RECORDANDO A ALLAN KARDEC
Eliseu Mota Júnior
¿Es posible fotografiar a un Espíritu?
Esta pregunta está siendo repetida con frecuencia en estos últimos días, sobre todo por lo que algunos periódicos publicaron y la televisión que mostró una interesante foto, en la cual, un cantante aparece envuelto por una masa brillante, con apariencia de un hombre sombrío, durante una representación artística en una ciudad del interior paulista.
Sucede que hubo un dúo de cantantes, llamados Joao Paulo y Daniel, que se deshizo hace algunos meses por la muerte de Joao Paulo, por causa de un accidente de automóvil. El sobreviviente continuó cantando solo y en el referido espectáculo, una joven lo fotografió. Revelada la fotografía, muchas personas dijeron que aquella masa envolviendo a Daniel sería el Espíritu de Joâo Paulo.
Esto fue suficiente para que surgiesen innumerables suposiciones. Llevaron a programas de televisión a parientes del fallecido, para su probable identificación, lo que no siempre sucedió. Además de eso, fotógrafos, técnicos, religiosos y líderes espiritistas dieron su opinión, algunos negando y otros admitiendo que fuera probable fotografiar a un Espíritu, o sea, el alma de una persona fallecida.
Así, delante del interés despertado por el episodio, decidimos investigar el asunto a la luz de la Doctrina Espírita, como seguidamente veremos.
La fotografía de los Espíritus --- El hombre viene buscando conservar imágenes desde la más lejana antigüedad, pero la fotografía tiene sus raíces asentadas en los trabajos de alquimistas y químicos en relación a la luz. Fue sobre el año 1826 cuando surgió la primera fotografía en el mundo, tomada por el inventor francés Joseph-Nicéphore Niepce desde su ventana, en Gras, en Francia, cuando fijó en una placa de metal una vista de aquella ciudad, que todavía permanece en la Colección Gernsheim, en la Universidad de Texas, Austin, Estados Unidos.
A partir de la experiencia positiva de Niepce, la técnica fotográfica fue desarrollada y perfeccionada sucesivamente, de modo que en tiempo de Allan Kardec (1804—1869) ya existían fotógrafos profesionales y muchos acontecimientos del Siglo XIX fueron registrados en innumerables fotografías de resolución y nitidez razonables para aquella época.
Por otro lado, todos los que estudian y conocen las características y propiedades del periespíritu saben que, en determinadas circunstancias, el Espíritu (o alma de una persona fallecida) puede aparecer en fotografías o películas. Para que ocurra ese típico efecto mediúmnico de efecto físico, es indispensable que uno o más médiums, consciente o inconscientemente, faciliten el ectoplasma necesario y que el Espíritu mientras tanto consiga impresionar la película, registrando la imagen a través de la cual podrá ser reconocido por las personas que lo conocieron antes de la muerte.
Además, no estará de más recordar que el mismo Espíritu de una persona encarnada (viva), estando dormido, también podrá, en las mismas circunstancias, ser fotografiado en un lugar más o menos distante de aquel donde se encuentra reposando su cuerpo físico, hecho que ya fue objeto de comprobación.
Mientras, es imperioso declarar que siempre existirá la posibilidad del fraude, sobretodo cuando algunos médiums, desviándose de su tarea mediúmnica, se dejan llevar por la ambición y pasan a cobrar por sus dones. Cuando esto ocurre, las consecuencias acostumbran a ser trágicas y acaban involucrando también a personas inocentes, como ocurrió en un ruidoso proceso instruido por la justicia francesa contra tres personas, apenas pasados unos años de la muerte de Allan Kardec, y uno de los acusados era precisamente su sucesor en la Revista Espírita.
Veamos un resumen de ese lamentable suceso.
Proceso de los espiritas --- En el año 1874, la Revista Espírita, ya bajo la dirección de Pierre-Gaëtan Leymarie, publicó fotografías con amplia materia envolviendo Espíritus, inclusive estampando, entre muchas otras, una foto en la que Allan Kardec, pasados cinco años de su desenlace, aparece ostentando un mensaje al lado de su viuda, que estaba encarnada.
