El trabajo es una ley para las humanidades planetarias como para las sociedades del
Espacio. Desde el ser más rudimentario hasta los Espíritus angélicos que velan por los
destinos de los mundos, todos toman parte en el gran concierto universal.
Es penoso y grosero para los seres inferiores, el trabajo se suaviza a medida que la vida se
refina. Se convierte, en un venero de goces para el Espíritu adelantado, que se hace
insensible a las atracciones materiales, exclusivamente ocupado en los estudios más
elevados.
Con el trabajo, el hombre domina a las fuerzas ciegas de la Naturaleza y se pone a
salvo de la miseria; por el trabajo es por lo que se fundan las civilizaciones y por lo que se
extienden el bienestar y la ciencia.
El trabajo es el honor y la dignidad del ser humano. El ocioso que, sin producir nada, se
aprovecha de la labor de los demás, no es más que un parásito. Mientras el hombre se
haya ocupado en su tarea se acallan sus pasiones. La ociosidad, por el contrario, las
desencadena y les abre vasto campo de acción. El trabajo constituye también un gran
consuelo, un derivativo saludable de nuestras preocupaciones y nuestras tristezas;
calma las angustias de nuestro Espíritu y fecundiza lustra inteligencia. No existe un
dolor moral, no existen decepciones ni reveses que no encuentren en él un
apaciguamiento; no hay vicisitudes que resistan a su acción prolongada.
El trabajo es la comunión de los seres. Por el nos aproximamos los unos a los otros,
aprendemos a ayudarnos y a unirnos; de esto a la fraternidad no hay más que un paso.
Es por el trabajo que la civilización se levanta, que la educación se realiza y que nuestra
felicidad se perpetúa, solamente por medio del trabajo podemos desarrollar
nuestras posibilidades de crecimiento hacia la inmortalidad.
La vida es la armonía de los movimientos, resultante de los cambios incesantes en el
seno de la naturaleza visible e invisible. Su manutención depende de la actividad de
todos los mundos y de todos los seres.
Cada individualidad, en la prueba, como en la redención, como en la gloria divina, tiene
una función definida de trabajo y elevación de sus propios valores. Los que aprendieron
los bienes de la vida y cuantos los enseñan con amor, multiplican en la Tierra y en los
Cielos los dones infinitos de Dios.
La civilización y el progreso como la propia vida, dependen de los intercambios
incesantes. El Universo en su constitución maravillosa, no creo ni sanciona leyes
de aislamiento en la comunidad eterna de los mundos y de los seres. La existencia es una
larga escalera, en la cual todas las almas deben darse las manos, en la subida para el
conocimiento y para Dios.
El trabajo es una ley natural por lo mismo que es una necesidad, y la civilización obliga
al hombre a mayor trabajo, porque aumenta sus necesidades y sus goces.
Las ocupaciones materiales no solo son trabajo, el espíritu trabaja como el cuerpo. Toda
ocupación útil es trabajo.
El trabajo es impuesto al hombre porque es consecuencia de su naturaleza corporal; una
expiación y al mismo tiempo un medio de perfeccionar su inteligencia; sin el trabajo, el
hombre no saldría de la infancia de la inteligencia y por esto solo a su trabajo y actividad
debe su subsistencia, su seguridad y bienestar. Al que es débil de cuerpo Dios le da, en
cambio, la inteligencia, pero siempre es trabajo.
Todo trabaja en la Naturaleza, los animales trabajan como nosotros, pero su trabajo, como
su inteligencia, está limitado a las atenciones de su conservación y he aquí porque no es
progreso para ellos, al paso que en el hombre tiene un doble objeto: la conservación del
cuerpo y el desarrollo del pensamiento que también es una necesidad, y que le eleva por
encima de sí mismo.
Cuando decimos que el trabajo de los animales está limitado a las atenciones de su
conservación, se entiende que se habla del objeto a que se proponen al trabajar, pero a
su pesar, y al mismo tiempo que proveen sus necesidades materiales, son agentes que
secundan las miras del Creador, y su trabajo no deja de concurrir al objeto final de la
Naturaleza, aunque, con mucha frecuencia, no descubra el hombre el resultado inmediato.
La Naturaleza del trabajo es relativa a las necesidades, y cuantos menos materiales
son estas, menos lo es también aquel. No creamos, sin embargo, que el hombre
permanece inactivo e inútil, la ociosidad seria un suplicio en vez de un beneficio.
El hombre rico, que posee bienes suficientes para asegurarse la existencia no está libre de
la ley de trabajo, del trabajo material quizás; pero no de la obligación de hacerse útil
según sus medios, de perfeccionar su inteligencia o la de otros, lo que también es trabajo.
