sábado, 10 de junio de 2023

¿ Somos invisibles ?

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- El poder del silencio

2.-Violencia y Perdón

3.- El Espiritismo es una filosofía

4- ¿ Somos invisibles ?

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             EL PODER DEL SILENCIO               

Aprende con el silencio a escuchar los sonidos de tu alma, a callarse en las discusiones y así evitar tragedias y disgustos....

Aprende con el silencio a aceptar algunos sucesos que tu mismo provocaste, a ser humilde, dejando al orgullo gritar allá afuera, a evitar reclamaciones vacías y sin sentido....

Aprende con el silencio a reparar en las cosas más sencillas, a valorar lo bello, a escuchar lo que tiene algún sentido ....

Aprende con el silencio que la soledad no es el peor castigo, existen compañías mucho peores...

Aprende con el silencio que la vida es buena, que solo necesitamos mirar el lado cierto, escuchar la música adecuada, leer el libro adecuado.

Aprende con el silencio que todo tiene un ciclo, como las mareas que insisten en ir y volver, los pájaros que migran y vuelven al mismo lugar, como la Tierra que gira una vuelta completa sobre su propio eje completando su tarea.

Aprende con el silencio a respetar tu vida, a valorar tu día, para ver en ti las cualidades que tienes y equilibrar los defectos que también tienes y sabes que necesitas conocer y corregir  aquellos que todavía no has descubierto. 

Aprende con el silencio a relajarte, incluso en el peor tráfico, en las mayores exigencias, en la pelea más acalorada, en la discusión entre familiares...

Aprende con el silencio a respetar tu "Yo", a valorar el ser humano que eres, a respetar el Templo que es tu cuerpo y el Santuario que es tu vida.

Aprende hoy con el silencio que gritar no trae el respeto, que escuchar es mejor que hablar mucho..

En la Naturaleza todo sucede con  poder y silencio, con un silencio poderoso; a veces, el silencio es confundido con debilidad, apatía o indiferencia.

Se piensa que la persona portadora de esa virtud está impedida para reclamar sus derechos y debe tolerar con pasividad todos los abusos.

Se cree que el silencio no combina con el poder, pues este se tiene confundido con la prepotencia y la violencia.

El Sol nace y se pone en una profunda quietud; mueve gigantescos sistemas planetarios, pero penetra suavemente por la vidriera de una ventana sin romperla.

Acaricia los pétalos de una rosa sin herirse y besa la carita de una criatura adormecida sin despertarla; allí encontraremos en la naturaleza lecciones preciosas que nos dicen que el verdadero poder va de la mano con la quietud.

Las estrellas y galaxias describen sus órbitas con estupenda velocidad por las vías inexploradas del cosmos, pero nunca dieron señal de su presencia por el más leve ruido.

El oxígeno, poderoso mantenedor de la vida, penetra en nuestros pulmones, circula discreto por nuestro cuerpo y no le notamos su presencia.

La luz, la vida y el espíritu, los mayores poderes del universo, actúan con la suavidad de una aparente ausencia.

Como en los dominios de la naturaleza, el verdadero poder del hombre no consiste en actos de violencia física, cuando el hombre conquista el verdadero poder, toda la antigua violencia termina en benevolencia.

La violencia es señal de flaqueza y la benevolencia es señal de poder.

Los grandes maestros saben ser severos y rigurosos sin olvidar la más perfecta quietud y benevolencia.

Dios, que es el supremo poder, tan grande actúa con tan grande quietud que la mayoría de los hombres no perciben Su acción.

Esa poderosa fuerza en la que todos estamos inmersos, mantiene el Universo en movimiento, hace latir el corazón de los pájaros, de los bandidos y de los hombres de bien, en la más perfecta levedad.

Hasta incluso la muerte, llega suavemente y como hábil cirujana, rompe los lazos que prenden el alma al cuerpo, liberándola del cautiverio físico.

El verdadero poder llega: sin ruido, sin alarde y sin violencia.

