Martín-

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     CAUSALIDAD FAMILIAR                         PROGRAMACIÓN ESPIRITUAL

                                   ( 1 )

El desenvolvimiento humano en las distintas edades cronológicas, conformaron distintos modos de vida y en cada una fue variando la forma y el criterio imperante. Así para cada época en que al hombre le tocó vivir, distintas fueron las experiencias y distintos fueron los aprendizajes.

Pero sin lugar a dudas cada momento de la humanidad está ligado a los anteriores y perfila los que vendrán, en un perpetuo movimiento sin discontinuidad, cada vez más perfeccionados, de lo simple a lo complejo, de lo ignorante a lo ilustrado, de lo individual a lo colectivo, de la agresividad a la comprensión y tolerancia.

Las característica de cada época va generando distintos elementos en los seres que participan de ella y para contrarrestar la adversidad, el hombre se adaptó ante lo que le tocó vivir, fortaleció su cuerpo por el trabajo material, agudizó el intelecto, y dio cause a su creatividad, así se hizo más fuerte, más capaz y más creativo.

Este es un plan preconcebido por la ley natural, aunque a veces los hombres no llegamos a verlo con claridad, donde nada es casualidad, y las circunstancias en el ámbito social, familiar o individual existen en virtud a una ley que impulsa a aprendizajes y esfuerzos hacia un fin cada vez más elevado.

( F.E.E,).- ( Continúa en el siguiente)


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    LEY DE JERARQUÍA ESPIRITUAL 

Su acción en el plano espiritual y en el plano humano 

En muchas mentes ansiosas del conocimiento de la Verdad de la Vida surge este interrogante: ¿Qué hay más allá del hombre? 
Desde el ser más ínfimo dotado de vida, hasta el hombre más perfecto, hay una larguísima escala de ascensión, cuyos límites no podemos comprender los humanos dada nuestra limitada capacidad intelectiva y conceptual. 
Pero, como necesario es ir penetrando en el amplio campo del conocimiento espiritual, daremos a conocer algunos aspectos que os lleven a comprender que, en ese espacio que vemos vacío por la incapacidad de nuestro sentido visual humano de ver más allá de lo físico, hay vida grandiosa en diversas dimensiones, hay otras inteligencias inmensamente desarrolladas, seres espirituales que han llegado a la perfección, en la cual están implícitas: sabiduría, pureza y amor. 
Y esos seres espirituales, libres ya de las ataduras físicas, están palpitando en amor y ansiosos de colaborar y colaboran en la Obra Divina del progreso de los mundos y sus humanidades. Seres espirituales de gran evolución, Luz y Poder, que fueron también seres humanos como nosotros en épocas pretéritas, y que han ido evolucionando, subiendo y subiendo gradualmente en la escala ascensional del progreso, en el transcurso de las edades, hasta llegar a la unificación con la Mente y el Amor Divino, esa Eterna Luz que se proyecta a todos los mundos del espacio infinito del vasto Universo. 
Múltiples son las graduaciones que por ley van adquiriendo esos seres espirituales de gran Luz y Poder y diversas sus manifestaciones en el vasto programa del progreso de los mundos y sus humanidades; y que son los que componen las jerarquías espirituales colaboradoras en la Obra Divina del progreso. 
Desde el punto de mayor jerarquía espiritual que es DIOS, máxima Sabiduría, Amor y Poder de todo el Cosmos, hay una escala descendente hasta llegar a los planos críticos de las múltiples constelaciones, en donde moran los cristos o espíritus reintegrados, que son los mentores y guías de las humanidades planetarias. 
Más, entre esos dos “puntos” siderales, hay seres elevadísimos de una magnitud tal, potencias cósmicas y que como humanos no podemos comprender; tales como los encargados del mecanismo por medio del cual se inicia la vida en los planetas, o sea el origen de las especies y formación de las razas; otros, de la formación de sistemas planetarias; otros, de la renovación; otros, de la conservación, etc., etc.. 
Muy posible es que, para alguno de vosotros, esta síntesis de la Ley de Jerarquía Espiritual parezca una fantasía o un concepto de dudosa veracidad. Libres sois de aceptar o rechazar éste u otros conceptos nuevos para vosotros. Pero, como ha sido explicado en la primera lección de este curso, al tratar el tema sobre la búsqueda de la Verdad; no debemos rechazar concepto alguno porque no pueda ser entendido en el momento, ya que sería limitar a nuestra capacidad intelectual ciertas verdades grandiosas. 
Sebastián de Arauco.

