jueves, 15 de septiembre de 2016

En busca de espiritualidad



       
                                    LIBÉRATE DEL MAL  

La metrópolis se agita. Es viernes, y las personas de todos los rincones de San Pablo se preparan para el fin de semana. El tránsito, habitualmente caótico, se intensifica más aún. 
No obstante, en los corredores y accesos del Hotel Jaraguá, en el centro de la ciudad, se vive otro clima. Los ejecutivos y los turistas que habitualmente son sus huéspedes, han sido sustituidos por una población muy diferente: alegre y jovial como los turistas, pero con el semblante respetuoso de los ejecutivos. 
Esa masa de más de 300 almas encarnadas, busca en el subsuelo del edificio el salón de convenciones. Son los participantes del seminario organizado por el Centro Espírita Dr. Bezerra de Menezes, de Santo André, SP, que en esta ocasión, año 2016, versará sobre el tema Libérate del mal. 
El lugar ha sido preparado con anticipación por innumerabes trabajadores abnegados y anónimos de la Espiritualidad Amistosa, y recibe en una psicosfera de paz, armonía y serenidad, a todos los encarnados, los cuales se acomodan y aguardan con prudente expectativa el comienzo del estudio del Evangelio. Un ejemplar de El Evangelio según el Espiritismo es abierto en el capítulo 12: Amad a vuestros enemigos, basado en las palabras de Jesús, registradas por el evangelista Mateo en el capítulo 5, versículo 20: Habéis aprendido que fue dicho: Amaréis a vuestro prójimo y odiaréis a vuestros enemigos. Yo, sin embargo, os digo: Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian y orad por los que os persiguen y calumnian, a fin de que seáis hijos de vuestro Padre que está en los Cielos y que hace que salga el sol para los buenos y los malos, y que llueva sobre los justos y los injustos. 

Una voz femenina se eleva, y con contenida emoción lee el párrafo elegido: LOS ENEMIGOS DESENCARNADOS: El espírita tiene, además, otros motivos para ser indulgente con sus enemigos. Él sabe, en primer término, que la maldad no es un estado permanente de los hombres; que esta es consecuencia de una imperfección transitoria y que, así como el niño se corrige de sus defectos, el hombre malo reconocerá un día sus errores y se convertirá en bueno... 
Seguida atentamente por la platea silenciosa, la lectura continúa en los ítems 5 y 6. Divaldo invita, entonces, a seis (6) componentes del público para que hagan comentarios sobre el texto evangélico. 
Se suceden en la tribuna el Dr. Sergio Lourenço y después la Sra. Luiza Leontina Andrade Ribeiro de la Federação Espírita do Estado do Mato Grosso, a quien sigue la escritora y conferencista mineira de Juiz de Fora, la Sra. Suely Caldas Schubert y, además, el ex-intendente de Campinas y actual colaborador del Centro Espírita Allan Kardec, el Sr. Lauro Péricles Gonçalves, al que sigue después la Presidente del Spiritist Group of New York-USA, la Sra. Jussara Korngold y, por último, el periodista de la Red Boa Nova y directivo de la Fraternidade Cristo-Redentor, además de presentador del programa Fraternidade, el enfermero Sr. Antonio Carlos Laferreira. Cada uno, a su turno, suministró su interpretación del texto evangélico leído. A pesar de los matices diferentes y lógicos de cada interpretación, la caridad y el perdón fueron los enfoques que caracterizaron a todos los comentarios. 

