domingo, 21 de julio de 2024

Una visión espírita de la incineración

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-Buscando respuestas

2.- Hijos adoptivos, en una visión espírita

3.- La vibración energética del Espíritu

4.-  Una opinión espírita de la incineración.  


                                     ******************************




                             
BUSCANDO RESPUESTAS... 

     Hay quienes las creencias y enseñanzas religiosas no satisfacen su ansia de conocer la verdad de la vida, de saber cual es el objeto de la vida, de dónde vienen y hacia dónde van. Otros hay que, habiendo perdido la fe, han caído en un escepti­cismo que amarga sus vidas ante el torbellino en que se mueve la humanidad. En algunos de nosotros hay una gran inquietud espiritual, que nos hace ir de un lado a otro buscando respuesta a muchas preguntas y dudas. Pero, los más, han caído en la des­creencia religiosa y con ello en un materialismo embrutecedor que les está llevando a la frustración; y entre los cuales hay quie­nes no están conformes, que sienten en sí el ansia de algo que no identifican bien; que ansían conocer dónde está la Verdad de la Vida, y andan buscando. Y en esa búsqueda, vosotros habéis llegado hasta aquí. 
    Muchos de los que aquí estamos, hemos buscado en diferentes fuentes ese algo reconfortante que nuestro espíri­tu ansía; pero, no hemos experimentado satisfacción, no hemos aquietado esa ansia que nos apremia, no hemos mitigado nuestra sed de saber; porque, a medida que observamos, que analizamos; a medida que inquirimos el por qué de muchas cosas, topamos con el muro de los dogmas y los credos que no nos dejan avanzar en nuestra búsqueda de la Verdad. Y al igual que nosotros, otros hay que no encuentran satisfacción tampoco en el grupo religio­so al cual pertenecen por herencia familiar, y buscan una verdad que resista el análisis, y la cual no logran encontrar. 
   Los aquí presentes, no hemos llegado aquí por casualidad, sino que estamos respondiendo a la llamada de nues­tro espíritu, el Ego superior, nuestra realidad espiritual, que trata de realizar el programa, el compromiso que hizo en el plano extrafísico antes de encarnar. Porque todos, todos, venimos a la vida con un propósito, con un programa a desarrollar, cuyo obje­to es el progreso del Espíritu. 
     Hoy tenéis ante vosotros dos caminos a elegir: el uno, que nos enseñará cómo liberarnos de las desdichas, de la vida o vidas amargas, que es el camino del conocimiento de las leyes de la Vida; el otro, el de la ignorancia, que nos conducirá a esos estados de frustración y desdicha futura. Hemos dicho que nos enseñará; más, nosotros seremos quienes habremos de realizarlo, porque esa es la ley. 
   El progreso es ley divina, que nadie puede detener definitivamente. Podemos estancarnos, podremos desviarnos durante un tiempo, pero la Ley nos vuelve al camino del progreso. Y nos vuelve: ya creando en nosotros esa ansia, esos anhelos de superación y progreso; ya proporcionándonos Si a esa ansia no respondemos, si no escuchamos a esos anhelos de superación, llegaremos a cerrar los oídos de nuestro espíritu. 
     Os invitamos a que os determinéis firmemente a penetrar en el campo del conocimiento espiritual, en el cual podréis ir adquiriendo conceptos de verdad que contribuirán grandemente a vuestro progreso espiritual y felicidad futura. No os ofrecemos un cielo gratuito, porque nadie puede darlo; pero, os ofrecemos enseñaros cómo poder alcanzarlo. 
     Vivimos en una época intelectual y científica, en la cual ya todos tenemos acceso a las fuentes del conocimiento, que en la antigüedad estaba reservado a un muy limitado núme­ro de personas. Aprovechemos estas facilidades que la Divina Providencia nos depara para nuestro progreso; porque, nuestro planeta tierra, la humanidad, se encuentra actualmente en el final de los tiempos marcados por la Ley, para comenzar una nueva etapa de evolución, una nueva era planetaria, en la cual tendrán cabida en este planeta, tan sólo aquellos que hayan conquistado los méritos para ello. 
    Es nuestro propósito cooperar en la autorrealiza­
ción de quienes tengan ansias de progreso, de quienes ansíen liberarse de la cadena de la ignorancia que nos ata a la rueda de las reencarnaciones penosas en mundos atrasados de sufri­mientos. Y es objeto de estos temas canalizar los conocimientos que habrán de orientar hacia el camino de La Verdad, a quienes ansíen buscarla; y a los que no encuentran respuesta a sus dudas e inquietudes, y hayan perdido la fe en la Grandiosidad Divina. 