Para reparar las fuerzas del cuerpo es necesario el descanso con el dejamos un poco de
libertad a la inteligencia con el fin de que se levante por encima de la materia.
El límite del trabajo es el límite de las fuerzas. Por lo demás Dios deja al hombre en libertad.
El imponer a los inferiores un trabajo excesivo es una de las acciones más malas. Todo
hombre que tiene mando res responsable del exceso de trabajo que impone a sus inferiores
porque viola la ley de Dios.
En la vejez el hombre tiene derecho al descanso, pues solo está obligado según las fuerzas.
Si el anciano no tiene recursos y no puede trabajar, y su familia a falta de esta la sociedad
ha de hacer sus veces. Esta es la ley de caridad.
No basta decir al hombre que ha de trabajar, sino que también es preciso que el que
cifra la existencia en su trabajo encuentre ocupación, lo cual no sucede siempre.
Cuando la suspensión del trabajo se generaliza toma las proporciones de una calamidad
como la miseria. La ciencia económica busca el remedio en el equilibrio de la producción y
el consumo; pero este equilibrio, aun suponiendo que sea posible, tendría siempre
intermitencias, durante cuyos intervalos no deja de tener necesidades de vivir el obrero. Hay
un elemento, con el cual no se ha contado bastante y sin el, la ciencia económica no pasa
de ser una teoría. Este elemento es la educación, no la intelectual, sino la moral, y tampoco
la educación moral que enseñan los libros, sino la que consiste en el arte de formar el
carácter, la educación que da hábitos; porque la educación es el conjunto de hábitos
adquiridos.
Cuando se piensa en la masa de individuos lanzados diariamente al torrente de la
población, sin freno y sin principios y entregados a sus propios instintos, ¡ hay que
admirarse de sus desastrosas consecuencias¡. Cuando se conozca, comprenda y practique
aquel arte, el hombre llevara a la sociedad hábitos de orden y de previsión para sí y los
suyos, de respeto hacia lo respetable, hábitos que le permitirán pasar menos penosamente
los malos días inevitables. El desorden y la imprevisión son dos cánceres que solo una
educación bien entendida puede curar; este es el punto de partida, el elemento real del
bienestar, la prenda de seguridad para todos.
El que trabaja tiene asegurado un refugio para su sufrimiento y un verdadero amigo en la
tribulación, no puede aceptar la vida con disgusto. En cambio, cuan digna de lastima es la
situación de aquel a quien los achaques condenan a la inmovilidad y a la inacción; si este
hombre ha sentido la grandeza y la santidad del trabajo, si por encima de su interés propio
ve el interés general y el bien de todos y quiere contribuir a él, sufre uno de los
padecimientos más crueles que se han reservado para el ser viviente
Tal es también la situación en el Espacio del Espíritu que faltó a sus deberes y disipó la
vida. Comprendiendo demasiado tarde la nobleza del trabajo y la villanía de la
ociosidad, sufre al no poder realizar lo que su alma concibe y desea.
La antigüedad romana deshonró el trabajo haciendo de él la condición propia del
esclavo. Esto explica su esterilidad moral, su corrupción y sus secas y frías doctrinas. Los
tiempos actuales tienen otra concepción completamente distinta de la vida. Buscan
plenitud en una labor fecunda y regeneradora.
La filosofía de los Espíritus amplifica más aun esta concepción, indicándonos en la ley de
trabajo el principio de todos los progresos y de todas las elevaciones, y demostrándonos
que la acción de esta ley se extiende a la universalidad de los seres y de los mundos. Por eso
estamos autorizados a decir: Despertad ¡ OH, vosotros, todos los que dejáis adormecidas
vuestras facultades, vuestras fuerzas latentes! ¡Manos a la obra! ¡Trabajad, fecundad la
tierra; haced resonar en las fabricas el ruido del vapor!. Agitaos en la colmena inmensa.
Vuestra tarea es grande y santa. Nuestro trabajo es la vida, es la gloria y es la paz de la
humanidad.
Obreros del pensamiento, escrutad los grandes problemas, propagad la ciencia, distribuid
entre las multitudes los escritos y las palabras que reconfortan y fortifican. ¡Que de un
confín del mundo al otro unidos en la obra gigantesca, cada uno de nosotros emita su
esfuerzo, con el fin de contribuir a enriquecer el dominio material, intelectual y moral de la
humanidad!.
La glorificación del trabajo es un servicio que ha venido cumpliendo el Evangelio.
Con anterioridad a la influencia del Maestro, la tierra era un vasto latifundio poblado
por amos y esclavos. El servicio era considerado deshonra.
