sábado, 9 de marzo de 2024

La evolución del Alma.

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- La materia de los Espíritus.- Katie King

2.- Charles Richet estudió al Fantasma Ben Boa

3.- Correspondencia espírita entre Kardec y Manuel González Soriano

4.-La evolución del Alma.


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LA MATERIA DE LOS ESPÍRITUS



Katie King  

Qué ocurre en realidad cuando un fantasma se materializa partiendo del cuerpo del médium? ¿Es la fantasmogénesis fisiológica un acto de posesión en los espíritus?

A finales del siglo XIX surgieron ante un público solícito de hechos insólitos una gran cantidad de médiums afiliados al movimiento espiritista, de gran boga en aquella época, que manifestaban poder traer a entes del «más allá» mostrándolos ante el público que asistiese a sus sesiones. Las reuniones, por supuesto, en la gran mayoría de los casos, eran convocatorias, a las que se podía acudir previo pago de ciertas cantidades de dinero. Entre el marasmo de ansiedad e
incertidumbre en que vivía la humanidad desilusionada por las corrientes materialistas de la época y por una religión que no le ofrecía pruebas palpables, el movimiento espiritista fue la solución para un público desencantado del mundo que le rodeaba, y que necesitaba «pruebas tangibles» que la corriente espirita sí podía ofrecer. De esta forma, surgieron las médiums de salón, que causaron un gran revuelo por la enorme cantidad de información que podían suministrar del «más allá». La ciencia comenzó a interesarse por esta fenomenología, tratando de comprobar qué había  
de verídico       Florence Cook       en todas aquellas manifestaciones.

  Entre los hombres de ciencia que se interesaron por este tipo de casuística, y dentro de ella por la materialización de espíritus de seres ya difuntos, estuvo el


eminente químico inglés William Crookes, que durante tres años (1871-1874) estudió una curiosa materialización que decía llamarse Katie King, y que surgía a instancias de una médium de corta edad –15 años–, llamada Florence Cook Dicho caso, al que hemos aludido en el primer volumen de «Las Ciencias Prohibidas», sigue siendo hoy objeto de enconadas discusiones, ya que aún no ha quedado claro si fue un fraude o una hermosa William Crookes         realidad.

Entre los hombres de ciencia que se interesaron por este tipo de casuística, y dentro de ella por la materialización de espíritus de seres ya difuntos, estuvo el eminente químico inglés William Crookes, que durante tres años (1871-1874)
estudió una curiosa materialización que decía llamarse Katie King, y que surgía a instancias de una médium de corta edad –15 años–, llamada Florence Cook Dicho caso, al que hemos aludido en el primer volumen de «Las Ciencias Prohibidas», sigue siendo hoy objeto de enconadas discusiones, ya que aún no ha 
quedado claro si fue un fraude o una hermosa realidad.

  Florence Cook se presentó a William Crookes para pedirle que se ocupara de su caso. Las primeras sesiones se celebraron en casa del  señor Luxmore. El famoso químico pudo constatar desde un principio que,  contrariamente a lo          - Kati King y F.Cook        que se había insinuado –la posibilidad del desdoblamiento de la médium en un ser igual a ella–, Florence Cook y Katie King eran personas completamente distintas. En efecto, mientras la aparición permanecía delante de él, percibió con toda claridad un sollozo de la médium sumida en trance dentro del camarín. No concediendo importancia a esta prueba, quiso que el fantasma apareciese en el mismo lugar en que se encontraba la médium Cook, sumida en un trance profundo –estado en que entran dichos individuos para la producción de fenómenos–, con objeto de comprobar si eran o no dos personas iguales y verificar o no la hipótesis del desdoblamiento, ya que el fantasma y su médium mostraban un increíble parecido.

El Testimonio De Crookes


      Kati King con William Crookes 

No tardó mucho el día en que Katie apareció al lado de Florence Cook. Pero dejemos que sea Crookes quien nos narre lo sucedido: «Me ocuparé ahora de la sesión celebrada ayer por la noche en Hackney. Nunca se apareció Katie con tal perfección; por espacio de casi dos horas se paseó por la habitación y departió con los allí presentes. Mientras paseaba me cogió varias veces por el brazo. La impresión que sentí –de que era una mujer viva la que se encontraba a mi lado y no un visitante de otro mundo – fue tan fuerte, que no puede resistir la tentación de repetir una reciente y curiosa experiencia.»

