miércoles, 28 de septiembre de 2016

EL ÉXITO VERDADERO


                       
       
                                  PERDONAR Y OLVIDAR
Sublime precepto evangélico. Jesús lo dijo: “debéis perdonar setenta veces siete veces. Debéis perdonar a los amigos y a los enemigos, porque si solo perdonáis a los amigos, ¿qué mérito tendréis?”
          Sublime y terrible precepto: sublime, porque en el perdón van implícitos los más hermosos valores del alma humana, la paciencia, la comprensión, la tolerancia, la empatía… y terrible, porque es lo más difícil de cumplir, ya que no se trata de perdonar esas pequeñas acciones que nos perturban y que hieren más nuestro orgullo que nuestro corazón. Lo verdaderamente difícil es imponerse a las tendencias materiales cuando te enfrentas a un enemigo que aparece en tu vida, causando una herida tan profunda en el alma que tarda mucho en cicatrizar; y que, tal vez, no cicatriza nunca. Esa herida despierta en nosotros sentimientos de ira, rencor o revancha, sumiendo al espíritu en un abismo de sombras.
          Es duro reconocer que yo estuve sumida en ese abismo durante mucho tiempo: yo tenía un enemigo; él cambió el curso de mi existencia; él fue el culpable de que yo creciera sin el amparo de mi padre, porque él me lo quitó; a cada dolor, a cada contratiempo, me repetía lo mismo: “si estuviera mi padre, esto no sucedería”. ¿Cómo perdonar? ¿Cómo poder olvidar? Mi madre, como ángel tutelar en la tierra, me aconsejaba; me recordaba lo que para mi padre consistía el acto más sublime: el perdón y el ejemplo que nos dio perdonando a sus verdugos. Sí, mi ángel en la Tierra, porque a mi otro Ángel no podía escucharle; había perdido toda sintonía con él.
          Sin embargo, ese Ángel que vela por nosotros y que siempre nos acompaña no me abandonó, porque hizo despertar en mí una lucha entre lo que me habían enseñado (mi deber como buena cristiana), y los sentimientos negativos que me inspiraban el recuerdo y la presencia de mi enemigo. Ni siquiera la oración era capaz de mitigar esa sensación de vacío que sentía dentro de mí. No podía ser de otro modo: ¿Cómo van las oraciones a traspasar el espacio y llegar a Dios, cuando estas van condicionadas? Yo oraba por todas las almas encarnadas y desencarnadas, menos por una, que siempre rechazaba. Oraciones nulas.
          Pero Dios, siempre misericordioso, me dio quizá la última oportunidad en este mundo para reflexionar, y lo hizo poniendo ante mí las tremendas imágenes de la agonía de mi enemigo; por primera vez en mi vida sentí pena por aquel pobre ser a cuyo espíritu no dejaban partir, e instintivamente rogué a Dios para que le liberara de las cadenas del cuerpo… Misericordia divina: aquel sentimiento de conmiseración fue una liberación para mí; comprendí que quizá todo era un proyecto en común; o que tal vez había sido él el instrumento del que se había servido el Señor para templar mi espíritu en la prueba más difícil: el perdón.
          Y perdoné; y le pedí perdón por no haberle perdonado antes; y cuando rezo, lo hago por todos sin excepción.
          Perdonar y olvidar. No hay verdadero perdón si no se olvida. Sin embargo, enfrentarse a nuestros propios demonios y lograr que los recuerdos no nos hagan daño, y ver los acontecimientos pasados como instrumentos de redención, liberan al espíritu de sombras, facilitando la evolución.
          Poder perdonar mirando cara a cara al enemigo; borrar toda animadversión; oír hablar de él sin inquietud; hablar de quien durante tanto tiempo te inquietó sin que duela o perturbe tu alma; rogar a Dios en su favor con el sincero deseo de que su espíritu encuentre la luz de su regeneración, afirma en nosotros la sinceridad del perdón.
          Solo resta dar gracias al Señor de Misericordia por haber perdido un enemigo y haber ganado un hermano.

Maria Luisa Escrich
(Guardamar, julio de 2016)
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Ser culpable es fácil, perdonar es difícil es por eso que nos cuesta tanto trabajo perdonar, no obstante tenemos como ayuda la oración y pedir la ayuda de Dios y recordar en todo lo que Dios también te ha perdonado a ti. 