Dominadas por el principio de la fuerza, las naciones conservaban enorme semejanza con
los agrupamientos de la comunidad primitiva. La notoriedad social provenía de la caza.
Los tronos se erguían, casi siempre, sobre oscuros cimientos de pillaje.
Los favores de la vida pertenecían a los más astutos y a los más poderosos.
Cualquier revés económico redundaba en cautiverio compulsivo.
El trabajo era sinónimo de envilecimiento.
Los espíritus más nobles, la mayoría de las veces, permanecían en absoluta dependencia,
sudando y gimiendo para sostener el carro purpúreo de los opresores. En todas las
ciudades pululaban los esclavos de todos los matices, y tan solo a ellos se les confería el
deber de servir como severo castigo.
La Roma imperial estaba repleta de cautivos tomados a Egipto, a Grecia, a la Galilea y al
Ponto. Tan solo en la revolución de Espartaco, en el año 71 antes de la era cristiana, fueron
condenados a muerte en la Vía Apia, 30.000 esclavos cuya única falta era la de
aspirar al trabajo digno en libertad edificante.
Con Jesús, sin embargo, surge una nueva época para el mundo. El ministerio del Señor es,
sobre todo, de acción y movimiento. Se levanta el Maestro al Alba y se devoción al bien de
los semejantes hasta muy entrada la noche.
Medico _ no descansa en el auxilio efectivo a los enfermos.
Profesor _no se fatiga con la repetición de las lecciones.
Bienhechor _ esparce sin cesar las bendiciones del amor infinito.
Sabio _ coloca a la ciencia del bien al alcance de todos.
Abogado _ defiende los intereses de los débiles y de los humildes.
Trabajador Divino _ sirve a todos sin reclamos y sin esperar recompensa.
El ejemplo de Cristo es sublime contagioso. Cada compañero de apostolado se aparta
luego de la comodidad, para ayudar en su nombre y abrir horizontes más amplios a la
comprensión de la vida, en regiones distantes de la cuna que los viera nacer.
Mas tarde en Roma, el deseo de ayuda mutua entre los cristianos, alcanza
realizaciones inconcebibles en el capitulo del trabajo.
Personas convertidas al Evangelio se consagran por entero al servicio, con el objeto de
amparar a los compañeros necesitados.
Los aprendices de la Buena Nueva se esparcen en las actividades de la industria y la
agricultura, de las artes y las ciencias, de la instrucción y el comercio, de la asistencia y
la limpieza pública, disputando medios para el auxilio a los socios del ideal, en la
servidumbre o en la indigencia, en el sufrimiento o en las prisiones.
Hay quien ayuna durante dos o tres días seguidos, a fin de economizar dinero para los
servicios de asistencia al prójimo, bajo la dirección de un pastor. El trabajo pasa entonces a
ser interpretado como bendición Divina.
Paulo de Tarso, cuando se traslada de la dignidad del sanedrín a la ruda labor del telar y
confecciona tapices para no ser carga de nadie, a fin de garantizar de esa manera su
libertad de palabra y acción, es el símbolo del cristiano que educa y realiza, a la vez
que demuestra que a la pureza de la enseñanza debe aliarse la gloria del ejemplo.
Y honrado hasta hoy, en el trabajo digno a su principal norma de acción, el Cristianismo es
la fuerza libertadora de la Humanidad, en todos los rincones del mundo.
Muchos negadores de la sobre vivencia del Espíritu, interrogan, acerca de cuestiones
que desearían ver solucionadas sin la contribución del esfuerzo, personal, que pertenece a la
criatura humana.
Preguntan con inteligencia ¿por qué razón no se materializan los Espíritus, que todo
lo pueden, a fin de demostrar sin sombra de duda la inmortalidad?.
¿Por qué los Muertos, que pueden penetrar en el futuro, no traen las formulas eficaces
para acabar con las enfermedades, reduciendo así los dolores que sufren los hombres?.
¿Por qué los orientadores de la humanidad, no nos esclarecen sobre la patogénesis de las
neoplasias malignas, modificando los panoramas de la salud, en el planeta terrestre?.
¿Por qué los Benefactores de la criatura humana, ya desencarnados, no presentan hábiles
soluciones para los graves problemas de la alineación mental?.
¿Por qué los Guías del destino humano, no nos proporcionan, los métodos para combatir
la súper población, impidiendo que se corporifiquen nuevas criaturas, mediante lo cual
evitarían las colectivas calamidades sociales, económicas y morales, que azotan a
decenas de millones de hambrientos y enfermos?.