«Convencido de que si no era un espíritu lo que tenía a mi lado, mi acompañante tendría que ser una mujer, le pedí permiso para cogerla en brazos, pues, de este modo, esperaba comprobar las interesantes observaciones que un osado experimentador había hecho públicas poco antes de manera un tanto prolija. Me fue otorgado el permiso, e hice uso de él del modo más conveniente, igual que cualquier hombre bien educado, se conduciría en semejantes circunstancias. A mister Volckman le encantará la noticia de que puedo corroborar su tesis de que el fantasma (que, por otra parte, no opuso ninguna resistencia) es un ser tan material, como la misma Florence Cook.»

«Katie aseguró que esta vez se sentía capaz de manifestarse al mismo tiempo que miss Cook. Reduje el gas de los faroles, y luego, con mi lámpara de fósforo en la mano, entré en la habitación que servía de camarín. Antes había pedido a un amigo, hábil taquígrafo, que anotara todas las observaciones que yo pudiera hacer mientras permaneciera en el camarín, pues nunca se me ha escapado la importancia que se atribuye a las primeras impresiones; además, no quería confiarlo todo a mi memoria, y menos aún cuando esto no era necesario. He aquí las notas:

"Entré con precaución en el camarín; estaba a oscuras y tuve que buscar a miss Cook a tientas. La encontré acurrucada en el suelo. Me arrodillé a su lado y encendí la lámpara. A su luz vi a la joven, que seguía con la misma indumentaria de terciopelo negro que al comienzo de la sesión. Daba impresión de completa insensibilidad. Ni siquiera se movió cuando la cogí de la mano y acerqué la lámpara a su cara; siguió respirando a un ritmo muy sosegado."

en pie, justo detrás de miss Cook.


Comparación del rostro de Katie King (izquierda) con el rostro de la médium Florence Cook (derecha). El parecido es tan grande entre ambas, que muchos especularon que podía tratarse de la misma persona

"Al levantar la lámpara, miré alrededor y vi a Katie   Lucía los mismos ropajes blancos y ondulantes con los que todos la habíamos visto vestida desde el comienzo de la sesión. Cogí una de las manos de miss Cook con la mía libre y, una vez más, de rodillas, moví la lámpara de abajo arriba, tanto para iluminar la figura de Katie como para convencerme de a quién veía, de que era ella la misma Katie a la que minutos antes había estrechado, y no el engendro de una mente enfermiza. No dijo nada, se limitó a mover la cabeza en señal de reconocimiento. Tres veces diferentes examiné con atención a miss Cook, que seguía acurrucada delante de mí, para asegurarme. Pasé entonces a un rincón del camarín y dejé de ver a Katie, pero no abandoné la estancia hasta que miss Cook despertó y entraron dos de los asistentes con luz.

«La estatura de Katie es variable. En mi casa la he visto quince centímetros más alta que miss Cook. Ayer por la noche, descalza y sin estar de puntillas, medía once centímetros más que miss Cook. También ayer por la noche, Katie tenía descubierto el cuello. La piel del mismo era suave al tacto y a la vista, mientras que miss Cook tiene en el cuello una cicatriz que, en parecidas circunstancias, es, además, de muy visible, áspera al tacto. Las orejas de Katie no están perforadas, en tanto que miss Cook suele llevar pendientes. La tez de Katie es muy blanca; la de miss. Cook en cambio es muy morena. Los dedos de Katie son mucho más largos que los de miss Cook y su rostro más despejado que el de la médium... El pelo de Katie es rubio; el de miss Cook es de color castaño, pero casi parece negro...»

