Son manifestaciones del amor propio y de la inseguridad en uno mismo Suponen una
forma encubierta de envidia
y tienen una acción perturbadora que puede llegar a ser muy
destructiva, cuya raíz está en el egoísmo.
Este,
como los demás defectos espirituales y humanos, son una tara
espiritual con la que nacemos como el auténtico
“pecado original” que
viene
acompañándonos desde vidas anteriores.
Los celos suponen, más aún que otros
defectos, algo intrínseco y natural , normal en el Ser humano poco
evolucionado , como un resíduo de los instintos animales que
arrastra desde el pasado de su Alma ( los animales también lo
manifiestan a menudo). Sin embargo mediante
la educación y el ambiente adecuado todos estos defectos se pueden
atenuar .
Los celos son contrarios al Amor consciente y verdadero,
que debe ser generoso y auténtico, y tienen tal poder que llegan a
atormentar la vida de las personas, entorpeciendo la razón y
enturbiando los sentimientos y pensamientos que dan forma a su
conducta; estos pueden ser desencadenados por pasiones amorosas o se
pueden originar en las relaciones sociales, y son un sentimiento
negativo de deseo de dominio, desconfianza hacia los demás,
posesión y exclusividad, lo que siempre supone un descontrol
emocional.
De los celos llegan a brotar la ira y el
afán de posesión sobre otras personas ante las que el celoso llega
a adoptar el papel de “víctima”, para atraer su atención y
manipularlas a su antojo, como si fuesen un objeto de su propiedad.
Cuando este afán de poseer no resulta satisfecho, vienen los
resentimientos, la frustración y la rabia, con reproches, exigencias
, presiones y deseos de venganzas.
Hay casos de celos pasionales que llegan hasta la
obsesión y la locura. El celoso de forma inconsciente intenta
llenar un vacío espiritual debido en el fondo, a un complejo de
inferioridad que le angustia.
En muchos casos los celos se manifiestan bajo una forma
de autoritarismo con el que buscan someter a otros ( orgullo) y
curiosamente, en la mayoría de las ocasiones los celos hacia
alguien están basados en hechos que son solamente producto de la
imaginación que los crea.
En el problema de los celos, ni el celoso , ni el que
padece sus celos, pueden llegar a ser felices, porque ambos viven en
una atmósfera de desconfianza.
Jose Luis Martín ( art. basado en el Curso de Conocimiento Espiritual, de Sebastián de Arauco)
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“Nunca
hables mal de nadie y rehúsa escuchar a quien se expresa mal de
otro, haciéndole observar con dulzura:”Quizá no sea verdad y si
lo fuese,es más caritativo no hablar de ello”.
-Krishnamurti-
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El
ser, el espacio y el tiempo
René
Descartes, filósofo francés del siglo XVIII, en su método que
quedó conocido como método cartesiano, nos indica cuatro pasos para
que lleguemos a una conclusión eficaz sobre cualquier asunto. Nos
dice el pensador que debemos siempre analizar, verificar, sintetizar
y enumerar todas las posibilidades del objeto en estudio. Es decir
bien racional, bien distante de aquellos tiempos en que nos imponían
una creencia ciega sin la más pequeña posibilidad de contestarla,
bajo pena de ser clasificados como herejes, cuyo acto siguiente
siempre terminaba en torturas y muertes violentas que desacreditaban
la individualidad creada por Dios. Esto nos anima a buscar con
tranquila un análisis más profundo sobre la vida y el ser humano.
La vida está compuesta a partir de la voluntad de Dios que crea los
espacios y los tiempos que mejor se adecuen a la necesidad de sus
hijos, en sus variados estadios evolutivos. Todos saben que la Tierra
es un planeta que gravita en torno al sol que nos calienta, sostiene
e ilumina y este planeta tiene sus agregaciones propias y rígidas
dentro de las leyes gravitacionales que guían sus movimientos. Ella
fue construida para, junto con otros planetas de este sistema,
atender la variadas comunidades y en la Tierra la comunidad humana.
Hasta
aquí gran parte de los humanos vivieron ajenos a esa realidad.