¿Por qué los Instructores Espirituales no actúan directamente sobre los jefes de Estado,
impeliendo que los mismos accionen las armas de guerra, con las cuales dominan
naciones y victiman a un incalculable numero de criaturas?.
Son interrogantes, que se caracterizan por el comodísimo mental, en un proceso
de transferencia de responsabilidad y acción, se multiplican en innumerables ítem.
No obstante, las respuestas se encuentran en el cuerpo de la Doctrina que se empeñan en
ignorar y que no se permiten conocer por medio del estudio ni de la meditación.
El Espiritismo enseña, a trabes de su lógica de bronce, que la muerte no modifica
intrínsicamente a nadie.
Morir, como reencarnar, significa salir del cuerpo o entrar en el sin alteración real de los
valores morales ni del comportamiento personal.
Asimismo, aclara que no existen formulas mágicas para lograr soluciones de ocasión, lejos
del esfuerzo de cada cual y sin la activa contribución de cada uno.
Lo que la Doctrina Espirita pretende es la transformación interior del ser, allí donde se
encuentre, prosperando así en beneficio propio y en el de su prójimo, al servicio de la vida.
Lo que a los hombres corresponde realizar no puede transferirse a los Amigos Espirituales.
Si los Educadores realizan las tareas de sus discípulos, no harían mas que promover en
ellos la inutilidad, la ignorancia, la pereza...
Debido a sus conquistas y conforme las necesidades que les son compatibles,
periódicamente permite la Divinidad que se corporifiquen, como misioneros de la
evolución y del progreso humano Einstein, un Gandhi, un Pasteur, un Flemming, un
Francisco de Asis y otros, enseñando la belleza y convocando a la lucha sin cuartel del
trabajo y de la renovación personal.
La verdad cambia mucho entre los hombres, a semejanza de una luz filtrada por
vidrios de diferentes tonalidades, y tampoco todos pueden afrontar esa verdad mientras
viven.
Si millones de criaturas, estando aun en la carne, se toparan frente a frente con la verdad
simple y cruda, de la vida mas allá de la tumba, sin diálogos directos con los inmortales
corporificados entre ellos, enloquecerían de pavor, arrojándose en suicidios infelices,
en desdichados y espectaculares intentos de fuga de la realidad...
Si los Espíritus aportasen rápidas respuestas para los problemas que tiene la función de
fomentar el progreso, la parálisis inutilizaría brazos y mentes, que llegarían a atrofiarse,
perdida la finalidad que tienen destinada en el mecanismo de la evolución.
Los hombres disfrutan conforme sus merecimientos, reciben de acuerdo con lo que
realizan y cosechan la sementera dejada en el pasado.
En su inevitable proceso de desarrollo, el Espíritu es, en el cuerpo, o fuera de el, el autor de su
destino.
Los desencarnados no son poseedores de toda la sabiduría. Si eso fuera posible, como
consecuencia del puro y simple fenómeno de la muerte ellos se volverían dioses, tal
como lo sostiene las concepciones de la ortodoxia mitológica del pasado.
Jesús es el Señor que a todos nos estimula, invitándonos a las conquistas superiores,
portador, El sí, del conocimiento pleno.
Revelándonos al Padre, en ningún momento tuvo el deseo de igualarlo, en cambio, nos
enseño a adorarlo en condición de Entidad máxima, y a El, nuestro Maestro y Benefactor, a
seguir imitándolo en todos los caminos , para adquirir la paz.
Honrando al trabajo, como ley que fomenta la evolución afirmo También “El Padre
hasta hoy trabaja”, legándonos la honra del Servicio intransferible como un apoyo
resistente para la victoria sobre las dificultades personales y para la liberación de todas
las circunstancias afligentes y dolorosas, por nosotros mismos engendradas.
¡AMAD EL TRABAJO Y ENGRANDECERLO!
Es por el que la civilización se levanta, que la educación se realiza y que nuestra
felicidad se perpetúa. En la Patria de las Almas llora amargamente el espíritu que
desprecio su riqueza oculta, por haberse olvidado que solamente por medio del trabajo
podemos desarrollar nuestras posibilidades de crecimiento hacia la inmortalidad.
Merchita
************************
"Los espíritus protectores nos ayudan con sus consejos, a través
de la voz de la conciencia, que hacen hablar en nuestro interior
- pero como no siempre les damos la necesaria importancia,
nos ofrecen otros más directos, sirviéndose de las personas que
nos rodean".