Divaldo ocupó de nuevo la tribuna, y emocionó a todos con la narración de la historia de Ilse, un caso registrado por el renombrado psicoanalista norteamericano Dr. James Hollis, que ha sido publicado en el libro Los pantanos del alma (editado en Brasil por la Paulus Editora. Título del original: Swamplands of the soul). 
Ilse era una joven polonesa y cristiana que, en el año 1942, mientras hacía 
compras, equivocadamente fue considerada judía y conducida como prisionera al terrible campo de Sobibor, en la propia Polonia. De nada sirvió su reclamo ni la presentación de documentos que demostraban que ella no era judía. 
Cuando llegó al campo de concentración, fue empujada a la fila de selección, desde donde sería enviada a la cámara de gas o a una barraca para prisioneros. 
Adelante de ella había una mujer frágil, acompañada por dos hijas muy pequeñas. Previendo que su destino sería la muerte por el gas intentó, la debilitada madre, dejar con Ilse a ambas niñas, para que pudiesen escapar de una muerte terrible por asfixia. Temerosa de ser involucrada en aquella situación –lo que fatalmente daría como resultado su propia muerte– Ilse empujó con fuerza a las pequeñas, detrás de la señora, que ya se alejaba en dirección al lugar donde la ejecutarían. El guardia nazi, comprendiendo lo que ocurría, así como el intento de la verdadera madre para salvar a sus hijitas, con una actitud cruel y despiadada arrastró a las niñas al lado de su verdadera madre, destinándolas a la muerte. 
Ilse jamás pudo olvidar la mirada que le dirigió la mujer, frágil física y emocionalmente, en aquel momento. Ilse jamás se olvidaría de las lágrimas que brotaban de aquellos ojos apenados, desesperados. 
Algunos años más tarde, finalmente, el campo de concentración fue liberado por los aliados. Ilse estaba entre los sobrevivientes, y más tarde se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica - USA. 
Jamás se había perdonado. Rechazaba el casamiento, pues no se consideraba digna de ser madre ni merecedora de ser amada. 
No había logrado tranquilizar a su conciencia. Peregrinó por diversas religiones, pero en ninguna había conseguido encontrar lo que tanto ansiaba: el perdón de su cobardía moral, que había ocasionado la muerte de una madre y de sus pequeñas hijas. 

Concluida la narración, Divaldo relata que en sus más profundas reflexiones acerca del drama, considera que el sufrimiento de Ilse le hace recordar a todos los enemigos desencarnados (obsesores) que no perdonan las equivocaciones que cometemos en perjuicio de ellos. 
En realidad no son obsesores. Son personas que nosotros arrojamos al abismo del dolor –físico y moral– y que por ser enfermos no nos comprenden ni nos perdonan. 
Mientras tanto, ¿con qué recursos podemos combatir la obsesión? 
A partir de que en El Libro de los Médiums, en cuyo capítulo 23 -De la Obsesión- son presentados los diversos tipos de obsesiones, así como sus causas y los medios para combatirlas, Divaldo deja en claro que la forma más eficaz de neutralizar la obsesión es la aplicación del amor, la oración, la paciencia y la misericordia para con aquellos que no nos han perdonado. 
A modo de coronación de esa noche de bendiciones, Divaldo traslada las recomendaciones de El Libro de los Médiums a la práctica y narra el caso de la persecución que él mismo padeció durante 40 años, de parte de un espíritu, al cual Divaldo identificaba como el Máscara de Hierro, que finalmente lo perdonó por las acciones del pasado, cuando Divaldo tomó en sus brazos a una recién nacida, abandonada en las puertas de la Mansión y comenzó a dedicarle absoluta atención, cariño y amor. 
Emocionado, el espíritu que lo había perseguido durante todos aquellos años, apoyó gentilmente la mano en su hombro y le dijo: -Divaldo, hasta ahora no me habías convencido. Me derrotaste por la paciencia. No obstante, hoy ya no tengo más motivo para odiarte: esa criatura que llevas con tanto cariño entre tus brazos, abriga el espíritu de mi madre que retorna al ámbito físico. 
Para concluir con la tarea de esa noche, Divaldo manifiesta: Todos nosotros nos equivocamos, excepto Jesús. El mal es una experiencia que trajo un resultado perturbador. El mal –filosóficamente– no existe: es el bien que perdió el uso de la razón, y nos enseña a no volver a proceder de tal modo. 
Por esa razón, estamos todos invitados al autoanálisis, para identificar nuestras faltas. La liberación del mal comienza con el tratamiento de los complejos de culpa que insistimos en cargar con nosotros. 