 - Sebastián de Arauco.-

                                             ******************************


HIJOS ADOPTIVOS, EN UNA VISIÓN

 ESPÍRITA



¿TODOS SOMOS HIJOS ADOPTIVOS?

Desde una visión espírita, todos somos adoptados. Porque el único Padre legítimo es Dios.
 Los padres de la Tierra NO SON nuestros padres porque en cada encarnación, cambiamos de padres consanguíneos, pero en todas ellas Dios es siempre el mismo Padre de todos los seres, el único y auténtico. 
Pero, para entender mejor la existencia de esta experiencia en la vida de muchos padres, es necesario analizarlo bajo la óptica espírita a la luz de la reencarnación. La formación de un hogar es una planificación que se hace en el mundo espiritual antes de regresar a este mundo. Sabemos que nada ocurre por casualidad . Así como los hijos biológicos, nuestros hijos adoptivos también son compañeros de viaje en vidas pasadas. Y nuestra vida de hoy es resultado de lo que nos elevamos para nosotros mismos, en el pasado.
Surge entonces la indagación: “Si son viejos conocidos y deberán encontrarse en el mismo hogar, ¿Por qué no nacieron como hijos naturales ? “En la literatura espírita encontramos varios casos de hijos que, en función del orgullo, del egoísmo y de la vanidad, se volvieron tiranos de sus padres, esclavizándolos a sus caprichos y pagando con la ingratitud el dolor, la ternura y el celo paternos. De retorno a la Patria Espiritual (al desencarnar), al despertar en ellos la consciencia y comprender la gravedad de sus faltas, pasan a trabajar para recuperar el tiempo perdido y tratarán de reconciliarse  con aquellos a quien dañaron afectivamente.
Así se reencuentran con aquellos mismos padres a quienes no valoraron, para devolverles el afecto herido, rescatando el cariño, el amor y la ternura de ayer. Porque así lo dispone la ley  de Causa y Efecto. No aprovechada la convivencia con padres amorosos y desvelados, es de Ley Divina que retornen al contacto con ellos como hijos de otros padres, llegando a sus brazos por la vía de la adopción.
A los padres cabe el trabajo de orientar a estos hijos y conducirlos al camino del bien, independientemente de que sean hijos consanguíneos o no. La responsabilidad como padres es la misma. Recibiendo ellos en el hogar la bendita experiencia de la adopción, Dios señala a los cónyuges, estar confiando en su capacidad de amar y enseñar, perdonar y auxiliar a los compañeros que retornan para que hoy valoren el desvelo y atención que ayer no supieron tener.  Traen en el corazón desequilibrios de otros tiempos o el arrepentimiento doloroso para la solución, de los cuales piden al reencarnar, la ayuda de aquellos que los acogen, no como hijos del cuerpo, pero sí como hijos del corazón. Allan Kardec elucida:”No son los de consanguinidad los verdaderos lazos de familia sino los de la simpatía y comunión de ideas”.
¿DEBEMOS ESCONDER QUE ELLOS SON ADOPTIVOS?
André Luiz nos esclarece en cuanto a este peligro: “Hijos adoptivos cuando crecen ignorando la verdad, acostumbran a traer grandes complicaciones, principalmente cuando oyen esclarecimientos de otras personas”. Idénticamente lo que ocurre en relación a nuestros hijos biológicos, se debe buscar el diálogo franco y sincero, con base en el respeto mutuo, bajo la luz de la orientación cristiana de conducta.
Uno de los mayores errores que algunos padres adoptivos cometen es el de esconder la verdad a sus hijos. Es importante, desde temprano, no esconder la verdad. A veces lo hacen por amor, ya que los consideran totalmente como hijos; otros lo hacen por miedo a perder el afecto y cariño de ellos. Cuando los hijos adoptivos crecen, aprendiendo en el hogar valores morales elevados, se sienten más amados por entender que lo son, no por haber nacido de sus padres, sino como fruto del afecto sincero y real, y pasan a entender que son hijos queridos del corazón.
Revelarles la verdad solamente en la edad adulta es destruirles todas las alegrías vividas y alterarles la condición de hijos queridos en orfanatos asilados a guisa de pena y compasión. No debemos traumatizarlos, librándolos del riesgo de perder la oportunidad de aprendizaje en el día de hoy.
Padres que conversan con los hijos fortalecen los lazos afectivos, tornando la cuestión de la adopción en cosa secundaria. Recibiendo en nuestra jornada terrena la oportunidad de tener en nuestro hogar un hijo adoptivo, guardemos en el corazón la certeza de que Jesús nos está confiando la responsabilidad sagrada de superar el propio orgullo y vanidad, amando verdaderamente y desinteresadamente a la criatura que Dios nos confía en un trabajo de educación y amparo. Y ayudándolo a superar sus propios males, mañana podrá retornar al seno de aquellos que lo aman en la posición de hijo legítimo.
- Raúl Teixeira-        

