sábado, 25 de mayo de 2024

Entrevista de Jon Aizpúrua para "Le Journal Spirite" ( 1 de 3)

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Nunca hubo pueblos ateos

2.- Espiritismo sin fronteras

3.-Privaciones del cuerpo y del alma

4.- Entrevista de Jon Aizpúrua para "Le Journal Spirite" ( 1 de 3)

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NUNCA HUBO PUEBLOS ATEOS 

EL  Libro De los Espíritus es originario de la revelación de  los espíritus por medio de la comunicación mediúmnica a través de la “cesta de bico” [1] y posteriormente de la “cesta-pião”.[2] Buscando la mejoría del proceso, Allan Kardec estudió maneras más apropiadas para obtención de informaciones del “más allá del túmulo”. Contando con la colaboración de las médiums Ruth Celine Japhet, Aline Carlotti, Caroline Baudin, Julie Baudin y Ermance Dufaux, que estaban a su disposición, descubrió el mecanismo de la pictografía que consistía en la influencia directa del Espíritu sobre el médium, controlando determinadas zonas cerebrales a través del periespiritu para que la Entidad pudiese controlar  su mano y reproducir la escritura manual.

Henri Sausse, Zeus Wantuil, Ann Blackwell, principales biógrafos de Allan Kardec, afirmaron que la idea de un libro de preguntas y respuestas, también como algunas preguntas, fueron originarias de 50 cuadernos ofrecidos por un grupo de masones, entre ellos Victorien Sardou, Pierre-Paul Didier (y su hijo), Tiedeman-Manthèse, y René Taillandier. Tales personas ya realizaban pesquisas mediúmnicas, sin embargo no conseguirían alcanzar la plena dimensión de ese trabajo, y por eso deliberaron entregar los manuscritos al profesor Rivail, que constató en esos tomos profundas revelaciones que deberían ser divulgadas.

Con efecto, en 18 de abril de 1857, el hijo de Lyon público la 1ª edición de “El Libro de los Espíritus” dividido en tres partes, compuesto de 501 cuestionarios. En 1860, lanzó la 2ª edición, esa vez enteramente refundido y admirablemente aumentado para 1019 preguntas, divididas en cuatro partes, a saber: Causas primarias, Mundo de los espíritus, Leyes morales y Esperanzas y consolaciones. Esta edición fue publicada por el editor Paul Didier y se agotó en apenas 4 meses. De cada parte del Libro de los espíritus, Allan Kardec desarrolló los temas resultando en las  Obras básicas de la Codificación. Observemos lo siguiente: de la primera parte - “Causas primarias” – distribuida en cuatro capítulos y 75 cuestiones, generó la obra La  Génesis. De la segunda parte – “El mundo de los espíritus” – distribuida en once capítulos y 537 preguntas, surgió El Libro de los Médiums. De la tercera parte – “Leyes morales” – distribuida en nueve capítulos y 308 interrogaciones, nació el Evangelio Según el Espiritismo y finalmente de la cuarta parte – “Esperanzas y consolaciones” – distribuida en dos capítulos y  99 preguntas, resultó El  Cielo y el  Inferno o “La Justicia Divina Según el Espiritismo”.

La Codificación Espírita se consubstanció a fin de enfrentar los tumultos provocados por los desórdenes ideológicas del Siglo XIX y germina en el  centro cultural del mundo occidental. Fue publicado por tanto, en medio de un torrente de filosofías que inducían al  hombre al  pesimismo, al escepticismo y al nihilismo. Surgió en el  mismo año en que desencarnó el controvertido Augusto Conte, mentor del pensamiento positivista, bastante en boga entre la elite intelectual de la época. Nació en medio de los embates de la dialéctica dividida en ese momento en dos fases en ese – antes y después del filósofo alemán Hegel – contestador de la dialéctica socrática.

Con la desencarnación de Hegel surgieran dos corrientes hegelianas, la ortodoxa (de “derecha”) y  la socialista (de “izquierda”), esta última representada principalmente por Engel y Marx, culminando en el  materialismo histórico. Políticamente, los “derechistas” hegelianos vinculaban el argumento conservador, colocando el Estado como personificación de la ética, apareciendo en el fascismo en  Italia, en el nazi fascismo en  Alemania y el  integralismo en Brasil.

