INFLUENCIA DE LOS ESPÍRITUS EN LOS ACONTECIMIENTOS DE LA VIDA.
525 – ¿Ejercen los Espíritus alguna influencia en los acontecimientos de la vida?
– Seguro que sí, puesto que te aconsejan.
– ¿Ejercen esta influencia de otro modo que por los pensamientos que sugieren, es decir, tienen una acción directa en la realización de las cosas?
– Sí; pero nunca actúan fuera de las leyes de la Naturaleza.
Imaginamos injustamente que la acción de los Espíritus no debe manifestarse sino por fenómenos extraordinarios. Quisiéramos que nos viniesen a ayudar por medio de milagros y siempre nos los representamos provistos de una varita mágica. No es así, y he aquí por qué su intervención nos parece oculta y lo que se hace con su concurso nos parece muy natural. Así, por ejemplo, provocarán el encuentro de dos personas que creerán encontrarse por casualidad;inspirarán a alguien la idea de pasar por un lugar determinado; llamarán su atención sobre tal punto, si eso debe causar el resultado que quieren obtener; de modo que, creyendo el hombre seguir su propio impulso, conserva siempre su libre albedrío.
526 – Teniendo los Espíritus una acción directa en la materia,¿pueden provocar ciertos efectos para que se cumpla un acontecimiento? Por ejemplo, un hombre debe perecer; sube una escalera, la escalera se rompe y el hombre se mata; ¿son los Espíritus quienes han hecho que se rompiese la escalera, para cumplir el destino
de aquel hombre?
– Es muy cierto que los Espíritus tienen una acción en la materia, pero para el cumplimiento de las leyes de la Naturaleza y no para derogarlas, haciendo surgir en el momento oportuno un acontecimiento inesperado y contrario a esas leyes. En el ejemplo que citas, la escalera se rompe porque estaba corroída o no era
bastante fuerte para soportar el peso del hombre. Si estaba en el destino de este hombre perecer de esta manera, le habrán inspirado el pensamiento de subir por esa escalera, que deberá romperse con su peso, y su muerte será un efecto natural sin que haya sido preciso un milagro para lograrlo.
527 – Tomemos otro ejemplo en que el estado normal de la materia no sea relevante. Un hombre debe morir por un rayo, se refugia bajo un árbol, cae el rayo y muere el hombre. ¿Pueden los Espíritus provocar la caída del rayo y dirigirlo sobre él?
– Es siempre lo mismo. Cayó el rayo en aquel árbol y en aquel momento, porque estaba en las leyes de la Naturaleza que fuese así.
No fue dirigido a propósito sobre ese árbol porque el hombre estaba debajo, pero le fue inspirado al hombre el pensamiento de refugiarse debajo de un árbol que recibiría el rayo. Pero este árbol no dejaría de ser alcanzado por estar o no el hombre debajo de él.
528 – Un hombre mal intencionado lanza sobre alguien un proyectil que le roza sin herirle, ¿puede haberlo desviado un Espíritu benévolo?
– Si el individuo no debe ser alcanzado, el Espíritu benévolo le inspirará el pensamiento de separarse, o bien podrá ofuscar a su enemigo de modo que no apunte bien, porque el proyectil, una vez lanzado, sigue la línea que debe recorrer.
529 – ¿Qué debe pensarse de las balas encantadas de que se habla en ciertas leyendas y que alcanzan fatalmente un blanco?
– Pura imaginación. El hombre ama lo maravilloso y no se contenta con las maravillas de la Naturaleza.
– Los Espíritus que dirigen los acontecimientos de la vida,¿pueden ser contrariados por otros Espíritus que deseen lo contrario?
– Lo que Dios quiere debe ser; si hay atrasos u obstáculos, es por su voluntad.
530 – ¿No pueden los Espíritus ligeros y burlones suscitar esos pequeños obstáculos que dificultan nuestros proyectos y desvían nuestras previsiones, en una palabra, son ellos los autores de lo que vulgarmente se llaman las pequeñas miserias de la vida humana?