Pero no debemos tomar la justicia por nuestra propia mano, con venganza, desquite o represalias.


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        COMUNICACIÓN ESPIRITUAL... 

Querida familia: la Paz de Nuestro Padre sea para vosotros todos y que el bienestar espiritual sea eterno.Yo soy, sí, ese que tienes en tu pensamiento y que tanto os quiere a todos. Yo soy como una avecilla inquieta que va de un lado para otro, puesto que vuestro pensamiento me llega en todo momento; si no de unos, de otros. Yo quisiera, querida tía Juani, decirte muchas cosas, pero mi dificultad es grande porque no puedo hacerte penetrar mis pensamientos como yo quisiera. Os agradezco mucho todos vuestros pensamientos para conmigo; pero no me lloréis, por favor. Di esto a todos los míos, pues no pueden imaginarse lo que con ello me hacen sufrir. Yo estoy lleno de gozo, creedme, porque a este Mundo no se viene a sufrir si el alma ha pasado poruna etapa de sufrimientos como la que yo he tenido.Querida tía, di a mi familia que todos me recuerden con la alegría de saber que no he muerto; que me tienen cerca y que, cada vez que derraman lágrimas por mí,estas se me clavan en mi alma y me hacen sufrir mucho. Que yo solo quiero que tengan resignación y paciencia, pues mi ausencia no es para siempre.La Vida terrenal es corta y llegará el día en que todos nos reunamos en este Mundo de Verdad. Quiero pedirles, eso sí, que mientras llega ese momento gozoso,que procuren, en mi recuerdo, ser humildes de Alma y no sentir rencores por nadie,pues esto repercute en sufrimientos venideros. Yo queridos míos, no he sentido rencor por nadie, ni siquiera cuando me han hecho cosas que yo he creído graves.Ahora lo veo bien y quisiera, amados de mi alma, que a vosotros os ocurriera igual,porque eso es lo que pulimenta el alma. Además, coged las palabras del Evangelio de Jesús que son las que abren la luz de la inteligencia, “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO” y llevando a cabo lo que Él nos enseñó,seremos dignos de entrar en el Reino de Dios.No sintáis pena por mí, os lo repetiré una y mil veces; vedme con los ojos del alma en esos niños que Dios me concedió y que he tenido que privar de mi presencia física, pues mi alma jamás los abandonará. Cuidadles y aconsejadles siempre, que elijan el camino recto para que nunca tengan que arrepentirse de sus actos,haciéndoles ver que la Vida no se acaba cuando la materia se descompone. Quiero que esto se lo repitáis cuando ellos os comprendan mejor, ya que aún son pequeños;
Pero ya puede, poquito a poco, ir recibiendo lecciones sobre la Vida Espiritual.A mi querida esposa, decidle que no se atormente, que yo vivo y la esperaré siempre; pero que procure consolarse, porque de lo contrario, les puede causar un mal a sus hijos, pues ahora la tienen a ella y no debe dar lugar a enfermar y, de esta manera, no tendrán su amparo.