Los “izquierdistas” sometieron al cristianismo a severas críticas, lideradas por Karl Marx, extendiéndose para la vida social. El 31 de marzo de 1848, cuando el Espíritu del ex vendedor ambulante Charles Rosman señalaba nuevos horizontes en Hysdesville, en los EUA, el impaciente Marx publicaba en Bruselas, por ocasión del Segundo Congreso de la Liga Comunista, el infame “Manifiesto Comunista”, clamando por la unión de los “proletarios” de la Tierra.

El autor  rabioso de "El Capital" sediento de “libertad”, defendía fuertemente la tesis de que la solución de las cuestiones económicas del mundo sería a través del arrogante socialismo “científico”, dando alas para el materialismo y/o el comunismo ateo. En su feroz indignación contra la superestructura del cristianismo, Marx vociferaba que  “la religión era el opio del pueblo”, una auténtica emanación del “tío del saco” del capitalismo.

Aun en  aquellos años de 1859 era lanzado el libro que estaba destinado a avalar los alicientes de la idea del origen biológico del hombre y de los seres de la naturaleza. El británico Charles Darwin entra para la historia con el libro titulado “El origen de la vida por la selección natural de las especies”. Con todo, desde  su lanzamiento, El Libro de los Espíritus permanece inquebrantable. Ya transcurrieron 167 años y el Espiritismo se conserva moderno e insuperable en sus principios.

La  Doctrina de los Espíritus está basada en los principios de la existencia de Dios, de la existencia y sobrevivencia del Espíritu, en las leyes morales, en la reencarnación, en la  pluralidad de los mundos habitados, en la comunicabilidad de los Espíritus. No trata de ocultismos, no prescribe prácticas adivinatorias, no tiene  en sus páginas propuestas sacramentales, ritos, ni liturgias. Es una doctrina de base científica, filosófica y religiosa. Sus argumentos, marchando paso a paso con el progreso, jamás serán ultrapasados. Si nuevos descubrimientos demostraran estar en un error sobre uno de  sus puntos, el Espiritismo se rendirá modificando ese punto sospechoso. Si uña verdad viniera a ser revelada él la incorporará.

Uno de los signos de vitalidad  del Espiritismo es  su sintonía con el tiempo, y eso se refleja en los grupos académicos de pesquisa sobre los preceptos doctrinarios. En las universidades hay un creciente interés por la literatura espírita, normalmente especialistas del área física cuántica, matemática, psicología, medicina, sociología e historia. El hecho de encontrar estudiosos espíritas entre los doctores de las principales universidades brasileñas es una prueba evidente de que el Espiritismo se afirmó como doctrina en una parcela influente del país.
- Jorge Hessen -
Aclaraciones: [1] “cesta de bico” Consiste en adaptar a la  cesta una astilla de madera (15 cm) inclinada. Por un agujero abierto en la  extremidad de esa varilla, o pico, se pasa  un lápiz bastante largo para que su punta asiente en el  papel. Poniendo el médium los dedos en el borde de la cesta, todo el aparato se agita  y el lápiz escribe. Se obtiene así disertaciones de muchas páginas.

[2] “cesta-pião”.Es  una cestita de quince a veinte centímetros de diámetro (de madera o de mimbre). Donde se adapta un lápiz. El movimiento de la cesta no es automático, como en el caso de las mesas giratorias; se torna inteligente. Con ese dispositivo, el lápiz, siempre al llega a la   extremidad de la línea, en la  vuelta al punto de partida para comenzar otra, continua moviéndose circularmente, de suerte que la línea escrita forma una espiral, tornando necesario volver muchas veces el papel para leer lo que está escrito.

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                    ESPIRITISMO SIN FRONTERAS

                                                                             


Las voces del infinito vinieron a dar luz a nuestra oscuridad. Con sus voces de fuego, reavivaron la chispa de nuestra eternidad. Como un nuevo Pentecostés, libre de la censura eclesiástica, libre de su intento de dominio, como si sólo fuera cosa de santos o propio del genio maligno. Estas voces amigas, hermanas, queridas, son las de los seres que abandonaron esta vida antes de nosotros y que nos aguardan.

