INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Instrucciones prácticas sobre las manifestaciones espíritas
2.- El Cielo
3.- Cartas consoladoras
4.- Prisionero de los demás
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INSTRUCCIONES PRÁCTICAS SOBRE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITAS
Acción Oculta
Los Espíritus obran a menudo sobre nuestro pensamiento sin que nos demos cuenta de ello. Nos inducen a hacer tal o cual cosa. Creemos estar actuando por nuestro propio impulso y no hemos hecho sino ceder a una sugestión extraña.
De esto no tendríamos que inferir que no poseemos iniciativa. Todo lo contrario. El Espíritu encarnado dispone siempre de su libre albedrío. En definitiva, sólo hace lo que quiere, y muchas veces obedece a su impulso personal. Para entender cómo suceden las cosas debemos representarnos a nuestra alma desprendida de sus lazos por medio de la emancipación, lo que sobreviene cada vez que estamos durmiendo, soñemos o no. Y siempre que nuestros sentidos están aletargados, a veces incluso durante el estado de vigilia, acontece lo mismo.
El alma entra entonces en comunicación con los demás Espíritus, como alguien que saliera de su casa para ir a visitar a los vecinos (permítasenos esta comparación familiar). Se establece en tal caso una especie de conversación entre ellos o, dicho con más exactitud, un intercambio de pensamientos. Ahora bien, la influencia de un Espíritu extraño no es en modo alguno una compulsión, sino una suerte de consejo que da a nuestra alma, consejo que podrá ser sensato en mayor o menor medida, según sea la índole del Espíritu que lo ofrece, y que el alma es libre de seguir o de rechazar, pero que puede evaluar mejor cuando no se encuentra ya bajo el imperio de las ideas de la vida de relación. De ahí que se diga que la noche es buena consejera…
No siempre es fácil distinguir el pensamiento sugerido del pensamiento propio, puesto que muchas veces se confunden. Con todo, existe la presunción de que nos viene de afuera cuando es espontáneo, surgiendo en nosotros como una inspiración, y se halla en oposición con nuestra forma de ver las cosas. Nuestro discernimiento y nuestra conciencia nos permiten conocer si el pensamiento sugerido es bueno o malo.
ALLAN kARDEC
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EL CIELO
..¿En qué sentido se debe interpretar la palabra cielo?
- ¿Crees que sea un lugar, como los Campos Elíseos de los antiguos, donde todos los Espíritus buenos están amontonados, en promiscuidad, sin más preocupación que disfrutar durante la eternidad de una dicha pasiva? No. El cielo es el espacio universal, son las estrellas, los planetas y todos los mundos superiores donde los Espíritus gozan de la plenitud de sus facultades, sin padecer las adversidades de la vida material ni las congojas inherentes al estado de inferioridad.
.. Ciertos Espíritus han declarado residir en el Cuarto Cielo, en el Quinto Cielo, etcétera. ¿Qué entendían ellos por eso?
- Vosotros les preguntáis en qué cielo viven porque tenéis la idea de que hay muchos cielos dispuestos como los pisos de una casa. Así pues, os contestan con vuestro propio lenguaje. Pero para ellos esas palabras, Cuarto o Quinto Cielo, expresan diversos grados de depuración y, por tanto, de felicidad. Sucede exactamente lo mismo que cuando se pregunta a un Espíritu si está en el infierno. Si es desventurado responderá que sí, por cuanto para él infierno es sinónimo de sufrimiento. Pero sabe muy bien que no se trata de un horno. Un pagano hubiera dicho que se encontraba en el Tártaro.
- Allan Kardec- ( El Libro de los Espíritus)
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CARTAS CONSOLADORAS
El fiel médium de Cristo, Francisco Cándido Xavier, entre tantas formas de ayudar a sus contemporáneos, reservaba parte de su tiempo poniéndose a disposición del plano espiritual, para que por su intermedio, espíritus recién desencarnados pudiesen comunicar mensajes y testimonios psicografiados a los suyos, muchas veces desconsolados y desesperados seres queridos aún encarnados, en el intento de confortarlos, incentivándolos igualmente a no desistir de las luchas, manteniendo la confianza en Dios, pues todos los comunicantes continuaban muy vivos, solamente separados provisionalmente por diversas dimensiones de la vida.
A través de la revelación de detalles insospechados de sus recién finalizadas existencias, tales como apellidos, frases y palabras en sus idiomas particulares, mención de pormenores de objetos familiares y revelaciones inesperadas que convencían a sus parientes, principalmente madres, de que sus hijos les hablaban desde el otro lado de la vida, posibilitando así la esperanza de que en un futuro se puede producir un reencuentro entre todos los miembros de la familia.
