INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Actualización del Espiritismo
2- La sonrisa en el Centro espírita
3.-Pensamiento de Kardec sobre el Espiritismo (10º Apunte)
4.- ¡ Levanta tu frente !
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ACTUALIZACIÓN DEL ESPIRITISMO
Jon Aizpúrua
Una de las cuestiones más difíciles y delicadas que se han presentado en el Espiritismo desde sus propios inicios se relaciona con sus posibilidades para mantenerse actualizado frente a los avances que se producen continuamente en todas las áreas del conocimiento, y, al mismo tiempo, preservar los principios básicos que garantizan su identidad doctrinaria y constituyen la razón misma de su existencia.
Identidad y cambio, son pues, los términos de una ecuación que exige una actitud abierta, equilibrada y prudente. Una actitud, precisamente, como la que adoptó en su tiempo Allan Kardec, el ilustre fundador y codificador de la Doctrina Espírita , y es por eso, que la lectura de sus obras nos inspira tanta confianza y seguridad en la correcta orientación que él trazó, siguiendo además las pautas que le proporcionaron espíritus de altísima elevación moral e intelectual. En El Libro de los Espíritus y demás textos que integran la Suma Kardeciana, encontramos de manera explícita los criterios que definen los rasgos progresistas de la Doctrina espírita :
Doctrina evolutiva:
“El Espiritismo, avanzando con el progreso, nunca quedará rezagado, porque, si nuevos descubrimientos le demostrasen que está en el error en algún punto, él se modificará en ese punto y si una nueva verdad se revelase, él la aceptará”
Científica, filosófica y moral:
“El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones”
Abierta:
“El Espiritismo, so pena de suicidio no puede cerrar las puertas a ningún progreso”
Dinámica:
“La inmovilidad, en vez de ser una fuerza, se convierte en una causa de debilidad y rutina para quien no sigue el movimiento general; rompe la unidad, porque quienes desean ir hacia adelante se separan de los que se obstinan en quedarse atrás”
Racionalista:
“La fuerza del Espiritismo reside en su filosofía, en el llamamiento que hace a la razón y al buen sentido”
Arreligiosa:
“No teniendo el Espiritismo ninguna de las características de una religión, en la acepción usual de la palabra, no podía ni debía presentarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado. Es por eso, que simplemente se dice doctrina filosófica”
Universalista y fraterna:
“La fraternidad debe ser la piedra angular del nuevo orden social. Pero, no habrá fraternidad real, sólida y efectiva si no estuviese apoyada sobre una base indestructible; esta base es la fe; no la fe en tales o cuales dogmas particulares, que cambian con los tiempos y los pueblos se lanzan piedras porque, anatematizándose, mantienen el antagonismo, sino la fe en los principios fundamentales que todo el mundo puede aceptar: Dios, el alma, el futuro, el progreso individual indefinido y la perpetuidad de las relaciones entre los seres. Esta es la fe que da el Espiritismo y que será de ahora en adelante el centro en torno del cual se moverá el género humano” Tales características, claramente puntualizadas en estas citas de Kardec, representan la mejor garantía de que el Espiritismo, no solamente vino en el momento oportuno, superando dialécticamente las carencias y errores tanto del materialismo como de la religión; sino que llegó para quedarse, mostrando a la humanidad un camino cierto hacia nuevos y superiores destinos.
Poco más de siglo y medio ha transcurrido desde que fue codificado, y en todo este tiempo, rico en transformaciones sociales, científicas, intelectuales, culturales, económicas y políticas, los postulados básicos que definen al Espiritismo, lejos de resultar lastimados por el impacto de esos cambios, se han fortalecido, pues han aparecido nuevas evidencias que confirman su autenticidad y veracidad.
Ahora, en pleno siglo XXI, con los nuevos enfoques de las ciencias naturales y de las ciencias sociales que han dado origen a concepciones emergentes como las que ofrecen la biología molecular, la física cuántica, la psicología transpersonal o la parapsicología, se está abriendo paso un nuevo paradigma del conocimiento que se define como holístico, sistémico, dialéctico, ecológico y profundamente espiritualista.
