sábado, 1 de enero de 2011

Para el nuevo año



Comenzamos un nuevo año llenos de proyectos , metas e ilusiones. Pero veremos transcurrir los días y los meses, y tal vez comprobemos al final del mismo que este ha sido un año más que transcurre como todos hasta aquí.

Creo que debiéramos fijarnos metas definidas y concretas de lograr si no del todo, al menos en parte, unos objetivos claros con respecto a nuestra reforma interior que es la base fundamental para hacer que el Espiritismo sea no solamente una bella doctrina y teoría que estudiamos y aceptamos desde fuera, sino que asumimos desde dentro, trabajando en nosotros mismos e intentando un progreso personal y espiritual, que no termina de llegar y concretarse.

Al verdadero espírita se le conoce por sus obras y estas no pueden manifestarse de modo positivo si no es mediante unos logros internos reales y definidos que a su vez nos capaciten para alcanzar nuevas metas.

Yo humildemente propongo a todos los que nos consideramos espíritas, o al menos queremos serlo, fijarnos sobre otras muchas metas la de luchar contra el defecto del orgullo en este año. Para esto deberemos cada día hacernos un profundo análisis de nuestras reacciones, hábitos, motivos, gestos y reacciones, para identificar este grave defecto moral y espiritual que es como tierra fértil para el desarrollo y mantenimiento de otros defectos morales que no podremos erradicar de nosotros sin antes haber alcanzado la humildad, que es el antídoto contra este grave mal del alma que de tantas formas se manifiesta en nosotros y tan solapadamente. Esto que puede parecer tan simple, es mucho más complejo de lo que parece, pues el propio defecto nos hace difícil el identificarlo a cada paso.

El campo de trabajo es amplio, pues comienza en nuestro propio interior cuando nos relacionamos con el entorno social y propio de cada uno. La importancia de relacionarnos o agruparnos con personas afines a nosotros radica en que nos será mas fácil identificar esta grave tara moral y así , con la humildad que estaremos dispuestos a ofrecer desde nuestros corazones, ir venciendo y superando este mal.

Deberemos tratar de que se nos note de verdad que somos espíritas estando en medio de una sociedad muchas veces materialista y atea, pero sin contaminarnos por ella. Todavía los espíritas nos dejamos arrastrar muchas veces por las corrientes mundanas, pero debemos tener conciencia clara de que tenemos la gran responsabilidad de dar siempre lo mejor de nosotros, siendo apoyo y luz para tantas personas que se nos crucen en el camino de la vida buscando sin saberlo, la luz del conocimiento avalado con nuestro ejemplo.

Con el desarrollo de la democracia en España, al cabo de los años hemos visto como multitud de personas que durante años han ocultado , por represión social, unas inclinaciones homosexuales con las que se identificaron desde siempre, se han ido desenmascarando sin importarles más la opinión o calificación del resto de la sociedad. Y esto lo han podido hacer porque en lo social ya gozamos de unas libertades y liberaciones que antaño no existieron durante tantos años.

Si este colectivo, tal como se dice, “ ha salido del armario” mostrando con libertad lo que sienten respecto a su identidad sexual, creo que ya es momento de que el gran colectivo de los espíritas , salga también de “su armario”, y se identifiquen sus miembros socialmente como tales, sin vergüenzas ni temores de ser tomados por locos, brujos o desquiciados. Ya han pasado los años en que por estos temores, muchos espíritas y grupos espíritas se llamaban “parapsicólogos”. No se trata de ir luciendo en un cartel o en una camiseta la identidad de nuestras creencias, ni de ir proclamando nuestras ideas doctrinarias aunque no vengan a cuento en el entorno en donde nos estemos ubicando en un momento determinado; esto daría de nosotros una imagen mas bien negativa de fanatismo religioso o sectario. Me refiero mas bien a que no debemos ocultarla o disimularla cuando llegue el caso.

Debemos ser espiritistas con todas las consecuencias que esto conlleva y con la gran responsabilidad moral y de imagen ante los demás, que a partir de conocer nuestra identidad de creencias mirarán “con lupa” nuestros actos y reacciones para encontrarnos “el fallo”, que tantas veces encontrarán, pero que deberemos tener siempre la humildad de reconocer y corregir, haciendo ver que no presumimos de perfección, pero si que luchamos por ella contra nuestras propias tendencias.

Mientras tanto, tenemos también la obligación de formarnos en profundidad en el auténtico Espiritismo, pues para dar antes hay que poseer y no se puede dar a los demás la luz de un conocimiento que no se tiene bien fundamentado. Por eso será importante la formación en grupo o en familia sobre cada uno de los libros que componen la Codificación de Kardec, analizando y meditando sobre la mas profunda esencia de los mismos.

Sabemos que uno de los principales objetivos del Espiritismo es el de “dar Luz” a seres desencarnados durante las reuniones mediúmnicas que en tantos Centros Espíritas se practican. Pero para adoctrinar a los demás antes es necesario que el adoctrinamiento del Espiritismo haya penetrado en profundidad en uno mismo. De ahí la necesidad del estudio y de la reforma interior.

También considero tan necesaria esta formación y esta mejora individual de cada espírita, precisamente porque soy de la opinión de que está muy bien esa ayuda que se brinda a los desencarnados, pero no hay por qué esperar a que lo sean para ayudarles. Por tanto creo que esa ayuda de iluminar sus conciencias se puede y debe hacer cuando nosotros y ellos mismos todavía nos encontramos todos encarnados en este mundo. Dice un sabio refrán que “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”; por tanto esa ayuda que se brinda después de la muerte a quienes ya no vemos, vamos a brindarla ya a los que en este mundo si vemos cuando nos salen al paso en el día a día, de modo que el camino que ahora avancen con nuestra ayuda será trabajo adelantado de cara al gran cambio que supondrá para todos el vernos existiendo en un “más allá” en donde gracias a la Luz del conocimiento avalado por nuestro ejemplo de ahora, ya no nos sentiremos tan perdidos.

Que el Padre y el Maestro Jesús con sus buenos Espíritus nos acompañen a lo largo de este año, haciendo que nuestras esperanzas y proyectos de mejora y evolución, se hagan realidad.

- Jose Luis -

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