miércoles, 17 de agosto de 2011

Una historia espírita



Para introducir este artículo que cuenta una historia que fue también la mía, debo indicar que, si como dice la canción, Dios reúne a los que se aman, eso no siempre es necesariamente en el más allá. Así, he encontrado a la que fue mi compañera y que se marchó prematuramente luego de haber luchado contra la enfermedad. Cuando digo que la he encontrado, quiero precisar que es gracias a la reencarnación. El extracto que sigue,ha sido redactado por una amiga espírita. Transmite y explica el desarrollo de una vida que terminó en la tierra, que siguió en el más allá y que todavía hoy continúa. Agnès se haconvertido en Sacha, el hijo de Fabienne y yo.La vida de una espírita: antes, durante y después de la muerte
Por Patricia Caldéran
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“Había una vez una estrella que vivía en la Tierra y que fue a encontrarse con sus pares. Endeble y frágil entre los hombres, conoció su salvación regresando a los éteres.
Es así como podríamos resumir el breve paso entre nosotros, de Agnès Jacquet, si la realidad del espiritismo
y sus comunicaciones con nuestros difuntos no hubiera traído su magia encantadora que conjuga el pasado, el
presente y el porvenir. Agnès era una chica de veintiocho años, dulce y delicada, con rostro de porcelana resaltado por unos ojos chispeantes y algo maliciosos, envoltorio de un aura de las más cálidas. Tenía siempre  la postura más esmerada. Antes de adherirse compartió la filosofía espírita por intermedio de su padre, Gilbert, miembro de nuestra asociación. Su actividad profesional artística muy absorbente, la distinguía como bailarina estrella en un cuerpo de baile de la región parisiense. Fue en esa época,finales de los años 80, que el temible mal de los cuerpos, el cáncer, solapadamente se impuso en su ser, para sustraerle poco a poco su vitalidad y despojarla en un primer momento de sus atributos femeninos (los senos). Su padre,legítimamente inquieto, había recibido consejos que el espíritu le transmitió para que dejara las turbulencias de la capital. De regreso en Nancy, para descansar y encontrar fuerza y amor cerca de los suyos, se comprometió en la lucha común de los espíritas, en 1989”.
Agnès tuvo la revelación de una vida anterior en Francia bajo el nombre de Cyrille de Fontanges en el siglo XVI, y luego de una vida en Inglaterra en el siglo XIX. Tuvo luego otra vida junto al que más tarde se convertiría en su compañero, Igor Manouchian:

“Los lazos afectivos trenzados entre ellos desde hace tiempo habrían permanecido inadvertidos, de no haber
conocido la revelación espírita. Pues a principios del siglo XX, en los años 30, la vida ya los había reunido dentro de una misma familia. Agnès que entonces se llamaba Caroline era hija de Igor. Tenía un hermano menor. Su madre,Marthe, a la que conoció poco, murió accidentalmente por ahogamiento. Este drama había golpeado profundamente a la familia; hasta el día en que el padre descubrió el espiritismo por la lectura de las obras de Gabriel Delanne y de Allan Kardec, muy apreciadas en aquel tiempo. Integró un grupo espírita a través del cual, Marthe, su esposa, se manifestó. Convencido por esa razón de la supervivencia del alma más allá de la muerte, transmitió ese conocimiento a sus hijos. Caroline, muy entusiasta de esas revelaciones no se apartó y supo sacar provecho de sus experiencias espíritas rogando por su padre, cuando,más tarde, durante la segunda guerra mundial, éste fue muerto por los alemanes. La continuación de ese amor tomaría cuerpo en la existencia actual.
A pesar de toda la atención y los cuidados aportados a su estado de salud, la hidra terminó su obra devastadora. En la última fase de su vida, cuando la morfina aliviaba sus dolores, las tenues conexiones que la ataban a la carne le hacían percibir los espíritus y sus palabras; los describía.

Próxima a ese estado de su realidad, la confusión natural que conoce el alma moribunda se vuelve ínfima. Y Agnès partió el 27 de agosto de 1992, llena de certezas y serenidad en el porvenir que se haría suyo. Los espíritas la acompañamos hacia su nuevo destino con oraciones y cadenas fluídicas, el día de la última reunión alrededor de sus despojos mortales. Desde el 31 de agosto de 1992, ya Agnès se manifestaba por escritura
automática para decirnos: “Que estaba presente en sus exequias, sin cruz y sin prejuicios, feliz por los no-espíritas presentes que comprendieron muy bien por qué estábamos reunidos…” Se comunicó luego con el Círculo por medio de las facultades mediúmnicas puestas a su disposición, para venir a querer a los que había dejado y tranquilizarlos respecto al bienestar sin igual que la invadía. Y también, para dar testimonio de un más allá que, como un hormiguero, se activa sin descanso para ayudar a los que tienen necesidad, encarnados o desencarnados.

Extractos de mensajes: “Estaba tan cansada, estaba tan mal en mi piel. Era necesario que partiera. He partido
para no sufrir más, he partido para vivir, crear, dar y actuar cerca de los que amo, y también para transformar
a mi padre… Soy tan feliz, aunque, tan ligera… Escucho vuestros pensamientos… Estoy al lado de músicos que me hacen visitar mundos pensados por los espíritus donde la música tiene toda su importancia, pues la música cura las almas… Veo hijos que encuentran a sus padres, hermanos que encuentran a sus hermanas… Veo escenas de amor verdadero, justo y directo, es tan hermoso”.

