INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El Consolador: Vida y aprendizaje
2.- Las Promesas ( Comunicado)
3.- El valor de la vida
4.- El arte del matrimonio
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Los mayores óbices psíquicos, antepuestos por el hombre terrestre a sus amigos y mentores de la espiritualidad, son originados por la ausencia de humildad sincera en los corazones, para el examen de la propia situación de egoísmo, rebeldía y necesidad de sufrimiento.
126.- ¿Las vibraciones relativas al bien y al mal, emitidas por el alma encarnada en su aprendizaje terrestre, persisten en el espacio para examen y ponderación del futuro?
Habéis de convenir con nosotros que existen fenómenos físicos, trascendentes en demasía, para que podamos examinarlos debidamente, en la pauta exigua de vuestros conocimientos actuales. Todavía, tratándose de vibraciones emitidas por el Espíritu encarnado, somos compelidos a reconocer que esas vibraciones quedan permanentemente grabadas en la memoria de cada uno; y la memoria es una placa fotográfica, donde las imágenes jamás se confunden. Bastará la manifestación del recuerdo, para ser llevadas a efecto todas las ponderaciones, más tarde, en el capítulo de las expresiones del mal y del bien.
127.- El precepto de “cuerpo sano, mente sana”, ¿podrá ser observado tan solamente por el hábito de los deportes y labores atléticas?
En lo que se refiere al “cuerpo sano”, el atletismo tiene un importante papel y sería una de las acciones más edificantes en el problema de la salud física, si el hombre en su vanidad y egoísmo no hubiese viciado, también, la fuente de la gimnasia y del deporte,
transformándola en una entronización de la violencia, de la corrupción moral de la juventud, ilusionada con la fuerza bruta y engañada por los imperativos de la llamada eugenesia o por las competiciones extrañas de los grupos sectarios, desviando de sus nobles finalidades uno de los grandes movimientos colectivos a favor de la confraternidad y de las salud. Bastará esa observación para comprender que la “mentalidad sana” solamente constituirá una realidad cuando hubiera un perfecto equilibrio entre los movimientos del mundo y las conquistas interiores del alma.
La vida del irracional no es propiamente una misión, presentando, sin embargo, una
finalidad superior que constituye la de su perfeccionamiento propio a través de las experiencias bienhechoras del trabajo y de la adquisición, en largos y pacientes esfuerzos, de los principios sagrados de la inteligencia.
129.- ¿Es un error del hombre alimentarse con la carne de los seres irracionales?
La ingestión de las vísceras de las animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es una lástima semejante situación, así mismo porque, si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de mataderos y frigoríficos. Hemos de considerar, sin embargo, la máquina económica del interés y de la armonía colectiva, en la cual tantos operarios fabrican su pan cotidiano. Sus piezas no pueden ser destruidas de un día para otro, sin peligros graves. Consolémonos con la visión del porvenir, siendo justo trabajar, dedicadamente, por el advenimiento de los tiempos nuevos en que los hombres terrestres podrán dispensar de la alimentación los despojos sangrientos de sus hermanos inferiores.
130.- Obreros del aprendizaje terrestre, ¿ cómo debemos encarar el texto sagrado del “acuérdate del día sábado para santificarlo”, cuando las obligaciones del trabajo proporcionan para eso el domingo?
EL VALOR DE LA VIDA
Esta historia que voy a relatar es tan CONMOVEDORA COMO REAL Y ME CONSTA, ya que se trata de personas cercanas a mí . Hace muchos años, una jovencita pobre del interior de la Argentina -hija de una familia numerosa, con poca educación y necesidades básicas insatisfechas- se vio obligada a salir a trabajar para colaborar con el sustento de los suyos. Para ello, su madre le consiguió un trabajo como empleada doméstica "cama adentro" con una familia adinerada del lugar. Dicha familia estaba integrada por un médico, su esposa y un hijo joven, malcriado como la mayoría de los hijos únicos. Al tiempo de estar allí, el matrimonio concurrió a un evento social que los ausentó casi toda la noche. Ese momento fue aprovechado por el "señorito" para violar salvajemente a la joven empleada. Cuando los padres volvieron al hogar descubrieron el terrible hecho. El médico atendió la salud de la mucama y, una vez repuesta del ataque, la despidieron. La chica calló su terrible desgracia, primero por que ya no tenía pruebas físicas de lo ocurrido; y segundo, porque quiso ahorrarle el disgusto a su familia. Pocos días después tuvo su primera falta y descubrió que estaba embarazada. Como hasta el penoso hecho la joven era virgen, supo inmediatamente que ese hijo era fruto de esa violación. Por ello, decidió confesarle a sus padres lo sucedido, creyendo que en ellos encontraría ayuda y consuelo. Lejos de eso, sus progenitores no le creyeron; le dijeron que eso era imposible que sucediera en una "familia bien" como la de sus empleadores, que era una prostituta barata y que era la deshonra de la familia. Y la echaron. Desesperada, fue a casa de sus empleadores buscando una ayuda. El médico se ofreció para hacerle un aborto, pero la muchacha se negó por sus convicciones religiosas. La pobre mujer estuvo viviendo en la calle, fue a casa de amigas y conocidas hasta que encontró un trabajo con una mujer mayor que la empleó sabiendo toda su historia.
