lunes, 15 de marzo de 2021

El desprendimiento

   INQUIDTUDES  ESPIRITAS

1.- ¿Por qué se tiene miedo a los Espíritus?

2.-  Carta de un muerto

3.- El desprendimiento

4.- Frase de Allan Kardec

5.-¿Puede ser la mediúmnidad una anomalía psíquica?

    - Lo dicho por Kardec al respecto






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       ¿ Por qué  se tiene miedo a los  Espíritus ?

                                                                           


 

          Muchas veces esta clase de temores  son  debidos a los prejuicios creados por las  ideas religiosas negativas, como lo es la idea  del demonio y la creencia de que solo los “demonios” se pueden manifestar en este mundo.

 

             Por otra parte,  el “más allá”, siempre ha sido una intuición aunque  un gran misterio, y por naturaleza  a lo que no se conoce se le teme.  Como lo “normal”, es el establecimiento permanente de esa barrera dimensional que separa a  los vivos de los muertos, el establecer contacto con el “más allá”, para algunas personas supone en cierto modo  transgredir lo que la Naturaleza tiene normalizado para nuestro mundo.

 

          No obstante ¿ Quién se asustaría ante la presencia de un Ser querido como su madre, una novia, un hijo, etc, por el hecho de que  se hayan ido de este mundo?.  Si antes les amábamos y nos  amaban, y nos alegrábamos con su presencia, y ellos con la nuestra,  ¿Por qué después de irse de este mundo, habríamos de sentir horror ante su presencia o su manifestación visible o tangible? ;¿Por qué alguien amado nos podría infundir temor?;     ¿ Por qué  su muerte  pudo haber cambiado nuestros sentimientos hacia él, o los suyos hacia nosotros?. Si antes nos amaban, ¿por qué el haber pasado la experiencia de la muerte les iba a hacer dejar de amarnos si siguen siendo los mismos que eran antes de su muerte ?.......

 

          Es normal que temamos la presencia de  Seres negativos que puedan tener una inquietante apariencia que venga dada por su perversión moral. Estas negativas presencias, si las tuviésemos, nos podrían causar  un miedo natural y lógico. Los Seres  espirituales  malignos u “oscurecidos", se manifiestan en nuestro mundo con más frecuencia que los buenos, debido a  que  por  su vibración perispiritual, adquieren una densidad que les sitúa muy cerca de nuestro entorno psíquico  humano que los atrae naturalmente, mientras que los Espíritus más elevados están en otros niveles vibratorios superiores y más  alejados del  nuestro. Por eso mismo se manifiestan más en nuestra esfera psíquica los Seres de esa clase. De todos modos sabemos que son de temer mucho más esos espíritus negativos o malignos, cuando están en este mundo encarnados, como personas comunes que nos podrían agredir  incluso físicamente y hacernos algún daño,  más que  cuando  están en el plano espiritual, desprovistos de una materia física.

 

Si sabemos que hay Seres  espirituales positivos y buenos que no podemos ver,  aunque  los sentimos a veces tan cerca de nosotros,  ¿Por qué si les pudiéramos  ver  ante nuestra presencia , habríamos de  temerles?; ¿ Y si se tratase  de familiares o seres queridos nuestros?; Alguien que amásemos de verdad; ¿Qué nos podrían hacer, ni por qué nos iban a  querer  hacer nada malo?. No lo harían, del mismo modo que nosotros tampoco deseamos ni le haríamos nada malo a ellos.

 

El Amor no se acaba con la muerte, porque el amor une a las almas y las mantiene unidas para siempre aunque se encuentran en diferentes planos de la existencia. Por eso, no les temamos, sino que sigamos correspondiendo con nuestro amor a su amor hacia nosotros.-

 

- Jose Luis Martín-

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Humberto de Campos (Hermano X)

         Carta de un muerto

Usted me pide noticias del cementerio en las conmemoraciones del Día de Finados (Muertos), y como tengo en las manos la carta de un amigo- hoy en la espiritualidad-, dirigida a otro que aún se encuentra en la Tierra, acerca del asunto, con permiso de él, le doy a conocer la misiva que transcribo, sin ninguna referencia a nombres, para dejar su belleza libre de notas personales.