– Se complacen en esos enredos que son pruebas para ejercitar vuestra paciencia, pero se cansan cuando ven que no obtienen resultado. No sería, sin embargo, justo ni exacto achacarles todos vuestras decepciones, de las que vosotros sois los principales artífices gracias a vuestra irreflexión. Pues si se te rompe la vajilla, se debe
más a tu falta de pericia que a la acción de los Espíritus.
– Los Espíritus que suscitan disgustos, ¿actúan a consecuencia de animosidad personal o atacan al primero que llega, sin motivo determinado y sólo por malicia?
– Por uno y otro motivo. A veces son enemigos que os habéis creado en esta u otras vidas y que os persiguen. En otras ocasiones no hay motivos.
531 – ¿La malevolencia de los seres que nos han hecho mal en la Tierra termina con la vida corporal?
– Con frecuencia, reconocen su injusticia y el mal que han hecho; pero a menudo también su animosidad os persigue, si Dios lo permite, para continuar probándoos.
– ¿Puede ponérsele término a esto, y de qué modo?
– Sí, se puede orar por ellos y devolviéndoles bien por mal, acaban por comprender sus faltas. Por lo demás, sabiendo uno hacerse superior a sus maquinaciones, cesan viendo que nada ganan con eso.
La experiencia prueba que ciertos Espíritus continúan su venganza de una a otra existencia, y que tarde o temprano se expían así, los daños que se le hayan hecho a alguien.
532 – ¿Tienen los Espíritus poder de alejar los males de alguna persona y de atraerle prosperidades?
– No del todo, porque hay males comprendidos en los decretos de la Providencia; pero aminoran vuestros dolores dándoos paciencia y resignación.
Sabed también que a menudo depende de vosotros el alejar esos males o por lo menos atenuarlos. Dios os dio la inteligencia para que os sirváis de ella y en especial es por ella que los Espíritus os vienen a ayudar, sugiriéndoos pensamientos propicios. Pero no asisten más que a los que a sí mismo saben asistirse, y tal es el sentido de estas palabras: Buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá.
Sabed también que lo que os parece un mal no siempre lo es, pues con frecuencia, ha de resultar un bien de él, que será mayor que el mal, y esto es lo que no comprendéis, porque solo pensáis en el momento presente o en vuestra persona.
533 – ¿Los Espíritus pueden hacer que obtengamos los bienes de fortuna, si se los pedimos?
– A veces como prueba; pero lo rehusan con frecuencia, como se rechaza la petición inconsiderada de un niño.
–¿Los que conceden esos favores son los Espíritus buenos o los malos?
– Unos y otros; eso depende de la intención. Pero, con frecuencia, son Espíritus que os quieren arrastrar al mal y que encuentran un medio fácil en los placeres que la fortuna proporciona.
534 – Cuándo parece que los obstáculos se oponen fatalmente a nuestros proyectos, ¿es por influencia de algún Espíritu?
– A veces se debe a los Espíritus, otras veces y esto es lo más frecuente, es que escogisteis mal. La posición y el carácter influyen mucho. Si os obstináis en un camino que no es el vuestro, ninguna influencia tienen los Espíritus, pues sois vuestros propios genios malos.
535 – Cuándo nos sucede alguna cosa feliz, ¿debemos dar por ello gracias a nuestro Espíritu protector?
– Dad gracias a Dios sobre todo, sin cuyo permiso nada se realiza, pues los Espíritus buenos han sido sus agentes.
– ¿Qué sucedería si dejásemos de hacerlo?
– Lo que sucede a los ingratos.
– Sin embargo, ¿hay personas que no oran, ni agradecen y a las que todo les sale bien?
– Sí; pero es preciso esperar el fin. Pagarán muy cara esa dicha pasajera que no merecen; porque mientras más hayan recibido más tendrán que restituir.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.
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