INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Dios y el Universo
2.- El problema de la existencia del mal y Gabriel Delanne
3.- Comunicación instrumental
4.-Es obligación propagar la verdad ( Comunicado mediúmnico)
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DIOS Y EL UNIVERSO
La acción de Dios se revela en el Universo, tanto en el mundo físico como en el moral; no hay un solo ser que no sea objeto de su solicitud. La hemos visto manifestarse en esta majestuosa ley del progreso que preside la evolución de los seres y de las cosas, llevándolos hacia un estado siempre más perfecto.. Esta acción se demuestra igualmente en la historia de los pueblos.
Puede seguirse a través del tiempo esta marcha grandiosa, este empuje de la humanidad hacia el bien, hacia lo mejor. No hay duda de que en esta marcha secular hay muchos desfallecimientos y atrasos, muchas horas tristes y oscuras; mas es necesario no olvidar que el hombre es libre de sus acciones.
Sus males son casi siempre la consecuencia de sus yerros, de su estado de inferioridad.
¿No es acaso un designio providencial el que señala a los hombres destinados a traer las grandes innovaciones, los descubrimientos que contribuyen al desarrollo de las civilizaciones? Estos descubrimientos se encadenan; aparecen los unos después de los otros de una manera metódica, regular, y en la medida que pueden injertarse con éxito sobre los progresos anteriores.
Lo que demuestra de una manera clara la intervención de Dios en la historia, es la aparición en los tiempos precisos, en las horas solemnes de esos grandes misioneros que vienen a tender la mano a los hombres y a conducirles otra vez a la senda perdida, enseñándoles la ley moral, la fraternidad y el amor a sus semejantes, dándoles el gran ejemplo del sacrificio de sí mismos por la causa de todos.
¿Hay algo más imponente que este papel de los enviados divinos? Vienen, marchan en medio de los pueblos. En vano los sarcasmos y las burlas llueven sobre ellos. En vano el desprecio y los sufrimientos les esperan. ¡Marchan siempre! En vano se levantan a su alrededor las horcas y los cadalsos. Las hogueras se encienden y a ellas van, alta la frente, serena el alma. ¿Cuál es, pues, el secreto de su fuerza? ¿Quién, pues, les incita a ir adelante?
Por encima de las sombras de la materia y de las vulgaridades de la vida, por encima de lo terreno, por sobre la humanidad ven resplandecer ese foco eterno del cual un rayo les alumbra y da ánimo para afrontar todos los dolores, todos los suplicios.- ¡Han contemplado la verdad sin velos y, en adelante, no tendrán otro cuidado que el de derramar y poner al alcance de las muchedumbres el conocimiento de las grandes leyes que rigen a las almas y a los mundos!
EL GRAN ENIGMA, DIOS y el Universo
León Denis
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EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA DEL
EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA DEL
MAL Y GABRIEL DELANNE
Si el espiritismo ha conquistado millones de adeptos en el “Los muertos nos hablan”, con el objetivo- según afirma- de derrumbar el espeso muro de silencio, incomprensión y ostracismo, sustentado por la mayor parte de los medios intelectuales de Occidente. Y sigue afirmando el Padre Brune: “Para los medios intelectuales de Occidente, disertar sobre la eternidad es tolerable; decir que hay vida después de la muerte se vuelve discutible, pero afirmar que se puede entrar en comunicación con los “muertos”, es insoportable”. mundo entero, no es solamente porque da a la humanidad la demostración científica de la existencia del alma y de su inmortalidad, sino también porque aporta soluciones lógicas a todos los enigmas que las religione ************************s y las filosofías no han podido resolver hasta ahora. (…)
Sin embargo, no podemos dejar de aceptar –en honor a la
verdad- que esa demostración científica del alma y de su inmortalidad, por
parte del Espiritismo, no ha cuajado en absoluto en el contexto cultural
humano. Posiblemente no se ha tenido en cuenta esa demostración por estar
propuesta por “los espiritistas” como sinónimo de gente poco seria y
fantasiosa. A pesar de ello, un día u otro –ojalá más pronto que tarde- la
ciencia más vanguardista deberá reconocer esa realidad, porque en sus atrevidas
investigaciones se encontrarán inevitablemente con el periespíritu, como
parte más “material” del espíritu; y, de ahí hasta el alma, ya sólo hay algunos
pasos más.