DIVALDO FRANCO, noche del día 19/02/2016. 
Texto: Djair de Souza Rib

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   EL PODER DEL EJEMPLO 

Las personas que gustan de la literatura, por cierto han leído las obras extraordinarias de Leon Tolstoi, el gran escritor ruso de Guerra y Paz y Anna Karenina, quedando profundamente impresionadas por su belleza mágica. 

El notorio escritor, mientras tanto, escribió muchas más obras, que lo destacaron a la condición de uno de los más importantes de su país y, por extensión, del mundo. 
No obstante, el libro por el cual alcanzó mayor consideración es El Reino de Dios está en vosotros. 
Se trata de una obra creada con posterioridad a su conversión al cristianismo enseñado y vivido por Jesús. Después de meditar durante largo tiempo acerca de la doctrina cristiana ortodoxa, a la cual se había vinculado porque no concordaba con la opresión que ejercía sobre el pueblo sufrido de Rusia, por el lujo y el apoyo al poder, el zar Nicolás II, leyó -en griego- los originales del Evangelio y encontró a Jesús, Aquel que realmente había modificado la ética de la humanidad en el sentido del amor sin límites. 
Renunció a su posición en la nobleza, a la condición de conde, y comenzó a cultivar sus propias tierras, junto con los humildes y hambrientos trabajadores, además de vivir de una manera semejante. 
Redactó una extensa carta al zar, en la que se manifestaba contrario a la pena de muerte y a las injusticias que practicaban las fuerzas armadas de su ejército y de la policía, vaticinando que si él persistía en la crueldad contra las masas, no escaparía de la Ley divina. Más tarde, su previsión se hizo realidad durante la revolución de 1917, que lo expulsó del poder, lo envió al exilio y lo fusiló, al igual que a la familia real. 
Ocasionó un tremendo escándalo su devoción a Jesús en la simplicidad del evangelio, y fue responsable del cambio de comportamiento para mejor de numerosas criaturas. 
Estimuló a Gandhi con el envío del libro, y este comenzó la notable campaña de la no violencia que, a su vez, influyó sobre Martin Luther King Jr. para la liberación de su pueblo. El ejemplo, más que las palabras, es lo que vale. 
En estos días tumultuosos, si deseamos cambiar el mundo, cambiemos nuestra conducta, especialmente quienes nos decimos cristianos. 

DIVALDO PEREIRA FRANCO. - Profesor, médium y conferenciante

Artículo publicado en el periódico A Tarde, columna Opinión, el 25-02-2016.

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               PACIFICACIÓN INTERNA
Tengamos cuidado,de preservar nuestra vida interior,para que el torbellino,que se agita en el exterior,no consiga perturbar la paz que cada uno debe mantener por dentro.
Caminar con Dios significa una perfecta identificación entre la criatura humana y su Creador.
Alcanzarla,es el fin que todos nos debemos imponer,por medio de la oración,de la reflexión,a través de la acción ennoblecedora,para que sea posible una plena identificación entre los postulados divinos en que nos detenemos.
Destinados a la luz,deambulamos por los caminos difíciles,a través de cuyas experiencias nos acercamos a la Fuente de Energía superior.Interrupciones,problemas,accidentes de variados ordenes,no pueden impedir que la llama divina brille cada vez más en nuestro íntimo.
Por ésto,es necesario realizar el trabajo de profundidad interior,a fin de que la turbulencia,la infelicidad,que a todos envuelven por el desequilibrio o por la insensatez,no alcancen la casa mental de los que pretenden construir el nuevo mundo de la fe.
Las tareas que nos imponemos en el capítulo de la cirugía espiritual,junto a los que despiertan con pánico en el mundo de la vida perfecta,es la terapéutica en beneficio de nosotros mismos,a través de cuya contribución podemos prever a lo que cada uno le está reservado en le plano de las reflexiones superiores o en la dimensión de las perturbaciones a las que nos releguemos.
Orientándose por esa empresa superior,el discípulo del Evangelio no se puede perturbar en ninguna circunstancia.
De ese modo,junto a la fervorosa disposición de ofrecer mas amplios y valiosos recursos para el bien,es imperioso que consigamos la construcción personal de la propia paz,en el amplio campo de servicio en que nos encontramos,mediante la claridad interior e imperturbable que consigamos.


