El lenguaje de los Espíritus y el poder
diabólico .
Entre las objeciones las hay más capciosas, cuando menos en apariencia, por cuanto son extraídas de la observación y hechas por personas serias.
Una de tales objeciones se basa en el lenguaje de ciertos Espíritus, el que no parece digno de la elevación que es de suponer a seres sobrenaturales. Si se tiene a bien remitirse al resumen de la Doctrina que hemos presentado en páginas anteriores se verá que los Espíritus mismos nos enseñan que ellos no son iguales, ni en conocimientos ni en cualidades morales, y que no debemos tomar al pie de la letra todo lo que nos dicen.
Cabe a las personas sensatas separar lo bueno de lo malo. Con seguridad que los que extraen de este hecho la consecuencia de que nos relacionamos sólo con seres malvados, cuya única ocupación consiste en embaucarnos, no tienen conocimiento de las comunicaciones que se llevan a efecto en las reuniones en que no se manifiestan sino Espíritus superiores. Con tal conocimiento no pensarían así. Es enojoso que el azar los haya servido tan mal como para no mostrarles más que el lado malo del Mundo Espírita, porque no queremos suponer que una tendencia simpática atraiga hacia ellos a los malos Espíritus más bien que a los buenos, a los Espíritus mentirosos o a aquellos cuyo lenguaje subleva la grosería. Cuando más, se podría concluir de ello que la solidez de sus principios no es lo bastante poderosa para apartar el mal y que, encontrando cierto placer en satisfacer su curiosidad a este respecto, los malos Espíritus aprovechan la ocasión para deslizarse entre ellos, en tanto que los buenos se alejan.
Juzgar la cuestión de los Espíritus sobre la base de tales hechos, sería tan carente de lógica como evaluar el carácter de un pueblo por lo que se diga y se haga en la reunión de algunos atolondrados o de gentes de mala fama, a la que no asistan ni los sabios ni las personas sensatas. Los que así juzgan se encuentran en la misma situación de un extranjero que, entrando en una gran capital por el peor de sus arrabales, juzgara a todos los habitantes de aquélla sobre la base de las costumbres y el lenguaje de ese barrio de ínfima categoría. En el Mundo de los Espíritus hay también una buena y una mala sociedad. Sírvanse esas personas estudiar lo que sucede entre los Espíritus escogidos y se persuadirán de que la ciudad celeste incluye algo más que la escoria de la población. “Pero –preguntaran ellas- los Espíritus selectos ¿acuden a comunicarse con nosotros?” A éstas les responderemos: No permanezcáis en el arrabal. Mirad, observad, y juzgaréis. Allí están los hechos, para todo el mundo. A menos que no deban aplicarse a esas personas las palabras de Jesús: “Tienen ojos y no ven; oídos, y no escuchan”.
Una variante de esa opinión consiste en no ver, en las comunicaciones espíritas y en todos los hechos materiales a que ellas dan lugar, sino la intervención de una potencia diabólica, nuevo Proteo que se revestiría de todas las formas para engañarnos mejor. No la creemos merecedora de un examen serio, de ahí que no nos demoremos en ella. Ha sido refutada por lo que acabamos de expresar. Sólo agregaremos que, si así fuese, habría que convenir que el diablo es en ocasiones muy sabio y razonable y, sobre todo, muy moral, o si no, que hay también diablos buenos.
En efecto, ¿cómo creer que Dios permita sólo al Espíritu del mal que se manifieste sin darnos por contrapeso los consejos de los Espíritus buenos? Si Él no puede hacerlo, sería impotencia. Si puede y no lo hace, esto es incompatible con su bondad. Las dos suposiciones constituirían blasfemias. Notad que admitir la comunicación de los Espíritus malos equivale a reconocer el principio de las manifestaciones. Ahora bien, puesto que ellas existen, no pueden acontecer sin el permiso de Dios. ¿Cómo creen entonces, sin ser impíos, que Él permita sólo el mal, con exclusión del bien? Semejante doctrina es contraria a las más elementales nociones de buen sentido y de la religión.