 - Alexandra Albergaria-

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            Violencia y perdón

Cartas a sus familiares del Espíritu José Eduardo Jorge, psicografíadas por Francisco Cándido Xavier, con notas e identificaciones que Comprueban el contenido de las dos comunicaciones. Mientras la Familia Jorge, de Riberão Preto, SP, Brasil, ultimaba los preparativos para la fiesta de la partida de fin del año 1979 y la entrada de 1980, nadie podría esperar que en aquella noche de tanta alegría, el joven José Eduardo partiera para el Más Allá, víctima de la agresión de un grupo de asaltantes. 

Año Nuevo, vida nueva…

Sí, tres meses después del desdichado acontecimiento, él regresó a través de la  de Chico Xavier, consolando y esclareciendo a su familia, mostrándose recuperado de la inesperada desencarnación y tranquilo en su nueva vida, la Vida Espiritual. A lo largo de sus mensajes, se intuye fácilmente que la tranquilidad manifestada es el reflejo perfecto del entendimiento y aceptación de las Leyes Divinas, cuando él afirma: “Si pasé por la prueba que me retiró del cuerpo, eso fue una señal de que la Providencia Divina me concedió la oportunidad de sanear mis cuentas pagando mis débitos”; y consecuentemente también de la elevada comprensión ante la agresividad de sus verdugos, perdonándolos incondicionalmente, al decir: “Dios habrá de amparar a los hermanos que me impusieron la pérdida del cuerpo material, así como nos viene amparando a todos nosotros”. 

Querida Madre Lourdes, me agrego a su corazón querido con el de Papá Nagib en este instante en que les dirijo esta ligera carta. Les pido que me ayuden a olvidar lo que pasó. Somos cristianos y personas de fe en Dios. Si pasé por la prueba que me retiró del cuerpo, eso es señal de que la Providencia Divina me concedió la oportunidad de saldar mis débitos referentes al caso en el que me vi envuelto. 

Cuando dejé a mi hermano Nagib Jorge Filho esperándome, mientras acompañaba a una joven que dijo estar en dificultades para socorrer a su madre, supuestamente hospitalizada, lejos estaba de imaginar que yo no la conducía, y sí era dirigida a la prueba y que, por la influencia de hermanos infelices, perdí el cuerpo en un asalto que no deseo recordar. 

Crea Mamá, que yo estaba pensando en el Año Nuevo y en el bien que se debe hacer a los que luchan más que nosotros mismos. Esas ideas fueron para mí iguales a las plegarias que me libraron del miedo y de la angustia. No sentí ningún dolor. Apenas sé que desperté en el regazo de la abuela Rosa, que me hablaba de Jesús. Al comienzo, tuve un impulso de quejarme. Pero ella me pedía que recordase a Jesús el Cristo de Dios. ¿Qué habría hecho Él, Nuestro Señor, para ser asaltado públicamente, apedreado y llevado a la Cruz? Esos generosos recuerdos hicieron que me acordara de sus propias enseñanzas, cuando usted nos auxiliaba a pronunciar de rodillas el nombre de Dios. Entonces, en vez de amargura y resentimiento, me compadecí de los hermanos que ciertamente, eran constreñidos por la necesidad de atacar a sus semejantes, y agradecí a Dios por haber nacido en una casa en la que nuestra mesa fue abundante y en la cual el cariño de los padres queridos era transformado constantemente, en utilidades y beneficios a nuestro favor. 

Pido a Papá Nagib que piense de ese modo, a fin de que la paz se haga en todos. Tengo a los hermanos aguardando el futuro y no deseo que ellos vayan a recordar mi ausencia con ningún sello de crueldad de nuestra parte. Dios ha de amparar a los hermanos que me impusieron la pérdida del cuerpo, al igual que nos viene amparando a todos nosotros.

Roguemos Mamá al Cielo, para que no haya crimen en el mundo en nombre de las necesidades que no deberían de existir. 

Gracias a Dios, estoy tranquilo y pido a los Mensajeros de Bien que socorran a los compañeros que estaban fuera de sí mismos, cuando no consiguieron preservar mi existencia. Todo obedece a las Leyes de Dios que nos piden amor y auxilio de unos para con los otros. 