Queridos padres míos, que no sienta yo en mi alma vuestro pesar; me duele mucho que vosotros os desesperéis conociendo la obra que nos da la esperanza de que no morimos. Quisiera que supierais lo muy agradecido que estoy porque sé que en vosotros he encontrado en la Tierra un Amor sincero y por este Amor que me tenéis, os pido que no me hagáis sufrir con vuestra desesperación, porque ahora solo puede hacerme sufrir vuestro sufrimiento. Dios Nuestro Amadísimo Padre, ha tenido a bien darme la luz necesaria para que yo camine por el Mundo Espiritual sin perderme, ni hundirme en el lodo. Por eso no me lloréis, os lo pido nuevamente, pues tengo los ojos del Alma muy abiertos ahora y, por muy lejos que me halle, puedo ver vuestros pensamientos. Éstos me hacen sonreír unas veces, al sentir vuestro Amor y otras, me hacen sufrir, y a que cuando se está encerrado en la materia, ¡todo es tan diferente! Pero creedme, mi familia, desde aquí nada de lo terrenal tiene valor alguno.Me dicen que he cumplido bien y me han dado un bienestar grande, pero solo deseo que mi bienestar me venga por ahora, de vosotros. Os pido que perdonéis todos los agravios que os hayan hecho, pues perdonar a los que nos han ofendido es lo que más nos limpia el alma; es el jabón espiritual y, si una persona no se limpia, no puede entra en el Reino de Dios. Perdonad, devolved bien por mal, que nosotros no somos quien para juzgar motivaciones ajenas. Ya sabéis que Jesús nos enseñó con toda su alma a perdonar, y ahora que se conmemora el aniversario de Su Pasión y Muerte, no seamos desagradecidos y comprendamos Su gran sacrificio.A todos os amo mucho. Decid a mis hermanos que a todos los tengo presente y que, en recuerdo de éste que les precedió en su nacimiento y en su desencarnación, procuren siempre comportarse bien, y así podrán ir escalando, poco a poco estos caminos de luz donde no existen el dolor ni la envidia y que siempre, siempre hay Vida, CON MAYÚSCULAS.Siempre seré vuestro hijo, eso no debéis dudarlo nunca, porque así es como me siento, y además muy feliz de haberlo sido en esta etapa de mi Vida.Mi Amor para todos y que nunca le falléis al Padre, porque Él sí que no os fallará nunca jamás.Adiós. 
Rafael Martínez.- Espíritu -
Comunicación recibida psicográficamente a través de la médium Juanita, tía del comunicante, el día15-04-84 (Domingo de Ramos) 
Hermano Bras (Alborada Espírita)

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*El Espiritismo es la lámpara que alumbra al Mundo, y el Evangelio es el combustible que la alimenta*

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  COLAVIDA, EL "KARDEC ESPAÑOL "


Nacido quince años después de Allan Kardec, José María Fernandez Colavida, perdió los bienes, la familia, pero encontró el consuelo en El Libro de los Espíritus, siendo capitán de la Marina. Vino a ser uno de los mayores divulgadores del Espiritismo en España-

 Eduardo Carvalho Monteiro


José María Fernandez Colavida, nació el día 19 de marzo de 1819, en Tortosa, en la provincia de Tarragona. Hijo de padres afortunados, recibió en sus primeros años, instrucción de la más significativa para su época. Su padre, D.Pío, secretario del gobierno militar y político de Tortosa, con la muerte del rey Fernando VII, sufrió muchas persecuciones de aquellos que envidiaban su suerte, llegando a ser destituido del cargo y exilado.
   Estas  persecuciones se  extendieron a toda la familia, particularmente a José María Fernandez, por ser el primogénito de los ocho hijos de D.Pío. Eso le obligó a abandonar el seno paterno y su país, antes de los 16 años, y a prestar sus servicios voluntarios en el Ejército. El 1º de noviembre de 1835 se incorporó en la 6ª Compañía 1º Batallón de Tortosa bajo las órdenes del Comandante Louis Llagostera. Colavida fue hecho prisionero en Morella, después de una heróica defensa de este lugar como Teniente Coronel. Fue posteriormente trasportado a Cádiz con otros prisioneros de guerra, tomando conocimiento durante el trayecto, de la ejecución de su padre, fusilado el 15 de julio de 1835.
Todas esas tristezas, sin duda, influyeron en el alma de Fernandez, haciendo que él trabajase, más tarde, por la paz, mucho más de lo que lo hizo en la guerra.
La lucha termina u él recobra la libertad el 25 de septiembre de 1841, volviendo a Barcelona, donde resolvió terminar sus estudios de notario. Colavida no ejerció la profesión, pero quedó a la cabeza del reparto de aquel trabajo.
Su iniciación en el estudio del Espiritismo, tuvo lugar en un viaje que hizo a Madrid, cuando leyó El Libro de los Espíritus, cedido por el Capitán de la Marina Mercante Ramón Lagier y Pomares.
Fernandez Colavida que siempre se distinguió por su caridad extrema, fue uno de los más entusiastas fundadores de la Sociedad Amigos de los Pobres, defendiendo los intereses de esta sociedad, la cual presidió, ganando muchos enemigos.
  En el momento del apogeo de la última guerra carlista, él luchó empeñando todos sus esfuerzos por conseguir la paz, con su genio y sus eminentes sacrificios. Colavida reunió, para hacer llegar a las manos armadas de ls carlistas, millares de proclamaciones por la paz. Tuvo la felicidad de ver su empresa coronada por la suerte y rechazó todas las recompensas, incluso cuando le fue ofrecido el ascenso a Coronel.

