martes, 24 de mayo de 2016
EL MUNDO ESPIRITUAL
EVOLUCIÓN DE LA FORMA HUMANA.
La forma física de los humanos de cada mundo, está también en concordancia con su necesidad evolutiva en esos mundos (2). En nuestro propio mundo, vemos formas que, dentro de un padrón general, difieren grandemente. Si observamos con detenimiento cada uno de los diversos y distintos aspectos de nuestro conglomerado social, podremos apreciar fácilmente las diversas fases evolutivas, tanto intelectual, moral como volitiva y psicodinámica.
Y esto podemos apreciarlo fácilmente en el individuo emigrado que, en el transcurso de unos pocos años, sufre un cambio notable en su fisonomía, como resultado del esfuerzo (inconsciente) de su psiquismo a adaptarse a su medio ambiente circundante, alejándose de su ambiente de origen.
Pietro Ubaldi, en su obra «La Gran Síntesis», explica maravillosamente la evolución del psiquismo y éste como directivo del dinamismo fisiológico. Tanto Teilhard de Chardin como Piertro Ubaldi y otros, sostienen que la evolución en el pasado ha desarrollado organismos cada vez más complejos y conscientes.
En cada nueva existencia, el Espíritu construye para sí,
de acuerdo con el grado de evolución alcanzado, un cuerpo adecuado al destino a cumplir. Y en cada muerte, ese cuerpo es desintegrado al estado de materia inorgánica. Y en cada nueva vida humana, un nuevo cuerpo físico es construido por el Espíritu, siempre en un estado de unidad orgánica un poco más compleja y perfecta que la precedente.
La lucha por la vida, que para muchos es dura, aunque menos dura ya, que en siglos pasados, es una necesidad para el progreso del individuo e imprescindible para el desarrollo de las facultades de la Mente. En las primeras fases de la etapa humana, el Espíritu es todavía débil y su facultad volitiva está en el comienzo de su desarrollo. Por desconocerse a sí mismo, priman sobre él las fuerzas instintivas. A través de la lucha por la subsistencia y contra los elementos de la naturaleza, va desarrollando lentamente su capacidad intelectiva y volitiva. Y en esa lucha, en el enfrentamiento a los elementos que las vidas difíciles le presentan, es donde el Espíritu ejercita y desarrolla sus facultades latentes.
A través de los milenios, desde que el hombre apareciera sobre la faz de la Tierra animando una forma grosera con mentalidad puramente instintiva, y hasta nuestros días en que la humanidad se cree civilizada; su deseo ha sido tan sólo lograr una vida más fácil y de mayores comodidades. Y ese deseo, que es una manifestación de la Ley Universal de Evolución, que impele al individuo hacia la conquista de las cosas, va transformándose en otros deseos más elevados, a medida que evoluciona, y que le impelen hacia la meta, que es la perfección, la cual lleva implícita la sabiduría, el poder y el amor fraterno.
En el pasado, y aun en el presente, la evolución ha venido desarrollando organismos cada vez más complejos y conscientes. Y en la actualidad, próximo ya a alcanzar al término de la evolución morfológica, continuará el proceso en la evolución social. Ya podemos apreciarlo en la formación de instituciones sociales, orientadas hacia una convivencía más fraternal y armónica, a pesar de la resistencia que ofrecen las fuerzas
negativas y retrógradas. Sólo uniéndose fraternalmente en pensamiento y acción, la humanidad podrá sobrevivir de la destrucción que la amenaza.
- Sebastián de Arauco -
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EL MUNDO ESPIRITUAL
- ¿ La vida del espíritu No comenzaba con el nacimiento ?.
*Así es.
- ¿Y qué hay antes del nacimiento?
* Lo mismo que después, VIDA, alternándose los periodos de vida sin estar ligado al mundo físico con los periodos en que el ser vuelve al mundo físico, encarnando en un recién nacido.
- ¿Entonces la vida no comienza con el nacimiento?
No.
- ¿Y todos hemos vivido otras vidas antes que la actual?
Sí.
- ¿Y dónde se supone que estamos antes de nacer?
* En el mundo espiritual.
- ¿Y qué es lo que ocurre después de morir?
* El espíritu se desprende del cuerpo físico y regresa al mundo espiritual, que es de donde ha venido. Es decir, continúa su vida sin estar ligado a la materia. Dicho de otro modo y para resumir, el espíritu procedente del
mundo espiritual se liga al mundo físico, encarnando en un recién nacido, pasando una etapa encarnado físicamente, hasta que se produce la muerte de su cuerpo. Es ese momento se desvincula de él y regresa al mundo espiritual.