Preocupados con la supervivencia veían los días suceder, las noches
llegar y las convulsiones geológicas ocurriendo, modificando
ambientes y, más al frente, analizando siempre los efectos sísmicos
sin, con todo, buscar una explicación espiritual para el caso. La
gran cuota de la humanidad hasta transcendió de sí para una línea
puramente horizontal. Fue bueno. Cuando Thomaz Morus concibió la
Utopía, aún en la Edad Media, estaba esbozando un tiempo venidero
donde todos pudieran comparecer en el mundo enriqueciéndolo con sus
presencias. Creemos como Léon Denis que el socialismo puramente
cristiano habrá de imponerse en las sociedades futuras, colocando a
cada cuál en su puesto de gran colaborador social y felices
estudiantes aumentaran en conocimientos que liberan.
Hay
quién piense que basta estudiar y coleccionar títulos
– Al recorrer los ojos por la historia y aquí colocamos también
la historia de la ciencia y de la filosofía, vimos que en el
transcurso de las eras, grandes mentes, grandiosos corazones aquí
estuvieron, individuales, solitarios, voces gritando en el desierto
humano, para alertar, componer, disponer, asociar, disociar los
valores que rigen la evolución humana. Hoy los encontramos en sus
hechos y en las enciclopedias que glorifican sus nombres ilustrando
nuestra historia con sus presencias, probando el cuidado de Jesús
con los seres que Dios le dio para, bajo su augusta batuta, dejen las
zonas primitivas de la mente y alcen a los confines de la
trascendencia espiritual. Y aquí podemos preguntarnos, cada uno de
per sí: y yo, ¿qué hice estos siglos que aquí nací y renací
continuamente? ¿Será que si juntaran mis hechos podré decir que
fui bueno, válido y útil al planeta?
En
los ciclos que se suceden todos somos llevados por ellos. Hay un
tiempo predeterminado por Dios para cada etapa de nuestros
aprendizajes. Hay los que piensan que basta estudiar y coleccionar
títulos. Hay los que piensan que basta trabajar incansablemente
ofreciendo su mano de obra, especializada o no, pero mano que hace.
Esto fue bueno hasta aquí. Pero, el tiempo nuevo que surge exige
nuevas perspectivas. Nuevas y buenas invenciones a partir de cada uno
de nosotros. Sabemos que cualquiera base social precisa del tripe
donde la institución, sus miembros y beneficiarios necesitan estar
unísonos bajo pena de que los proyectos fracasen o cumplan
precariamente sus objetivos.
Veamos
dos casos que mucho nos llaman la atención. Se trata de la salud y
de la educación, según muchos, precariamente practicados en Brasil.
No vamos a los méritos, vamos a los análisis: para un cómputo que
designamos por “salud”. Por ella debemos unir las instituciones a
los terapeutas y cuerpos técnicos y administrativos y, aún, los
pacientes. Sin una unicidad entre ellos, con seguridad que el sistema
será equivocado.
El
nuestro es, sí, el tiempo de las transformaciones
– No basta crear centros de salud y formar terapeutas y abrir las
puertas a los pacientes. Es necesario que todos se agrupen, si
adecuen, se ajusten en la propuesta master del proyecto salud. A las
instituciones y sus gestores, sus responsabilidades sociales y
cristianas. A los terapeutas, idénticas necesidades aliadas a la
cualificación, estudios continuos, ética y solidaridad para con
aquellos que no pueden pagar un plan de salud y que son considerados
como necesitados de urgentes intervenciones, y, a los pacientes, la
postura de hacerse médicos de sí mismos, pues sólo así la cura
definitiva se concreta según Calderaro, instructor de André Luiz en
el libro En el Mundo Mayor. Casi siempre lo que se ve es una
transferencia de culpas y responsabilidades que en nada ayudarán a
nadie e, infelizmente, el peso de la moneda corriente en este mundo y
los relajamientos indebidos, que perjudican el proceso. Institución,
cuerpos clínicos y administrativo y pacientes necesitan de un
acuerdo ético que felicite a todos y promueva el bienestar social.