Ellos hablaron a los corazones, trajeron luz al siglo de la incertidumbre, de la incredulidad, el de la muerte de Dios, la muerte del dios que ya no servía, pues es el fin de la época de sumisión y vana servidumbre. La humanidad ha crecido y se rige por su propio raciocinio. Tiene cultura, cosa que no tenía antes. Tiene posibilidad de verificar lo que les dicen, cosa que antes era imposible; el dogma acampaba por todas partes.

Estas voces queridas, libres ya para la comunicación continua, trajeron a la humanidad el clamor de la nueva esperanza. La que tanto había sido sepultada y que sólo unos pocos conocían. Fuera logias, fuera secretismos. ¡A plena luz del día!

Las religiones que violaron su mensaje de amor fraternal, atacando muros insondables que se desquebrajaban ante las verdades que ellas en sí contienen y recordadas por los seres de ultratumba.
Nació el espiritualismo moderno, Espiritismo bautizado por Allan Kardec, el codificador de los mensajes que llegaban por doquier. Y las viejas pasiones reprimidas rompieron los yugos que las mantenían subyugadas. Europa se cernía en múltiples revoluciones y guerras. Pues todo era cambio en el siglo XIX, el siglo de su nacimiento.

Se habló de la religión de los espíritus, craso error, nada nuevo traía el espiritismo, sino desbancar las falsedades añadidas a los credos ya existentes, debidos a la mano humana, interesada en mezclar los intereses políticos con las directrices de sus religiones. Los espíritus hablaron del fin de la esclavitud, del fin de la pena de muerte, de la verdadera igualdad entre hombres y mujeres, de la necesidad de un mundo más justo a través de la educación universal, la cual había de asentarse más en la comprensión y estimulación emocional, que en la adquisición alocada de conocimientos impersonales.

No habló de un credo superior a ninguno, ni de la necesidad de ser religión; filosofía espiritualista, puso Kardec en el frontispicio del libro clave: Libro de los Espíritus; y dijo que el Espiritismo era ciencia, pues los nuevos tiempos ya eran llegados.

Cualquier persona, sea cual sea su credo o no credo, podía abrazar los postulados básicos del Espiritismo. Pues su voz era clara. contundente y maciza; lejos de la melifluidad de otras doctrinas.
Hoy día hay corrientes que se engañan y tratan de hacer religión al Espiritismo. Cuando éste es de todos y todas, no sólo de un credo, sea el que fuera. Jesús es un modelo a seguir según la respuesta 625 del Libro de los Espíritus, pero ello no indica nada más al respecto. Para el espiritismo no es Dios, sino un enviado. Y se nos presenta su doctrina depurada de los intereses mundanos, como una base racional para guiar nuestra conducta. No como la única posible, sino que en ella, tal cual la explicaban los espíritus, se halla la esencia de todas las demás habidas. Pues se va a la pureza de la enseñanza: la pureza del mensaje de Jesús, la del profeta Mahoma, la de las máximas de Confucio, o de la sabiduría de Buda, etc. Sin ser ninguna tal cual las conocemos lo que el espiritismo nos revela. Siendo todas respetables, pero con la mira puesta en la existencia clara de un mundo extracorpóreo que el espiritismo demostraba con fehacientes hechos y datos, dado su carácter científico: en los investigadores serios que no se arredraban ante las inconveniencias de un paradigma científico todavía precario, para poder abarcar toda la riqueza que nos proponían los efectos investigados.

Dados estos hechos, la posibilidad de la comunicación con nuestros seres queridos, éstos se comunicaban según habían sido, pero con su concepción un tanto maravillada ante los nuevos hechos que vivenciaban en el otro plano. Ahí al comunicarse, seguían con sus antiguas creencias, pero con matices diferenciados. Algunos se sentían engañados, por su falso celo en actitudes premiadas por los humanos, pero no acordes con la “justicia divina”; justicia muchas veces de sentido común, que cualquiera lejano del fanatismo sabe aprehender cabalmente. Y muchos sentían liviandad, al ver que era todo mucho más hermoso de lo que pensaban. O sentían pesar si su actitud había sido mezquina para sus allegados.

