domingo, 5 de diciembre de 2010

Magia negra, posesión y locura

Recientemente, en San Paulo, un joven de 19 años fue muerto por su propia madre, probablemente, por la fuerza de un ritual de magia negra. Cuando fue presa, estaba en crisis psicótica (¿locura? O ¿posesión?); hablaba sobre demonios y asuntos satánicos, y fueron necesarios seis policías para dominar a aquella señora que pertenecía a comunidades religiosas no convencionales de internet que adoctan el sacrificio humano. Conforme la investigación policial, ella había dicho que el hijo tenía que morir por un “bien mayor” (… ¿?...) En los Hechos de los Apóstoles, leemos lo siguiente “y el hombre que estaba poseído del espíritu malo salto sobre ellos con tanta violencia que tuvieron que huir de aquella casa, sin ropas y cubiertos de heridas.”(1)


Considerando el trágico episodio, deliberé acceder a un sitio que divulga esas prácticas de magia negra. Observe que hay advertencias amenazadoras del tipo: “no se meta en aventuras”- “los peligros pián…” –“tiene que estar preparado(a), los riesgos son muy grandes…” –“no haga nada sin la ayuda de un mago”. (¡!!!) En el site, sin colorido agradable, encontré aun el siguiente trecho: “existen en nosotros fuerzas vivas no utilizadas, y muchas influencias no controladas, que pueden ser usadas en todo. Fuerzas, que pueden ser usadas para vuestro beneficio desde ahora, y servir para conduciros a caminos de grandes pesares, en el campo afectivo, profesional y financiero, más allá de la resolución de los más diversos problemas que se presentan en el día a día, con todo, debo llamar la atención para las graves consecuencias, esto si no sabe lidiar con tales influencias, que más allá de otras cosas nos pueden llevar a la locura y perdición total”. Leyendo esas advertencias en Internet, me sentí viviendo en los densos hogares medievales, pese a nuestra pujante era cibernética.

En la página de inicio amenazadora, tuve que leer: “aun hoy se realizan las famosas misas negras y los participantes, son en general personas cultas de formación superior. El satanismo tiene cada vez más iniciados, y todo eso hace parte de un mundo que no es visto con buenos ojos, porque nadie acredita..! Más… Como son grandes e innumerables problemas resueltos diariamente con la magia y solicitados por las más diversas clases sociales. Vivir la magia, la brujería y todo los mayor cantidad que rodea las ciencias ocultas." Repiten mecánicamente el "Mago" coordina el macabro site. Se resalta que en las prácticas kardecista, conforme las enseñanzas de los Espíritus, no se hacen sacrificios humanos, no se interrogan astros, adivinos y magos para informarse de cualquier “revelación”; no se usan objetos, medallas, talismanes, formulas sacramentales, y ni se escogen lugares lúgubres y horarios específicos para atraer o apartar Espíritu.

En la sociedad medieval, temerosa de los poderes espirituales ocultos, la dolencia mental era encarada como resultado de la presencia demoniaca, de la fuerza maligna en su plena acción. El loco era sometido a sesiones de tortura física y psicológica; no había comprensión y un sentimiento de odio y temor rondaban la relación entre los sanos y los enfermos. El desconocimiento casi que completo, llevo a la búsqueda de tratamientos dolorosos a los enfermos. La trepanación –matriz de las modernas lobotomías – consistía en abrir agujeros en los cráneos de los enfermos de 2,5 a 5 cm de diámetro, sin anestesia o asepsia adecuadas. Los “doctores” buscaban retirar la causa de la locura que aseguraban existir en los cerebros enfermos. Lo que acontecía de hecho es que eran hechas verdaderas mutilaciones que agotaban las fuerzas de los enfermos y, algunas veces, acababan por dejar a los pacientes privados de ciertos movimientos.