El
mismo razonamiento puede ser visto en el caso de la educación. De
nuevo: instituciones, cuerpos técnicos y administrativos y
educadores necesitan estar afinados para el arte de enseñar y
aprender. De lo contrario, las horas pasarán y el saber quedará
colgado por las paredes de las salas de clases. ¿Será aún que
todos esos segmentos
están encajados íntegramente en el arte de la educación? ¿Será
que como alumno, administrativo o como docente estoy, de hecho,
glorificando el acto de cada día ir a la institución y de ella
participar con alabanza en aquel espacio y por el tiempo que allí me
es dado?
Es
aquí que justificamos nuestra idea inicial de que son llegados los
tiempos en que todos debemos participar de la vida ofreciendo lo
mejor de nosotros. Este es el tiempo de las transformaciones. El
planeta está cumpliendo su parte, la vida, las propuestas
establecidas por Dios, y nosotros, ¿qué estamos haciendo?
¿Aguardando paciente o intempestivamente que los espacios se
transformen, que el tiempo pase y nos lleve para no sabemos donde o
estamos, generosamente, cuidando de nosotros en este proceso
ininterrumpido de sucesiones que nos ofrece cada vez más los
recursos para nuestro vislumbrar de horizontes azules?
El
sol de cada día nos trae nuevas propuestas
– El Ser y la Vida. Los espacios y los tiempos. Nosotros en estos
contextos. ¿Cómo estamos? ¿Cómo va nuestra salud? ¿Cómo va
nuestro proceso de educación? El tiempo de todos nosotros llegó. El
mundo es una gran escuela, gran espacio interconectado en todas las
latitudes. No valen más las disculpas del “yo no sabía” o del
“ay si yo supiera”. La doctrina espírita es gran farol en esta
niebla, bondadoso guía en estas escarpas, vigoroso bastón de apoyo
en esas carreteras pedregosas. El Evangelio de Jesús es el insigne
guía de conciencias que necesitan estar cada vez más despiertas
para, según Descartes, analizar, verificar, sintetizar y enumerar
todas las posibilidades, a fin de concluir con acierto. ¿Cómo estoy
cuidando de mi presencia en el planeta?
¿Estoy firme en mí puesto de observador de cada detalle, aceptando
lo que ocurre a mí alrededor, sacando conclusiones útiles para mi
vida y mis avances? ¿O aún me consuelo con un plato de revueltos y
entrego por él a mi primogenitura como hizo Esaú a Jacob, cuando
Isaac estaba al borde de la muerte física? ¿Aún me deleito con el
opio que me adormece mientras las caravanas pasan dejándome para
tras? ¿Aún me coloco en los goces efímeros de los placeres
carnales mientras el alma suspira por avances a los planos inmortales
del más allá? ¿Quién soy en este conjunto,
en
esta textura que la vida construyó para que yo en ella desfilara
como un ser vencedor, dominando con gallardía los espacios y
glorificando los tiempos? Y mis odios, rencores, amarguras... ¿Mis
tonterías por el dinero y por el poder que aquí quedarán viendo
impávidos mi ataúd pasar en dirección a la sepultura? ¿Y mis
prepotencias, mis algazaras infelices en interminables noches de
vigilia cuando soy joven o no y creo que el mundo soy yo, es
solamente mío? ¿Que obnubiló mis sentidos con sonidos alegres que
alucinan mientras las sinfonías y adagios reconfortan? ¿Quién soy?
Me pregunto. El sol de cada día nos trae nuevas propuestas. ¿Me
pongo como anciano a descifrarlas o me quejo que un día más de
verano va a quemar todo, inclusive mis disposiciones de dar algunos
pasos para frente y para lo alto?
