sábado, 22 de enero de 2011

Vida de ultratumba

ANOTACIONES SOBRE LA VIDA DE ULTRATUMBA

Ni tan siquiera los iniciados en el estudio y la experiencia del inmenso campo que nos puede llegar a desvelar la doctrina espírita, nos imaginamos parte de la maravillosa actividad que se vive en las jornadas del mundo espiritual. No hay un momento de inacción para todos esos trabajadores voluntarios que solo aspiran a ser útiles en esos mundos que constituyen la infinita  Casa del Padre.

Los trabajadores espirituales siempre están asistiendo en los peores momentos de la criatura, pero no siempre las orientaciones que nos dan tienen resultados exitosos;  aun así, tampoco son un fracaso, porque el contagio del bien, aunque rápido, siempre deja una agradable huella.

El reposo es una necesidad, en lo referente a las vacaciones en las Casas Espíritas, debemos recordar las palabras del Maestro, cuando afirmaba: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo también trabajo”.

La Sociedad Espirita que se mantiene en la realización de los postulados que pública, tiene estructuras que la defienden, tanto de uno como de otro lado de la vida. Luego cabe a los dirigentes tomar precauciones, mediante una mayor vigilancia en tales ocasiones, que impidan la intromisión de perturbadores o enfermos sin condición para permanecer allí. Prevenirse exageradamente del mal, es dudar de la acción del bien; el temor a actuar correctamente, constituye ceder el campo a la insania. En estos días , cuando son mayores y más frecuentes los infortunios, los fracasos, los sufrimientos, se debe estar presente en el hogar de la caridad, a fin de poder prestar socorro no hay la menor duda que en los días de carnaval, de fiestas las vibraciones son más perniciosas, por eso la providencias a ser tomadas deberán tomarse con más fuerza, valor y energías saludables, para enfrentar las situaciones.

Se cuenta, que un abnegado servidor de la mediumnidad se quejó al dedicado Mentor sobre las luchas que venia sufriendo, encontrándose casi sin fuerzas para proseguir. Las dificultades lo asediaban en la forma de familiares exigentes, amigos ingratos, conocidos insensibles para con el, fragilidad en la salud, interferencias espirituales negativas. Después de informar los fuertes impedimentos, rogó al Bienhechor que lo orientase en el procedimiento a seguir.

El amigo , a su vez, le narró : “Un ángel ofreció a un pupilo querido, que aprendía a dar el buen ejemplo, y que se encontraba en preparación para venir a la tierra, un paraguas, tiempo después le donó calzado de goma; mas tarde, le ofreció un sombrero y un impermeable sin darle ninguna explicación. De repente, comenzó a llover, torrencialmente y el candidato a elevación grito: 1Angel bueno, esta lloviendo! ¿Qué hago? El sabio orientador le respondió sin demora: Use el material que le di… ha recibido la luz y el discernimiento del Evangelio, la revelación del espiritismo, el apoyo del Mundo Espiritual, no como premio, sino como recurso de alto valor parra los momentos difíciles que siempre llegan, ahora se desata la tempestad. Use los tesoros ocultos que ha guardado y no tema. Enfrente las borrascas que maltratan, pero que pasan.

El medico no ha de temer al contagio del enfermo, porque sabe defenderse; el sabio no recela del ignorante, porque puede orientarlo… Así el espirita, realmente consciente, que no se apoya en mecanismos de disculpa, enfrenta las vibraciones de bajo tenor, armado por el escudo de la caridad y protegido por la inspiración, partiendo hacia el servicio en el lugar en que sea necesario, donde precisen de el… Así el Espírita consciente, que no se apoya en los mecanismos de disculpa, enfrenta las vibraciones de bajo tenor, armado por el escudo de la caridad y protegido por la inspiración superior que recibe de la oración, partiendo hacia el servicio en el lugar en que sea necesario, donde precisen de el.”

La muerte del cuerpo no libera al Espíritu de permanecer atado al mismo, es perturbación breve o dilatada, las impresiones que se prolongan, como en el caso de las muertes violentas, aturden al ser espiritual que oscila entre las dos situaciones vibratorias, la anterior y la actual, sin fijarse en una u otra. Llamado por lo afecto familiares; condensa fluidos que deberían diluirse, sufriendo; por estar en otra faja vibratoria, intentando alejarse de esas cargas aflictivas.

Los familiares siempre desean que los seres amados, se encuentren bien al otro lado, disfruten de felicidad y paz las que no siempre se hacen merecedoras.

La tierra está rodeada por fajas vibratorias concéntricas, desde las más condensadas hasta las más sutiles, distanciadas del movimiento humano en la Corteza.

Compuestas de elementos, son vitalizadas por las sucesivas ondas mentales de los habitantes del planeta, que sufren, de alguna forma la condensación perniciosa. No obstante, son permeables a la fuerza psíquica de más elevada estructura, que las atraviesa a fin de sintonizar con la constitución menos densa y que son portadoras de más intensa energía.

Por el resultado del comportamiento mantenido en el mundo y por algún proceso de sintonía, los desencarnados se imantan a las que les son afines, gracias al tenor de valores morales que caracteriza a cada uno.