Esta máxima acerca del origen y el destino del ser humano, ya fue enunciada por Jesús en una sencilla frase cargada de significado y que no ha sido completamente entendida hasta ahora, y que está recogida
en el evangelio de Juan (3, 13): “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.”
- ¿En qué condiciones volvemos a ese mundo espiritual? Es decir, ¿estamos despiertos? ¿Somos conscientes de lo que nos ha ocurrido o, como creen algunas religiones, nos quedamos en un estado de aletargamiento hasta que suceda algo “al final de los tiempos”?
*Todo lo contrario, se es más consciente de la realidad cuando se está en el mundo espiritual que cuando se está encarnado. No penséis que por el hecho de desencarnar el espíritu pierde la conciencia, ni entra en un estado de somnolencia perpetua. Al contrario, admitiendo que el espíritu pueda pasar por una etapa de confusión de tiempo variable, que depende de la evolución del espíritu y de las circunstancias en las que desencarnó, el espíritu se enfrenta a su auténtica vida real y toma conciencia, entre otras cosas, de cuál es el objetivo de las encarnaciones. Por supuesto, tiene una ocupación en interacción con otros seres, en un mundo tan real o más que el vuestro, ya que vuestro mundo es una imagen distorsionada, apenas un reflejo, del mundo espiritual.
- ¿Dónde va exactamente?
*Lo que normalmente ocurre es que cada espíritu, después de desencarnar, se sitúa en el plano del mundo espiritual que corresponde a su estado evolutivo. Y esto depende del comportamiento que haya tenido el espíritu durante la encarnación respecto a la ley del amor. El destino final del espíritu es siempre regresar a su hogar espiritual. Sin embargo, aquellos espíritus delincuentes, que han realizado grandes actos en contra de los demás seres de la creación, quedarán atrapados por el peso de sus acciones en el nivel vibratorio más bajo del astral inferior. En el extremo opuesto, el espíritu que haya vencido gran parte de su egoísmo y que se haya comportado amorosamente, se elevará hacia las franjas vibratorias más altas del astral superior. Entre esos dos extremos, existen multitud de niveles intermedios en los que se situará cada espíritu conforme a su grado de elevación espiritual y su comportamiento respecto a la ley del amor.
- ¿ Qué significa esto del “nivel vibratorio” y qué tiene que ver con el estado evolutivo?
*El nivel vibratorio hace referencia a la manifestación en el plano energético del estado evolutivo del espíritu. Podemos decir que la manifestación del amor en el plano astral o energético es la vibración de alta frecuencia. Por lo tanto, la vibración de alta frecuencia corresponde al cuerpo astral de los espíritus más avanzados, con mayor capacidad de amar y desprendidos del egoísmo. La vibración de baja frecuencia es la propia de los espíritus poco avanzados y que todavía actúan con egoísmo. Entre esos dos extremos existen espíritus de niveles
intermedios de evolución y, por lo tanto, de niveles intermedios de vibración. Cada uno de ellos, dependiendo de su estado evolutivo, después de la desencarnación se situará en el plano correspondiente a su nivel vibratorio.
Describir el mundo espiritual en todo su detalle a alguien encarnado que no puede en ese estado apreciarlo en toda su extensión es algo muy difícil. Es como intentar explicar lo que es el color a un ciego de nacimiento. Pero intentaré aclarar algunas cosas al respecto, sobre todo de aquellas partes del mundo espiritual de las que las ideas o creencias religiosas han dado una visión equivocada o deformada respecto de la realidad.
Lo primero, he de decirte que el mundo espiritual no es un lugar difuso o vacío donde no existen formas y donde los espíritus vagan ociosos sin saber adónde ir. Es un mundo real, palpable, que ha existido y existirá siempre, y que es el auténtico hogar del espíritu, ya que, a diferencia de los mundos físicos, que tienen un principio y un final, nunca puede ser destruido.
Vicent Guillem.
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LA FLOR MÁS HERMOSA
El bosque estaba casi desierto cuando el hombre se sentó para leer debajo de las largas ramas de un viejo roble. Estaba desilusionado con la vida, con buenas razones para llorar, pues el mundo intentaba hundirlo. Y como si ya no tuviera razones suficientes para arruinar su día, un chico llegó, jadeando, cansado de jugar.
Se detuvo delante de él con la cabeza baja y le dijo, lleno de alegría: - ¡Mire lo que he encontrado! El hombre lo miró desanimado y vio que en la mano tenía una flor.
¡Qué visión lamentable! Pensó consigo. La flor tenía los pétalos caídos, hojas marchitas, y seguramente nada de perfume. Quería verse libre del chico y de su flor, y así el hombre desilusionado simuló una sonrisa y dio vuelta la cara.
Pero en vez de volver atrás, el chico se sentó a su lado, levantó la flor a la altura de su nariz y declaró con extraña sorpresa: -¡El aroma es magnífico, y es muy hermosa también...! - Por eso la arranqué. ¡Tómela! Es suya.
