lunes, 29 de marzo de 2021

Pandemia Moral

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Organización de las sesiones espíritas-

2.- Muerte, es una palabra sin sentido

3.- Pandemia Moral

4.- La religión espírita

5.- ¿ Los curanderos son médiums?





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               ORGANIZACIÓN DE LAS SESIONES 

                               ESPÍRITAS


Las ocupaciones de cada sesión pueden desarrollarse del  modo que sigue :

1º Lectura de las comunicaciones espiritistas obtenidas en la última sesión, puestas en limpio. 

2º Noticias diversas. – Correspondencia. – Lectura de las comunicaciones obtenidas fuera de las sesiones. – Relación de los hechos interesantes del Espiritismo. 

3º Trabajos de estudio – Dictados espontáneos. – Cuestiones diversas y problemas morales propuestos a los Espíritus. 

–Evocaciones. 

4º Conferencia 
– Examen crítico y analítico de las diversas comunicaciones. 

– Discusión sobre los diferentes puntos de la ciencia espiritista. 

347. Los grupos que empiezan tienen que pararse muchas veces por falta de médiums. Los médiums son seguramente uno de los elementos esenciales de las reuniones espiritistas, pero no son elementos indispensables, y no se tendría razón en creer que en defecto de ellos nada haya que hacer. Sin duda aquellos que no se reúnen, sino con el objeto de hacer experimentos, no pueden hacerlo sin médiums, como los músicos en un concierto, sin instrumentos; pero aquellos que llevan la mira de un estudio formal tienen mil motivos de ocupación tan útiles y provechosos, como si pudiesen obrar con los mismos. Además las reuniones que tienen médiums pueden accidentalmente encontrarse sin ellos y sería   enojoso que creyesen, en este caso, no tener que hacer otra cosa que retirarse. Los mismos Espíritus pueden, de tiempo en tiempo, dejarles en esta posición, con el fin de enseñarles a pasarse sin ellos. Diremos más; es necesario para aprovecharse de su enseñanza, consagrar algún tiempo en meditarla. Las sociedades científicas no siempre tienen los instrumentos de observación a la vista, y sin embargo encuentran objetos de discusión; en ausencia de poetas y oradores, las sociedades literarias, leen y comentan las obras de autores antiguos y modernos; las sociedades religiosas meditan sobre las Escrituras; las sociedades espiritistas deben hacer lo mismo, y sacarán un gran provecho para su adelantamiento, estableciendo conferencias en las cuales se lea y comente todo lo que pueda tener relación con el Espiritismo en pro o en contra. 

    De esta discusión en la que cada uno lleva el tributo de sus reflexiones, brotan rayos de la luz que pasan desapercibidos en la lectura individual. Al lado de estas obras especiales, los periódicos abundan de hechos, relaciones, acontecimientos, rasgos de virtudes o vicios que suscitan grandes problemas morales, que sólo el Espiritismo puede resolver, y éste es también un medio de probar que tiene relación con todos los ramos del orden social. 

    Aseguramos que una sociedad espiritista que organizase sus trabajos en este sentido, procurándose los materiales necesarios, no tendría bastante tiempo para las comunicaciones directas de los Espíritus; por lo que llamamos la atención sobre este punto de las reuniones verdaderamente formales, de aquellas que toman más empeño en instruirse que en buscar un pasatiempo. 

El libro de los médiums. Allan Kardec.


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 MUERTE, ES UNA PALABRA SIN SENTIDO

   Sobreviviendo a la retórica de quienes dicen en voz alta que el Covid-19 es una trampa ideológica, reafirmamos que estamos ante un nuevo coronavirus que conlleva más interrogantes que certezas, sobre todo para las personas con factores de riesgo. Soy el padre de una hija especial (no Down), que es una perla muy preciosa para nosotros. Sé que en todo el mundo hay familias de miles de niños especiales (personas con síndrome de Down) que están viviendo días de angustia por los enigmas sobre los efectos del Covid-19 en niños especiales, además de cambios drásticos en el día a día. rutina de terapias intensas y enseñanzas a causa del aislamiento social.

Existe una proporción significativa de personas con síndrome de Down que ya nacieron con deficiencias en el corazón, los pulmones y el sistema inmunológico, y que desarrollan diabetes y obesidad, señalando que todas estas afecciones son factores de riesgo para Covid-19.  ¡Es verdad! Cualquier persona con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, asma o personas mayores de 60 años son las más propensas a tener complicaciones fatales.