Las fajas de condensación más fuerte, forman regiones densamente pobladas, donde es fácil encontrar los Núcleos de dolor y aflicciones más primitivas, en donde los descuidados e irresponsables se detienen.
Esos reductos de penas a cumplir se multiplican en las áreas urbanas, donde los hábitos humanos son más promiscuos y las expresiones morales descienden a los estados primitivos bajo los impulsos de las pasiones degradantes.

Esas multitudes, que viven el estado errático inferior, deambulan, desenfrenadas y aturdidas, e integran centenares de millones de seres en tránsito. Los culpables y los caídos en las trampas de la liviandad, son trasladados por sus padres y verdugos desencarnados hacia lugares desérticos, cavernas y pantanales del planeta, donde los engañan y los maltratan en colonias especialmente construidas por su maldad, haciéndoles imaginar que se tratan de purgatorios e infiernos, gobernados por verdaderos genios del mal, aunque transitorios, no dándose cuenta que fueron creados para la gloria del bien y del amor…

La vida mental, en esas esferas de intranquilidad y en sus colonias de terror, alcanza inimaginables expresiones de vileza y primitivismo, donde la crueldad asume proporciones de insania imprevisible.
En muchos de estos sitios se organizan atentados sórdidos contra los hombres y se elaboran actividades cuyo objetivo es la extinción del bien.

Luchan tenazmente contra los Emisarios de la Luz, a quienes no consiguen vencer jamás y que con inmensa frecuencia, penetran en sus regiones en tareas libertadoras, demostrándoles con eso la fragilidad de su poder.

Los puestos de socorro cristianos, núcleos de apoyo y centros de ayuda se multiplican en ese campo de guerra, sostenidos por abnegados agentes del bien que están siempre dispuestos a la acción de la misericordia, cuando no pueden recurrir a los valores meritorios de los que ahí se detienen.
Debido a las cargas viciadas de los pensamientos vulgares que alimentan tales climas, los obreros de la fraternidad, que ayudan, sufren las condiciones del área de trabajo, pestilente, que asfixian y de las cargas magnéticas violentas que agitan las vibraciones condensadas.

Estos, son verdaderos cirineos que se sacrifican teniendo como objetivo el bien del prójimo, en dilatadas tentativas de merecimiento, bajo la contribución de renuncia personal y de sacrificio. Muchos de ellos poseen sentimientos de nobleza que los mueven al trabajo en otros campos más elevados y pacíficos, aun así prefieren detenerse donde el dolor es más agudo, aunque para ayudar deban sufrirlo…

“Existe, un gran progreso moral que florece en la Humanidad, que debemos tomar en cuenta. Jamás hubo tanto interés de los hombres, por sus hermanos, con propósitos de ayudarlos a levantarse y marchar con dignidad. Las actividades que tienen por objetivo el ennoblecimiento del ser humano se multiplican. Las minorías raciales reciben respeto; los prejuicios son barridos del planeta; los derechos del ciudadano, aunque todavía vulnerados, son defendidos; la ecología consigue adeptos fervorosos; las clases menos favorecidas que padecen miseria socio-económica, ya no son despreciadas aunque aun no gocen de las consideraciones que todos merecen; los proletarios se hacen oír; se piensa en multiplicar los órganos de asistencia social a los necesitados de todo orden; las leyes son más benignas y los estudiosos del comportamiento están reconociendo más enfermedades que maldad en la criatura humana, lo mismo en aquellas que caen en los abismos de los crímenes más hediondos; la libertad ya sustenta ideales de dignidad entre los pueblos… Son innumerables las conquistas morales de la Humanidad en poco más de ciento cincuenta años, que pronostican adquisiciones aun más relevantes con relación al futuro.

“Lo que ahora observamos, son reminiscencias del pasado de todos nosotros, que permanece reteniéndonos en la retaguardia de las liviandades, aunque la voz y el magnetismo de Cristo nos estén conduciendo de las sombras hacia la luz, que ya comenzamos a entender y aceptar.

Ayer, estábamos sumergidos en los ríos oscuros de la ilusión, hoy nos encontramos en el margen bendito donde crece el equilibrio y la paz.

“Estas son horas muy importantes de la transición moral de la Tierra y de sus habitantes. Las legiones que se detenían en esas fajas, aun marcada por la barbarie, portadoras de los instintos agresivos que afloran, son conducidas a la reencarnación en masa, obteniendo la oportunidad de seleccionar la libertad o el exilio.
“Tengamos en mente, también que innumerables colonias de amor, en las proximidades de la Tierra, son de construcción reciente, frutos de abnegados apóstoles del bien que en la Corteza, son puntos de ayuda y además, son muchos los hogares que alentados por el mensaje espirita, las tinieblas se alejan bajo las claridades del estudio sistemático del Evangelio en familia, en una perfecta comunión superior de los hombres con los Espíritus Superiores.


Trabajo extraído por Merche  del libro “En las Fronteras de la Locura” Divaldo Pereira Franco

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