lunes, 27 de diciembre de 2010
CRISTO
Ciertamente, mucho se podría escribir sobre la figura de Jesús de Nazaret. Su espíritu es llamado el Cristo planetario, pues este elevadísimo Ser de Luz, fue desde el principio de los tiempos del planeta Tierra, el que tomó la misión encomendada por el Padre para formar y guiar los destinos de un nuevo mundo planetario llamado a ser la morada evolutiva de tantos millones de seres espirituales en su andadura humana, así como de otros muchos seres que a él llegaron poco después, procedentes de otro mundo planetario ( parece ser que de un planeta de la constelación de Capella) , que tras su ascenso evolutivo en la escala de los mundos, tuvo que desalojar a estos seres porque no habían alcanzado la categoría evolutiva suficiente para continuar en él sin perturbarlo, y así la Tierra fue su destino al que fueron trasladados para continuar en él su proceso evolutivo ( alegoría bíblica de los “ángeles caídos”) y a su vez mediante el grado de progreso alcanzado en su mundo de procedencia, ayudaron a avanzar a los espíritus primitivos que aquí comenzaban su andadura como humanos , impulsando su evolución moral e intelectual.
En la incalculable planificación evolutiva de los mundos en general y de la Tierra en particular, el Espíritu Crístico fue enviando a nuestro planeta, en distintas épocas y en el seno de diferentes civilizaciones, antes de que ese mismo Espíriitu encarnara en la figura humana de Jesús de Nazaret, lo hizo en otros Enviados también de gran elevación moral, tal como Lao Tse, Krishna, Buda, etc, que fueron preparando a diversos sectores de aquella Humanidad compuesta mayormente por espíritus primarios,apenas salidos en su mayoría de mundos primitivos, para que pudieran ir madurando al conquistar el camino de su espiritualidad y así alejar la Tierra poco a poco en su conjunto, de su anterior etapa como mundo primitivo pasando gradualmente a ser un mundo de expiación y pruebas, categoría planetaria que todavía persiste.
Desde el comienzo de la noche de los tiempos, una vez asentada la raza humana sobre la Tierra, varios siglos antes de su venida, Cristo preparó al pueblo que designó para materializar su presencia en la Tierra como hombre en la persona de Jesús de Nazaret. Esta preparación la tuvieron encomendada los diferentes profetas bíblicos que anunciaron la llegada de un Mesías Prometido por Dios a través de ellos mismos, ilusionando y manteniendo la fe de aquel pueblo escogido para acoger en su seno al Cristo Planetario, que es de señalar, que según revelaciones de Espíritus Superiores, no solo tuvo y tiene aun a su cargo el planeta nuestro, sino todos aquellos mundos que pueblan una gran parte del espacio en donde se ubica entre otros, el sistema solar nuestro.
Unos dieciocho siglos antes de su llegada, la preparación del pueblo judío se concretó de la mano de Moisés, quien a través de su mediumnidad recibió las leyes básicas necesarias para que aquel pueblo destinado para acoger la presencia física de Cristo, tuviera la base moral suficiente que, cual tierra fértil, sirviera después para que en ella germinase y diese fruto la doctrina de Jesús extendiéndose después por los confines de la Tierra.
El Maestro Jesús con su enseñanza criticó y combatió el culto exterior de la religión mosáica , formado por apariencias e hipocresías farisáicas, con toda la apariencia religiosa externa , mientras tanto sus enseñanzas basadas en el Amor al Padre, en Espíritu y en Verdad, estaban destinadas a recalar en toda la Humanidad y las fue mostrando mediante parábolas para hacerse comprender por aquellas gentes sencillas, dando ejemplo personal de la esencia moral de las mismas.
Así vemos como existe una Primera Revelación básica plasmada en la Ley de Moisés , y estructurada en los llamados diez Mandamientos de la Ley de Dios que le fueron transmitidos en el monte Sinaí y supusieron una primera toma de contacto con el concepto elemental de unos principios morales básicos, ordenando unas cosas y prohibiendo otras, así como el concepto de la Justicia Divina con la ley del Talión,( ojo por ojo y diente por diente), que no era una ley de venganza divina y aplicable por aquel pueblo tan primario, sino una ley conocida hoy en día como Causa y Efecto, que es una ley natural.
Jesús – Cristo estableció y nos enseñó la filiación humana con respecto a Dios, al que nos presentó como Padre, dejándonos con su doctrina las primeras nociones sobre el Amor, la Caridad y la vida futura. Su enseñanza personal como continuación y ampliación de la de Moisés constituye por lo tanto la Segunda Revelación dejada por Cristo a la Humanidad.
Pero Jesús , sabiendo que ante su enseñanza el ser humano en general aún no estaba lo suficiente maduro para comprenderla en toda su profundidad y plenitud, prometió antes de su partida que enviaría mas adelante un Consolador que enseñaría en Su Nombre y recordaría la esencia de su doctrina. En efecto, diecinueve siglos mas tarde con el avance científico y cultural alcanzado por la Humanidad, apareció a mediados del siglo XIX el Espiritismo de la mano de su codificador Allan Kardec que con ayuda de multitud de Espíritus Superiores bajo la tutela del Espíritu de la Verdad que prometió Jesús como el Consolador Prometido, y a través de varias mediumnidades diferentes, le fueron dictando sus enseñanzas contestando a un cuidadoso cuestionario de preguntas elaborado por él y plasmado en El Libro de los Espíritus, el primero de una saga de cinco libros básicos que componen esta Codificación. Como resultando del análisis y estudio de las mismas, se obtuvo así una profunda doctrina de carácter filosófico, científico y moral, auténtica Revelación Divina, cuya razón de ser no es otra que el desarrollo, aclaración y profundización de la moral plasmada en el Evangelio de Jesús. Por este motivo comprendemos y admitimos que el Espiritismo constituye precisamente aquel Consolador que prometió Jesús y en esencia forma la Tercera Revelación Crística , cuyas bases filosóficas y morales se asientan en el método de una Ciencia de observación del fenómeno mediúmnico, de la cual se extrajeron para una mejor y mayor comprensión de la Verdad, enseñada por los Espíritus Superiores bajo la tutela de Jesús o del Cristo – Espíritu de la Verdad.
Se comprende así que la finalidad de esta doctrina es la de impulsar el ascenso evolutivo de la Humanidad , hasta llegar a convertir la Tierra en un mundo de Regeneración, en el que la Paz , la Armonía y el Amor a Dios y a toda su Creación, serán finalmente la bandera espiritual de una nueva Humanidad.
Por último, he de añadir que en base a los principios de esta Codificación Espírita , la obra de Cristo en la Tierra no ha concluido todavía, pues después de Kardec ha seguido teniendo continuidad su obra con el desarrollo y ampliación de las enseñanzas de esta Codificación, a través de nuevas y enriquecedoras revelaciones del mundo espiritual, que mediante las psicografías de conocidos y ejemplares mediums como Chico Xavier y otros, que con sus obras amplían , profundizan y esclarecen cada día más ,todos los postulados de la Codificación Espírita y del Evangelio de Jesús – Cristo.
Que Él siga siendo Luz y Guía en las vidas de cada uno de nosotros.
- Jose Luis
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