                                ************************************************


LA VIBRACIÓN ENERGÉTICA DEL ESPÍRITU

                                                           

    

Hemos aprendido de los espíritus superiores que todo vibra en el Universo. De hecho, algunos estudios científicos nos han demostrado esta realidad.

El Espíritu, desde el inicio de su proceso evolutivo, cuando está ligado al átomo, ya presenta esta fuerza magnética proveniente de la ley de atracción. Recordemos el concepto constante en El Libro de los Espíritus: Desde el átomo hasta el arcángel , todo está ligado en la naturaleza.

A medida que la psique evoluciona, transitando en los reinos inferiores de la creación (mineral, vegetal y animal), esta energía que posee, que se origina en ella y la rodea, se vuelve más compleja.

Más específicamente en el ámbito humano, el de la razón (nuestra etapa actual), es que esta vibración energética (algunos la llaman aura) alcanza niveles más intensos y funciones más precisas.

Esta vibración revela nuestra condición evolutiva, nuestro estado íntimo. El equilibrio o el desajuste, la paz o la violencia, la calma o la irritación y otros sentimientos se expresan a través de las ondas energéticas mentales que emite cada ser.

Cabe señalar que esta psicoesfera individual genera numerosas situaciones que son incomprendidas por algunos en las relaciones sociales. Cuántas personas, por traer el olor psíquico de la antipatía, la animosidad, la beligerancia, son excluidas de los grupos sociales, de los círculos de amistad que se forman en una clase escolar o en un ambiente profesional. Estas personas pasan a ser evitadas sin que los demás tengan una explicación puntual o racional para este hecho.

Por otro lado, cuántos no despiertan la simpatía de muchos ni en el primer contacto. Son espíritus que traen la estela vibratoria de amistad, comprensión y ternura, que acaba generando aceptación con los demás, que inconscientemente se sienten bien en su presencia.

Evidentemente, el tema de las antipatías o simpatías en el primer contacto también tienen otras causas, como pueden ser temas de reencarnación (amistades o enemistades de otras vidas) o divergencias y afinidades de ideas.

Además, cabe señalar que el campo vibratorio del Espíritu tiene una intensa acción en el momento de la reencarnación, ya que el futuro cuerpo que se formará durante el embarazo sufrirá la acción de este magnetismo del ser espiritual.