La vida intelectual del siglo XIX fue más compleja que la de ninguna época precedente. El hombre de ciencia, que en un principio había ignorado esta fenomenología, como consecuencia de la restricción del método empírico, según el cual no se podría concebir que un hecho no sucediese en todos los casos, si se planteaban las mismas condiciones experimentales, cosa que no sucede en los fenómenos psíquicos. Sin embargo, el «boom» del espiritismo era demasiado grande para que la ciencia no se sintiese atraída a intervenir, encargándose de realizarlo en un principio Francia e Inglaterra. En la primera, la figura más eminente fue Charles Richet, premio Nobel en fisiología, creador del término que agrupa a este período de investigación: «La metapsíquica».

 Aportación y adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta  

( Prosigue en el siguiente apartado)


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CHARLES RICHET ESTUDIÓ AL FANTASMA  BEN-BOA 

...//... (viene del trabajo anterior)

Pero volvamos volvamos a nuestro tema de las materializaciones, y pongamos al corriente al lector de una curiosa fantomogénesis estudiada por Charles Richet en Argel, en la que actuaba de médium Marthe Beraud, hija de un oficial superior, prometida al hijo de un general, muerto en el Congo antes de celebrarse la boda. Esta joven, de pequeña estatura, morena, de ojos vivos, cabellos cortos e

inteligencia muy despejada, producía un extraño fantasma que decía llamarse Ben-Boa, caballero que aparecía tocado de una túnica y un curioso casco en la cabeza, de barba hirsuta y que hablaba con los presentes. Sus pies, sin embargo, no parecían distinguirse, observándose al final del cuerpo una especie de muñón que parecía sostenerlo. Otro dato curioso de la aparición es que siempre se esfumaba bruscamente en línea vertical al suelo, lo que hacía sospechar la posibilidad de que en el piso hubiese una trampilla por la que el intruso pudiera deslizarse fácilmente, dada la penumbra usual en que se desarrollaban las sesiones. Pero observemos las condiciones de control que estableció Richet en las sesiones.

La cámara en la que se realizaban las experiencias se encontraba en un  pequeño pabellón aislado, sobre una cuadra y debajo de un granero. La ventana había sido condenada y se hallaba cerrada constantemente. La única puerta se cerraba con llave al principio de cada sesión, y el pabellón no tenía otra habitación más que aquélla. «Antes de cada sesión, juntamente con Delanne, lo examinábamos todo meticulosamente.» 

«Dos cortinas en el fondo de la cámara aislaban de la misma una especie de gabinete, completamente oscuro, de configuración triangular, cuya hipotenusa estaba representada por una cortina de una longitud de 2,5 metros poco más o menos. Los asistentes o espectadores se sentaban enfrente, a unos 50 centímetros, y a veces, a menos distancia. Entre aquéllos se contaban el general Noel y su señora; Mlle. XMarie y Paule, que eran dos hermanitas de Marthe –adrede las colocábamos lejos de la cortina, Delanne y yo. Recibíamos luz por una lámpara roja como las empleadas en los laboratorios fotográficos. En el gabinete había una silla, minuciosamente inspeccionada, para Marthe, y otra para la negrita Aischa, criada de la casa».

«Se podía, pues, ver perfectamente cuanto pasaba en la sala. También puedo afirmar con absoluta certeza que ninguna persona podía entrar allí durante las sesiones».

«Seguramente, como Marthe no estaba atada ni sujeta por las manos, las condiciones de vigilancia eran más inseguras, pero suficientes, sin embargo, para poder formar una opinión».

 Para Richet, según todas estas declaraciones, queda establecida la imposibilidad de un fraude por medio de material instrumental, como los usados en los trucos teatrales, que pudiese utilizar la médium, o que el fantasma fuera en realidad un individuo extraño, contratado exprofeso.

Veamos a continuación cómo se desarrolló la materialización de Ben-Boa: «El fantasma de Ben-Boa apareció muchas veces, cinco o seis, en condiciones del todo satisfactorias, en el sentido de que no se puede suponer que fuera Marthe, vestida con un lienzo y tocada con un casco. Hubiera sido preciso que ésta trajera y llevase  uno y otro. Después, simultáneamente, en varias   El Dr.  Gully, amigo de William Crookes, circunstancias, vimos al fantasma y a la médium.     toma el pulso a Katie King                   Respecto a la hipótesis de que fuera un maniquí,                                            es más absurda todavía. El fantasma andaba, gesticulaba, se movía: se distinguían sus ojos, que miraban lentamente alrededor; y cuando probó a hablar, se vio cómo se movían sus labios».