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lunes, 29 de agosto de 2022

Mundos felices

  INQUIETUDES

1.- Aniversario del nacimiento del Dr. Bezerra de Menezes

2.- Actividad de los Espíritus

3.-  Una sonrisa no cuesta nada

4.- Mundos felices

                                                      

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                                      ANIVERSARIO DEL 

                                  DR. BEZERRA DE MENEZES

       Desde esta humilde página, hoy dedicamos un homenaje al Dr. Bezerra de Menezes Cavalcanti, en el 191 aniversario de su nacimiento ( 29 de agosto de 1831), del médico de los pobres e incansable trabajador en la siembra espírita.

     El Dr. Bezerra fue una pieza fundamental para que la Federación Espírita Brasileña se estableciese en su inicio en el siglo XIX. En el año 1889, asumió por primera vez la presidencia, iniciando el estudio semanal de El Libro de los Espíritus. Traadujo también el libro Obras Póstumas, de Allan Kardec

     El día tres de agosto de 1895, por medio de una elección, retornó al comando y dirección de la FEB y comenzó el trabajo de reconstrucción, imprimiendo a la Institución la orientación doctrinaria- evangélica en la que se ha mantenido firme hasta nuestros días.

     En esta fase desenvolvió diversos trabajos en pro de la libertad de los estudiosos de la Doctrina Espírita.  Incluso después de su desencarnación el 11 de abril del año 1900, aún continúa el trabajo dedicado al Evangelio, por lo que se le tiene reconocido por medio de sus mensajes mediúmnicos de psicografia y de incorporación parlante, 

  ( Tomado, traducido y comprobado por J.L. Martín)


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                   ACTIVIDAD DE LOS ESPÍRITUS



      Millones y millones de seres espirituales en diversos grados de evolución hay dedicados a la atención de los enfermos que al desencarnar van pensando en los mismos dolores. 
      Otros ayudando a desencarnar. Otros colaborando en los trabajos de reencarnación. 
      Hay espíritus guías o guías espirituales. Son seres que, dentro del aura magnética del planeta, se encargan de ayudar a otro ser encarnante durante una o más encarnaciones; generalmente, espíritus familiares del mismo encarnante. Su grado de evolución siempre es superior al ser encarnante, a quien tratan de ayudar en el cumplimiento de su destino. 
      Hay espíritus guardianes que acompañan a otros seres que encarnan con misiones especiales, y con el objeto de ayudarles al cumplimiento de su misión. Pues, es ley divina que toda obra de bien y de justicia sea defendida y protegida por seres de gran poder y pureza. Son espíritus ya liberados de los mundos físicos, de un grado evolutivo superior al humano de nuestro mundo. Y estos encarnan también, a veces, por motivos especiales de adelanto a la humanidad. 
     Hay espíritus protectores que, perteneciendo todavía a la influencia magnética del planeta, protegen a los humanos en casos especiales, tales como los que toman a su cargo la protección de personas y agrupaciones dedicadas a un fin noble. Cuando las personas se dedican a la práctica del bien, por ley divina reciben la protección de Lo Alto. Y entre estos protectores, los hay en diversos grados de evolución, según sea la necesidad de protección: desde elementales a superiores. 
     Hay inmensidad de espíritus superiores que por amor bajan a los planos inferiores de tinieblas y de magnetismo denso, tratando de persuadir a seres desencarnados desviados y atormentados por las pasiones humanas que, por ignorancia, siguen apegados al plano físico. Y estos misioneros, que por amor a la humanidad doliente renuncian a su bienestar y se sacrifican voluntariamente para hacer llegar la Luz a esos espíritus en sufrimiento; desarrollando conferencias en esos planos inferiores para enseñar la realidad de la bondad divina, para demostrar la existencia de un mundo superior maravilloso, de una vida libre de persecuciones y sufrimientos, y para enseñar la verdadera religión cristiana de amor universal. 
Hay  otras actividades diversas de servicio, una de las cuales es la de auxiliar a las almas que en el plano de tinieblas y ambiente de sufrimiento en el astral inferior han llegado al arrepentimiento verdadero y claman al cielo misericordia y perdón. Entonces, bajan en grupos de dos o más de esos misioneros y preparan la labor de rescate y constatada la veracidad del arrepentimiento, es trasladado a secciones especiales o colonias de auxilio, para una estadía de recuperación de fuerzas, y en donde comienza la preparación para una nueva encarnación, en concordia con cada caso. 
     Y hay también guías y protectores menores, auxiliares, como la madre que desencarna dejando uno o más hijos pequeños que todavía necesitan de su cuidado; y de hecho se convierten en su auxiliar invisible. Y muchos otros aspectos más que sería prolijo enumerar. 
Como puede apreciarse fácilmente, en ese mundo del Espíritu hay una amplísima gama de actividades dentro de una jerarquía perfecta, desconocida por los humanos, y la cual ofrece múltiples aspectos de progreso. Todo ser espiritual en misión de servicio, recibe la Luz y la Fuerza espiritual necesaria para su realización por seres de mayor luz, amor y poder que, a su vez, recibe también de otros seres más elevados, y otros, en sucesión progresiva hasta la Divinidad; todo lo cual constituye la Ley de Jerarquía Espiritual. 