Por eso, tenemos el cuerpo más apropiado para nuestra evolución.

Antes de la fecundación, el Espíritu reencarnante ya se encuentra en el ámbito familiar y, consciente o inconscientemente, su vibración magnética, que refleja sus deudas y aciertos, activará los gametos que tengan el bagaje genético más acorde con su estado evolutivo y con su necesidad de expiación. . o prueba.

El espermatozoide vencedor sólo logró este logro porque recibió la insuflación psíquica del Espíritu reencarnante.

Así, según la frecuencia con que vibre el alma, el cuerpo presentará salud o enfermedades, plenitud de facultades orgánicas o limitaciones.

Una mente trastornada por los remordimientos, por los complejos de culpa, generará ciertas deficiencias o debilidades en el cuerpo, mientras que las mentes marcadas por la alegría, por la conciencia limpia, interferirán positivamente en la formación del cuerpo y en su desarrollo durante la vida física.

Por lo tanto, los llamados defectos congénitos nunca serán producto del azar o la casualidad (mutaciones genéticas), sino que se derivarán de la acción energética del alma, que, a través del periespíritu (modelo organizador biológico), dará forma al cuerpo que merecemos y más apropiado para nuestra evolución. .

Cabe señalar que en el campo de las muertes violentas o de la incidencia del crimen también encontraremos explicaciones en las emisiones energéticas del alma, que revelan las deudas morales que estas traen a la reencarnación actual, lo que demuestra la justicia divina, pues fue Jesús que nos enseñó que cada uno recibiría según sus obras.

En este sentido, cuántas almas no traen el olor psíquico de la sensualidad, resultado de acciones desalineadas en el área de la libido (de esta u otras vidas), y terminan sufriendo acoso o agresión sexual. Son las experiencias difamadas del pasado, reapareciendo en el ahora con sus drásticas consecuencias (expiación).

En mi ámbito profesional, escuché de muchos delincuentes que tenían en mente robar a determinada persona o residencia, pero en el camino terminaron desistiendo de la idea inicial e identificándose con otras víctimas. Algunos incluso dicen que estaban frente a la casa que iban a robar o cerca de las víctimas, pero “sintieron algo raro” y desistieron o buscaron a otras víctimas.

Este “sentir algo extraño” representa que la víctima emitía un olor enérgico que no contenía la necesidad de vivir una situación de esta naturaleza, y cuando los delincuentes afirman que se sintieron atraídos por otras víctimas, significa que estas trajeron el rastro psíquico que denunciaba. la deuda moral de antaño.

Es obvio que los delincuentes se vinculan inconscientemente con las víctimas.

Como escribimos en un artículo anterior (Muertes Violentas y Planificación de la Reencarnación), las víctimas traen compromisos expiatorios, que pueden ser paliados o diluidos por el bien que se hace en esta existencia (el amor cubre multitud de pecados), pero el malhechor no hace un plan previo en la espiritualidad de matar, robar o agredir a determinada persona; esto resultará del mal uso de su libre albedrío, ya que traerá tendencias morales a este tipo de acción, las cuales podrán ser superadas, contenidas, de modo que existirá la posibilidad de dejar de actuar en el mal.

También se debe enfatizar que muchas personas son víctimas de delitos no por reencarnación, sino por imprudencia o negligencia. Por ejemplo, el individuo va a un lugar conocido por ser peligroso, donde ocurren muchos robos, y deja la llave del carro en el contacto porque va a entrar rápidamente a una farmacia y le roban el vehículo, o está mostrando una gran cantidad de dinero y sufre una agresión que no resultó en riesgo para su vida.

¿Cuántos quieren saber a qué tipo de regiones espirituales irán después de la muerte del cuerpo? ¿Será un lugar de alegría o de sufrimiento? Naturalmente será nuestra vibración energética la que responda a esta pregunta. Si tenemos una frecuencia más alta, una vibración más espiritual, surgida del bien que experimentamos, ciertamente nos vincularemos a colonias espirituales más felices. En cambio, si nuestro olor psíquico revela desviaciones morales, por lo tanto de baja frecuencia, seremos atraídos hacia regiones espirituales más infelices.

