martes, 31 de mayo de 2016

CARACTERES DE LA LEY NATURAL



Sobre el Suicidio

Preguntas dirigidas a san Luis por intermedio del Sr. C…, médium psicofónico y vidente, en la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, sesión del 12 de octubre de 1858.

1. ¿Por qué el hombre que tiene la firme intención de suicidarse se rebela ante la idea de ser muerto por otro, y se defendería contra los ataques en el mismo momento en que va a cumplir su propósito?
– Resp. Porque el hombre tiene siempre miedo a la muerte; cuando se suicida está sobreexcitado, tiene la cabeza trastornada, y lleva a cabo ese acto sin coraje ni temor y – por así decirlo – sin tener conocimiento de lo que hace, mientras que si tuviese discernimiento no veríais tantos suicidios. El instinto del hombre lo lleva a defender su vida y, durante el tiempo que transcurre entre el instante en que su semejante se aproxima para matarlo y el momento en que el acto es cometido, hay siempre un movimiento de repulsión instintiva de la muerte que lo lleva a rechazar ese fantasma que no es pavoroso sino para el Espíritu culpable. El hombre que se suicida no experimenta ese sentimiento, porque está rodeado de Espíritus que lo instigan, que lo asisten en sus deseos y que le hacen perder completamente el recuerdo de que no es él mismo, o sea, el recuerdo de sus parientes, de aquellos que lo aman y de una otra existencia. En ese momento, el hombre es todo egoísmo.

2. Aquel que está hastiado de la vida, pero que no desea quitársela y quiere que su muerte sirva para algo, ¿es culpable de buscarla en un campo de batalla, defendiendo a su país?
– Resp. Siempre. El hombre debe seguir el instinto que le es dado; cualquiera que sea el curso que siga, cualquiera que sea la vida que lleve, está siempre asistido por Espíritus que lo conducen y lo dirigen sin él saberlo; ahora bien, buscar ir en contra de sus consejos es un crimen, puesto que están ahí para dirigirnos y, cuando queremos obrar por nosotros mismos, esos buenos Espíritus están allí para ayudarnos. Pero sin embargo, si el hombre – arrastrado por su propio Espíritu – quiere dejar esta vida, es abandonado, y reconoce su falta más tarde cuando se encuentra obligado a recomenzar otra existencia. Para elevarse, el hombre debe ser puesto a prueba; detener sus actos, poner obstáculos a su libre albedrío sería ir contra Dios y, en este caso, las pruebas se volverían inútiles, ya que los Espíritus no cometerían faltas. El Espíritu ha sido creado simple e ignorante; por lo tanto, para llegar a las esferas felices es necesario que progrese, que se eleve en ciencia y en sabiduría, y no es sino en la adversidad que el Espíritu adquiere la elevación del corazón y comprende mejor la grandeza de Dios.

3. Uno de los asistentes observó que cree ver una contradicción entre estas últimas palabras de san Luis y las precedentes, cuando él ha dicho que el hombre puede ser instigado al suicidio por ciertos Espíritus que a esto lo incitan. En este caso, cedería a un impulso que le sería extraño.
– Resp. No hay contradicción. Cuando dije que el hombre instigado al suicidio estaba rodeado de Espíritus que a eso lo incitaban, no hacía referencia a los Espíritus buenos, que hacen todos los esfuerzos para desviarlo de esa idea; esto debería estar sobrentendido; todos nosotros sabemos que tenemos un ángel guardián o, si preferís, un guía familiar. Ahora bien, el hombre tiene su libre albedrío; si a pesar de los buenos consejos que le son dados persevera en esa idea que es un crimen, él la lleva a cabo y en esto es asistido por Espíritus ligeros e impuros que lo rodean, que están felices en ver que al hombre – o Espíritu encarnado – también le falta coraje para seguir los consejos de su buen guía y, a menudo, de los Espíritus de sus parientes muertos que lo rodean, sobre todo en semejantes circunstancias.

Allan Kardec
Revista Espirita 1858


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   LA CIENCIA Y  EL ESPIRITU


  La grandiosidad de los conceptos filosóficos que  se desprenden de la Reencarnación y del Espiritismo que la apoya y sostiene, está precisamente en  que  esta idea está respaldada por investigaciones de carácter científico, que las han confirmado alguna vez, aunque la propia  ciencia oficial de carácter ateo y materialista las ha  preferido ignorar.
Asimismo  el desconocimiento de lo  trascendente  originado por las religiones dogmáticas occidentales que  han tenido durante la Historia  buen cuidado en ocultarla por mantener intereses mundanos que se apoyaban en sus postulados de carácter político o religioso y estos  chocaban frontalmente con lo que nos muestra  esta idea  que acompañó a la Humanidad  desde sus orígenes, hacen que en general sea una realidad poco conocida y poco tomada en serio, como si de una superstición  o dogma oriental más se tratara

¿ Alguna vez la Ciencia ha intentado comprobar la existencia del Espíritu?

