sábado, 17 de septiembre de 2016

PREGUNTAS SOBRE EL PORVENIR

  

    TRIBULACIÓN DESDE EL MAS ALLÁ
En el Nombre de Dios, amados hermanos: Vamos a contaros nuestra historia, una dolorosa historia que vivimos en la Vida Terrenal. Era Agosto del año 1967, y en uno de esos días locos de verano, mi novio y yo salíamos de una fiesta, cogimos el carro, íbamos mareados por la borrachera, el vehículo sin apenas control iba dando tumbos de un lado para otro y no dejábamos de reírnos, de pronto algo se cruzó en la carretera, no sabíamos lo que era, pues estaba lloviendo y a través de los cristales, no se veía bien, mi novio no quiso parar, pero al final lo convencí y aunque de muy malas ganas volvimos hacia atrás; ¿Qué pensáis que nos encontramos en la carretera? Un niño tirado en la calzada con su bicicleta, al verlo nos asustamos, montándonos en el vehículo salimos corriendo a toda marcha; por el camino intenté convencer a mi novio para que parase el vehículo y fuéramos a auxiliar al muchacho y aunque se lo supliqué, él no quiso parar.
Llegamos a casa muertos de miedo y temiendo que se descubriera todo, pero pasaron los días y poco a poco se fue olvidando el incidente y la Policía no pudo encontrarnos. Desde aquél día del fatal accidente, estuvimos sufriendo pesadillas y muchos remordimientos, no podíamos ni dormir, pero pese a todo aquello, seguíamos con nuestras noches locas, emborrachándonos de fiesta en fiesta, igual que aquel día que arrollamos al pequeño con su bicicleta, que lo hizo desencarnar. Otro día íbamos por una carretera a toda velocidad, yo estaba muy asustada, pero mi novio no quería reducir la marcha y se reía de mi pánico; de repente un camión que venía en dirección contraria, chocó contra nosotros y nos arrastró hacia la vía del tren, vimos con espanto, como un convoy de grandes dimensiones se acercaba hacia nosotros a toda velocidad, intentamos con angustia y desesperación salir del vehículo, pero las puertas con el choque se habían bloqueado y no nos era posible salir de aquel infierno, al momento escuchamos un fuerte y terrible impacto, que nos hizo desencarnar en el acto.
Ahora y desde este Plano Espiritual en que nos encontramos, estamos pagando todas las deudas que sembramos en el pasado, sufriendo el dolor de aquel niño desencarnado y de su madre llorando desconsoladamente por la pérdida de su hijito. Aquí y por donde quiera que vamos, nos gritan llamándonos asesinos, por haber quitado la Vida a nuestro prójimo y a nosotros mismos. Hermanos, nos encontramos en un Mundo errante de sufrimientos, de dolor y angustias por doquier. En el Santo Nombre de Dios, hermanos nuestros, os rogamos que le pidáis al Todopoderoso, clemencia para nuestros atribulados Espíritus, pues grande es nuestro sufrimiento, mientras vagamos por este Mundo de un lado para otro, en esta dimensión en la que no se ve la luz y somos como avecillas ciegas que no saben a donde van.
Confiamos en que Dios nos dé la oportunidad de rectificar todo el daño que por ignorancia, causamos en la Vida Terrenal, daños causado a nuestro prójimo y también a nosotros mismos, permitiéndonos una nueva encarnación para poder devolver con el bien, todo el mal que hicimos anteriormente. Hermanos, que esta historia que os hemos contado, sirva al menos, para que aprendáis que hay que tener prudencia en la carretera, y nunca manejar el vehículo como si fuera un juguete, y es por eso que desde este Plano Espiritual, os rogamos que no cometáis el error tan grande que cometimos nosotros y así podréis evitaros pasar por los tormentos que padecemos ahora. De unos hermanos arrepentidos, para que oréis por nuestros espíritus. T
Pagina Amanecer Espirita
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     Causas actuales de las aflicciones.