 La Respiración Del «fantasma» 

«Tenía tal apariencia de vida que realicé la experiencia siguiente: tomé un frasco lleno de agua de barita, y ensayé la comprobación de si respirando –porque se oía su respiración– producía, como los seres vivientes, ácido carbónico que enturbiara el líquido. La experiencia salió bien. No dejé de mirar el frasco desde el momento en que lo puse en manos de Ben-Boa, quien en el ángulo izquierdo de la cortina parecía flotar en el aire, más alto y de mayor envergadura que la propia de Marthe puesta de pie. Mientras que el fantasma soplaba en el tubo, se oía el burbujeo del aire, y a la vez preguntaba yo a Delanne: ¿Véis a Marthe? Delanne me contestaba: "Sí, la veo por completo." Aischa se encontraba alejada, en el otro ángulo del gabinete, y yo la distinguía claramente, inmóvil y dormida. También veía perfectamente la silueta de Marthe sentada en la silla, pero no podía verle la cabeza ni el costado derecho.»


   Aportación y adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta                                                                                                                                    



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CORRESPONDENCIA ESPÍRITA ENTRE KARDEC Y MANUEL GONZALEZ SORIANO


Ciudad-Real, febrero de 1869.

Al señor Allan Kardec.

Querido señor,

 Los espíritas que integran el círculo de la ciudad de Andújar, hoy difundido por la voluntad de Dios para la propagación de la verdadera Doctrina, os saludamos fraternalmente.

 Pequeños en talento, grandes en fe, nos proponemos sostener la Doctrina Espírita, tanto en la prensa como en la palabra, tanto en público como en privado, porque es la misma que predicó Jesús, cuando vino a la Tierra para la redención de la Humanidad. .

 La Doctrina Espírita, llamada a combatir el materialismo, a hacer prevalecer la palabra divina, para que el espíritu del Evangelio ya no sea truncado por nadie, a preparar el camino de la igualdad y la fraternidad, hoy, en España, necesita apóstoles y mártires. Si no podemos ser los primeros, seremos los últimos: estamos dispuestos a sacrificarnos.

 Lucharemos solos o juntos, con quienes profesamos nuestra Doctrina. Los tiempos han llegado; No perdamos, por indecisión o por miedo, la recompensa que está reservada a quienes sufren y son perseguidos por la justicia.

 Nuestro grupo estaba formado por seis personas, bajo la dirección espiritual del Espíritu Fénelon. Nuestro médium fue Francisco Pérez Blanca, y los demás: Pablo Medina, Luís González, Francisco Martí, José González y Manuel González.

 Después de haber esparcido la semilla en Andújar, hoy nos encontramos en varias ciudades: León, Sevilla, Salamanca, etc., donde cada uno de nosotros trabaja para propagar la Doctrina, que consideramos nuestra misión.

 Siguiendo el consejo de Fénelon, publicaremos un periódico espírita. Deseando ilustrarlo con extractos extraídos de las obras que ha publicado, le pedimos que nos conceda permiso. Además, estaremos muy satisfechos con su amable colaboración y para ello ponemos a su disposición las columnas de nuestro periódico.

 Agradeciéndoles de antemano, oramos para saludar, de nuestra parte, a nuestros hermanos de la Sociedad de París.

 Y usted, querido señor, reciba el abrazo fraterno de sus hermanos. Por todos,

Manuel González Soriano
RESPUESTA DE KARDEC :

   Hemos dicho en muchas ocasiones que España contaba con numerosos partidarios sinceros, devotos e ilustrados. Aquí ya no es devoción, es abnegación; no una abnegación irreflexiva, sino tranquila, fría, como la del soldado que marcha a la batalla diciendo: Cueste lo que cueste, cumpliré con mi deber. No es este coraje el que se enciende como un incendio forestal y se apaga a la primera alarma; quien antes de actuar calcula cuidadosamente lo que puede perder o ganar: es la devoción de quien antepone el interés de cada uno al interés personal.