He aquí la grandeza de esta gran enseñanza espiritual. El Consolador Prometido, en palabras de Jesús. Pero no únicamente para los cristianos, sino para todos, sean cuales fuera su credo. Pues la hermandad más allá de la muerte, la libertad de elección del libre albedrío, la posibilidad de comprender, conocer y estudiar, hacen de esta filosofía espiritualista, todo un compendio que aglutina el buen hacer de todo librepensador/a.

Corazones listos para el amor, mentes dispuestas para la comprensión. Ser humano en evolución.

Jesús Gutiérrez Lucas

( art. procedente de El Angel del Bién )

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         PRIVACIONES DEL CUERPO Y DEL ALMA

“Urge comprender  los mecanismos de las Leyes Divinas, dispensándose, ante los lances atormentados de la existencia terrestre, toda actitud ilusoria o espectacular.”

Andre Luiz.

No es raro, que el hombre, en las horas difíciles, eche mano de recursos extremos y, muchas veces, ilógicos, para disminuir el sufrimiento propio o ajeno, como acontece con las pruebas desesperadas, en el sentido de suprimir agonías morales o curar dolencias insidiosas. De hay nace el contrasentido de los oficios religiosos remunerados de que se nutren antiguos y piadosos engaños, como son:

La recitación mecánica de formulas cabalísticas;

Los sacrificios inútiles visando prioridad y concesiones;

 Las promesas esdrújulas;

Los votos inoportunos;

Las penitencias extrañas;

Los auto castigos en los que la vanidad lleva el rotulo de la fe;

Los ayunos y las mortificaciones para expresar suicidios parciales;

 El uso de amuletos;

El apego a los talismanes;

  El culto improductivo del remordimiento en cualquier esfuerzo de corregirse en la restauración del camino errado…

  Con todo, al espirita cristiano le compete despojarse de semejantes conceptos a cerca del Creador y de la Creación, cristalizados en la mente humana agraviados en  numerosas reencarnaciones.

Para nosotros no existe  ya más la creencia ciega.

En razón de eso, no nos acomodamos más en la idea del milagro como siendo prerrogativa   a favor de alguien sin cualquier merecimiento.

De igual modo, urge comprender los mecanismos de las Leyes Divinas, dispensándose ante los lances atormentados de la existencia terrestre, toda actitud ilusoria o espectacular.

Omisión no resuelve.

Y en materia de comportamiento moral en la renovación de la vida, abstención del servicio en el bien de todos, es deserción vestida de alegaciones simplemente acomodadas, dentro de la cual el creyente apenas huye de las responsabilidades que le caben, como también aun exige presuntuosamente   que Dios se transforme en esclavo de sus extravagancias.

  Nos sitúa la Doctrina Espirita delante de nosotros mismos.

Estamos espiritualmente hoy donde nos colocamos ayer.

Respiraremos mañana en el lugar donde nos dirigimos.

Usemos la oración para comprender nuestras necesidades, solucionándolas a la luz del trabajo sin el propósito de engañar los poderes divinos.

La Ley es ecuánime, justa, insobornable.

La criatura goza igual a las demás en el océano inmenso de la Humanidad Universal, no es cliente de privilegios. 

Es porque, a la inversa de procurar, espontáneamente, penitencias improductivas para nosotros, es imperioso buscar voluntariamente el auxilio eficiente para los semejantes.

Espiritismo es sublime manantial de energía espiritual. Abriendo fuerzas, acatemos sin rebeldía aquello que la Vida nos ofrece, trazando paz en la conciencia y entendimiento en el corazón.

El mundo actual prescinde de cuantos se transforman en ascetas y eremitas de cualquier condición.

Hasta la penología moderna procura imprimir utilidad a las horas de los presidiarios, valorizándoles la reeducación en colonias agrícolas y en otras organizaciones colectivas, para la búsqueda de la regeneración moral y social.

Y la propia psiquiatría, actualmente, instituye la labor terapia para  que los enfermos del alma se recuperen, por la actividad edificante.

Para el espirita,  por tanto, la Vida y el Universo surgen ajustados para la lógica y esclarecidos en la verdad.

