lunes, 29 de agosto de 2011

Kardec y el Espiritismo ( 5 )

( Viene del anterior )

    Tal era en los comienzos el estado de espíritu del profesor Rivail. Así le veremos a menudo. No niega nada por prejuicio; pero pide y busca pruebas, quiere ver y comprobar para creer. En este lapso que transcurre entre 1854 y 1856 se abre un nuevo horizonte ante los ojos del pensador profundo y del observador sagaz. Es la etapa en que el nombre de Rivail va a dejar lugar al de Allan Kardec, que se comienza ya a gestar. Estamos en mayo de 1855 y Rivail se encuentra en la casa de Roger, excelente sonámbula. Se hallan también Saint René Taillandier, Fortier, Pâtier y la señora Plainemaison, nombres que deben ser reconocidos con la veneración que merecen: Son los que comparten la iniciación con el Maestro. A Rivail le impresiona el sereno y convencido criterio de Pâtier funcionario público de amplia consideración, al cual le habla de los Espíritus y de las respuestas que ofrecen a sus preguntas. Luego de esto Rivail fue invitado a las sesiones que tenían lugar en la casa de la señora Plainemaison, calle Grange Batelière 18, de París. “Allí fue donde por primera vez presencié el fenómeno de las mesas giratorias que saltaban y corrían, y ello en condiciones tales que la duda era imposible”-escribe el futuroCodificador-.  Es aquí donde Rivail traba relación y amistad con la familia Baudin, a cuyas sesiones familiares es invitado.  “Fue allí      -expresa- donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, más por observación propia que por revelación.  
Apliqué a esta nueva ciencia, como era mi costumbre el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida; observé atentamente, comparé y deduje consecuencias. De los efectos procuré remontarme a las causas por la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos. [...] Así había procedido en mis trabajos anteriores, desde la edad de quince a dieciséis años. Desde el primer momento me di cuenta de la gravedad de la exploración que iba a emprender; entreví en aquellos fenómenos la clave del problema tan oscuro y controvertido sobre el pasado y el porvenir de la humanidad, la solución de lo que había buscado toda mi vida; en una palabra, comprendí que se trataba de una revolución en las ideas y en las creencias; me era preciso proceder con circunspección y no a la ligera; ser positivista y no idealista, para no dejarme llevar de mis propias ilusiones”  .
  Con todo, Rivail estuvo a punto de abandonar estos estudios, absorbido por otras ocupaciones; y eso hubiera hecho de no ser por las reiteradas solicitudes de los señores Carlotti destacado lingüista con quien mantenía una amistad de veinticinco años; Taillandier, literato, doctor en letras y más tarde miembro de la Academia Francesa; Tiedeman Manthèse, filósofo holandés y primo hermano de la reina de Holanda; Antonio Leandro Sardou, profesor lexicógrafo y autor de varias obras escolares; su hijo Victoriano Sardou, entonces joven estudiante de medicina y más tarde médium dibujante, famoso dramaturgo y miembro de la Academia Francesa; además de Pedro Pablo Didier, futuro editor de sus obras e impulsor de la famosa Librería Académica, quien seguía desde cinco años el estudio de tales fenómenos. Estas personalidades habían reunido cincuenta cuadernos de comunicaciones diversas que era preciso estudiar y catalogar. Continuará..


(Ver también elespiritadealbacete.blogspot.com )

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