Queridos Padres, bendíganme y guarden, con mis hermanos, el corazón reconocido del hijo, que tanto les debe y que nunca les olvidará. 


José Eduardo Jorge 

Notas e identificaciones: 
1- Psicografía de Francisco Cándido Xavier, en reunión pública del GEP, Uberaba, 5/4/1980. 
2- Mamá y Papá – María de Lourdes Benetti Jorge y Nagib Jorge. 
3- Dejé a Nagib – Se refiere a su hermano Nagib Jorge Filho. 
4- Abuela Rosa – Rosa Zapparoli Benetti, abuela materna, desencarnada en la ciudad de Brodosqui, SP. Brasil, en 1934. 
5- José Eduardo Jorge – (Riberón Preto, 1957-1979), siempre fue alegre y comunicativo. Un estudiante dedicado que había aprobado la Tercera Serie de la Facultad de Ingeniería de Barretos, SP. Brasil. 

Segunda carta 

Querida Mamá, estoy uniéndola a Papá en pensamiento, para un abrazo con mi pedido de bendición. Madrecita Lourdes, lo que restó de la aventura del Año Nuevo, es nuestra conciencia tranquila para con Dios. Estamos con esas deudas canceladas. Si fui víctima de hermanos infelices, que me sitiaron con revólveres, y si la propia jovencita a quien ofrecí el aventón en el automóvil, creyendo que le ofrecía una alegría en la víspera de Año Nuevo, me liquidó el cuerpo, después de descender y reunirse al grupo de los hermanos que la esperaban, eso quiere decir que mi deuda habrá sido ante alguna hermana nuestra, en el pasado, sobre la cual no tengo aún suficiente memoria para profundizar en el tiempo. 
Estoy satisfecho. La tristeza pasaría a morar con nosotros si fuésemos aquellos compañeros acreedores de nuestras oraciones. A propósito, agradezco sus oraciones a favor de los hermanos para quien, de mi lado, pido igualmente la protección de Jesús. Estamos contentos. 

Venimos, -abuela Azora, abuela Rosa y el tío Bocha- en una caravana de paz, aprendiendo con nuestros Benefactores lo que se debe hacer para que siempre hagamos el bien, y por eso, no hay motivos para lágrimas. 

Pido que le digan a Nagib, a Eloísa Helena y a Antonio Francisco que no los olvido y que formulo votos por la felicidad y paz de todos. Madrecita Lourdes, informo a nuestra querida Ivonne que el tío Crispín vino también con nosotros y les deja muchos grandes abrazos de añoranza . Todo sigue bien, porque con la bondad de Dios, queremos únicamente el bien. 

Querida Madre Lourdes, con mi Padre y con todos en casa, les pido que reciban el corazón reconocido de su hijo, siempre más suyo ante Dios. 

José Eduardo Jorge 

Nota e identificaciones: 
6 - Psicografía de Francisco Cândido Xavier, GEP, Uberaba, 24/10/1980. 
7 - Abuela Azora – Azora Jorge, abuela paterna, fallecida hace 19 años. 
8 - Eloísa Helena y Antonio Francisco, Hermanos. 
10 - Ivonne – Ivonne Benetti Tavares, tía materna, casada con Juan Crispín Tavares, fallecido hace más de 10 años. 

(Extraído de la obra “Estamos en el Más Allá) 
Anuario Espirita 2016 
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     EL ESPIRITISMO ES UNA FILOSOFÍA

" Tarde o temprano la razón ha de vencer " ( Voltaire )

