martes, 1 de abril de 2014

La fuerza del ateísmo

             
                 
   La fuerza del ateísmo


 La palabra Ateo, procede del griego ATEOS ( A= Sin, y Teos= Dios). O sea, viene a significar que un atéo es un "sin Dios", simplemente porque no lo conocen y huyen de conocerlo, aunque Dios sí nos conoce a todos y cree en el destino feliz de sus hijos.
Como consecuencia de tanto dogma religioso irracional y anticientífico, por tanto abuso eclesiástico,por tanta amenaza mas o menos velada de pecados e infiernos demoníacos y sin posibilidad de redención o perdón por parte de un dios que definen como Amor y que mediante Sus Enviados, nos ha enseñado y ejemplificado el perdón, ( otra de tantas contradicciones) , amenazan como una Espada de Damocles si no se siguen fielmente tantos preceptos impuestos, tanta manipulación de conciencias y tanta práctica idólatra heredada de pueblos ancestrales que practicaban algo semejante en sus rituales y ceremonias religiosas, hoy día quedaron fuera de la comprensión y de cualquier razonamiento lógico. De este modo se ha ido pervirtiendo el verdadero sentido de la religión, y esto, a la larga o a la corta, ha hecho caer a tantos seres humanos desengañados, en la negación, sobre todo cuando ante las pruebas de la vida, a veces tan duras, se ha quedado huérfano de una explicación coherente, de sus por qués y ven que la religión que adoptaban no les aporta consuelo alguno, llevándole a creer que todo lo que tiene que ver con la religión es también un engaño para someter y manipular conciencias, llegando así a experimentar el vértigo del vacío ante la nada y ante la inexistencia de ningún “mas allá” ni de ningún Ser Supremo,cuya imagen se le rompe en pedazos y cuyos atributos no comprende ni ve de ningún modo.
Cuando los conceptos religiosos son insuficientes para llegar a lo más íntimo de la razón y del corazón de la persona, aunque en principio esta buscó la fe, surge la duda, la descreencia y el ateísmo que lleno de escepticismo, niega sistemáticamente cualquier concepto de Verdad trascendente, cayendo en un materialismo que se le presenta como única realidad existencial, siendo esto de todos modos, una opción más y muy respetable de la expresión íntima de las personas.
Para volver a retomar su transcendental papel, las religiones, o mejor dicho, quienes las dirigen, debieran despojarse de tantos disfraces y mitos , cultos oscuros y ceremonias misteriosas, con un simbolismo esotérico o impregnadas de un carácter mágico , con los que se han disfrazado durante tantos siglos. Asimismo debieran sus pastores o sacerdotes, respetar la moral que debieran predicar, con un ejemplo recto y coherente, mostrando siempre cual es la base fundamental del sentido espiritual de la vida, cual es la caridad en todas sus manifestaciones.
Otro factor importante que ha enfriado tanto a las gentes, en cuanto a sus inquietudes religiosas de antaño, es que todas las religiones, desde sus inicios, han luchado por el poder, la dominancia y la riqueza. Y esto lo aprendieron a realizar, aliándose con los poderes políticos y militares, de modo que se creaba una simbiosis entre ellos, por la que todos resultaban protegidos y fortalecidos. Pero no pensaron sin embargo, que algún día, el pueblo, cansado de abusos, opresiones y de sentirse tantas veces bajo la tiranía de este triunvirato que se apoyaban entre sí, finalmente, pensarían por si mismos, con el soporte de la Ciencia empírica, dando como resultado el despertar de tantas conciencias oprimidas y hartas de estar bajo continuas opresiones de estas dictaduras que se han desarrollado permanentemente a lo largo de la historia.
El ateo como tal, en realidad no existe totalmente , pues si no se le puede demostrar ni expresar racionalmente la idea de Dios para convencerlo de su existencia , tampoco él puede demostrar su no existencia ; lo que no se conoce no se puede negar y el ateo no conoce a Dios porque realmente nunca lo ha experimentado en su vida. Normalmente lo que en realidad niegan y no admiten son los conceptos de Dios y del Mas Allá sostenidos por las religiones establecidas porque suelen atentar contra la razón y la lógica.