Las vicisitudes de la vida son de dos clases, o si se quiere, tienen dos orígenes muy diferentes que conviene distinguir: las unas tienen la causa en la vida presente, y las
otras fuera de esta vida.
Remontándonos al origen de los males terrestres, se reconocerá que muchos son
consecuencia natural del carácter y de la conducta de aquellos que los sufren. ¡Cuántos
hombres caen por su propia falta! - Cuántos son victimas de su imprevisión, de su
orgullo y de su ambición! - ¡Cuántas personas arruinadas por falta de orden, de
perseverancia, por no tener conducta o por no haber sabido limitar sus deseos! -
¡Cuántas uniones desgraciadas, porque sólo son cálculo del interés o de la vanidad, y en
las que para nada entra el corazón! - ¡Cuántas disensiones y querellas funestas se
hubieran podido evitar con más moderación y menos susceptibilidad! - ¡Cuántas
enfermedades y dolencias son consecuencia de la intemperancia y de los excesos de
todas clases! - ¡Cuántos padres son desgraciados por sus hijos porque no combatieron
las malas tendencias de éstos en su principio! Por debilidad o indiferencia han dejado
desarrollar en ellos los gérmenes del orgullo, del egoísmo y de la torpe vanidad que
secan el corazón, y más tarde, recogiendo lo que sembraron, se admiran y se afligen de
su falta de deferencia y de su ingratitud. Pregunten fríamente a conciencia todos
aquéllos que tienen herido el corazón por las vicisitudes y desengaños de la vida;
remóntense paso a paso al origen de los males que les afligen, y verán si casi siempre
podrán decirse: "Si yo hubiese o no hubiese hecho tal cosa, no me encontraría en tal
posición". ¿A quién debe, pues, culparse de todas estas aflicciones, sino a sí mismo? Así
es como el hombre, en un gran número de casos, es hacedor de sus propios infortunios,
pero en vez de reconocerlo, encuentra más sencillo y menos humillante para su vanidad,
acusar a la suerte, a la Providencia, al mal éxito, a su mala estrella, siendo así que su
mala estrella es su incuria o su ambición.
Los males de esta clase seguramente forman un contingente muy notable en las
vicisitudes de la vida; pero el hombre los evitará cuando trabaje para su mejoramiento moral tanto como para su mejoramiento intelectual.

5. La ley humana alcanza a ciertas faltas y las castiga; el condenado puede,pues, decir que sufre la consecuencia de lo que ha hecho; pero la ley no alcanza ni puede alcanzar a todas las faltas; castiga más especialmente aquellas que causan perjuicio a la sociedad y no aquellas que dañan a los que las cometen. Sin embargo, Dios quiere el progreso de todas las criaturas; por esto no deja impune ningún desvío del camino recto;no hay una sola falta, por ligera que sea, una sola infracción a su ley, que no tenga consecuencias forzosas e inevitables, más o menos desagradables; de donde se sigue que, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, el hombre es siempre castigado por donde ha pecado. Los sufrimientos, que son su consecuencia, le advierten de que ha obrado mal, le sirven de experiencia, le hacen sentir la diferencia del bien y del mal y la necesidad de mejorarse para evitar en lo sucesivo lo que ha sido para él origen de pesares; sin esto no hubiera tenido ningún motivo de corregirse; confiando en la impunidad, retardaría su adelanto, y por consiguiente su felicidad futura.
Pero la experiencia viene algunas veces un poco tarde, cuando la vida está gastada y turbada, cuando las fuerzas están debilitadas y cuando el mal no tiene remedio. Exclama el hombre: Si al principio de la vida hubiese sabido lo que sé ahora, ¡cuántos pasos falsos hubiera evitado! ¡"Si tuviera que empezar ahora", me conduciría de muy distinto modo, pero ya no es tiempo! Así como el operario perezoso dice: He perdido mi jornal, él también dice: He perdido mi vida; pero así como para el jornalero el sol sale al día siguiente y empieza un nuevo día que le permite reparar el tiempo perdido, también para él, después de la noche de la tumba, resplandecerá el sol de una nueva vida en la que podrá valerle la experiencia del pasado y sus buenas resoluciones para el porvenir.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.

