sábado, 22 de febrero de 2014

EL ESPÍRITU: ESE GRAN DESCONOCIDO

EL ESPÍRITU:
ESE GRAN DESCONOCIDO

 El ESPÍRITU es conocido por todos, pero desconocido por casi todos. No es una paradoja esta expresión, es una frase perfectamente inteligible. Veamos por qué.
    No existe cultura en el mundo que no haya hablado o hable de los ESPÍRITUS. Asimismo, no existe un ser humano que no haya oído hablar acerca de ellos y que, incluso, no tenga un concepto al respecto. Este es el sentido de que el ESPÍRITU es conocido por todos.
Pero para tener una idea concreta de lo que realmente es el ESPÍRITU es indispensable poseer un mínimo de conocimientos filosóficos, filológicos e históricos, entre otros, cosa a la que no todo el mundo tiene acceso; no por falta de intelección, sino por múltiples razones que por ahora no vienen al caso, pero sí hay que decir que existen intereses creados para que el hombre ignore las verdades transcendentales que a través de todos los tiempos se les ha dado a la humanidad.
De allí pues que la concepción de ESPÍRITU que posee el hombre común, y aun muchísimos “intelectuales”, no se ajuste a la realidad, ya que para llegar a ella es necesario salirse del molde común de la enajenación y poner en práctica un gran esfuerzo volitivo para convertirse en investigador intelectual, libre de prejuicios. Esta es la razón por la cual el ESPÍRITU es desconocido por casi todos.
Bien, conozcamos entonces un poco a ese gran desconocido.
 La   palabra   ESPÍRITU   procede   de  las voces griegas NOUS
(inteligencia)  y  PNEUMA (aire),  las  cuales  eran utilizadas  para designar una realidad distinta y superior a la realidad designada con el vocablo PSYCHE o ALMA. Mientras el ALMA es algo afectivo y emotivo, el ESPÍRITU es algo intelectual, el principio pensante. Así pues, en tanto que NOUS y PNEUMA  designan realidades que trascienden lo orgánico, son traducidos por ESPÍRITU.
 En la lengua latina encontramos el término SPIRITUS, que si bien originalmente designa la idea de SOPLO, ALIENTO o EXALACIÓN, se ha usado con frecuencia para referirse a algo esencialmente inmaterial y dotado de razón.
  Remontándonos un poco en la antigüedad, encontramos que en una de las más antiguas de las culturas, la India, el término ÁTMAN que, al igual que el término latino Spiritus, significaba  SOPLO o ALIENTO, es definido como “LA ESENCIA PRIMERA DE BRAHMAN” o Dios (tomado de la obra: “Las Doctrinas Secretas de la India” de Fernando Tola)
Comúnmente, también se ha utilizado este término para referirse a una realidad no material; así, por ejemplo, se habla del “espíritu del pueblo”, “espíritu de trabajo”,espíritu de la ley”... etc., pero realmente es desde el punto de vista filosófico que este término adquiere su real significado y valor. En efecto, el vocablo ESPÍRITU es el objeto de la filosofía y significa SER, SUBSTANCIA, y de manera más especifica, ESENCIA PRIMERA DEL SER o ESENCIA PRIMERA DE LA SUBSTANCIA.
En el mundo occidental, a finales del siglo VII y a inicios del VI, a.n.e., aparecen en Grecia unos Sabios que iniciaron algunas investigaciones “científicas” a cerca de esta SUBSTANCIA, a la cual denominaron PHYSIS, cuyos resultados se constituyeron en el fundamento de todo el saber filosófico del mundo helénico, y cuyas huellas indelebles las podemos encontrar en los sistemas filosóficos de los más grandes pensadores de nuestro tiempo.
De   los  antiguos filósofos griegos que realmente nos ofrecieron una doctrina profunda acerca del  ESPÍRITU  fueron   Anaxágoras,
Sócrates, Platón y Plotino (este último nacido es Licópolis, Egipto, se radicó en Grecia, por lo que a los efectos filosóficos es considerado como un griego)
La convicción que tenía Anaxágoras acerca del ESPÍRITU es la siguiente: “EL NOUS (Espíritu) o Inteligencia es el principio del movimiento, el principio del orden y el principio de animación e individualización de las cosas que constituyen el orden armónico del universo”, “El Nous es la Inteligencia ordenadora del mundo”(“Fragmentos de Anaxágoras”: Editorial Aguilar)
      Platón (transmitiendo la doctrina de Sócrates) en “Fedro”, Fedon” y el Libro IV de la “República”, nos brindan profundos conocimientos acerca del Espíritu, mediante su concepción del Alma. Nos decían Platón que lo único Divino del Alma humana es el Espíritu.