¿Y qué pregunta más angustiosa que la de la existencia del
Mal? ¿Cómo puede dejarlo subsistir un ser todopoderoso, si sólo de su voluntad
depende que desaparezca? ¿Por qué los bienes naturales, salud, fuerza,
inteligencia, parecen distribuidos al azar, lo mismo que la fortuna y los
honores, cuando lo más frecuente es que sean patrimonio de los menos dignos?
¿Por qué esas calamidades que devastan de pronto un país, hundiendo en el dolor
a millones de seres inocentes? Si interrogáis a las religiones, sólo os
responderán invocando el principio de la libre decisión de la divinidad, que
puede, a su antojo, hacer barro de elección o de impureza. Salta a la vista la
arbitrariedad de esta doctrina. So pena de una monstruosa parcialidad, un padre
justo y bueno no puede predestinar a unos a la abyección, mientras otros no
tendrán que hacer más que vivir para llegar a la felicidad suprema.
Ciertamente es muy desorientador, además de imposible, el
intentar conciliar la idea de una divinidad justa, sabía y todopoderosa, con el
reparto de la “suerte” entre la población terráquea.
Si se interroga al Espiritismo, éste sí que tiene
respuestas convincentes a nivel general, basadas en: La doctrina de las
vidas múltiples nos deja entrever parte de la solución del problema. Si se
vuelve muchas veces a la tierra, esta serie de reencarnaciones nos colocará
sucesivamente en todas las posiciones posibles, y la real desigualdad que para
una sola vida existe, se compensa cuando se piensa en la multiplicidad de
condiciones físicas, morales, intelectuales y sociales, que, alternativamente,
se han ocupado aquí abajo. Lo que tendría de arbitrario, desaparece, si todos
los seres inteligentes sufren pruebas semejantes, quedando así satisfecho el
sentimiento de justicia que cada uno lleva en sí grabado.
Lo que no puede, lo que no debe hacer nunca el Espiritismo
es proporcionar una opinión detallada a las situaciones concretas que se dan en
nuestro planeta. Una cosa es enunciar unas leyes de aplicación general y otra,
muy distinta, el intentar dar respuesta a situaciones particulares. No se
puede “jugar a adivino”; la mayor parte de las veces no se dispone de la
información suficiente como para poder explicar el porqué de determinadas
problemáticas. Contentémonos -que ya es mucho- en comprender los planteamientos
generales; y el más general es que de cualquier situación que vivamos siempre
nos será posible extraer un provecho, por dura que pueda ser esa situación.
4.- El progreso.
El mal ya no es entonces más una fatalidad ineludible y
desgraciada de la que no podríamos librarnos; parece como un acicate, como una
necesidad destinada a impulsar al hombre en la vía del progreso. El progreso no
es una utopía. La existencia del hombre en la época cuaternaria, errando a
través de las selvas o yaciendo en las cavernas, no es comparable a la del más
miserable de nuestros campesinos. A medida que conocemos mejor el mecanismo de
la naturaleza, podemos utilizar las ciencias para mejorar nuestra situación
física; (…)
El mal toma así otro aspecto a nuestros ojos; el mal, o sea
el dolor (físico o moral), la dificultad, la contrariedad,… viene a convertirse
en el verdadero motor de nuestro progreso, hasta que éste pueda ser conducido
exclusivamente por la voluntad. La civilización proporciona al hombre
una seguridad que sus precursores no conocían; (…). Desde el punto de vista
moral, los progresos han sido más lentos; todavía es cruel la lucha por la
existencia, sobre todo en las ciudades, pero, ¿quién osaría comparar el
proletariado actual con la esclavitud antigua? Si las guerras no parecen llevar
trazas de extinguirse, han perdido parte de su horror primitivo. (…)
Ojalá fuera del todo así. Las guerras siguen siendo una
lacra de la sociedad, siguen siendo una expresión de la raíz de todos los
vicios y de muchos de los conflictos humanos: el egoísmo.