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      PREGUNTAS SOBRE EL PORVENIR.

7. ¿Pueden los Espíritus hacernos conocer el porvenir?

Si el hombre conociera el porvenir descuidaría el presente.
Este es un asunto sobre el cual insistís siempre para obtener una respuesta precisa; es un gran mal, porque la manifestación de los Espíritus no es un medio de adivinación. Si os empeñáis en querer una respuesta se os dará por un Espíritu duende; os lo decimos a cada momento. 
8. ¿No hay, sin embargo, algunos acontecimientos futuros que se han anunciado espontáneamente y con verdad por los Espíritus?
Puede suceder que el Espíritu prevea cosas que juzga útil hacer conocer, o que tenga misión de hacéroslo saber; pero hay mucho que desconfiar de los Espíritu mentirosos que se divierten en hacer predicciones. Sólo el conjunto de circunstancias puede hacer apreciar el grado de confianza que merecen.
9. ¿De qué clase de predicciones se debe desconfiar más?
De todas aquellas que no tienen un objeto de utilidad general. Las predicciones personales casi siempre pueden ser consideradas como apócrifas.
10. ¿Cuál es el objeto de los Espíritus que anuncian espontáneamente acontecimientos que no tienen lugar?
Lo más a menudo es para divertirse de la credulidad, del miedo o de la alegría que causan; después se ríen de la contrariedad. Estas predicciones engañosas tienen, algunas veces,
un objeto más formal y es el de poner a prueba a aquel a quien se hacen, a fin de ver el modo como toma la cosa y la naturaleza de sentimientos buenos o malos que hace nacer en él.

Observación. — Tal podría ser, por ejemplo, el anuncio de lo que pueda lisonjear la concupiscencia o la ambición, como la muerte de una persona, la perspectiva de una herencia, etc.

11. ¿Por qué los Espíritus formales, cuando hacen presentir un acontecimiento, ordinariamente no fijan la fecha, esto es, impotencia o voluntad por su parte?
Lo uno y lo otro; pueden en ciertos casos hacer presentir un acontecimiento; entonces es una advertencia que os hacen.
En cuanto a precisar la época, a menudo no lo deben, y muchas veces no lo pueden, porque ellos mismos no lo saben. El Espíritu puede prever que una cosa tendrá lugar, pero el momento preciso puede depender de los acontecimientos, que aún no se han cumplido y que sólo Dios sabe. Los Espíritus ligeros que no tienen escrúpulo en engañaros os indican los días y las horas sin que les inquiete el resultado. Por esto toda predicción circunstanciada debe seros sospechosa.
Repito, nuestra misión es la de haceros progresar ayudándoos tanto como podemos. El que pida a los Espíritus superiores la prudencia, nunca será engañado; pero no creáis que perdamos nuestro tiempo en escuchar todas vuestras necesidades y en deciros la buena ventura; dejamos esto para los Espíritus ligeros que se divierten como los niños traviesos.
La Providencia ha puesto límites a las revelaciones que pueden hacerse al hombre. Los Espíritus graves guardan silencio sobre todo lo que está prohibido hacer conocer. Insistiendo para obtener una respuesta os exponéis a las bellaquerías de los Espíritus inferiores, siempre dispuestos para aprovechar las ocasiones de tender la red a vuestra credulidad.

Observación. — Los Espíritus ven, o presienten por inducción los acontecimientos futuros; ven que se cumplirán en un tiempo que no cuentan como nosotros; para precisar la época, les sería necesario que se identificaran con nuestro modo de calcular la duración, lo que no siempre juzgan necesario; he ahí, con frecuencia una causa de errores aparentes.