 ¿Qué habría sido de las grandes ideas que hicieron avanzar al mundo, si tan solo hubieran encontrado defensores egoístas, devotos de palabra mientras no tenían nada que temer ni perder, pero doblegándose ante una mirada de amenaza y el miedo de comprometer algunas porciones de su vida? su bienestar ?ser? Las ciencias, las artes, la industria, el patriotismo, las religiones, las filosofías han tenido sus apóstoles y sus mártires. El Espiritismo es también una gran idea regenerativa; simplemente surge; aún no está completo, y ya encuentra corazones entregados hasta la abnegación, hasta el sacrificio; devociones que muchas veces se ignoran, no buscando gloria ni brillo, pero que, por actuar en una pequeña esfera, no son menos meritorias, por ser moralmente más desinteresadas.

 Sin embargo, en todas las causas, las devociones a plena luz son necesarias, porque electrizan a las masas. No está lejano el tiempo, eso es seguro, en que el Espiritismo tendrá también sus grandes defensores que, frente al sarcasmo, al prejuicio y a la persecución, llevarán su bandera con la firmeza que da la conciencia de hacer algo útil; Lo sostendrán con la autoridad de su nombre y su talento, y su ejemplo atraerá a la multitud de tímidos que, por prudencia, se han mantenido alejados.

 Nuestros hermanos de España marcan el camino; se ciñen los lomos y se preparan para la pelea. Reciba nuestro saludo y el de sus hermanos de fe de todos los países, porque entre los espíritas no hay distinción de nacionalidades. Sus nombres quedarán inscritos con honor junto a los valientes pioneros, a quienes la posteridad deberá un homenaje de reconocimiento, por haber sido los primeros en pagar con su pueblo y contribuir a la elevación del edificio.

 ¿Quiere decir que la devoción consiste en tomar el bastón de viaje para ir a predicar por todo el mundo a todos? No, ciertamente; estés donde estés puedes ser útil. La verdadera devoción consiste en saber aprovechar la propia situación, poniendo al servicio de la causa, del modo más útil posible y con discernimiento, las fuerzas físicas y morales que la Providencia ha distribuido a cada uno.

 La dispersión de estos señores no se debió a su voluntad. Reunidos inicialmente por la naturaleza de sus funciones, los convocaron a varios puntos de España. Lejos de desanimarse por este aislamiento, comprendieron que, permaneciendo unidos en pensamiento y acción, podrían plantar la bandera en varios centros, y que su separación redundaría así en la popularización de la idea.

 Esto sucedió en un regimiento francés, donde un cierto número de oficiales había formado grupos, algunos de los más serios y mejor organizados que hemos visto. Impulsados ​​por un celo iluminado y una devoción indivisa, su objetivo fue, primero, instruirse a fondo en los principios de la Doctrina y, luego, practicar la palabra, imponiéndose la obligación de tratar, cada uno por turno, una cuestión, familiarizarse con la controversia. Fuera de su círculo predicaban con la palabra y el ejemplo, pero con prudencia y moderación; al no buscar propagarse a cualquier precio, lo hicieron más rentable. Una vez trasladado el regimiento, se repartieron por varias ciudades; así el grupo quedó materialmente disperso, pero, siempre unido en intenciones, continuó su trabajo en diferentes puntos.

Allan Kardec

Fuente: Revista Espírita - Marzo 1869

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              LA EVOLUCIÓN DEL ALMA

La evolución del alma

"...Todo sirve, todo se eslabona en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo" (1) 

La pregunta 540 de El Libro de los Espíritus nos explica cómo toda criatura del Universo sirve para un propósito, un "fin providencial"(1), desde los animales más ínfimos hasta los espíritus superiores, todos somos instrumentos de Dios. De esta forma, incluso "... los espíritus más atrasados resultan útiles al conjunto. Mientras se ensayan para la vida, y antes de tener plena conciencia de sus actos y de su libre albedrío, obran sobre ciertos fenómenos cuyos agentes son sin tener conciencia de ello. Primero, ejecutan. Más tarde, cuando su inteligencia se haya desarrollado, ordenarán y dirigirán las cosas del mundo material." (1)

Por todo ello, seamos conscientes o no, hemos sido instrumentos de Dios desde nuestros inicios como espíritus en continua evolución. «Dios creó a todos los Espíritus simples e ignorantes, vale decir, desprovistos de ciencia» (2),  pero no despro-vistos de instintos y de la Ley Natural grabada en el fondo de nuestro espíritu.