Un estudio publicado recientemente en el British Medical Journal (BMJ) aporta nuevos datos sobre dichos grupos de riesgo para el nuevo coronavirus. De hecho, los ancianos son más susceptibles a las complicaciones de Sars-Cov-2 debido a los cambios en el sistema inmunológico natural de la edad. En el caso de las enfermedades cardíacas, la alteración de la circulación y la debilidad de los pulmones parecen favorecer la agresividad de la infección. El asma, las enfermedades hematológicas, la enfermedad renal crónica, la inmunosupresión (causada por el tratamiento de enfermedades autoinmunes, como el lupus o el cáncer) y la obesidad también están relacionadas con las muertes.  Sin embargo, lo curioso es que un estudio inédito realizado por investigadores de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) señala que más de 80 millones de adultos brasileños se encuentran en el grupo de riesgo de Covid-19. Aquí en Brasilia, “el número llega al 49,2% de la población, el equivalente a 1,136,833 personas ”. 

La gran mayoría (84,5%) de los médicos brasileños cree que Brasil aún no ha experimentado la peor ola del nuevo coronavirus, como se muestra en la segunda encuesta de APM (Associação Paulista de Medicina). Se entrevistaron 2.808 profesionales de todo el país, de las redes públicas y privadas, entre el 15 y el 25 de mayo [2020]. Respondieron a un cuestionario estructurado en línea en la plataforma Survey Monkey. La gran mayoría (75,3%) considera que el aislamiento social es importante, incluso con las pérdidas económicas derivadas de él, ya que el 85,2% reporta una caída en los ingresos debido a la pandemia. Aproximadamente el 79,3% de los médicos de primera línea siguen siendo aprensivos, pesimistas, deprimidos, insatisfechos y enojados. Entre los profesionales de primera línea, el 33,7% tenía pacientes fallecidos por la enfermedad. 

De los diferentes debates, todos son unánimes al afirmar que hay tres cosas a practicar en esta pandemia: aislamiento social, solidaridad y pruebas diagnósticas. Sin solidaridad no hay aislamiento. Sin pruebas, es inútil hacer aislamiento. Las personas algún día tendrán que salir de casa y, cuando se vayan, pueden contaminarse. ¿Podría la fe espiritista ser un antídoto contra el Covid-19?

Creemos que el conocimiento espírita proporciona una fuerza moral que es capaz de preservarnos de muchas enfermedades, entre otras cosas porque, para el espiritista convencido, no debe existir este miedo a la muerte. En la devastadora pandemia de cólera del siglo XIX, Allan Kardec señala expresamente que debemos seguir las medidas sanitarias-

La calma hay que ejercitarla, dominarla, para que podamos aprovechar el período de aislamiento social impuesto por las circunstancias de la pandemia, en la búsqueda de la meditación, ese infrecuente viaje interior y el conocimiento de uno mismo, ayudando a alcanzar la paz interior. La oración será un recurso principal para mantenernos conectados con Dios y las fuerzas superiores que mantienen la vida. Es urgente que le demos la debida importancia a la higiene para evitar la contaminación.

Es necesario evitar el miedo, que es peor que la propia enfermedad pandémica. Y no ignoremos los primeros síntomas de la enfermedad, que recomendarán medidas específicas. En 1868, Kardec publicó en el RE que “(...) da miedo pensar en peligros de esta naturaleza [pandemia], pero, porque son necesarios (...), es preferible, en lugar de esperarlos tremendamente, para prepararte para afrontarlos sin miedo, sean cuales sean tus resultados. Prepárense, por tanto, para todo, y sea cual sea el momento y la naturaleza del peligro, comprendan esta verdad: la muerte no es más que una palabra en vano y no hay sufrimiento que las fuerzas humanas no puedan controlar ”. 

Jorge Hessen

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                       “Pandemia moral” 

La pandemia moral no ha surgido con la pandemia de la COVID-19, sino más bien ha sido aún más evidenciada por ella. El virus de la maldad siempre ha estado vivo en la humanidad. En las circunstancias que le son más favorables, él se multiplica de manera significativa en nosotros. 

