sábado, 6 de diciembre de 2014

Qué es la ALTERIDAD ?


     
LAS COLONIAS ESPIRITUALES


¿Qué pasa cuando uno muere? ¿Cómo será su vida en el más allá? ¿Irá a un cielo o a un infierno?
Las respuestas a esas, y a otras preguntas semejantes, están sujetas a las convicciones de las personas. Un materialista dirá que, cuando uno muere, no va a sitio alguno, pues todo se acaba en la tumba. Un espiritualista dirá que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
Otros aún afirmarán que el destino final del ser, que actualizó todas sus potencialidades, es el Nirvana. Y así
sucesivamente. ¿Cómo saber quienes tienen la razón?
Antes de seguir en el análisis del asunto, vale destacar que no tenemos la intención de convencer a nadie. No nos dirigimos a quien esté convencido de sus opiniones sobre el tema. Nos dirigimos a aquellos que, al admitir la existencia y supervivencia del alma después de la muerte del cuerpo físico, están interesados en
cogitar sobre su destino. Para esos, hay la convicción de que el Espíritu irá a algún sitio aunque no tengan
convicción de hacia dónde ni cómo es ese lugar.
Vamos a utilizar un ejemplo simple: cuando queremos saber cómo es un país, lo más razonable ¿no sería preguntar a algunos de sus habitantes que describiesen el sitio en donde viven? ¿El mismo razonamiento no podría ser aplicado en relación a aquellos que ya ultrapasaron las fronteras de la muerte?
El hecho es que ya se hizo esa pregunta a muchos de los que han pasado al otro lado de la vida. Pero las respuestas no son siempre iguales, pues los Espíritus responden conforme a sus experiencias, y ya se ha identificado que hay Espíritus burlones, a quienes les gusta engañar a los que creen ciegamente en sus “revelaciones”. Además, los médiums videntes o de desdoblamiento (que entran en éxtasis en ciertas circunstancias y visitan el plano espiritual) están sujetos a influencias de sus propias convicciones y pueden intervenir en la información que reciben del más allá. Pero,aunque sea importante reconocer esas dificultades –superables con el apoyo de mucho estudio, perseverancia y disciplina–, a lo largo del tiempo fue posible seleccionar informaciones que guardan coherencia y permiten formarnos una idea relativamente objetiva de como es la vida de los llamados muertos, que, de hecho, de muertos nada tienen, pues siguen viviendo de forma muy semejante a la que tuvieron mientras estaban “vivos” entre nosotros.
Allan Kardec, en diversas obras como El libro de los espíritus, El cielo y el infierno, La revista espírita, entre 
otras, evidenció, con mucha maestría, que el asunto es muy antiguo y se puede ubicar referencias a él en las 
enseñanzas de los más antiguos sabios. Pero, en los tiempos modernos, uno de los primeros reveladores 
de la condición de los Espíritus en el mundo espiritual, haciendo referencia incluso a las colonias espirituales, 
fue Emmanuel Swedenborg, un sueco de conocimientos muy amplios en diversas ramas y muy considerado en la sociedad de su época. Pero Swedenborg se dejó influenciar por sus propias convicciones e hizo algunas afirmaciones incoherentes y fuera de lógica para ser aceptadas integralmente. Pero eso no invalida la importancia de su obra para quienes deseen estudiar el tema.
Después de él, otros diversos médiums recibieron informaciones referentes al asunto. Entre ellos Edgar Cayce y Andrew Jackson Davis en Estados Unidos de Norte América. Este último afirmaba que Swedenbog, ya en la condición de Espíritu, era uno de sus guías espirituales. 
Otro americano que trató del tema fue el Reverendo G. Vale Owen, que describe, en el libro The 
life beyond the veil (La vida más allá del velo), una colonia espiritual muy interesante en donde los colores son cambiantes, incluso los de las aves, de conformidad con las vibraciones que emiten los habitantes de ese sitio. 
Todo es muy bello y brillante, con mucha luminosidad y los Espíritus, allí, son muy felices.
En España, entre otros, una gran estudiosa de las relaciones del mundo espiritual con los encarnados fue Amalia Domingo Soler, con la publicación de considerable cantidad de obras muy esclarecedoras y consoladoras para aquellos que han perdido seres queridos en diversos momentos de la vida.