En los primeros momentos, “…en su origen (los seres humanos) son como los niños que acaban de nacer y que actúan más por instinto que por voluntad determinada”(3). En esos momentos «… no tienen los Espíritus más que una existencia instintiva y apenas tienen conciencia de sí mismos y de sus actos» (4), seguidamente, conforme desarrollan la inteligencia, empiezan a adquirir responsabilidad frente a las Leyes Divinas.

Nada permanece estacionario en la Naturaleza, todo evoluciona en cumplimiento de la Ley de Progreso, a través de la reencarnación y los mecanismos de adaptación y herencia.
En cada encarnación integramos la herencia de nuestros padres con nuestras conquistas de existencias pasadas, ahora inconscientes, permitiéndonos desarrollar nuevas capacidades y características inalcanzables hasta ese momento.

La experiencia en todas las etapas de la evolución es el motor que elabora la actividad refleja (el reflejo), que precederá al instinto (automatización), que a su vez precederá a la actividad reflexiva que será la base de la inteligencia en su camino hacia la conciencia de sí mismo y la responsabilidad moral.

Gabriel Delanne, en su libro "La Evolución Anímica" escribe: "Todos los cambios que se observan en la Naturaleza no tienen sino un objeto: el progreso del Espíritu". El estudio de la ley de Progreso nos permite concluir que nada ocurre en la Naturaleza por casualidad. Cada adaptación se proyecta en el plano extra-físico para cumplirse en el plano físico en cumplimiento de la Ley Natural para el bien de todas las criaturas en virtud de la "gran Ley de Unidad que rige la Creación"(5).

Todo evoluciona en la Creación, tanto lo perteneciente al ámbito de la materia, proveniente por tanto del Principio Material o Fluido Cósmico Universal, como lo perteneciente al ámbito espiritual, proveniente del Principio Inteligente que anima todo lo creado. El Principio Inteligente es la expresión de la atracción en el mineral, la sensación en lo vegetal, el instinto en el animal, el razonamiento en el hombre y lo divino en el espíritu puro(6). Dicho de otro modo, el Principio Inteligente en el vegetal aprende a desarrollar los instintos, en el animal, ya con los instintos desarrollados, progresa desarrollando la inteli-gencia, en el hombre de inteligencia despierta, su progreso principal se desarrollará en el campo del sentimiento y en el ser superior, colmado de sentimientos sublimes, continuará su desarrollo hacia límites insospechados de conciencia espiritual, alcanzando los planos superiores de la Creación en unión con Dios, dando cumplimiento en su totalidad a la "gran Ley de Unión que rige la Creación"(5).

La observación nos demuestra que al igual que el instinto en el animal es de la misma naturaleza que en el hombre, su inteligencia y sentimiento también lo son, y varían sólo en el grado de desarrollo.
Gabriel Delanne, en su libro "La Evolución Anímica", dice: "la naturaleza pensante de uno y del otro es del mismo orden y no difieren en esencia, sino en grado de manifestación, y esto es, precisamente, lo que evidencian ciertas facultades de los animales, tales como la atención, el juicio, el raciocinio, la asociación de ideas, la memoria y la imaginación" (7). Además, demuestra también "que los sentimientos morales, tales como el remordimiento, el sentido moral, la noción de lo justo y de lo injusto, etcétera, se hallan en germen en todos los animales" (8).