 He aquí el texto, en su carácter puro y simple:

  "Querido amigo, usted no se puede imaginar lo que significa entregar a la tierra los despojos tiesos, el día dos de noviembre.

  Una verdadera tragedia para el muerto inexperto.

  Se acordará usted, que el entierro de mi viejo cuerpo, corroído por la enfermedad, se realizó al crepúsculo, cuando la necrópolis adornada de flores, parecía una casa de fiesta.

  Me hallaba tristemente instalado en el coche fúnebre, montando guardia a mis restos, y reflexionando sobre la vida miserable del ser humano....

  Contemplando de lejos a mi mujer y a mis hijos, que lloraban discretamente en un largo automóvil de alquiler, meditaba aquella antigua sentencia de Salomón: - "Vanidad de las vanidades, todo es vanidad"- cuando, a la entrada del cementerio, fui desalojado de improviso.

  De la multitud inquieta de los vivos en la carne, venía la masa enorme de los vivos de otra naturaleza. Eran centenares de desencarnados, que me palpaban curiosos, entre el sarcasmo y la conmiseración.

  Algunos me dirigían indagaciones indiscretas, mientras otros deploraban mi muerte.

   Con mucha dificultad, seguí el ataúd que transportaba mi esqueleto inmóvil, y en vano, intenté unirme a mi esposa en lágrimas.

  Apenas pude oír la oración que algunos amigos me consagraban, porque de repente, la onda tumultuaria me arrebató del círculo más íntimo.

  En balde, procuré regresar a la época humilde en la que me situaron a la sombra de lo yo había sido en el mundo... Los visitantes terrestres de aquella mansión, perteneciente a los supuestos difuntos, traían consigo inmensa turba de almas sufrientes y resentidas, perfectamente enlazadas a ellos mismos.

  Muchos de esos Espíritus, acoplados a nuestros compañeros humanos, gritaban al pie de las tumbas, contando los crímenes oscuros que los habían arrojado a la valla oscura de la muerte; otros traían en las manos documentos acusadores, clamando contra la locura de parientes o contra la venalidad de los tribunales que habían alterado sus disposiciones y deseos.

  Padres que reclamaban por los hijos. Hijos que protestaban contra los padres.

  Muchas almas, principalmente aquellas cuyos restos se localizaban en las tumbas más lujosas, penetraban en la intimidad del sepulcro y desde allá, emitían gemidos y sollozos aterradores, buscando inútilmente levantar sus propios huesos, con la intención de proclamar, a los entes queridos, verdades que los tímpanos humanos detestan oír.

  Mucha gente desencarnada, hablaba acerca de títulos y depósitos financieros, perdidos en los bancos, de tierras desaprovechadas, de casas olvidadas, de objetos de valor y obras de arte que se les habían escapado de las manos, ahora vacías y sedientas de posesiones materiales.

  Mujeres desgreñadas clamaban venganzas contra hombres crueles, y hombres enfadados e inquietos vociferaban contra mujeres insensatas y delincuentes.

  Tal vez porque trajese aún el olor del cuerpo físico, muchos me tenían por vivo, todavía en la Tierra, capaz de auxiliarlos en la solución de problemas que les abrasaban la mente, lanzaban sobre mí alegatos y quejas, libelos y testimonios.

  Observé que los médicos, los sacerdotes y los jueces, son las personas más discutidas aquí, en razón de los votos y promesas, socorros y testamentos, en los cuales no siempre correspondieron a la expectativa de los traspasos del mundo invisible.

  En muchas ocasiones oí de amigos espíritas la afirmación de que hay siempre muchos muertos obsesando a los vivos, pero, registrando biografías y narraciones, escuchando llantos e imprecaciones por males, y viendo el retrato real de muchos, creo hoy que hay más vivos flagelando a los muertos, encadenándolos en los desvaríos y pasiones de la carne, por el menosprecio con que tratan su memoria y por la hipocresía con que visitan su sepultura.

  Tan grandes fueron mis obstáculos que ya no conseguí más volver a ver a los familiares en aquellas horas solemnes para mi incertidumbre de recién llegado, y solo cuando los hombres y las mujeres, casi todos protocolarios e indiferentes, se retiraron, es cuando las almas, terriblemente atormentadas e infelices, vaciaron el recinto, dejando en la retaguardia solo a nosotros, los libertos en dificultad pacífica, haciéndome percibir que el tumulto en el hogar de los muertos era una simple consecuencia de la perturbación reinante en el hogar de los vivos.