Tuvo su bebé y siguió trabajando hasta que conoció a un hombre que la aceptó con su pequeño, se casó y tuvo otro hijo. Al tiempo quedó sola otra vez y siguió trabajando por horas, ayudada por sus hermanos que -conociendo la historia- se apiadaron de ella y le daban algo de dinero. Así fue criando a sus hijos sin que ellos supieran jamás de esta historia tan triste, creyendo que ambos eran fruto del amor. Muchos años después, en charla íntima con sus hermanas hablaron del tema, que siempre había sido un tabú en la familia. Una de ellas le preguntó porqué no se había "sacado" la criatura, y la mujer respondió: "Cuando esa bestia me atacó yo sufrí muchísimo, hasta temí por mi vida; lo odié con toda mi alma. Cuando los papis me echaron, yo no comprendí cómo una madre o un padre fueron incapaces de proteger a su hija. Y cuando el doctor me ofreció hacerme el aborto, pensé que la sangre de ese bebé jamás iba a lavar tanto dolor, asco, miedo, impotencia y odio que yo sentí. También pensé que si bien ese niño era hijo de esa bestia, también era MI hijo ¿Y qué clase de persona sería si hubiese matado a MI bebé?¿Cómo hubiese seguido viviendo con el remordimiento de haber asesinado a MI hijo? Entonces me aferré. Primero me aferré a Dios y pensé que si bien la violación es algo más común de lo que pensamos, no todas las víctimas quedan embarazadas. Y si Dios me mandaba ese niñito sería porque yo lo necesitaba, y el niño a mí". Luego la otra hermana le preguntó cómo hizo para criarlo, si al verlo recordaría ese terrible episodio. Entonces la buena mujer contestó: "Aferrándome por segunda vez. Aferrándome a todo lo mío que tuviese ese bebé. Le buscaba todo parecido físico, todo gesto, toda actitud que hubiera heredado de mí. Así, en vez de buscar en ese chiquito la cara del salvaje que me atacó, veía a mi hijo y al pequeño milagrito que Dios sacó de tanta barbarie".
Años después, la ya anciana mujer falleció rodeada del amor de hijos, hermanos y nietos. Durante el velorio, yo misma pude ver a su hijo -el hijo del abusador- acercarse al féretro de su madre, y acariciando el rostro lleno de calma de la difunta le dijo: "Gracias, mamita. Gracias por cuidarme y protegerme. Gracias por tanto amor. Me hiciste muy feliz. Fuiste el ángel que me guió en la vida. Que Dios te reciba en el Cielo". Entonces lo comprendí todo. Esa humilde joven tenía razón. Si Dios le mandó ese niño era porque ella sería el ángel que ese bebé necesitaba. Y ese niñito era la escalera que le permitiría a ella alcanzar el Cielo.