Plotino, en siglo III de nuestra Era, realizó una síntesis ecléctica de todo el saber de la India, Oriente, Grecia, Roma y de la doctrina de Jesús de Nazareth. Este pensador nos ofrece una cosmovisión del mundo en función del Espíritu. Nos dice Plotino: “De  lo uno  proceden todas las cosas. En primer lugar el Espíritu; luego el Alma y finalmente la Materia” (Porfirio- “Eneadas”)
El iniciador de nuestra Era, Jesús de Nazareth, también fundamentó su doctrina en el ESPÍRITU, tal como lo podemos apreciar a lo largo de los cuatro Evangelios y en los escritos teológicos posteriores de sus seguidores. La esencia de la sabiduría de este singular hombre está manifestada en el evangelio de Juan, Capítulo 4, versículo 24, donde taxativamente nos dice: “Dios es Espíritu y los que lo adoren deben adorarlo en Espíritu y en Verdad”. También nos anunció el REINADO DEL ESPÍRITU.
Tan sagrado es el ESPÍRITU para Jesús de Nazareth, que emitió una sentencia grave contra quienes denigran de él. Oigamos que nos dice: “Por tanto os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada, (Mateo 12:31). El apóstol San Juan, en su primera  Epístola   afirma: “El  Espíritu  es   el   que da testimonio;
porque  el  Espíritu  es  la  Verdad” (1 Jn. 05:06); y  Pablo, nos dice en Cartas a Gálatas: El fruto del Espíritu es Amor” (Ga. 05:22).
Esta concepción del ESPÍRITU, así como todo vestigio de conocimiento, fue tergiversada y mistificada en la Época  Medieval  por  los doctores de la Iglesia, quienes quemaron importantísimas bibliotecas para impedir la ilustración del hombre y condenaron a la hoguera a todos aquellos pensadores que se opusieron a sus dogmas irracionales, produciendo de esta manera  un gran oscurantismo gnoseológico que alienó a una buena parte de seres humanos y que, precisamente, es   lo  que constituye  la   causa fundamental de que muchas personas  desconozcan al ESPÍRITU en su real significación.
Para felicidad de la humanidad, en los siglos XV-XVI se produce un gran acontecimiento que devolvió  la  luz al mundo. Este acontecimiento es el RENACIMIENTO, y como la palabra lo indica, es un RENACER de las ciencias, las artes y la filosofía, que habían sido esclerosadas por la ESCOLÁSTICA MEDIEVAL. En esta época caen los dogmas religiosos y se impone la RAZÓN.
En efecto, desde el punto de vista filosófico surge el RACIONALISMO con Renato Descartes, quien en su obra fundamental “El Discurso del Método”, nos enseña a conducir bien la razón y buscar la verdad en las ciencias. En otra de sus obras nos da las “REGLAS PARA LA CONDUCCIÓN DEL ESPÍRITU” (así se titula la obra). Por otra parte, como consecuencias del racionalismo, surgen corrientes filosóficas de corte Espiritualista, como son la de Leibniz y Berkeley, entre otras. Los siglos XVIII y XIX son prolíficos en pensadores que fundamenten sus sistemas filosóficos en la existencia del ESPÍRITU como realidad substancial.
En el año 1724 nace en Alemania un benefactor de la humanidad: Inmanuel Kant, quien sentó las bases para el Idealismo Alemán, basado en la teoría del CONCEPTO y el ENTENDIMIENTO (que es lo mismo que Espíritu). Los postulados   de    este   gran    sabio   influyeron   enormemente  en el Idealismo Alemán que afirman la existencia preeminente de un Yo interior profundo no identificable con el Alma, aunque revelable a través de ella. Representantes de esta corriente son Víctor Cousin, fundador de un gran eclecticismo, Maine de Biran, Lachelier, Bergson y otros.
No podemos menos que hacer referencia a Hegel, quien afirma: “El Espíritu es Todo; es un Universo que se despliega a sí mismo”. Despliegue que denominó “FENOMENOLOGÍA DEL ESPIRÍTU” (así se titula su obra cumbre). Hegel nos dice, en otras de sus obras (“La Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas”)  que la Filosofía del Espíritu estudia el emerger del Espíritu desde su situación de hundimiento en la Naturaleza hasta su total desenvolvimiento en el hombre, como sujeto moral y cognoscente, cuyo proceso impretermitible se da mediante un movimiento dialéctico.