    El libro de los Espíritus, de Allan Kardec, es muy claro: el primero de los derechos naturales del hombre es el derecho a la vida (pregunta 880). Esa breve aclaración  es suficiente para que se comprenda que el derecho a la vida se aplica a todo y cualquier ser humano y que debería ser el más respetado y defendido de todos los derechos. No obstante, dado que, en la Tierra, mundo de expiaciones y de pruebas, todavía predomina el mal, cuya consejera es la ignorancia, El libro de los Espíritus es aún más explícito en la defensa del derecho a la vida: “(…) nadie tiene el derecho de atentar contra la vida de su semejante ni de hacer nada que pueda comprometer su existencia corporal” (pregunta 880). 

    Recientemente se ha acentuado mucho la defensa de la vida debido a la amenaza de un enemigo microscópico que ha ejercido una influencia gigantesca sobre individuos y sociedades. Se trata del virus de la COVID-19, que ha establecido un hito en la historia, puesto que, alrededor de la pandemia sanitaria que ha generado, se han producido graves alteraciones en la economía, la política, las relaciones sociales y en el estado psicológico de individuos, entre otras. En este período desafiante por el cual pasa la humanidad, las personas por lo general han buscado cuidar más la salud, especialmente evitar el contagio por la COVID-19, desarrollar la inmunidad y proteger del virus la vida de las personas más indefensas. 

    Paradójicamente, en este mismo período, se pueden constatar iniciativas que buscan relativizar el derecho a la vida. Entre esas iniciativas, se encuentra la que retira de los seres humanos más indefensos, es decir, los niños en el vientre de sus madres, el primero de los derechos naturales del ser humano: el derecho a la vida. A esos niños tan frágiles se los somete a violencias atroces que ponen en práctica la idea de que la vida de esos seres humanos no importa. No estamos viviendo solamente una pandemia causada por el virus de la COVID-19. También estamos sufriendo una pandemia moral. La pandemia moral no ha surgido con la pandemia de la COVID-19, sino más bien ha sido aún más evidenciada por ella. El virus de la maldad siempre ha estado vivo en la humanidad. En las circunstancias que le son más favorables, este se multiplica de manera significativa en nosotros. El virus de la maldad contamina nuestro pensamiento, nos arrastra hacia intereses económicos, ideológicos, políticos apartándonos  de  los  valores  morales  que  constituyen  la  base indispensable de la 

  "Se requiere un exceso del mal para que se comprenda la necesidad del bien y de las reformas ”

doctrina espírita , confunde nuestras ideas a tal punto que podemos llegar a defender el mal como si fuera el bien y atacar el bien como si fuera el mal. Ese virus terrible también enferma nuestro corazón, corrompe nuestros sentimientos, nos produce una infección generalizada de egoísmo y orgullo. 

Aunque no nos demos cuenta de los síntomas y tengamos la ilusión de que somos asintomáticos, nuestra enfermedad moral avanza, nos volvemos agentes transmisores de la maldad y contagiamos a la sociedad. 

¿Hasta cuándo sufriremos la pandemia moral? Hasta cuando nos dispongamos a realizar todo lo que esté a nuestro alcance para desarrollar nuestra inmunidad contra el virus de la maldad que ataca a nuestro Espíritu. 

Necesitamos mucho a Jesús. Es él “el gran médico de las almas” (El Evangelio según el espiritismo, cap. VI, ít. 7), “el ejemplo de la perfección moral a la que puede aspirar la humanidad en la Tierra” (El libro de los Espíritus, pregunta 625), el Maestro que nos enseña cómo podemos vencer esa enfermedad, que es la más grave de todas. Sin Jesús, no hay salud para nuestro Espíritu. 

  Justamente en estos tiempos, cuando la necesidad que tenemos de Jesús se vuelve aún más imperiosa, también se acentúan actitudes que buscan exterminarlo en la humanidad. Dado que ya no se puede atacar su cuerpo físico, se agrede aquello y a aquellos que puedan conservar sus enseñanzas. Se destruyen símbolos dedicados a alabarlo. Se cierran o se incendian templos. Se persigue, de manera ostensible o camuflada, a cristianos, que llegan a ser asesinados mientras oran dentro de la iglesia. Son reacciones del virus de la maldad contra aquello que lo puede erradicar.

 Estos son tiempos en los que también se vuelve aún más evidente la necesidad que tenemos de la doctrina espírita, pues ella explica, de manera accesible a todos nosotros, las enseñanzas de Jesús. La moral de Jesús explicada por la doctrina espírita nos ayuda a comprender el bien y el mal, así como sus consecuencias. La luz de la doctrina espírita nos guía en medio de las tinieblas de la inversión de valores, que constituye una de las principales características de la pandemia moral. 