A partir del siglo XIX, con el nacimiento de psicoanálisis y las importantes contribuciones de Freud, la psiquiatría, como uno de los brazos de la medicina, puede avanzar en algunos puntos en el tratamiento de la locura, más no suficientemente. “ Hay desordenes patológicos, que son meras consecuencias contra las cuales nada adelantan los tratamientos médicos, en cuanto subsiste la causa originaria. Dando a conocer esa fuente, donde provienen una parte de las miserias humanas, el Espiritismo indica el remedio para ser aplicado: actuar sobre el autor del mal que, siendo un ser inteligente (espíritu) debe ser tratado por medio de la inteligencia.” (2)

La psiquiatría a estado atada por los límites del cerebro, por las barreras del cuerpo material, fuente que, sabemos, no es el origen principal de la dolencia, más si la manifestación de algo externo a ella. Veamos ahora en lo que el Espiritismo contribuye para el entendimiento de esa cuestión. Allan Kardec y los Espíritus de la Codificación nos presentaron un elemento primordial para el entendimiento del ser humano en su esencia: el Espíritu. El ser inmortal; aquel que vivió y vivirá innumerables existencias a través de las reencarnaciones. La locura o la dolencia mental, como se prefiera, debe ser también encarada bajo ese prisma, como reflejo de errores asumidos en el pasado. Como se manifiesta de una forma negativa, trayendo sufrimiento, tanto para el enfermo, como para la familia, concluyendo que es reflejo de una falta anterior.

Otro aspecto que hemos de considerar es la locura desencadenada por un proceso obsesivo o posesivo, que , también, tiene por causa un acto anterior. Un historial de disputas y relaciones no resueltas envuelven a la víctima y verdugo, ahora en papeles invertidos. El obsesor o “posesor” acredita que su mala influencia, como venganza al ofensor encarnado, lo librará del dolor que carga, influencia esa que puede, inclusive, llevar al obsesado o poseso a un diagnostico equivocado de deficiencia mental.

No creemos en el poder irrestricto de las fuerzas de los espíritus malos cara al pacto de magia negra con los mismos. Hay, no en tanto, personas (encarnadas) perversas, en el límite de la locura, que simpatizan con los Espíritus inferiores (ignorantes) y piden que ellos practiquen el mal, quedando, entonces, obligados a servirlos, porque estos, también, precisan de la “recompensa” por el empeño en el mal. En eso, apenas, es en lo que consiste el pacto. Es como explican los Benefactores: “por ejemplo – quieres atormentar a tu vecino y no sabes cómo hacerlo; llamas entonces a los Espíritus inferiores que, como tú, solo quieren el mal; y para ayudarte quieren también que los sirva con sus malos designios. Además de eso se sigue que tu vecino no puede librarse de ellos, por una conjuración contraria o por su propia voluntad.” (3)

Objetivamente hablando, la posesión puede ser promovida, también, por un espíritu bueno. “La posesión puede ser hecha por un buen Espíritu que quiere hablar y, para hacer más impresión sobre sus oyentes, toma prestado el cuerpo de un encarnado, que este le cede voluntariamente tal como se presta la ropa. Esto se hace sin ninguna perturbación o incomodidad y, durante este tiempo el Espíritu se encuentra en libertad como en un estado de emancipación y frecuentemente se conserva al lado de su substituto para oírlo.” (4)

En el trágico caso que estamos analizando, podemos también deducir sobre un proceso de subyugación profunda, recordando que la posesión es siempre temporal e intermitente, porque un Espíritu desencarnado no puede tomar, definitivamente, el lugar de un encarnado, por el simple hecho de que la unión molecular del periespíritu con el cuerpo solo se opera en el momento de la concepción. En el caso de posesión momentánea del cuerpo del encarnado, el Espíritu se sirve del como si fuera suyo: habla por su boca, ve por sus ojos, opera en sus brazos, conforme lo aria si estuviese vivo. No es como en la mediúmnidad psicofonicas, en la que el Espíritu encarnado habla, transmitiendo el pensamiento de un desencarnado; en el caso de la posesión es el mismo espíritu “posesor” quien habla y actúa. Sirviéndose de los órganos y de los miembros de la infeliz víctima, blasfema, injuria y maltrata a los que los rodean; se entrega a las excentricidades y a actos que presentan todos los caracteres de la furiosa locura, inclusive al homicidio.

Cabe recordar que el encarnado puede, también, por su voluntad, lanzar una carga de fluidos mórbidos sobre una persona, y si ese magnetismo inferior encuentra sintonía en quien está siendo blanco de esa intención, los efectos podrán ser maléficos. Un Espíritu desencarnado también puede hacerlo, con consecuencias iguales a las del encarnado. Ahora, los trabajos hechos (despachos), “macumbas” o magia negra no son nada más que el movimiento del bajo magnetismo, realizado por hombres y Espíritus perversos.