Apóstol del  Espiritismo

Por los grandes emprendimientos que lideró en su trayectoria de divulgador y practicante del Espiritismo, poro sus renuncias y dedicación a los más necesitados, Colavida, uno de los apóstoles del Espiritismo en España, fue considerado el "Kardec español". Su fortuna y la de su familia fueron reducidas por los azares de la guerra civil y todo lo que ganaba por su trabajo lo donaba a los miserables o lo consagraba a la propaganda espírita, ya que perdió al padre, como se ha dicho, y  también a la madre, en muerte violenta. Pero su carácter era por todos reconocido, debido a su humildad y modestia.
El Congreso Espírita de 1888 se reunió en Barcelona, ocasión en la que Colavida fue aclamado con entusiasmo, presidente honorario, en justa recompensa por sus méritos.

Emprendimentos de Colavida
Aconsejado por los espíritus, comenzó la traducci´n y la publicación de las obras fundamentales del Espiritismo. Pero no contentándose solo con estas publicaciones, funda el primer Centro de Estudios Espíritas en Barcelona y la Sociedad Barcelonesa Propagandista del Espiritismo, que él sustentó del mismo modo que la Revista Espírita- Journal de Estudios Psicologicos, de Allan Kardec. El primer número apareció en mayo de 1869.
  
Colavida era el alma del periódico y de la Sociedad que en 1875 ya había publicado las obras fundamentales de la Doctrina, los resúmenes de Allan Kardec, además de La Verdadera Doctrina Espírita, Armonía de la Ley y la Razón. El Espiritismo en la Bíblia, Armonía Universal, dos ediciones de Colección de Oraciones, Melodía para el Espíritu de Isem. Celeste y Ensayos de un Cuadro Sinóptico para la Unidad Religiosa del Espíritu Romano Leila. Todo eso hizo de Fernandez Colavida el más importante divulgador del Espiritismo en la España de su época.
Propagación del Espiritismo
Durante el periodo de treinta años, se dedicó asiduamente al estudio y la propagación del Espiritismo. Los estudios profundos en los libros de Allan Kardec y de la Revista Espírita, y las observacines directas de ls espíritus en las sesiones de ls Centroos que fundó y dirigió, le dieron un gran conocimiento de la ciencia espírita, haciéndose consejero de los hermanos más experimentados.
Reunió numerosa y extensa correspondencia, liada en volúmenes de enseñanzas. También uno de sus más importantes trabajos fueron los estudios sobre magnetismo, subordinados a las observaciones y a los fines propuestos por el Espiritismo. Fue un gran magnetizador y desenvolvió a un gran número de médiums sonámbulos. Realizó notables esperiencias y obtuvo prdigiosos resultados en sonambulismo lúcido, aplicado al Espiritismo. Se apoyaba en su esposa, Ana Campos, médium de excepcionales dotes, fallecida el 5 de mayo de 1882, y con la que estuvo casado durante 16 años.
Tal vea, por su amor excesivo a la ciencia, abusó insensiblemente de sus poderosas facultades, usando su energía vital y minando sus fuerzas en la última dolencia. Fernandez Colavida también editó: Leila o las Pruebas de un Espírita (2ª parte). Catecismo Espírita de Joseph Henri Turk. Lecciones de Espiritismo para los niños. El Espiritismo y la Moral, Oscuridad y Luces, de Navarro Murillo. Contra los Cursos de Tarot, del mismo autor; El romance oído y ejecutado al piano por los médiums sonámbulos, señoritas Avelina Colom y Pilar Rafecas Cassy, inspiradas por el espíritu protector del grupo. La Paz y por último la obra de Gabriel Delanne, El Espiritismo ante la ciencia, traducido del francés por D. Juan Juste.
A pesar de las grandes pérdidas, él no quiso dejar su sueño de hacer nuevas publicaciones espíritas, cuando la muerte vino a sorprenderlo. Uno de sus deseos, el último y mayor, fue el de ver continuar su obra de propaganda y principalmente, su querida revista.
Desencarnó en Barcelona el 29 de abril de 1909.