 Tengamos vigilancia, no obstante, con relación a teorías falsas y tergiversaciones presentadas sobre la moral como si fueran explicaciones dadas por la doctrina espírita. La fuente pura de las explicaciones doctrinarias se encuentra en las obras de Allan Kardec, escritas de manera clara y lógica para la comprensión de todos nosotros. La doctrina espírita no tiene significados ocultos, que necesiten ser descifrados por supuestos reveladores. El verdadero y completo significado de lo que publicó Allan Kardec está en sus propias obras. 

   El libro de los Espíritus también nos enseña que: “Se requiere un exceso del mal para que se comprenda la necesidad del bien y de las reformas” (pregunta 784). Que podamos hacer de la pandemia moral un estímulo para que busquemos comprender mejor el bien, por qué y para qué lo necesitamos tanto, el mal, sus causas y consecuencias, y especialmente para que nuestra mejor comprensión nos lleve a practicar realmente el bien y a diseminarlo en la Tierra.

- Simoni  Privato Goidanich-

                                                

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          LA RELIGIÓN ESPÍRITA

En El Libro de los Espíritus, publicado el 18 de abril la de 1857 y El Libro de los Médiums, publicado el 15 de enero de 1861, Allan Kardec poco empleó el término religión, dando a entender que el Espiritismo se proponía algo diferente, partiendo de dos contribuciones básicas:

a) Ser una filosofía de vida derivada de las informaciones recibidas del Más Allá sobre las consecuencias de las acciones humanas ante la inmortalidad.

b) Comprobar científicamente la supervivencia del alma mediante el intercambio disciplinado, racional y regular con el mundo espiritual.

   En líneas generales, como propuso León Denis, el Espiritismo no sería la religión del futuro sino de las religiones.

   No obstante, el 29 de abril de 1964 era publicado El Evangelio según el Espiritismo, que Kardec definió en el comienzo de la obra como la explicación de las máximas morales de Cristo en concordancia con el Espiritismo y sus aplicaciones a las diversas circunstancias de la vida.

    Y de manera destacada, la máxima:

Fe inquebrantable es la que puede mirar cara a cara a la razón, en todas las épocas de la Humanidad.

Si en El Libro de los Espíritus tenemos el aspecto filosófico de la Doctrina Espírita, y en El Libro de los Médiums el aspecto científico, no se puede negar que en El Evangelio según el Espiritismo esté la propuesta de una religión espírita. 

 A propósito, vale la pena destacar lo que el Diccionario define sobre el término "Religión": "Creencia en un poder o principio superior, sobrenatural, del que depende el ser humano, que le debe respeto y obediencia." Así considerado, el Espiritismo es una religión . Si al principio el Codificador evitó situarlo como tal, esto se explica por el diccionario Houaiss que define la idea como " Sistema de creencias, doctrinas y prácticas rituales propias de un grupo social, establecido según una determinada concepción de la divinidad y su relación con el hombre".

  En este aspecto el término Religión es sinónimo de culto exterior, con oficios y oficiantes, ritos y rezos, algo que Kardec no aceptaba ni pretendía asociar a la Doctrina Espírita. 

  ¿ Qué habría llevado a Kardec a cambiar su postura?

  Para responder esta pregunta, basta leer los mensajes mediúmnicos contenidos en El Evangelio según el Espiritismo. que él denominaba "Instrucciones de los Espíritus".

    Son alrededor de cien, con comentarios evangélicos, la gran mayoría después de la publicación de El Libro de los Médiums, muchos de ellos firmados por grandes figuras del movimiento cristiano, como San Pablo, San Luis, San Vicente de Paul, Pascal, Cáritas, Erasto....

   Merecen ser destacados los mensajes firmados por el Espíritu de Verdad, cuyo tenor sugiere que fueron emanados de la propia esfera de Cristo.

     No podemos negar que aquellas disertaciones sobre los textos evangélicos estén indeleblemente asociados a la religión, de la misma forma que asociamos comentarios sobre textos de los grandes filósofos a la Filosofía o de los grandes científicos a la Ciencia.

    ¿ Cómo estudiar un diálogo de Platón sin considerar que estamos filosofando, o una experiencia de Lavoisier sin considerar que estamos hablando de Ciencia?.

    Imagino la actitud de Kardec ante la profusión de textos originarios de varias fuentes, que remitían al Evangelio.