Autores posteriores, como Max Scheler y Nicolai Harman, nos aportaron grandes luces acerca del ESPÍRITU. Scheler nos dice que el problema del ESPÍRITU está ligado al de la esencia del hombre y que tiene que ser explicado a través de una Antropología Filosófica. Asimismo, manifiesta que lo que distingue al hombre de los animales no es la memoria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el ALMA, que es común a todos los entes, sino el ESPÍRITU, el cual es la parte superior del psiquismo. Nos dice este gran pensador que el ESPÍRITU logra influir en el hombre sólo en cuanto se ponen a su servicio los impulsos naturales; el ESPÍRITU dirige y canaliza la energía de los impulsos instintivos.
Existen además dos grandes pensadores contemporáneos, que  hemos dejado de último por ser los pilares más grandes de la doctrina del ESPÍRITU. Estos insignes pensadores han sido soslayados por la malicia y el prejuicio, por haber cometido el gran delito de fundar sus doctrinas con el nombre de ESPIRITISMO.
Estos pensadores son Hippolite León Denizard Rivail,   mejor  conocido como Allan   Kardec,  y Joaquín Trincado Matheo, quienes nos explican con lujo de detalles la naturaleza, el origen y la  manifestación    de     los     espíritus.    Veamos     sus   principales Postulados acerca del ESPÍRITU.
 -Allan Kardec: “El Espíritu es el principio inteligente del Universo”, “Los Espíritus son los seres inteligentes de la creación” (El Libro de los Espíritus. p. 39 y 51).
 -Joaquín Trincado: “El Espíritu es la vida en el hombre y en los tres reinos de la Naturaleza porque el Espíritu, único e increado, todo lo llena…” (Conócete a ti mismo, p. 26) “El Espíritu es la vida universal, es la Esencia Primera entre el Creador y la demostración de la vida de los cuerpos y las formas; el Espíritu es la inteligencia del autor de todo” (ibd. p.49).
 Como se puede apreciar, desde la acepción más antigua  de ESPÍRITU hasta las últimas concepciones filosóficas de nuestro tiempo, se mantiene el postulado axiomático del ESPÍRITU como fundamento de todas las cosas, abordable sólo a través de un estudio riguroso y no mediante meras tradiciones y creencias dogmáticas que han concebido al ESPÍRITU como fantasma o muerto y otros tantos epítetos, productos de la incultura.
 En conclusión, el Espíritu es el TODO,  la DIVINIDAD que se despliega a sí misma por todo el Universo para formar el mundo sensible (Fenomenología del Espíritu) y cuya esencia más pura mora en los seres humanos, en el cual se va realizando en la medida que va purificando su alma con el trabajo y el estudio a través de múltiples reencarnaciones.
 Por: Germán Bravo
 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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Aspectos  de la mediúmnidad


Dentro de la doctrina de los Espíritus  vemos que el campo de la Mediúmnidad es complejo, y su descripción no admite fantasías  literarias ni opiniones personales de naturaleza especulativa.
Es un conjunto de hechos que se afirman en sí mismos y no en teorías más o menos  atrayentes que pueden ser convertidas  en sistemas, conforme a las muchas creaciones filosóficas  que se conocen. Son hechos naturalmente sujetos a leyes  que pueden y deben  ser conocidas por todos, ya que a todos interesan, justamente por ser la Mediúmnidad una herencia común de los seres humanos.
A medida que el individuo evoluciona y se moraliza, adquiere, facultades psíquicas  y aumenta, consecuentemente, su percepción espiritual, a eso se le denomina MEDIUMNIDAD NATURAL.
Otros, aunque sean atrasados en su evolución y moralmente incapaces, las facultades le son concedidas como gracia.
No las conquistaron, sino que las recibieron en préstamo, anticipadamente, y como una posesión precaria que queda dependiendo del modo, como sean utilizadas  y de la forma como el individuo cumpla la tarea cuyo compromiso asumió, en los planos espirituales, al recibirla.
A eso se le denomina: MEDIÚMNIDAD DE PRUEBA.
La primera situación es la ideal y puede ser alcanzada por todos los hombres en el devenir del tiempo, siendo la intuición la forma más avanzada y perfecta de su manifestación.
Permite el conocimiento de las cosas y el intercambio con las Entidades espirituales sin necesidad del trabajo mediúmnico obligatorio.
La de prueba,  es una tarea individual que se recibe en determinadas condiciones para su utilización inmediata, y adopta en la práctica mediúmnica el carácter de cooperación compulsiva.