Después del horror de la carnicería, los heridos son
recogidos y atendidos, y el furor homicida se extingue cuando la bestia humana
reposa. En vez de rematarlos, se cura a los heridos. El sentimiento de
solidaridad se afirma con la multiplicación de los hospitales, con
las pensiones a la vejez, con el auxilio concedido a los
inválidos, igual que con las asociaciones que garantizan a sus miembros contra
los riesgos de enfermedad y paro.
Se presiente el principio de un nuevo estado de cosas; si
es todavía rudimentario y en muchos aspectos, defectuoso, nada impide creer que
cada día adquirirá mayor impulso. La evolución hacia lo mejor aparece como
consecuencia de la elevación intelectual de la masa social, que la instrucción,
liberalmente distribuida, comienza a despertar del letargo en el que durante
tantos siglos yaciera para exclusivo provecho de sus explotadores. Ya no se
espera la dicha de una intervención sobrenatural. Se comprende que ella será
resultado del esfuerzo colectivo de todos. Hay que dejar a los aficionados a
las paradojas fáciles la negación del progreso; éste es la ley espiritual que
rige el universo.
Seguramente habrá un nuevo estado de cosas; ¿cuándo? Una
respuesta fácil sería: cuando Dios quiera. A pesar de que en el fondo es así,
no podemos dejar de pensar que las leyes divinas se aplican de forma automática
y que los Espíritus superiores son los ejecutores de esas leyes. Por lo tanto,
sin duda alguna, cuando ese estamento espiritual superior lo crea oportuno se
dará un impulso al progreso espiritual en detrimento, si es necesario, del
siempre pujante progreso material.
Somos creadores de un determinismo ulterior, consecuencia
de nuestras pasadas acciones, aun poseyendo la posibilidad de modificar
nuestras existencias futuras en el sentido más favorable, según el grado de
libertad moral e intelectual en relación con el punto de la evolución que
hayamos alcanzado.
“Determinismo ulterior”: esa es la clave del problema. Determinismo que es la suma de esas consecuencias de acciones pasadas y, ciertamente, de nuestras necesidades de aprendizaje. Es importante este concepto básico en Espiritismo -bien señalado aquí por Delanne- sobre esa posibilidad permanente de modificar nuestro futuro a través de dignificar lo más posible nuestro presente.
5.- Consecuencias morales.
Las vidas sucesivas tienen por objeto el desarrollo de la
inteligencia, del carácter, de las facultades, de los buenos instintos y la
supresión de los malos.
Siendo la evolución continua y perpetua la creación, en el
curso de sus existencias cada uno de nosotros es en todo momento lo que él ha
hecho de sí mismo. En efecto, cada uno de nosotros, lleva consigo una sanción
inevitable que no puede ejercerse inmediatamente, pero que, tarde o temprano,
tendrá una repercusión segura en las vidas futuras.
“Evolución continua”, ¡qué gran y formidable verdad!; por
lo tanto, siempre habrá conocimientos por conquistar, aprendizajes por
realizar.
Las desigualdades morales e intelectuales no son, por lo
tanto, el resultado de arbitrarias decisiones de la divinidad, ni la justicia
se ve ofendida.
Partiendo todos del mismo punto para acabar en la misma
meta, que es el perfeccionamiento de nuestro ser, pasando por todas las
situaciones terrestres, existe, en realidad, una perfecta igualdad entre todos
los individuos, compensándose las diferencias en el curso de múltiples vidas.