Por intermedio de diversos médiums que apoyaron la labor de Allan Kardec, en la codificación espiritista, y, más tarde, por otros, como Yvonne Pereira, Francisco Candido Xavier, Divaldo Franco, Raúl Teixeira, citando tan solamente algunos, los Espíritus cuestionados acerca de dónde viven, afirman que pueden estar por ahí sin lugar ni destino ciertos. Otros están en sitios de dolor y sufrimiento, de conformidad con su conciencia llena de culpabilidad por los males que hicieron contra otros. Pero hay aquellos que afirman vivir en colonias espirituales, algunas semejantes a nuestras ciudades.
André Luiz, por ejemplo, por la psicografía de Chico Xavier, describe varias colonias espirituales y puestos de socorro en donde los Espíritus viven y trabajan. Ese es el caso de Nuestro Hogar, una ciudad espiritual con más de un millón de habitantes y una organización administrativa que podría ser modelo para nosotros. Pero el mismo André Luiz nos presenta una descripción detallada de regiones de mucho dolor y sufrimiento. En el libro Liberación, por ejemplo, él hace referencia a una ciudad, en las tinieblas, gobernada por Espíritus perversos que maltratan a otros que se sienten culpables después de la muerte del cuerpo. En Obreros de la Vida Eterna, ese mismo Espíritu registra la existencia de una colonia transitoria que se destina a auxiliar a Espíritus que se arrepienten de sus errores en las regiones de sufrimiento.
Cairbar Schutel, ya Espíritu, por psicografía de Abel Glaser, habla de la colonia Alborada Nueva que estaría situada en una región más elevada que Nuestro Hogar. 
Ella también es mencionada por André Luiz  Hermano Jacobo, en Volví, describe parcialmente el sitio a dónde le llevan después de su muerte. Es una colonia muy bien organizada con actividades y hogares para todos los habitantes.
También Manoel Philomeno de Miranda, por la psicografia de Divaldo Franco, en la obra Sexo y obsesión, 
describe una Ciudad Perversa, donde el culto al sexo es utilizado de manera enfermiza y desequilibrada.
Hay quienes nos preguntan si los Espíritus no han hecho jamás referencias a colonias situadas en regiones 
espirituales de Europa. André Luiz menciona, en Nuestro Hogar, el intercambio que existe entre los Espíritus de los diversos continentes y cómo las colonias de América han auxiliado a los Espíritus de Europa en el período de la Segunda Guerra Mundial. Él habla del clima espiritual muy denso que envolvía a Europa en aquel entonces y que las colonias espirituales de la región no tenían condiciones de realizar todo el auxilio que era necesario ante la gran cantidad de Espíritus que llegaban allí por la desencarnación provocada por la Guerra.
Visitando diversos países de Europa, hemos tenido más de una experiencia mediúmnica que nos fortalece 
en la convicción de que hay muchas colonias espirituales en ese continente. Una vez, visitando Galicia, subimos por un camino para llegar hasta una iglesia que allí existe desde hace mucho tiempo. En cierto momento del camino, percibimos una vibración del ambiente diferente y muy elevada. Cuando llegamos allá arriba, no hemos percibido ninguna energía especial en la iglesia. Al volver por el mismo camino, al llegar al mismo sitio de antes, percibimos la misma energía positiva.
Decidimos salir del camino y seguir entre matorrales en la dirección hacia donde percibíamos que venía la
vibración positiva. Un poco más adelante, encontramos un resto de monumento druida con algunos círculos
de piedra, como si fuera un templo preparado en la naturaleza. Allí percibimos el movimiento de ir y venir de muchos Espíritus, como si aquello fuera una especie de portal para entrar y salir por un camino que conduce a regiones superiores del plano espiritual, probablemente alguna colonia espiritual en donde ellos habitan.
Es interesante que, visitando la Catedral de Toledo, en el coro, sentimos ese mismo tipo de energía y hemos podido presenciar la llegada y salida de Espíritus, posiblemente también provenientes de alguna colonia
espiritual.
Para el que tenga paciencia en buscar referencias sobre las colonias espirituales en los libros psicografiados,
podrá encontrar tanto lugares buenos donde viven Espíritus interesados en el bien de la colectividad, como
lugares horribles, donde viven Espíritus perturbados y desequilibrados.
Hacia dónde va cada uno de nosotros, depende siempre de cómo estamos viviendo la vida hoy. El sitio
de nuestro destino después de la muerte del cuerpo es definido en base a las afinidades espirituales que
cultivamos. Si mantenemos sintonía con el bien, seguro que nos esperarán Espíritus buenos y agradecidos
que nos conducirán a lugares agradables en donde tendremos mucha satisfacción en vivir.