Siguiendo este razonamiento podemos entender que los animales serán parte de la humanidad futura tanto como la humanidad actual podrá ser parte de la espiritualidad superior que la acompañe en su evolución por los caminos de la conciencia. Parece acertado pensar que todo trabajo que empecemos en la actualidad, dando amor a nuestros hermanos inferiores los animales, compatible con el trabajo futuro, no será para nada una pérdida de tiempo sino un adelanto para todos los implicados. El amor triunfará siempre pero nuestra será la responsabilidad de acortar o alargar el camino.

En la infancia humana, o reencarnaciones primitivas del hombre, nos movemos más por instintos, provenientes de las etapas de la animalidad anterior, que por completa inteligencia. Periodos primitivos donde el hombre aparenta estar todavía más cerca de la animalidad que de su verdadera posición en la humanidad.

Los instintos, basados todos ellos en la Ley Natural, nunca se equivocan pero con el desarrollo de la inteligencia derivan comúnmente, al principio, en pasiones a través del abuso por egoísmo, consecuencia del instinto de conservación.

En aquellos momentos «…el instinto sigue existiendo, pero el hombre lo descuida. El instinto puede también inducir al bien. Casi siempre nos guía, y en ocasiones lo hace con más seguridad que la razón. No se extravía jamás.» (9)

El instinto "es una especie de inteligencia. El instinto es una inteligencia no racional, y por él todos los seres atienden a sus necesidades" (10)

El instinto va cediendo su influencia conforme se desarrollan los sentimientos y la inteligencia. Por ello la naturaleza sabia imprime ya en el animal el sentimiento del amor, bajo sus formas más humildes y rudimentarias de la maternidad.

La inteligencia racional se impone sobre la inteligencia irracional y el sentimiento se impone sobre la sensación y el instinto, porque "… los sentimientos son los instintos elevados a la altura del progreso realizado. El hombre en su origen sólo tiene instintos; más adelantado y corrompido, sólo tiene sensaciones; pero instruido y purificado, tiene sentimientos, y el punto exquisito del sentimiento es el amor.» (11)

En nuestro estado actual evolutivo todavía no disponemos de capacidad ni conocimientos suficientes para comprender el proceso de creación de los espíritus, sin embargo, el estudio y la observación de las Leyes Naturales nos permitirá aproximarnos al conocimiento de las etapas anteriores y posteriores a su formación. Comprendemos que el Principio Inteligente evoluciona a través de los primeros tres reinos, constituyendo en el periespíritu, o cuerpo espiritual, todos los procesos necesarios para la vida orgánica, los instintos y finalmente la vida intelectual consciente. El periespíritu modela el cuerpo físico y es el vehículo de transmisión de los avances obtenidos a través de las sucesivas reencarnaciones del alma por los diferentes reinos. En un proceso de individualización «…los Espíritus son la individualización del principio inteligente…» (12), por el cual se vuelve indivisible, hasta alcanzar el reino hominal, recibiendo la chispa divina o Principio Divino (13), empezando una nueva etapa donde será responsable de sus acciones como consecuencia de la adquisición del libre albedrío, el sentido moral, la conciencia de sí mismo y de su pasado, en busca de las facultades espirituales que le habiliten para la conquista del próximo reino, el angélico.

Los espíritus son creados simples e ignorantes (14), lo que significa que al principio todos somos carentes de conocimientos y tenemos idéntica aptitud para progresar mediante nuestra actividad individual, sin recibir por ello dones especiales o privilegios, que nos diferencien de cualquier otro, siendo todos hijos del mismo Creador, estableciéndose por ello la base de la igualdad y la fraternidad entre todos los seres humanos, y del amor hacia las especies inferiores en su lucha por alcanzar, por pleno derecho, el reino hominal y la equiparación como nuevos herederos de la Creación. Todo ello muestra la bondad y grandiosidad del Plan Divino preparado para todas sus criaturas a través de la "gran Ley de Unidad que rige el Universo"(5), donde no se desprecia el esfuerzo de la más mínima de ellas en su lucha por alcanzar su destino, la perfección del Espíritu junto a Dios. De esta forma el Bien absoluto se puede definir por el cumplimiento de las leyes naturales, las cuales todas ellas, nos llevan hacia Dios, mientras que el mal sería la elección de todo aquello que nos retrase.

José Ignacio Modamio
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra


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