Esta comunidad de origen nos demuestra claramente que la fraternidad no es una vana palabra. En todos los grados de evolución, nos sentimos unidos los unos a los otros, de modo que no existe ninguna diferencia radical entre todos los pueblos, a despecho del color de su piel y de su estado de adelanto. La evolución no es solamente individual; es colectiva. Reencarnándose por grupo cada nación, existe una responsabilidad colectiva como existe una individual; de esto se deduce que cualquiera que sea nuestra posición en la sociedad, tenemos interés en mejorarla, ya que, en realidad, con ello preparamos nuestra suerte futura.
La fraternidad, conduciéndonos cada vez más a comprender
que esencialmente todos somos iguales, acabará por erradicar, inapelablemente,
la lacra del racismo.
Por consiguiente, el egoísmo es a la vez un vicio y un mal
cálculo, puesto que el mejoramiento general no puede resultar más que del
progreso individual de cada uno de los miembros que constituyen la sociedad:
(…)
La palingenesia es, pues, una doctrina esencialmente
renovadora y un factor de energía, puesto que estimula en nosotros la voluntad,
sin la cual no podría realizarse ningún progreso individual.
La solidaridad se impone a nosotros como una condición esencial del progreso social; (…)
-5- El mal, por consiguiente, no es
una necesidad fatal impuesta a la humanidad; puede y debe salvarse, ya que es,
pura y simplemente, el resultado de nuestra ignorancia de las leyes físicas y
morales que rigen el mundo.
Y, a medida que aprendemos, ese mal, esa ignorancia de las
leyes que remarca Delanne, se irá diluyendo ante el empuje continuo de la
comprensión y de la inteligencia; inteligencia que nos enseña que es bueno para
nosotros el comportarnos cada vez más honorablemente. En resumen, la
teoría de las vidas sucesivas satisface todas las aspiraciones de nuestras
almas, que exigen una explicación lógica del problema del destino. Se concilia
perfectamente con la idea de una providencia, a la vez justa y buena, que jamás
castiga nuestras faltas con eternos suplicios, sino que nos deja a cada
instante el poder de reparar nuestros errores al elevarnos lentamente, por
nuestro propio esfuerzo, franqueando los peldaños de esta escala de Jacob,
cuyos primeros escalones se hunden en la animalidad, mientras los más altos se
levantan hasta la espiritualidad perfecta.
Excelente conclusión de este capítulo final de su obra; realmente la teoría reencarnacionista -prácticamente comprobada por la ciencia psicológica- es la única que concilia a la Providencia divina con las situaciones difíciles de los mundos inferiores. Dios no nos desampara jamás; Dios no comete arbitrariedades; Dios nos da las oportunidades necesarias, las reencarnaciones que nos hagan falta, para aprender y progresar por nosotros mismos.
Digamos con Maeterlinck:
Reconozcamos, de paso, que es muy lamentable que los
argumentos de los teósofos y de los neo-espiritistas no sean perentorios;
puesto que no ha habido creencia más bella, más justa, más pura, más moral, más
fecunda, más consoladora y, hasta cierto punto, más verosímil, que la suya. Es
la única, con su doctrina de las expiaciones y de las purificaciones sucesivas,
que da cuenta de todas las desigualdades sociales, de todas las abominables injusticias
del destino. Pero la calidad de una creencia no demuestra su verdad. Aunque sea
la religión de quinientos millones de hombres, la que más se acerca a los
misteriosos orígenes, la única que no es odiosa y la menos absurda de todas,
será preciso que haga lo que las otras no hicieron, aportarnos irrecusables
testimonios, pues los que hasta hoy nos ha dado, sólo son la sombra de un
principio de prueba. -(no sabemos a qué obra de Maeterlinck pertenece este
párrafo mencionado por Delanne)-.
Creo haber aportado las pruebas que Maeterlinck pide. Poseemos actualmente una demostración positiva que nos permite comprender, no sólo la supervivencia del principio pensante, sino también su inmortalidad, ya que durante millones de años hemos evolucionado en esta tierra que abandonaremos el día en que nada tengamos que aprender en ella.