El ser ateo es una opción tan respetable como lo es la de estar afiliado a cualquier otra religión. Lo malo es cuando el ateísmo rompe cualquier barrera ética y moral, conduciendo al más feroz de los egoísmos y materialismos y haciendo de la persona un monstruo que para progresar en la vida social o en lo económico, carece de cualquier escrúpulo moral que le impida aprovecharse de los demás. Sin embargo también existen casos de personas ateas que a pesar de su descreencia religiosa, tienen unos principios éticos y morales , conquistados en vidas anteriores, que siguen manteniendo como norma de vida en este mundo a pesar de todo. En otras ocasiones nos podemos encontrar con ateos que ,precisamente por estar libres de preconceptos religiosos, les suele ser más fácil que a las personas religiosas, el encontrar su Verdad y su iluminación personal al carecer de esas barreras.
Las religiones occidentales, a diferencia del conocimiento espírita, afirma el falso concepto de una sola vida única y desigual en la Tierra para cada Ser humano, así como un juicio final severo y definitivo para todas las almas cuya suerte queda irremisiblemente fijada , predicando la inmortalidad del espíritu, pero sin demostrarla.
Cada vez mas, el Ser humano rechaza las ideas que chocan contra la racionalidad; por tanto ante este panorama de credos que más bien parecen salidos de cuentos infantiles, creados e impuestos por las propias religiones, mucha gente ha terminado por rechazar cualquier conceptos dogmático, considerándolo falso o fantástico, así que la única fe capaz de ser aceptada y creída por estas personas, que son enorme multitud en todo el mundo, es solo lo material y lo tangible.
Esos conceptos religiosos, al carecer de una base moral lógica y coherente, han abonado el desamor y el egoísmo entre los Seres humanos, con lo que para toda la Humanidad esto ha traído siempre consecuencias nefastas , como guerras y otras barbaridades , a veces en nombre de los dioses de las religiones establecidas. Estos dramas que han sumido en el dolor a tantos seres humanos a lo largo de la Historia, no hubieran existido si la Humanidad hubiese sido capaz de aceptar y comprender profundamente que , dejando aparte cualquier postulado religioso, realmente hay vida y existencia después de la muerte; sabiendo quienes somos y qué y por qué estamos en este mundo, y sobre todo que aquello que hagamos a los demás de bueno o de malo nos será devuelto irremediablemente.
Lo malo es que estos seres humanos, al rechazar tantos conceptos religiosos por falsos o irracionales, también han rechazado otros muchos conceptos de Verdad que se entremezclan, así que finalmente, el ateo no ha sabido separar el trigo de la paja y ha llegado a la conclusión de que todas las religiones son falsas, como falsos sus principios, incluido el concepto de Dios y del Alma, y entonces han buscado sus verdades fuera de cualquier clase de religión, siendo estas “verdades”, conceptos tan tristes como el de la casualidad de la existencia humana, el azar de la suerte, la no existencia de algo superior al ser humano, la negación de cualquier clase de existencia tras la muerte, etc.
Se podría afirmar como colofón en este tema, que el ateo lo es porque no conoce a Dios, no le han enseñado a razonarlo y a sentirlo como algo real que originó todo el Universo y lo mantiene, desde el macrocosmos hasta el microcosmos, incluidos nosotros humanos y nuestro entorno material, por eso la ignorancia junto con el apego a la materia y el razonamiento materialista, llevan a la incredulidad, una incredulidad que la propia fuerza del espíritu les hará antes o después, reconocer como errónea.

José Luis Martín
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Debes olvidar el bien que hagas a otro, y solo recordar el que recibes”

- Quilón –
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Muchas veces nos empeñamos en recordar nuestro pasado, y muchos portamos tristes historias, momentos de amargura, que no deseamos volver a experimentar, son muy pocos los que recuerdan una niñez feliz, y que desean volver a ella. Es en ella donde muchos comienzan sus primeros dramas. Cada etapa de la vida es particular; trae su gloria o esplendor, como también sus crisis o desafíos por asumir. Cada época puede o pudo ser para una persona toda una experiencia feliz y satisfactoria de vida, o por el contrario una continua decepción. . Las etapas en la vida, son algo que debe uno asumir con mucha paz y aceptación, sea porque se fue muy afortunado o porque se fue herido o decepcionado.
Hemos de aprender a disfrutar de cada etapa de nuestra vida ,  hemos de aprovechar todos los minutos del día al máximo; valorando a los que nos rodean, a los que  nos permiten elaborar nuestra historia, ella ya fue definida por nosotros antes de regresar a la vida corporal, y reencarnar de nuevo, pero del dicho al hecho va mucho trecho, son muchos los que se arrepienten y reniegan de Dios cuando pasan por las pruebas que necesitan para su progreso. La  vida no es algunas veces como la pensamos o la deseamos, pero con una buena aptitud por nuestra parte, podemos disfrutar de  los privilegios del hoy, en la etapa que nos corresponde vivir.
Es necesario que nos hagamos lagunas preguntas: ¿Es feliz? ¿Qué desea mejorar? ¿Qué desea hacer? ¿En qué se quiere dar una nueva oportunidad? ¿Qué cosas nuevas desea aprender? ¿Valora a las personas que le rodean? ¿Cuenta con Dios para sus planes actuales? Tenga presente que estas preguntas son fundamentales, y que su respuesta sincera a ellas es vital para un nuevo comienzo o mejoramiento de su calidad de vida.
Nadie nos puede hacer triunfar, solo nos pueden ayudar a levantarnos, cada persona en realidad, debe realizar su propio proyecto de vida, es decir cada cual  cuenta  con  la responsabilidad  de hacer crecer nuestros dones, habilidades o talentos.
La práctica y perfeccionamiento que usted dé o desee para sus cualidades o habilidades es un trabajo específicamente suyo, pues nadie hará dichas prácticas o dedicación por usted. Al respecto nadie salva a nadie, en el sentido literal de que, la medida de progreso y superación se la brinda la propia persona a través de un interés, de la práctica constante hacia las metas definidas.
La verdad es que en el camino de la vida nos encontraremos con grandes obstáculos, así como con personas que nos darán su voz de aliento, su mano de apoyo, cuando no su tiempo para escucharnos, es decir, nos ayudarán a levantarnos, pero la victoria en la vida es tan de carácter personal, que adquiere la connotación de responsabilidad propia de cada individuo.
Mire a su alrededor y piense que  el presente es lo que cuenta, los que están a su alrededor, son los que le acompañan para la experiencia  y deberá aprender a convivir con ellos, fijando unas limitaciones, que marcan la buena educación, y la moral adoptada por usted, dentro de esa digamos convivencia  usted aprenderá y ellos también, su éxito depende de usted y el de ellos de ellos mismos, y los fracasos también, porque cada uno con nuestra forma de actuar elaboramos una acción que después tendrá una reacción.
Si usted  paso una niñez frustrada, a causa de un padre poco amoroso para con usted, usted aprendió a reprochar el amor del que careció, y cuando sea usted padre, no ha de actuar con represalias, sino con amor, valorar las cosas de que se han carecido, no quiere decir que nos convirtamos en inquisidores, sino en ejemplo vivo de aquello que deseamos y que la vida no nos dio. Porque no nos quepa la menor duda, que tenemos lo que nos merecemos, y si no encuentra explicación en nuestro presente, pensemos que tenemos un pasado culpable, que nos coloca ante tales dramas en la vida.

- Merchita-
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EN LA LABOR QUE DESEMPEÑA EL ESPIRITA

  El espirita que desea hacer mucho bien a sus semejantes no debe perder de vista al Señor cuando lo azotaban atado al pilar, cuando lo coronaban de espinas, cuando cargaba la cruz, cuando consumaba su sacrificio, para saber imitarle en sus actos de amor por la Humanidad de abnegación y de sacrificio.
De ahí sus palabras:
“vosotros sois la sal de la tierra, si ella pierde su sabor, “con que se ha de salgar”
Si el espirita debe ser prudente virtuoso, tolerante, humilde abnegado y caritativo, entre sus hermanos de ideal  y en el seno de la Humanidad, ¡cuanto más debe serlo  en la familia! Si son sagrados los deberes que hemos de cumplir entre nuestros hermanos y en la humanidad, mucho más lo son los que tenemos que cumplir en la familia. Porque debemos considerar que, más allá de los vínculos que en esta existencia nos unen con lazos indisolubles, tenemos siempre historias pasadas, que se enlazan con la historia presente.
El espirita  en todas las situaciones de la vida, ha de portarse como un buen hijo, buen esposo, buen padre, buen hermano y buen ciudadano;  así, como practicante  de la ley divina, cuyo sentido práctico está en la enseñanza y en el ejemplo del Señor y maestro; será luz para iluminar a los que están a su alrededor, será mensajero de paz  y amor para todos; y llevará la paz  de las Moradas de la Luz  hasta los hombres de la Tierra.
El espirita tiene un deber ante sí mismo,  no ha de ser demasiado indulgente  para consigo mismo. Siempre encuentra medios para justificar su conducta, aunque esta no sea lo suficientemente correcta. Procura siempre disculpar  sus defectos y atenuar sus faltas. Tanto es así, que escuchamos a menudo, de aquellos a quienes hablamos de espiritismo: “Yo no creo en nada, apenas acompaño a la  mayoría; pero en lo que concierne a la otra vida, creo que lo mejor es hacer todo el bien posible. Así, si existe alguna cosa después de esta vida, nada malo podrá acontecerme.
Todo espirita debe ser muy severo consigo mismo, siendo siempre el primero y el más severo juez de sí mismo. No olvidando que está en este mundo para luchar por causa de su atraso, de sus imperfecciones y de sus deficiencias, y que le urge librarse de todo aquello que es contrario al amor, a la virtud, a la caridad, a la justicia.
Es muy difícil ser justo en todas las cosas, por eso el espirita debe todos los días hacer un examen de todo lo que sintió y realizó en la jornada transcurrida.  Sabiendo que hay tres formas de cometer faltas, por el pensamiento, por la palabra y por los actos.
Las faltas por pensamientos provienen de pasiones injustas o mal contenidas, de no ser indulgente para las faltas  del prójimo, de codiciar cosas indebidas. El espírita puede sentir deseos condenados por la ley divina.
El tiempo de vida en la Tierra es sumamente corto, y que el que pasaremos en el espacio es sumamente largo, siendo allá felices o infelices  según hayamos cumplido  o dejado de cumplir nuestros deberes espirituales. Por eso debe procurar el espirita  progresar en virtudes, en amor, en adoración al Padre, en respeto y veneración para con sus semejantes y no dudar  de que su felicidad será grande, y que habrán llegado a su fin los sufrimientos  y los males, que por tanto tiempo lo han afligido y lo han retenido tanto tiempo en un planeta de expiación.
Nunca pensemos que somos imprescindibles, somos necesarios pero si   dentro de la labor que asumimos en las filas del espiritismo, nosotros falláramos, por las causas que sean, otro ocupará nuestro lugar, la formalidad en la obra de Cristo es esencial, a El, no podemos engañarle, y si bajo nuestra  potestad están cobijados corazones humildes y necesitados de luz y esclarecimiento y no somos serios y formales, en la misión de esclarecedores para  los menos evolucionados, la espiritualidad se encargará de que no falte el concurso a los que piden pan, y están hambrientos.
Hemos vistos  a muchos que consideramos grandes caer ante la tentación, nosotros  no estaremos exentos de ser probados, por eso es  necesario, que siempre estemos  orando y vigilando, estudiando la doctrina porque la excusa y el olvido sobre nuestros deberes el enemigo se encarga de hacerlos una realidad, con disculpa que nada tienen de verdad, son muchos los que viven  ocultando sus deberes con comportamientos equivocados que intentan de justificar, que antes los que los contemplan no tienen nada de normal, y que deja mucho que desear y ser el de un buen cristiano, un verdadero seguidor de Cristo.

Mercedes Cruz Reyes

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