 Apelemos por los recursos de la oración, a fin de que seamos sustentados en nuestros propios deberes, reconociendo, sin embargo, que Dios no es un vendedor de gracias o donador de obsequios, en régimen de excepción, y si El Creador Increado, perfecto en todos sus atributos de justicia y amor.

ANDRÉ LUIZ

( Trabajo realizado por Merchita)

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1 - ¿Cuándo y por qué se fundó el Movimiento CEPA y qué países estaban interesados?

Jon - La Confederación Espírita Panamericana (CEPA) nació en Buenos Aires, Argentina, el 13 de octubre de 1946. Su creación respondió a la necesidad de agrupar y organizar las sociedades y federaciones espíritas que permanecían activas en varios países de América Latina. ya que en Europa el movimiento espírita se había reducido considerablemente a raíz de la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial. Las instituciones y publicaciones espíritas habían desaparecido y casi todos los líderes también habían muerto, y el pesimismo dominaba el ambiente psicológico de la sociedad.

La iniciativa de crear la CEPA provino principalmente de los dirigentes de la Confederación Espírita Argentina, quienes, preocupados por la suerte del movimiento espírita, consideraron que el esfuerzo organizativo debía ser reiniciado por los países americanos, menos afectados por los conflictos bélicos que los países europeos. A través de la entidad publicitaria “La Idea”, se encargaron de convocar a espíritas de todo el continente americano que pudieran participar del Primer Congreso, en Buenos Aires. A este llamado respondieron la Federación de Espíritas de Puerto Rico, la Confederación Espírita de Cuba, la Liga Espírita de Brasil y varios grupos de Sudamérica y Centroamérica.

Paulatinamente, en los años que siguieron y hasta la actualidad, numerosas instituciones y personas de todo el continente americano y algunos países europeos se sumaron a la ahora llamada CEPA – Asociación Espírita Internacional. Se celebraron 23 Congresos, el más reciente se celebró en España en 2021, y el 24 se reunirá en San Juan de Puerto Rico.

2 – ¿En qué se diferencia la CEPA de otros movimientos espíritas? ¿Existen desacuerdos sobre cuestiones fundamentales importantes?

Jon – Siempre es importante distinguir el espiritismo, que asumimos como una doctrina fundada, codificada y sistematizada por Allan Kardec, de aquellas corrientes o tendencias que indebidamente se presentan como espiritistas, como es el caso de los sincretismos afrocatólicos que tienen un fuerte componente mediúmnico y lo exhiben a través de ceremonias religiosas de diversos orígenes. Asimismo, es necesario considerar las distancias correspondientes teniendo en cuenta el espiritismo anglosajón y otros movimientos paralelos que no se sustentan en las bases establecidas por Kardec.

Ahora bien, respecto del movimiento espírita kardecista, existe un acuerdo esencial en cuanto al reconocimiento de los postulados básicos: Dios, supervivencia espiritual después de la muerte, evolución, reencarnación, mediumnidad, pluralidad de mundos habitados. También hay acuerdo en el reconocimiento de los textos escritos por Kardec con la asistencia de espíritus de alta sabiduría. Son pilares básicos de la doctrina espírita.

Sin embargo, existen diferencias y éstas son significativas. Uno de los principales se centra en la discusión sobre si el espiritismo es o no una religión, cuestión que ya había surgido en el siglo XIX y fue examinada por el fundador.

La CEPA concibe el espiritismo como una “filosofía científica de consecuencias morales”, y estas son las palabras textuales de Kardec. En otros movimientos está muy extendida la concepción, que tiene su epicentro en Brasil, del espiritismo religioso, específicamente cristiano. No se trata de una diferencia semántica ni superficial, ya que permea la visión general que emerge del espiritismo sobre los conceptos de Dios, el universo, la evolución, la vida, el ser humano y la sociedad. Para el llamado espiritismo cristiano, la gran misión se centra en la evangelización; Para CEPA la gran tarea es la educación espiritual, intelectual y moral.

Evidentemente, existen muchas otras diferencias relacionadas con la interpretación espírita de la realidad material y espiritual, basada en la necesidad de actualizar el pensamiento kardecista frente a los avances de la ciencia y la cultura.

3 – ¿Cuáles son los principales objetivos de la Asociación Espírita hoy?