- Allan Kardec -
*****************************
Hay personas que
alguna vez se han podido hacer el
planteamiento de que si Dios existe, y lo hizo todo,¿quién
a su vez lo ha hecho a Él?. Otros solo lo consideran una
idea abstracta hacia algo superior , indescifrable e
indefinido, con lo cual dudan en el fondo de su ser, en
donde persiste la duda de si en realidad existirá o no algún
Ser así.
planteamiento de que si Dios existe, y lo hizo todo,¿quién
a su vez lo ha hecho a Él?. Otros solo lo consideran una
idea abstracta hacia algo superior , indescifrable e
indefinido, con lo cual dudan en el fondo de su ser, en
donde persiste la duda de si en realidad existirá o no algún
Ser así.
Desde
luego, Dios no es ese anciano de larga barba blanca
que resplandece en una nube,tal como las mentes infantiles nos lo imaginamos alguna vez.
Ese “ancianito de larga barba blanca” que parece que está tan alto que no se entera o que
no le importa nada de lo que pasa por aquí abajo, en nuestro pequeño mundo, desde luego
ese dios no existe.
que resplandece en una nube,tal como las mentes infantiles nos lo imaginamos alguna vez.
Ese “ancianito de larga barba blanca” que parece que está tan alto que no se entera o que
no le importa nada de lo que pasa por aquí abajo, en nuestro pequeño mundo, desde luego
ese dios no existe.
Sin embargo nadie
puede tratar de definir algo tan grande e infinito que se intuye
como la
Causa Perfecta de toda la Creación y todos los mundos.; la Causa Primera de las causas. No
obstante voy a tratar de exponer aquí las ideas y conceptos que soy capaz de admitir y
comprender, siendo consciente de que intentar definir a Dios es imposible, porque sería
limitarlo, y sin embargo este es un concepto ilimitado e indefinible.
Causa Perfecta de toda la Creación y todos los mundos.; la Causa Primera de las causas. No
obstante voy a tratar de exponer aquí las ideas y conceptos que soy capaz de admitir y
comprender, siendo consciente de que intentar definir a Dios es imposible, porque sería
limitarlo, y sin embargo este es un concepto ilimitado e indefinible.
Particularmente yo
lo siento como una Energía Perfecta, Poderosa e Inteligente; sutil
e
infinita en todos los atributos posibles que le podamos imaginar; continuamente presente
en todo cuanto nos rodea y que lo percibo en lo más recóndito de mi alma, así como en el
alma de toda la Creación con los seres que la pueblan, y con todos los demás seres humanos
que lo buscan fuera de ellos mismos, sin darse cuenta de que “esa Inmensidad Todopoderosa
y Perfecta que llaman Dios”, solo lo pueden encontrar dentro de las personas y en sí mismos.
De ahí que en realidad bien podemos afirmar que somos Templos vivos del Espíritu Divino,
concretado en nuestro Ser que lo madura y lo manifiesta durante un proceso evolutivo a
través de muchas experiencias humanas obtenidas en muchas y muy variadas vidas, y
reguladas por la Ley del Amor y la Ley de Consecuencias.
infinita en todos los atributos posibles que le podamos imaginar; continuamente presente
en todo cuanto nos rodea y que lo percibo en lo más recóndito de mi alma, así como en el
alma de toda la Creación con los seres que la pueblan, y con todos los demás seres humanos
que lo buscan fuera de ellos mismos, sin darse cuenta de que “esa Inmensidad Todopoderosa
y Perfecta que llaman Dios”, solo lo pueden encontrar dentro de las personas y en sí mismos.
De ahí que en realidad bien podemos afirmar que somos Templos vivos del Espíritu Divino,
concretado en nuestro Ser que lo madura y lo manifiesta durante un proceso evolutivo a
través de muchas experiencias humanas obtenidas en muchas y muy variadas vidas, y
reguladas por la Ley del Amor y la Ley de Consecuencias.
Dios es la
Inteligencia origen de toda inteligencia; es un Ser Perfecto e
ilimitado en todas las
perfecciones y atributos y por eso se podría
tal vez, imaginar, como el Ser Supremo que
desde una infinita cúspide vibracional en el Plano Espiritual más elevado, irradia su vibración
de Amor a todo el Universo que late como un gran corazón inmerso todo Él , dentro de un
enorme proceso evolutivo, caminando hacia la Perfección infinita de esta Fuente Creadora,
Y este Ser tan inconmensurable para la mente humana, alcanza con su vibración a todos los
mundos y a los seres que los habitan.
desde una infinita cúspide vibracional en el Plano Espiritual más elevado, irradia su vibración
de Amor a todo el Universo que late como un gran corazón inmerso todo Él , dentro de un
enorme proceso evolutivo, caminando hacia la Perfección infinita de esta Fuente Creadora,
Y este Ser tan inconmensurable para la mente humana, alcanza con su vibración a todos los
mundos y a los seres que los habitan.