Incontables familias fueron bendecidas por este correo del Más Allá, que tenía el doble propósito de calmar a los que aún debían permanecer aquí porque no habían terminado todavía sus etapas de aprendizaje, así como para que también se fortaleciesen y se tranquilizasen, en función de las inquietantes y frecuentes lágrimas de sus padres, al dar explicaciones y motivos para la desencarnación, muchas veces, aparentemente, prematura.
Cuantos suicidios fueron evitados por esta verdadera gracia de los Cielos cuando Dios, por sus leyes misericordiosas permitió este intercambio entre sus criaturas aún encarnadas con otras ya desencarnadas.
Esta modalidad de trabajo espírita funcionó a pleno vapor, convirtiendo incluso a muchos consultantes para ingresar en las filas espíritas ante la realidad revelada por los desencarnados, aunque no fuese este el motivo principal de la actividad, mientras que otros permanecieron fieles a sus credos, y pasando Chico Xavier a ser considerado como un hermano del bien enviado por Dios.
El tiempo pasó, como sabemos Chico desencarnó en el año 2002, pero su ejemplo fructificó, pues aún encarnado motivó a otros médiums serios, predisponiéndolos también a transformarse en rápidos carteros de las misivas espirituales.
Entretanto algo ocurrió en el Movimiento Espírita en relación a este tema, considerando la realidad actual en donde hay profusión de "carteros", y por lo que ya se sabe, algunos no son verdaderos funcionarios de la espiritualidad esclarecida, considerando que estos intercambian con Espíritus perturbados e ignorantes, otros que ni siquiera son médiums, de modo que para compensar la ausencia de la noble facultad, establecieron una verdadera trama con cómplices encarnados para levantar pormenorizadas informaciones de los consultantes relativas a la relación en el seno de la familia con los recién transferidos al plano etéreo, posibilitando así revelar muchos datos verdaderos del desencarnado.
Hasta los medios televisivos ya conducen programas cuestionando la veracidad de esta posibilidad, lanzando una duda sobre la propia Doctrina, lo cual es muy grave.
Hay una ley económica creada en el siglo XVIII que básicamente establece el comportamiento de la demanda y de la oferta; en líneas generales, preconiza que siempre que aumenta la oferta o aumenta en la misma proporción para atender a la nueva demanda, o los precios de los productos procurados saben cuando no se desea aumentar la oferta para atender la creciente demanda, y por otra, si la demanda es pequeña, los precios caen o se produce menos, para mantener el precio.
Haciendo un paralelo con nuestra cuestión en examen, habiendo una búsqueda exacerbada de informes del Más Allá, naturalmente se presentan muchos interesados en actuar como "carteros", algunos honestos y verdaderos, pero otros engañadores y falsos, buscando solamente un medio más de obtener algún beneficio a costa de los interesados, una lástima.
Hay dos tipos de consultantes: Los no espíritas y los espíritas.
Se comprende perfectamente la búsqueda de los no espíritas de las cartas consoladoras, al final, al "perder" a sus hijos o afectos, echan mano de cualquier recurso para traer algún testimonio de sus seres queridos, incluso profesando otros credos, alguno incluso incrédulo de cualquier fe. Es perfectamente aceptable esta búsqueda, por cuanto que en la desesperación, viviendo una tristeza y amargura profundas, sobretodo cuando la desencarnación se dio por un hecho imprevisto o trágico, el familiar echa mano de cualquier recurso, con la esperanza de escuchar palabras consoladoras, informes esclarecedores, o vivos testimonios de sus amados.
Sin embargo, en el caso de los espíritas, es preciso tener algo más de criterio, porque la literatura espírita explica muy bien e informa, consuela y conforta, a través de sus postulados, esclareciendo cómo funciona el proceso de la llamada muerte. Por los principios doctrinarios el creyente aprende que no existe la muerte, solo la vida, y es informado también sobre la inmortalidad del alma; también conoce la reencarnación y por la moral espírita, o sea, cristiana; comprende la situación como pasajera por las enseñanzas de Jesús, y tantas lecciones sabias dispuestas a su disposición. Todas estas preciosas informaciones, pueden crear las condiciones para que no haya inquietud excesiva por aquellos que permanecen aún encarnados. Nada está prohibido, pero con todo, se espera algo más de los discípulos espíritas de Cristo.
¿ ¡Cual sería el ejemplo a los no seguidores de la Doctrina, cuando estos observan a los espíritas buscando ávidamente, desconsolados, algunos casi desequilibrados, informaciones para asegurarse de que sus amados, recién desencarnados, están realmente vivos !?.