La
reconstrucción espiritual requiere urgente atención
– Cuando Francisco de Asís oyó mediúmnicamente la orden de Jesús
para reconstruir su iglesia, el noble Espíritu de Umbría entendió,
al principio, que debería reconstruir físicamente la pequeña
iglesia de San Damián. Ahora, Jesús nos invita a todo instante para
reconstruir nuestras iglesias íntimas. Iglesia significa asamblea de
los electos, según la traducción del griego. Fuimos elegidos por
Dios desde que Él nos creó. La reconstrucción espiritual, después
de tantas búsquedas infelices, necesita de urgente atención de
nuestra parte. Es muy fácil y común congratularnos con nuestros
amigos y afectos en los momentos festivos. Lo difícil es
congratularnos con Dios todos los instantes que vivimos y, vivimos En
él, nos movemos En él y En él existimos como el mensaje bíblico
inscrito en Actos de los Apóstoles, capítulo diecisiete, versículo
veintiocho. ¿Por cuál razón no queremos entender así?
Es
mucho más fácil comer y beber, vestir y dormir, procrear y trabajar
lo cotidiano que asumamos la postura de muchos de aquellos que aquí
vinieron para incentivar a la humanidad en sus crecimientos. ¿Fueron
santos? No sabemos cierto, aunque muchos hayan sido canonizados.
Pero, si fueron, ¿por cuál razón tampoco nos hacemos santos y nos
posicionamos como centinelas en un puesto cualquiera ayudando a
todos, alisando pasiones inmerecidas, colocando agua en incendios o
ebulliciones peligrosas, enseñando, aprendiendo, construyendo los
templos de la pura sabiduría?
La
invitación es para todos. La mesa está puesta para santos y
publícanos, fariseos y saduceos, blancos, afrodescendientes, indios,
etnias varias. De aquí a algunos años cuando el planeta esté
renovado, habremos de mirar este tiempo extraño y, ciertamente,
destruiremos muchos vídeos, revistas, periódicos y libros que
cuentan nuestras desdichas de ahora con jactancias indebidas. La
vergüenza sólo no nos asaltará porque estaremos en otra
encarnación y con la bendición del olvido temporal. Pero, ved bien,
esto sólo para aquellos que despierten ahora y caminen mientras es
tiempo. “Mientras hay luz”. Los que definitivamente no aceptan
las propuestas de Jesús con seguridad irán para otros mundos.
Es
tiempo de reflexionar, de construir nuestra próxima morada
– Muchos de los que se portan como parias sociales de ahora, que
empuñan sus armas y amedrentan la parte pacífica de la sociedad,
deberán ir para mundos donde las guerras atroces aún ocurren y se
sentirán hechos peces fuera del agua. Esto es porque las sociedades
de aquellos mundos desconocen los avances éticos y morales de las
sociedades de la Tierra. Ellos clamarán desesperados, asustados. Los
valentones de aquí se sentirán como pequeñas perdices a suplicar
misericordia ante las garras de los valientes primates que, con
razón, necesitan formatear el ego. Nuestras bellezas inútiles se
sentirán como frágiles mariposas a volar pantanos, huyendo aquí y
allí de predadores asaz temerosos. Todo muy justo para los mundos
primitivos, pero nuestras sociedades caminan para el mundo en
regeneración donde el bien predominará y donde las personas se
confraternizaran, cambiando valores, enriqueciéndose mutuamente por
ellos.
Es
tiempo de reflexionar. Es tiempo de construir nuestra próxima
morada. Para donde deseo ir de aquí a algún tiempo: días, meses,
años, horas... No sabemos el momento en que la desencarnación nos
llamará a cuentas. Es necesario que nos hagamos útiles, sociales,
pues sólo así la vida nos encaminará para los Jardines del Edén
que están para ser erigidos en el mundo. Pero no serán estancias
paradisíacas donde los habitantes intercambiarán a Dios por una
manzana ofrecida por la serpiente. Serán terrenos a ser explotados
centímetro a centímetro, pues en todo hay la sabiduría divina
expresándose. ¡Y pasamos y pisamos en las hierbas y no nos damos
cuenta de esto, aún! Los futuros terráqueos sabrán tanto que ni de
lejos imaginamos como serán sus construcciones mentales. Si Esaú
intercambió la primogenitura por un plato de lentejitas, hubo otro
incauto que intercambió el Evangelio de Jesús por un plato de
revueltos. Ambos, revueltos y lentejas, alimentan
el
cuerpo físico que no sobrevivirá. Y el alma, ¿cómo habremos de
alimentarla, siendo esta la parte inmortal que cargamos?