Este Ser Perfecto y
origen de todo lo creado, ha sido denominado de muchos modos: “El
Gran
Arquitecto”; “el Alfa y el Omega”; “el Todo”, etc.
Jesús de Nazaret nos lo presentó sencillamente
como “El Padre”,
de ahí que cuantos creemos y aceptamos las enseñanzas del Maestro
Jesús,
nos sentimos o nos debiéramos sentir como hermanos porque todos somos hijos creados de
ese Gran Padre común..
nos sentimos o nos debiéramos sentir como hermanos porque todos somos hijos creados de
ese Gran Padre común..
Se le considera
también como la conciencia colectiva de todos los seres juntos (
el gran
“Yo Soy” ),lo cual viene a significar que cada Ser humano en cuanto a nuestra parte espiritual
somos como una “Chispa Divina” desprendida del Gran Foco de Energía cósmica, que es Dios
mismo. La realidad, tal como nos la han explicado a través del Espiritismo, es que somos esas
Chispas
“Yo Soy” ),lo cual viene a significar que cada Ser humano en cuanto a nuestra parte espiritual
somos como una “Chispa Divina” desprendida del Gran Foco de Energía cósmica, que es Dios
mismo. La realidad, tal como nos la han explicado a través del Espiritismo, es que somos esas
Chispas
Divinas, pero no como partes
desprendidas del Todo, sino creadas por la Inteligencia y la
Voluntad
de este mismo Ser Omnipotentente, por lo que somos hijos de Él o
creación de Él,
pero no somos parte de Él, ni en una ínfima parte. Hay mucha gente que considera que la
creencia de que cada uno tenemos en potencia el poder de Dios es ridículo, pero para
aquellos que creen o respetan las Sagradas Escrituras, vemos como en el Evangelio de
S.Juan (1-12), cada uno tiene el poder de convertirse en “hijo de Dios”cuando lo comprende
y lo acepta, al igual que lo afirmó Jesús de sí mismo.
pero no somos parte de Él, ni en una ínfima parte. Hay mucha gente que considera que la
creencia de que cada uno tenemos en potencia el poder de Dios es ridículo, pero para
aquellos que creen o respetan las Sagradas Escrituras, vemos como en el Evangelio de
S.Juan (1-12), cada uno tiene el poder de convertirse en “hijo de Dios”cuando lo comprende
y lo acepta, al igual que lo afirmó Jesús de sí mismo.
Ante
la idea de Dios podemos comprender que se trata
del Principio y origen de todo
cuanto existe y a su vez es también el fin o meta inalcanzable de todas los seres . Es
Principio increado,porque si Dios pudiese haber sido creado por otro, este otro Principio
Creador estaría por delante de su criatura, por tanto este sería Dios, de modo que así
se podría prolongar ilimitadamente el ascenso de grado en grado y sin límites de ese
Ser que intuimos como el Principio final de todos los grados de perfección posibles ,
porque en cualquier mente racional cabe comprender que forzosamente ha de haber un
Principio Supremo infinito e increado.
cuanto existe y a su vez es también el fin o meta inalcanzable de todas los seres . Es
Principio increado,porque si Dios pudiese haber sido creado por otro, este otro Principio
Creador estaría por delante de su criatura, por tanto este sería Dios, de modo que así
se podría prolongar ilimitadamente el ascenso de grado en grado y sin límites de ese
Ser que intuimos como el Principio final de todos los grados de perfección posibles ,
porque en cualquier mente racional cabe comprender que forzosamente ha de haber un
Principio Supremo infinito e increado.
Dios
es Espíritu con una personalidad real, aunque sin límite ni forma
humana o de otra
clase.
clase.
Es el único Ser que penetra toda la
Creación y todo el espacio cósmico, con todos los
mundos del universo infinito y los seres que lo pueblan . Está tanto en lo mas grande o
macrocosmos con una infinitud ilimitada de galaxias que se organizan en un espacio
infinito, como también en lo más pequeño o microcosmos; no es un Ser o algo exterior
a nosotros que está en las iglesias o en los templos, sino que vive en cada ser; y está
dentro y fuera de nosotros, al modo como los rayos del sol vitalizan simultáneamente
a todas las criaturas de la Naturaleza.
mundos del universo infinito y los seres que lo pueblan . Está tanto en lo mas grande o
macrocosmos con una infinitud ilimitada de galaxias que se organizan en un espacio
infinito, como también en lo más pequeño o microcosmos; no es un Ser o algo exterior
a nosotros que está en las iglesias o en los templos, sino que vive en cada ser; y está
dentro y fuera de nosotros, al modo como los rayos del sol vitalizan simultáneamente
a todas las criaturas de la Naturaleza.