  Apaciguado el ambiente, el cementerio me pareció solo un nido claro y acogedor, en el que no faltaban brazos amigos, respondiendo a mis súplicas, y la ciudad en torno, se me figuró entonces una vasta necrópolis, poblada de mausoleos y de cruces, en los cuales, los espíritus encarnados y desencarnados, viven el angustioso drama de la muerte moral, en pavorosos compromisos de las sombras.

   Como ve, mientras la Humanidad no se habilite para el respeto a la vida eterna, es muy desagradable embarcar de la Tierra para el Más Allá, en el día dedicado por ella para el culto a los muertos que le son simpáticos y antipáticos.

  De ese modo, pida a Jesús, para que usted no venga para acá un día dos de noviembre. Cualquier otra fecha puede ser útil y valiosa, naturalmente, siempre que se despegue de ahí sin ninguna ofensa a la Ley. Ruegue también al Señor, para que, si fuese posible, pueda usted viajar a nuestro encuentro en un día nublado y lluvioso, porque, tratándose de su paz, cuanto más reducido sea el acompañamiento en el entierro, mucho mejor".

  Y como el documento no relaciona otros informes, por mi parte, termino también aquí, sin ningún comentario....

  ( Comunicación recibida por el médium Francisco Cándido Xavier, y que figura en Cartas y Crónicas)

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                              El desprendimiento 

(comunicado)

                                               


Vivos pasamos por la muerte corporal sin que se operen cambios en nuestra conciencia. Caminando hacía los senderos de las realidades vivas en donde continua el proceso de nuestro adelantamiento, ya en una realidad más dilatada. Siendo la muerte física como una puerta de salida en el encuentro de nuestra totalidad. 

 "Ahora ha pasado un hermano limpiador, superior, para ordenar y limpiar el entorno espiritual de vuestra reunión. Son muchas y fuertes las tensiones que hay en vuestro mundo humano que arrastran fuerzas espirituales del bajo astral en una conexión de rabias y resentimientos que forman una masa despertando sentimientos insanos que alteran las atmósferas terrestres. No hay en la tierra el sosiego de antes cuando se llegaba al desprendimiento de la materia, el respeto a los valores sagrados de la vida; es un desajuste total el que está viviendo el ser humano en los momentos del desprendimiento. Es necesaria la apertura a una nueva dimensión espiritual que será la que ponga cordura sobre esos desajustes que repercuten en la biología humana y que la ciencia de la Tierra cada vez se encuentra más indefensa a la hora de comprender de desarrollar, de dar salud y sosiego y un poco de tranquilidad. Es una dura prueba en éste nuevo ciclo de progreso de vuestra humanidad en donde el cambio se desarrollará a través del conocimiento, la entrega y la caridad. De lo contrario el fuego de las ambiciones humanas producirá sufrimiento y dolor, no habrá química humana que pueda serenar ese llanto interior; hacemos estas indicaciones mayormente dirigidas a la asamblea espiritual que está en vuestros entornos pero que vosotros con los ojos físicos no la podéis ver; si abrís el corazón a la verdad espiritual sí; entonces lo podréis sentir. 

     Veo que alguno de vosotros seguís notando las reacciones; esto ya lo hemos indicado muchas veces, mientras no toméis conciencia de esta realidad espiritual seguiréis compartiendo vivencias con seres que ya no están en vuestra realidad corporal. Hay una unión en el sistema progresivo de la vida y hace falta esa apertura profunda para que esta verdad del espíritu sosiegue la conciencia humana y abra senderos de esperanza en el abatido corazón del hombre. Luego, cuando se deja la envoltura terrestre y como espíritu, se llega a la población espiritual cargado de resentimientos y de odios. No existe esa preparación, ese respecto a los valores de la vida, se odia y se mata sin piedad ni consideración, se ha roto el propio concepto moral. Ya no hablo de las Verdades Eternas, hablo sobre la situación humana y sus desajustes que siguen actuando  en la población espiritual. Sois canales y a través vuestro circula la vida; todo en la Tierra y en el Universo tiene un sentido, un contenido, una verdad y también un deber que vosotros estáis en la obligación moral de aceptar, si deseáis evolucionar. "