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           EL MAESTRO Y EL ALUMNO

Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo. 
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo: 
- "Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora." 
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. 
El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó 
- "¿Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?" 
El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta. 
- "Por supuesto que no." -contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho. 
- "Bueno, prosiguió el profesor-, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar." 
- "No entiendo a qué se refiere." -dijo el alumno confundido. 
- "Muy sencillo, -replicó el profesor-, tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad. 
- "Muchacho, -concluyó el profesor en tono gentil-, tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío." 
Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.

( Aportación de Juan Cárlos Mariani)

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              EL ÉXITO VERDADERO 

Hasta tanto no apliquemos el verdadero concepto de educación, que se estructura en mente-cuerpo-espíritu, haríamos bien en tener en cuenta nuestra parte trascendental, convivencial, nuestro ser íntimo que late y se irradia más allá del ropaje celular que nos cubre momentáneamente para nuestra singladura por el mundo de las formas. 

Todos buscamos la felicidad, solo que, con frecuencia, lo hacemos por los senderos menos acertados, donde, quizá, materialmente, saquemos algún provecho temporal pero, a menudo también, hacemos que nuestra alma se quede "anestesiada"... Pesadamente comprometida ante las leyes superiores de orden y equilibrio que rigen el Universo. 

Pese a que, aparentemente, hemos alcanzado un nivel de conciencia menos primitivista y estamos rodeados de un evidente adelanto tecnológico y de recursos, aún no nos hemos liberado del "hombre viejo" caprichoso y egoísta que tanto nos hizo caer en pasadas existencias. Aún, la sutil seducción del halago nos ronda el alma y, (la efímera y llena de trampas) melodía del poder y el "bienestar", en su acepción más materialista, nos atrae poderosamente... Y es así como por conseguir una serie de cosas o metas que creemos irresistibles y/o imprescindibles, nos empeñamos incluso moralmente, por conseguirlas, aunque con el paso del tiempo (y el tiempo nos coloca exacta y puntualmente ante aquello que hemos obviado o que aún no hemos hecho bien) toda conquista externa no nos bastará para llenarnos por dentro. Sólo las conquistas morales nos enriquecen y nos cubre de verdadera plenitud. 

Eduquémonos en la libertad y honestidad, y eduquemos a nuestros hijos no para el espejismo del poder, sino para la verdadera felicidad, la que nace del equilibrio, la fe y la auto aceptación que nos salva de caer en las redes de la insatisfacción y el abuso. 

Si realizamos una rápida visión del panorama social y cultural que nos rodea, nos vemos forzados a reconocer que cada vez es más difícil ser uno mismo sin perder identidad frente a los numerosos "bastones psicológicos" que, jóvenes y no tan jóvenes necesitan para sentirse realizados ante la avalancha que nos "vende" el sector más utilitarista de la llamada "sociedad de consumo"... La verdad es que nada nos impide el adquirir tal o cual cosa que, simplemente, nos apetezca tener y disfrutar; distinto es que por no obtenerla, nos sintamos inferiorizados o desconsiderados... Lo cierto es que el exhibir cierta marca de ropa o jactarnos de la casa en que vivimos, no habla, precisamente, de personalidad brillante ni de fortaleza interior. 

Ni el "estatus" (académico, social, económico), por brillante que sea, ni las adquisiciones materiales por atractivas que sean, harán el trabajo principal para el cual nos comprometimos antes de encarnar: mejorar la "calidad" de nuestra alma en las luchas contra la ambición, el orgullo y las pasiones menos trabajadas. Si dejamos esto por otras cosas, lamentaremos los amargos dardos internos de las oportunidades perdidas. 

Tendemos (por atavismos milenarios) a inclinarnos por aquello que, justamente, tiene fecha de caducidad: el cuerpo y los bienes terrenales... Justo lo que se extinguirá un día, no importa los años que hayamos invertido en ello. Y, por el contrario, tendemos a dejar a un lado con increíble facilidad, justo aquello que hemos venido a "pulir": nuestro propio espíritu, nuestro YO real. 