Así comenzamos a entender cómo funciona el tema vibratorio del alma en las más variadas situaciones de la vida, dejándonos con el reto y compromiso de educar nuestros sentimientos, o como dice el Espíritu Camilo: Educad vuestras energías, a través de disciplinas espontáneas y necesarias. , para conquistar la paz y la alegría, la salud y la armonía para tu mañana, que comienza desde hoy.

- Renata Mendes-

Nota de la autora:                                                                                                               Libros que indicamos sobre el artículo en cuestión: “Educación y Experiencias” (lección 18) y “En los  Pasos da la Vida Terrestre” (lección 4), ambos del hermano espírita José Raúl Teixeira.

Estudio realizado en el grupo Âncora de Luz. con Alessandro Viana Vieira de Paula.

                                  ************************************************


 UNA OPINIÓN ESPÍRITA DE LA INCINERACIÓN                                            

Chico Xavier, citando una vez a Emmanuel en el libro El Consolador, dice: “La cremación es un proceso legítimo de liberación del espíritu desencarnado”. Sólo aconsejó que debe haber un tiempo de espera de 72 horas después de la muerte, y luego se podría llevar a cabo la cremación. Este tiempo, según el espiritismo, es necesario para que la espiritualidad se desconecte del cuerpo y no sufra.
En el libro “El Consolador” – Pregunta 151, dice:
–“¿Puede el espíritu desencarnado sufrir la cremación de los elementos cadavéricos?"
A través de Chico Xavier, Emmanuel responde que:
–“En la cremación, es necesario ejercer la misericordia con los cadáveres, postergando, por más horas, el acto de destrucción de las vísceras materiales, porque, en cierto modo, siempre hay muchos ecos de sensibilidad entre el Espíritu desencarnado y el cuerpo donde se extinguió el “tonus vital”, en las primeras horas que siguieron al desenlace, en vista de los fluidos orgánicos que aún demandan al alma las sensaciones de la existencia material”.
En “Lecciones de Sabiduría” – CAP. IV – "Cuerpo en Transición, Suicidio y Reencarnación”, la Dra. Marlene Nobre pregunta a Chico Xavier si el espíritu siente los efectos de la cremación del cuerpo físico, y cuántas horas debemos esperar para realizar la cremación, y Chico Xavier responde:
-"El abnegado benefactor Emmanuel, en otra ocasión, preguntó al respecto, manifestó que el tiempo ideal para la cremación del cuerpo, desalojado por el arrendatario o por el espíritu que lo habitó, es de 72 horas, ya que, además de la llamada muerte clínica, el espíritu liberado, en muchos casos , todavía está en proceso de cambio, eliminando gradualmente los restos de su propia desencarnación”. En el caso que se examina, será importante que el cuerpo se mantenga en un cuarto frío, evitando cualquier signo de descomposición.
En "La vida en el otro mundo", Cairbar Schutel, basándose en las enseñanzas del espiritismo, demuestra que: "El alma es el espíritu encarnado, que la extinción de la vida orgánica provoca la separación del Espíritu como consecuencia de la ruptura del fluido de unión que lleva el cuerpo, pero esta separación no es brusca. El líquido periespiritual, poco a poco, se va liberando de todos los órganos, por lo que la separación sólo es completa y absoluta cuando ya no queda un átomo del periespíritu unido a las moléculas del cuerpo.
“La sensación dolorosa del alma por la muerte es directamente proporcional a la suma existente de puntos de contacto entre el cuerpo y el periespíritu y, por tanto, también de la mayor y menor dificultad que presenta la ruptura". No hace falta decir que, dependiendo de las circunstancias, la muerte podría ser más o menos dolorosa.

Fuente: Chat de Espiritualidad

                                      ******************************************************




No hay comentarios: