sábado, 15 de marzo de 2014

Nuevos consejos de Emmanuel

                                                   

APARIENCIAS

No te pierdas en la contemplación  excesiva del plano exterior, aniquilando la gloriosa oportunidad de tu propia ascensión a la Luz Divina.
Aquel que pasa  en el camino, exhibiendo  pesado bagaje de oro,  probablemente transporta un corazón atormentado e infeliz.
Muchas veces, quien extiende los brazos, implorando limosna fácil, trae consigo la  rebeldía y dureza interior, bajo el   harapo humillante.
No es raro, el joven que provoca la envida de muchos dirigirse para destino doloroso, haciéndose acreedor de nuestra simpatía en oraciones de intercesión.
Frecuentemente, aquel que te parece feliz, en el circulo de la prosperidad transitoria, es un hermano desventurado, entre aflicciones morales   que le oprimen el Espíritu.
No juzgues al rico por impiadoso, ni al pobre por humilde.
No supongas la Felicidad  en la belleza efímera del cuerpo, ni admitas  la virtud incorruptible donde se encuentre la felicidad pasajera.
Algunas veces, la santificación permanece con aquel  que se figura pecador  y la maldad se resguarda en el hermano de quien se oculta en la máscara de la pobreza y de la angustia, en el juego de las  apariencias.

Acuérdate de que la Fuerza Divina sabe ver en las profundidades y, con el arado del tiempo, todo se corrige, reajusta y eleva, sin necesidad de nuestra apreciación individual.
Aprovechemos el campo de la buena lucha para la sementera del bien, porque no  responderemos por los otros y si por nosotros mismos, cuando el orden superior de la vida nos conducirá al examen necesario.
No te prendas a la sombra y, consciente de que recibiremos, según nuestras propias obras, procuremos, cada día, la gloria de servir, a fin de encontrar en la inmortalidad, fuera de las ilusiones de la carne, la verdadera y mayor Felicidad. 
Por el espíritu Emmanuel – Del Libro: Instrumentos del Tiempo, Médium: Francisco Cándido Xavier.

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HOY ES UN GRAN DIA.
 Es un gran día, el primero de todos los que siguen.

El Señor me ha vuelto a bendecir. Su paciencia es Infinita conmigo. Por ello no me canso de agradecerle tanto Amor. Mi corazón está pleno, ahora todo tiene sentido. Hoy comprendo lo que Jesús quiso decir con: “la verdad os hará libres”, porque es cierto. Yo sólo atisbo un ápice de esa verdad. Pero ahora sí puedo decir: Soy libre, así con mayúsculas. Soy la creadora de mi vida; y mi destino sólo está en mis manos. ¿Es que puede existir mayor libertad? ¿Puede haber mayor sabiduría? ¿Cómo podemos estar tan ciegos? Resulta tan obvio que me cuesta entender tanta ignorancia.

El Espiritismo ha supuesto para mí el mayor regalo. Aunque siempre intenté vivir mi vida con la mayor dignidad, procurando poner en práctica los más altos valores, lo hacía por un sentido del deber y de la justicia heredados de mi educación cristiana. Hoy todo toma otro cariz, pues a pesar de todo no lograba encontrar qué sentido real tenía la vida. Las explicaciones que recibía no lograban satisfacerme por encontrarlas demasiado pueriles y a veces si se me permite, injustas. No podía aceptar esa idea tan “pequeña de Dios”

Cuando leí por primera vez El libro de los Espíritus, fue para mí como si me quitaran un velo de los ojos. Todo cobró sentido. No podía entender cómo no comprendí antes. Ahora sé que todos tenemos nuestro momento, como fruto maduro.

Como por arte de magia desaparecieron los tabúes y entendí las palabras de Jesús, no sólo en un sentido místico y metafórico sino también en el sentido más práctico; la aplicación directa en mi vida diaria. Porque el Espiritismo no es una religión, o al menos en el sentido que la hemos conocido hasta ahora, ni siquiera una corriente mística; el Espiritismo es la vida misma, una forma de vivir, quizás a medida que vayamos esclareciendo, la única.

Ha sido el mayor hallazgo, después de Jesús, o quizás al mismo nivel porque no puedo decir que entendí al Maestro hasta que el Espiritismo me lo presentó de la forma más real, más cercana.

Dios me tenía preparado un gran regalo, y con él doy por bueno todos los tumbos que he dado por tantas corrientes filosóficas, tantas lecturas, tanto bagaje, a veces demasiado pesado, pero siempre útil .Bendigo el camino que me trajo hasta aquí, así como las manos invisibles que cariñosamente me han venido guiando hasta ahora . 

Hoy mis queridos Amigos invisibles observan mis pasos y mi mirada fascinada hacia este nuevo periplo que apenas estoy comenzando. Estoy segura que sin su maravilloso concurso no me hubiera sido posible llegar. Ellos miran con benevolencia mis fallos y me alientan en todos mis intentos por mejorar. No puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a estos Hermanos su asistencia desinteresada y expresarles mi más profundo Amor.
 Mamen Pelayo Delgado. Algeciras.España. 

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II – AUTORIDAD DE LA DOCTRINA ESPÍRITA -CONTROL UNIVERSAL DE LA ENSEÑANZA DE LOS ESPÍRITUS (Primera parte)

Si la Doctrina Espírita fuese una concepción puramente humana, no tendría otra garantía que las luces del que la hubiera concebido, y nadie en este mundo podría tener la pretensión fundada de poseer por sí solo la verdad absoluta. Si los Espíritus que la han revelado se hubiesen manifestado a un solo hombre,nada garantizaría su origen, porque sería menester creer en la palabra de quien dijera haber recibido sus enseñanzas.
Admitiendo una perfecta sinceridad de su parte, cuando mucho,podría convencer a las personas de su medio; podría tener sus seguidores, pero nunca llegaría a reunir a todos.
Dios quiso que la nueva revelación llegase a los hombres por un camino más rápido y más auténtico; por esto encargó a los Espíritus ir a llevarla de uno a otro polo, manifestándose por todas partes, sin dar a nadie el privilegio exclusivo de oír su palabra. Un hombre puede ser engañado, puede engañarse a sí mismo, pero eso no ocurriría cuando millones ven y oyen la misma cosa: esto es una garantía para cada uno y para todos.
Además, puede hacerse desaparecer a un hombre, pero no puede hacerse que desaparezcan las masas; pueden quemarse los libros,pero no se pueden quemar los Espíritus; pues si se quemaran todos los libros, el origen de la doctrina no sería menos inagotable, por el hecho mismo de que ella no está en la Tierra,sino que surge por todas partes y que cada uno la puede absorber.
A falta de hombres que la difundan, habrá siempre Espíritus que alcanzan a todo el mundo y a quienes nadie puede alcanzar.
En realidad, los mismos Espíritus son los que hacen la propaganda, con la ayuda de innumerables médiums que ellos suscitan por todos lados. Si no hubiesen tenido más que un intérprete, por más favorecido que fuese, el Espiritismo sería mal conocido; este mismo intérprete, a cualquier clase que perteneciese, sería objeto de prevención de muchas personas;no le hubieran aceptado todas las naciones; mientras que comunicándose los Espíritus por todas partes, a todos los pueblos,a todas las sectas y a todos los partidos, son aceptados por todos.
El Espiritismo no tiene nacionalidad, está fuera de todos los cultos particulares y no fue impuesto por ninguna clase social,puesto que cada uno puede recibir instrucciones de sus parientes y de sus amigos de ultratumba. Era preciso que fuese así para que pudiese llamar a todos los hombres a la fraternidad; pues, si no se hubiese colocado en un terreno neutral, hubiera mantenido las disensiones en vez de apaciguarlas.
Esta universalidad de la enseñanza de los Espíritus,constituye la fuerza del Espiritismo, y es también la causa de su rápida propagación; mientras que la voz de un solo hombre, aun
cuando hubiese tenido el auxilio de la prensa, emplearía siglos antes de llegar a oídos de todos, he aquí a millares de voces que se hacen oír simultáneamente sobre todos los puntos de la Tierra,para proclamar los mismos principios y transmitirlos, tanto a los más ignorantes como a los más sabios a fin de que nadie quede desheredado. Es una ventaja de la cual no gozó ninguna de las doctrinas que surgieron hasta hoy. Si, pues, el Espiritismo es una verdad, que no teme ni la mala voluntad de los hombres,ni las revoluciones morales, ni los cataclismos físicos del globo,porque nada de esto puede alcanzar a los Espíritus.
Pero esta no es la única ventaja que resulta de esa posición excepcional; el Espiritismo encuentra en ella una garantía poderosa contra los cismas que podrían suscitarse, ya por la
ambición de algunos, ya por las contradicciones de ciertos Espíritus. Seguramente que estas contradicciones son un escollo;pero llevan consigo el remedio al lado del mal.
Se sabe que los Espíritus, a consecuencia de la diferencia que existe entre sus capacidades, individualmente están lejos de poseer la verdad absoluta; que no a todos les es dado penetrar ciertos misterios; que su saber es proporcionado a su depuración;que los Espíritus vulgares no saben más que los hombres, y aun menos que ciertos hombres; que hay entre ellos, como entre estos últimos, presumidos y pseudo sabios, que creen saber lo que no
saben; sistemáticos que toman sus ideas por la verdad; en fin,que los Espíritus de un orden más elevado, los que están completamente desmaterializados, son los únicos que se han
despojado de las ideas y de los prejuicios terrestres; pero también se sabe que los Espíritus mentirosos no tienen escrúpulos en arroparse con nombres que toman prestados, para hacer aceptar sus utopías. Resulta de esto, que todo lo que está fuera de la enseñanza exclusivamente moral, las revelaciones que cada uno puede obtener, tienen un carácter individual, sin autenticidad,que deben ser consideradas como opiniones personales de tal o
cual Espíritu y que se cometería una imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como verdades absolutas.
El primer control, sin duda, es el de la razón, al cual es preciso someter, sin excepciones, todo lo que viene de los Espíritus; toda teoría en contradicción manifiesta con el buen
sentido, con una lógica rigurosa y con los datos positivos que se poseen, aunque esté firmada por cualquier nombre respetable,debe ser rechazada. Pero este control es incompleto en muchos casos, a consecuencia de la insuficiencia de las luces de ciertas
personas, y de la tendencia de muchos de tomar su propio juicio por único árbitro de la verdad. En caso semejante ¿qué hacen los hombres que no tienen confianza absoluta en sí mismos?
Toman consejos del mayor número, y la opinión de la mayoría es su guía. Así debe ser respecto a la enseñanza de los Espíritus,cuyos medios de control nos proporcionan ellos mismos.
La concordancia en la enseñanza de los Espíritus es, pues,el mejor control; pero es preciso, también, para ello, que ocurra en ciertas condiciones. La menos segura de todas es cuando el mismo médium pregunta a diferentes Espíritus sobre un punto dudoso; es evidente que, si está bajo el imperio de una obsesión o se relaciona con un Espíritu mentiroso, este Espíritu pued decirle la misma cosa bajo nombres diferentes. Tampoco hay una garantía suficiente en la conformidad que se puede obtener por los médiums de un solo Centro, porque todos pueden estar bajo la misma influencia.
La única garantía seria de la enseñanza de los Espíritus,está en la concordancia que existe entre las revelaciones dadas espontáneamente con la intervención de un gran número de
médiums desconocidos los unos de los otros y en diversos lugares.
Se concibe que no se trata aquí de comunicaciones relativas a intereses secundarios sino de las que se vinculan a los mismos principios de la doctrina. La experiencia prueba que cuando un principio nuevo debe recibir su solución, es enseñado espontáneamente en diferentes puntos al mismo tiempo, y de una manera idéntica, sino en cuanto a la forma, al menos en el fondo. Pues, si le place a un Espíritu formular un sistema excéntrico, basado sólo en sus ideas y fuera de la verdad, puede tenerse por seguro que ese sistema quedará circunscripto y caerá ante la unanimidad de las instrucciones dadas por todas partes,como ya se tienen varios ejemplos de eso. Fue esta unanimidad la que hizo caer todos los sistemas parciales que despuntaron en el origen del Espiritismo, cuando cada uno explicaba los fenómenos a su manera, y antes que se conociesen las leyes que rigen las relaciones del mundo visible y del mundo invisible.
Tal es la base en que nos apoyamos cuando formulamos un principio de la doctrina; no es porque esté de acuerdo con nuestras ideas que lo damos como verdadero; pues, no nos
colocamos, de ninguna manera, como árbitros supremos de la verdad, y no decimos a nadie: “Creed tal cosa porque lo decimos nosotros”. Nuestra opinión no es, a nuestros ojos, sino una opinión personal que puede ser justa o falsa, porque no somos más infalibles que los otros, ni tampoco es verdadero para nosotros un principio porque se nos ha enseñado, sino porque ha recibido la sanción de la concordancia

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC

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LIBRE ALBEDRÍO



Sobre el libre albedrío han tratado muchas escuelas filosóficas; unos niegan su existencia rotundamente, basándose en su concepción materialista de las fuerzas universales, achacando todo, a la lucha por la vida y a fenómenos netamente físicos.
Otros lo niegan; en parte basándose en su concepción religiosa. Lo achacan a una mano invisible, que mueve ciertas palancas que inclinan la balanza personal humana, hacia el azar o la suerte, también hacia la predestinación perentoria, como analizan ciertos teólogos, a la  acción de Judas contra Jesús.
Consideramos ambos conceptos plagados de errores.
El espíritu tiene libre albedrío, pero condicionado a una responsabilidad plena, sobre todas sus acciones, luego ya no es tan libre el espíritu, cuando depende de las consecuencias de sus pasos.
No hay pues, fatalidad,  ni predestinación, ni azar, ni suerte, cuando el espíritu es el dueño de sus propios pasos. Cuando carga con las consecuencias, tanto del mal como del bien que realiza.
Lo anterior demuestra, que por encima del libre albedrío, existen leyes universales que lo controlan automáticamente, cercenando su libertad, cuando va
en detrimento de la armonía universal,  y estas leyes Universales, están accionando dentro del propio espíritu, como en todas las cosas del Universo.
Cada acción mala, se añade, se adjunta a las huellas morbosas ya existentes y hasta los instintos mismos se exacerban, potenciándose y creando una alarma general.
Esos instintos se  pelean por obtener el control total, creándose un descontrol completo, hundiéndose en una especie de tremedal, del cual solo puede salir, por esfuerzos propios.
Ese ser, en esas condiciones, creadas por el mal uso del Libre Albedrío, vuelve por sus pasos, tratando de lograr la regeneración.
Así ese espíritu, obrando en su libre albedrío,  empieza jornadas dando marcha atrás y por medio de vidas laboriosas, llenas de sacrificios  constructivos, va deslastrando  su alma hacia un camino de progreso ascendente.
De modo pues, que el libre albedrío es amplio e irrestricto, pero condicionado a la responsabilidad personal. Lo que se siembra se cosecha, y lo que se es y será, depende de lo que se haga con ese albedrío.
Vemos que en el Universo, no hay policías que lo lleven y traigan a uno y nos coloquen en orden de faltas cometidas; no, el alma misma es la que arrastra al espíritu, a los lugares que la afinidad le atrae.
Es esta alma, la que condiciona las vidas sucesivas al espíritu, este jamás puede desligarse de ella, y es la que carga el peso y  marca la pauta del camino a seguir.
No existe pues, castigo ni perdón, no hay una expiación  propiamente dicha. Sólo se ven consecuencias de nuestras propias actuaciones, que tienen su nido y morada en nuestra alma, y desde allí germinan, como lógicas reacciones de nuestros hechos. De nuestro mal uso del libre albedrío.
 -David Grossvater-

Tomado del libro: “Por Los Fueros Del Espíritu” 

                Adaptación Oswaldo E. Porras Dorta,

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