Somos
seres reencarnados y vinimos de eras lejanas
– Es justo que hagamos estas reflexiones, finalmente estamos aquí
para aprender a orar, meditar y trabajar según Martins Peralva.
Entremos en el tanque que Dios preparó para cada uno de nosotros y
lavémonos mientras es tiempo, pues el prometido puede llegar en
cualquier momento y, si fuéramos prometidas descuidadas, podremos no
ser llevadas por Él, como es bien puesto en la parábola de las diez
vírgenes. Eran vírgenes, pero cinco de ellas vacilaron. ¿En cuál
partida pretendo estar cuando el prometido (Jesús) resurgiera
soberano en nuestras almas? ¿La de las vírgenes vacilantes o de las
vírgenes cuidadosas?
Merece
la pena parar un poco el tráfico loco de los pensamientos que pasan
acelerados en nuestras mentes. Ellos surgen y nos arrastran sin
dejarnos escoger si debemos aún ir o quedarnos. Cuidemos de ellos, o
mejor, cuidemos de nuestros sentimientos, pues es a partir de lo que
sentimos que los pensamientos nacen. Entendamos definitivamente y
vivamos intensamente la realidad de que somos seres reencarnados y
venidos de eras lejanas con el propósito de ahora amarnos más,
querernos mejor. Ame mucho, pero libere al ser amado. Si usted cree
que el otro o la otra es el aire que usted respira, cuídese,
porque
esto no pasa de una amenaza y nunca amor verdadero. El amor legítimo
parte del presupuesto de que yo soy yo y usted es usted y juntos
formamos un par que puede caminar imponente por las virtuosas
carreteras de las construcciones espirituales.
Ame
a sus padres, sus hermanos, su trabajo, su vida, pues sólo así
estará, de hecho, haciéndose útil a usted y a la creación. Y ella
necesita de usted, principalmente de sus buenos ejemplos. José
Herculano Pires en su libro Concepción Existencial de Dios, en el
capítulo que se titula Dios en el Hombre, nos dice que tenemos en
nuestra conciencia humana tres principios fundamentales en nuestras
manifestaciones en el plano social: “la idea de Dios en el hombre,
su anhelo de trascendencia y el deseo natural del bien”. Que nos
coloquemos al corriente de estas informaciones y multipliquemos en
nosotros estos principios. Es un punto de partida. ¿Y la llegada?
Autor:
Guaraci de Lima Silveira
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"Quede en silencio, cultive su propio poder interno.
Respete la vida de todo lo que existe en el mundo.
No fuerce, manipule o controle a su prójimo.
Conviértase en su propio Maestro y deje a los demás que sean lo que tienen capacidad de ser."
- Texto Taoista-
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23. El hombre está incesantemente en busca de la felicidad que le huye sin parar(....). En vez de buscar la paz del corazón, la única felicidad real en la Tierra, es la avidez por todo aquello que puede agitarlo y perturbarlo, y, cosa curiosa, parece crear a proósito los tormentos que solo de él, dependía evitar.
¿Habrá mayores tormentos que los causados por la envidia y el crímen?. Para el envidioso y el criminal no hay reposo: siempre están excitados por el deseo de lo que ellos no tienen y otros poseen, causándoles insomnio. La buena suerte de sus rivales les da vértigo; su único interés es el de menospreciar a los otros, toda su alegría está en excitar a los insensatos como ellos, la ira del crímen de que están poseídos. ! Pobres insensatos, de hecho, ni soñaban que tal vez mañana será preciso dejar todas esas futilidades cuya posesión envenena sus vidas ¡ (...)
De cuantos tormentos, al contrario, se libra aquel que sabe contentarse con lo que tiene, que ve sin envidia aquello que no es suyo, que no busca parecer más de lo que es (...)
( El Evangelio Según el Espiritismo, Cap.5, item 23 (parte)- Fénelon, Lión, 1860)
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