Sebastian de Arauco.

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UNA SONRISA NO CUESTA NADA...

... Y produce mucho
- Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan.
- No dura más que un instante, pero su recuerdo es a veces eterno.         
- Nadie es demasiado rico como para prescindir de ella;
- Nadie es demasiado pobre como para no merecerla.
- Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo.
- Es el símbolo de la amistad.
- Una sonrisa de reposo al cansado.
- Una sonrisa anima a los más deprimidos.
- Una sonrisa no puede comprarse, ni prestarse, ni robarse, pues no tiene valor material. Solo tiene valor en el momento en que se da.
- Y si alguna vez tropieza con alguien que no sabe dar una sonrisa, sea generoso y dele la suya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no sabe darla a los demás.

- Mohandas Karamchand Gandhi -

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             MUNDOS  FELICES

                               


 

   Con los datos obtenidos por los Espíritus hemos visitado las regiones inmensas del espacio. El panorama esplendido de la armonía cósmica se desplegó delante de nuestros pasos.

  Hemos recibido  un anticipo de la idea del infinito, más lo comprenderemos en su magnitud total, conforme vayamos perfeccionándonos en el futuro.

   Los misterios del éter revelaron su enigma, hasta hoy indescifrable, y hoy tenemos al menos, la noción de la universalidad de las cosas. Ahora es necesario detenernos y reflexionar. Haber reconocido la pequeñez de la tierra y su mediocridad en la jerarquía de los mundos es un adelanto.

  En los mundos felices, las relaciones de los pueblos son siempre amistosas, nunca se turban por alcanzar las pertenencias ajenas. La superioridad moral y la inteligencia  es la que establece la diferencia de condición y supremacía. La autoridad siempre la da el merito, que siempre se ejerce con justicia.

   Allí todas las virtudes y sentimientos nobles adquieren un sentido más elevado, que en la tierra, pus aquí el amor  nunca podremos sentirlo en el grado de  excelsitud que se expresa en los mundos felices.

  Allí la necesidad no existe, tienen conforme han adquirido, por su esfuerzo en el bien, y por su inteligencia y si desean algo más se esfuerzan en conseguirlo, pues nadie está allí por expiación.

  Se vive como en un paraíso, donde se puede acceder a todo lo que lo comprende, lugares hermosos, estancias de estudio, de recreo, músicas sublimes que emocionan y llenan el alma de bienestar y felicidad, como define André Luiz, allí todo es positivo, lleno de cometidos, nobles. Para que nos podamos hacer una idea, es como un paraíso donde el llanto y el crujir de dientes no existe, es como vivir en una gran ciudad  donde se puede caminar por todas sus calles, visitar todos los lugares sin ningún temor, sin ninguna preocupación por no tener dinero para poder conseguirlo, tu elevación y tus merecimientos te hacen accesibles esas estancias. Y gozar en esa ciudad de una morada exquisita con todos los accesorios necesarios para desarrollar una vida digna y feliz. Sin envidias, sin rencores, sin celos, sin egoísmos ni orgullos, sin susceptibilidades, solo un afán domina el corazón de los espíritus que allí moran, el de hacer el bien, y el deseo de progresar más cada día. Allí el sufrimiento no existe.