No hay obra completa entre las realizadas por la mano humana; todo evoluciona  y toma, día a día, aspectos nuevos; la vida es cambio y su ritmo se establece en el tiempo sin limitaciones.
La verdad eterna, revelada en parte por Moisés, Buda, Zoroastro y otros enviados de Cristo planetario,  quienes descendieron a la Tierra para ello en épocas diferentes; fue ejemplificada por el propio Maestro cuando vivió entre nosotros bajo aspectos más perfectos; que desarrollaron, con más amplios detalles los autorizados Mensajeros que dictaron la Tercera Revelación, y que aún logrará durante el transcurso de los siglos y con el perfeccionamiento espiritual del hombre más amplias conquistas y esclarecimientos. 
La Mediúmnidad en su naturaleza, ha sido considerada en la Codificación, como un fenómeno orgánico.
El carácter divino de la Revelación es también progresivo y metódico.
El hombre  ha de conquistar la verdad, paso a paso, milímetro a milímetro, ya que solo le es concedida a la medida del propio mérito, por eso debe  intentar esforzarse para conocer mejor  esos detalles  y tornarlos más accesibles.
Todos los que tengan buena voluntad y amor  a la Doctrina  Espírita, deben estudiar para aumentar sus conocimientos ya que , es la única que puede provocar en el hombre la reforma espiritual exigida por Cristo.
La teoría espírita no dice sobre la Mediúmnidad que los  individuos denominados médiums poseen una actitud especial para servir de intermediarios entre el mundo físico y espiritual. Esta es la teoría predominante, hoy en día domina las atenciones, explica la mayoría de los hechos  y es plenamente confirmada por la realidad. No niega que haya fenómenos de psiquismo individual, de animismo, como se acostumbra a decir; estos son, también, fenómenos de mediumnismo que refuerzan la teoría espirita y en nada afectan su autenticidad científica.
Evolucionando el individuo conquista una creciente percepción espiritual que le va permitiendo cada vez mayores  contactos con la creación divina, aunque pueda también en ciertos casos, obtener tales proporciones  como dádiva o gracia.
 La facultad en sí misma, es juzgada enteramente espiritual, no orgánica,  y todos la poseemos y la ejercemos dentro de los límites de las propias posibilidades.
Cada Espíritu posee tonalidad propia, como su propia Luz, su diapasón característico de vibraciones y, con la fuerza de esos valores intrínsecos se manifiesta y actúa en los ambientes que vive y que le son afines. Todo es una cuestión de grado que hace que los fenómenos  naturales y las cosas espirituales sean más o menos aparentes, perceptibles, comprensibles a unos y a otros.
Si las propias Escrituras dan a la Mediúmnidad como una herencia del hombre, siempre que se edifique en el campo de la vida moral, se comprende  que la Mediúmnidad natural no es un privilegio de algunos, sino un patrimonio común de todos, cuando se hayan alcanzado  más altos grados en la escala de la evolución.
- Merchita -
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                                     DESPERTANDO A LA VERDAD


Se elude todo aquel  que supone que el encuentro con la Verdad le impedirá     el hecho de problemas y de desafíos existenciales en la jornada de la evolución.
Se engaña, quien pretende vivir  experiencias elevadas sin las luchas de lo cotidiano, en razón de su vinculación con el espíritu de la Verdad.
Desperdicia el tiempo, el individuo que acredita estar libre del sufrimiento, solamente porque se volcó  para las lecciones libertadoras de la Verdad.
Se equivoca, la persona que, abrazando la Verdad,  espera disfrutar de privilegios y continuos placeres.
Defrauda la conciencia, el pretendiente a una vida de excepción, lejos del dolor, de las pruebas necesarias, solamente porque adoró la Verdad.
Miente, para si mismo aquel que espera una existencia tranquila, rica de experiencias espirituales, sin los choques del mundo, ahora,  cuando se encontró con la Verdad.
 No existe un ejemplo de alguien que haya despertado para la Verdad, que tenga modificada la trayectoria de la reencarnación, pasando a gozar de dadivas especiales que lo tornarían un electo.
Por el contrario, la Verdad induce  a la madurez espiritual, a la liberación de la ignorancia  en torno  de la vida, demostrando que si está en la Tierra, en un mundo transitorio, momentáneo, programado para el retorno  al Gran Hogar, después de vencidas etapas de progreso que le son necesarios durante el trayecto físico.