Con referencia a todas las fotografías de las personas vivas teniendo a su lado imágenes de parientes o amigos fallecidos, habían sido hechas por obra del fotógrafo Édouard Buguet, establecido en su estudio de París. Leymarie, hombre honesto y afamado, adquirió varias fotos y las publicó en la Revista Espírita, no sin antes tomar diversos cuidados para comprobar el fenómeno, constatando inclusive que Buguet, además de un buen fotógrafo, era también un excelente médium de efectos físicos.
Con la publicidad y el rumor en torno al caso, un policía resolvió denunciarlo a un juez, que a su vez instauró un riguroso proceso criminal contra Buguet, Leymarie y Alfred Henry Firman, médium americano que estaba en París en la época de las fotos.
Presidiendo la corte con mano de hierro, el juez, había prejuzgado la causa porque antes de la producción de las pruebas estaba convencido de que todas aquellas fotografías de Espíritus eran fraudulentas, ya que habían sido montadas por Buguet con la conveniencia de Firman y Leymarie, condujo el proceso de modo injusto y parcial, culminando con la condena de los tres acusados, siendo así que Leymarie cumplió un año de prisión y pagó una pesada multa. Los otros dos dejaron Francia y después Buguet confesó que Lamiere era inocente, pero su confesión fue inútil, cayó en vacío, por que las autoridades no aceptaron el documento.
Más tarde la esposa de Pierre-Gaëtan Leymarie documentó el caso en un precioso libro, exactamente con el título de Proceso de los espíritas, donde relata el empeño de su compañero para intentar probar su inocencia y muestra la dureza del magistrado que presidió el hecho, el cual, entre otras acciones indecorosas, maltrató a la viuda de Allan Kardec, una respetable señora de 80 años de edad, faltándole al respeto y consideración durante la audiencia en la que fue escuchada como testimonio del caso.
El libro en cuestión debe ser leído por todos aquellos que se interesan por el asunto que envuelven las fotografías de Espíritus y con el peligro consiguiente, sobre todo por la facilidad de la práctica de actos fraudulentos. Es más, en su resumen en portugués publicado por la FEB, el Dr. Herminio C. Miranda asegura con mucha propiedad que, para absolver a los acusados, o por lo menos a Leymarie y Firman, era necesario que los responsables del Tribunal”estuviesen preparados para aceptar algunos hechos espíritas, que ellos bajo ningún concepto concordaban en admitir. Tales hechos eran básicamente los siguientes:
1) Que el Espíritu sobrevive a la muerte del cuerpo físico.
2) que después de desencarnado, puede emitir determinada energía que, siendo invisible a la mayoría de las criaturas, es suficiente para impresionar una lámina fotográfica sensibilizada:
3) que para la obtención de ese efecto energético, es necesária la presencia de personas dotadas de recursos especiales, dentro de la calificación genérica de médiums.
4) que Eduard Buguet disponía de tales recursos, como quedó ampliamente demostrado, por testimonios imparciales, vehementes, abundantes;
5) que los Espíritus encarnados pueden desdoblados, producir sobra la lámina el mismo efecto que los desencarnados mientras el cuerpo físico esté en reposo;
6) que las personas que reiteradamente demuestran facultades mediúmnicas notables, pueden, eventualmente, caer en una conducta lamentable del fraude, especialmente cuando se hacen pagar por sus dones.
La opinión de Allan Kardec --- Decimos arriba que en la época de Allan Kardec la técnica fotográfica ya estaba razonablemente desarrollada, de modo que incluso permitía el registro de imágenes de Espíritus. En efecto, tomando conocimiento de hechos de esa naturaleza, ella publicó una interesante materia en la Revista Espírita, exactamente con el título Fotografía de los Espíritus, donde estudia esa relevante cuestión, que ahora vamos a analizar con el, citando la parte que nos pareció necesaria para su estudio.