   Estos mundos están al alcance de todos, Dios soberanamente justo, no tiene preferencias entre sus hijos, para El todos somos iguales, partimos desde un mismo punto y vamos hacia el mismo lugar la perfección de nuestras almas. Todos podemos acceder un día a esas estancias de felicidad, y morar allí, perfeccionémonos   y llegaremos a habitar esas estancias de luz, paz y felicidad, el tiempo que tardemos en conseguirlo  depende de la prisa que nos demos en alcanzar la pre disponibilidad  para habitarlos.

   Todos debemos trabajar con celo y animo en la gran obra de nuestra regeneración, porque así recogeremos centuplicado el grano que hayamos sembrado. Y seremos infelices si cerramos los ojos a esta luz pues estaremos muchos siglos en tinieblas y desengaños; procuremos no fijar nuestros ojos en los bienes de este mundo, pues sufriremos más privaciones  que goces hayamos tenido.

  Para eso nuestro esfuerzo ha de ser constante, sin olvidarnos que ya desde aquí si trabajamos en el bien podemos sentir bosquejos de esa felicidad, de esos mundos, pues sabemos todos muy bien  que tanto el cielo como el infierno lo llevamos dentro de nosotros, son estados de la propia conciencia. El alma pura y limpia, ya siente dentro de sí una felicidad y una concepción muy distinta de la vida y de las cosas.

Trabajo realizado por Merchita.

 

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sábado, 27 de agosto de 2022

¿Por qué del dolor humano?,¿Qué sentido tiene?

    INQUIETUDES

1.- El éxito

2.- Analizando la violencia

3- El defecto moral más común y grave

4-¿Por qué el dolor humano?, ¿Qué sentido tiene?


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                                          El éxito
                                           

Los seres humanos, en general, siempre están muy preocupados por alcanzar el éxito. El mundo ha convencionado que el éxito es el triunfo en los negocios, en las profesiones, en las posiciones sociales, con destaque en la personalidad, aplausos y honores. Causan impacto las personas que desfilan en el carro del poder. Despiertan envidia la juventud elegante, la belleza física, los juegos de placer inmediato. Producen emociones fuertes las conquistas de lugares destacados y proyección en la política y la sociedad. Inspiran pesar aquellos que parecen triunfar en la gloria y el éxito terrenales... Este éxito, sin embargo, es de muy corta duración. Todos pasan por el río del tiempo y están sujetos a transformaciones. Las risas se convierten en lágrimas... Lo más destacado da paso al abandono... La adulación es reemplazada por el desprecio... La belleza y la juventud se ven alteradas por los signos del dolor, el desgaste y el envejecimiento. El individuo, que lucha por la proyección exterior, sufre soledad, vacío, frustraciones y tedio. Aquel que es considerado por la sociedad como una persona exitosa no es necesariamente una persona feliz. Todavía, muchos persiguen este éxito y, para mantenerlo, se desgastan, emocionalmente, inspiran odios, guerras sordas o declaradas, acumulan disgustos. Sin embargo, hay otro éxito, efectivo y duradero, que hemos olvidado: es la victoria sobre nosotros mismos y las pasiones primitivas. Cuando nos proponemos a esta búsqueda, nos sentimos ganadores, porque dominamos nuestro mal temperamento, las emociones degradantes. Como resultado, sentimos paz. Nos volvemos amables, irradiando bondad y conquistamos, en profundidad, a quienes se nos acercan. El éxito sobre nosotros mismos acentúa la armonía y aumenta la alegría. Nos convertimos en candidatos que contribuyen a favor del grupo social más equilibrado y felizEl éxito de Julio César, conquistador del mundo, entrando en Roma en un carro dorado y entre aplausos de la multitud, no lo eximió del puñal de Marco Bruto en las escalinatas del SenadoEl éxito de Nerón, sus conquistas y crueldades, no le impidieron la muerte infamante a la que se entregó desesperadamente_El éxito de Hitler, en crueles batallas en los campos de Europa y África, no cambió su cobardía moral, que lo llevó al vergonzoso suicidio. Pero el éxito de Gandhi lo hizo enfrentar la muerte profiriendo el nombre de DiosEl éxito de Pasteur le ayudó a aceptar la tuberculosis con serenidadEl éxito de los mártires y los santos, de los científicos y pensadores, de los artistas y ciudadanos que amaron, les ofreció resistencia para soportar las afrentas y crueldades con espíritu de abnegación, de valor y de fe
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Sin ser ajenos al mundo, ni abandonar la lucha de la vida social, busquemos el éxito de la vida correcta, los valores del mantenimiento del hogar y la familia, el brillo de la inteligencia, del arte y del amor. Descubriremos que, en esta buena lucha, tendremos tiempo y motivo para otro éxito, el de naturaleza interior. ¡Pensemos en esto!.
Momento Espírita, con base en el cap.15 del libro Despertad y sed felices, del Espíritu de Joanna de Ângelis, psicografía de Divaldo Pereira Franco, ed. LEAL. Traducción  de Pablo Flores Flores