En efecto, han sido muchos los investigadores y hombres de Ciencia que han enfocado sus estudios y esfuerzos al esclarecimiento de este asunto.
Durante décadas pasadas, la Parapsicología ha estudiado e investigado los fenómenos Psi-Theta, recurriendo al nombre de  la última letra griega, que es la inicial de Thanatos, y significa muerte, para englobar bajo este epígrafe las manifestaciones paranormales que sugieren una presunta intervención de un Ser humano después de  la muerte, o sea, de su Espíritu.
Hay científicos que por desconocimiento de las leyes Cósmicas  no físicas, de las que estamos  afectados todos los humanos, se vuelven dogmáticos acogiéndose ciegamente a los postulados  de la Ciencia oficial  que recibieron en la Universidad, no siendo capaces de salirse de ellos intentando llegar a un paso más allá de los mismos por temor a sufrir un desprestigio profesional, o a ser  tildados de anticientíficos o de charlatanes.
Los seres humanos, tantas veces engañados, nos hemos vuelto desconfiados y escépticos; de otra parte es de señalar que lo nuevo y desconocido asusta, pues suele  trastornar anteriores verdades adquiridas y fijadas como dogmas inamovibles, y los científicos nunca han sido una excepción, haciendo gala de un orgullo que les dificulta reconocer errores anteriores o admitir nuevas verdades que pongan en entredicho sus postulados científicos; además eso de la espiritualidad y lo paranormal, parece ser que en nuestra sociedad materialista y pragmática, ya no se lleva  y claro está, a casi nadie le apetece nadar contra corriente. Esto no es de ahora, puesto que no sucede por ningún principio científico, sino que es propio de los seres humanos de todas las épocas, solo basta que recordemos lo que sucedió con Galileo, Giordano Bruno, etc.
Sin embargo cada vez más, van aumentando los que como los salmónidos en el río,  se atreven a nadar contra corriente, rompiendo si es necesario esas barreras dogmáticas, cuando  se atreven a investigar seriamente y por encima de todo, en busca de la verdad, ciertos cuadros clínicos o psiquiátricos y a veces ciertos fenómenos, cuyas causas  transcienden a la materia.
No existen pruebas totalmente objetivas sobre la supervivencia del Ser después de la muerte porque el Espíritu no es nada material, tangible o maleable, que se pueda medir, pesar, o someter a pruebas de laboratorio como si fuese un elemento físico de cualquier clase.  El Ser espiritual es algo tan inmaterial como real, por lo que no es un elemento analizable en laboratorio humano alguno, y  encima, para aumentar aún más las dificultades y hacer dudar de sus intentos de comprobación   al investigador  que se atreva con ello, los que lo intentan saben que se enfrentan en este campo de investigación, a algo que además de inmaterial, demuestra una existencia de ser vivo, aunque invisible e intangible, pero muchas veces demuestra que  posee  inteligencia y una  voluntad propia.
  De todos modos,  en ocasiones se han obtenido por ciertos científicos-héroes, algunas evidencias de carácter científico, que  aunque se les pueda calificar como subjetivas, otorgan una completa seguridad a quien las experimenta, porque después del primer impacto de sorpresa que causa un fenómeno, hacen que la mente analítica se ponga a funcionar y despierte en nosotros una inquietud ante estas realidades extraordinarias  pero evidentes, que así se presentan.
Los fenómenos paranormales constituyen pruebas innegables, aunque  se tilden de subjetivas, sobre la existencia y supervivencia del Espíritu humano y su reencarnación, y estas se pueden aceptar con el mismo derecho que se aceptan otra clase de pruebas, como las filosóficas, las históricas o las de jurisprudencia, que en cualquier caso, se podrán admitir o no, porque no ofrecen una posible comprobación experimental.
Aunque se pueda considerar como subjetiva la demostración científica de la existencia del Alma o Cuerpo fluídico, este concepto y su inmortalidad dejan de ser una creencia apoyada en la fe, o en un simple dogma indemostrable, para confirmarse a través de la mediumnidad y de experiencias comprobadas y reconocidas por hombres y mujeres de Ciencia de diversos países.