-Carlos Campetti-(Es periodista, médium de psicofonía, orador y escritor espírita con
amplia experiencia en el movimiento espírita internacional.
( Tomado de una Revista Espírita de la FEE )

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La perversidad del hombre es muy grande. ¿No parecería que este retrocede en vez de avanzar, al menos desde el punto de vista moral?
“Te equivocas. Observa bien el conjunto y notarás que avanza, puesto que el hombre comprende mejor lo que está mal, y a diario corrige sus abusos. Se requiere un exceso del mal para que se comprenda la necesidad del bien y de las reformas”.


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS (784)

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ALTERIDAD (TOLERANCIA ACTIVA)

 Una palabra que en estos últimos años viene ganando espacios, en algunas áreas del pensamiento humano, es alteridad.
Es el VALOR, por excelencia.
Es el mas importante mecanismo para el crecimiento del hombre como ser social, que puede llevarlo a interactuar pacífica y benéficamente, con todo que lo esta a su alrededor.
Es, sin duda, el vehículo capaz de conducir la humanidad, en la tan esperada nueva era.
En la cuestión 621 del “Libro de los Espíritus”, Kardec pregunta donde están escritas las leyes de Dios, obteniendo la siguiente respuesta: “En la conciencia”.
Reflexionando sobre las implicaciones de la práctica de la alteridad por los seres humanos, se puede afirmar que este es un valor que está escrito en nuestras conciencias y que solamente ahora empieza a ser descubierto, cuando ya se pueden vislumbrar algunos tenues focos de claridad, que indicaran la aurora de uno nuevo tempo.
Su significado refleja una nueva mentalidad, aquella que deberá vigorizarse en la civilización, que ciertamente, irá a transformar a La Tierra, en un mundo de regeneración, porque se refiere a la aceptación de las diferencias. También significa la no-indiferencia, el amar,  el ser responsable por el otro, el aprender con los diferentes, aceptando y respetándolos en sus diferencias.
A propósito; debemos aceptar que todos los seres humanos, somos diferentes unos de los otros.
La postura de alteridad nos lleva a ver todos con buenos ojos, recordando las palabras de Jesús: “Si tus ojos fueren buenos, todo tu cuerpo será luminoso; pero si, tus ojos fueren malos, todo tu cuerpo estará en tinieblas.”
Conforme el Profesor Luiz Signates, “La alteridad es una "estrategia" fundada en la ética de la fraternidad y de la paz; un indicativo de como actuar delante de los conflictos del mundo, inclusive con los nuestros, a fin de que podamos construir un mundo de regeneración, por representar en su profundidad, a las leyes cósmicas de convivir entre los seres.
Con relación al Espiritismo, se puede decir que ella llegó como una reflexión para mostrarnos un camino de relación  con  el movimiento espirita.
La persona que vive la alteridad, pasa a ser más fraterna en todos los sentidos, dejando de criticar, juzgar, agredir...
Las actitudes de no-crítica, no-agresión y no-juzgamiento, eliminan la paz consigo mismo, con la humanidad, y con la vida.
Ahí podrás contestar diciendo, que actitudes como esa, tornan a criatura en alienada.
Pero hay gran diferencia entre analizar con vistas al propio aprendizaje y el instinto de ayudar, en caso de que sea viable.  
Juzgar, criticar, envía una vibración negativa para el errado, sea él una persona, una institución o una nación.
Por ejemplo, si ves alguien caminando sobre el césped de un parque para disminuir camino: piensas: ¡Que criatura más maleducada!
En el acto de criticar íntimamente la actitud de aquella persona,  estas generando una vibración negativa, o sea, una “psicoenergia” pesada. Parte de ella queda contigo; su generador, y otra parte alcanza a la persona que pisó el césped, para cortar camino.
Por otro lado, si apenas registras el acto errado, pero respectando la diferencia del otro, en el criticarlo, estará haciendo un bien a si mismo y dejando de hacer mal a lo otro.