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         ANALIZANDO LA VIOLENCIA

La violencia y la agresividad están generalizadas, hoy en día, por todas partes, en las más sencillas familias, en los grupos más serios y formales, en todas partes, surge el violento que rompe con las reglas del buen vivir. Todos pensamos que son seres rebeldes y que como fieras, hemos de apartar de la sociedad, nos gusta dar una buena imagen, ser precavidos, y vamos a la procura de un mundo mejor, pero para ello, todos tenemos que poner de nuestra parte.

El violento lo es porque hay algo que lo incomoda, que lo altera y que lo saca de quicio, y cabe al humilde procurar no violentarle, por el contrario adivinar y esmerarse en la forma de cómo tratarle para que lejos de alterarse, se calme encuentre el lenitivo para que no sufra su espíritu, que la mayoría de las veces, es portador de enfermedades adquiridas en el pasado, donde sufrió el asedio de otros espíritus, y la forma de defenderse es la agresividad, es un escape para su alma que no puede soportar con normalidad lo que le revela, le altera.

La gente está llena de frustraciones, miedos, rencores, envidias, celos… y todo ello les produce un carácter violento, a veces poco distinguible, a veces confundido entre una maraña de contenciones sociales o morales, que explotan cuando menos espera. Violencia y ceguera, la de la ignorancia, pero no la ignorancia del simple, del que es campechano y tiene poca ciencia, sino la ignorancia del que se cree valedor, inteligente, con razón. Esta ignorancia del orgulloso es terrible, carga de odio y violencia todo aquello contra todo aquello que es diferente o que le discute o que no se doblega a su ego.

El hombre es violento en todas partes, en casa, en el trabajo, en el instituto, en los centros comerciales, en la calle, en los medios de transportes, en sus iglesias, en su creencias, en la política, todos sus actos están cargados sino siempre en dados momentos de violencia. Generalmente la violencia se muestra en arrebato, violencia en ataques, y violencia enquistada, como una peste y contagiosa habitualmente.

La violencia puede ser combatida, todos podemos hacer a nuestro alrededor un mundo mejor, y es aprendiendo a amar a nuestros semejantes, sobre todo aquellos que nos alteran, que nos sacan de quicio con su forma de actuar, si aprendemos a ser tolerantes con ellos, la violencia para con ellos desaparece, recordando las palabras de Cristo “Si ninguna piedra que te lancen llega hacerte herida” .

Las semillas de la violencia se siembran y cultivan en la infancia, se desarrollan durante la adolescencia y empiezan a dar sus frutos malignos pronto en la edad adulta. La experiencia que más nos predispone a recurrir a la agresión despiadada es haber sido repetidamente objeto o testigo de crueldades durante los primeros quince años de la vida.

En nuestros días, la violencia es uno de los problemas más preocupantes, aunque en realidad bien es verdad que, que la búsqueda de la convivencia pacífica es una característica natural que abunda en los seres humanos y que nos ayuda a sobrevivir, a evolucionar y a mejorar nuestra esperanza y calidad de vida. Ninguna sociedad puede perdurar sin que sus miembros estén continuamente ayudándose unos a otros.