Para liberar a alguien que esté siendo víctima de ese mal, no es necesario el uso de cualquier objeto material, o ritual, como acontece en terreiros. El tema “magia negra” aun no fue estudiado de forma abundante por los investigadores espiritas, esto es, por los seguidores de la Doctrina Espirita, codificada por Allan Kardec. Hay cofrades que no acreditan en la posibilidad de la existencia de los conjuros, o trabajos hechos, como es la conocida Magia Negra. No en tanto, un cuidadoso estudio de la teoría del El Libro de los espíritus, y de algunas citaciones hechas por Allan Kardec en la Revista Espirita, muestran que esas maniobras mediúmnicas, con la finalidad de perjudicar al prójimo, son perfectamente posibles. Como cita por encima, en la cuestión, 549, Kardec pregunta - ¿Hay alguna cosa de verdadero en el pacto con los malos Espíritus? En la respuesta, el Espíritu de Verdad muestra, de manera muy clara, que le es posible a una criatura evocar a los malos Espíritus para causar mal a otra persona. La respuesta esclarece, aun, que ese acto puede ser realizado por una secuencia de procedimientos conocidos como conjuros. Va más adelante, diciendo que la persona atendida por el maleficio podrá librarse de él, por una voluntad poderosa o por una conjuración contraria a aquella que fue utilizada con los malos propósitos para perjudicarla. Para quitar un conjuro, que en los terreiros se llama: “deshacer”

Aquello que puede hacer un espíritu encarnado, derramando su propio fluido sobre una persona, un desencarnado puede, igualmente, hacer, desde que tenga el mismo fluido. De ese modo, puede magnetizar y, dependiendo de si es bueno o malo el fluido emitido, su acción será benéfica o maléfica”.(5)

En la pregunta 551, Kardec pregunta si alguien podría hacer mal a su prójimo, con el auxilio de un Espíritu malo que le fuese devoto. La respuesta es clara: “No Dios no lo permitiría.” (6) Profundizando en la cuestión; veamos: En la Pregunta 557, los Espíritus explican: “Dios no oye una maldición injusta”. (7) Eso puede significar que permite una maldición justa, o sea, cuando el hombre de alguna forma, o por alguna razón, merezca aquel mal. La asertiva 552, de El Libro de los Espíritus, nos permite comprender que: “… algunas personas tienen un poder magnético muy grande, del cual pueden hacer mal uso, si su propio espíritu fuera malo. En ese caso, podrán ser secundados por los malos Espíritus”. (8) En una situación inversa a la que utilizamos en los centros espiritas, personas de mentalidad enferma, llena de malos pensamientos, dotadas de gran poder magnético, con malas intenciones, secundadas por los malos Espíritus, pueden mandar cargas fluídicas negativas sobre aquellos q quien quieren perjudicar.

Los malos Espíritus pululan alrededor de la Tierra, a consecuencia de la inferioridad moral de sus habitantes. Su acción maléfica hace parte de los flagelos, a los cuales la Humanidad está expuesta en este mundo. El Espiritismo considera la génesis del fenómeno de la persona una facultad mediúmnica desequilibrada y trata ese tipo de manifestación a través del dialogo con el Espíritu posesor, buscando comprender sus razones para esclarecerlo liberarlo de su propia ignorancia y confusión mental. En las reuniones de Magia Negra los objetos materiales y los rituales son utilizados para fortalecer la fe en los malos propósitos proyectados a aquellos contra los cuales se desea perjudicar. La asistencia espiritual es de Espíritus inferiores, que se identifican con seres encarnados, también, de cualidades morales inferiores, deseosos por afligir y enfermar al prójimo o, aun, ver realizados los intereses de orden material. Si las criaturas visadas estuvieran sintonizadas en fajas de equivalencia vibratoria, no tengamos duda de que serán atendidas por ellas. Es bien verdad que los buenos Espíritus nos protegen de estos maleficios, más tenemos que tener merecimientos para eso. Es la sintonía. ¿Alguien duda de eso?


Jorge Hessen

3 comentarios:

Unknown dijo...

jajajajajaja juajuajuajua!!!!

Unknown dijo...

jajaja!!!

Unknown dijo...

tienes miedo yo tambien, abracemonos ajaja!!!