Pero digamos que, actuando con alteridad, o sea, sintiéndose también responsable por él, tú entiendes que debes hablarle, alertándolo del error que está cometiendo. Hazlo afectuosamente, en  forma de no humillarlo.
Encontrando la mejor manera de ser, junto aquella persona, una presencia benéfica, y en caso de que sea inviable este alerta, podrás emitirle una vibración fraterna, junto con la idea de que no debe pisar el césped.
Cuando nos habituamos a criticar todo, observando los otros con una óptica sin alteridad, nuestro foco queda dirigido a ellos en tonos negativos, vigilando la forma como se conducen en los menores detalles, y por supuesto, nos colocamos nosotros mismos como parámetro en esta medición de errores, en estos juicios continuos los  ejercemos con relación a todos y para con todos.
 Este hecho nos lleva a desarrollar de forma continua una vibración pesada y antagónica en relación a los demás, porque siempre iremos a encontrar en ellos, lo que calificamos como errado.
Además de esto, estaremos también desenvolviendo nuestra vanidad, al comparar con nosotros  a aquellos que consideramos errados, sin hablar que esta “psicoenergia” negativa, que generamos, podrá inducirlo más aun, a la práctica de las acciones que en él condenamos.
Efectivamente, actuará sobre él como factor inductor.
Pero, si desenvolvemos la alteridad, respectando, la manera de ser de los otros, en sus errores, equívocos y hasta en sus maldades, recordando que todos somos seres en distintas fajas evolutivas, nos tornamos mas ligeros, más acordes con la vida, mas alegres y también mas saludables.
Y si entendemos y aplicamos verdaderamente la alteridad, haremos una plegaria por el que estamos observando en error y les enviaremos vibraciones positivas, inductoras de acciones más correctas.
Otro ejemplo que puede ser citado, es lo que ocurre en algunos centros y grupos espiritas que alían sus prácticas al modelo salvacionista, de  La Iglesia, idolatrando espíritus encarnados y desencarnados, en donde los cánticos hacen parte de lo que muchos compañeros de forma burlesca llaman de "misa espirita”. Pero, si observarnos tal fenómeno con un enfoque de elevada comprensión, podremos entender que hay un infinito número de personas que se abren para el conocimiento espirita, pero sus contenidos psicológicos reencarnatórios, todavía si encuentran saturados de catolicismo o protestantismo.
Son personas que se sienten mejor, en este tipo de conexión con el alto; que consiguen mayor sintonía con las fuerzas más elevadas, por las vías que más fuertemente les hablan al corazón. Será que estas personas, de acuerdo con su propio madurar, no acabaron migrando para un grado de entendimiento, más coherente con la esencia del Espiritismo.
La naturaleza no da saltos y precisamos respetar esta ley, tanto para nosotros cuanto para los otros.
En los medios espiritas, urge adoptar la alteridad como bandera; aprender a  posicionar siempre influenciados por los valores y, en vez de dividirnos en nombre de la “pureza doctrinaria”, ¿por que no sumarnos en nombre del amor?
Pero hay un punto importante a ser percibido en su totalidad y de forma no distorsionada.
Dice respecto a la crítica. Como el ser humano y gran parte de la humanidad, tienen la tendencia de saltar de uno extremo para el otro, es bien probable que muchos espiritas, al abrazaren las ideas de la alteridad, caigan en estos extremos y pasen a adoptar por omisión o convivencia como siendo posicionamientos de alteridad.
Ocurre que ejercer a facultad de la crítica, es hacer parte del crecimiento del ser humano. Solamente que hay dos tipos de crítica, una es saludable y la otra no.
En la crítica saludable observamos, analizamos, buscamos entender los “porqués”, confrontando todo con lo que sabemos y lo que entendemos. Tratando de que sea lo mejor y lo mas correcto. Siempre con la intención del aprendizaje y tratando hacer una ruta para nosotros y que seamos  los mejores modelos.
Podremos también realizar estos análisis, viendo la mejor  forma de colaborar, para que sean corregidos o minimizados cualquier error que encontremos en nuestras apreciaciones.