Esta grave dolencia humana, en general, está disminuyendo. Nadie que se tome la molestia de examinar los índices de violencia en los últimos 70 años podrá evadir el hecho cuantificable de que en la actualidad está menos extendida que nunca. Este dato reconfortante se debe a que la posición de los niños en la sociedad ha mejorado radicalmente, la mujer en un gran número de naciones ha dejado de ser una propiedad del hombre, y las democracias han proliferado. Un aviso: es importante no confundir las noticias de sucesos aberrantes que plagan los medios de comunicación –conscientes de nuestra proverbial atracción por las historias de tragedias– con la vida cotidiana.

Procuremos en la parte que nos corresponde ser bondadosos, hagamos de nuestro mundo, un mundo mejor, ya con eso contribuiremos al bien general, pues estemos convencidos que el mejor emprendimiento al que podemos contribuir es a la procura del bien común.

- Merchita-

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       El  defecto moral  más común y grave

 

Sin duda alguna, entre los más graves  esta  el  Egoísmo, porque supone una falta de sensibilidad que incapacita a quien lo tiene para  poder llegar a amar. Este defecto, como todos los demás defectos morales, es un monstruo horroroso  que solemos llevar escondido en el fondo del alma y nos lleva a ser  incomprensivos  e  intolerantes con los demás.  Si somos capaces de comenzar por comprender que  a veces no nos exigimos  demasiado a nosotros mismos, entonces  tampoco deberíamos ser  tan exigentes con los demás. Hay que  considerar  a las personas tal y como son, respetándolas y aceptándolas, tratando de comprenderlas  y dándoles la única respuesta que  debemos dar: la del Amor, la tolerancia  y la comprensión. 

Este defecto en la medida en que se mantiene en nosotros como una característica natural más, sin identificarlo como un defecto que debemos desechar de nuestra personalidad, y mientras que no se trata de superarlo mediante la práctica de la Generosidad y la Caridad, va ejerciendo cada vez más, una mayor influencia sobre el Alma  a la que va endureciendo e insensibilizando poco a poco, reduciendo así la  capacidad y la  amplitud de conciencia.  Este defecto es totalmente  incompatible con el sentido de la Justicia, con el Amor  y con la Caridad.

El egoísmo presenta  muchos grados de intensidad y puede aparecer bajo muchos aspectos o variedades, tal como el amor  propio, la codicia,  el afán de poder, la ambición desmesurada, etc. A su vez todas estas formas o variedades de egoísmo  son generadoras de otras clases de defectos humanos ,tal como la envidia, los celos o la  crueldad. 

Por ejemplo, una  forma con la que se presenta frecuentemente, es el  Egocentrismo  que supone a quien lo tiene, una desviación hacia sí mismo del sentimiento del amor, y  como casi todos los defectos morales, este  también suele ser ignorado  por quienes lo sustentan por falta de autoanálisis. 

La persona egoísta se caracteriza porque se suele dedicar a vivir su vida para sí mismo solamente, sin preocuparse por los demás, ni importarle nada el sufrimiento ajeno, así como evitando cualquier ocasión de poder hacer el bien a los demás a quienes nunca está dispuesto a entregar nada suyo, ya sea material o que le pueda suponer algún esfuerzo o prestación  de cualquier clase. 

En el egoísta el síntoma más evidente de su defecto es el interés personal que muestra siempre hacia sí mismo. El apego que tiene hacia las cosas materiales, demuestra su inferioridad espiritual, porque cuanto mas apegado está a las cosas de este mundo, menos comprende las cosas del mundo espiritual, y cuales son  en realidad  sus verdaderas  metas e intereses. Vemos estos síntomas en esas personas que solo hablan de sí mismos ignorando lo de los demás a quienes ni siquiera dan oídos. 