Espíritu Pedro Santiago.- Médium Manolo Carra

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“El Espiritismo no viene en busca de los perfectos, más si   de los que se esfuerzan  en poner en práctica las enseñanzas de los Espíritus.  El verdadero espirita no es el que alcanzó la meta, más si  el que sinceramente quiere lograrla. Sean cuales sean  sus antecedentes será un buen espirita desde el momento que reconozca sus imperfecciones y sea sincero y perseverante en el propósito de enmendarse.”

- Allan Kardec-

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¿ La mediumnidad podría  ser una anomalía psíquica  ?


                                        


 

                Hay quien  cree  que  los  médiums  son en  todos los casos  enfermos mentales  con  cuadros de histeria, paranoias o   esquizofrenia, o que son víctimas de toda clase de alucinaciones.

 

                En  efecto,  se  pueden  dar casos de  que  estas  enfermedades  mentales sean  la  causa  de una aparente y falsa   mediumnidad,  pudiendo   llevar  a   la  confusión   para   distinguir   entre   la  auténtica  mediumnidad y estos casos patológicos. La cuestión básica a despejar sería: ¿ Son personalidades múltiples de la misma persona las que aparecen en diversos momentos, o realmente muchas veces se trata de múltiples entidades diferentes e independientes del médium, como tantas veces se ha demostrado y se viene demostrando?.

 

                Como se ha señalado ya, la mediumnidad es solamente  una facultad orgánica, cerebral, como lo puede ser la inteligencia o la memoria; no es nada anormal, pues es muy común en la mayoría de las personas que la poseen aun sin saberlo, en muy diversas modalidades y grados de desarrollo, aunque los conocidos como médiums son quienes la evidencian porque la poseen en mayor grado.

 

      La mediumnidad no supone ni conlleva la enfermedad. Lo que puede hacer enfermar al médium no es la presencia de la facultad, sino sus deudas ante las Leyes Divinas (su Karma), desde esta o desde alguna anterior encarnación.


             Al encontrarse el médium actuando entre dos planos de la existencia, puede experimentar determinados estados que se confunden con patologías o con enfermedades.

 

                  La mediumnidad manifestada en el área intelectual,  puede hacer que se presenten estados de aparente alucinación auditiva, visual, ansiedad, recelo, claustrofobia, miedos nocturnos injustificables o intranquilidades y malestares.  En el área física, puede originar ruidos, voces y golpes inesperados, sensaciones de presencias físicas gratas o ingratas, cambios de objetos de lugar, etc. En el área onírica, esto es, durante los estados de sueño,se pueden producir encuentros espirituales, desdoblamientos y pesadillas. No significa esto que esas manifestaciones sean siempre mediumnidad, pero sí suponen que la mediumnidad se puede revelar a través de estos fenómenos.

 

                  La mediumnidad, sobre todo durante su desarrollo, puede llevar al indivíduo hasta estados de empatía. Tan pronto puede sentir alegría y felicidad, como igualmente se sumerge en estados depresivos; a veces tienen la sensación de que algo bueno les está ocurriendo, sonrien, se emocionan, o por el contrario tienen la sensación de que una gran tragedia  les acecha. Todo esto son sensaciones  de buenas o de malas presencias que caracterizan la mediumnidad inspirativa y  la de incorporación.


                    En los casos reales y auténticos de mediumnidad profunda, cuando salen del trance mediúmnico, vuelven a la más absoluta normalidad,  mientras  que  los  casos  patológicos mantienen  sus  síntomas  antes,  durante  y  después de estas   manifestaciones.


              - Jose Luis Martín-                      

                                                

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  “Toda persona que siente, en mayor o menor grado, la influencia de los espíritus, es un médium. Siendo esta facultad inherente al hombre, no constituye por tanto un privilegio exclusivo. De allí que haya pocos que no posean  algunos  rudimentos de ella. Es posible afirmar entonces que todos los seres humanos -en mayor o menor medida-son mediums”. -
Allán Kardec 


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