Un paradigma donde se representa al Universo como la cristalización del pensamiento y la voluntad de Dios, como un infinito sistema en continua evolución, y al hombre como una compleja unidad bio-psico-socio- espiritual. En ese paradigma, los principios fundamentales que integran el cuerpo doctrinario del Espiritismo: Dios, espíritu, supervivencia, reencarnación, evolución, mediumnidad y pluralidad de mundos habitados, se ubican con perfecta comodidad.
Si esto es así, ¿qué se debe entender, entonces, por actualización del Espiritismo? Pues, exactamente lo mismo que entendió y previó Kardec: mantenerlo siempre actualizado, de acuerdo con el progreso y no a sus espaldas. Y eso es lo mismo que ya consideraron como algo necesario pensadores de la estirpe de León Denis, Gabriel Delanne, Gustavo Geley, Ernesto Bozzano, Amalia Domingo Soler, Quintín López Gómez, Antonio Freire, Oliver Lodge, y un largo etcétera, solo por mencionar algunos de sus más insignes representantes en diversas épocas y naciones.
Actualizar el Espiritismo no implica, en forma alguna, la eliminación o la sustitución de ninguno de sus postulados centrales. Pero significa, eso sí, revisar la manera como son entendidos e interpretados, y adecuarlos a las nuevas conquistas del Conocimiento científico. Encontramos numerosos temas y conceptos que apenas fueron insinuados en las obras kardecianas, y que requieren ser completados y desarrollados. La ciencia y sus aplicaciones tecnológicas han abierto rumbos que antes no existían y que el Espiritismo debe también incorporar. Y el lenguaje con que se comunican las ideas, con todas sus implicaciones semánticas y semiológicas, debe ser revisado, modificado y perfeccionado. Eso, que es tan obvio y elemental, y que provoca tanto escozor a los espíritas de mentalidad conservadora y dogmática, ya lo hizo Kardec en su momento. En abril de 1857 publicó El Libro de los Espíritus conteniendo 501 preguntas y respuestas, y en 1860, dio a conocer la que sería la segunda y definitiva edición con 1018 cuestiones. ¡Había revisado diversas opiniones y más que duplicado el número de asuntos abordados! En 1858 publicó " Instrucción práctica sobre las manifestaciones espíritas," y después tomó la decisión de no editar más esa obra y refundirla en "El Libro de los Médiums". Tanto en sus libros como en la Revue Spirite, Kardec reconoce, con la honestidad que le caracterizaba, que en numerosas oportunidades se vio obligado a variar su opinión sobre ciertos temas e interpretaciones, e invita a los espíritas a actuar siempre de ese modo para evitar que la doctrina quede marginada del progreso en general.
Para nosotros está muy claro que se debe resguardar la integridad de la doctrina y la fidelidad a las directrices que fueron trazadas por la espiritualidad superior, y que se debe permanecer alerta ante las “innovaciones” de extrañas procedencias que han tratado de infiltrarla, presentándose a sí mismas como “revelaciones superiores”, y que en verdad, nada aportan de interesante o constructivo, y por el contrario, introducen ideas absurdas y extravagantes que desacreditan a quienes las admiten.
La actualización del Espiritismo es un planteamiento y una actitud que se sintonizan plenamente con la letra y con el espíritu de las enseñanzas de su ilustre Codificador. Otra cosa no haría él en estos momentos y no otra cosa nos está reclamando que hagamos en la actualidad. Esta convicción nos mueve a expresar con firmeza y serenidad que la vigencia de Kardec no está en discusión, que su pensamiento es muy actual, y que el sentido dinámico y progresista de su obra es la mayor garantía de que siempre estará en sintonía con el progreso. Es por eso, que la C. E. P. A. convoca periódicamente Congresos Espíritas en diversos puntos de Suramérica con la intención de seguir planteando el tema de la actualización, siguiendo un proceso que habrá de se continúa en otros eventos, con la participación de espíritas que aman esta hermosa doctrina y desean verla siempre fresca, dinámica y abierta.