El egoísmo es la imperfección  más difícil de desterrar, porque está muy ligado con el orgullo y estos defectos que suelen ir juntos, vienen  causados  por  la influencia de la materia sobre el espíritu, y esta influencia todavía es muy fuerte  en el actual estado de evolución en que nos encontramos. Por esto precisamente es que debemos desterrar de nosotros estos  defectos y ayudar a los demás a que igualmente los superen, pues la evolución espiritual de la población humana, es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, cuando somos conscientes de la importancia y necesidad de desterrar estos defectos que impiden nuestro progreso y felicidad. Y precisamente por esto, es muy importante que en nuestros niños, cuando aun son muy pequeños y observamos que llevan en sus reacciones y comportamientos la semilla del egoísmo, vayamos inculcando las virtudes contrarias:  la generosidad y  el placer que se experimenta al ser generoso y altruista, porque si la semilla de los defectos morales no se corrige desde bien temprano, no con castigos que aun pueden empeorar más la situación, sino mediante el premio de la alabanza y la alegría ante una actuación positiva, cada vez estos defectos se irán arraigando más en su alma, y nuestra labor como padres o educadores se verá enturbiada ante el fracaso de una incorrecta educación moral.

- Jose Luis Martín-

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¿ POR QUÉ EL DOLOR HUMANO?, ¿QUÉ                        SENTIDO TIENE ?