Jon – En cierto modo, mutatis mutandi , los objetivos ahora son los mismos que en sus orígenes:

- difundir la doctrina espírita siguiendo las directrices racionalistas establecidas por Kardec, utilizando todos los medios de comunicación disponibles;

- estimular el estudio del espiritismo y sus relaciones con el pensamiento científico y filosófico, de acuerdo con programas pedagógicos y tomando como punto de partida El Libro de los Espíritus ;

- organizar las instituciones espíritas afiliadas como entidades civiles, con fines de apoyo cultural y social;

- promover la práctica de la mediumnidad, el magnetismo y otras facultades psíquicas, de acuerdo con las normas racionales y éticas derivadas de las directrices contenidas en el Libro de los Médiums ;

- realizar Congresos nacionales e internacionales para facilitar el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias que se adapten a las tesis espíritas y su permanente actualización;

- mantener relaciones fraternales con todas las instituciones espíritas dentro de los principios de autonomía y respeto a la libertad de pensamiento y expresión;

- difundir los fundamentos doctrinales e históricos del espiritismo laico, librepensador, humanista, racionalista, dialéctico, plural y progresista.

4 – Cuando usted habla de dialéctica en relación con el espiritismo – tema que trata en conferencias y libros sobre Manuel Porteiro -, ¿qué significa exactamente ese concepto de dialéctica en el contexto del pensamiento espírita?

Jon – El término dialéctica tiene diferentes significados, dependiendo del momento histórico en el que se utilizó o de la perspectiva filosófica que lo adopte. En la Grecia clásica constituyó una forma de argumentación basada en la confrontación entre diferentes posiciones, y se consolidó como un método para comprender la realidad, tomada en su naturaleza cambiante y continua transformación. Con Hegel se definieron los momentos de todos los procesos naturales y sociales: una tesis a la que se opone una antítesis da paso a una síntesis. El brillante pensador espírita argentino Manuel Porteiro acertó al aplicar con rigor el método dialéctico a los principios del espiritismo y destacó que ni el materialismo ni la teología pueden abarcar y comprender plenamente la dinámica del espíritu, encarnado y desencarnado, como lo hace la filosofía espírita. Ninguna otra frase puede dar cuenta del carácter dialéctico de la concepción espiritista y reencarnacionista que la que adorna el dolmen druida en el que reposan los restos de Allan Kardec en el cementerio parisino Père Lachaise: “Nacer, morir, renacer y progresar siempre; así es la ley”.

5 – ¿Cuáles son en su opinión los autores espíritas más importantes de América Latina en el siglo XX?

Jon – Hay muchos autores espíritas latinoamericanos, algunos más conocidos que otros, que han hecho una notable contribución al enriquecimiento de la doctrina espírita. Algunas que no mencionaremos ahora son del siglo XIX. Sabemos de antemano que en estas menciones siempre cometemos una injusticia al omitir nombres destacados, y por ello pedimos disculpas de antemano.

Entre quienes dejaron una obra escrita de singular calidad hay que destacar a los argentinos Manuel Porteiro, Humberto Mariotti, Santiago Bossero, Natalio Ceccarini, César Bogo, Luis di Cristóforo Postiglioni, Carlos Luis Chiesa, Florentino Barrera, Néstor Massaro, Bernardo Drubich, Raúl Drubich .

Tenemos a los venezolanos: Jesús Enrique Lossada, Rosa Virginia Martínez, Pedro Barbosa de la Torre, Manuel Matos Romero, David Grossvater; el mexicano Pedro Álvarez y Gasca; el costarricense Rogelio Fernández Güell; el chileno Ernesto Moog; la colombiana Colombia Montoya de Martínez; los puertorriqueños William Colón, Néstor Rodríguez Escudero, Pablo Serrano, José Arroyo, Clara Román.

Y dentro de la extensa lista de autores brasileños destacamos a Carlos Imbassahy, Cairbar Schutel, Deolindo Amorim, Herculano Pires, Hermínio C. Miranda, Jorge Andrea, Jaci Regis, Dora Incontri, Wilson García, Milton Medran Moreira.

En el contexto de la difundida literatura de origen mediúmnico, se destacan los mediums Chico Xavier, Yvonne Pereira, Divaldo Pereira Franco.

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( Continúa...)

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