    Era evidente que los mentores espirituales de la Codificación estaban demostrando que era indispensable destacar el aspecto religioso del Espiritismo.

       La conclusión es obvia: Si con El Libro de los Espíritus, Kardec inauguraba la filosofía espírita y con El Libro de los Médiums la ciencia espírita, con El Evangelio según el Espiritismo, publicado el 29 de abril de 1864, estableció la religión espírita, una religión sin rezos ni ritos, sin oficios ni oficiantes, un acto de adoración realizado en la intimidad de la conciencia, expresándose en el empeño de un comportamiento fiel a los compromisos de renovación moral que le son inherentes, como proponía Jesús a la mujer samaritana (Juan 4:23):

"Dios es Espíritu y aquellos que lo adoran, deben hacerlo en espíritu y verdad"

   Aquellos que se oponen a reconocer en el Espiritismo un movimiento religioso, es oportuno recordar que este viene creciendo en Brasil por haber sido allí encarado como una religión que tiene su breviario en El Evangelio según el Espiritismo, en base a una vivencia diaria espírita-cristiana.

   Cuenta Kardec en Obras Póstumas que cuando preparaba los orígenes de El Evangelio según el Espiritismo, estuvo en un retiro en Saint Adresse. Allí le fue enviada la comunicación de un mentor espiritual cuyo nombre no está registrado, de donde se destaca el siguiente fragmento:

Quiero hablarte desde París, aunque eso no sea de manifiesta utilidad, pues mis voces íntimas se hacen oír en torno a ti, y que tu cerebro percibe nuestras inspiraciones, con una facilidad tan grande que ni tu mismo lo sospechas. Nuestra acción, principalmente la del Espíritu Verdad es constante a tu alrededor y de tal magnitud que no la puedes negar. Por eso no entraré en detalles ociosos sobre el plan de tu obra. plan que, según mis consejos ocultos, modificaste tan amplia y completamente.

   Observe amigo lector, que la entidad que orienta a Kardec explica que el plan inicial que pretendía tener  el Espiritismo como una filosofía de bases científicas y consecuencias morales, estaba siendo modificado por la Espiritualidad para el advenimiento de la religión espírita.

   Continúa diciendo el Mentor:

   Ahora comprendes por qué necesitamos tenerte a mano, libre de ninguna preocupación que no fuese la de la Doctrina.

   Una obra como la que elaboramos necesita de recogimiento. Tengo vivo interés por tu trabajo, que es un paso al frente y abre, finalmente, la larga vía de las aplicaciones provechosas al Espiritismo, por el bien de la sociedad. Con esta obra, el edificio comienza a liberarse de los andamiajes y ya se puede ver su cúpula diseñándose en el horizonte. Continúa pues, sin impaciencia y sin fatiga; el monumento estará terminado a la hora determinada.

   La comparación es perfecta.

   El Libro de los Espíritus la base.

   El Libro de los Médiums, las paredes

   El Evangelio según el Espíritismo, la cobertura o techado

   Se completaba el majestuoso edificio de la Doctrina Espírita, una filosofía de bases científicas y consecuencias morales o religiosas.

   Una filosofía que explica los por qué de la vida.

    Una ciencia que le da autenticidad.

    Una religión auténtica que le hace repercutir en la vida de las personas, dirigida a la comunión de pensamientos. en torno a una vivencia cristiana, base de la instalación del Reino de Dios en la Tierra.

( Art. extractado de Richard Simonetti, tomado del Anuario Espírita 2014)


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¿ Los Curanderos  son  médiums?

                                                                 


Hay curanderos y sanadores, cuya función viene a ser en realidad una ciencia, pues se limitan a un diagnóstico y a un tratamiento en base a la Fitoterapia y al Naturismo. No son estos los médiums a que aquí nos referimos.

 

Pero también hay otros que curan mediante energías físicas y psíquicas aplicadas con las manos, enfocadas para transmitirlas  sobre una zona del enfermo, efectuando movimientos sobre  determinadas zonas a tratar o aplicando las manos sobre esas zonas, de modo estático, aunque procurando en ningún caso entrar en contacto con la piel del enfermo.

 

Estas energías, son fluidos del mismo orden que la electricidad o el magnetismo, y constituyen  energías vitales y curativas procedentes de su propio organismo sano, que a su vez hace acopio de ellas por medio de absorberlas  de la naturaleza, del aire, la alimentación, etc.