La actualización del Espiritismo es una necesidad inaplazable y un desafío a la inteligencia, a la cultura y a la sensibilidad de los espíritas. Marchamos hacia ese proceso enarbolando la bandera de Kardec y sintiendo en nuestras almas la inspiración de ese mundo espiritual superior que orienta, anima e impulsa todo esfuerzo que contribuya a la superación de la humanidad.
Editorial de la Revista América Espírita, número 56
Recopilación: Cassio Lopes
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta. y José L. Martín
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LA SONRISA
EN EL
CENTRO ESPIRITA
El
otro día un compañero me comunicó que estaba muy preocupado por la ausencia de
sonrisas y calor humano en el interior de las instituciones espiritas. Y que
nuestra doctrina es optimista, trayendo nueva luz para la vida. ¿Por que es que hay tanta gente sombría dentro
de las instituciones?
No
pude dejar de concordar con él.
De
hecho, he observado que muchas instituciones, a través de sus dirigentes y
trabajadores, asumen esa actitud como para mantener la seriedad doctrinaria y comprometen su
buen humor, simpatía, calor humano, como si el mundo se resumiese a sus
tristezas, al sufrimiento y al pesimismo.
No
podemos olvidar que normalmente quien procura el centro espirita está con
dificultades, está desanimado, está sufriendo. Si mantenemos una postura seria,
con el humor apagado, y sin luz en la sonrisa, debemos saber que tenemos la
postura de estar contribuyendo para influenciar negativamente a aquellos que nos procuran, empeorando su
situación.
Tal
vez por un atavismo judaico cristiano asociado con la idea equivocada de que el
sufrimiento es ennoblecedor y es señal de evolución (lo que está errado,
evidentemente) es que esos hermanos que prefieren la tristeza a la sonrisa
estén actuando así.
Que
jamás falten sonrisas en los centros espiritas, pues nada más animador que ser
recibido con una sonrisa y con el calor
humano. Pues nosotros no somos maquinas. Somos seres humanos, seres
espirituales, teniendo compromisos de transformar el mundo para mejor. ¿Para
qué las sombras en nuestros rostros?
No
podemos olvidar que el abismo atrae al abismo y que sonreír siempre es garantía
de esparcir la paz y la alegría contagiar a aquellos que están a nuestro
alrededor, donde quiera que sea.
Y
la casa espirita tiene un papel de fundamental importancia como irradiadora de
la luz, siendo nuestra postura la encargada de propagar esa buena energía. Si
apagamos nuestro rostro, estaremos impidiendo el flujo de esa luz. Pues “cara”
entristecida no es señal de evolución.
Joaquin Ladislau
Pires Júnior
Traducción de Merchita
Adaptación de José Luis Martín
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PENSAMIENTO DE KARDEC SOBRE
EL ESPIRITISMO
(10º Apunte)
REVISTA ESPÍRITA - OCTUBRE 1866.
Los tiempos son llegados – pg. 296.
La fraternidad debe ser la piedra
angular del nuevo orden social. Pero no habrá fraternidad real, sólida y
efectiva si no fuere apoyada en una base inquebrantable; y esa base es la fe; no la fe en tales o
cuales dogmas particulares que cambian con los tiempos y los pueblos y que se
arrojan piedras porque condenándose entretienen el antagonismo, pero la fe en
los principios fundamentales que todo el mundo puede aceptar: Dios, el alma, el
futuro, el progreso individual indefinido, la perpetuidad de las relaciones
entre los seres. Cuando todos los hombres estuvieren convencidos de que Dios es
lo mismo para todos, que ese Dios soberanamente justo y bueno, nada puede
querer de injusto, que el mal viene de los hombres y no de Él; mirarse como
hijos de un mismo Padre y darse las manos. Esta es la fe que da el Espiritismo
y que será de ahora en adelante el centro en torno al cual se mueva el género
humano, sean cuales sean las maneras de adorar y sus creencias particulares que
el Espiritismo respeta pero de las que no tiene que ocuparse. (...) pg. 298
En ese gran movimiento regenerador,
el Espiritismo tiene un papel considerable, no el Espiritismo ridículo
inventado por una crítica simulada, sino
el Espiritismo filosófico, tal cual lo comprende quien cree que vale la pena
buscar la almendra dentro de la cáscara. Por la prueba que trae de las verdades
fundamentales, él llena el vacío que la incredulidad hace en las ideas y en las
creencias; por la certeza que da de un futuro conforme a la justicia de Dios y
que las razón más severa puede admitir, él atenúa los amargos sinsabores
de la vida y evita los funestos efectos
de la desesperación.