12. ¿ Hay hombres dotados de una facultad especial que les hace entrever el porvenir?
Sí, aquellos cuyas almas se desprenden de la materia;entonces el Espíritu ve; cuando es útil, Dios les permite revelar ciertas cosas para el bien; pero entre ellos hay muchos impostores y charlatanes. Esta facultad será más común en el porvenir.
13. ¿Qué hemos de pensar de los Espíritus que se complacen en pronosticar la muerte de alguno en día y hora fija?
Estos Espíritus son bromistas de mal género que no tienen otro objeto que divertirse por el miedo que hacen. Nunca debe hacerse caso de lo que digan.
14. ¿En qué consiste que ciertas personas sean advertidas por presentimiento de la época de su muerte?
Muchas veces su propio Espíritu lo sabe en sus momentos de libertad, y al despertar conserva la intuición. Estas personas,estando preparadas, no se asustan ni se conmueven. No ven en esta separación del cuerpo y del alma sino un cambio de situación o, si queréis, para ser más vulgar, el abandono de un vestido grosero a cambio de otro de seda. El miedo de la muerte disminuirá a medida que se arraiguen las creencias espiritistas.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
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        LAS VERDADES DEL ESPIRITISMO. 

Hay que decir que los espíritus elevados no son los únicos que se manifiestan. Espíritus de todas clases desean con mucho empeño conseguir manifestarse con los humanos, siempre que les es posible. Así debemos saber distinguir la calidad de ellos, para no dejarnos engañar; es necesario estar bien preparados para saber cuando nos está hablando un Espíritu elevado o un Espíritu atrasado. Hay espíritus de todas clases de elevación, pero entre nosotros abundan mucho más los inferiores. Estos son los que producen los fenómenos físicos, las manifestaciones ruidosas y todo lo que es de orden vulgar.
Los fenómenos espíritas han sido observados, verificados y comprobados por científicos, sabios y escépticos que han pasado por todos los grados de la incredulidad, y cuya convicción no se ha afirmado hasta que poco a poco la realidad de los hechos los ha convencido.
Estos sabios, cuyos nombres son ya suficientemente conocidos, eran hombres de laboratorio, físicos y químicos experimentados, médicos, escritores y magistrados. Reunían
todas las condiciones necesarias para desenmascarar cualquier fraude, aunque estuviese muy bien preparado. Todos los hechos espíritas han sido comprobados y atestiguados por hombres de gran relevancia, cuyos nombres están entre aquellos que la humanidad entera honra y respeta.
Siguiendo el ejemplo de estos hombres ilustres, hoy encontramos en el mundo a muchos millones de espíritas, completamente convencidos de esta realidad, porque la estudian,la sienten y la viven; ya no existen los misterios del Más Allá,con sus infiernos y sus cielos. La verdad ya es, gracias a Dios,sobradamente conocida. El mundo de los espíritus es una
realidad indiscutible, los espíritus participan en nuestra vida,mucho más de lo que podemos imaginar; unos nos influyen y otros nos aconsejan, depende siempre de nuestra actitud.
Aún hay muchos que ignorantemente se burlan y niegan esta realidad. Es triste aceptar que en este siglo aún existan seres tan ignorantes que nieguen algo que desconocen y que nunca han querido molestarse en saber si hay algo de realidad en aquello que tan rotundamente niegan.
Si quieren pruebas yo les recomendaría que leyesen los libros de algunos de los muchos sabios que han investigado todo sobre este tema: William Crookes, Russel Wallace, Moliner, Aksakof, Dale Owen, Robert Hare, Myers, Lombroso, Lodge, Volpi, Ochorowicz.
Por mucho tiempo a los espíritas nos han tachado de ilusos y de locos; a mí hasta hoy aún me llaman “el brujo”. A todos los que traen o propagan una idea nueva, se les trata con desprecio y como locos; y así lo hicieron con Galileo, Giordano Bruno, Galvani, Watt, Palissy y Salomón de Caus.
El camino de los innovadores suele ser áspero y escabroso.Siempre ha sido regado con muchas lágrimas y sangre, han sido despreciados por unos, odiados y perseguidos por otros.
Tenemos el ejemplo de los apóstoles y de los primeros cristianos, de estos grandes ejemplos es como los espíritas han aprendido a soportar con paciencia sus males y los reveses de la vida. El espírita se fortalece con las difíciles pruebas que tiene que pasar, porque tiene la certidumbre de que el Espiritismo es un beneficio, una fuerza y una luz para la humanidad. Cada siglo de la historia, reconoce y rectifica sus errores. Lo que parecía justo y normal en un tiempo, se ve injusto y detestable en otro.
Hoy ya se entiende y se comprende que el Espiritismo es el acontecimiento más importante de los últimos tiempos; es una de las formas más notables de la evolución del pensamiento, el germen de la más importante revelación moral que el mundo haya conocido.
-JOSÉ ANIORTE ALCARÁZ.-
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SER ESPÍRITA 