El conocimiento de la Verdad dilata los horizontes del entendimiento intelectual y racional del Espíritu, a fin de que pueda aplicar al deber esencial, en vez de detenerse en las banalidades que procura transformar en fundamentales la felicidad.
Al mismo tiempo, convoca la mente a la introspección, al viaje silencioso que eleva  al auto descubrimiento, de manera  a seleccionar  lo que es fundamental y lo que es secundario durante el periodo carnal.
Identificados los valores legítimos ofrecidos por la reencarnación, se entrega a la reconstrucción moral  en el campo de las ideas, facultando mejor  dirección  a los esfuerzos personales a favor del crecimiento interior, con la mente llena de esperanzas y bienestar.
Una incomparable alegría  se le apodera del comportamiento, alterándolo expresivamente, por facultar el aprovechamiento del tiempo para la vinculación con Dios a trasvés  de Su manifestación en todas las cosas.
Aperturas emocionales para el amor, para la fraternidad, para la compasión, para la caridad  le enseñan un intercambio continuo con las Fuerzas del Bien, que alimentan al ser y de el retiran energías que son aplicadas a favor de los menos  favorecidos.
Una alteración real de objetivos alerta para la vivencia continua  de las emociones superiores.
La resignación ante los acontecimientos menos dichosos, los fallas materiales, las enfermedades, las agresiones y combates inevitables, se transforma en recurso prodigioso para dar continuidad a los proyectos evolutivos en la dirección de la meta libertadora.
A medida que el ser se eleva, más fácil  se le presenta la facultad de entender la vida  y sus ocurrencias, dándole motivaciones para emprendimientos continuos de paz  y de construcción de la solidaridad.
No espera que el mundo cambie, antes muda en relación al mundo, tomándose un punto de referencia para otras futuras transformaciones que ocurrieron a favor de la renovación de la sociedad.
Ya no más  se esclaviza a las personas y las cosas por saberlas todas efímeras en el curso infinito de progreso. Amalas, sin embargo, libres de  dependencia de cualquier especie,  por cuya forma no se detiene en la marcha, avanzando siempre.
Comprende que no todos, en el momento, pueden seguirle los pasos,  lo que no lo aflige, ni desestimula, por cuanto reconoce la existencia de niveles variados de conciencia, continuando en los propósitos establecidos.
 Victimas de  circunstancias provenientes de los actos infelices del pretérito espiritual, enfrenta la situación con coraje, diluyendo los efectos  con los métodos al alcance,  evitando  nuevos comprometimientos que lo afligirán en el porvenir.
Perseguido por la insensatez que campea  a sueldo de la comodidad en todas partes, sonríe y continua,  no se detiene  a explicar su conducta, ni debatir a respecto de la decisión de integrarse en el concepto de la Verdad , viviéndola, desde ya, sin alarde, ni imposición de cualquier naturaleza.
Honestamente, es fiel al mismo Dios, que lo atrae con irresistible energía del amor, pasando a nutrirse de ese pan de la vida, sin la preocupación de justificarse o de  recopilar adeptos para su desiderato.
Muchas veces a solas, está siempre con Dios, o Dios está con el, no importándole el abandono a que se ve entregado por los familiares, amigos o correligionarios.
No se aflige hoy, ante la imposibilidad de conseguir la realización de sus objetivos. Sabe que lo importante es iniciar la búsqueda, prosiguiendo sin prisa, ni arresto.
En el fulgura la luz de la paz, que lo tranquiliza, facultándole entendimiento de todos  los acontecimientos.
Si la muerte le amenaza, se prepara para recibirla jovialmente, porque entiende que ella será su puente para alcanzar el Otro Lado, donde espera ser feliz.
Vigorosamente y con decisión rompe el velo que lo separa del aVerdad, conforme acentúa San Juan de la Cruz.
… Y ocurriendo la muerte, despierta en madrugada hermosa para la cual se preparó durante la existencia pasada.
Yo soy el Camino de la Verdad y de la Vida – afirmo Jesús.
A fin de ser alcanzado – Dios en Plenitud – Jesús es el Camino único, aunque se multipliquen  los misioneros del amor, de la compasión y de la sabiduría en todas las doctrinas espiritualistas, que viran en Su nombre, a fin de preparar  a las  criaturas para el gran encuentro con Su corazón.
Tómalo como modelo y guía, siguiendo-Lo alegremente  y la Verdad te embriagará de luz  y de paz, concediéndote Vida en abundancia.

Por el Espíritu Joanna de Angelis- Psicografia del médium Divaldo P. Franco,

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