Kardec inicia su trabajo trascribiendo el siguiente artículo, publicado en el periódico Courrier du Bas-Rhin del sábado 3 de Enero de 1863 (parte alemán:), bajo el título Fotografía Espectral. `Los americanos que nos van por delante en muchas cosas, ciertamente nos sobrepasan en el arte de la fotografía y de la evolución de los Espíritus. En Boston, hoy en día, los difuntos no son apenas invocados por los médiums menos aún fotografiados. El descubrimiento maravilloso es debido al Sr. Wiliam Mumbler, de Boston. ´Es él mismo quien nos cuenta: Hace algún tiempo yo experimentaba en mi laboratorio un nuevo aparato fotográfico, haciendo mi propio retrato. De pronto sentí cierta presión en el brazo derecho y una lasitud en todo el cuerpo. ¿`Más cómo describiría mi espanto cuando vi mi retrato reproducido y a la derecha, la imagen de una segunda persona, que no era otra que la de mi prima muerta? El parecido del retrato, al que dicen los que conocieron a aquella señora, nada tiene que desear.
´Se dice que, desde entonces. El Sr. Mumbler no da sólo sesiones espíritas a los clientes, sino que todavía ejecuta retratos de los difuntos evocados. Son generalmente un poco pálidas y veladas y los trazos difíciles de reconocer, lo que no impide que los habitantes de Boston, esclarecidos, los declaren auténticos. ¡ Quien consideraría tan próximas las imágenes espectrales!
En este punto, Allan Kardec comenta que, “En caso de que fuera real, semejante descubrimiento, tendría por cierto inmensas consecuencias y sería uno de los hechos más notables de manifestaciones. Con todo, aconsejamos acogerla con prudente reserva. Los americanos que, al decir del articulista, nos sobrepasan en tantas cosas, nos enseñan que también nos distanciáramos de las patrañas.
“Para quien conozca las propiedades del periespíritu, a primera vista la cosa no parece materialmente imposible. Se ven surgir tantas cosas extraordinarias que de nada nos debemos admirar. Los Espíritus anunciaron manifestaciones de nuevo orden, todavía más sorprendentes que las conocidas. Esta estaría, por cierto, en este número. Una vez más, hasta una constatación más auténtica que el relato de un periódico, es prudente, es prudente ponerla en duda. Si la cosa fuera verdadera, sería vulgarizada; mientras se espera, es preciso evitar dar crédito a todas las historias maravillosas, que los enemigos del Espiritismo se complacen en respaldar para volver al ridículo, también como los que las aceptan muy fácilmente. También digo, que es preciso mirar más de una vez, antes de atribuir a los Espíritus todos los fenómenos insólitos que no se pueden explicar. Un examen atento muestra, en la mayoría de los casos, una causa enteramente material, que no se había notado. Es una recomendación expresa que hacemos en El Libro de los Médiums.
Conclusión --- Con la presente materia no estamos afirmando ni negando que la imagen que aparece detrás del cantante Daniel, en la foto referida al inicio, sea realmente el Espíritu de su compañero Joâo Paulo. Intentamos sólo explicar que, a la luz de la ciencia Espírita, el hecho analizado ---fotografiar a un Espíritu --- es perfectamente posible y está dentro de las leyes naturales, sin que sea necesario recurrir a teorías supuestamente psicológicas o parapsicológicas, que sólo traen más complicaciones en vez de solucionar el enigma.
De cualquier forma, el fenómeno debe ser estudiado minuciosamente, teniendo en consideración las condiciones morales de los envueltos --- fotógrafos, médiums y fotografiados ---, para que sea desechada cualquier señal de fraude, ilusión óptica o problemas de las cámaras fotográficas o filmadoras, evitando así sinsabores y hasta aun procedimientos policiales o judiciales.
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Nota. La presente investigación fue realizada en las siguientes obras
KARDEC, Allan. O Livro dos Médiuns. 50ª ed., Rio de Janeiro, FEB, 1984, Trad. Guillon Ribeiro, 480 p.
LEYMARIE, Madame P.-G. Processo dos espíritas, resumo em português por Hermínio C. Miranda, 2ª ed., Rio, FEB, 1977, 123
Revista Espírita - Jornal de estudos psicológicos. São Paulo, Edicel, s/d, Trad. Júlio Abreu Filho, março de 1863.
Nova Enciclopédia Barsa, 1997, verbete “fotografia”.
(Columna originalmente publicada en la Revista Internacional del Espiritismo, Junio de 1998)
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