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El espírita conoce la posibilidad de poder comunicarse con su ser querido diariamente durante el sueño. Puede orar por él para que sea ayudado por la Espiritualidad esclarecida, dentro del merecimiento de cada cual; conoce las leyes Divinas que no desamparan a nadie; entiende que somos inmortales, y siendo así, ¿ por qué tocar a la puerta de médiums que ejecuten esta delicada actividad buscando informes sobre los que jamás murieron?. ¿ Las enseñanzas espíritas no son suficientes para calmar los corazones afligidos de quienes pasan por esta experiencia, pudiendo ser incluso, una expiación o prueba?. Además de eso, ¿ qué lograría conseguir el espírita a través de una carta consoladora?. ¿La confirmación de que la vida continúa?, ¿la certeza de que la muerte no existe?.
La actitud de los espíritas debe ser la de la paciencia, fe y resignación, aguardando, caso de que sea oportuno, la llegada de una carta del lado de allá, que no haya sido solicitada, por ejemplo, en una seria sesión mediúmnica en la casa espírita que frecuente o en donde trabaje.
Por lo que se observa actualmente, en parte, el crecimiento del número de falsos médiums que se aventuran a traer cartas consoladoras, se da exactamente por esta actitud, caracterizada por una búsqueda incomprensible por parte de religiosos, teniendo todas las condiciones para aceptar lo ocurrido con serenidad en sus corazones, entregando a Dios los destinos de sus seres amados. O sea, que hay una demanda anormal.
También hay otras razones para afirmar la imposibilidad de que haya tantos médiums trayendo tal cantidad de cartas del Más Allá, y estos motivos son presentados a través de las propias enseñanzas de la Doctrina Espírita.
El conocido médium espírita Raúl Teixeira, psicografió una excelente obra, entre otras, dictada por Camilo, su Guía Espiritual, íntegramente volcada a esclarecimientos del tema de la mediumnidad. Presentada por una secuencia de preguntas y respuestas, en los moldes de El Libro de los Espíritus, reproducimos aquí algunos trechos de la respuesta a esta pregunta:
69,. ¿ Hay siempre alguna posibilidad de que el médium reciba noticias de los familiares desencarnados de todos los que lo solicitan?
" Eso sería el caos en las relaciones mediúmnicas, porque a todas las personas gustaría contactar de alguna forma con sus "muertos", y eso no es posible de modo general e indiscriminado".
" Hay que tener en cuenta las condiciones en que se encuentran muchos desencarnados".
"Debemos considerar las posibilidades de comprensión de la familia, que no siempre estuvo atenta a esa realidad irremediable de la vida, que es la muerte".`
[ ....] la desesperación y ansiedad por tener noticias de sus desencarnados no siempre están respaldadas por las "leyes del mérito".
" También hay que tener en cuenta las habilidades mediúmnicas de quien se presenta con el propósito de llevar "mensajes de los muertos". No todo médium psicofónico o psicógrafo, está en buenas condiciones, habilitado incluso para actuar en ese correo entre los "dos mundos" de modo eficiente, ya que esa capacidad de filtrar y expresar los elementos intelectuales, sentimentales y morales de los traspasados, con propiedad, es una especialidad en el área mediúmnica".
"Son raros los médiums que registran con exactitud y poco margen de error elementos como : nombres y apellidos, jergas usadas en familia o por el grupo de amigos al que era guiado, peculiaridades del trato con las variadas situaciones de la vida. Eso es porque el Espíritu desencarnado se identifica con el Espíritu del médium, esta identificación no se puede verificar sino habiendo entre el uno y el otro, simpatía y por así decirlo, afinidad."
"Son muy raros, repetimos, esos ejemplares mediúmnicos".
Como se observa, son variadas las razones apuntadas por Camilo, cuestionando este torrente de cartas consoladoras, siendo traídas del Más Allá por diversos "médiums". Claro que hay trabajadores serios, honrados, honestos, capacitados, los cuales mediante disciplinas personales, construidas con un estudio serio de las leyes Divinas y conductas morales exoneradas, se capacitaron para tanto; siendo así que no pueden ser verdaderos médiums aquellos que dicen ser correo del más allá, no, definitivamente no pueden.
Siendo así, mi querido lector, que no profesas aún la fe espírita, ni probablemente fe alguna, si la pungente tristeza se hiciese presente en tu existencia, si la amargura y la añoranza alcanzasen amargamente tu alma y así no pudieras aceptar e incluso convivir ante muertes prematuras e inexplicables de tus seres amados, puedes estar seguro que no está demás buscar nobles casas imbuidas de este deseo, pero sobre todo observa instituciones serias donde no haya ninguna mención a ninguna retribución por los mensajes recibidos.