Partamos
de la base de que definir es limitar, y Dios es el Principio
Inteligente Supremo,
sin principio ni final, y nosotros( ¡ pretenciosos ! ), nos encontramos aquí, tratando de
definir con nuestras limitadísimas mentes, lo que es infinitamente ilimitado.
sin principio ni final, y nosotros( ¡ pretenciosos ! ), nos encontramos aquí, tratando de
definir con nuestras limitadísimas mentes, lo que es infinitamente ilimitado.
Debo
reiterar el concepto de que lo que dentro de nuestra limitada
capacidad humana
llamamos Dios, no es ningún ser concreto contenido
dentro de una forma física limitada.
No existe tal dios semejante a nosotros, con una forma humana tal como lo concibieron
las religiones creadas en épocas en las que el ser humano no podía concebir una idea
mas grandiosa y mas abstracta. Esta idea del Dios con figura humana, es producto de la
fantasía del hombre , que para concebir algo superior a él solo fue capaz de hacerlo
mediante la imagen y forma concreta de un Ser semejante a él y con un físico semejante
al suyo, aunque mucho mas poderoso, bello y perfecto..
No existe tal dios semejante a nosotros, con una forma humana tal como lo concibieron
las religiones creadas en épocas en las que el ser humano no podía concebir una idea
mas grandiosa y mas abstracta. Esta idea del Dios con figura humana, es producto de la
fantasía del hombre , que para concebir algo superior a él solo fue capaz de hacerlo
mediante la imagen y forma concreta de un Ser semejante a él y con un físico semejante
al suyo, aunque mucho mas poderoso, bello y perfecto..
Considerado
bajo el prisma de nuestros sentidos físicos, Dios es un Ser
múltiple, o sea
que se manifiesta en todas las fuerzas de la Naturaleza que falsamente vienen a parecer
otros tantos dioses; así nació el Politeísmo. Dios tiene,en efecto, muchos atributos que
son parte de Su Naturaleza, pero que por sí solos ninguno de estos atributos por si solos
podrían definir la idea de un Dios Perfecto y Total.
que se manifiesta en todas las fuerzas de la Naturaleza que falsamente vienen a parecer
otros tantos dioses; así nació el Politeísmo. Dios tiene,en efecto, muchos atributos que
son parte de Su Naturaleza, pero que por sí solos ninguno de estos atributos por si solos
podrían definir la idea de un Dios Perfecto y Total.
Dios
engloba TODO : espíritu y materia; de aquí la idea del
dualismo.
La
concepción que ha dado origen a las religiones trinitarias de la
India y al Cristianismo ,
es la de que Dios es un Ser que aparece triple: alma, espíritu y cuerpo o materia. Estos
tres principios constitutivos del universo los unieron en un solo Ser Absoluto y Trinitario.
es la de que Dios es un Ser que aparece triple: alma, espíritu y cuerpo o materia. Estos
tres principios constitutivos del universo los unieron en un solo Ser Absoluto y Trinitario.
Ahora
se comprenden y se explican con esta amalgama de concepciones sobre
Dios, la
gran diversidad de religiones y sistemas religiosos existentes.
gran diversidad de religiones y sistemas religiosos existentes.
De
esta Suprema Inteligencia Creadora que conocemos como Dios, emanan
unas sabias
leyes inmutables porque son perfectas, que rigen y están
inmanentes en todo cuanto
existe, siendo la Ley Suprema de toda la Creación, la Ley del Amor ,porque el Amor es su
propia
existe, siendo la Ley Suprema de toda la Creación, la Ley del Amor ,porque el Amor es su
propia
Esencia y
Vibración, siendo este Amor-Energía el motivo y el origen de toda
la Creación.
De
todos modos, llegamos a un punto en que nos tenemos que rendir
finalmente a la
evidencia de que nuestra limitada mente humana es
incapaz de comprender o definir
la idea de lo ilimitado. Abarcar en su totalidad la idea de Dios, es imposible; lo único que
con respecto a este concepto podemos hacer los humanos, es sentirlo y amarlo en
mayor o menor medida.
la idea de lo ilimitado. Abarcar en su totalidad la idea de Dios, es imposible; lo único que
con respecto a este concepto podemos hacer los humanos, es sentirlo y amarlo en
mayor o menor medida.
Científicamente,
ya vimos que no se puede demostrar su existencia, si hablamos de una
demostración empírica de laboratorio, pero sin embargo cada
persona, aun sin poder
definirlo, lo sentimos de modo personal y subjetivo. Por eso podemos comprenderlo y
sentirlo limitadamente en nosotros mismos.
definirlo, lo sentimos de modo personal y subjetivo. Por eso podemos comprenderlo y
sentirlo limitadamente en nosotros mismos.