Dando a conocer nuevas leyes de la
Naturaleza, él da la llave de fenómenos incomprendidos y problemas hasta ahora
insolubles y mata, al mismo tiempo, la incredulidad y la superstición. Para él
no existe nada de soenatural ni de maravilloso; todo se realiza en el mundo en
virtud de leyes inmutables. Lejos de sustituir un exclusivismo por otro, se
coloca como campeón absoluto de la libertad de conciencia; combate el fanatismo
bajo todas las formas y lo corta de raíz.
REVISTA ESPÍRITA – SEPTIEMBRE 1867.
Caracteres de la revelación espírita
– pg. 278 –
El
Espiritismo no es contrario a la creencia dogmática de la naturaleza de
Cristo, y en ese caso ¿ puede decirse complemento del Evangelio si lo
contradice?. La solución de esta cuestión apenas la toca de manera accesoria el
Espiritismo que no se tiene que preocupar con dogmas particulares de tal o cual
religión. Simple doctrina filosófica, no
pretende ser un campeón o un oponente
sistemático de ningún culto y deja a cada uno con su creencia.
La cuestión de la naturaleza de
Cristo es capital desde el punto de vista cristiano. No puede ser tratado por
encima y no son las opiniones personales, ni de los hombres ni de los
Espíritus, las que pueden decidir. En
asunto semejante no basta con afirmar o negar; es preciso probar.
( Continuará...)
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¡ LEVANTA TU FRENTE ....!
¡ Levanta, ya, tu frente, oh hombre! y recobra la esperanza.. Un nuevo resplandor va a descender de los espacios a iluminar tu camino. Todo lo que hasta ahora te enseñaron era estéril e incompleto. Los materialistas no percibieran de las cosas mas que la apariencia y la superficie. Ellos no conocen de la vida infinita sino los aspectos inferiores. El sueño de ellos es una pesadilla.
Sin duda, si consideramos el espectáculo de la vida en la Tierra, forzoso es reconocer que lo que en ella predomina, en las inferiores regiones de la Naturaleza, es la lucha ardiente, el combate sin treguas, la perpetua guerra con que cada ser procura conquistar un lugar al Sol. Si, los seres se traban y las fuerzas universales se chocan en lucha gigantesca; mas, en definitiva, lo que de esa lucha resulta no es el caos, la confusión, como se podría esperar de fuerzas ciegas; es el equilibrio y la armonía. Por todas partes la destrucción de los seres y de las cosas no es sino el preludio de reconstrucciones, de nuevos nacimientos.
Y que importa la muerte aparente, si la vida es inmortal, si el ser es, en su esencia, imperecible; si aun esa muerte es una de las condiciones, una de las fases de su elevación.
Es preciso no ver solo la evolución material. Esa no es mas que una fase de las cosas. La destrucción de los organismos nada prueba. Son construcciones pasajeras; el cuerpo es apenas una vestidura. La realidad viva reside en el ser psíquico, en el espíritu. Es él quien anima esas formas materiales. El espíritu torna a encontrarse integralmente en el mas allá de la tumba, con las cualidades adquiridas y los merecimientos acumulados, pronto para nuevas ascensiones.
Vuelve a encontrarse revestido de ese envoltorio sutil, de ese cuerpo fluídico que le es inseparable, que existía antes del nacimiento, subsiste actualmente en cada uno de nosotros y sobrevivirá a la muerte; la existencia de ese cuerpo sutil está demostrada por experiencias cotidianas de desdoblamiento, de exteriorización de la sensibilidad, por la aparición, a la distancia, de los fantasmas de vivos durante el sueño, así como por la de personas fallecidas*
LEON DENIS
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