   El Espiritismo, como doctrina filosófica, interpreta la vida, el mundo, el ser humano, con sobrado acierto. Nos aclara nuestro origen y nuestro destino, `proporcionándonos respuestas al por qué y para qué estamos en este  planeta, sin apelar a expedientes sobrenaturales ni a dogmas o fideísmos, haciendo .por el contrario- de la razón, la brújula con que se orienta.
   El Espiritismo es una filosofía científica y positiva de los fenómenos naturales y de la evolución integral del Universo. Carece de dogmas porque demuestra que el progreso se da en todos los órdenes de la vida, especialmente en las ideas; y en cambio los conceptos dogmáticos son impuestos como verdades absolutas. No existiendo dogmas desaparece la fe ciega, que es sustituida por el conocimiento. Y en cuanto al culto y los rituales, están reemplazados por el sublime sentimiento de lo bello, lo bueno y lo justo. es decir, la evolución del ser por el ennoblecimiento de sus facultades espirituales. El Espiritismo es, como han definido los más ilustres representantes del kardecismo, una filosofía científica.
   La escuela espírita, merced a su intrínseca naturaleza, deviene en el coadyuvante por excelencia del racionalismo y el librepensamiento.

- Jon Aizpurúa. ( de su obra "Tratado de Espiritismo")

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  ¿SOMOS INVISIBLES? 

                               

¿Somos invisibles? Es probable que, en algún momento, la mayoría de nosotros se haya cuestionado de esa manera. 

Tal situación ocurre cuando nos adentramos en una tienda y el funcionario nos ignora. O delante de un mostrador de alguna aerolínea, intentando saber si el vuelo está en el horario. También en algunas reparticiones públicas buscando informaciones. El responsable, o sea la persona o personas que allí se encuentran simplemente ignoran la indagación, el pedido, la presencia.

Es como si fuésemos invisibles. Para nosotros que lidiamos con la inmortalidad, que estudiamos acerca de la vida que nunca cesa, el primer pensamiento que nos ocurre cuando nos sentimos ignorados es: ¿Será que morí y no me di cuenta?

Por acaso, ¿he cruzado la aduana de la muerte sin percibirlo? ¿Será por eso que las personas no me ven, no me contestan?

Sin embargo, más allá de tales situaciones, de un modo general casi todos nos movemos en el mundo sin dar atención a los demás.

Por eso caminamos por la calle, mirando adelante, atentos al semáforo, a las señales de tránsito, a los nombres de las calles, a los números, sin mirar a nuestro alrededor.

Es común que atropellemos a las personas, si no estamos atentos a sus presencias. Atropellamos y seguimos adelante buscando nuestros objetivos, sin detenernos siquiera para pedir disculpas.

O para auxiliar a la persona a recoger lo que se cayó  con nuestro tropiezo. Muchas veces es la propia persona que pierde el equilibrio y se cae al suelo.

Algo semejante ocurre cuando las puertas de los autobuses se abren y salimos como quien necesita apagar un incendio más adelante.

Existen aquellos que abren camino por la fuerza, golpeando con la mochila que traen a las espaldas a aquellos que aguardan en las filas, siguiendo en frente.

Pisan en los pies ajenos, pero siguen caminando. En el ansia de alcanzar rápidamente su destino, arrastran consigo lo que encuentran en el camino: paquetes, libros... de otras personas.

Pero nunca se detienen a pedir disculpas.

Porque nada ven, nada sienten, nada perciben. Solo ellos existen en el tránsito.

En las filas del cine, supermercados, bancos, oficinas, la cuestión no es muy diferente.

Personas que dicen tener prisa, con compromisos urgentes, se adelantan a otras que aguardan hace mucho tiempo.

Para ellas, no existe nadie más allá que ellas mismas, su problema, su dificultad.

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Si estamos en la lista de personas precipitadas, insensibles, que solo ven a sí mismas, detengamos el paso.

Miremos alrededor, observemos, respetemos a los que comparten con nosotros el mismo autobús, la misma cafetería, la misma repartición pública.

El hecho que tengamos de arreglar muchas cuestiones no está disociado de la posibilidad de ser gentiles, suaves, atentos.

Eso no nos impide mirar alrededor, ceder el asiento a una persona más vieja, a una embarazada, a alguien con una dificultad física.

Pensemos que, así como nosotros no deseamos ser tratados como invisibles, no debemos proceder de igual manera con relación a los demás.

Somos todos humanos, necesitados unos de los otros.

Por lo tanto, actuemos como quien se alzó a la Humanidad y desea seguir el camino rumbo al ser angelical, nuestro siguiente paso.

Redacción del Momento Espírita.

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