La flor estaba muerta o muriéndose, sin nada de colores vibrantes como naranja, amarillo o rojo, pero él sabía que tenía que tomarla, o el chico no saldría jamás de allí. Extendió entonces su mano para asirla y comentó, con sarcasmo:
- Era justamente lo que me faltaba. Pero, en vez de ponerla en la mano del hombre, él la sujetó en el aire, sin ninguna razón. Y en ese momento el hombre se dio cuenta, por primera vez, que el chico era ciego y que no podía ver lo que tenía en las manos.
La voz se le apagó en la garganta por algunos instantes... Tibias lágrimas cayeron de su rostro mientras agradecía, emocionado, por recibir la mejor flor de ese jardín.
El chico se marchó jugueteando, feliz, oliendo otra flor que tenía en su mano, y desapareció en el amplio jardín, en medio de la arboleda. Seguramente iría a consolar otros corazones, que aunque tengan la visión física, están ciegos para los verdaderos valores de la vida.
Ahora el hombre no se sentía más desanimado y los pensamientos corrían en la mente con serenidad. Se preguntaba cómo aquel chico ciego se habría dado cuenta de su tristeza a tal punto de acercarse con una flor para ofrecérsela.
Concluyó que tal vez su auto piedad lo hubiera impedido de ver la naturaleza que cantaba a su alrededor, dando noticias de esperanza y paz, alegría y perfume... Y como Dios es misericordioso, permitió que un chico privado de la visión física lo despertase de aquel estado depresivo.
Y el hombre, finalmente, consiguió ver, a través de los ojos de un niño ciego, que el problema no era el mundo, sino él propio. Y aún compenetrado en profundas reflexiones, llevó aquella fea flor hasta su nariz y sintió la fragancia de una rosa...
***
Verdaderamente ciego es todo el que no quiere ver la realidad que lo envuelve. Muchas veces, personas que no perciben el mundo con los ojos físicos, penetran en las maravillas que los rodean y quedan extasiados con tanta belleza. Quizás haya sido por esa razón que un pensador afirmó que “lo esencial es invisible a los ojos.”
(Basado en mensaje volante, sin mención al autor)
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LA RESURRECCIÓN EN LA
HISTORIA
La resurrección personal de Jesús se desdobla en varios aspectos históricos. En lo tocante a su carácter personal, ella no tiene el sentido de privilegio divino que generalmente le dan. Fue esa interpretación errónea la que lo coloco en el plano de leyenda, incluyéndola en el cuadro mitológico de las resurrecciones de los antiguos dioses, de que es ejemplo la de Osiris, tantas veces citada contra la tesis cristiana. El Apóstol Páblo se incumbió de esclarecer, en su Epístola a los Corintios, que la resurrección de Jesús se asemeja a la de todos nosotros. Corresponde, pues, a una ley natural, que el apóstol define así: “Se entierra el cuerpo del animal, nace el cuerpo espiritual”. La posición de Páblo en el asunto es de meridiana claridad.
Siendo un hecho natural, ocurrido con una persona histórica, es evidente que esa resurrección no es legendaria, más si histórica. Las investigaciones espiritas y metapsíquicas comprueban de manera abundante en nuestra era científica la realidad de la resurrección. Actualmente las investigaciones parapsicológicas refrendan esa prueba y las pesquisas de la física, en el campo de la antimateria, acaban de comprobarla con el sorprendente descubrimiento del cuerpo bioplasmatico del hombre, que sobrevive a la muerte del cuerpo material. (Véase Psychic Siscoveries Behind the Iron Curtin, de Sheila Ostrander e Lynn Schroeder, Bantam Books, N.Y., 1971)
Más el hecho histórico personal se prolonga en dimensiones culturales, con el advenimiento de la civilización cristiana, y se repite con la resurrección del propio cristianismo, después de las deformaciones teológicas, en el advenimiento del espiritismo. El poeta Maciel Monteiro nos muestra, en su alejandrino, una nueva dimensión del hecho: la resurrección histórica de la idea del Reino de Dios, que se caracteriza en la preparación de los nuevos tiempos, a través de los artífices y héroes del movimiento cristiano renovador.
El soneto es un silogismo poético, es una forma de síntesis. El lector atento puede acompañar el razonamiento del poeta analizando sus versos. Quien quede apenas en el impacto emocional de las figuras poéticas, envuelto en la música de palabras y en el compás de la rimas, no profundizara en su mensaje, en su sustancia. Estas anotaciones no son marginales a la estructura del soneto, es una tentativa de interpretación de su soneto.
J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del jornal Diario de S, Paulo, en la década de 1970.
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