INTERCAMBIO MEDIÚMNICO
      
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RELATO DEL MEDIUM DIVALDO FRANCO 

Divaldo cuenta que desde los 4 años tenía la mediumnidad aflorada.Veía otros niños,que jugaban con él,algunos eran Espíritus luminosos y otros,de rostros asustadores,le daban miedo.Los diferenciaba como "buenos o malos" pero no sabía quienes eran o que significaban.Todo le resultaba normal,pasó a asustarse cuendo creyó que esos rostros feos eran demonios,como enseñaba la iglesia católica.A medida que crecía.entendía que todos esos eran Espíritus de personas que vivieron en la tierra.Aprendió que nadie muere.La vida continúa incansablemente.Descubrió que el buen proceder crea buena protección,así como el poder de la oración y la Doctrina.Cada uno es autor de su destino,comprendió la necesidad de la vida interior y de la reflexión. 
Muchos de esos Espíritus que lo visitaban se convirtieron en grandes amigos. 
En 1944 asistió por primera vez a una sesión espiritista en Feira de Santana,Bahía Brasil,llevado,por una prima que lo introdujo en la doctrina.Allí escuchó por primera vez la lectura de "El Evangelio según el Espiritismo",cayó en trance y recibió el mensaje de su hermano José,recién desencarnado.A partir de ese momento se dedicó al Espiritismo. 
Cuenta que desde 1948 conoció a Chico Xavier en la ciudad de Pedro Leopoldo,donde vivía Chico,luego conoció a la médium Ivonne do Amaral Pereira,en Belo horizonte.Se hicieron muy amigos. 
En 1962 conoció a Zilda Gamma,en Rio de Janeiro.Con todos mantuvo hermosa correspondencia.Aprendió con ellos la fidelidad doctrinaria. 

Con el Espíritu de Juana de Angeelis aprende a conocerse.Ella fue la ruta en el camino mediúmnico.Su presencia amiga es un confort.Suave y rigurosa,disciplinada y gentil ha sido su guía durante muchos años. 
La psicografía fue una gran felicidad para él,especialmente cuando algunos desencarnados,a través suyo,pudieron traer mensajes de esperanza a los familiares que quedaron en la tierra.También,cuando terminó su primera novela mediúmnica,dictada por el Espíritu Victor Hugo,llamada "Parias en Redención".Luego le dictó otras obras,así como obviamente,otros Espíritus que conocemos.Entre ellos,Manoel Philomeno de Miranda.Cuando le dictó el libro "Entre Bastidores de la Obsesión",lo condujo al mundo de las sombras,donde entidades perversas realizaban espectáculos dantescos,técnicas de obsesión colectiva,etc. Fue una gran experiencia,aunque muy dolorosa pero aprendió mas sobre ese mundo de sombras,increíblemente real. 
A pesar de su edad,hace planes para el futuro.Dice:"Quien no sueña perdió contacto con la vida y la Belleza". 
Lo que mas le gustaría hacer sería ampliar la capacidad de socorro en su Comunidad para los sufrientes que se multiplican cada día.La casa es un verdadero centro de educación de amor,en los moldes de "la casa del camino",como lo hicieran Simón Pedro y los discípulos. 
Dice que quisiera psicografiar aún mas novelas,especialmente de Manoel Philomeno de Miranda porque nos trae mucha información del mundo espiritual,que nos enriquece. 
Divaldo se deja conducir,por la voluntad de Dios,Padre amoroso y bueno y sigue trabajando incansablemente. 
CONCIENCIA Y MEDIUMNIDAD.