Aunque
sabemos que solo podemos comprenderlo parcial y limitadamente, si
podemos
comprender la realidad de su existencia, desprendiéndonos
de pensamientos y preceptos
mezquinos, y rechazando las formas
materiales y groseras con que las religiones han
presentado a este
Supremo Ideal.
Busquemos
a Dios en donde le podemos encontrar : en nosotros mismos y en la
majestad
de sus obras. Dios está en nosotros y en los demás;. quien le busca fuera de sí mismo y
fuera de los demás seres humanos no lo encontrará jamás y terminará por hacer un ídolo
falso e inexistente.
de sus obras. Dios está en nosotros y en los demás;. quien le busca fuera de sí mismo y
fuera de los demás seres humanos no lo encontrará jamás y terminará por hacer un ídolo
falso e inexistente.
En
lugar de tratar de explicar qué es Dios, tal vez deberíamos
analizar qué significa para
nuestras vidas su presencia y qué
sentimientos despierta en nosotros: ¿dudas, seguridad,
temor,
rebeldías, amor, escepticismo, etc?. Creo que para muchos de
nosotros,
principalmente representa la seguridad de sentir que siempre está cerca como un Padre
que nos ama, muchas veces a través de otros espíritus familiares o guías que nos inspiran
y dan fuerzas para transitar el camino de la vida.. Sentir a Dios, supone sentir que Algo
Superior e indefinible nos ama más incluso aún que nosotros mismos y nos comprende y
acepta tal y como somos, sin juzgarnos y brindándonos continuamente oportunidades
para progresar y participar finalmente de la felicidad de Su presencia y cercanía, aunque
para alcanzar esto a veces tendremos que sufrir situaciones de dolor que en cualquier caso
siempre son transitorias.
principalmente representa la seguridad de sentir que siempre está cerca como un Padre
que nos ama, muchas veces a través de otros espíritus familiares o guías que nos inspiran
y dan fuerzas para transitar el camino de la vida.. Sentir a Dios, supone sentir que Algo
Superior e indefinible nos ama más incluso aún que nosotros mismos y nos comprende y
acepta tal y como somos, sin juzgarnos y brindándonos continuamente oportunidades
para progresar y participar finalmente de la felicidad de Su presencia y cercanía, aunque
para alcanzar esto a veces tendremos que sufrir situaciones de dolor que en cualquier caso
siempre son transitorias.
Dios no solo es
fuente de Amor , sino también de Justicia permanente, porque la
justicia para
ser tal debe estar ligada al Amor y mediante la conjunción de ambas nos podríamos hacer
una idea de su Perfección y Misericordia. Toda la Creación es la manifestación de su Amor; y
la Reencarnación de sus hijos los espíritus, en mundos físicos, es la prueba de su Amor y de
su Justicia.
ser tal debe estar ligada al Amor y mediante la conjunción de ambas nos podríamos hacer
una idea de su Perfección y Misericordia. Toda la Creación es la manifestación de su Amor; y
la Reencarnación de sus hijos los espíritus, en mundos físicos, es la prueba de su Amor y de
su Justicia.
En la medida que
meditamos en Dios y le comprendemos, comprendemos como realmente
somos sus hijos y nuestro destino es la inmortalidad , por lo que aspiramos acercarnos a El
en esta suprema intención de identificarnos siempre con Su grandeza, Amor y Voluntad como
Padre nuestro que es, haciendo así realidad estas aspiraciones de Amor y Justicia que laten
en el interior de cada Ser humano ,porque aun sin ser conscientes de ello estas metas o
ideales por si mismas son también evidencia de Su realidad existencial que es Origen y Meta
de todo cuanto existe.
somos sus hijos y nuestro destino es la inmortalidad , por lo que aspiramos acercarnos a El
en esta suprema intención de identificarnos siempre con Su grandeza, Amor y Voluntad como
Padre nuestro que es, haciendo así realidad estas aspiraciones de Amor y Justicia que laten
en el interior de cada Ser humano ,porque aun sin ser conscientes de ello estas metas o
ideales por si mismas son también evidencia de Su realidad existencial que es Origen y Meta
de todo cuanto existe.
- Jose Luis Martín -
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“Ayúdanos a descubrir a Dios...”
-“Nadie
puede ayudaros a hacerlo”
-“¿
Por qué no?
-“Por
la misma razón que nadie puede ayudar al
pez a descubrir el océano”
-Anthony
de Mello-(¿Quién puede hacer que amanezca?)
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