Si accedemos a este tipo de crítica, con los valores que nos da la alteridad, habremos encontrado la mejor manera de ayudar, de ser presencias benéficas donde estemos, y de que esta ayuda no sea solamente a través de una plegaria o de una vibración positiva.
Esto equivale a una atmósfera interna de buena voluntad, de mirar todo y a todos con buenos ojos, a desarrollar una vibración positiva. Esto es benéfico para quien actúa de esta forma, para los que lo circundan  interfiriendo  de forma positiva con las propias circunstancias.
En la crítica saludable, podremos dialogar con tranquilidad, debatir nuestros puntos de vista, cambiar ideas, estar abiertos para aprender con los demás, en fin, participar activamente de las situaciones, siempre mirando el bien general.
Esto nos torna seres benéficos para nosotros mismos y para los otros, tanto en nuestro hogar, cuanto en el ambiente profesional, en la sociedad, en nuestra comunidad.
En el tipo de crítica no-saludable, desenvolvemos un ambiente interno pesado, siempre dispuesto a encontrar errores en torno de nosotros.
Posturas así son generadoras de carga energética pesada, disgregadora, además de fomentar orgullo y vanidad en quien las vivencia.
Pero, si percibirnos que estábamos haciendo críticas o comentarios negativos sobre alguien, podremos anular los efectos dañinos, que tales actitudes puedan generar, tanto en el criticado como en nosotros, pasando a buscar los valores de quien estábamos apuntando con nuestros pensamientos o palabras.
También es digno de hacer notar el hecho, de que en los medios espiritas, es mucho más fácil desenvolvernos en un estado de crítica negativa con relación a las religiones y a las otras ciencias y filosofías; por  el universo de conocimientos transcendentales que el Espiritismo nos proporciona.
Este tipo de procedimiento es también generador de orgullo. Pero una postura de alteridad es niveladora, ayudando a eliminar el orgullo, por propiciar entendimientos más amplios, por lo cual podremos percibir la importancia de todos las demás ciencias, filosofías y religiones en la evolución de la humanidad.
En verdad, la alteridad, en su esencia, debe manifestarse  como una postura ética o un conocimiento interior, bajo las directrices que construye nuestro pensamiento y emociones, dentro de un entendimiento más pleno sobre el ser humano y de la propia vida.
Así, lanzando una mirada mas sincera y mas libre sobre las circunstancias, aquellos que por cualquier motivo consideremos inferiores a nosotros, podremos verlos de forma algo semejante a como los espíritus superiores nos ven a nosotros.
Ellos no se incomodan ni si sorprenden con nuestras inferioridades, puesto que nuestras flaquezas no encuentran eco en su interior. Este tipo de percepción representa un gesto  de luz, que abre las puertas para el desenvolvimiento del amor pleno.
Es también un camino para la verdadera humildad.
Por estas consideraciones, es posible percibir la importancia de la alteridad en los medios espiritas como una postura de vanguardia, señalando un modelo de convivencia para el nuevo tiempo, en un mundo de regeneración.
Así, mucho mejor que pelear por cuestiones fútiles doctrinarias o modelos unificados de prácticas, es preferible abrazarnos fraternalmente, respectando nuestras diferencias, aceitando nuestras divergencias y juntos trabajar más intensamente por la difusión de los principios espiritas y por el bien del ser humano.
Y que viva el amor, en todas sus manifestaciones.
 Cuando, un día, los valores de la alteridad y del amor hicieren parte de la vivencia de las personas, el mundo todo va percibir que la vida es bella y vale la pena vivirla.
 (Texto extraído del libro La Transición está pidiendo mudanzas,de Saara Nousiainen e Simone Ivo Sousa) Traducido por Cassio
Readaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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Hay verdaderamente dos cosas diferentes: Saber y creer que se sabe. La Ciencia consiste en saber; en creer que se sabe está la ignorancia. 
Hipócrates
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                                 Inteligencia e Instinto
   