Agnès ha seguido aprendiendo y comprendiendo cerca de los espíritus, entregándose completamente a la gracia de la danza que tanto amaba, y al canto, para acompañar en su despertar astral a las conciencias dormidas. Decidió rápidamente, después de concertar con entidades iluminadas, volverse la guía protectora de su padre,Gilbert. (Esto es posible cuando el avance evolutivo es suficiente). Durante varios años, ha prodigado consejos a su padre, para que cure las heridas de su partida física y trabaje en su propia metamorfosis, convirtiéndose en el hombre libre que deseaba ser. Extractos de mensajes:

“El pasado se aleja, es tu devenir lo que me importa, yo que desde ahora te guío en este más allá que resplandece en millones de claridades nuevas… Te sigo, te escucho,tú me rezas, me llamas… Es necesario, lo deseo, verte alegre y reidor… Soy muy feliz, y lo que veo en el mundo de los espíritus me tranquiliza de los horrores vividos en la Tierra… Soy un guía decidido que no debe ser el espíritu del compromiso, el abogado de las debilidades, y pensando en papá, le digo: Hazte completamente libre… Si es preciso,me convertiré en tu obsesión para conseguir tu libertad…”.

Agnès había resuelto no reencarnar hasta que su padre no se hubiera liberado totalmente de una situación
personal. Siendo así, cerca de Igor a quien seguía amando con un amor que no olvida nada porque tiene
el recuerdo total, se mostró encantada con la nueva vida de Igor junto a otra compañera, Fabienne.

En 1997, una clarividencia mediúmnica indicó el deseoy la voluntad de Agnès de reencarnar cerca de Igor y
Fabienne. Prosiguiendo su búsqueda del absoluto, fue junto al que quería encontrar que, bajo los rasgos de un niño, Sacha vio la luz el 2 de mayo de 1998.

Han pasado los años, ahora tiene diez años e Igor declara sobre la personalidad del que fue Agnès: “Sacha es un niño tranquilo, que quiere que sus asuntos sean ordenados. Es cuidadoso de su imagen. Le encanta estar bien vestido. Es bastante meticuloso en lo que hace. Es un niño un poco soñador que adora el cine. Sin embargo necesita tener confianza en sí mismo pues tiende a no creer en sus capacidades. Agnès tenía un poco este perfil. Lo que hay de asombroso en Sacha, es que ama a Inglaterra, sin que en esta vida haya puesto los pies allí. De carácter más bien sociable, le gusta tanto la compañía de otros niños como los momentos en que prefiere estar solo en calma jugando los juegos de nuestra época, ordenador,Playstation etc., también le gusta dibujar y a veces pasa tiempo solo, concentrado en lo que hace”. Viajeros de vida en vida, los corazones llenos de amor no se separan nunca, para nutrirse cada día con los abrazos de lo bello y
de lo verdadero. Puesto que “Nacer, morir, volver a nacer y progresar sin cesar, tal es la ley”, la máxima de Allan Kardec está aquí bien ilustrada.

Un día, Sacha sabrá reconocerse; Fabienne y yo no le imponemos esas informaciones, preferimos dejar
que lleguen. El objetivo de una nueva encarnación no es necesariamente recordar el pasado porque sí, sin
precaución, pues los miedos o los traumas podrían despertar y ser obstáculo para las metas decididas antes
del retorno a la tierra. No obstante, en su fuero interno, el espíritu se acuerda y eso es lo esencial, eso se traduce en la personalidad, en los gustos, en el carácter y sucede con frecuencia, de manera furtiva, que compruebo las similitudes entre Agnès y Sacha en ciertas actitudes espontáneas, igualmente en las miradas fugaces. El espiritismo y el Círculo Allan Kardec han permitido que esta historia pueda ser vivida. Gracias a los médiums que reciben a los espíritus en sesiones, nos hemos beneficiado con noticias de los espíritus pero también con el testimonio de la supervivencia.

El 14 de abril pasado, nos enteramos de la partida carnal de Gilbert Jacquet quien fuera el papá de Agnès. Dejó la sombra para unirse a la luz luego de terminar su vida en un geriátrico. Era miembro del Círculo desde 1985 y conservaba una certeza espírita a pesar de su retiro de la vida asociativa. Algún tiempo después de su partida, Agnès, había logrado comunicarle desde el más allá, un poema en el cual le aseguraba su libertad y el fin de los sufrimientos:

Estoy aquí, muy, muy cerca de ti,
Mi gozo de estar en mi vida de ultratumba,
Te protejo más allá de las reglas y las leyes,
Mi bonanza de estar en mi vida de ultratumba.
Un pasado de infortunio da lugar al porvenir radiante,
Abrazo tu mirada azul vuelta hacia el cielo,
En la conciencia del calor de un corazón,
Abrazo todas tus penas, y borro la desdicha.
Sigo la danza sobre el hilo de Ariane,
Mi amor por ti inscrito sobre el rostro de Anne,
Mi regalo para tu fuerza de estar en misión,
Así ves bien que no he dejado tu casa.
Frecuento tu sueño y tus ensueños de felicidad,
Te recibo en mi jardín de rosas multicolores,
Para tomarte la mano y bailar el vals de los muertos,
En el país de los vivos donde nada muere, ni aun los recuerdos.
A la gloria de mi padre canto la poesía,
Mi eternidad es tu eternidad que invita a compartir,
Y persigue a todos los tabúes encontrando mi vida,
Te la contaré aún en la cueva de las montañas sin edad.
Agnès


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