- El Libro de los Espíritus-
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CASO REAL:
HISTORIA DE UN NO ABORTO |
Esta historia que voy a relatar es tan CONMOVEDORA COMO REAL Y ME CONSTA,ya que se trata de personas cercanas a mí . Hace muchos años,una jovencita pobre del interior de la Argentina -hija de una familia numerosa,con poca educación y necesidades básicas insatisfechas- se vio obligada a salir a trabajar para colaborar con el sustento de los suyos.Para ello,su madre le consiguió un trabajo como empleada doméstica "cama adentro" con una familia adinerada del lugar.Dicha familia estaba integrada por un médico,su esposa y un hijo joven,malcriado como la mayoría de los hijos únicos.Al tiempo de estar allí,el matrimonio concurrió a un evento social que los ausentó casi toda la noche.Ese momento fue aprovechado por el "señorito" para violar salvajemente a la joven
empleada.Cuando los padres volvieron al hogar descubrieron el terrible hecho.El médico atendió la salud de la mucama y,una vez repuesta del ataque,la despidieron.La chica calló su terrible desgracia,primero por que ya no tenía pruebas físicas de lo ocurrido;y segundo,porque quiso ahorrarle el disgusto a su familia. Pocos días después tuvo su primera falta y descubrió que estaba embarazada.Como hasta el penoso hecho la joven era virgen,supo inmediatamente que ese hijo era fruto de esa violación.Por ello,decidió confesarle a sus padres lo sucedido,creyendo que en ellos encontraría ayuda y
consuelo.Lejos de eso,sus progenitores no le creyeron;le dijeron que eso era imposible que sucediera en una "familia bien" como la de sus empleadores,que era una prostituta barata y que era la deshonra de la familia.Y la echaron.Desesperada,fue a casa de sus empleadores buscando una ayuda.El médico se ofreció para hacerle un aborto,pero la muchacha se negó por sus convicciones religiosas.La pobre mujer estuvo viviendo en la calle,fue a casa de amigas y conocidas hasta que encontró un trabajo con una mujer mayor que la empleó sabiendo toda su historia.
Tuvo su bebé y siguió trabajando hasta que conoció a un hombre que la aceptó con su pequeño,se casó y tuvo otro hijo.Al tiempo quedó sola otra vez y siguió trabajando por horas,ayudada por sus hermanos que -conociendo la historia- se apiadaron de ella y le daban algo de dinero.Así fue criando a sus hijos sin que ellos supieran jamás de esta historia tan triste,creyendo que ambos eran fruto del amor. Muchos años después,en charla íntima con sus hermanas hablaron del tema,que siempre había sido un tabú en la familia.Una de ellas le preguntó porqué no se había "sacado" la criatura,y la mujer respondió:"Cuando esa bestia me atacó yo sufrí muchísimo,hasta temí por mi vida;lo odié con toda mi alma.Cuando los papis me echaron,yo no comprendí cómo una madre o un padre fueron incapaces de proteger a su hija.Y cuando el doctor me ofreció hacerme el aborto,pensé que la sangre de ese bebé jamás iba a lavar tanto dolor,asco,miedo,impotencia y odio que yo sentí.También pensé que si bien ese niño era hijo de esa bestia,también era MI hijo ¿Y qué clase de persona sería si hubiese matado a MI bebé?¿Cómo hubiese seguido viviendo con el remordimiento de haber asesinado a MI hijo? Entonces me aferré.Primero me aferré a Dios y pensé que si bien la violación es algo más común de lo que pensamos,no todas las víctimas quedan embarazadas.Y si Dios me mandaba ese niñito sería porque yo lo necesitaba,y el niño a mí". Luego la otra hermana le preguntó cómo hizo para criarlo,si al verlo recordaría ese terrible episodio.Entonces la buena mujer contestó:"Aferrandome por segunda vez.Aferrandome a todo lo mío que tuviese ese bebé.Le buscaba todo parecido físico,todo gesto,toda actitud que hubiera heredado de mí.Así,en vez de buscar en ese chiquito la cara del salvaje que me atacó,veía a mi hijo y al pequeño milagrito que Dios sacó de tanta barbarie".
Años después,la ya anciana mujer falleció rodeada del amor de hijos,hermanos y nietos.Durante el velorio,yo misma pude ver a su hijo -el hijo del abusador- acercarse al féretro de su madre,y acariciando el rostro lleno de calma de la difunta le dijo: "Gracias,mamita.Gracias por cuidarme y protegerme.Gracias por tanto amor.Me hiciste muy feliz.Fuiste el ángel que me guió en la vida.Que Dios te reciba en el Cielo". Entonces lo comprendí todo.Esa humilde joven tenía razón.Si Dios le mandó ese niño era porque ella sería el ángel que ese bebé necesitaba.Y ese niñito era la escalera que le permitiría a ella alcanzar el Cielo. Hoy que tanto se habla de aborto no punible,pienso si algunas de esas personas piensan de verdad que la sangre de un inocente puede borrar todo el sufrimiento,el asco,el miedo y la impotencia de la víctima.Si creen que la muerte y el odio son más poderosos que el amor.Si es justo que un bebé pague con su vida el salvajismo de una bestia.Comprendo que no todas las mujeres víctimas de violación tienen la
estructura mental o espiritual para pensar como la GRAN MUJER de este relato.Pero si no lo tienen,la sociedad en lugar de abonar la idea del aborto como la salida más fácil -pero más cruel- ¿ no debería impulsar con más ahínco la idea de la adopción? Así,será respetado el derecho a la vida y ese niñito inocente podría vivir rodeado del amor que todo chico necesita. Y del mismo modo,la víctima se dará a sí misma la posibilidad de retomar su vida,sabiendo que a pesar del horrible trauma que le tocó atravesar,tuvo la suficiente valentía para defender el derecho más básico e importante del ser humano:el derecho a la vida.
-Andrea Galleguillo-
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