- Jose Luis Martín -

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“La supuesta memoria de una vida anterior es viva,  entre los dos y tres años de edad del niño. Después va decayendo hasta desaparecer, excepto si se estimula con frecuencia”.
                                       - Dr. Benerjee -

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     LA REALIDAD DESPUÉS DE LA MUERTE Y EL OBJETIVO DE LA REUNIÓN MEDIÚMNICA.

      La más dolorosa realidad de más allá de la vida cuando el cuerpo se disipa en la descomposición cadavérica, es el encuentro con la conciencia. Al despojarse de la indumentaria carnal le faculta una visión enteramente diversa de aquella que mantenía bajo la imposición de las conveniencias sociales y de la educación deficitaria en la falsa preparación para el triunfo.

Heridas, cariñosamente escondidas, pululan, exhibiendo la putrefacción que el propio enfermo procuró ignorar. Estados íntimos, disfrazados en conflictos complejos, repuntan como si fueran lanzas agudas a despertar al condenado para el examen tardío, no obstante aun recuperable. 

Situaciones vejatorias, que quedaron ignoradas, recomponen los papeles ideóplásticos, convidando al ser a reexaminar el problema del que se evadió bajo las condiciones de la hipocresía.

La muerte es el bisturí que desnuda al Espíritu. Retirándolo de la cámara en la cual se oculta, y es por eso que la caridad de la psicoterapia de la palabra fraterna tiene un sentido profundo, en el grupo mediumnico.

En ese ministerio ninguna acusación se presenta, nada se impone, todo transcurre en un clima fraterno de comprensión cristiana, que dignifica al caído y enaltece a aquel que lo socorre.

Manos que buscan manos, sentimientos que entienden las caídas morales conjugan, para que la ayuda mutua favorezca la redención del infeliz, al tiempo que propicia, al quien se da al ministerio, la oportunidad de iluminación evitando delinquir en las mismas circunstancias.

Bendito recinto de amor, la reunión mediumnica seria, devotada al bien en nombre de Jesús, que mantuvo en silencio el contacto permanente con el Padre, para soportar con ternura la agresividad del mundo y de Los Espíritus imperfectos que en el habitan. Grupo fraterno que recibe el espíritu conturbado, amparándolo a través de la palabra esclarecedora y de las vibraciones equilibrantes, ayudándolo a despertar para la realidad de la vida espiritual con nuevas perspectivas de luchas edificantes.

Espíritu Juan Cleofás
Médium Divaldo Pereira Franco  
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 CARACTERES DE LA LEY NATURAL.

614 – ¿Qué debe entenderse por ley natural?
– La ley natural es la ley de Dios y la única verdadera para la felicidad del hombre. Le indica lo que debe hacer y lo que no debe hacer, y no es infeliz sino cuando se aparta de ella.

615 – ¿La ley de Dios es eterna?
– Es eterna e inmutable como el mismo Dios.

616 – ¿Prescribió Dios a los hombres, en una época, lo que les prohibió en otra?
– Dios no puede engañarse. Sólo los hombres se ven obligados a cambiar sus leyes, porque son imperfectas. Las leyes de Dios son perfectas. La armonía que rige el universo material y el universo moral está fundada en las leyes que Dios estableció para toda la eternidad.

617 – ¿Qué objetivos abarcan las leyes divinas?
– Todas las leyes de la Naturaleza son leyes divinas, porque Dios es el Autor de todas las cosas. El sabio estudia las leyes de la naturaleza, el hombre de bien las del alma y las practica.
– ¿Es dado al hombre profundizar las unas y las otras?
– Sí, pero una sola existencia no es suficiente.

¿Qué son, en efecto, algunos años para adquirir todo lo que constituye al ser perfecto, sino se considera más que la distancia que separa al salvaje del hombre civilizado? La más larga existencia posible es insuficiente. Y con mayor razón cuando es abreviada, como sucede en la mayoría de los casos.
Entre las leyes divinas, las unas reglamentan el movimiento y las relaciones de la materia bruta: son las leyes físicas y su estudio está en el dominio de la Ciencia.
Las otras conciernen especialmente al hombre en sí mismo y en sus relaciones con Dios y sus semejantes, y comprenden así las reglas de la vida del cuerpo, como las del alma. Tales son las leyes morales.

618 – ¿Las leyes divinas son unas mismas para todos los mundos?
– La razón dice que deben ser apropiadas a la naturaleza de cada mundo, y proporcionadas al grado de adelanto de los seres que los habitan.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.      

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