Oren, aguarden y si acaso las condiciones necesarias se hiciesen presentes, esta ley de Dios permitirá que les sean ofrecidos mensajes de esperanza, aceptación y resignación. Ellos, los llamados "muertos", seguramente les dirán no haber sido desamparados, y mucho menos olvidados, continuando vivos. Y para los agraciados con mensajes del "Más Allá", aprovechen este aumento de la misericordia divina y busquen ilustrarse, estudiando las obras escritas de Allan Kardec.
A los espíritas sugerimos meditar detenidamente sobre los conceptos espíritas, leyendo y releyendo las explicaciones sobre el funcionamiento de la vida ofrecido por la Doctrina de los Inmortales, y a propósito: recordar que todos nosotros somos inmortales.
Recuerden que el periodo del sueño abre un pasaje entre los dos mundos y si supiéramos asimilarlo bien por el hábito continuado de la oración, tengamos la certeza de que encontraremos a nuestros amados, para una vez más dividir nuestras alegrías en cuanto nos llega también nuestra hora de retornar a la verdadera vida.
- Autor: Rogerio Miguez -
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PRISIONERO DE LOS DEMÁS
"Preocúpate por lo que piensen los demás y siempre serás su prisionero" .- Lao Tsé
Vuelvo con Lao Tsé. Qué quieren que les diga, este hombre es una verdadera fuente de sabiduría. Sus comentarios y sentencias no han perdido actualidad, y para esta sección resulta ser una mina de información.
Bien, entremos al análisis de la frase que nos ocupa.
A veces, estamos demasiado pendientes de las opiniones ajenas. Quizá sea debido a la sociedad en que habitamos, tan preocupada por las apariencias, por el qué dirán. Eso nos hace comportarnos, como suele decirse, para quedar bien de cara a la galería; para tratar de satisfacer a todos. Porque, en otro caso, podríamos ser excluidos del entorno al que deseamos pertenecer. Y es que, nuestra sociedad actual está dividida en multitud de «departamentos», y «necesitamos» encuadrarnos en alguno de ellos. Departamentos que tienen sus estructuras internas, sus normas, que es necesario seguir para, primero, ser aceptados, y luego, no ser excluidos. Es por ello que tratamos por todos los medios de cumplir, de actuar conforme a los postulados.
A veces, éstos postulados son tácitos, o sea, no forman parte de ningún código obligatorio sino que han quedado instaurados por mera costumbre. Aquí cabrían los usos, las normas básicas de educación o los protocolos de determinadas asociaciones, clubes sociales o «tribus urbanas».
En otros casos, los códigos de conducta están perfectamente establecidos y deben ser cumplidos al pie de la letra. Pertenecen a este grupo, por ejemplo, las sociedades secretas de antaño, como la Masonería, que dispone de un estricto código de admisión y permanencia. Asimismo, empresas, sindicatos, etc., tienen sus estatutos propios.
Y alguien pensará que tanto código nos coarta el libre albedrío. Bueno…, las normas son importantes en este mundo, nos permiten vivir con un mínimo de civismo; pero a veces, nosotros mismos nos empecinamos en pertenecer a algún grupo, y hacemos lo indecible para conseguirlo. En definitiva, nos auto-esclavizamos, nos hacemos dependientes de las opiniones de los demás (para «encajar») y nos convertimos en esos prisioneros emocionales de los que habla el sabio. Esto creo que vale para cualquier ámbito de la vida: cultural, vecinal, artístico… y creo que puedo confirmarlo con una anécdota personal.
Hace años asistí a un taller de escritura creativa, y el profesor, un autor ya consagrado, con numerosos libros editados y algunos premios en su haber, nos dijo lo siguiente al comienzo del cursillo:
«Cuando os pongáis ante un folio en blanco, escribid lo que os guste, lo que os apetezca. Y si bien es conveniente un poco de autocensura, no penséis demasiado en la opinión de los lectores, porque, escribáis lo que escribáis, jamás podréis satisfacerlos a todos. Siempre habrá lectores a los que les guste vuestra obra y lectores a los que no» .
Por tanto, sed vosotros mismos. Y si decidís formar parte de algún grupo social de los que he hablado, analizad bien sus códigos y protocolos y calibrad si merece la pena limitar vuestra libertad de ser vosotros mismos.
Jesús Fernández Escrich- Amor, paz y caridad
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