                                                                      
    Antes de profundizar debemos tener en cuenta que el dolor puede ser físico, psíquico y espiritual o moral,  siendo estos últimos mencionados el sufrimiento interior que puede experimentar el alma y la mente humana, mientras que  el dolor físico, es consecuencia de nuestra sensibilidad, porque es un aviso necesario de que algo anda mal en nuestro organismo, y un estimulante para la actividad del ser humano.
 El dolor nos obliga a reconcentrarnos en nosotros mismos y a reflexionar, ayudándonos a vencer nuestras pasiones, por lo que resulta un camino para el perfeccionamiento espiritual
   El dolor que refleja el cuerpo físico puede tener un origen kármico en esta vida o en vidas anteriores, bien por haber llevado una vida desordenada y antinatural, por excesos de alimentación, vida sedentaria, abuso de alcohol o de drogas, abuso y mal uso de la actividad sexual y situaciones desarmónicas en general, causadas por uno mismo.
   Los males psíquicos, como las depresiones, las psicosis y las psicopatías, son en gran medida el resultado de tensiones emocionales, sentimientos y actitudes mentales negativas y desacertadas ante la vida, así como de intensos deseos de baja naturaleza. Otras veces, sin embargo, son causadas por un mal Espíritu.
    Los males espirituales son las  sensaciones de reproche y acusación íntima que el Ser experimenta  a través de su conciencia, en forma de angustia y mal estar interior y al que de inmediato se etiqueta como depresión y se intenta soslayar con medicamentos neurológicos que las más de las veces no hacen ningún efecto o si lo hacen es negativo y empeoran aún más la situación. Este mal estar o esa angustia interior, vienen como resultado de haber sido débil ante su propio egoísmo o por cualquier  otro sentimiento negativo como el rencor, etc. A veces estos pueden ser tan intensos que pueden generar también sufrimientos psíquicos como la desesperación o una auténtica depresión psíquica.
    La base del sufrimiento moral es el apego hacia las personas u objetos hacia los que se siente un afecto mezclado con un sentimiento de posesión  cuando se experimenta el miedo  a perder esos apegos.
   También existen sufrimientos provocados por desequilibrios internos del Ser humano, cuyo origen está en una disfunción entre  las demandas del Ser espiritual, y las de su parte material, dando origen a la enfermedad de la  Depresión. Esto sucede cuando  se provocan ansias psicológicas e infelicidad al  no atender el llamado interior del espíritu que a través de la conciencia pide una cosa, mientras que la persona se deja llevar  por las tendencias materiales que le  inclinan hacia algo bien distinto.  
     El sufrimiento ante el dolor  es obra de la mente, por eso lo trágico de la vida humana no es el dolor o el sufrimiento en sí mismos, sino el tiempo que perdemos mientras nos dedicamos a sufrir  o a quejarnos, sin hacer otra cosa,  porque nos implicamos en demasía como protagonistas en un problema,  abandonando mientras otras realizaciones que tenemos  comprometidas. El sufrimiento surge cuando nos enfrentamos al dolor, oponiéndonos a su  realidad, y cuanto más se sufre, mas incapacitado se está para afrontar la causa del sufrimiento.
     Ante el dolor y el sufrimiento irrevocables, solemos pasar por una serie de etapas que van desde la negación o el rechazo, seguido de la rebeldía contra Dios y contra la vida, hasta que finalmente intentamos una “negociación” y finalmente terminamos con la aceptación de lo que debemos atravesar, al intuir que ahí está precisamente  el aprendizaje que esa dolorosa situación nos aporta.
    Como antes se expuso, el dolor y el sufrimiento humano, no son un castigo o una venganza divina, sino un reajuste de nuestra conducta y una depuración de nuestro cuerpo espiritual, enfermo y lastrado con las energías negativas originadas por actos contrarios a la Ley del Amor. El dolor proporciona al Ser que lo padece la oportunidad de rescatar deudas del pasado, limpiando mediante el mismo su Cuerpo Espiritual (Periespíritu),  y de probarse a sí mismo su fortaleza interior ante las dificultades de la vida.
    El dolor supone siempre una señal de alarma porque indica una violación del orden establecido por las leyes que rigen  al Ser y a su cuerpo.  Es un aviso de que algo va mal o que falla, y si se desoye esta llamada de atención, se intensifica cada vez más y llega a ser muy pertinaz cuando la ley del Amor ha sido violada muy intensamente, extendiéndose ese efecto desagradable, incluso hasta vidas posteriores, con arreglo a la ley de Consecuencias.   Cuando violamos las leyes Divinas se produce un desajuste  que nos lleva por el dolor a reencontrarnos con nosotros mismos y a reflexionar, indicándonos que nos hemos equivocado con el fin de que rectifiquemos.
   Desde un normal punto de vista humano, el dolor  es algo negativo que todos rechazamos, pero desde el punto de vista de este conocimiento espiritual sabemos que  el dolor no es ni una maldición ni un castigo Divino;  cuando se presenta se deben tener en cuenta sus aspectos positivos, tal como la función benéfica para el progreso espiritual  y a veces sirve también para ayudarnos a vencer nuestras pasiones, por lo que resulta una herramienta útil para forjar nuestro perfeccionamiento espiritual y nuestra enseñanza moral. Entre las funciones benéficas del dolor,  está la de tener un efecto ablandador del alma en personas soberbias, dominantes y orgullosas.  Por este motivo, ciertas circunstancias de la vida  que calificamos como desgracias, tal como enfermedades incurables o dolorosas, resultan espiritualmente benéficas. Ello no significa que no se deba luchar humanamente por erradicarlas o al menos aliviarlas, y precisamente en ese esfuerzo para prevenir y curar con paciencia  y entereza estas enfermedades, es en donde radica su acción benefactora para el Ser.
      Además, durante el transcurso de esas enfermedades dolorosas, el Ser usa de su cuerpo físico y psíquico como válvula de escape y de drenaje del magnetismo mórbido que impregna su periespíritu y le incapacita para poder elevarse hasta planos más sutiles .
  Por remarcar lo anterior, repito que el dolor y el sufrimiento causados por la enfermedad, suelen ser el resultado de un necesario proceso purificador y depurativo del alma, pero jamás son un castigo de Dios. Otras veces estas enfermedades, dolores y sufrimientos, que se pasan en la vida humana,  los elige el Ser desde antes de nacer con el fin de afianzar o conquistar algún valor necesario para su evolución, tal como la resignación, la fe, la esperanza, la bondad, la paciencia, etc.  Cuando el dolor  y el sufrimiento aparezcan, por muy duro que resulte  afrontarlo, debemos aceptarlo considerando que es una oportunidad única y una enseñanza que se nos brinda para nuestro bien espiritual, porque  salvo en los casos de aceptación voluntaria de la enfermedad y del dolor para fortalecer el espíritu y evolucionar, las dolencias del cuerpo físico y psíquico  tienen una relación directa con el estado enfermizo del alma, y por eso el sufrimiento comienza a partir de un estado mental y anímico desequilibrado, pero significa que se produce un drenaje y un saneamiento del alma.

 Además de lo dicho hasta aquí, tengamos en cuenta que el dolor es inevitable cuando llega, pero el sufrimiento depende de nuestra actitud ante el dolor.

   En definitiva, podemos estar seguros de que  solamente sufrimos o padecemos lo que necesitamos para impulsar nuestra evolución, crear experiencias y aprender en el desarrollo de los sentimientos de bien.

- Jose Luis Martín-

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