Hoy que tanto se habla de aborto no punible, pienso si algunas de esas personas piensan de verdad que la sangre de un inocente puede borrar todo el sufrimiento, el asco, el miedo y la impotencia de la víctima. Si creen que la muerte y el odio son más poderosos que el amor. Si es justo que un bebé pague con su vida el salvajismo de una bestia. Comprendo que no todas las mujeres víctimas de violación tienen la estructura mental o espiritual para pensar como la GRAN MUJER de este relato. Pero si no lo tienen, la sociedad en lugar de abonar la idea del aborto como la salida más fácil -pero más cruel- ¿ no debería impulsar con más ahínco la idea de la adopción? Así, será respetado el derecho a la vida y ese niñito inocente podría vivir rodeado del amor que todo chico necesita. Y del mismo modo, la víctima se dará a sí misma la posibilidad de retomar su vida, sabiendo que a pesar del horrible trauma que le tocó atravesar, tuvo la suficiente valentía para defender el derecho más básico e importante del ser humano: el derecho a la vida.
-Andrea Galleguillo-
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¿Cuál
será el secreto de los casamientos duraderos? Parejas que conviven hace años
hablan de paciencia, renuncia, comprensión.
En
realidad, cada uno tiene su fórmula especial. No hace mucho, leímos las
anotaciones de un escritor que nos parecieron muy interesantes.
El
escritor afirma que un buen casamiento debe ser creado. En el casamiento,
las pequeñas cosas son las grandes cosas.
Por ejemplo, saber que nunca se es muy viejo para tomarse de las manos. Es acordarse de decir
"te amo", por lo menos una vez por día.
Es
jamás irse a dormir irritado. Es tener valores y objetivos comunes.
Es
estar unidos al enfrentar el mundo. Es formar un círculo de amor que una a toda
la familia.
Es
proferir elogios y tener la capacidad para perdonar y olvidar. Es saber disculpar los errores o los fallos que pueda cometer tu consorte.
Es
proporcionar un clima donde cada uno pueda crecer en la búsqueda
recíproca del bien y de lo bello.
Es
no solo casarse con la persona justa, sino ser el compañero perfecto.
Y
para ser el compañero perfecto es necesario tener buen humor y optimismo. Ser
natural y saber actuar con tacto.
Es
saber escuchar con atención, sin interrumpir a cada instante.
Es
mostrar admiración y confianza, interesándose por los problemas y actividades
del otro. Preguntarle qué lo atormenta, qué lo hace feliz, o por qué está
fastidiado.
Es
ser discreto y saber el momento de dejar a su compañero a solas para que ponga
en orden sus pensamientos.
Es
distribuir cariño y comprensión, combinando amor y poesía, sin olvidarse de
halagarlo y actuar siempre con cortesía.
Es
tener la sabiduría para repetir los momentos del noviazgo. Aquellos momentos
mágicos en los que la orquesta del mundo parecía tocar solamente para los dos.
Es
ser el apoyo ante los demás. Es tener cuidado en el lenguaje, es ser firme,
leal.
Es
tener una atención más allá de lo trivial y lograr descubrir cuando uno de
ellos se ha esmerado para presentarse al otro.
Un
nuevo corte de pelo, un vestido diferente, detalles pequeños pero importantes.
Es
saber dar atención a la familia del otro, pues con la unión de la pareja, las
dos familias forman una unidad.
Es
cultivar el deseo constante de superación.
Es
responder dignamente y de forma justa por todos los actos.
Es
ser grato por todo lo que uno significa en la vida del otro.
En definitiva, supone amar profundamente el alma que reside en tu consorte, por encima de su atractivo físico, sabiendo que aunque el tiempo lo marchite,( como igualmente marchitará el de todos), su alma, alimentada con amor, irá creciendo y perfeccionándose, siendo cada vez más bonita. Las parejas que se unen solamente por atractivos físicos o por otros intereses, están abocadas irremediablemente al fracaso.
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El
amor real, por mantener sus raíces en el equilibrio, se va afirmando día tras
día, a través de la estrecha convivencia.
El
amor, nacido de una vivencia progresiva y madura, no tiende a terminarse, sino
que se amplía, una vez que los involucrados pasan a conocer vicios y virtudes,
manías y costumbres de uno y otro.
El
equilibrio del amor promueve la práctica de la justicia y de la bondad, de la
cooperación y del sentido del deber, de la afectividad y advertencia madurada.
¡ Ah ! y no olvidar nunca, antes de nada, que para amar, hay que tener la voluntad consciente de querer amar.
Equipo de Redacción de Momento Espírita, con base en los libros: " Un regalo especial", "El arte del matrimonio", "En la mujer el hombre aprecia, en el hombre la mujer aprecia" y "Vereda familiar". Así como algunos aportes de José Luis Martín-
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