71 – ¿La inteligencia es un atributo del principio vital?

– No, puesto que las plantas viven y no piensan; tan solo tienen
vida orgánica. La inteligencia y la materia son independientes, pues un cuerpo puede vivir sin inteligencia; pero ésta sólo puede
manifestarse por medio de los órganos materiales, y es necesaria la unión con el espíritu para dar inteligencia a la materia animalizada.
La inteligencia es una facultad especial, propia de cierta clase de seres orgánicos que les da, con el pensamiento, la voluntad de actuar, la conciencia de su existencia y de la individualidad, así como también los medios para establecer relaciones con el mundo exterior y de atender a sus necesidades.
Pueden distinguirse así: Primero: los seres inanimados formados
únicamente de materia, sin vitalidad ni inteligencia, que son los cuerpos brutos.
Segundo: los seres animados no pensantes, formados de materia y dotados de vitalidad, pero desprovistos de inteligencia. Tercero: los seres animados que piensan, formados de materia, dotados de vitalidad y que tienen además un principio inteligente que les da la facultad de pensar.

72 – ¿Cuál es la fuente de la inteligencia?

– Ya lo dijimos: la inteligencia universal.

– ¿Podría decirse que cada ser toma una porción de inteligencia
de la fuente universal y la asimila, como toma y asimila el principio
de la vida material?


– Esto no es más que una comparación e inexacta, porque la
inteligencia es una facultad propia de cada ser y constituye suindividualidad moral. Además, ya sabéis, que hay cosas que no es dado al hombre penetrar, y esta es, por ahora, una de ellas.

73 – ¿El instinto es independiente de la inteligencia?

– No, precisamente, porque es una especie de inteligencia. El instinto es una inteligencia no racional, y por él todos los seres atienden a sus necesidades.

74 – ¿Puede fijarse un límite entre el instinto y la inteligencia, es decir, precisar donde termina uno y comienza la otra?

– No, porque con frecuencia se confunden; pero se pueden distinguir muy bien los actos que pertenecen al instinto de los que pertenecen a la inteligencia.

75 – ¿Es exacto decir que disminuyen las facultades instintivas a medida que crecen las intelectuales?

– No; el instinto existe siempre, pero el hombre lo descuida.También puede el instinto conducir al bien; nos guía casi siempre y a veces con más seguridad que la razón; porque nunca se extravía.

– ¿Por qué la razón no es siempre un guía infalible?

– Sería infalible sino estuviese falseada por la mala educación,por el orgullo y el egoísmo. El instinto no razona; pero la razón deja la elección al hombre y le da el libre albedrío.
El instinto es una inteligencia rudimentaria que difiere de la inteligencia propiamente dicha en que las manifestaciones son espontáneas casi siempre,mientras que las de la inteligencia son resultado de una combinación y de un acto deliberado.
El instinto varía en sus manifestaciones según las especies y sus necesidades. En los seres que tienen conciencia y percepción de las cosas exteriores se alía a la inteligencia, es decir, a la voluntad y a la libertad.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS-
LIBRO PRIMERO. – CAPÍTULO IV
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