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           En busca de espiritualidad 

¿Cuántos hombres y mujeres implicados hoy en día en sociedades relativas a las necesidades económicas, sociales, políticas y asociativas, no se han detenido un momento para preguntarse acerca del sentido de sus acciones? ¿Cuántos individuos perdidos en los meandros de las dificultades familiares y sociales buscan una escapatoria como respuesta a un sufrimiento moral? 
Los paraísos artificiales, como la droga, se convierten entonces para algunos en la herramienta de esa huida, el relevo con ellos mismos para acceder a una hipotética felicidad tan efímera, que arrebata la razón, haciendo así que el suicidio se vuelva ineludible. Otros tratan de conseguir respuestas en la práctica religiosa, para rebuscar el amor de la divinidad y encontrar fuerzas para vivir en la esperanza de alcanzar después de la muerte la recompensa de un paraíso esperado. 
La búsqueda de espiritualidad está pues estrechamente ligada a la necesidad de lo absoluto, a la necesidad de consuelo y de afecto. Es también una búsqueda intelectual y filosófica para encontrar respuestas al sentido de la historia de la humanidad y de su devenir. Esa gestión responde igualmente a una necesidad de transformación de la sociedad en pro de un mejor ser y de una mayor justicia. Sin embargo, con demasiada frecuencia, esa misma sociedad invita al ciudadano a complacerse en un individualismo devastador. Además del hecho del materialismo ambiental, la búsqueda de espiritualidad se transpone en una demanda personal dentro de ciertos círculos esotéricos que utilizan esos desesperos en forma mercantil. 
La religión ya no responde verdaderamente a esperanzas relacionadas con el destino de las almas; también se ha vuelto un escape a la desdicha humana, proponiéndose a veces como coartada a la venganza y ello, cualquiera sea el tipo de confesión. Es preciso pues volver a las fuentes del cuestionamiento humano y espiritual, a saber: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? Allí, el enfoque del espiritismo es una abertura hacia lo que prolonga más allá de la muerte la filosofía del pensamiento sobreviviente y el sentimiento que perdura. 

Jean-Paul Sartre escribió en Las Moscas: “La vida humana comienza al otro lado de la desesperación”. Se refería quizás a la capacidad de nuestro espíritu humano para sobreponerse a la desesperación mediante la afirmación individual y canalizar nuestra inquietud en proyectos creadores que definen nuestro ser. Esta cita puede revelarnos igualmente otra capacidad de nuestros espíritus: la posibilidad de descubrir una alegría, una armonía, una paz que superen nuestros sufrimientos. Blaise Pascal dijo: “En el corazón de cada hombre hay un vacío que tiene la forma de Dios y que no puede ser compensado por ninguna cosa creada, sino solamente por Dios el creador, que se dio a conocer por Jesús”. Expresaba fundamentalmente la idea de que, aunque nuestras necesidades físicas y materiales estén satisfechas, siempre habrá un vacío en el fondo de nosotros. 

Dios creó al hombre para que pudiera mantener una relación espiritual con Él. No es pues un Dios inaccesible, hay una fuerza inconmensurable que está presente en la existencia. Algunos la perciben en la contemplación de la naturaleza, otros la palpan de corazón, desafiándola con peligro de sus vidas, otros, en fin, simplemente le rezan. La relación con el mundo de los espíritus es pues un trazo de unión con esa sensación de que nada se detiene al momento de la muerte y de que todo continua en una búsqueda sin fin de una felicidad, no para esperarla sino para construirla impulsándose en los universos sin límites donde se codean otros planetas así como formas de vida extra terrenales. El camino de la evolución es una ruta educativa y amorosa que vuelve a todas las almas perfectibles a la luz del conocimiento y del saber. El espiritismo es una propuesta para ese encuentro. 

Extracto de artículo del “Le journal Spirite” 
Igor Manouchian

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