 

 También  están los  médiums curanderos psíquicos o  espirituales, propiamente dichos,  que cuando son auténticos, muestran esta facultad que en realidad es  una variante de la Mediumnidad.

 

El curandero es un médium que transmite al enfermo los fluidos de energía  vital curativa procedentes de sus propias energías físicas vitales pero   potenciados o mezclados  por otros fluidos sanadores que  le son transmitidos desde el plano espiritual a través de los chacras.

 

Con frecuencia, los Espíritus que actúan a través de esta clase de mediumnidad, poseen profundos conocimientos de Medicina, por la simple razón de que durante su vida humana fueron médicos o sanitarios, y tras pasar al plano espiritual, como la mente de los Espíritus cuando están encarnados nada pierden tras su desencarnación, cuando pasaron al mundo espiritual conservaron sus conocimientos y acrecentaron su deseo de ayudar con sus conocimientos a otros espíritus encarnados, como la mejor forma de trabajar  para  su propia evolución en el plano espiritual en donde existen.

 

 Desgraciadamente es verdad que en este mundo hay muchos curanderos  falsos, vividores  y charlatanes; estas son personas  que por algún interés, sobre todo económico, cometen el fraude de hacerse pasar por lo que no son, simulando unas facultades que no poseen y confundiendo a las personas con sus ideas doctrinales absurdas, en donde se mezclan  toda clase de supersticiones con conceptos religiosos, esotéricos y extraños, al estilo del sincretismo de los chamanes o brujos.  Esas personas sin escrúpulos, abusan de la credulidad y de la ignorancia ajena, haciendo mucho daño moral al Espiritismo o a la religión, en cuyo nombre muchas veces actúan, cobrando por sus servicios “la voluntad”,( que suele ser más rentable que una tarifa fija),  así como  los que atentan  contra la buena fe y el bolsillo  de esas personas que buscan la salud y finalmente quedan desengañadas ante el fraude y con un concepto nefasto  hacia los curanderos en general o hacia el Espiritismo en cuyo nombre estos actúan y  al que confunden con ese fraude del que han sido víctimas.

 

 La mediumnidad generalmente, de la clase que sea, no es un arte ni un talento por lo que se pueda hacer de ella una profesión, pues no tendría sentido ni existiría sin el concurso de los espíritus. Toda  mediumnidad  auténtica es sobre todo portadora de un elevado mensaje espiritual y moral, como testimonio de que realmente continúa la Vida  después de la muerte ; de  que somos  Espíritus individuales  e inmortales sin  depender para esto del cuerpo carnal que nos acompaña en este mundo, y de que la reencarnación del Espíritu es una realidad lógica y natural.

 

Lo más importante  para el  médium que es consciente de su responsabilidad como tal, es el testimonio  de su virtud y  el ejemplo individual que debe presentar ante los demás,  mostrando una desinteresada actitud y  transmitiendo a manos llenas  mucho Amor  a las gentes que lo busquen.

 

El médium curandero, mediante el fluido magnético propio junto a otros que le son transmitidos desde el Plano Espiritual,  restablece el equilibrio necesario para que se efectúe “el milagro”, entre el cuerpo, la mente y el Espíritu de la persona que busca su sanación. Cuando lo consigue debe dar gracias a Dios y a los “hermanos espirituales” que lo han asistido y si cuando tras su empeño, su oración y su invocación  no lo consigue, no debe culparse ni desanimarse por ello pues debe tener en cuenta que hay muchas dolencias y enfermedades que son  necesarias para el adelanto espiritual de quien las padece e incluso de las personas que conviven con quien las sufre y si no hay curación es porque no es el momento adecuado para que esta se produzca.. ¿Por qué digo que son necesarias, o que a lo mejor no es el momento adecuado para su curación?. Son necesarias porque con ellas muchas veces se está equilibrando la balanza de la Justicia Divina al saldar así deudas de nuestro pasado y así nos permiten finalmente continuar nuestro camino  evolutivo, y cuando digo lo del momento para la curación, me refiero a que todos los acontecimientos, en general,  de la vida, obedecen a una planificación desde el plano espiritual que siempre busca lo más conveniente para nuestro espíritu encarnado y sujeto a una Ley de Consecuencias que siempre se manifiesta y se cumple, precisamente para el mismo fin : la evolución espiritual.


- Jose Luis Martín-

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