Los Mentores de luz y amor no se cansan de advertirnos con paciencia y sabiduría ejemplar, propias de las almas elevadas, que intentemos vivir lo mejor posible (dentro de los límites que imponen el respeto a los demás y el equilibrio de las cosas) pero que no olvidemos nuestro ser interior, nuestro alma, pues es por ello, para elevarla, que una nueva encarnación en la escuela de la vida material se programó con el beneplácito de lo Alto... Cuando pasemos al "otro lado", la verdadera realidad de la vida, al mundo de las causas que envuelve el nuestro, (de donde todo proviene, incluidas las matrices originales de la vida) se nos preguntará que hemos hecho para vencer nuestras malas inclinaciones; se nos preguntará si aprovechamos los recursos que fueron colocados en nuestro camino para instruirnos, para donar a los menos favorecidos, etc... Entonces, como tantas otras veces, una serie de imágenes desfilarán ante nuestros paneles mentales, y seremos testigos de los éxitos y los fracasos y, con frecuencia, dada nuestra torpe e inmadura elevación espiritual y mental, también muchos seremos perplejos y desnudos observadores de las variadas oportunidades de crecimiento interior que fueron desperdiciadas, de una manera abierta o engañándonos ingenuamente para sentirnos más disculpados... 

La búsqueda del éxito (cuando se presenta de una manera desordenada, obsesiva), en ocasiones, puede ser una "fuga" más como el alcohol, el sexo desmedido o las drogas, aspectos que no atienden a las necesidades reales, aquellas que predominan en la naturaleza humana y tienen transcendencia, en razón de su origen, del ser espiritual que somos. 

El verdadero significado de la dicha, de la paz y la conquista, se establece, no en lo que poseamos, sino en la liberación de las que nos angustian y de los miedos que nos aturden. 

No dejemos pasar las invitaciones de la vida, que a todos acude y, que se expresa de mil maneras distintas, para instruirnos y crecer en la práctica de la solidaridad de las almas (una de las propuestas espíritas), la práctica del bien, la auto-vigilancia de nuestros instintos menos felices, etc... Así, cuando atravesemos los portales de la vida física y nos transfiramos a los parajes espirituales, no lamentaremos con nostalgia y pesar todas las veces que no fuimos justos y humildes, dejándonos llevar por la (sutil pero eficiente) trampa de las sombras que, conocedoras de nuestras debilidades, operan eficientemente para apartarnos lo más que pueden de los operarios de la luz mayor, que respetando nuestro libre albedrío, nos dejan actuar como buenos servidores de Jesús o como ingratos personajes que todo nos creíamos merecer. 

Sacudamos nuestra conciencia y asumamos la gran responsabilidad que nos brindan. Mucho le es pedido al que mucho se le ha dado... 

No dejemos que la vanidad y los intereses personales nos desvíen de esa misión que nos trajo al mundo, en una coyuntura social y política tan complicada como la que atraviesa nuestro planeta. De alguna u otra manera todos hemos contribuido (en existencias pretéritas) a que los fantasmas de la violencia, el hambre y la ira se extiendan por los territorios del hombre de este siglo XXI que, apenas, estrenamos... ¿cuál será nuestro papel en esta nueva reencarnación? ¿Cómo contribuiremos a anular todos esos abusos que practicamos y/o el bien que pudimos hacer y no hicimos? Los espíritas tenemos la brújula más segura. ¿Empezamos? En estos tormentosos días, se torna tan urgente como inaplazable un esfuerzo generalizado a fin de restaurar los valores éticos-morales, culturales y espirituales de la Humanidad, que vienen sufriendo contundentes combates de exterminio. 

El hombre de la tecnología y de la biónica, de la cibernética y de la ingeniería genética, ensoberbecido por las conquistas de la inteligencia, resbala, lamentablemente, en los tormentos psicológicos característicos de la pérdida de la dirección de si mismo y de los objetivos esenciales de la vida. 

Fascinado por las conquistas exteriores, no se da cuenta de los perjuicios internos que lo consumen, por falta de estructura emocional para soportar las presiones derivadas de los factores degenerativos por él mismo generados. 
En estos días, hay glorias del intelecto y observaciones del sentimiento, aguardando orientación. 

El Espiritismo llega en el justo momento, para invitarte a una revisión de conceptos, así como a una profundización consciente y seria de la realidad de si mismo, en la condición de ser inmortal que eres, al contrario de apenas factótum orgánico que rumba sin destino, perdido en la propia incuria. 

Un miembro de la Federación Espírita Española

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