Hay quien dice que ser Espírita es muy difícil, que es solo para quien ya es santo. Allan Kardec, sin embargo, dijo que el espírita es reconocido por el esfuerzo que hace para su transformación moral y para vencer sus tendencias hacia el mal. Hacer el esfuerzo es bien diferente a ser santo. Aún nos falta un largo camino. Algunos compañeros dicen que están intentando ser espíritas. Estos están en duda y temen asumir la responsabilidad de afirmar: soy espírita. Nuestro desafío por tanto, es buscar ser hoy, mejor que ayer y mañana mejor que hoy. En la naturaleza nada da saltos. Todos nosotros que estamos hoy ligados a la doctrina espírita, ya estuvimos en el catolicismo, en el protestantismo, en el budismo, entre otras religiones. Aunque en esta encarnación fueran pocos los que nacimos en un hogar espírita. Venimos de otros caminos religiosos,pero al encontrar el Espiritismo, descubrimos al Consolador prometido por Jesús, que vino a enseñar todas las cosas y a hacer comprender lo que Cristo había dicho por parábolas. En este puerto seguro, encontramos la fe razonada, la creencia en la inmortalidad del alma, la certeza de oa reencarnación y de la comunicación con los espíritus. Qué bueno que podamos decir que somos espíritas, que estamos buscando vencer nuestras malas inclinaciones. Y el autoconocimiento y la autotransformación que nos tornan hombres y mujeres mejores. Esa postura va a reflejarse en la familia, donde cada uno testimoniará la luz interior, su transformación moral, por eol comportamiento equilibrado y amoroso. En el trabajo, siendo un ejemplo de buen funcionario o de buen patrón. En la sociedad, siendo un buen cristiano, alguien que es recordado por el amor al prójimo y por sus actitudes correctas. Por tanto, somos espíritas 24 horas  al día. No dan para vestir la capa de humildad, de fraternidad, de simiente, cuando estamos en el Centro Espírita. "¡ Espíritas, Amaros !, este es el primer mandamiento; ¡ Instruiros !, es sel segundo". El Espíritu de Verdad nos convida a demostrar quienes somos, por las actitudes de amor, de fraternidad y de caridad. Mirar al otro como a un hermano que debemos aprender a amar, a pesar de los defectos e imperfecciones, que solo por la práctica de las virtudes y de la búsqueda constante de iluminación a través del estudio, es como iremos a liberarnos de ese hombre viejo que aún traemos dentro de nosotros. El desafío no es vencer al otro, ser mejor, más poderoso, es conocernos, domar nuestras imperfecciones y "solo por hoy" nos aproximaremos a nuestro modelo y guía, que es Jesús. Para aquellos que creen que esta postura es difícil, es porque aún no comprendieron que solamente escogiendo la puerta estrecha, se libertarán de las imperfecciones. Es ese el camino para la plenitud y la paz íntima.
 - Claudia Dantas-
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