Así termina esta acertada exposición del ingeniero y
excelente investigador espiritista Gabriel Delanne. Ojalá que las obras de este
autor pudieran ser consultadas con facilidad por los estudiosos del
Espiritismo. Aunque siempre haya sido un autor minoritario, merece remarcarse
su monumental obra “Investigaciones sobre la mediumnidad”,
donde traza una gran revista a todo tipo de fenómenos anímicos y mediúmnicos.
También hay que destacar que en este 2015 se cumplen 158
años de su nacimiento; prácticamente nació al mismo tiempo que Kardec publicara
“El Libro de los Espíritus”. Es importante resaltar la amistad entre Kardec y
el padre de Delanne.
Sirva este recorrido por parte de una de sus obras como homenaje a este tenaz continuador de la faceta científica de Allan Kardec.
DAVID SANTAMARÍA
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COMUNICACIÓN INSTRUMENTAL
¿ Que es la Comunicación Instrumental ?.-
Se trata de un sistema científico de comunicación
experimental con Seres del Mas Allá; que se encuadra dentro del campo de
investigación puramente científica, y , en principio, excluye cualquier clase
de mediumnidad o de intervención humana para comunicar con los
espíritus. Solamente está basado en la aplicación tecnológica de leyes
físicas .
La idea de comunicar con Espíritus a través de estos medios tecnológicos, no es descabellada ni reciente, pues muchos investigadores durante el siglo XX se interesaron por estas experiencias tecnológicas del mundo de lo paranormal, persistiendo en estas investigaciones hasta nuestros días, aunque casi siempre lo suelen hacer de modo discreto y reservado, dado lo delicado de un tema que puede poner en entredicho la seriedad profesional o la salud mental de cualquier científico que se aparte de los cánones marcados por la ciencia académica, basada en el materialismo y el desconocimiento voluntario de las cosas del mundo espiritual.
Actualmente hay muchos investigadores modernos que se han atrevido a publicar el resultado de sus experiencias, tal como el francés Padre Francois Charles Antoine Brune . Este afirma que es escandaloso el silencio o la censura ejercida por la Ciencia y también por la Iglesia con respecto al descubrimiento mas extraordinario ( Thomas A.Edison) de nuestra época:
Que existe vida después de la muerte y que porque hay vida, nos podemos comunicar con aquellos que llamamos muertos, además de a través del elemento humano que aporta la mediumnidad, también es una realidad conquistada mediante instrumentos como televisores o grabadores. Este sacerdote ha escrito un libro titulado "Los muertos nos hablan" con el objetivo- según afirma- de derrumbar el espeso muro de silencio,
incomprensión y ostracismo sustentado por la mayor parte de los medios intelectuales de Occidente. Y sigue afirmando el Padre Brune: " Para los medios intelectuales de Occidente disertar sobre la eternidad es tolerable; decir que hay vida después de la muerte se vuelve discutible, pero afirmar que se puede entrar en comunicación con los "muertos" es insoportable." - P. Brune- En cierta ocasión el Padre Brune recibió en Luxemburgo una comunicación de Konstantin Raudive, el segundo investigador en la historia que grabó voces de los espíritus. La comunicación decía: “ la infelicidad es que hoy en dia las personas tienen miedo a la muerte. La muerte resulta en una eternidad radiante, una liberación que pone término a vuestras tragedias. La muerte es otra vida.”.Otro investigador de nuestros días llamado Clóvis de Souza Nunes, en la ciudad de Bahía (Brasil), frutos de sus investigaciones ha escrito un libro titulado “La mediumnidad y la Transcomunicación instrumental”. Este afirma que las voces no son chocantes, sino esclarecedoras y consoladoras, y también que unas voces son humanas y otras no lo parecen. Asimismo afirma que las investigaciones con las grabaciones de voces del más allá, son controladas por la comunidad científica desde hace mas de treinta años, y textualmente añade: “No existe la mínima posibilidad de que la grabación de voces e imágenes sean fraudulentas”.
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