Su mente creaba y mantenía el miedo a todos los fenómenos que pensaba eran más fuertes que él, los cuales doblaban y aniquilaban sus frágiles fuerzas, y, como no tenía medios de cómo huir de ellos, la única manera era convivir con todos. Encontramos una bella descripción de ese “miedo” en el hombre primitivo según la palabra del espíritu Juan Evangelista:
“El miedo es más poderoso en él que todos sus cálculos y sentimientos.
El rugido de las fieras, el estampido del trueno, el fulgor del relámpago, el siniestro rumor que precede a la tempestad, los frecuentes temblores de tierra por las expansiones interiores, la erupción de los volcanes, y no sólo esto, todo lo que es nuevo, todo lo que es desconocido, lo hiela de espanto, lo trastorna y lo aniquila”.
(Roma y el Evangelio, D. José Amigo y Pellicer, comunicación de los espíritus, disertación nº IV, p. 170, 7ª edición, FEB).
La manifestación emocional del hombre primitivo, fue sin duda alguna,el MIEDO. Su incipiente razón observa muchas cosas nuevas y desconocidas y pasaba a cultivar el pavor a lo desconocido, porque su cerebro comenzaba a imaginar la distinción superficial de las cosas, objetos y fenómenos. Todo eran
sorpresas, espanto, tensión, inseguridad…
El hombre y la mujer primitivos, con su imaginación infantil, fueron formados, en el transcurso continuo de siglos y milenios, en el panel mágico de su mente súper excitada, para la adoración a las fuerzas de la naturaleza,creó ídolos-animales, santificó grutas-altares, veneró montañas-santuarios, y dio culto a florestas-mágicas…
Las entidades espirituales inferiores o superiores que surgían en su mente le hicieron crear entidades superiores: duendes, hadas, brujas, figuras demoníacas, dioses inexpugnables, poderosos y rabiosos. Las emociones enfermizas de debilidad y temor creaban en la mente de los hombres y mujeres primitivos las figuras y fantasmas de seres buenos y malos que serían motivo de creencia y respeto, miedo de punición y castigo de la naturaleza desconocida.
En largos y lentos milenios, la mente infantilizada del hombre fue creando estructuras psíquicas condicionadas en su inconsciente en torno a la adoración de objetos, estatuas, montañas, grutas, piedras, florestas, entidades espirituales,formando los diversificados y diferentes cultos para atender a las sensaciones groseras del ser colectivo-mental de la tribu. No sabían y no podían aplicar la inteligencia en las ideas más primorosas, no aplicaban la razón, no poseían conocimientos de interpretación de los hechos, no poseían palabras ni escritura para formar los principios religiosos. Su capacidad de atención limitada,imaginación infantilizada y su emoción dominada por el temor estaba extremadamente volcada hacia los cultos exteriores, repleta de motivaciones para los sentidos humanos que satisfacían las más variadas sensaciones,suministrando materiales de sugestión que fomentaban la creencia, la fe y laespiritualidad incipiente de la mente del hombre primitivo.
Esta fase oscura de la civilización humana (la edad prehistórica, que duró muchos y muchos milenios) dejó pocos vestigios materiales por donde estableció su morada, vivió y trabajó. Pero la mente humana guarda esos vestigios psíquicos en la memoria profunda, por ser el resultado de largas experiencias bastante importantes para las manifestaciones iniciales de los instintos, sensaciones y la formación larga y lenta, silenciosa y acumulativa del pensamiento continuo. La cuna de la razón esclarecida y de la fe iluminada
en ese período oscuro de la humanidad constituye fundamento admirable del psiquismo humano y de la fe humana natural y sencilla, espontánea e indispensable para la formación de las culturas superiores y creencias
religiosas.
Todos los pueblos y razas de la civilización del Tercer Milenio experimentaron esos extensos períodos de la fe primitiva, pues constituyeron la formidable base psíquica de la formación psicológica cultural y religiosa de toda la humanidad. Nuestra herencia psíquica comenzó a desenvolverse en esa enorme cuna de formación de la razón inicial.
Esa fe es vigorosa aún, en el psiquismo de algunos pocos pueblos tribales que no tienen cultura intelectual, no usan la escritura, no poseen un código moral superior. Están en la fase de creencia primitiva pura, sin intervención de la cultura superior. Su cultura es trasmitida de boca a boca, de costumbre a costumbre, de hábito a hábito, del ritualismo preservado, de las imágenes de su imaginación fantástica, de generación en generación,preservando costumbres, tradiciones arraigadas en su psiquismo intocable,cuya cultura milenaria permanece archivada en los registros psíquicos de la viva y dinámica biblioteca mental.
( Consultar elespiritadealbacete.blogspot.com )
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